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REVISTA DE
DERECHO PENAL
DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGÍA
CRIMINOLOGÍA
DELITOS ECONÓMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESAL
PENAL • EJECUCIÓN DE LA PENA
ISSN: 0034-7914
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ISSN: 0034-7914
RNPI: En trámite
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Tucumán 1471 (C1050AAC)
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Bernardino Rivadavia 130, Avellaneda - Provincia de Buenos Aires, República Argentina
REVISTA DE
DPyC
DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGÍA
DELITOS ECONÓMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES • PROCESAL
PENAL • EJECUCIÓN DE LA PENA
Director:
EUGENIO RAÚL ZAFFARONI Año X | Número 9 | Octubre 2020
COMITÉ DE REDACCIÓN
CON EL AUSPICIO DE
ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE DERECHO PENAL Y CRIMINOLOGÍA (ALPEC)
DIRECCIÓN ACADÉMICA
Mónica Pinto
COMITÉ HONORARIO
Agustín Gordillo Cecilia Grosman José Tobías
Aída Kemelmajer Eugenio Bulygin Julio C. Rivera
Alberto J. Bueres Eugenio R. Zaffaroni Nelly Minyersky
Carlos Etala Héctor Alegria Noemí Lidia Nicolau
COMITÉ ACADÉMICO
COMITÉ EDITORIAL
IN MEMORIAM
Julio B. J. Maier (1939-2020)
Eugenio Raúl Zaffaroni..................................................................................................................... 3
Eugenio C. Sarrabayrouse................................................................................................................. 5
Javier A. de Luca................................................................................................................................ 11
Christian Courtis................................................................................................................................ 14
María Fernanda López Puleio........................................................................................................... 16
Gabriela E. Córdoba........................................................................................................................... 23
Enrique Bacigalupo........................................................................................................................... 24
Marco Antonio Terragni..................................................................................................................... 25
Mariano Cúneo Libarona (h.)............................................................................................................ 26
Edmundo S. Hendler......................................................................................................................... 30
Nuevamente sobre el delito de prevaricato judicial. En recuerdo del gran Julio Maier
Maximiliano Adolfo Rusconi............................................................................................................. 68
El poder punitivo es cosa de hombres. Imágenes de la mujer en el control social represivo (*)
Gabriela Pino - Rodrigo Codino........................................................................................................ 78
La multiplicidad de agencias estatales de persecución penal frente al debido proceso y el principio
de igualdad de armas. A nuestro querido maestro Julio Maier, in memoriam
Roberto Carlés.................................................................................................................................... 91
DOCTRINAS ELEGIDAS
¿Es la “inmediación” una condición de la condena penal?: un aspecto parcial de la lucha entre
inquisición vs. composición
Julio B. J. Maier.................................................................................................................................. 149
SENTENCIA
Nulidad por omisión de dar intervención al demandado. Defensa en juicio. Necesidad de oír
a la defensa. Pena. Sustitución. Procedimiento. Intervención de terceros en el proceso................... 220
DEFENSA EN JUICIO
Aplicación de la garantía. Condena basada en elementos no considerados en el requerimiento fis-
cal. Faltas. Demanda de sexo en la vía pública. Prescripción. Comienzo y vencimiento del término.
Acción contravencional. Recurso de inconstitucionalidad. Ciudad autónoma de Buenos Aires. Ciudad
de Buenos Aires........................................................................................................................................ 224
FALTAS
Contravenciones. Procedimiento contravencional. Sentencia condenatoria de la cámara contraven-
cional. Doble instancia. Garantía constitucional. Primera condena. Recurso de inconstitucionalidad.
