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ACCIDENTES EN LA CONSULTA DENTAL. NECROSIS.

Y EFECTOS
ADVEROS. 10 de junio
Dentro de la cirugía bucal pueden ocurrir muchas complicaciones y
accidentes, los cuales acontecen en los tiempos pre, trans y
postoperatorio. Estas complicaciones se pueden clasificar de acuerdo
con las causas que las originan y por el periodo de evolución en el cual
se presentan. Así también es importante que el paciente esté enterado
de los riesgos y complicaciones posibles al momento del tratamiento
quirúrgico, por lo que tiene que firmar el consentimiento válidamente
informado. De acuerdo con la bibliografía consultada, la complicación
más frecuente durante la extracción dental es la fractura dental
mientras que en el postoperatorio es la osteítis alveolar aguda,
seguido de la hemorragia leve.

Este trabajo presenta de forma secuencial los accidentes y/o


complicaciones que pueden ocurrir durante los tratamientos
quirúrgicos llevados a cabo en el consultorio dental; así como la
presentación de un caso clínico en el cual ocurre la fractura de un
instrumento rotatorio durante el transoperatorio.
Los accidentes y complicaciones pueden ocurrir antes, durante y
después del procedimiento quirúrgico. De acuerdo con la causa se
pueden clasificar en:
1. Intrínsecas: Que ocurren dentro de la intervención quirúrgica.
2. Extrínsecas: Que dependen del px (estado general, edad,
enfermedades asociadas) y del operador (un adecuado dx, una
correcta técnica quirúrgica y la utilización del instrumental
adecuado.
Y de acuerdo con el tiempo de evolución, las cuales comprenden las
inmediatas, mediaras o postoperatorias, las primeras afectan a OD,
tejidos blandos y duros; en cambio, las mediatas recaen en alveolitis,
hemorragias y demás complicaciones como la comunicación buco
sinusal.
COMPLICACIONES INMEDIATAS
La fractura dentaria es el accidente mas frecuente de la exodoncia,
pues de deberse a la presencia de caries que ha destruido mucho
tejido dentinario, por anomalías radiculares o por aumento de la
densidad ósea, también a una inadecuada técnica en la extracción
dental.
El daño a piezas dentarias vecinas o antagonistas, avulsiones
dentarias, luxaciones, daño a los folículos dentarios y deglución de la
pieza extraída son algunas otras complicaciones asociadas.
Las laceraciones a tejidos blandos y vienen asociadas generalmente a
una mala técnica quirúrgica, es un accidente que ocurre muy
frecuentemente cuyo tx es suturar dicha laceración.
Existen otras complicaciones como hematomas, que suelen aparecer
en px de mayor edad con fragilidad capilar y cuando hay un mal
manejo de la hemostasia. Otro accidente son las quemaduras que
suelen deberse a iatrogenias del cirujano al manipular instrumental
caliente o por mal uso de la pieza de mano.
Los daños sobre los tejidos nerviosos ocurren por desgarros,
desplazamiento de fragmentos óseos, curetaje excesivo, mal uso del
elevador; trayendo como consecuencia parálisis facial, hipoestesia o
hiperestesia, cuya recuperación es lenta, presentando casos en que
no se puede ocurrir dicha reparación.
Las complicaciones relacionadas con los tejidos duros abarcan}.
Fractura de la apófisis alveolar, que en ocasiones suele salir pegada
al OD.
Otra complicación es la fractura de la tuberosidad del maxilar que
ocurre cuando existen dientes anquilosados, una mala técnica
quirúrgica y en px con senos maxilares muy neumatizados y la
tuberosidad cuenta con poca base ósea; el tx consiste en retirar el
segmento fracturado con el o los molares correspondientes y si existe
comunicación bucosinusal al realizar el cierre de esta.
COMPLICACIONES MEDIATAS O POSOPERATORIAS
La osteolitis alveolar aguda es la complicación mas frecuente y
dolorosa después de una extracción dental que se manifiesta con un
dolor que puede ser leve o exasperante.

Alveolitis seca (alveolitis)

La alveolitis seca (exposición del hueso en el alvéolo, lo que ocasiona


un retraso de la cicatrización) puede producirse con posterioridad a
la extracción de un molar inferior y a la desaparición del coágulo de
sangre que suele formarse en el alvéolo. De modo característico, el
malestar se reduce durante 2 o 3 días después de la extracción para
luego empeorar de repente, a veces acompañado de dolor de oído.
Aunque dicha afección desaparece por sí misma al cabo de 1 o 2
semanas, el odontólogo puede aplicar un apósito con un anestésico
en el alvéolo para suprimir el dolor. El odontólogo reemplaza el
apósito entre cada 1 y 3 días, y lo sigue haciendo hasta que, después
de haber pasado unas cuantas horas sin apósito, ya no se sienta
dolor. Los odontólogos también emplean a menudo un apósito
comercial que no necesita ser reemplazado y que contiene un
medicamento antimicrobiano y un analgésico además de un
anestésico. Si se necesita más alivio del dolor, se pueden tomar
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) por boca (vía oral).

