Está en la página 1de 5

RESUMEN EMBRIOLOGIA DEL SISTEMA

NERVIOSO.
Nombre: Sebastián Maldonado

El sistema nervioso deriva del ectodermo dorsal del embrión, primero se forma
un engrosamiento que se denomina placa neural y posteriormente se invagina
para dar origen al canal neural. Este canal se encuentra limitado por dos
crestas laterales que corren del extremo oral al extremo anal del embrión.
En estadios posteriores del desarrollo del embrión el surco se profundiza y da
origen al tubo neural. La transformación del canal en tubo inicia en la parte
media del embrión hacia sus extremos.
El tubo neural no alcanza a cerrarse del todo, dejando en sus extremos dos
poros denominados el neuróporo anterior y el neuróporo posterior.
El neuróporo anterior o cefálico, mediante el desarrollo del tejido nervioso se
oblitera por la lámina terminalis que en el adulto toma el nombre de lámina
supra óptica, por quedar situada inmediatamente por encima del quiasma
óptico.
El neuróporo posterior se oblitera por tejido nervioso, no teniendo interés
alguno en el adulto.
La mayor parte del sistema nervioso deriva del tubo neural y de las crestas
neurales llamadas también crestas ganglionares, otras porciones derivan de las
placodas ectodérmicas.
Del tubo neural derivan: 1.- El Prosencéfalo o vesícula cerebral anterior. 2.-
El Mesencéfalo o vesícula cerebral media. 3.- El Rombencéfalo o vesícula
cerebral posterior. 4.- La Médula Espinal.
En estadios posteriores en Prosencéfalo se subdivide en: Telencéfalo y
diencéfalo.
El telencéfalo a su vez da origen a la corteza cerebral, al rinencéfalo o cerebro
olfatorio y al cuerpo estriado.
El diencéfalo da origen al tálamo óptico y a estructuras nerviosas vecinas
como son el hipotálamo, el metatálamo, el subtálamo y el epitálamo.
El mesencéfalo o vesícula cerebral media no sufre subdivisión alguna y da
origen a los pedúnculos cerebrales por delante y a la lámina cuadragésima por
detrás.
Del rombencéfalo o vesícula cerebral posterior se originan: el Metencéfalo
que a su vez da origen a el puente o protuberancia anular; el mielencéfalo que
origina al bulbo raquídeo o médula oblongada. En la unión de la protuberancia
con el bulbo raquídeo se origina una yema de tejido nervioso que da origen al
cerebelo.
De las crestas ganglionares derivan:
a). - Los ganglios espinales, que están constituidos por células nerviosas
sensitivas monopolares. b). - Los ganglios del sistema vegetativo, tanto
simpáticos como parasimpáticos. c). - Los órganos cromafines tales como el
corpúsculo intercarotídeo, el corpúsculo aórtico, la glándula coxígea de Lushka
y la médula de las glándulas suprarrenales.
Hammond e Intena (1947) demostraron que estas estructuras derivan de las
crestas ganglionares, los estudios se realizaron en embriones de pollo de 15 a
23 somitas, después de extirparles las crestas neurales esperaron 6 días más y
notaron la falta de todos los tejidos enumerados en a, b y c.
Los ganglios espinales, derivados de la cresta ganglionar del embrión, se
sitúan por fuera del sistema nervioso central y están formados en el adulto por
neuronas sensitivas monopolares, cuya prolongación única se divide en T.
Una de sus ramas va a los tegumentos, músculos, articulaciones y vísceras,
estando encargada de conducir impresiones sensitivas generadas en esos
tejidos hacia los ganglios; la otra rama se dirige de los ganglios hacia la médula
espinal (el sistema nervioso central), conduciendo los estímulos sensitivos a
niveles superiores.
Como excepción a la regla general de que todos los derivados de las crestas
ganglionares quedan situados por fuera del sistema nervioso central, se
encuentra el ganglio mesencefálico del trigémino, que en el adulto está situado
dentro del mesencéfalo a los lados del acueducto de Sylvio.
De las placodas del ectodermo derivan de adelante hacia atrás:
1.- La placoda olfatoria que origina los bulbos olfatorios. 2.- La placoda del
cristalino que da por origen a la placoda óptica de Schulze. 3.- La placoda
gustativa que da origen a los receptores y fibras pertenecientes al sentido del
gusto. 4.- La placoda ótica, que da origen al aparato receptor y las fibras del
VIII par craneano o nervio acústico.
El hablar en neurología de sistema nervioso central, sistema nervioso
periférico, sistema nervioso vegetativo y pares craneales como componentes
separados ocasiona confusión en la mente de los estudiantes de medicina y de
muchos médicos, pues como se fundamenta desde el estudio de la embriología
del sistema nervioso, no existe más que un sistema nervioso central con
prolongaciones que vienen o van a las diferentes porciones del cuerpo
humano, si éstas prolongaciones se comunican con las estructuras somáticas
se habla de sistema nervioso periférico y si por otra parte conducen impulsos a
las vísceras se habla de sistema nervioso vegetativo.
En el caso de los denominados nervios craneanos, algunos de ellos envían
impulsos “aferentes” o sensitivos hacia el sistema nervioso central, de donde
reciben el nombre de nervios craneanos sensitivos. Otros, por lo contrario,
envían impulsos “eferentes” o motores a los músculos estriados voluntarios, a
las estructuras musculares lisas o glandulares vegetativas, de donde reciben el
nombre de nervios craneanos motores. Si un nervio posee tanto fibras
sensitivas como motores, recibe el nombre de nervio craneal mixto.
El sistema nervioso vegetativo con sus dos componentes; el simpático y el
parasimpático, dependen totalmente del sistema nervioso central y en particular
dependen del hipotálamo, estructura derivada del diencéfalo.