Procedencia parcial. Mecanismo procesal. Remisión del expediente a la cámara. Tratamiento
de todos los agravios. Ciudad de Buenos Aires..................................................................................... 234
FALTAS
Procedimiento contravencional. Facultades de la alzada. Reenvío. Ne bis in idem. Recurso de in-
constitucionalidad. Admisibilidad. Sentencia equiparable a definitiva................................................ 254
La reforma de la jurisdicción penal
In memoriam, Julio B. J. Maier (1939-2020)
Daniel Pastor (*)
Sumario: I. ¿Elección o destino?— II. Estado permanente de refor-
ma.— III. Auge y caída.— IV. Las mil y una reformas.— V. El factor hu-
mano.— VI. De la desolación a la esperanza.
de aquel modelo procesal, que son tan incom- IV. Las mil y una reformas
patibles con las exigencias del enjuiciamien-
to penal propio de un Estado constitucional de El Código de 1991 fue puesto en vigencia tan
derecho, como inexorables en los tiempos que sin esmero que pocos años después el modelo
corren, tal como lo anunció premonitoria y muy tuvo que ser intervenido a fondo con tres instru-
acertadamente Schünemann (18). mentos que el Proyecto 1986 contenía en su pa-
quete integral: suspensión del juicio a prueba,
Pero nadie es profeta en su tierra y la política juicio abreviado e instrucción sumaria. Más allá
nacional tiró el Proyecto 1986 a la papelera. Un de ello, las modificaciones al Código de 1991 se
nuevo Gobierno, el de 1989-1999, a cargo de un sucedieron, en sus ya casi tres décadas de uso, a
partido diferente al que había impulsado la Re- un ritmo casi semanal (22). Por eso, para 2014,
forma Maier, no tuvo en cuenta las innovadoras Nicolás D’Albora pudo afirmar que el Código
ventajas del sistema propuesto por la adminis- de 1991 debía ser superado por no ser adecua-
tración anterior y prefirió desempolvar la peor do a la Constitución Nacional y porque, habien-
versión del Código de Córdoba de 1939 (la de do nacido viejo y caduco, ahora estaba también
Levene para La Pampa de la década de los años “manco y rengo” (23).
1960), que, para entonces, evidentemente, era
un cuerpo legal muy superado (19). Un karma Paralelamente, propuestas de modificación
de nuestro fallido legislador procesal nacional completa de ese Código, comprensibles ante
con su obsesión por estrenar normativas ob- la baja calidad del modelo y de su fracaso con-
soletas, ya que, en 1888 había aprobado, como tundente, incluso en materia de oralización del
Código nacional (ley 2372), el proyectado por proceso, que fue el pretexto para su aprobación,
Manuel Obarrio, basado en la legislación espa- no se hicieron esperar.
ñola que ese Reino, por anticuada, había aban-
donado definitivamente unos años antes (20). Un primer texto, conocido como Proyec-
En 1991, además, el intento —motivado en bue- to INECIP, fue presentado al Parlamento en
nas y malas razones— por modernizar en algo la 2004 (24). Otro Anteproyecto, conocido como
fuente reconocidamente perimida, que, no obs- Proyecto Beraldi, fue producto del trabajo de
tante, se impulsaba, llevó a incorporarle durante una amplia Comisión creada por decreto del Po-
la discusión parlamentaria, de modo improvisa- der Ejecutivo Nacional en 2007 (25). En 2010, la
do, inopinado y malogrado, ciertos cuerpos ex- Cámara de Diputados impulsó el llamado Pro-
traños (21) a un sistema que, tal como estaba al
alcance del conocimiento medio de cualquier (22) Sobre el funcionamiento de esta fábrica de re-
toques, entre 1992 y 2002, ver PASTOR, D., “El derecho
persona experta, fueron rechazados por incom-
procesal penal nacional de los ‘90: balance y memoria de
patibles con los tejidos orgánicos del Código un fracaso rotundo”, en Revista Cuadernos de Doctrina y
Levene. El experimento no tardó en mostrarse Jurisprudencia Penal, 14, Buenos Aires, 2002, ps. 23 ss.;
fallido. La canción de la necesidad de la reforma y, entre 2002 y 2012, ver FINKELSTEIN NAPPI, J., “Las
se volvió a escuchar, y casi siempre tocada por la ruinas del modelo procesal penal nacional. La necesidad
misma orquesta. de su sustitución por vía de la recodificación como forma
y de ‘humanitas’ como contenido”, en PASTOR, D. (dir.),
Problemas actuales del derecho procesal penal, Buenos
(18) Ver SCHÜNEMANN, B., “¿Crisis del procedi- Aires, 2012, ps. 75 ss.
miento penal? ¿Marcha triunfal del procedimiento penal
americano en el mundo?”, en AA.VV., Jornadas sobre la (23) Ver D’ALBORA, N., “La necesaria reforma del
Reforma del Derecho Penal en Alemania, Madrid, 1991, Código Procesal Penal de la Nación”, en Revista La Ley,
ps. 49 ss. ejemplar del 05/11/2014, p. 1.
