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Planificación de la Economía
1960 - 2010
50 años de la
Planificación en Cuba
Colectivo de profesores
Centro de Estudios de Economía y
Planificación “Juan F. Noyola”
MEP
Compendio de artículos
Planificación de la Economía
9 789597 166122
INTRODUCCIÓN
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Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 1
INTRODUCCION
El objetivo del presente trabajo es brindar un marco de referencia para el análisis de las alternativas de
evolución del modelo económico para Cuba en los próximos años.
El eje metodológico del trabajo es el concepto de modelo económico, que sirve para denotar las
características fundamentales de organización y regulación de la economía. También se utiliza la técnica
de escenarios, no para proyectar puntualmente el futuro, sino para caracterizar situaciones alternativas
que permitan enmarcar dicha realidad futura.
En la primera parte del trabajo se examinan los componentes básicos de los modelos económicos
socialistas, su forma de movimiento y las tendencias históricas más generales; desde la planificación
centralizada hasta las más recientes experiencias de la reforma China. Esta primera parte sirve de
referencia conceptual para el análisis de las experiencias cubanas.
En la segunda parte, se caracterizan las distintas etapas por las que ha transcurrido el modelo
económico en Cuba y, a partir del diagnóstico de la situación actual, se aborda la proyección de
escenarios de referencia para el modelo económico en los próximos años.
De igual modo que para la economía capitalista se distingue entre capitalismo de libre competencia y
capitalismo monopolista, o entre el modelo de capitalismo sueco y el modelo norteamericano; para las
economías socialistas basadas en la propiedad social sobre los principales medios de producción,
también se presentan distintas formas organizativas y de funcionamiento.
Estas distintas posibilidades pueden ser caracterizadas en sus rasgos más esenciales por medio de un
modelo, que exprese de forma sintética los principios, el modo de funcionamiento y los mecanismos de
gestión del sistema de que se trate.
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En el surgimiento y evolución histórica de los modelos económicos socialistas confluyen dos aspectos
principales: uno subjetivo, de carácter político, concerniente a las aspiraciones finales del proyecto
socialista en cuanto al logro de una sociedad más equitativa y solidaria; y otro aspecto de tipo objetivo,
referente a la eficacia del modelo en el logro de los objetivos de política económica (crecimiento,
modernización, suficiencia alimentaria, etc.).
El ideal utópico es expresión de una constante del pensamiento humano desde tiempos remotos: la
aspiración de conformar la sociedad sobre la base de determinados principios éticos y racionales. El
socialismo, basado en las nociones del progreso social y de perfeccionamiento y mutabilidad de las
formaciones socioeconómicas, considera que la desigualdad económica que se genera en el capitalismo
es incompatible con el objetivo de crear una sociedad basada en la justicia social.
LA UTOPIA SOCIALISTA
Los objetivos tradicionalmente planteados para la sociedad socialista, muestran elevadas aspiraciones
en el plano utópico. En la fase comunista, objetivo final de la sociedad socialista, el trabajo debe
convertirse en una actividad creadora y en necesidad vital y espontánea del hombre; la administración
sobre los hombres sería sustituida por la administración sobre las cosas; y se aplicaría la fórmula de
distribución: de cada cual según su capacidad a cada cual según su necesidad. La sociedad
socialista se concibe como una etapa intermedia, donde aun el trabajo es principalmente un medio de
vida; y se mantiene el papel del Estado; se aplica la fórmula socialista: de cada cual según su
capacidad a cada cual según su trabajo; junto con una transformación de la conciencia y los valores
sociales, consecuentes con un avance hacia una sociedad más solidaria.
De lo anterior, resulta evidente que construir esa nueva sociedad requerirá de un profundo proceso de
transformaciones radicales en las relaciones sociales y en el sistema de valores y conductas de los
individuos.
Para el socialismo pasar de una simple utopía a una realidad efectiva y triunfar históricamente, tiene que
demostrar no sólo su mayor potencial de justicia social, sino también su capacidad de impulsar el
desarrollo de las fuerzas productivas en medida superior al capitalismo, en las circunstancias concretas
del país de que se trate.
En un principio fue opinión bastante generalizada, entre los constructores del socialismo en la Unión
Soviética y otros países, que las ventajas de la propiedad social sobre los medios de producción y los
instrumentos de la planificación eran tan poderosos, que no existiría contradicción entre los objetivos de
la transformación socialista de la conciencia y los requerimientos del desarrollo económico. Después, se
ha ido constatando que las dificultades para sostener altos ritmos de crecimiento en las condiciones
contemporáneas resultan superiores a los previstos.
También, desde otro ángulo, se ha ido acumulando evidencia en el sentido de que la simple acumulación
de beneficios económicos no bastaría para operar los cambios necesarios en la conciencia social. No se
trata pues de impulsar el desarrollo económico perdiendo de vista el objetivo esencial de la
transformación socialista. Ernesto Guevara, que vio con nitidez esa posible contradicción, la expresó de
la siguiente manera: "El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa"i.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 3
En general, por tanto, tiende a aceptarse la existencia de dos grandes ejes de racionalidad para los
modelos económicos socialistas, uno encaminado a impulsar y dar coherencia al objetivo de
transformación de la conciencia social; y otro, a sustentar los objetivos económicos. De tal modo, en el
fondo de las discusiones sobre modelos económicos en el socialismo, es posible identificar dos temas
principales: a) en qué medida el modelo expresa la correlación mas adecuada entre los dos objetivos
en el momento histórico-concreto; b) en qué medida el modelo logra compatibilizar ambos objetivos.
La recta que corta a ambos ejes representa geométricamente las posibilidades de compatibilizar a corto
plazo los objetivos económicos y de transformación socialista por medio de los modelos económicos
conocidos. El punto P representa un modelo que enfatiza los aspectos económicos en detrimento de los
mecanismos de transformación de la conciencia y la sociedad; en tanto que el punto O privilegia los
aspectos relacionados con la transformación social a costa de la optimización económica.
Aquí se trata básicamente de un problema de selección política, que puede responder a una maniobra
de ajuste o a un movimiento de avance o repliegue político de mayor envergadura, como fue el caso,
por ejemplo, de la Nueva Política Económica en la URSS de los años veinte.
A mayor plazo es posible lograr el desplazamiento de la curva hacia afuera, lo cual representa el diseño
de sistemas más eficientes que potencian la interacción entre ambos objetivos, el económico y el
sociopolítico. De este modo, la curva que relaciona ambas variables tendría fuera del corto plazo -y en
condiciones de perfeccionamiento adecuado del modelo económico- una pendiente positiva.
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En el esquema se ilustra como un mejor diseño del modelo económico (línea de puntos) permite
mejores resultados económicos (e'>e) sin cambios en los métodos de transformación social (C
constante). En este caso se trata de un problema esencialmente empírico y de diseño.
Esta doble exigencia, a que están sometidos los modelos económicos socialistas, con frecuencia es
olvidada por algunos analistas que enfocan la cuestión sólo desde el ángulo de la racionalidad
económica y atribuyen la influencia del eje de transformaciones socialistas a elementos de
"irracionalidad" del sistema.
Durante muchos años, el modelo de planificación centralizado que surgió en la década del treinta en la
Unión Soviética, y fuera con posterioridad a la 2da Guerra Mundial implantado en los países socialistas
de Europa del Este y en China, estuvo considerado como el paradigma del modelo económico
socialista.
Sin embargo, ya desde los años cincuenta dicho modelo comienza a ser objeto de cuestionamientos y
se inicia un proceso de modificaciones y reformas. Las principales direcciones, en las cuales se han
propugnado dichos cambios, han sido:
La segunda tendencia de modificación, por vía de métodos de movilización política aparece en China,
en los años sesenta, asociada a la insatisfacción con el modelo de planificación soviético y su intento de
adaptación a las condiciones específicas de ese país, el cual fue desarrollado por Mao Zedong; con un
primer episodio en 1958-60 conocido como el Gran Salto Adelante, y otra etapa de 1966 a 1976,
denominada de la Revolución Cultural. Fue característico de este período la movilización política de las
masas para la ejecución de grandes tareas económicas; el desarrollo de las comunas en la esfera rural,
fusión de lo administrativo, lo económico y lo político; la reducción al mínimo de los productores
privados y las relaciones mercantiles; el ataque a las estructuras y estilos burocráticos y un alto grado de
regulación política y estatal de la cultura y la actividad cotidiana de los ciudadanos.
La tercera dirección, conocida como de reformas de mercado, tiene su origen en las críticas que ya
desde los años cincuenta se realizan al modelo de planificación centralizada, y que resurgen con más
fuerza en los años sesenta en torno a las ideas del economista E. Liberman.
En la Unión Soviética, estas ideas compiten con las del perfeccionamiento de la planificación,
fundiéndose a partir de 1965 en un modelo ecléctico que conservó los rasgos esenciales del sistema
centralizado, el cual, independientemente de algunas modificaciones y experimentos, se mantuvo vigente
-no sin repetidos intentos de reforma- hasta la primera mitad de los ochenta.
Donde esta dirección de cambio presenta en realidad una tendencia más acentuada es en los países
socialistas de Europa del Este, especialmente en Polonia, Hungría y Checoslovaquia. El fracaso político
del experimento checo en 1968 trae por consecuencia un retroceso de este movimiento de reformas,
excepto en Hungría que implanta en ese mismo año el denominado Nuevo Mecanismo Económico.
A partir de 1978, China inicia también un profundo proceso de reformas de un alcance tan amplio
como el de Hungría y que, de forma similar, comienza por la agricultura y se apoya, en una primera
fase, en el desarrollo de la llamada segunda economía (pequeños productores privados).
En los años ochenta toma fuerza la crítica al denominado modelo reformado, debido a que no cumple
adecuadamente las expectativas en cuanto a la rectificación de los desbalances macroeconómicos,
internos y externos, ni en cuanto al ajuste productivo necesario para una mayor competitividad. Dicha
situación da lugar a la formulación de un nuevo modelo, con una participación cualitativamente mayor
del mercado, el cual fue conocido por socialismo de mercado. Las experiencias que comenzaron a
concebirse en esa dirección por países socialistas de Europa y la URSS, quedaron truncas en 1989
debido a la pérdida del poder político, por lo que solamente China y Viet-Nam permanecen como
exponentes de este camino de reformas.
Los primeros países en concluir la etapa extensiva y enfrentar la tarea de la transición fueron la
República Democrática Alemana y Checoslovaquia, durante los años sesenta. Pocos años después
fueron seguidos por Hungría y Polonia, y ya a mediados de los ochenta prácticamente todos los países
socialistas estaban enfrascados en las tareas de la transiciónii.
Deben también mencionarse otros factores que coadyuvaron a la crisis del modelo extensivo de
crecimiento, como fueron el aumento de los ritmos de crecimiento económico en los países capitalistas
desarrollados en la postguerra; la aceleración de la revolución científico-técnica, y en especial de la
electronización de la economía; la elevación de los precios del petróleo; el surgimiento de grandes
bloques económicos y el recrudecimiento de la competencia; la crisis del esquema de especialización
del CAME, basado en el suministro de energía y materia prima barata por parte de la URSS; y la
carrera armamentista.
A pesar de que la Unión Soviética y otros países socialistas desarrollaron una amplia infraestructura de
investigación científica y tecnológica, en la práctica la introducción de los logros científico-técnicos
estuvo considerablemente rezagada. En este retardo tecnológico, también influyó el férreo bloqueo a los
productos de alta tecnología implantado por los países occidentales y la propia falta de difusión de las
tecnologías militares y espaciales hacia la economía civil en la URSS.
Durante los setenta los países socialistas se endeudaron fuertemente con la compra de tecnología
occidental. La contracción del comercio a partir de 1973 creó entonces fuertes obstáculos para
incrementar las exportaciones y restituir los adeudos, lo que se agregó a los demás factores de crisis.
En el caso de China, las motivaciones para las reformas del 1978 se asocian a la rectificación de los
grandes desbalances macroeconómicos, a la necesidad de dar respuesta a la demanda de empleo,
impulsar la producción agrícola y lograr la modernización de la economía, más que al agotamiento de
los factores extensivos; los cuales han continuado contribuyendo al crecimiento en la etapa ulterior (altas
tasas de acumulación, liberación de trabajadores agrícolas).
La dirección de la vanguardia debe realizarse en estrecho vínculo con las masas; sus iniciativas deben
ser aprobadas y acatadas por las masas como base del consenso social.
En los países socialistas, la expresión organizada de la vanguardia es el Partido, que debe ser motor
interno y supervisor del trabajo de toda la sociedad.