Los ganglios vegetativos, derivados embriológicos de las crestas ganglionares,
si pertenecen al sistema simpático, quedan situados por fuera de la médula
espinal y cerca de la columna vertebral, por lo contrario, si pertenecen al
sistema parasimpático, quedan vecinos a las vísceras donde terminan sus
fibras.
Los ganglios vegetativos se encuentran formados por células nerviosas que
reciben impulsos del sistema nervioso central para enviarlos posteriormente a
la musculatura lisa o al tejido glandular correspondiente.
La activación del componente simpático del sistema nervioso vegetativo, da
como resultado final la liberación de los mediadores químicos adrenalina y
noradrenalina, que al actuará sobre la musculatura lisa y el tejido glandular
provocan: aumento de la frecuencia cardiaca, dilatación de los bronquios,
inmovilidad de la musculatura lisa del tubo digestivo y del aparato
genitourinario así como la inhibición de las secreciones del tubo digestivo,
todos estos fenómenos se presentan en la reacción llamada de rabia o de furia.
En el hipotálamo se secreta durante el estado de furia: noradrenalina y
adrenalina, lo que origina el sentimiento de ansiedad o furia que acompaña a la
descarga simpática.
LA MEDULA ESPINAL.
La médula espinal es la porción más baja del sistema nervioso central, no solo
en lo que se refiere a su posición anatómica, sino también por poseer las
funciones más simples de las ejecutadas por el S.N.C.
El tamaño de la médula espinal varía según la estatura del sujeto y en
términos generales es de 43 a 45 cm., su extremo superior está situado a nivel
de la articulación del atlas con la apófisis odontoide del axis, donde emerge el
primer nervio cervical, su extremo inferior queda a la altura del borde inferior de
la segunda vértebra lumbar. Esta relación para el límite inferior se refiere al
adulto ya que, en el embrión humano de 8 semanas y media, la médula termina
a nivel de la primera vértebra coxígea; a los 4 meses y medio de la vida
intrauterina el extremo inferior de la médula está situado a la altura de la cuarta
vértebra lumbar y en el momento del nacimiento a nivel de la tercera vértebra
lumbar.
Esta discordancia creciente entre el conteniente y el contenido es debida al
mayor desarrollo de los cuerpos vertebrales. La médula espinal se encuentra
ligeramente aplanada de adelante hacia atrás y presenta dos abultamientos
uno superior o braquial y otro inferior o lumbosacro, denominados en esta
forma debido a que a su nivel nacen los plexos braquial y lumbosacro
respectivamente.
En las especies zoológicas en las que no existen miembros, estos
abultamientos no están presentes, así mismo en personas que desde
pequeñas sufrieron la pérdida de uno o varios miembros se ha notado la falta
del engrosamiento superior o inferior correspondiente. El engrosamiento
lumbosacro se continúa hacia abajo con el cono medular que es la parte
terminal de la médula espinal y de su extremo inferior nace el filum terminal,
vestigio embrionario de la médula espinal sin ningún elemento de conducción.
La médula espinal presenta la misma serie de curvaturas que notamos en la
columna vertebral, la primera curvatura es de convexidad anterior y
corresponde a la columna cervical, la curvatura dorsal es de convexidad
posterior y la curvatura lumbar es de convexidad anterior.
A la médula espinal se le consideran cuatro caras y dos extremidades, las
caras son: una anterior o ventral, una posterior o dorsal y dos caras laterales,
los extremos son el superior, que se continúa con el bulbo raquídeo y el inferior
continuado por el filum terminalis. La cara anterior o ventral posee un surco
longitudinal de situación media de una profundidad de 2 a 3 milímetros y tiene
en el fondo a la comisura blanca anterior, se denomina surco medio anterior de
la médula y está interrumpido en su parte superior en el límite con el bulbo
raquídeo por el entrecruzamiento o decusación de las fibras que descienden
directamente de la corteza cerebral hacia las astas anteriores de la médula
espinal; estas fibras se conocen con el nombre de vía piramidal.
A los lados del surco medio anterior se nota la emergencia de las raíces
anteriores de los nervios raquídeos, esta emergencia es irregular y forma el
surco colateral anterior. En la cara dorsal de la médula se observa el surco
medio posterior, poco profundo que se continúa con el interior de la médula por
un tabique sagital llamado “septum medio posterior”, de naturaleza glial, es
decir, está formado por células de sostén del sistema nervioso central. A los
lados del surco medio posterior se nota la entrada de las raíces posteriores de
los nervios raquídeos en un surco llamado “surco colateral posterior”.
En la porción cervical de la médula espinal en el espacio comprendido entre el
surco medio posterior y el surco colateral posterior, existe un pequeño surco
“paramecio posterior”, que divide al cordón posterior en dos fascículos: uno de
Goll y otro de Burdach, en la médula cervical, los cordones posteriores
alcanzan su mayor volumen.
Entre las emergencias de las raíces anteriores de la médula espinal, quedan
situados los cordones anteriores, separados entre sí por el surco medio
anterior; los cordones posteriores quedan situados entre las entradas de las
raíces posteriores y quedan separados entre sí por el surco medio posterior.
Los cordones laterales corresponden a las caras laterales de la médula espinal
y se limitan por delante por la emergencia de las raíces anteriores y por detrás
por la entrada de las raíces posteriores.

También podría gustarte