(19) Ver PASTOR, D., “Código Levene: ¿Nacerá viejo (24) Fue elaborado por un equipo de trabajo del Ins-
y caduco?”, en Revista No Hay Derecho, 6, Buenos Aires, tituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y
1992. Sociales coordinado por Ileana Arduino y Alberto Bin-
der: Proyecto de Código Procesal Penal de la Nación,
(20) Ver VÉLEZ MARICONDE, A., “Derecho Procesal expte. 2589-D-04.
Penal”, Buenos Aires, 1969, 2ª ed., t. I, p. 197.
(25) Ver AA.VV., “Análisis crítico del Anteproyecto de
(21) Delegación facultativa de la instrucción en el fis- Reforma Procesal Penal nacional”, en Revista de Derecho
cal, querellante en delitos de acción pública, etcétera. Penal y Procesal Penal, 6, Buenos Aires, 2008.
yecto Albrieu (26). Sin que estos proyectos fue- si fuera un sino cambiar de sistema cada cambio
ran considerados por el legislador, en 2014 este de generación, aunque, por cierto, una genera-
aprobó, sin discusión previa alguna sobre el tex- ción cambia cada cuarenta años y a los mode-
to concreto, un nuevo Código Procesal Penal de los procesales penales no se los deja tranquilos
la Nación, sin Exposición de Motivos, sin cita de ni un década. Por eso también se suele hablar
las fuentes (27). Algo que contrasta con el tex- de nuevas agendas para la reforma. Y eso sí que
to del Anteproyecto Zaffaroni de Código Penal, es ilustrativo para el fenómeno que estoy descri-
concretado tiempo antes y de un modo mucho biendo y cuestionando: igual que con la agenda,
más transparente y fundamentado, que tuvo un hay que cambiar el modelo procesal cada año.
amplio debate que las disposiciones concretas
del nuevo Código Procesal Penal de la Nación Así, en el mundo de la jurisdicción penal na-
no tuvieron (28). Quien diga que el legislador cional, cambia todo, todo el tiempo. Y nada
nacional no es muy serio no va a cometer una cambia. Entonces, debe ser cambiado todo de
injusticia: antes de que entrará en vigencia, el nuevo. En este curso de las cosas, tan fracasado
Código de 2014 fue sembrado de modificacio- y frustrante, ¿qué falló?
nes y, para Grand Finale, le fue cambiada has-
V. El factor humano
ta la terminación del nombre, de Nacional a
Federal (29). ¿Quién, si no? Cuando se caen los aviones,
casi siempre se debe a un error de las personas.
El Proyecto 1986 anunciaba de entrada que su Y errar es humano. Pero tampoco hace falta mi-
misión era superar el colapso del sistema. Las litar en la equivocación con tanto entusiasmo.
reformas posteriores, las efectuadas y las pro- Aproximarse a perfecto, en materia de jurisdic-
yectadas, perseguían el mismo anhelo. No lo ción, es andar en buena compañía.
