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Renovar asumido como refrescar, implica que un pensamiento práxico como el camilista,
se atempera a las vicisitudes de los tiempos; y tiene que ser así en tanto, aun y siendo
religioso, el legado político de Camilo, dista de ser una propuesta dogmática, por el
contrario, la misma hecha práctica, es muestra de una opción amplia y articuladora de la
diferencia. Si no hubiera sido así, su acción religiosa, académica, política, se hubieran
enclaustrado en los muros de la conformidad que su tiempo le reclamaban, máxime
gozando de los privilegios que por su origen de clase podía asumir.
En diálogo póstumo con esta/os camilistas, y centrados en dos asuntos que copaban
sus preocupaciones vitales, la Unidad y la Paz, viene bien traer a cuento de cara a los retos
que este 2016 plantea al pueblo colombiano y a quienes como ello/as, partieron
convencidos de la necesidad de profundizar en aquello que nos une y trabajar las
diferencias mientras se avanza en fortalecer las coincidencias, siempre conscientes de las
diferencias; este es el gran reto, ¡asumir el desafío de la Unidad en la diferencia!.
La tarea que legó Camilo, salir de las capillas, abandonar los estados de confort, de
la tranquilidad que éstas garantizan, pues las practicas sectarias y exclusoras, soslayan las
diferencias y terminan en la homogeneidad ideológica o política que deviene en
sectarismos y dogmatismos. He aquí una derivada de suma importancia para las prácticas
de algunas izquierdas y para el conjunto del movimiento social, que terminan
convirtiéndose en iglesias, so pretexto de buscar la liberación.
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Profesor Universidad del Valle.
Cada vez me convenzo más que la única posibilidad que tenemos la clase Popular, es
juntarnos, identificar claramente nuestros objetivos lo que nos permitirá definir con quienes
coincidimos y en que concordamos. De Camilo hemos aprendido, que hay que ver de
entrada aquellos elementos en los que tenemos coincidencias, aquellos aspectos en los
cuales podemos y debemos trabajar de manera conjunta; esto nos exige cambiar manera y
formas de pensar, exige construir nuevas antropologías 2.
El ser con otros exige en reconocimiento de los que se suponen coincidentes. Se supone que
los que profesan amor al prójimo, llámense cristianos o marxistas podrían tener más
cercanía que aquellas posturas que se fundamentan en el mero interés particular, egoísta,
egocéntrico. Muchas prácticas que desarrollamos nos alejan de juntarnos a partir de las
coincidencias, pocas o muchas. De hecho lo que hemos vivido muchos y de seguro hemos
hecho vivir, es que no juntamos las diferencias que se suponen andamos por la misma vía,
los jóvenes no retoman la experiencia de quienes han dado unos pasos más en la vida; los
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viejos no reconocemos los nuevos aportes; muchos nos llamamos marxistas y no hemos
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Diálogos con Uverney.
leído un párrafo completo del viejo, y por eso no valoramos las posturas de quienes le han
dedicado tiempo a formarse en esa línea.
Lo que se podría pensar entonces como camilista, es que el reto grande esta en avanzar en
el fortalecimiento de los procesos político organizativos a la par que se afianzan
transformaciones de fondo en procura de aportar a la construcción de un proyecto de Ser
cualitativamente distinto al propuesto por el pensamiento colonial. No se trata solo de
hacerse al poder, se requiere construir relaciones cualitativamente diferentes, entre los
seres humanos y con la naturaleza. Si aportamos algo en este sentido estaremos dando
pasos agigantados en transformaciones revolucionarias de fondo.
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