De acuerdo con este enfoque, la vanguardia debe hacer un uso conciente y organizado del poder que
tiene (político, estatal, institucional y económico), para desencadenar un proceso educativo en toda la
sociedad, mediante la enseñanza, la cultura general, los medios masivos de comunicación, y la
persuasión social a fin de generar actitudes socialistas y su conversión en hábitos de conducta.
La construcción del socialismo en condiciones de un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas,
confiere condiciones particulares al período de tránsito hacia el socialismo. Es una paradoja real de
nuestra época, que la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de
producción se da con más fuerza en países subdesarrollados. Sin embargo, los países subdesarrollados
son los que tienen condiciones más desfavorables desde el punto de vista cultural, organizativo y
material para implantar las formas avanzadas de socialización de la producción, lo cual imprime un sello
particular a la construcción del socialismo en esas circunstancias.
Este conjunto de objetivos socialistas y condiciones políticas, tendrá su reflejo en una determinada
estructura de poder; entendiendo por esto último la forma en que se ejerce y distribuye la autoridad en
las posiciones superiores de los órganos económicos, estatales y políticos de la sociedad. Esta
estructura de poder se inserta a su vez en un sistema político que determina como se reproduce ese
poder y su vínculo con el resto de la sociedad.
La tesis de que la sociedad debe ser conducida por una vanguardia en la dirección de cambios sociales
radicales implica la creación de un fuerte sistema de poder, con un acentuado sesgo de arriba hacia
abajo. Esto plantea, a su vez, determinados requisitos al sistema político en su conjunto, en cuanto a
participación, consenso y legitimidad, aspectos de indudable importancia pero que rebasan el marco del
presente trabajo.
Baste a nuestros fines, señalar que el modelo económico y sus modificaciones se intersectan y
correlacionan fuertemente con el sistema sociopolítico, tanto por vía del eje de transformaciones
socialistas como por su incidencia en la estructura de poder.
Las cuestiones relacionadas con las diferencias en la distribución del ingreso, el acceso a los servicios y
la seguridad social y la estimulación económica, se relacionan estrechamente con los objetivos de
transformación socialista. Las medidas de descentralización empresarial o territorial, la separación o
unión de la autoridad económica y política, selección de los cuadros económicos, etc., son aspectos
mas relacionados con la estructura de poder. Otras cuestiones como el contenido y proporciones de las
formas de propiedad tienen incidencia en ambos sentidos.
Por último, debe señalarse que la propia fortaleza del sistema de poder puede resultar fuente de
dificultades, ya que ello puede obstaculizar que las contradicciones y cambios de correlación, que tienen
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lugar en el seno de la sociedad, se reflejen evolutivamente en la superestructura, es decir, que la
fortaleza derive en rigidez.
Esto puede significar, entre otras cosas, el retardo en la adopción de modificaciones oportunas al
modelo económico. En un sentido más general, puede también suceder que en el ejercicio del poder la
vanguardia se desnaturalice y realice acciones para utilizar y reproducir su poder, no como vanguardia,
sino como individuos o capa dominante. Estos desajustes debidos a movimientos autonómicos de la
estructura de poder han estado presentes en algunas experiencias históricas, por lo que la evolución y
crisis de los modelos económicos tampoco ha estado exenta de esa pérdida de coherencia.
En conclusión, puede señalarse que las fuerzas esenciales de inercia y cambio, que rigen la evolución
histórica de los modelos económicos socialistas, están determinadas por la correlación e interacción de
los factores económicos y políticos, incluyendo estos últimos el conjunto de aspiraciones de
transformación socialista de la sociedad y la estructura de poder.
Por último, y antes de pasar al análisis de la evolución del modelo económico en Cuba y sus
perspectivas, es conveniente un breve recorrido de lo acontecido en otros países socialistas, tanto
desde el punto de vista práctico como conceptual, desde la implantación inicial del modelo de
planificación centralizada hasta nuestros días.
Este modelo, que durante muchos años representó el arquetipo de la planificación socialista, tenía las
siguientes características:
• Concentración de las decisiones económicas a nivel central, con indicadores directivos a las
empresas en cuanto a niveles de producción y recursos requeridos.
• Utilización del método de balances materiales para compatibilizar la economía y asignar recursos.
• Empleo de categorías monetario-mercantiles (precio, salario, rentabilidad, etc.), aunque con cierto
carácter pasivo.
El flujo de recursos, que en una economía de mercado se establece por el mecanismo de la oferta y la
demanda, en el modelo centralizado debe ser objeto de decisión en cada caso. Aunque el sistema de
balances materiales debe tener una coherencia global, cada decisión particular no está sujeta a un
condicionamiento económico previo (capacidad de compra, rentabilidad, etc.), como sucede en una
economía mercantil.
Esta dirección de la economía, a través de la asignación directa de los recursos, propicia un alto grado
de selectividad, inmediatez y maleabilidad en las decisiones; y permite efectuar con menores
impedimentos grandes maniobras en la economía (industrialización, desarrollo de territorios), así como
una amplia redistribución del ingreso, sin que medien procesos indirectos, de carácter inercial y difuso,
ni tener que hacer evidentes y legitimar a cada momento las decisiones redistributivas.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 9
Existe, por tanto, una estrecha afinidad entre este método de dirección económica y las exigencias de
un proyecto social que propugna profundas transformaciones de la conciencia social y de la estructura
económica, exigencias que se expresan en la conveniencia para el poder central de disponer de un
instrumento que le permite proyectar su voluntad con un mínimo de ataduras.
Sin embargo, como ya fuera apuntado, en la década del cincuenta comienza un rexamen crítico del
modelo. Los principales señalamientos efectuados fueron los siguientesv:
Como conclusión de este debate, se llega a un cierto consenso de que la llamada ley del valor debe
jugar un papel restringido en la economía socialista.
El modelo descentralizado
La síntesis de esta etapa de discusiones fue realizada con acierto por el economista polaco W. Brus,
quien formula además el denominado modelo descentralizadovi, que constituyó el punto de referencia
para los debates que tienen lugar en la década del sesenta.
Desde el punto de vista teórico, el modelo descentralizado parte de separar el mercado como regulador
general de la actividad económica (ley del valor), de la utilización de los instrumentos de mercado;
los cuales tendrían funciones económicas específicas dentro de un mecanismo más general regulado por
la planificación.
Los países en los que mas se avanzó, en cuanto a llevar a vías de hecho el modelo descentralizado,
fueron Checoslovaquia, Hungría y Polonia, aunque la influencia de estos enfoques se hizo sentir de
manera general, pues se reconoció en mayor o menor grado la conveniencia de incorporar a los
modelos existentes una mayor utilización de las relaciones monetario-mercantiles y una mas efectiva
autonomía empresarial. En el plano teórico, Ota Sik, principal figura económica de la reforma checa,
aunque parte de reconocer los aportes de W. Brus, hace algunas precisiones que profundizan las
posiciones de las reformasvii.
En 1968 tienen lugar hechos significativos para la historia de las reformas. Por una parte, la crisis
política en Checoslovaquia evidencia el potencial de conflicto entre el proceso de reformas y las
estructuras socialistas de poder. Estos acontecimientos determinaron un freno o desaceleración a las
reformas, excepto en el caso de Hungría que en ese propio año eliminó el sistema directivo de
planificación e instauró el Nuevo Mecanismo Económico, con lo cual dio comienzo a la primera
experiencia efectiva del modelo centralizado reformado.
Un punto culminante de este recuento lo constituyeron los trabajos de J. Kornaiviii, los cuales brindaron
una explicación sistemática de los problemas funcionales de las economías socialistas, que
históricamente habían limitado su efectividad.
Kornai comienza por constatar una diferencia esencial entre las economías de mercado y los
centralmente planificados, consistente en que en las primeras prevalece un mercado de "compradores",
donde los productores compiten entre sí por colocar sus productos en el mercado; mientras que en las
segundas, los vendedores tienen la primacía, pues la demanda insatisfecha hace que sean los
compradores los que compitan entre ellos por los productos.
En las economías de mercado, el ciclo de la reproducción está limitado por las restricciones de la
demanda, por lo cual los mercados trabajan en "presión": las vidrieras están llenas, existen
capacidades ociosas, pero no hay más ventas por falta de poder adquisitivo. En las economías
centralmente planificadas se da la tendencia contraria; las capacidades están a máxima explotación,
pero la demanda está insatisfecha, es decir, los mercados se encuentran en "succión".
Estar en una u otra situación tiene consecuencias de largo alcance en relación con el comportamiento de
los productores. En un mercado "en presión" se ven obligados a competir en calidad y precio, la
innovación tecnológica se convierte en un aspecto esencial de la producción.
En el mercado en "succión" no hay retroalimentación entre los clientes y los productores, ya que el
mercado traga cuanto se arroje al mismo; la reducción del costo y la calidad dejan de constituir una
premisa para la realización de la producción.
Las causas de que esto ocurra así en el modelo centralizado están dadas por lo que Kornai denominó
restricciones financieras débiles.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 11
En el caso de los bienes de consumo, ha sido una regularidad de las economías socialistas la tendencia
a que las medidas distributivas aventajen a las soluciones productivas, por lo que con frecuencia hay
que recurrir al racionamiento directo o encubierto, con tendencia a un exceso de circulante monetario.
En la esfera de los bienes de producción, el mercado en succión viene dado por el sesgo hacia la
formulación de directivas de producción tensas, sin tener en cuenta restricciones de costo.
En estas condiciones, la gestión productiva se transforma en una batalla constante por la solución del
déficit de recursos materiales. Son característicos la tendencia simultánea al exceso de inventarios junto
con la aparición continuada de escaseces, de ahí la denominación de economía de la escasez a este
modo de funcionamiento en el cual la reproducción está restringida por el lado de la oferta.
La virtud del análisis de Kornai consistió en que trasladó el análisis de las categorías generales (plan
versus mercado), al estudio de los comportamientos reales de los agentes económicos. Con ello, pudo
explicar cómo la mala arquitectura de un modelo es capaz de frustrar los mejores deseos y voluntad de
los hombres.
Aunque las experiencias de aplicación del modelo reformado cumplieron algunas de las expectativas
iniciales, las dificultades afrontadas superaron lo previsto. En la segunda mitad de los años ochenta,
junto con la elevación de las tasas de inflación y persistencia de los déficits externos en Hungría, China y
Polonia, comienzan a perfilarse una serie de críticas al modelo reformado.
Contrariamente a los que se suponía en cuanto a que dicho modelo permitiría un mejor manejo de los
equilibrios macroeconómicos, en la práctica se constató que las reformas estuvieron acompañadas de
fuertes desequilibrios internos y externos. Según algunos críticos, esto tuvo su origen en una incorrecta
secuencia de implementación de las medidas adoptadasix.
También a mediados de los ochenta, Kornai reexamina la experiencia del modelo reformado húngaro,
que ha venido sirviendo de inspiración al movimiento de reformas en Europa del Este y en la Unión
Soviética, y plantea que éste se ha quedado empantanado a mitad de caminox. Declara "reformistas
ingenuos" a E. Liberman, W. Brus, O. Sik y a G. Peter, y a él mismo en su primera etapa, y señala
como característica mas general de esta escuela de pensamiento la premisa de que la esfera de la
planificación y la del mercado se complementarían armónicamente en el modelo descentralizado.
En la práctica, señala Kornai, el movimiento a favor de una más elevada eficiencia y los cambios
estructurales hacia una mayor competitividad de la producción, que se suponía deberían impulsar las
fuerzas de mercado, no se materializaron en la medida esperada.
La causa de todo esto, se plantea, es la mediatización de las fuerzas de mercado: las empresas negocian
con las autoridades sus problemas; los obreros se resisten a la pérdida de seguridad y beneficios; y el
mercado de "compradores" no se logra implantar a plenitud. De este modo, sin llegar a ser el peor de
los dos mundos -planificación y mercado- tampoco puede decirse que se alcanza el mejor de ambos.
A esta altura del debate comienzan a perfilarse dos campos: el de los llamados socialistas
Galbraithsianos y el de los reformistas radicalesxi.
12 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
En su análisis del capitalismo moderno, Galbraith plantea la existencia de dos esferas, una constituida
por una parte mayoritaria de la producción concentrada en relativamente pocas gigantescas
corporaciones, con fuertes intervinculaciones con la estructura estatal; y otra constituida por los
medianos y pequeños productores y comerciantes, así como por los hogares. La primera, que
constituye el sector dominante, funciona en un ambiente altamente regulado, con una manipulación
keynesiana de la demanda, regulaciones de precios y de salarios, medidas proteccionistas y otros
mecanismos de intervención; en tanto que la segunda, de carácter subordinado, sí es efectivamente
coordinada por el mercado.