consiguieron. Lo único que lograron fue sumar
al colapso del sistema el colapso de la reforma. En su momento, la Reforma Maier fue brutal-
mente rechazada por la cooperativa de trabajo
La proliferación constante de modificaciones que es, en lo sustancial, el Poder Judicial de la
particulares y proyectos generales, en lo que ya Nación (30). La jurisdicción penal nacional no
se calificó aquí como proceso de reforma per- aceptaba ni la oralidad ni la pérdida de poder
manente, que estuvo liderado más por el cam- para los jueces que significaba la instrucción
bio de eslogan que por una reforma real del fiscal. Quizá, comprensiblemente, el obstáculo
sistema, se justificó de algún modo con la narra- verdadero residía en que el Proyecto 1986 ofre-
ción de las generaciones, esto es, códigos de pri- cía más trabajo por el mismo precio. La refor-
mera generación, de segunda, de tercera, como ma nacional de 1991, en cambio, supuso ante
todo un gran aumento de puestos en el siste-
(26) Proyecto de la Cámara de Diputados identificado ma y mucho mejor remunerados, por varias ra-
como expte. 4050-D-2010 - Trámite Parlamentario 072 zones. Hubo muchos ascensos, especialmente
(09/06/2010). porque las plazas de camarista, normalmente
(27) Ley 27.063 (ver PASTOR, D., “Lineamientos del mejor remuneradas (desempeño de mayor res-
nuevo Código Procesal Penal de la Nación”, Buenos Aires, ponsabilidad por ser la segunda instancia), se
2015, 2ª ed., p. 23). adelantaron, con su mayor salario, a funciones
(28) Ver, p. ej., ZAFFARONI, E. - CARLÉS, R. (dirs.), An- de primera instancia (tribunales de juicio) (31).
teproyecto de Código Penal de la Nación. Aportes para un Esos desplazamientos, unidos a la creación de
debate necesario, Buenos Aires, 2014, un magnífico volu- los nuevos puestos que requería la organiza-
men de 1666 páginas con el texto de ese cuerpo norma- ción judicial de esa reforma, convirtieron al Po-
tivo, cuadros comparativos y más de cuarenta artículos
acerca de sus disposiciones concretas.
(30) Acerca de esta caracterización, ver, con más de-
(29) Sobre el Código Procesal Penal de la Nación, talles, PASTOR, D., “Juicios paralelos y actores extrapro-
marca 27.063, modelo 2014 (hoy marca Federal, modelo cesales”, en AA.VV.: XXX Congreso Nacional de Derecho
2019), diluviaron en un lustro —y antes de que entrara Procesal, San Juan, 2019, p. 458.
en vigencia— las leyes siguientes: 27.145, 27.146, 27.147,
27.148, 27.149, 27.150, 27.272 y 27.482; y los decs. PEN (31) Algo que no sucede en las jurisdicciones penales
257/2015 y 118/2019. provinciales argentinas.
der Judicial de la Nación, en su rama penal, en Es un bien indudable, tener y dar trabajo.
una Meca para el mercado laboral de los juristas Pero, aunque el país lo necesite, la jurisdicción
dedicados a ese ámbito de los negocios. Deci- penal no lo requiere. Habrá que pensar en con-
sivo fue, sobre todo, la incomprensible eleva- seguir trabajo por otro lado. Ya es sabido que, en
ción de toda remuneración judicial, producida el asunto tratado, más funcionarios judiciales es
a partir de ese momento por el Gobierno de en- un más que siempre resta. No es necesario con-
tonces, colocando el sueldo judicial, por cierto tar con más jueces, se requiere de jueces más
libre de impuestos, muy encima de los ingresos competentes, más dedicados, más vinculados
de otros funcionarios públicos, de igual o mayor exclusivamente a las normas y a las pruebas. Y
responsabilidad y jerarquía, e incluso por enci- con menos funcionarios para evitar la atroz de-
ma de los ingresos comparables de quienes se legación. Mejor que más jueces, partiendo de
desempeñan en el sector privando creando ri- cómo estamos, serían preferibles jueces más
queza, otorgando trabajo genuino y soportando jueces accidentales, y no solo jurados, sino tam-
la opresión tributaria característica de nuestra bién jueces profesionales temporales (35), e in-
pobre Argentina. Hasta los jueces de la opulen- cluso digitales (36).