La alveolitis seca es mucho más común en fumadores. Si es posible,


los fumadores no deben fumar durante varios días antes y después
de la extracción. Las mujeres (en especial las que toman
anticonceptivos orales) también presentan mayores índices de
alveolitis seca.

Osteomielitis

La osteomielitis es una infección ósea, y suele estar causada por una


bacteria. Cuando la osteomielitis tiene lugar en la boca, por lo
general se presenta como una infección de la mandíbula. Suele ir
acompañada de fiebre, y el área afectada se nota sensible al tacto e
inflamada. Los médicos o dentistas se basan en las radiografías para
hacer el diagnóstico. Quienes sufren osteomielitis necesitan tomar
antibióticos durante un periodo prolongado de tiempo.
Hemorragia

La hemorragia después de una extracción dental es frecuente.


Cuando una pequeña porción de sangre se mezcla con la saliva, la
hemorragia puede parecer peor de lo que es, ya que la cantidad
aparente de sangre es mucho mayor que la real. Por lo general, la
hemorragia puede detenerse manteniendo una presión constante en
la zona operada durante la primera hora, normalmente pidiéndole al
paciente que realice esa presión mordiendo un trozo de gasa. Puede
tener que repetirse el mencionado proceso dos o tres veces. Es
importante mantener el trozo de gasa (o una bolsita de té) firmemente
en su sitio durante por lo menos una hora. La mayoría de los
problemas hemorrágicos se presentan cuando el paciente levanta la
gasa o la bolsa de té para comprobar si ha cesado la hemorragia. Si
ésta persiste más de unas cuantas horas, debe avisarse al dentista.
Es posible que el dentista deba limpiar la zona de la hemorragia y
cerrarla quirúrgicamente con puntos (de sutura).
Las personas que tomen con regularidad anticoagulantes
(medicamentos que previenen la formación de coágulos de sangre),
como la warfarina, o aspirina (incluso si toman solo una aspirina de
vez en cuando) deben informar al odontólogo una semana antes de
la intervención quirúrgica, ya que dichos fármacos aumentan la
tendencia a la hemorragia. El médico del paciente puede ajustar la
dosis del fármaco o interrumpir el tratamiento de forma temporal
durante unos cuantos días antes de la intervención, después de
consultarlo con el dentista.

NECROSIS 13 DE JUNIO

Se trata de un accidente raro, aunque en otro tiempo no infrecuente.


La necrosis más típica era la de la fibromucosa palatina, en relación
fundamentalmente con la utilización de un determinado producto
anestésico (fosfato de butanilicaina) o con la inyección de excesiva
cantidad de solución anestésica que además contuviese una gran
concentración de vasoconstrictor. La escara (a veces alar- mante) se
desprende en unos cuantos días, dependiendo de la extensión y,
postenormente, comienza un dilatado proceso de granulación por
segunda intención.
La osteonecrosis de la mandíbula es un trastorno que supone la
necrosis ósea de zonas de la mandíbula tras su exposición a través
del tejido gingival. El trastorno suele causar dolor, aflojamiento de
los dientes y secreción de pus. Dicho trastorno puede aparecer con
posterioridad a una de estas situaciones
• Extracción dental

• Una lesión

• Radioterapia de cabeza y cuello (osteorradionecrosis)

• Empleo de bisfosfonatos en dosis elevadas o durante periodos


prolongados

La osteonecrosis de la mandíbula también puede presentarse de


forma espontánea. Este trastorno aparece en algunas personas que
tomaron medicamentos para fortalecer los huesos. Los fármacos de
este tipo de uso más común son los bisfosfonatos, entre los que se
incluyen el alendronato, el risedronato, el ibandronato y el
zoledronato. Los bisfosfonatos parecen presentar mayor riesgo de
causar osteonecrosis de la mandíbula en personas que se someten a
cirugía oral de la mandíbula inferior durante el tratamiento con
dichos fármacos por vía intravenosa, personas que hayan recibido
previamente altas dosis de bisfosfonatos por vía intravenosa (algo
habitual en ciertos tratamientos contra el cáncer) o que hayan
tomado bisfosfonatos durante un largo periodo de tiempo. El riesgo
de desarrollar osteonecrosis mandibular es mucho menor (alrededor
de 1 entre 1000) en las personas que toman bisfosfonatos en dosis
estándar para tratar la osteoporosis durante periodos breves de
tiempo.
El tratamiento suele consistir en eliminar por raspado parte del
hueso dañado (desbridamiento), tomar antibióticos por vía oral y
utilizar enjuagues bucales antibacterianos.

REACCIONES TÓXICAS. 17 DE JUNIO

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