Para esta escuela, por tanto, la preocupación por un modelo de unidades productivas pequeñas,
interactuando en un régimen neoclásico de libre competencia, es un anacronismo, un salto atrás al
capitalismo del siglo pasado. El logro del perfeccionamiento del modelo descentralizado, no habría
entonces que buscarlo en soluciones tan extremas.
Por su parte, la agenda de los reformistas radicales comienza a marcar un cambio cualitativo en el
proceso de las reformas; no es ya la sociedad haciendo uso de los mecanismos de mercado, es un
mercado que comienza a regular a la propia sociedad.
Se plantea revisar los límites a la propiedad privada y la competencia entre distintos sectores de
propiedad y, por último, se cuestiona si la propia propiedad estatal, en su forma tradicional, es
compatible con las restricciones financieras fuertes y demás cambios propuestos. El afán por el
mercado hace sobrepasar los escrúpulos respecto a los objetivos políticos del socialismo. Esta
corriente acuña un nuevo término: socialismo de mercado.
Lo ocurrido posteriormente es conocido de todos, el drama de las reformas ha tenido por el momento
dos finales contrarios e igualmente dramáticos. Uno, el desmoronamiento de los regimenes socialistas en
Europa del Este y la ex Unión Soviética.
El otro final es más positivo. China, con su particular proceso de reformas, ha alcanzado éxitos
económicos notables y ha ido superando las dificultades en cuanto a mantener la continuidad política y
el consenso. Mil doscientos millones de habitantes del mundo subdesarrollado han más que duplicado
su nivel de vida; el incremento de las exportaciones de manufacturas de China a los mercados
internacionales ha tenido una dinámica incluso superior a la de los NIC'S. Conviene pues concluir este
recuento con un breve examen de las características de la reforma China.
Desde la fundación de la República Popular China en 1949, existió en ese país, hasta 1957, una
economía mixta en la que junto a un sector de propiedad estatal predominante, había propiedad
colectiva socialista, empresas capitalistas y economías individuales. En ese período se lograron grandes
progresos económicos.
En 1958, cuando recién comenzaba el Segundo Plan Quinquenal, se formula la consigna del Gran Salto
Adelante, que planteaba duplicar la producción de acero y grandes incrementos también en la
producción de granos.
Entre 1966 y 1976 tiene lugar al período de la Revolución Cultural, durante el cual tiene preminencia el
enfoque de movilización política. En esta etapa prevalece la tendencia a las altas metas y al voluntarismo
económico. La tasa de acumulación alcanzó el monto más alto hasta esa fecha, con un 31% para
1966-1978.
La dirigencia que derrota a la llamada "banda de los cuatro", plantea medidas concretas para superar la
crisis de 1975-76, pero también analiza la necesidad de cambios estructurales. El análisis del período
anterior mostró que el crecimiento se había logrado de forma extensiva y con grandes ineficiencias
económicas. En indicadores tales como cereales, aceite vegetal comestible, carne de cerdo y telas de
algodón el consumo per cápita de 1976 no había crecido respecto a 1966. Por otra parte, una alta
proporción del incremento de energía y de los productos de la industria pesada se empleaba en ella
mismaxii.
El eje principal de las discusiones sobre las reformas en 1978-1982 fue la cuestión de la autonomía
empresarial, sin un esquema general explícito. Se partía de una especie de retorno a la edad dorada de
los cincuenta, representada por un modelo dual, en que junto con un sector predominante de economía
estatal, centralmente planificada, coexistían otras formas de propiedad de importancia secundaria,
reguladas por relaciones de mercado.
Otras corrientes reformistas mas radicales, siguiendo aproximadamente las ideas del modelo
descentralizado de Brus, consideraban el sistema centralizado incompatible con la asignación eficiente
de recursos y el dinamismo tecnológico, por lo que propugnaban por una integración mayor de plan y
mercado, donde la separación no fuera por tipo de actividad (estratégica, no estratégica), sino por
amplios niveles o categorías económicas (nivel central, nivel empresarial; reproducción simple,
reproducción ampliada).
Puede afirmarse que las reformas de 1979-81 se mantuvieron en general dentro del modelo dual
restringido antes señalado. En la agricultura se elevaron los precios de acopio, se permitió mas
flexibilidad respecto a tener que producir granos, se descentralizaron las decisiones y se crearon
mercados libres urbanos y rurales para las producciones en exceso de las metas de acopio. Las
reformas en la industria consistieron en una mayor autonomía empresarial, libertad para decidir sobre
las producciones por encima de las metas directivas, sistema de estímulos por sobrecumplimiento, y
retención de ganancias por la empresa para fondos con diferentes destinos.
Junto con un fuerte estímulo a la actividad económica, las reformas generaron grandes desproporciones.
Aumentó el déficit presupuestario y el externo, se generaron excesivas construcciones y se incrementó
la inflación. Lo anterior coincide con el inicio de la campaña contra la Contaminación Espiritual
destinada a combatir la corrupción y otros fenómenos negativos generados por las reformas.
La política económica y los cambios organizativos se hicieron incompatibles y se crea un cierto impasse
hasta 1984 en que tiene lugar el segundo y mas profundo ciclo de reformas; aunque en la práctica
continúa el proceso de cambios en todo lo que no cuestionaba la planificación centralizada.
14 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
El sistema de comunas es desmantelado progresivamente, se fortalecen las administraciones urbanas y
se introduce el sistema de responsabilidad o contrato familiar para la explotación de la tierra. Se
disminuyeron las compras de acopio y el alcance del racionamiento y se expandió el mercado libre. En
1984 se extendió el período de arriendo de las tierras, primero a 15 años y después a 30 años.
Paralelamente se diversifica la economía rural con el surgimiento de una masa de pequeños productores
de manufacturas semiartesanales, construcciones, y servicios, en correspondencia con el incremento en
los ingresos de los campesinos; los cuales alcanzan unos 67 millones de trabajadores a finales de 1985,
18% del totalxiii.
A inicios de 1984, las condiciones macroeconómicas muestran considerables mejoras con la reducción
de los déficits internos y externos, y el aumento en la producción de bienes de consumo; ventana de
oportunidades nunca vista en los procesos de reforma en Europa del Este. A este clima favorable
también contribuyó el éxito de las reformas en la agricultura.
Las reformas de 1984-85 constituyeron la modificación más importante hasta esa fecha del modelo
centralizado chino.
El modelo resultante tiene tres tipos básicos de empresas: a) empresas estatales en áreas estratégicas
como energía, transporte, telecomunicaciones y producciones claves de bienes intermedios; b) un
sector de empresas grandes y medianas donde sólo una proporción menor de la capacidad se
compromete en producciones directivas, con facultad de decisión sobre el resto de su actividad, la cual
se orientaría por las condiciones del mercado, que a su vez estaría regulado por medio de políticas
macroeconómicas; c) y un tercer sector de empresas pequeñas, estatales, de propiedad colectiva y
privadas que funcionarían acorde al mercado. Además, la profundidad e integralidad de las reformas
varía territorialmente.
Esta concepción viene a constituir un compromiso entre el modelo dual y el modelo descentralizado de
mercado. Tiene la ventaja de la flexibilidad, ya que permite variar el grado de planificación directiva y
regulación de mercado por tres vías, cambiando la proporción de empresas en cada sector, variando la
proporción de la capacidad sujeta a metas obligatorias en cada empresa, y escalonando la participación
de los territorios; lo cual le permite al gobierno mayor capacidad de maniobra frente a posibles
situaciones desestabilizantes provocadas por el mercado. Este mecanismo mixto es a juicio de algunos
autores la diferencia principal entre la reforma china y las implementadas en Europa del Este.
Este segundo ciclo de reformas resultó también en un cierto descontrol de la economía, por lo que en
abril de 1985 se introdujeron rigurosas medidas de control en el comercio exterior, las finanzas y las
asignaciones materiales.
En el primer año y medio posterior al triunfo de la Revolución, las transformaciones del modelo
económico se mantuvieron dentro del marco de una economía capitalista.
Se realizó una Reforma Agraria y amplias medidas de beneficio popular, y se promovió el desarrollo de
la industria nacional. Sin embargo, la negativa de las refinerías de propiedad norteamericana a procesar
crudo soviético inició una escalada de confrontación con Estados Unidos que culminó a mediados de
1960 con la nacionalización de todas las empresas de ese país en Cuba.
En 1962 se implanta el modelo de planificación centralizada que tomó como referencia directa la
metodología de planificación checoslovaca. A partir de ese año se elaboran ininterrumpidamente planes
anuales para toda la economía.
En esta etapa, en los años 1964 y 1965 surgen los primeros criterios propios en torno al modelo
económico, asociados en aquella oportunidad a Ernesto Guevara, Ministro de Industria con altas
responsabilidades económicas y políticas.
El Che desarrolló de manera pragmática un modelo de dirección para el sector industrial recién
nacionalizado, consistente en extender las técnicas de dirección mas avanzadas que existían en las
filiales de las grandes transnacionales norteamericanas, tales como sistemas de contabilidad y costo, de
organización y métodos, etc., al resto de las empresas menos avanzadas; y vinculó todo esto con los
instrumentos tradicionales de la planificación. Para resolver las necesidades financieras de la zafra
azucarera, concentrada en la primera parte del año, se centralizaron los recursos financieros del sector.
Todo ello, además, se fue combinando de manera creativa con lo que a juicio del Che constituía el
elemento esencial: la coherencia con el propósito primordial de construir una sociedad socialistaxv.
La discusión que en ese momento -aunque en otro contexto histórico- tenía lugar sobre la necesidad de
reformar el modelo centralizado, tuvo su reflejo en Cuba, perfilándose dos posiciones: los proponentes
del modelo de financiamiento presupuestario, desarrollado por el Che, y los adherentes al sistema de
autogestión financiera, con un método de estimulación económica mas orgánico, que seguía la
experiencia de otros países socialistas.
En rigor, debe señalarse que los dos sistemas planteados se movían dentro de los marcos del modelo
de planificación centralizada. El debate, sin embargo, puso de manifiesto una especial sensibilidad y
compromiso de los dirigentes cubanos hacia los objetivos finales del proyecto socialista. Esta visión
sobre el carácter primario de dichos objetivos en la conformación del modelo económico mantendría
una influencia permanente, en mayor o menor grado, en las etapas posteriores.
Desde 1965 comienzan a gestarse una serie de cambios en los mecanismos de dirección, cuyo objetivo
inicial fue simplificar la estructura administrativa del Estado y lograr que respondiera con más agilidad a
las grandes tareas económicas planteadas hasta 1970.
En 1967 toman cuerpo una serie de concepciones que partiendo del cuestionamiento que se hacía en el
sistema de financiamiento presupuestario sobre el carácter de las relaciones mercantiles entre empresas
estatales y el papel de los estímulos materiales, vincula ello con la idea de la construcción simultánea del
socialismo y del comunismo; lo cual condujo a instrumentar un sistema de dirección que reducía al
mínimo el papel del dinero, de los precios y de las finanzas. Se suprimen los cobros y pagos entre
empresas, se crea un sistema de registro, fundamentalmente en unidades naturales, se elimina la
contabilidad y el Presupuesto y se establecen numerosas gratuidades.
Coincide esta etapa con un momento convulso en el proceso de reformas en el campo socialista, donde
las posiciones tienden a polarizarse.
En 1966 había sido lanzada la Revolución Cultural China, con rasgos semejantes al proceso que va
teniendo lugar en Cuba y, en 1968, hace crisis el movimiento de reformas checo, lo cual confirmó para
muchos los peligros políticos de esa vía.
En todo caso, puede decirse que en Cuba se llevó a su expresión mas extrema el modelo centralizado
de administración a través de los recursos, combinado con un fuerte enfoque de movilización política.
Los resultados económicos de este experimento social fueron en general desfavorables. La masa de
dinero en circulación afectó grandemente la productividad, la acumulación cayó al nivel mas bajo del
quinquenio y se originaron grandes déficits en la balanza comercial. No se logró la meta de producción
de azúcar planteada, y aunque se alcanzó la zafra más alta del país hasta la fecha, la concentración de
esfuerzo provocó severas afectaciones en otras ramas de la economía.
A partir del reconocimiento de los errores cometidos en la conducción económicaxvi, a fines de 1970
comienza un proceso de modificación del modelo y la política económica, el cual se llevó a cabo de
forma gradual y continua durante el quinquenio. En general, se fueron adoptando medidas para la
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 17
institucionalización y fortalecimiento del aparato estatal, así como de las estructuras de las
organizaciones políticas y de masa; se restablecen los cobros y pagos, la contabilidad y el costo, el
Presupuesto del Estado, y el resto de las categorías económicas que tradicionalmente acompañan al
modelo de planificación centralizada.