ta Europa no gozan de los ingresos de sus pares
argentinos (32). Entretanto, para aumentar sus ventas, el pro-
pio sistema penal sigue otros senderos y se
El atajo quedó instalado. Con independencia retroalimenta: más figuras penales, procedi-
de sus criterios rectores y sus contenidos, toda mientos judiciales cada vez más complicados,
reforma de la jurisdicción penal federal, que festival de instancias y de impugnaciones inne-
quiera triunfar, tendrá que ser un nueva Tierra cesarias, en fin, proscripción de los avances tec-
Prometida de pan y trabajo para el sindicato ju- nológicos más importantes del siglo XXI, como
dicial. Y, preferentemente, mucho pan, poco tra- la simple y sencilla digitalización de los proce-
bajo. sos, algo casi inexistente en el Poder Judicial de
la Nación y que lo redujo a su mínima expresión
El Código de 2014, que no tuvo Exposición de
en tiempos de pandemia. Durante casi un se-
Motivos ni expresión de fuentes, sí contó con un
breve Mensaje de Elevación del Poder Ejecuti- mestre la jurisdicción penal nacional, al menos
vo Nacional, que destinó casi el mismo espacio la de la ciudad de Buenos Aires, estuvo mayor-
a explicar los alcances del Código que a justifi- mente en modo hibernación. Y nadie la echó
car la creación de cientos de puestos nuevos de mucho de menos (37).
trabajo a cargar en las agotadas cuentas de los
La sobrecarga de tareas de la jurisdicción pe-
contribuyentes (33). La denominada Reforma
nal nacional no debe, por consiguiente, ser ata-
Judicial, ahora en progreso, sigue el mismo ca-
cada con más cargos y más personal, eso sería
mino (34).
lo mismo que enviar a un pirómano a apagar
un fuego. Los interesados deberán procurar-
(32) Según Andrés Ibáñez, no puede justificarse “la se el trabajo en otros sitios, p. ej., en el ejercicio
conversión de los jueces en una suerte de grupo privile-
giado por la percepción de sueldos estratosféricos, como privado de la abogacía penal. El Estado deberá
es el caso de algunos, altos magistrados, sobre todo, de reducir la carga de trabajo de los tribunales, me-
ciertos países latinoamericanos. En supuestos de esta
clase, y más cuando, como es usual, la designación para proyecto-completo-del-poder-ejecutivo.
tales cargos suele estar interferida políticamente, se im-
pone la pregunta de si hay que hablar del coste de la in- (35) Ver HAISSINER, M. - PASTOR, D., “Hacia la du-
dependencia (que es el tópico de la retórica oficial) o más ración limitada del oficio judicial”, en Revista En Letra:
bien del precio de la sumisión” (IBÁÑEZ, P. Andrés, “Ter- Derecho Penal, 7, Año IV, ps. 110 ss.
cero en discordia. Jurisdicción y juez del estado constitu-
cional”, Madrid, 2015, p. 143). (36) Ver HAISSINER, M. - PASTOR, D., “Neurociencias,
tecnologías disruptivas y tribunales digitales”, Buenos Ai-
(33) Ver PASTOR, D., “Lineamientos del nuevo Código res, 2015, 2ª ed.
Procesal Penal de la Nación”, Buenos Aires, 2015, 2ª ed.,
p. 23, nota 18. (37) Ver PASTOR, D., “La peste, la ley y la ciencia”, dis-
ponible en https://dpicuantico.com/sitio/wp-content/
(34) El Proyecto completo del PEN está disponible en uploads/2020/08/La-peste-la-ley-y-la-ciencia.-Daniel-
https://www.pagina12.com.ar/281680-reforma-judicial- Pastor.pdf.
jorar los procedimientos [ya está claro que con radical (40) que encauce el poder en la senda
el acusatorio no va a alcanzar (38)] y modificar democrática de la racionalidad frente a la su-
las estructuras judiciales. Esto no va a ser simpá- perstición, de la madurez frente a la minoridad
tico, ni un imán para los miles de candidatos a política (41), de la moralidad estatal frente a la
mejorar sus carreras judiciales, vistos como vo- ilegalidad pública (42), de la creación de rique-
tantes. Pero es lo que hace falta si de verdad se za frente a generación de más y más pobreza y
quiere mejorar el funcionamiento de un sistema de la libertad frente al despotismo usual de las
anómalo. Para ello, las autoridades tendrán que autoridades.
