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CAUSAS DE CORRUCCIO EN TIEMPOS

DEL COVID EN HONDURAS


El coronavirus Covid-19 ha desembocado en   una crisis sanitaria, económica y social
global sin precedentes.  En el caso de Honduras, además, amenaza con coexistir con un   
fenómeno tan complejo como es la corrupción, cada vez menos tolerada por la ciudadanía,
pero alimentada por un Pacto de Impunidad. En el   contexto de la pandemia, la corrupción
e impunidad tienen consecuencias desastrosas, disminuyen la capacidad de respuesta del
Estado a la crisis, dejan por fuera del acceso a los recursos a los sectores socialmente más
vulnerables y ponen en riesgo la vida de las personas.

La coexistencia COVID 19 con la corrupción puede ser devastadora

En el gobierno de Juan Orlando Hernández, en el marco de la crisis que se ha generado ante


la rápida expansión del coronavirus, se han adoptado una serie de medidas para acceder a
fondos del presupuesto nacional, de los organismos financieros multilaterales y la
cooperación internacional bilateral para hacer frente a la pandemia, estas dos últimas
fuentes implicaran un crecimiento enorme endeudamiento externo. Por el momento, los
recursos públicos que están actualmente siendo ejecutados no se están viendo reflejados en
la atención sanitaria, tampoco en políticas sociales dirigidas a los sectores más afectados, y
lo más grave aún, están siendo usados   con poca transparencia. Son diversos los sectores y
organizaciones de la sociedad civil las que han salido al paso para denunciar las acciones de
corrupción que se están gestando y desarrollando en el contexto de la crisis humanitaria que
estamos viviendo.

El Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH) ha advertido que una cantidad


extraordinaria de recursos de más de 80 mil millones de lempiras, estarán a disposición del
gobierno en los próximos meses, esto a costa de un alto endeudamiento. También ha
denunciado que en el tiempo que va de la emergencia, ya han aflorado acciones irregulares   
de cotizaciones y compras sobrevaloradas, y que la secretividad con que se ejecutan los
fondos impide la transparencia.

El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) por su parte, también ha colocado la


corrupción como tema prioritario en la crisis Covid-19. En el informe titulado:
“Corrupción en tiempos de Covid 19, parte 1”,  establece que unos 3.6 millones de
lempiras fue el perjuicio en la compra de guantes y mascarillas sobre el valor del precio real
realizado por la Secretaría de Salud (SESAL). El CNA ha denunciado otras irregularidades,
ejemplo, ha encontrado que, en torno a la emergencia, los hijos y amigos de altos
funcionarios del gobierno están acaparando negocios y consiguiendo contratos de
emergencia.

La ineficiencia gubernamental ha sido puesta a prueba con las demandas y reclamos de


médicos y trabajadores de la salud

Médicos y trabajadores de la salud han desnudado la realidad que vive el sistema sanitario
en el país, cuestionando la falta de dotación de recursos para atender la pandemia, han
demandado la adecuación de instalaciones para atender la emergencia, equipo de
protección personal y dotación de suministros médicos esenciales.

Honduras tiene una de las tasas de letalidad más altas por Covid-19, lo que se relaciona   
con el reducido número de pruebas aplicadas para detectar el virus.  Médicos especialistas
estiman que tomando de referencia las cifras oficiales, de 10 personas que contraen el virus
1 persona muere, situación que se puede agravar con el colapso del sistema sanitario, que se
produciría cuando no se tenga la capacidad de atender y brindar la atención requerida a los
afectados por el virus.

Las muestras de las debilidades del sistema sanitario y la falta de capacidad del gobierno de
responder eficazmente a la pandemia han sido expuestas de manera reiterada por los
médicos y trabajadores de la salud, a manera de ejemplo:

 El 12 de marzo, mientras los médicos especialistas expresaban su preocupación


frente a las calamidades del sistema de salud, el gobierno manifestaba que estaba
preparado para enfrentar el coronavirus Covid 19. El ex ministro de Salud, Carlos
Aguilar, expresaba públicamente su preocupación por la capacidad sanitaria que
tenía el país para atender la pandemia, a su criterio, Honduras debía enfocarse en
dos aspectos: el primero era la preparación y la difusión ante la sociedad hondureña
de cómo debía prepararse para prevenir y enfrentar el contagio; el segundo era dotar
a los hospitales de insumos, de recurso humano para atender a pacientes
contagiados, en forma expedita y oportuna. Advertía de manera enfática sobre la
situación calamitosa en que se encuentran los centros hospitalarios con el
desabastecimiento de medicamentos, equipos en mal estado e infraestructura en
precarias condiciones. Ese mismo día la Ministra de Salud, Lic. Alba Consuelo
Flores, decía que Honduras estaba preparada. Afirmaba que el Gobierno estaba
preparado con las medidas, el equipamiento y el presupuesto necesario para
enfrentar el Covid-19 si este llegara a Honduras. Recordó que “el Gobierno ya
había asignado un presupuesto de más 110 millones de lempiras” y que se
asignarían más recursos de ser necesario. Añadió: “tenemos la capacidad del
personal para procesar las muestras y los reactivos y esta semana vendrán más
lotes”.