Acuerdos favorables de comercio y créditos con la Unión Soviética en 1972 y excepcionalmente altos
precios del azúcar en el mercado mundial en 1974-75, contribuyeron también a crear condiciones
propicias para la economía, que alcanza tasas de crecimiento promedio anual para el quinquenio algo
superiores a un 7%xviii.
Esta etapa se caracteriza pues por un movimiento de retorno hacia el modelo tradicional de la
planificación centralizada. Como filosofía de dirección, puede considerarse que la misma se inscribe en
la tendencia basada en el perfeccionamiento de la planificación, con algunos rasgos del enfoque de
movilización política que estará subyacente en: la forma de abordar cuestiones como la implementación
de los cambios; el tratamiento a la actividad privada; y la utilización de las masas para solucionar tareas
(brigadas de construcción de viviendas por autoesfuerzo).
Si bien el anterior cambio de rumbo tuvo su origen en una crisis, en este período el avance hacia la
adopción en bloque del modelo de autogestión financiera, con un sistema integral de estímulo material,
no puede ser atribuido a dificultades con las modificaciones que se habían venido implementando
(1971-1975), sino por el contrario, a su éxito, que creó una dinámica de cambio en esa propia
dirección. A esto se une el estrechamiento de relaciones económicas y políticas con el CAME y la
consecuente búsqueda de estructuras económicas homólogas.
Por otra parte, ya a la altura de 1976 este modelo no representaba una posición reformista de
avanzada, como pudo haber sido en los años sesenta sino, por el contrario, era la alternativa ortodoxa
a los nuevos planteamientos de descentralización y reforma de mercado.
En la década de 1976 a 1985 la economía cubana se incrementó a un 5,3% promedio anual que, unido
a los resultados del lustro anterior, dan un crecimiento ininterrumpido durante 15 años de un 6%. Ello
constituyó un desempeño excepcional, tanto en el contexto de la región latinoamericana como dentro
del propio campo socialistaxix.
El modelo vigente comenzó, sin embargo, a mostrar síntomas de insuficiencias y contradicciones. Los
recursos invertidos en programas tradicionales de exportaciones como el azúcar y el níquel, y en nuevos
desarrollos como el cítrico y otros, no alcanzaron el nivel de respuesta esperado; las industrias
sustituidoras de importaciones resultaron altamente capital y energéticamente intensivas; la producción
de bienes de consumo se mantuvo rezagada en cantidad y calidad; y en la agricultura los crecimientos
resultaron progresivamente dependientes de los suministros externos (equipos, combustible, plaguicidas,
pienso, etc.).
Las altas tasas de acumulación fueron acompañadas por caídas en el rendimiento del capital fijo
productivo. Esta forma de crecimiento extensivo fue posibilitada por el financiamiento de los déficits de
la balanza en comercio corriente, lo cual sin embargo generó un endeudamiento creciente.
Eventualmente, dichas dificultades fueron gravitando sobre el comercio en área de moneda libremente
convertible, que había sido el colchón tradicional de la economía. En 1984 y 1985 crecen los
desbalances comerciales con esa área lo que, unido a una caída de los ingresos en 1986, determinó la
suspensión de pagos por servicio de la deuda.
Desde finales de 1984 se toma conciencia del rumbo peligroso que presenta la economía y se reformula
la política económica, con un llamado a la eficiencia y el ahorro. Además, se reestructura el mecanismo
de planificación y coordinación de las decisiones económicas, para lo cual se crea un Grupo Central a
nivel del Consejo de Ministros. A partir de ese momento comienza un proceso progresivo y creciente
de cuestionamiento del modelo existente.
Para esa fecha desde el punto de vista funcional, la economía mostraba a plenitud los síntomas clásicos
de una economía limitada por la oferta: mercado en succión; excesos de inventarios y mal uso de
recursos junto con el síndrome de escasez; dificultades con la calidad y con la introducción del progreso
científico-técnico; costos resistentes a la baja; exceso de inversiones con dilatación de los plazos e
incremento de los presupuestos; e inflación reprimida en el mercado de bienes de consumo.
Pero, además, también se manifestó de modo característico ese rasgo peculiar del modelo centralizado,
que le dificulta la asimilación de dosis localizadas de mecanismos mercantiles, lo cual resultó en
fenómenos negativos para las transformaciones socialistas y severas críticas a las experiencias
efectuadas en relación con el mercado campesino, la producción artesanal privada y el sistema de
primas para la estimulación a los trabajadores.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 19
BUSQUEDA Y MODELO DUAL (1986-1992)
La crisis del modelo de cálculo económico, tanto en el aspecto económico como en el plano de las
transformaciones de la conciencia social, planteó una gran incógnita respecto a que dirección de
perfeccionamiento adoptar.
La decisión a que se arribó tuvo un carácter pragmático; no considerar de momento un cambio general
del modelo, sino mantener el existente en sus aspectos generales, a la par de ir tomando medidas en
áreas específicas a fin de ganar elementos y madurar ideas.
A mediados del quinquenio, comienzan a plasmarse nuevas ideas que cambian el rumbo de la política
económica e introducen elementos novedosos en el modelo de dirección.
Las otras dos grandes prioridades son el turismo y la biotecnología, destinadas a procurar una rápida
expansión de los ingresos en divisas libremente convertibles. Se plantea un ambicioso plan para el
turismo, abierto a la participación del capital extranjero.
El esfuerzo cubano en la medicina y en la creación de una infraestructura científica madura con fuerza en
este quinquenio. Se plantea una atención priorizada para acortar el ciclo investigación-producción y
fortalecer la colaboración, por medio de la constitución de polos científicos.
En la industria el objetivo es la terminación de los proyectos iniciados, en tanto que las construcciones y
la industria de materiales reciben un redoblado impulso a tenor de nuevos planes constructivos para
turismo, infraestructura, obras agrícolas, obras sociales y viviendas. Se crea una nueva forma de
organización del trabajo, denominada Contingente, basada en el aseguramiento de los equipos y los
abastecimientos, fuerzas albergadas, buenas condiciones de trabajo, elevados salarios y métodos
colectivos de dirección y control.
En cuanto al balance financiero interno, el virtual estancamiento de la economía hasta 1990 repercutió
en dificultades en la oferta de bienes y servicios, lo cual implicó fuertes desbalances.
Consecuencia de lo anterior ha sido el paso de la casi totalidad de los bienes de consumo al sistema de
racionamiento, y el desarrollo de una economía sumergida de significativas proporcionesxx, cuyo
funcionamiento, a pesar de la represión a que es sometida, tiene una fuerte y negativa incidencia social.
20 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
Antes de que los cambios en la política y el modelo económico pudiesen madurar, se produce el
colapso del socialismo en Europa del Este y la Unión Soviética. Entre 1989 y 1992 Cuba ve reducida
sus importaciones de 8 mil millones de pesos a cerca de 2 mil millones, lo cual obliga a la adopción de
nuevas medidas.
Ante la situación creada, se ratifica en primer lugar el rumbo socialista y se plantea la ampliación de la
modalidad de empresa mixta a prácticamente todos los sectores de la economía capaces de generar
divisas.
Ya durante el quinquenio había comenzado a tomar auge la creación de empresas de tipo mercantil (por
ejemplo, sociedades anónimas) con intereses cubanos, radicados tanto en Cuba como el exterior, con
el objetivo de flexibilizar la gestión externa.
También para una serie de actividades como el níquel, la producción de acero, la pesca, el transporte
internacional, los suministros nacionales al turismo y otros, se instituyeron los llamados esquemas de
autofinanciamiento en divisas.
De este modo ha ido surgiendo una nueva área en la economía, que se ha ido expandiendo, en tanto
que la economía tradicional se ha contraído.
El resultado de todo esto ha sido la conformación de una economía dual. De una parte las nuevas
empresas, orientadas a maximizar el resultado económico, que funcionan en condiciones mercantiles
con un mínimo de restricciones sociales y políticas; y de otra el sector tradicional, regulado a través de
la asignación de recursos, con acentuados condicionamientos sociales y políticos demandados para la
coherencia del proyecto socialista, generalmente con un bajo nivel de efectividad económica que ha
requerido crecientes subsidios.
Es así que al inconcluso proceso de búsqueda durante el quinquenio, se superponen las perentorias
medidas aplicadas para el enfrentamiento de la crisis a partir de 1990, dando lugar a un peculiar
modelo dual, con el cual se entra en un cierto compás de espera, caracterizado por una alta
expectativa de cambios junto con una cautela extrema. He aquí el núcleo genético de los escenarios
para los años noventa.
EL MODELO DUAL
El modelo dual surgido a inicios de los años noventa en Cuba, y que fue explicado anteriormente, tiene
características que le confieren, por una parte, permanencia y resistencia al cambio y, de otra,
inestabilidad e insatisfacción con el status quo del modelo. Su aparente estatismo, hasta mediados de
1993, se debe no a un decursar apacible, sino a poderosas fuerzas de signo contrario cuyos efectos
tienden a anularse.
• Mantiene los mecanismos centralizados de decisión, se ajusta a los métodos de dirección existentes
y a las características del entorno económico (categorías económicas desajustadas, ausencia de
información horizontal).
A su vez, las fuerzas que tienden a desestabilizar el modelo y a generar procesos de cambio son:
• Insuficiencia del subsector exportador y emergente de satisfacer los requerimientos de divisas del
sector tradicional; tensiones en el consumo y los servicios, y descapitalización de la economía.
• Gran distorsión de los indicadores económicos fundamentales (precio, costo, ganancia, tasa de
cambio, etc.) y debilitamiento de los mecanismos de compulsión económica que conduzcan a una
gestión eficiente de la empresa nacional.
• Incapacidad de desarrollar todo el potencial de las fuerzas productivas, dentro de las proporciones
y tipos de propiedad existentes; insuficiente respuesta del modelo de gestión agrícola, directamente
vinculada con la producción de alimentos y exportaciones básicas.
22 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
Debe destacarse que el modelo dual puede ser estable, independientemente de la baja eficiencia
económica del sector tradicional, siempre y cuando el subsector productor de divisas logre satisfacer un
mínimo de requerimientos del sector tradicional.
La política económica que acompañó al modelo dual, consideraba en un inicio que el desarrollo del
turismo y la biotecnología, por una parte, y la sustitución de importaciones del Programa Alimentario,
de otra, podrían brindar en un plazo relativamente breve los elementos de estabilidad y recuperación
necesarios; por lo cual, al principio prevaleció una cierta visión coyuntural del llamado Período Especial.
El año 1992 y la primera mitad de 1993, han mostrado que el nivel de actividad al cual se equilibran las
divisas no es el punto de colapso que auguraban los enemigos de la Revolución cubana, pero si de
graves tensiones. Hay cuestiones importantes en las cuales el tiempo juega a favor de las soluciones,
pero también hay aspectos en que la falta de recursos deterioran o hacen más compleja la
recuperación.
En principio, puede afirmarse que sin un despliegue mayor del potencial productivo del sector
tradicional, la estabilización y recuperación se haría más incierta y dilatada.
En cuanto a las modificaciones del modelo económico para el sector tradicional, pueden asumirse en
principio dos grandes etapas:
b) Segunda etapa.- Reconversión económica y tecnológica, así como paso a un patrón de gestión y
crecimiento de tipo intensivo.
Primera etapa
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 23
• Resolver el desbalance estructural de los ingresos y egresos de la población y sanear las finanzas
internas.
• Sanear los costos y las finanzas de las empresas estatales; aplicar una estrategia de concentración y
uso racional de las capacidades.
• Culminar la Reforma de Precios, por medio de la aplicación de una tasa de cambio actualizada para
los cálculos.
Sin embargo, debe destacarse que hay diferencias importantes en las condiciones económicas de aquel
período respecto a las actuales, ya que en el primer caso prevalecía una situación expansiva, en tanto
que en la actualidad se presenta una fuerte contracción económica, lo cual introduce mayores
complejidades.
Así, se tiene que con una reducción del 75% las importaciones, entre 1989 y 1992, si se supone una
elasticidad ingreso de las importaciones de 0,5, ello implicaría una contracción del ingreso en torno a un
40%. Dado que el volumen del empleo se plantea que ha permanecido aproximadamente constante,
retornar al nivel de productividad de 1989, significaría un excedente de trabajadores cercano a un
millón de personas, cifra equivalente al total de empleos creados en la década del ochenta.
Estos salarios sin contrapartida son los que han ido alimentando el desbalance financiero interno; que a
su vez se ha estado volcando sobre la economía sumergida.