encarar las necesarias modificaciones con ese
mensaje claro dirigido al corazón de los intere- Por eso hoy, en lo que respecta al ejercicio del
ses, compresibles y válidos, del factor humano. poder de castigar, la situación reinante nos sitúa
en un nuevo momento Beccaria, para que por
VI. De la desolación a la esperanza medio de una nueva racionalidad ilustrada sea
posible superar la arbitrariedad imperante en
El funcionamiento de la jurisdicción penal fe- esa rama del poder, que ha funcionado de ese
deral argentina es manifiestamente deficitario modo con el incentivo, la complicidad o la indi-
como el de todas las instituciones de nuestra ferencia de las demás. Mucho de lo que se debe
pobre República de papel (39). Esa, por cono- hacer llevará tanto tiempo y sacrificio que es po-
cida, no deja de ser una mala noticia. La buena sible describir el programa como un Deseo de
noticia es que la tendencia se puede modificar. cosas imposibles (43). Pero hay otra parte de la
En todas las ramas del poder. Un poder que hoy, tarea que se puede lograr si se consigue orien-
en una sociedad que es —¿quién no lo sabe?— tar el factor humano, por medio de reglas y ga-
muy autoritaria, se ejerce muy despóticamente. rantías, para que efectúe el trabajo judicial con
Y no sin cierto grado, alto, de superstición e in- el propósito prioritario de cumplir cabalmente
madurez, que se observa en la creencia de que, con la función que determina el derecho cons-
aun con mediocridad y sin talento ni esfuerzo, titucional (44). En este marco los tribunales de-
basta con seguir el camino de lo políticamente ben ser dependientes de la ley y de la prueba, y
correcto para llegar lejos. Una lamentable ver- de nada más. No deben depender de las presio-
dad. Qué pide a gritos una nueva Ilustración nes de los sujetos extraprocesales (45) ni de los
vaivenes del poder (46).
(38) La invocación al proceso acusatorio en materia
penal ya puede ser considerada la mentira central de los (40) Ver GARCÉS, M., “Nueva Ilustración radical”, Bar-
reformadores, que siempre lo mencionan así, sin mati- celona, 2017.
ces. En el campo de la ciencia del derecho procesal penal
(41) Madurez que exige ciudadanos comprometidos
se sabe muy bien que una cosa tal, mentada de esa ma-
con la Democracia, lo cual significa contar con una ciu-
nera tan efectista como vacía, no existe (ver ARMENTA
dadanía sociopolíticamente responsable y económica-
DEU, T., “Principio acusatorio. Realidad y utilización. Lo
mente productiva.
que es y lo que no”, en Revista Ius Et Veritas, 16, Lima,
1998, ps. 216 ss.; AMBOS, K., “Strafverfahrensreform in (42) Ver PASTOR, D., “Independencia judicial y refor-
Lateinamerika”, en ZStW 113 (2001), ps. 334 ss.; CASTEX, ma del sistema penal”, Buenos Aires, 2014.
F., “Sistema acusatorio material”, Buenos Aires, 2003; BA-
CHMAIER WINTER, L., “Sistemas procesales: la hora de (43) Ver PASTOR, D., “Lineamientos del nuevo Código
superar la dicotomía acusatorio-inquisitivo”, en Revista Procesal Penal de la Nación”, Buenos Aires, 2015, 2ª ed.,
IUS, 24, Puebla, 2009, ps. 172 ss.; WAGNER, F., “Un límite ps. 155 ss.
a la tutela judicial efectiva”, en PASTOR, D. (dir.), Proble- (44) Ver PASTOR, D., “Independencia judicial y refor-
mas actuales del derecho procesal penal, Buenos Aires, ma del sistema penal”, Buenos Aires, 2014, ps. 52 ss.
2012, ps. 357 ss.; LANGER, M., “La larga sombra de las
categorías acusatorio-inquisitivo”, en Revista de Derecho (45) Ver PASTOR, D., “Juicios paralelos y actores extra-
Público de la Universidad de los Andes, 32, Bogotá, 2014, procesales”, en AA.VV., XXX Congreso Nacional de Dere-
ps. 1 ss.). cho Procesal, San Juan, 2019, ps. 449 ss.
(39) Como Estado de papel califican expresamente a la (46) Vaivenes de los gobiernos, de los tribunales pe-
República Argentina, cargados de razón, ACEMOGLU, D. nales y también de la militancia política, todos los cuales
- ROBINSON, J., “El pasillo estrecho. Estados, sociedades pasan de festejar a censurar, y viceversa, arbitrariedades
y cómo alcanzar la libertad”, Barcelona, 2019, ps. 427 ss. idénticas, según quién las sufra y según las épocas.
