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Se estima que aproximadamente dentro de 30 años la escasez de alimentos será una realidad
global y por lo tanto afectará a la mayoría de la población mundial. La biotecnología y la
ingeniería genética se presentan como la solución ante esta problemática ya que a partir de la
se introducción de diversos métodos se alcanzará un potencial aumento de la productividad
agrícola que incrementará la cantidad y calidad de los alimentos.
LA BIOTECNOLOGÍA
Cada vez más la ciencia y la medicina apuntan a diseñar formas personalizadas de rutinas
alimentarias. De esta manera se busca mejorar nuestra dieta y tratando de entender cómo
impactan los alimentos en nuestros genes. Esto es lo que denominamos por Nutrigenética.
Se trata del estudio de las variantes que existen en nuestro genoma relacionadas con la
manera en que digerimos y metabolizamos los nutrientes. Es decir, que se enfoca en estudiar
cómo está programado nuestro ADN para poder utilizar los nutrientes de los alimentos. Tuvo
sus inicios en algunos países de Europa y en Estados Unidos, aunque en nuestro país hace unos
pocos años que empezó a tener mayor relevancia.
Cada alimento impacta sobre un gen y este, a su vez, reacciona frente a ese alimento. Así es
como funciona el metabolismo, pero cada persona tiene una reacción metabólica diferente.
Conocer nuestro código genético puede permitirnos saber qué tenemos que comer y generar
así hábitos saludables para estar más vitales y tener una mejor calidad de vida.
En primer lugar, permite una mayor personalización de la alimentación, por eso se lo conoce
como Nutrición personalizada. "Si bien siempre intentamos adecuar la alimentación a los
gustos y necesidades de las personas, en este caso el grado de personalización es mayor, ya
que se tiene en cuenta la información que dictan tus genes. Esto determina la segunda y gran
utilidad, que es la prevención de muchas afecciones relacionadas a los alimentos". Aquellas
personas que tienen genéticamente predisposición a alguna condición, por ejemplo
Hipertrigliceridemia, podemos acompañarlos de una forma más cercana, hacer los ajustes
dietéticos y de estilo de vida necesarios para prevenir enfermedades asociadas a triglicéridos
elevados.
Actualmente hay sustento científico que relaciona la genética y la nutrición para las
siguientes áreas:
"Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de
los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente".
Hay informes científicos en los que se muestran evidencias de riesgos a la salud: nuevas
alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos. Estos
cultivos se han aprobado basándose en la equivalencia sustancial, es decir la comparación de
un OMG con un equivalente no modificado genéticamente; si no se detecta una diferencia
significativa el OMG se declara seguro. Este concepto es muy criticado por gran parte de la
comunidad científica".
3. Aparición de nuevos tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las proteínas
que se utilizan como marcadores en los OMG).
Un nuevo informe elaborado por científicos franceses de las universidades de Caen y Rouen
sobre tres variedades de maíz modificado genéticamente muestra claras evidencias de riesgos
para la salud. Se trata del maíz MON 810, único cultivo transgénico aprobado en la UE, y otros
dos maíces autorizados para su importación y para su entrada en alimentación humana y
animal.
Los científicos han encontrado evidencias claras de riesgos para la salud en parámetros
sanguíneos asociados con las funciones renales y hepáticas. Los cambios observados con los
tres maíces transgénicos siguen patrones típicos de disrupciones en el sistema metabólico. El
equipo también critica duramente la forma en la que los datos fueron analizados por
Monsanto, sin cumplir los estándares estadísticos internacionales ni los estándares para
ensayos alimentarios.
Los tres maíces tienen, sin embargo, el visto bueno de las autoridades europeas, que han
permitido su importación para entrar en la alimentación humana y animal en Europa y uno de
ellos, el MON810, se cultiva sobre todo en España.