Lo anteriormente expuesto implica la necesidad de adaptar la política social a las nuevas condiciones
económicas. El pleno empleo estatal no podría mantenerse como premisa efectiva de dicha política, con
todo lo que de ello se deriva para la educación (estructura de matrícula, garantía de empleo a
graduados etc.), forma de acceso a las plazas, papel de la seguridad social y en otros aspectos.
Una adaptación de la política social a las nuevas condiciones económicas significaría, sin dudas,
importantes modificaciones y cambios de forma; siempre con el propósito de mantener lo más posible
los objetivos esenciales de la política social.
Asimismo, todo indica que dicha adaptación también requeriría considerar un espacio económico para
la pequeña producción mercantil y no estatal.
Ambas cuestiones crean fuertes dilemas en el campo político- social y hacen más compleja la
instrumentación de soluciones de lo que fueron en 1971-1975.
Con respecto a la pequeña producción mercantil, debe apuntarse que, con las grandes desproporciones
financieras y distorsiones del mercado existentes, el desarrollo incontrolado de la misma tendría un
crecimiento teratológico para el sistema socialista. Insertar esta pieza, que podría en lo económico
hacer un aporte significativo al proceso de estabilización y recuperación, requeriría de ciertas
condiciones mínimas, como la eliminación de los grandes desbalances monetarios, la captación del
excedentes económicos que se generan en la economía sumergida y el suministro de materias primas y
la comercialización, a fin de asegurar su control económico.
Segunda etapa
La tarea que enfrenta el sector tradicional es, en realidad, más exigente que simplemente recuperar los
niveles de eficiencia económica anteriores. El cambio en las condiciones externas supone para Cuba la
necesidad de renunciar a los patrones de funcionamiento extensivo y el paso a un nuevo modelo de
crecimiento intensivo y de mayor competitividad. Esta nueva cualidad puede en parte irla dando el
sector emergente de la economía, compuesto por sociedades mercantiles, empresas mixtas, tecnologías
de avanzada, turismo y otras. Pero en tanto subsista un sector tradicional mayoritario de baja eficiencia,
la economía en su conjunto no podría tener un esquema de reproducción intensivo, acorde con las
exigencias del mundo contemporáneo.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 25
Los principales aspectos que estarían presentes en la Segunda etapa son:
• Reglas de funcionamiento de la empresa estatal similares a las de las empresas mixtas, con
restricciones financieras fuertes para su operación.
• Utilización del crédito bancario en moneda nacional y en divisas, para las inversiones empresariales
de reposición, modernización y ampliación.
• Equiparación progresiva de los sistemas salariales de la empresa nacional y la empresa mixta (en la
medida en que se normalice el mercado de consumo y el peso recupere su capacidad adquisitiva); e
incorporación de nuevos enfoques sobre motivación y participación del trabajador en la gestión.
Actualmente se enfrenta una sola estructura de precios internacionales y los diferenciales existentes, por
ejemplo, entre el crudo y los productos de la refinación, entre el azúcar crudo y el refino, entre la nafta y
el fertilizante nitrogenado, etc., no dan cabida a procesos de baja eficiencia económica. Todas las
capacidades en esas condiciones tendrán que ser cerradas o reconvertidas tecnológicamente. Habría
que elaborar estrategias para diferentes sectores y esferas, como la energía, las producciones de
equipos, la industria básica y la industria de bienes de consumo, que determinen la forma de abordar
dicha reconversión y, especialmente, sobre el modo de financiarla.
26 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
Un elemento importante de esta Segunda etapa, es la existencia de una tasa de cambio funcional que
permita al sector tradicional el acceso a la divisa. Los esquemas de autofinanciamiento en divisas
deberán transformarse progresivamente en un sistema generalizado del tipo de banco comercial, que
permita a cualquier empresa, que cumpla con los necesarios requisitos, financiar sus requerimientos de
materias primas e inversiones de origen importado, contra futuros resultados. Posteriormente, una vez
alcanzados los necesarios balanceamientos macroeconómicos, se podría pasar a un sistema de tipo de
cambio regulado que permitiera el acceso a la divisa, no sólo a los sectores directamente vinculados a la
exportación y la sustitución de importaciones, sino también al resto de las actividades, como pueden ser
las asociadas al consumo, el transporte interno, etcétera.
Debe advertirse que la ausencia de una tasa de cambio efectiva conduce, a la larga, a la dolarización de
la economía y a la concentración de los organismos y la población en aquellas cuestiones directamente
productoras de divisas y a una peligrosa subestimación de otras actividades, tan esenciales como la
producción de alimentos, construcciones y los servicios.
La existencia de un modelo dual con dos principios de regulación económica contrapuestos, brinda un
eje natural de ordenamiento sobre la base del cual delinear las distintas variantes de escenarios del
modelo económico.
+------------------------------------------------------+
¦ ESCENARIOS DE REFERENCIA DEL MODELO ECONOMICO ¦
¦ ¦
¦ ¦
¦ ¦
¦ SEMINTEGRADO (2da Etapa) ¦
¦ ¦ ¦
¦ DUAL RECUPERADO (1ra Etapa) ¦
¦ ¦ ¦
¦ +-------------+ ¦
¦ ¦ DUAL ACTUAL ¦ ¦
¦ +-------------+ ¦
¦ ¦ ¦
¦ DUAL POLARIZADO ¦
¦ ¦
+------------------------------------------------------+
El modelo Dual Actual ya ha sido antes expuesto, por lo que se procede a explicar brevemente el resto
de los escenarios.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 27
Dual Polarizado- Constituye una derivación directa del dual actual, producto de su prolongación en el
tiempo (acumulación de circulante, fallas en la reproducción simple, etc.); o por un deterioro mayor de
los niveles de actividad de la economía que agudice las desproporciones existentes.
Se caracteriza por una casi total pérdida del papel funcional de las categorías económicas, tanto del
salario como factor regulador del esfuerzo laboral como de los mecanismos que deben orientar y
enmarcar el desempeño económico de las empresas. Se desvaloriza el peso a la par que se "dolariza" la
economía (la divisa como medio fundamental de medición y regulación económica de la actividad
empresarial). Correspondientemente, se extienden los métodos de estimulación en especie y se
acentúan las formas extraeconómicas de movilización de la fuerza de trabajo.
En este escenario, el circulante disponible para la economía sumergida superaría en vez y media al
destinado a la oferta estatal, con las consiguientes manifestaciones socioeconómicas y la necesidad de
incrementar las medidas de control.
Se agudizarían las contradicciones entre la economía sumergida y la tradicional; se harán más palpables
las diferencias en las condiciones laborales y salariales; y las paralizaciones e ineficiencias de la
economía tradicional comenzarían a afectar el funcionamiento del sector emergente, con una tendencia
hacia su encapsulamiento.
La eficiencia económica del sector tradicional podría descender aun más en esas circunstancias, en
tanto que los niveles de actividad serían sostenidos por medio de una creciente movilización política
hacia las tareas económicas.
Dual Recuperado- Se corresponde con un escenario en el cual se han ido ejecutando las medidas
contempladas en la Primera etapa de recuperación de los indicadores y mecanismos económicos de las
empresas estatales. La esencia de este escenario, es conseguir un comportamiento más activo de los
trabajadores y de los dirigentes empresariales respecto a la efectividad económica de su gestión,
conjuntamente con el redimensionamiento y racionalización de la economía y cierta participación de la
pequeña producción mercantil.
La mayor dificultad que presenta el Dual Recuperado, es que restituir el funcionamiento de los
mecanismos económicos en condiciones de agudas tensiones en la economía, resulta una maniobra
técnicamente compleja y políticamente sensible.
Como se aprecia, las dificultades de entrada al escenario del Dual Recuperado, técnica y políticamente,
son grandes; en tanto que para el Dual Polarizado la transición a partir del Dual Actual es prácticamente
inercial. Gráficamente ello se puede representar de la siguiente forma:
28 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
Si tales son las dificultades, ¿cuáles podrían ser las ventajas que inclinaran a adoptar un Dual
Recuperado?
En el caso del Dual Polarizado, el enfoque político y los métodos de dirección no varían esencialmente
respecto a la práctica actual: los problemas van siendo atacados según se presentan y se mantiene
centralizadamente un alto control de los recursos y de la capacidad operativa. Los peligros de este
escenario residen en dos direcciones.
En primer lugar, las soluciones que implementa no tienen continuidad de salida a otros escenarios más
estructurados; por ejemplo, la extensión de los sistemas de estimulación en especie es discontinúa
respecto a un sistema de estimulo por el salario. En segundo lugar, al aumentar las tensiones se hace
más ineficaz la coordinación desde el centro; atender un problema significa relegar otros muchos;
fenómenos como la desvalorización de la moneda, la distorsión de los costos, la economía sumergida y
otros, aumentan el "ruido" en el sistema e incrementan la entropía o tendencia al desorden.
De llegarse a este punto, la idea de que la economía debe tocar fondo y después recuperarse dejaría de
tener vigencia. En el Dual Polarizado, si la coyuntura no es favorable, el fondo puede ser deslizante
debido a la pérdida progresiva de efectividad económica.
Para eso, habría que diseñar un modelo de gestión que uniera el fortalecimiento del control y la
exigencia, con la modernización de los sistemas contables y de organización de la producción, y la
necesaria autonomía y flexibilidad. Este razonamiento puede hacerse extensivo a las actividades
vinculadas con los sectores generadores de divisa, y una vez resuelto el problema de la tasa de cambio,
a otras actividades económicas que no tengan que mantenerse bajo una dirección centralizada. Aun las
empresas estatales que permanezcan bajo la forma de planificación directiva, deberán también enfrentar
la modernización de su sistema de gestión.
Un requisito para que las empresas puedan pasar de un régimen de tutelaje a otro de autogestión
descentralizada, es el establecimiento de restricciones financieras fuertes, ya que de otro modo la
autonomía puede traducirse en acomodamiento, incrementos salariales injustificados, etc. Igualmente, en
esta etapa resulta necesario que los mercados comiencen a funcionar en empuje y no en succión. Esto
significa, entre otras cosas, la eliminación del racionamiento, con un mercado estabilizado de bienes de
consumo, y el subsidio a personas y no a productos; el financiamiento bancario de las inversiones
empresariales, y un sistema de vínculos horizontales entre empresas para los insumos productivos.
Entre el Dual Recuperado y el escenario Semintegrado existen menores dificultades que entre el Dual
Actual y el Dual Recuperado. Aquí, lo más complejo es que el cambio en el sistema de gestión
empresarial debe estar acompañado por la imposición de las restricciones financieras fuertes y las
correspondientes proporciones macroeconómicas que las posibilitan.
ELEMENTOS SOCIOPOLITICOS
Cada uno de los escenarios del modelo económico presenta sus propios condicionamientos
sociopolíticos. En este caso, no se intenta desarrollar escenarios sociopolíticos para contrastarlos con
los modelos económicos, sino simplemente se trata de señalar algunos elementos del sistema
sociopolítico que se requieren para la coherencia de los respectivos modelos. A estos fines, al referirse
al sistema sociopolítico se incluye el conjunto de instituciones, mecanismos y objetivos sociales que se
vinculan con el eje de las transformaciones socialistas del modelo económico, según lo expuesto en la
primera parte del presente trabajo.
Debe señalarse, que en la práctica solo fueron consideradas variantes del sistema sociopolítico actual.
Dichas variante son:
30 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
+---------------------------------------------------------------+
¦ CORRESPONDENCIA ENTRE LOS ESCENARIOS DEL MODELO ECONOMICO Y ¦
¦ LAS VARIANTES DEL SISTEMA SOCIOPOLITICO ¦
¦ ¦
¦ MODELO ECONOMICO VARIANTE SOCIOPOLITICA ¦
¦ ¦
¦ Dual Polarizado Intensa ¦
¦ Dual Actual Actual ¦
¦ Dual Recuperado Espacios localizados ¦
¦ Semintegrado Abierta ¦
+---------------------------------------------------------------+
En este sentido hace falta un mayor nivel de circulación de publicaciones y un tratamiento cotidiano de
los temas económicos, no sólo puntuales, sino también ramales y nacionales, a fin de crear una opinión
especializada que oriente las decisiones de los dirigentes empresariales.
Deberán aumentar las relaciones de las empresas nacionales con el exterior; y mayor equiparación del
mercado de bienes de consumo nacional con el internacional.
Los métodos de dirección de la economía deberán ser más indirectos y descentralizados, sin perder una
esfera básica de dirección centralizada.
Debe haber una mayor delimitación de las esferas de competencia económica y político-social, y la
disposición a aceptar cierto nivel de contradicción entre las mismas; lo cual implicaría, por ejemplo, un
papel más activo de los sindicatos.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 31
El sistema salarial será más heterogéneo, con la ampliación de algunos diapasones salariales y mayor
sensibilidad a la productividad.