Eso es más importante que normas sabias, campo donde se ejerce el poder de castigar. Al-
que también son muy necesarias, pero no deci- gunos de ellos pueden ser adelantados mientras
sivas, porque con tribunales de utilería no servi- se la espera, o en paralelo, pues no dependen de
rán de nada. esta. Son los que se inspiran en los principios
básicos en los que se funda el arquetipo del sis-
El sistema normativo (leyes procesales y de tema judicial propio de un Estado de derecho.
organización judicial) debe regular —ya lo ten-
go dicho— los procedimientos necesarios, a Para pensar la reforma de la jurisdicción pe-
partir de la sospecha de que fue cometido un nal, aquí no puedo más que dejar una pista: vol-
delito, para que las autoridades competentes, ver a las ideas de Julio Maier reformador. Pero en
dispuestas por esas normas, puedan compro- serio. Entonces, para empezar, la reforma debe
bar o descartar los requisitos legales que auto- ser integral. La Ley de Enjuiciamiento, natural-
rizan aplicar al responsable las consecuencias mente, no podrá ser la del Proyecto 1986, porque
jurídico-penales previstas para el caso de que hoy ya está desactualizada. Pero tampoco pue-
este efectivamente haya cometido ese delito. de ser la del Código, rebautizado como Federal,
Al realizar correctamente esa función procesal aprobado como Nacional en 2014, porque cuan-
penal el Poder Judicial contribuye a la misión do fue aprobado, ya estaba desactualizado (49).
que convalida la existencia del Estado de dere- En efecto, Maier, viendo la suerte que corrieron
cho: asegurar una convivencia social pacífica y los códigos que siguieron aquel modelo suyo,
próspera. Esto surge del programa de los catá- bastardeado con más elementos angloameri-
logos de derechos constitucionales, de derechos canos de los que él consentía, y ofrecido en el
fundamentales y de derechos humanos que to- mercado argentino y latinoamericano como sa-
das las sociedades democráticas avanzadas han nación acusatoria de todas las penas judiciales,
consagrado como sus reglas supremas de orien- proyectó un régimen mejorado, el Código Pro-
tación para la conducción de quienes mandan
cesal Modelo que publicó en 2011, con su Expo-
y de quienes son mandados en la vida comu-
sición de Motivos, en el t. III de su Tratado (50).
nitaria. En consecuencia, la tarea del tercer po-
der del Estado constitucional y democrático de En cuanto a la organización judicial, honrar
derecho es solo la de resolver adecuadamente a Maier es disponer una que sea horizontal, su
controversias judiciales. Esta labor es la que le- viejo sueño, que sirve a la vez para desterrar del
gitima el poder del que dispone la judicatura y Poder Judicial al menos las designaciones no-
justifica el alto costo que pagan los contribuyen- biliarias y, sobre todo, para ganar agilidad en el
tes para mantenerla. En definitiva, la jurisdic- enjuiciamiento al quedar imposibilitada para
ción penal debe, por esos medios, proporcionar
siempre la existencia de más de dos instancias
enjuiciamientos penales eficientes en la obten-
ordinarias. Y sin recurso de casación ni sus cá-
ción de decisiones que, en tiempos razonables,
maras. ¿A quién se le ocurre mantener tribu-
resulten, en el sentido de Roxin y Schünemann,
nales de casación y recursos de ese tipo en el
materialmente correctas y formalmente inta-
chables (47).
cómo generar riqueza, pues al respecto no se les ocurre
En materia de reforma es esperable una cons- una sola idea razonable.