 El 31 de marzo, la presidenta del Colegio Médico (CMH) interpelaba al gobierno


públicamente, preguntando: ¿dónde está el equipo biomédico e insumos de
bioseguridad para el personal de salud, para atender la emergencia por el
coronavirus (Covid-19). La Dra. Figueroa denunciaba que las mascarillas N-95 y
los trajes especiales para prevenir la pandemia no llegaban a los médicos y
trabajadores de la salud, en cambio sí les llegaba a bomberos, militares, policías y
hasta a los elementos de la Dirección de Investigación Policial (DPI). “El personal
de la salud, que es quien está en riesgo inminente al contagio, y está
desprotegido”. “Nosotros estamos comprando las mascarillas y los insumos con
nuestro propio dinero”
 El 17 de abril, la Dra. Suyapa Sosa, jefa de los médicos del Hospital del Tórax,
reconocía no haber visto los más de cuatro millones que decía el gobierno que
invirtió en el Instituto Nacional del Tórax. «Es cierto que se reacondicionó una
bodeguita, que según el personal de mantenimiento lo más que se gastaba eran
unos 40 mil lempiras y además se construyeron unas tres clínicas de aluminio en la
entrada del hospital, junto a un edificio que fue donado para enfermería por la
cooperación japonesa desde hace unos años. También donaron un tanque para
almacenar agua, pero no se proporcionó la tubería para su respectiva instalación, lo
que se logró instalar gracias a donaciones de algunas personas. Ha habido algunas
donaciones de camas y un equipo desechable, pero no son grandes cantidades,
llevaron unos ventiladores que llegaron incompletos, sin los cables y que no los
han usado porque eso no es lo que se necesita para los pacientes graves¨.
 El 16 de abril. Momentos después de que los funcionarios de gobierno hacían la
presentación de los logros del combate a la pandemia, en cadena nacional, los
médicos de la Central Médica de Intervención Rápida de San Pedro Sula,
planteaban que estaban ante el colapso de los hospitales Mario Catarino Rivas y del
Leonardo Martínez por falta de respiradores mecánicos y también pedían los
insumos para poder hacer testeos para determinar el nivel real de contagio. «Nos
dijeron que ya no enviemos pacientes al hospital Mario Catarino Rivas y al
Leonardo Martínez»,no voy a decir el nombre del funcionario porque seguro que lo
despedirán, dijo uno de los médicos.
 El 17 de abril. El director del Seguro Social del IHSS en San Pedro Sula advertía
que se estaban haciendo pocas pruebas para detectar el virus, por lo que las cifras
oficiales no reflejan la cantidad de contagios y muertes que se están produciendo. El
retraso en las pruebas genera retraso en la toma de decisiones en el sistema de salud,
y distorsiona la magnitud del problema porque la población se confía al pensar que
sólo tenemos unos cuantos casos.
 El 21 de abril. Nuevamente el Director del Seguro Social en San Pedro Sula,
expresaba de manera alarmante, que de mantenerse esta tendencia la capacidad
instalada colapsaría para atender a todos los pacientes en los meses de mayo y junio,
que son los meses que se esperan sean los más críticos en esta pandemia.
“Actualmente con la cantidad de casos actuales, la unidad de cuidados intensivos
del IHSS tiene un 90% de ocupación”.  Además de este problema, está la
insuficiencia de personal. “La falta de manos para atender a los afectados es otro
talón de Aquiles al enfrentar la enfermedad”. En ciudades como San Pedro Sula
solo hay seis médicos especializados en el manejo de unidades de cuidados
intensivos y del personal de enfermería, estima que solo en el IHSS hacen falta
aproximadamente 100 profesionales.  El problema aumenta con el miedo y la
estigmatización de las personas afectadas por el virus, lo que ha hecho renunciar a
muchas personas.

En suma, las falencias del sistema sanitario y debilidades en la capacidad gubernamental


para enfrentar la pandemia han sido desnudadas por los médicos y trabajadores de la salud.
A esto se suma la corrupción, fenómeno enraizado en el país, sobre todo en las
adquisiciones del sector salud y en obras públicas. Nada más hay que recordar los casos
emblemáticos de corrupción como el saqueo que sufrió el Seguro Social, que derivó en el
movimiento de los indignados.

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