Sería necesaria una mayor movilidad de los cuadros de dirección económica, con un mayor espíritu de
competencia y de posibilidades de promoción de los cuadros jóvenes y capacitados; depender menos
de la confianza y más del control y la auditoría.
En las condiciones anteriores, las formas de lucha política tendrían que variar; empresas, sindicatos,
Gobierno y Partido tendrían roles más específicos. Los comportamientos e intereses sociales serían más
diversos. La confianza, la identificación de intereses y la persuasión tendrían más predominio que la
compulsión social en el mantenimiento y profundización de las transformaciones socialistas. Es probable
que las formas transicionales de la propiedad, como las cooperativas y otras formas participativas,
encuentren una mayor función en este contexto.
Si en el escenario del Dual Recuperado el reto mayor es la adaptación de la política social a las
condiciones económicas materiales, el gran reto en el escenario Semintegrado sería la adaptación de
los métodos políticos a las condiciones de funcionamiento económico previstas para dicho escenario.
La conjunción de los escenarios del modelo económico con las variantes del modelo sociopolítico
puede representarse gráficamente del siguiente modo:
Coyuntura económica
Dado que el ajuste externo ha sido el factor más inmediato en la determinación del nivel de actividad de
la economía, puede en principio adoptarse el volumen anual de las importaciones como variable clave
para definir el comportamiento de la coyuntura económica y a partir de ella determinar una escala
cuantitativa que pueda ser asociada a los escenarios, tal que indique la mayor o menor posibilidad de
maniobra para la implementación del escenario en cuestión.
Según fuera expresado anterioridad, el nivel de 2 mil millones de dólares de importaciones alcanzado en
1992 no es un punto de colapso, pero si de graves tensiones para la economía. En esas condiciones, el
Dual Actual tiende al Polarizado debido a la acumulación de los desbalances financieros, las dificultades
en la reposición y otras afectaciones. Las posibilidades de estabilización del Dual Actual están en la
franja por encima de los 2 mil millones de dólares de importación, posiblemente más allá de los 2,5 mil
millones, aunque evidentemente sobre estas cuestiones sólo es posible formarse ideas aproximadas.
Para aplicar el Dual Recuperado, es conveniente que el Dual Actual esté estabilizado y que sea posible,
aunque con esfuerzo, crear una cierta masa de maniobra. Esta franja de posibilidades podría tal vez
comenzar en un nivel algo anterior a los 2,5 mil millones, pero con más certeza entre los 2,5 y los 3,0
mil millones. Algo similar podría decirse sobre el Semintegrado; su inicio pudiera estar entre los 2,5 y
los 3,0 mil millones, pero con más holgura después de los 3,0 mil millones.
El análisis anterior revela una de las mayores contradicciones que se enfrenta en los próximos años: sin
recuperar el accionar económico no parece probable una recuperación estable ni la reinserción de la
economía cubana en la economía internacional. Es, al menos, lo que la experiencia histórica propia y la
de otros países que se han visto en similar situación indica. Sin embargo, no puede garantizarse a priori
la correspondencia entre la coyuntura y las condiciones del tránsito de un modelo a otro; en especial, el
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 33
Dual Polarizado se revela como un peligroso "hueco negro" sin retorno o salida continua hacia otro
escenario.
En este sentido, es importante analizar un escenario en que coincidan una coyuntura adversa (1,5-2,0
mil millones de dólares de importaciones) y un Dual Polarizado acentuado. En esas condiciones, la
salida del "hueco negro" presenta dos alternativas, ambas de gran complejidad.
La segunda vía, sería ir introduciendo el Dual Reformado, no obstante las difíciles condiciones
materiales que se confrontarían, considerando que no puede contarse a priori con la aparición de una
holgura, y que la base de la recuperación estaría dada, en buena medida, por el restablecimiento de los
mecanismos económicos y su ulterior perfeccionamiento.
La premisa de una coyuntura adversa ha cobrado actualidad a partir de la caída de la zafra azucarera
1992-1993, que alcanzó tan sólo 4,2 millones de toneladas de azúcar, lo cual significó una reducción de
500 millones de dólares en los ingresos en divisas del país. De acuerdo con lo anterior, puede estimarse
que las importaciones totales no superen los 1700 millones de dólares en 1993. A partir de agosto se
adoptaron un conjunto de medidas, consistente inicialmente en:
a) Despenalizar la tenencia de divisas y propiciar el envío de remesas del exterior, así como el
aumento de los viajes por razones familiares de los cubanos residentes en el exterior.
Conjuntamente con esto, se han habilitado tiendas para la venta en divisas a la población.
La medida relacionada con las ventas en divisas se corresponde más propiamente con el escenario del
Dual Polarizado, por lo que implica en cuanto a avanzar en el proceso de dolarización de la economía y
por la diferenciación de carácter extraeconómico que origina en la distribución y el consumo. Las
medidas del trabajo por cuenta propia y de la cooperativización de de la agricultura estatal, están más
en consonancia con el Dual Recuperado, si bien las mismas se han implementado inicialmente con un
alcance restringido.
Si se acepta como hipótesis plausible que el levantamiento del bloqueo a Cuba por parte de Estados
Unidos podría representar, en un plazo no prolongado, un aumento neto de las importaciones del orden
de 500-800 millones de dólares, puede establecerse una relación entre modelo económico y bloqueo a
través del efecto favorable sobre la coyuntura económica.
34 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1995
Este problema introduce, con fuerza, un aspecto de la metodología de escenarios no tratada hasta
ahora: la definición de los actores, sus intereses y estrategias de negociación. Se comprenderá que no
es posible hacerle justicia a un tema tan complejo con un tratamiento colateral. Por tanto, sólo se harán
unos breves comentarios al respecto, que ilustren las interrelaciones existentes.
El bloque impuesto a Cuba por Estados Unidos hace más de 30 años, es una medida anacrónica que, a
la larga, habría tenido que ser suspendida por falta de sentido. El derrumbamiento del campo socialista
y el fin de la llamada guerra fría, hicieron, por una parte, más injustificable la medida pero, por otra, le
confirieron una nueva vigencia al hacer concebir esperanzas de que Cuba no pudiera sobrevivir la doble
tenaza de: la pérdida de relaciones económicas con el campo socialista y el bloqueo. En este sentido, la
Ley Torricelli puede ser interpretada como un intento de ciertos sectores de impedir la autodisolución
del bloqueo, antes de que se les escapara un presa que consideraban a su alcance.
A su vez, la apertura de Cuba a las inversiones de capital mixto con otros países, introduce un nuevo
factor que hace correr el tiempo del bloqueo en contra de los intereses de Estados Unidos.
Las valoraciones a favor y en contra del bloqueo, giran en torno a la capacidad de resistir de Cuba en
las nuevas condiciones. Los meses y ya casi dos años transcurridos, muestran que en esa capacidad de
resistir hay algo más que simples cálculos económicos. La opinión pública en Estados Unidos comienza
a variar respecto al bloqueo y han surgido, además, teorías en círculos influyentes, las cuales plantean
que Estados Unidos podría ejercer una mayor influencia sobre Cuba en condiciones de intercambio que
en ausencia de éstos.
Para Cuba, el levantamiento del bloqueo reportaría ventajas económicas pero tendría que enfrentarse a
nuevos fenómenos sociopolíticos, no muy distintos a los que otros países subdesarollados confrontan en
sus relaciones con el mundo desarrollado, como son la distorsión de valores, incluyendo patrones de
consumo, la fuga de cerebros, la penetración cultural e ideológica y otros, con el agravante de que en el
caso de Cuba esta influencia ha estado neutralizada en torno a un proyecto socialista y de identidad
nacional, que constituye el compromiso histórico mayor del proceso revolucionario.
En principio, puede considerarse que un escenario del tipo Semintegrado sería el más favorable para
asimilar, en el plano sociopolítico, el levantamiento del bloqueo. En particular, en cuanto al aspecto
socioeconómico, esto sería así debido a la atenuación de las diferencias en el consumo, sistema salarial
y otros, el cual resultaría en exceso contrastante en los casos del Dual Actual o en el Polarizado.
Para Cuba, se produce una compensación entre ventajas económicas y desventajas sociopolíticas.
Mientras más desfavorable sea la coyuntura económica y más "polarizado" el modelo económico, más
deseable es, en lo económico, el levantamiento del bloqueo y menos favorable en lo sociopolítico.
Mientras más se asciende en la coyuntura económica y se integra la economía, menos presionante
resulta el factor económico, y menos desfavorable es el levantamiento del bloqueo en lo sociopolítico.
Es de esperar que en estas intersecciones de intereses puedan surgir posibilidades de terminar con una
situación absurda, que en esencia a nadie beneficia.
Modelos económicos socialistas: Escenarios para Cuba en los años noventa / 35
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Plan y mercado aspectos estratégicos en el perfeccionamiento del modelo de planificación / 1
PLAN Y MERCADO:
ASPECTOS ESTRATEGICOS EN EL
PERFECCIONAMIENTO DEL
MODELO DE PLANIFICACION
El presente trabajo es una contribución a ese evento, dirigido a analizar los retos que debe
enfrentar el perfeccionamiento de la planificación en nuestro país.
ANTECEDENTES
El debate sobre plan y mercado surge desde los inicios del socialismo en la Unión Soviética. En la
etapa de comunismo de guerra las decisiones económicas se plasmaban mediante la asignación directa
de los recursos económicos. Marx y Engels habían supuesto que en el socialismo el trabajo podría ser
directamente social y que no sería necesaria la acción de la ley del valor para determinar las
proporciones económicas. Esta forma de regulación se estimaba más revolucionaria, pues no hacía uso
de las categorías propias de la economía capitalista.
Ante la devastación sufrida por la economía producto de la guerra civil y la intervención extranjera,
Lenin decidió adoptar lo que se denominó Nueva Política Económica, que en esencia restablecía las
relaciones de compra-venta entre la ciudad y el campo, y hacía extensiva a las empresas estatales las
categorías mercantiles. El deceso de Lenin poco tiempo después impidió que éste pudiera realizar una
evaluación de dicha experiencia, y de brindar sus reflexiones sobre la adaptación de esos nuevos
mecanismos a los objetivos generales de una sociedad socialista.
Durante la década del 30 se conformó un modelo de planificación en la Unión Soviética basado
fundamentalmente en la elaboración de gran número de balances materiales. En dicho modelo, las
relaciones monetario-mercantiles tenían un papel complementario, pero presentaban, en general, un
carácter pasivo.
En esa etapa se logran grandes crecimientos y cambios estructurales que dieron un fuerte impulso al
proceso de industrialización en la Unión Soviética.
2 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
Sin embargo, la necesidad de pasar a una forma de reproducción más intensiva dio lugar a que
comenzara un proceso de búsqueda encaminado a perfeccionar el modelo de planificación existente.
Sin el marco de la coordinación de planes que se llevaba a cabo quinquenalmente con los países
socialistas, las empresas se han visto obligadas a participar directamente en el mercado internacional y a
enfrentar un medio más competitivo y variable. Ha sido necesario adaptarse a las oscilaciones de
precios y de la demanda, a buscar financiamiento, y en general, a actuar bajo las reglas legales,
comerciales y financieras que rigen dichas relaciones.
Por otra parte, el cambio hacia una planificación financiera más descentralizada ha permitido un
funcionamiento más flexible de la economía y ha posibilitado una mejor apreciación de los problemas
relacionados con la elevación de la eficiencia económica. La orientación de la retribución laboral hacia
el pago asociado a los resultados ha permitido una más rápida recuperación de la economía.
Estos cambios, que significan una mayor participación de los mecanismos de mercado en nuestra
economía, constituyen una realidad objetiva.
El hecho de que se haya logrado una continuada y creciente recuperación de la economía ha brindado
un saldo político general innegable. No obstante, también se han manifestado algunos fenómenos
negativos de carácter social y político.
De las transformaciones implementadas se deriva una lógica interna respecto a los pasos ulteriores que
permitirían completar el ciclo de cambios, y obtener los mayores efectos sobre la competitividad y la
eficiencia. También tienen una determinada lógica en cuanto a lograr su adecuación y equilibrio dentro
de la concepción de la sociedad socialista a que aspiramos.
Lo anterior significa que este proceso de cambios tiene lugar no sin cierta tensión interna entre los
objetivos económicos y los efectos políticos que se aspira a lograr.
Plan y mercado aspectos estratégicos en el perfeccionamiento del modelo de planificación / 3
En los aspectos relacionados para el perfeccionamiento del modelo de planificación en nuestro país, se
ha tratado de recoger lo universal de este tipo de transformaciones, con lo particular del caso de Cuba.