titucional, que requerirá trabajosos consensos, (49) Una propuesta, sumamente innovadora, para su-
especialmente entre objetivos generales com- perar los déficits actuales del enjuiciamiento penal fue
partidos y enigmas para conseguirlos (48). Y formulada por FINKELSTEIN NAPPI, J., “Hacia un dere-
tendrá que aportar particulares relevos para el cho procesal penal contracultural. Dimensiones estéticas
e identitarias para la reforma del procedimiento penal. A
su vez, algunas reflexiones críticas sobre el Nuevo Código
(47) Ver PASTOR, D., “Independencia judicial y refor- Procesal Penal de la Nación (Ley 27.063)”, en GARGARE-
ma del sistema penal”, Buenos Aires, 2014, p. 57. LLA, R. - PASTOR, D. (dirs.), Constitucionalismo, garan-
tismo y democracia. Puentes dialógicos entre el derecho
(48) Todos los gobernantes argentinos de los últimos constitucional y el derecho penal, Buenos Aires, 2016,
30 años han coincidido en el valor de redistribuir la ri- ps. 235 ss.
queza y todos sabían cómo, lo que parece que no saben
hasta la actualidad es que Argentina es un país sin rique- (50) Ver MAIER, J., “Derecho Procesal Penal”, Buenos
za, y lo que con toda seguridad no saben, todavía hoy, es Aires, t. III, 2011, ps. 435 ss.
siglo XXI y sin que sean los de última instancia? sal (55). Su idea de esa herramienta del proce-
Es una agenda de hace 70 años. dimiento era que contribuyera a racionalizar la
selectividad de un régimen material con dema-
Otra grandeza de Maier, junto a la actualiza- siados casos reales. Pero se va a convertir, en el
ción de sus sistemas de enjuiciamiento (51), fue ámbito nacional, en un incentivo para un ma-
cambiar totalmente de rumbo cuando debió re- yor ingreso de casos al sistema, pues al ser para-
conocer que se había equivocado. Así pasó de dójicamente una poderosa válvula de salida, va
ser un gran animador de la ampliación de los a permitir al legislador penomaníaco aumentar
poderes procesales de la supuesta víctima del mucho más todavía el número de delitos, dado
que se podrá eliminar, lo que no se pueda pro-
delito (52) a proponer que se los restrinja drás-
cesar, por medio de una selectividad, ahora má-
ticamente (53). También cuestionó la justicia gicamente legítima al estar regulada.
negociada, la del mercado, como él la llamaba,
al ver la hipertrofia que la legislación y la prácti- Son solo unos ejemplos, el camino queda tra-
ca habían hecho de su limitadísimo modelo de zado por el método de trabajo de la Reforma
juicio abreviado (54). Maier (integral: pena, delito, proceso, tribuna-
les), por los instrumentos (investigación fiscal,
Le faltó tiempo para repudiar también el im- prisión preventiva restringida, proceso interme-
pulso que se le dio, más allá de sus deseos, al dio, juicio por jurados realmente oral y público,
principio procesal de oportunidad, del cual él recurso amplio para el condenado y ninguno
fue el primero en postularlo para Argentina. para el acusador, etc.). Y capacitación, mucha
Lo hubiera hecho, pues sabía cómo nadie de la capacitación del personal a cargo de las contro-
íntima conexión entre lo sustantivo y lo proce- versias penales. Para reformar, ante todo, el fac-
tor humano.
(51) Insisto: ver las diferencias entre su Código Modelo Maier era muy culto y, por destino y por elec-
de 1988 y su Código Modelo de 2011.
ción, era muy alemán. Y como tal conocía muy
(52) Ver MAIER, J., “La víctima y el sistema penal”, en bien esta sentencia de Otto von Bismark: “Con
AA.VV.: De los delitos y de las víctimas, Buenos Aires, malas leyes y buenos funcionarios todavía es
1992. posible gobernar. Pero con los malos funcio-
(53) Ver MAIER, J., “Una tarde con la víctima”, en narios, incluso las mejores leyes no pueden
NAMER, S. (comp.), Las facultades del querellante en el ayudar”.
proceso penal: desde “Santillán” a “Storchi”, Buenos Ai-
res, 2008, ps. 111 ss.
(55) Ver su memorable artículo MAIER, J., “Política
(54) Ver BOVINO, A. - MAIER, J. (comps.), “El proce- criminal, Derecho penal y Derecho procesal penal”, en
dimiento abreviado”, Buenos Aires, 2001. Revista Doctrina Penal, año 1, Buenos Aires, 1978.