La filosofía tiene casi tantas definiciones como la cantidad de filósofos que ha
habido, tanto como un tema y una actividad, y no hay una definición sencilla que sea suficiente. La cuestión de la definición de la filosofía es, pues, un tema controvertido que hoy en día es abordado por la metafilosofía (o la filosofía de la filosofía). La palabra se deriva de las antiguas palabras griegas filo-, amar o gustar, y -sophia, sabiduría. El uso moderno del término es mucho más amplio; el concepto de la filosofía abarca todo el conocimiento y todo lo que puede ser conocido, incluyendo los medios por los cuales el conocimiento puede ser adquirido. Sin embargo, en el mundo académico contemporáneo de habla inglesa, el término se utiliza a menudo de manera implícita para referirse a la filosofía analítica y, en los países de habla no inglesa, a menudo se refiere implícitamente a algo diferente, europeo, la filosofía continental. Los antiguos griegos organizaron el tema en cinco categorías básicas: la metafísica, la epistemología, la ética, la política y la estética. Esta organización de la asignatura es todavía usada en gran parte en la filosofía occidental actual. El pensamiento o pensar es un proceso mental que permite a los seres vivos modelar el mundo, y por lo tanto para hacer frente de manera eficaz en función de sus objetivos, planes, fines y deseos. Las palabras que se refieren conceptos y procesos similares son cognición, sensibilidad, conciencia, idea e imaginación. El pensamiento consiste en la manipulación cerebral de la información, como cuando formamos conceptos, participar en la resolución de problemas, razonar y tomar decisiones. El pensamiento es una función cognitiva superior y el análisis de los procesos de pensamiento es parte de la psicología cognitiva.
El nacimiento del pensamiento racional y la asunción de la historicidad[editar]
Stoa en la ciudad de Mileto.
La filosofía nace en Grecia en el s. VII a. C. en las colonias griegas de Asia Menor (Jonia) como Éfeso, Mileto, etc. Estas ciudades gozaban de un nivel económico y social superior al de la Hélade. El comercio de estas ciudades, más cercanas a oriente, hacían que estuvieran en contacto con distintas civilizaciones, ya que las distintas versiones explicatorias de las cuestiones clave chocaban entre sí. Cuestiones como la creación del universo o la aparición del ser humano eran explicadas de forma mitológica. Ante este hecho se buscó otra vía para dar contestación a estos problemas. Esta vía no podía ser otra que la razón, ya que la vía mitológica había quedado obsoleta y los jónicos entendieron que ese no era el camino. De este modo empezaron a buscar explicaciones razonables para contestar a las distintas cuestiones, dándose así el paso del mito (μῦθος) al logos (λóγος) y dando origen a la filosofía. El paso del mito al logos se dio por un proceso de secularización y por un proceso de abstracción del pensamiento. Rompía así el pensamiento griego las estructuras propias del pensamiento mítico y los sustituyó por el lógico dando lugar a la filosofía y el pensamiento histórico ya que la filosofía y la historia comparten esa racionalidad, son discursos racionales. La lógica mítica era ambigua porque se movía en dos planos: el natural y el sobrenatural de manera que el mito explicaba los fenómenos naturales con argumentos donde intervenían elementos sobrenaturales. Como los rayos (elemento natural) argumentado como que era la cólera de Zeus. Los estudios de Mircea Eliade han puesto de manifiesto que el pensamiento mítico arcaico hacía imposible que el hombre pudiera asumir la historicidad y, por ende, impedía el nacimiento de la historia. Una de las razones es porque el pensamiento mítico solo daba importancia a los dioses y no a los hombres y era imposible desarrollar la historia sin tener en cuenta los aspectos mundanos. Por el otro extremo, el discurso histórico rompe la dualidad de planos, iguala el pasado y el presente y sitúa los hechos históricos de la historia en el curso de la temporalidad. Todo lo contrario de la epopeya que tenía dos tiempos heterogéneos: el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses. Apareció también la noción de acontecimiento, hecho que se sitúa en el curso de la existencia humana sensible y que no se proyecta en lo atemporal ni en lo sagrado. Dejando paso el mitógrafo al logógrafo, que marca los hechos pasados y descarta la tradición legendaria de los poetas. Este logos constituye la base de la filosofía y de la historia y por eso nacieron a la vez. Los historiadores se empezaron a ocupar de estudiar una realidad susceptible de ser investigada y de transmitirlo de la manera más objetiva posible. El significado etimológico de la palabra historia significa en griego indagación y narración de hechos cuyo origen deriva del concepto de Ιστορ (testigo) que es el individuo que actúa de testigo en un juicio y del que se puede fiar a cerca de lo que nos narra El hecho de que la historia surja como resultado de la indagación explica que la perfección directa, la observación y la experiencia constituyen la base de la nueva metodología básica que está surgiendo en el s. VI a. C. en Grecia; y explica que los historiadores antiguos muestren una clara preferencia de la narración de los hechos temporales cercanos a ellos, porque los lejanos son más difíciles de indagar. El filósofo y el historiador deben estudiar solo aquellas cosas de las que hay experiencia o perfección directa. la filosofía estudia el pensamiento de una persona