La mayor parte de los aspectos señalados ya han sido implementados en determinada medida, Otros,
sin embargo, constituyen propuestas sobre las que aun no se cuenta con el necesario consenso, pero
que en opinión del autor merecen ser estudiadas.
El término de modelo económico se emplea para expresar de forma sintética los principios, el
modo de funcionamiento y los mecanismos de gestión de un sistema económico. Así, por ejemplo, se
habla de capitalismo de libre competencia, o de capitalismo monopólico; de planificación material
centralizada, etc.
Un modelo económico socialista tiene dos objetivos que representan dos ejes de racionalidad a
conciliar. Por una parte, el modelo debe ser capaz de desarrollar las fuerzas productivas y cumplir con
las tareas económicas que enfrenta la sociedad en una etapa determinada. De otra, el modelo debe
propender al desarrollo de una sociedad más solidaria, acorde a las aspiraciones de una sociedad
socialista. Sin dudas, las relaciones de producción que se establezcan tienen efecto sobre las
motivaciones y el desarrollo de la conciencia social.
En un principio se pensaba que la superioridad de la organización social en el socialismo, que no
requería establecer las proporciones económicas a través de las crisis, podía asegurar automáticamente
el éxito en la esfera económica. La experiencia histórica demostró, sin embargo, que este potencial
podía no lograrse si las políticas económicas no eran adecuadas o si los mecanismos de funcionamiento
no propiciaban en grado adecuado la elevación de la eficiencia y el progreso científico-técnico.
Por otra parte, también pudo observarse en etapas tan temprano como los años 60, según dan
testimonio algunos textos del Che de aquella época, que la simple acumulación de beneficios
económicos tampoco garantizaba las transformaciones de la conciencia social. Con su penetración
característica Guevara expresaba: ¨ El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa.
Como ya se señaló, en los años 30 se define el modelo soviético de planificación, con alta
centralización, balanceamiento material, y uso limitado de las relaciones monetario-mercantiles, el cual
pasa a ser considerado como el paradigma del modelo económico socialista.
En los años 50 se retoma nuevamente el debate general sobre los modelos socialistas. Es conveniente
destacar que la tendencia a la modificación del modelo de planificación centralizada surge de una
necesidad objetiva de pasar de una forma de crecimiento extensivo (incremento de la inversión por
peso de producción, alta intensidad energética, tendencia a la elevación del costo, etc.) a una más
intensiva, con una más rápida incorporación del progreso científico-técnico y mayor competitividad
internacional.
El desarrollo inicial en la URSS y otros países socialistas de Europa se caracterizó por altas tasas de
acumulación y el paso a las ciudades de grandes masas de trabajadores, con más alta productividad. Se
lograron notables ritmos de crecimiento e importantes cambios estructurales en la economía.
Cuando se redujo el crecimiento, fue necesaria una búsqueda interna de la eficiencia y de una mayor
competitividad internacional. Esta necesidad de pasar a formas intensivas se produce para RDA y
Checoslovaquia en los años 60; para Hungría y Polonia, en los 70; y para el resto de los países,
incluyendo a la Unión Soviética, en los 80.
4 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
La desaparición del campo socialista, hizo necesarias un conjunto de reformas para asegurar la
supervivencia, y lograr mayor eficiencia empresarial. Sin la coordinación de planes, las empresas han
debido participar más directamente en el mercado internacional, como vendedor o comprador. Deben
enfrentar un medio más competitivo y actuar bajo las reglas, comerciales financieras y legales que rigen
dichas relaciones
El cambio hacia una planificación financiera más descentralizada ha permitido un funcionamiento más
flexible de la economía y ha elevado la eficiencia. A su vez, el pago asociado a los resultados ha
propiciado una más rápida recuperación de la economía.
Estos cambios, que significan una mayor participación de los mecanismos de mercado en nuestra
economía, constituyen una realidad objetiva.
La creciente recuperación de la economía ha brindado un saldo político general innegable. Sin embargo,
también se han manifestado algunos fenómenos negativos de carácter social y político.
Debido a esta contraposición de efectos, el proceso de cambios tiene lugar no sin cierta tensión interna
entre los objetivos económicos y los efectos políticos que se aspira a lograr.
Estos aspectos estratégicos han sido agrupados en según su principal nivel de actuación en
microeconómicos, considerando bajo esta denominación aquellos que actúan sobre el
comportamiento de los agentes económicos; los macroeconómicos, que tienen que ver con los
sistemas generales de regulación de la actividad económica; los que tienen que ver con la
remuneración, que aun cuando muchas veces tienen un carácter microeconómico, merecen destacarse
como grupo aparte debido a sus implicaciones; y un grupo final en que se señalan aspectos más
novedosos con vista al perfeccionamiento ulterior de nuestro modelo.
Plan y mercado aspectos estratégicos en el perfeccionamiento del modelo de planificación / 5
PRINCIPALES TRANSFORMACIONES EN EL NIVEL MICROECONÓMICO
Al existir diversas formas de propiedad se hace necesario que las relaciones económicas se desarrollen
sobre una base legal y mercantil, de un carácter más amplio que las anteriormente consideradas dentro
del Plan Único de la Economía Nacional, fundamentadas en lo esencial en el derecho público-
administrativo.
En nuestro caso pueden señalarse las siguientes formas de propiedad
− Empresa estatal
− Empresa estatal (Perfec. Empresarial)
− Empresa mercantil, de propiedad estatal
− Cooperativa agropecuaria
− Cooperativa agropecuaria, con tierra en usufructo
− Campesinos privados
− Campesinos usufructuarios
− Trabajadores por cuenta propia
− Empresas mixtas
− Asociaciones económicas
2. Necesidad de que los mercados sean mercados de compradores y no de vendedores;
importancia de las restricciones financieras fuertes.
En el mercado de compradores los productores tienen que competir en calidad y precio; la innovación
tecnológica es un aspecto esencial de la producción.
En el mercado de vendedores el mercado traga cuanto se arroje al mismo; no hay retroalimentación
entre cliente y productor; la reducción del costo y la calidad dejan de ser una premisa para realizar la
producción.
El lograr que el mercado se comporte de una forma o de otra es una cuestión de la política económica.
Así, por ejemplo, el control de la liquidez fue un factor fundamental para el paso a un mercado de
bienes de consumo más exigente en cuanto a estructura de la oferta y relación calidad-precio.
La causa de lo anterior son las restricciones financieras débiles:
− En el consumo, las medidas distributivas aventajan a las soluciones productivas.
− En la producción, directivas de producción tensas sin restricciones de costo.
Con restricciones débiles, la gestión productiva es una batalla constante por la solución de déficits de
recursos materiales. Las restricciones financieras fuertes en el ámbito empresarial dependen del diseño
de los sistemas de gestión y de los mecanismos de regulación macroeconómica.
6 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
Mucho se ha hablado de los efectos negativos que el exceso de proteccionismo tuvo en algunas
regiones como América Latina, en especial respecto a la pérdida de competitividad y una menor
participación en los beneficios de la división internacional del trabajo. Sin embargo, en la práctica las
economías socialistas manifestaron también una forma acentuada de proteccionismo, con consecuencias
similares.
En nuestro caso, el hecho de que en la actualidad el que dispone de la divisa pueda escoger entre un
proveedor nacional o uno extranjero ha introducido un importante grado de competencia externa en la
economía, esencial para la elevación de la competitividad. Aunque siempre es preferible lograr la mayor
participación posible de los productores nacionales, no tendría sentido que sectores como, por
ejemplo, el turismo tuviese que desarrollarse teniendo que arrastrar en sus costos a productores
ineficientes.
No obstante, hay aspectos del mecanismo creado que deben continuarse perfeccionando como son el
excesivo componente importado de las actividades que generan divisas; la existencia de
compartimentos estancos en la economía que opera en moneda nacional y que no puede lograr una
reproducción autónoma de sus recursos productivos.
En este sentido, es necesario continuar perfeccionando los mecanismos creados, y en especial, estudiar
las vías para avanzar de forma progresiva hacia una convertibilidad interna.
Las transformaciones implementadas han brindado a las empresas crecientes facultades para determinar
su producción, seleccionar los insumos, realizar operaciones de comercio exterior y administrar sus
recursos financieros.
Se han fortalecido los mecanismos de cobros y pagos, y se han reintroducido instrumentos como la
letra y el pagaré; y consecuentemente se han fortalecimiento de los instrumentos legales que respaldan
estos mecanismos.
Con respecto a la propiedad estatal hay que destacar que en la actualidad existen diversas formas,
desde las entidades mercantiles por acciones, hasta las nuevas empresas del perfeccionamiento
empresarial, con Juntas de Gobierno para separar la administración de la propiedad.
Remuneración
8. Los intereses como motor de las relaciones económicas; necesidad de la planificación para la
conciliación de los intereses económicos. Papel acrecentado de los cuadros y de la conciencia
social.
Los intereses constituyen la cuerda interna que activa el funcionamiento de los mecanismos económicos.
Esta motivación debe ser encauzada por medio de las restricciones financieras, los mecanismos de
regulación económica y los controles.
En este nuevo contexto, la motivación individual y empresarial se acrecienta. Ello incrementa a su vez el
papel de la planificación como expresión de los intereses más generales de la sociedad, y en establecer
los mecanismos y proporciones para compatibilizar los intereses individuales, empresariales, sectoriales
y territoriales con los intereses generales de la sociedad.
8 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
9. Desarrollo del pago por resultados y según la productividad social de la empresa. Convivencia
del pago por el trabajo, con el pago por el aporte de los factores de producción. Necesidad de
conciliar las nuevas formas de pago con la equidad; conveniencia de una mayor selectividad de la
protección social.
Macroeconomía
13. Cambios del modelo económico y de planificación por aspectos integrales; el control como
requisito de la descentralización.
Estos sistemas permiten planificar y controlar todos los recursos de la empresa manufacturera. Entre
otras presentan las siguientes características:
− Programación de la producción, gestión de talleres, ventas, distribución, y servicio al cliente
− Planificación de necesidades materiales, inventarios y compras
− Participa en la planificación estratégica, cálculo de costos y estados financieros
− Base de datos relacional única
− Actúa en tiempo real, tiene capacidad de simulación y es proactivo
Plan y mercado aspectos estratégicos en el perfeccionamiento del modelo de planificación / 9
Otra revolución informática en el nivel empresarial está dada por la forma que Internet ha ido
transformando las relaciones entre empresas y entre empresas y los consumidores, lo cual ha
modificado los propios conceptos de gestión empresarial. En especial se visto un desarrollo exponencial
de los vínculos nacionales e internacionales con filiales, subcontratistas, proveedores, distribuidores y
clientes. De igual modo tiene lugar en la actualidad un crecimiento explosivo del comercio electrónico.
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 1
Este trabajo, presenta un conjunto de reflexiones acerca de la naturaleza y tendencias del actual
proceso adaptativo de la economía cubana a las nuevas condiciones.
Las correspondientes valoraciones, ponen el acento en los aspectos referidos al rol del plan en un
medio en el cual, de forma selectiva y dirigida, se van introduciendo elementos de mercado, lo
cual matiza el papel y la naturaleza de los mecanismos de regulación en el nuevo contexto de
relaciones económicas, en el cual tales conceptos, planificación/mercado, no son conceptos
necesariamente excluyentes, y donde las contradicciones derivadas de esta relación no podrían
ser eludidas.
INTRODUCCION
Algo que ha quedado bien explícito, es que todas las transformaciones económicas, así como la
introducción de mecanismos de mercado en la economía cubana, se están realizando, y realizarán, en
los marcos de una regulación estatal planificada (Rodríguez, 1996a).
2 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
Por lo demás, debe puntualizarse que tales transformaciones tienen un carácter marcadamente
autóctono, tanto en sus orígenes como en lo referido a sus proyecciones, aun y cuando, como es
natural, no deja de tomar como punto de referencia otras experiencias, fundamental-mente de igual
orientación social y política.
Indudablemente, tal proceso, pudiera decirse inédito, plantea las típicas interrogantes acerca de las
correlaciones, exclusiones y complementariedades entre las modalidades de gestión y nuevas formas de
intervención estatal (en algunos casos, o regulación en otros), a lo que ha hecho referencia el ILPES
(1996) y otros expertos (Martín y Nuñez del Prado, 1993).
En otros términos, las condiciones imperantes hoy en las relaciones internacionales, así como las
derivadas por éstas hacia el interior de la economía cubana, han hecho a todas luces inviables un grupo
de mecanismos de regulación y dirección que por largo tiempo habían sido tradicionales en la práctica
económica nacional.
