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Los bancos centrales han inyectado más liquidez en el sistema, siendo la Fed la más
agresiva. Con tipos negativos o cercanos a cero en la mayoría de los países del G10,
las compras de activos a gran escala y las facilidades de financiación son las
principales herramientas disponibles de los banqueros centrales. Creemos que los
bancos centrales han sido extremadamente eficientes para facilitar liquidez y
financiación en el universo de grado de inversión. Hasta ahora vemos poco efecto
fuera del investment grade, pero sospechamos que llegará.
La caballería viene en camino con financiación, liquidez y estímulos fiscales. Aunque
la ejecución del estímulo fiscal conlleva ciertos desafíos en lo que respecta a las
pequeñas empresas. La pieza que falta para cuadrar el puzzle, es una noticia positiva
con respecto a los tratamientos del COVID-19, pero esperamos que mejore en abril.
Creemos que la crisis de COVID-19 persistirá más de lo que muchos inversores
sospechan y que el daño económico será más profundo y potencialmente más
duradero. Por ello, creemos que el mejor enfoque es concentrar el capital en empresas
con balances y perfiles de financiación más sólidos y con capacidad de mantener los
rendimientos de capital mejor que sus competidores.
Como hemos sugerido hace unas semanas, la implicación económica del coronavirus
fue ignorada por los mercados demasiado complacientes. La alta dependencia de
muchos negocios de productos de fabricación china iba innegablemente a impactar
en su propia capacidad de suministro en un momento dado, ilustrado ya hace una
semana por la advertencia de beneficios de Apple. Además, la mayoría de las
empresas hoy en día dependen de la demanda china para alimentar el crecimiento,
por lo que un choque en la demanda de China se sentiría necesariamente en todo el
mundo.
La caída registrada desde el principio de la semana pasada refleja el despertar del
mercado en estos importantes vientos en contra. Sin embargo, pensamos que esta es
sólo una caída de primera etapa que podría sugerir una mayor por venir. Nos cuesta
creer que la situación mejore rápidamente, especialmente con la amenaza de que las
cuarentenas lleguen a Europa y a los Estados Unidos. Por lo tanto, recomendamos
evitar aumentar la exposición a las acciones en este momento.
Con China representando alrededor del 40% del crecimiento del PIB mundial, se hace
más difícil encontrar empresas que no dependan del gigante asiático. Para los
inversores que deseen reducir la correlación de su cartera con China, sugerimos salir
de los sectores industriales (especialmente los relacionados con la automoción), los
semiconductores, las compañías petroleras y colocar parte de los beneficios en
Sanidad, Tecnología (excluyendo los semiconductores) y Productos Básicos.