Así, de hecho, se plantean para Cuba interrogantes muy similares, cuando no equivalentes, a las de los
restantes países del área en cuanto a la compleja y diversa problemática Estado-mercado, aunque en
una aproximación desde distintas direcciones, contextos y realidades.
Lo que si resulta común, sin lugar a dudas, es la necesidad de una profunda reflexión, necesariamente
compartida, alrededor de estos aspectos, por la alta incidencia que tiene lograr un funcionamiento
coherente y concordado, sobre las posibilidades de un crecimiento económico sostenido y, en el caso
de Cuba, preservar la equidad alcanzada.
Es evidente, y se plantea con fuerza y validez generalizada (ver ILPES, 1993 y 1996), la necesidad de
repensar en todo lo concerniente al diseño de los marcos regulatorios y como se realiza su adecuación a
tenor de un escenario internacional sumamente cambiante, y agresivo por naturaleza, dada la gran
fragilidad de nuestras economías, ante las tendencias globalizadoras prevalecientes que, como
realidades vigentes, pueden darle una apreciable complejidad a tales intentos.
Por tanto, esta presentación trata, primeramente, de realizar una breve descripción del modelo de
relaciones económicas preexistente, sus antecedentes y principales características, que definen el punto
de partida del proceso de adaptación de la economía cubana a las nuevas situaciones, como segundo
aspecto, para concluir con algunas consideraciones sobre la regulación y el mercado en las condiciones
actuales del país.
Un aspecto que resulta necesario subrayar para una mejor comprensión de esta presentación, es que si
bien la incertidumbre inicial al momento de enfrentar los nuevos hechos, a finales de 1990, por su
propia magnitud, impuso ciertos límites temporales al alcance de la estrategia adoptada, los cambios
emprendidos no deben valorarse como una respuesta coyuntural vinculada exclusivamente con la crisis
(Rodríguez, 1996b).
Otro aspecto, de no menor relevancia, dado el carácter sumamente reciente de las reformas, es el
necesario y sistemático perfeccionamiento de las mismas; hay que tener en cuenta la propia naturaleza
de estos procesos los que de hecho se van reformulando conforme se va avanzando y profundizando en
los mismos.
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 3
No en pocas ocasiones, como plantean determinados especialistas (ver Rufián, 1995), los sistemas
resultantes en poco se parecerán a los originalmente diseñados.
Ello resulta muy importante en nuestra realidad, puesto que el principio que guía el proceso de cambio
emprendido es el de la gradualidad, la mesura y la cautela; no hay espacios para terapias de choque.
EL PUNTO DE PARTIDA
Las peculiaridades propias del proceso de transformaciones económico - sociales, iniciado en el país en
1959, condujo a una escalada de confrontaciones con los Estados Unidos; en el curso de estos
acontecimientos, la burguesía nacional adopta una posición de retraimiento y de alianza con los intereses
norteamericanos.
En dicho contexto, tal coincidencia de intereses, en primer término, configuró a partir de dicho
momento una visión acerca de cómo enfocar el papel del productor privado en la economía (González,
1993), que conjuntamente con las medidas de respuesta de las autoridades nacionales ante tal situación,
explica en parte la peculiarmente alta participación de la propiedad estatal en la economía nacional.
Puede considerarse, por tanto, que de tales circunstancias se deriva la implementación, a partir de
1962, de un modelo de planificación sumamente centralizado y abarcador, que inicialmente toma como
punto de referencia las metodologías de los países socialistas del este de Europa, contándose con la
colaboración inicial de especialistas latinoamericanos por intermedio de CEPAL.
Así, la gestión planificada de la economía nacional en Cuba, comienza de hecho ya en 1961, en que se
elabora el primer plan anual, el correspondiente al de 1962, método este que se mantuvo como el
fundamental en el país, aun y cuando durante todo el período de referencia se confeccionaron planes y
programas específicos de desarrollo con un horizonte temporal más amplio, a mediano y largo plazo,
(U.Echevarría y Trueba, 1990). Sin embargo, las repercusiones finales de la elaboración de tales
proyectos, en los propios mecanismos de planificación, se vieron limitadas en gran medida por
dificultades de variada índole, tanto circunstanciales como derivadas del conflicto histórico con los
Estados Unidos.
Con el transcurso del tiempo, se producen diversos cambios en cuanto al instrumental y los mecanismos
de dirección y regulación (U.Echevarría y Trueba, 1990; González, 1993), como resultado de la
evolución de las condiciones específicas en que hubo de desempeñarse la economía nacional,
generadoras de diversos factores, tanto de carácter exógeno como endógenos, de fuerte influencia.
No obstante, los cambios antes referidos sólo propiciaron, en la práctica, diferencias de grado o de
matices (U.Echevarría y Trueba, 1990), puesto que no se verificaron modificaciones de contenido en
cuanto a la identificación de la planificación con la máxima centralización de las decisiones económicas
(como lo denomina Brus, 1968), es decir, se mantuvieron, básicamente hasta finales de los 80’, los
rasgos esenciales de alta centralización con las particularidades que le son inherentes.
De tal forma, en Cuba se llevó a una expresión extrema el esquema centralizado de administración a
través de los recursos materiales, con un acentuado predominio de los balances materiales (planificación
4 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
en magnitudes naturales), en la toma de decisiones (U.Echevarría, 1992a; González, 1993), bajo
condiciones en el que el papel del dinero se había reducido, en las transacciones interempresariales, a
un simple instrumento auxiliar para homogenizar los flujos materiales mediante un común denominador,
al igual que en otras experiencias de igual naturaleza (ver Brus, 1968).
Estas premisas, dieron contenido al instrumental de transmisión, estructurado sobre la base de las
órdenes del plan e implementadas por vía de medios predominantemente administrativos, sobre cuyo
soporte se realizó el montaje institucional de los correspondientes sistemas regulatorios.
Por otra parte, no se podrían resumir las particularidades del funcionamiento de la economía cubana, en
el punto de ruptura/continuidad de los años 90’, sin hacer referencia a las estrechas relaciones
económicas y comerciales desarrolladas en el entorno integracionista del CAME.
Todos estos aspectos se precisaban, quinquenalmente y de forma bilateral con cada país miembro, en
las denominadas Coordinaciones de Planes, a partir de las cuales quedaban definidos, con gran
detalle, los volúmenes de suministros, precios, condiciones de pago y de entrega, para los siguientes
cinco años. De esta forma, los planes anuales correspondientes tenían un alto grado de aseguramiento
material y respaldo financiero, que sólo requerían ciertas precisiones y acotaciones cada año.
Las referidas condicionantes, por lo demás, reforzaron en la práctica la sustentabilidad del esquema
económico centralizado, principalmente en lo concerniente a la regulación y el control. Como efecto
peculiar, al asegurarse precios estables, no sujetos a las condiciones y variaciones de los mercados
mundiales, el nivel general de los precios y el tipo de cambio podían seguir desempeñando un papel
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 5
sumamente accesorio en la asignación de recursos (U.Echevarría, 1992b), tal y como los restantes
precios relativos, lo que constituye una regularidad de dicho patrón (ver Brus, 1968 y Napoleoni,
1968).
Ahora bien, la dirección de la economía, mediante la asignación directa, tiene un importante correlato en
lo que se refiere a la viabilidad socio-política; la planificación centralizada posibilitó un alto grado de
selectividad, paralelamente con la factibilidad de efectuar grandes maniobras en la economía, tal como
los profundos cambios estructurales realizados, el avance en la industrialización, el raigal cambio en la
distribución del ingreso, entre otros, convirtiéndose en un singular elemento de cohesión interna y
progreso social (González, 1993; U.Echevarría y Quintana, 1995).
Lo cual ha estado en línea con las concepciones de la política económica cubana, asentada en la
interdependencia orgánica entre los aspectos económicos y sociales del crecimiento y el desarrollo,
como una unidad integral.
Para Cuba en particular, ello hubo de traducirse en importantes transformaciones, que pueden
resumirse como sigue (ver Rodríguez, 1984):
Ø Desarrollo de los servicios productivos básicos y de los niveles calificatorios de la fuerza de trabajo
para el proceso de industrialización.
Es indudable que, de forma relevante, ello ha tenido una notable repercusión en el avance obtenido en
cuanto a “desarrollo humano” se refiere (Rodríguez, 1988), cuyos principales signos son una esperanza
de vida superior a los setenta años, una mortalidad infantil inferior a nueve por cada mil niños nacidos
vivos, cobertura total en la educación elemental, entre otros (INIE-JUCEPLAN, 1992), fundamento de
una amplia y sólida base consensual política.
En tal escenario, y dadas las características generales señaladas inicialmente, el Estado se desempeñaba
en un doble rol, como regulador y como activo participante (prácticamente el único agente económico
funcional), en los procesos de la economía real, en un ambiente en el que el plan se constituía en el
elemento conductor-regulador de tales procesos, por lo demás con un significativo grado de
minuciosidad y una notable extensión de los actos de decisión directa.
6 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
Los mecanismos correspondientes, portadores asimismo de un alto nivel de verticalidad, incluían, de un
modo u otro, hasta las denominadas “decisiones corrientes”. En otras palabras, los mismos eran
contentivos de las definiciones, de forma directa o indirecta, de los objetivos concretos de producción
hasta el nivel de empresas, sustentados en un amplio y abarcador sistema de indicadores, así como de
directivas cualitativas específicas, por lo regular de gran detalle.
Tales comportamientos constituían la expresión final, y formal, de la natural tendencia, en las economías
de planificación altamente centralizada, a hacer universales y particularizadas las decisiones centrales,
mediante la formulación y emisión de un plan que contiene todos los aspectos (ver Brus, 1968).
El carácter jerárquico de los planes, inherente a las mencionadas prácticas, y el sistema de relaciones
que le era intrínseco, le conferían determinadas especificidades a las interrelaciones macro-
microeconómicas en el contexto de la economía cubana.
El plan de las empresas, por tanto, no constituía en todos los casos, y necesariamente, la respuesta
micro-económica ante las circunstancias y condiciones del entorno macro, con una sustentación y
enmarcamiento derivados de las orientaciones y definiciones del plan general de la economía nacional y
de las políticas específicas, que por lo demás hubiese requerido de los necesarios mecanismos
indirectos de transmisión de tales “señales”, cuestión de suma complejidad para poder articular en un
ambiente en que el aspecto “monetario”, componente indispensable en dicho encadenamiento,
prácticamente no desempeñaba papel alguno.
De tal forma, podría considerarse que la dimensión microeconómica carecía de la necesaria relevancia
en el accionar del funcionamiento económico, en otros términos, el componente macroeconómico no
disponía, en lo fundamental, de la debida fundamentación a nivel micro-económico. Eventualmente, la
mencionada situación hubo de traducirse en determinados problemas de coherencia, así como de
consistencia, principalmente al enfrentar los retos derivados del ajuste externo y de la adaptación de la
economía a las condiciones de la economía internacional.
En el contexto anteriormente descrito hacia el interior de la economía, en el que el plan, así como la
dirección y regulación del funcionamiento económico, se asentaba en lo fundamental en un proceso de
distribución y asignación de recursos en términos físicos, desaparecen, abrupta-mente, las fuentes que
garantizaban la sistematicidad y articulación de tales mecanismos.
Para que se tenga una idea de la magnitud de este shock, habría que apuntar que, a finales de los años
80’, un 85% del intercambio comercial del país dependía del área socialista y que ¾ partes de las
importaciones (el total de las cuales era equivalente a la tercera parte del Producto), se concentraban
en: combustible (34%); alimentos y sus materias primas (10%); maquinarias y equipos (32%). Estas
importaciones se reducen alrededor de 50% en apenas 24 meses (finales de 1989 a finales de 1991),
(INIE-JUCEPLAN, 1992); un 76% hasta 1994.
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 7
En el área de moneda libremente convertible, que cubría el 15% restante del intercambio comercial, y
que constituía un muy importante complemento a determinadas insuficiencias de los suministros
socialistas, se presentaba una difícil situación financiera y comercial al producirse el impacto antes
mencionado, razón por la cual esta área no pudo actuar como un amortiguador relativo, tal y como en
otras oportunidades (INIE-JUCEPLAN, 1992).
Por tanto, se planteó como necesidad de primer orden una urgente reorientación del comercio exterior
(Rodríguez, 1996a y 1996c) paralelamente con una inserción más dinámica en la economía
internacional, así como el logro de la indispensable competitividad internacional que ello demanda
(Alvarez, 1995).
De tal forma, donde primero se reflejó el proceso de transformaciones, que actualmente vive el país, fue
en el sector externo de la economía (Lage, 1996a), aunque habría que acotar que desde antes de los
acontecimientos señalados ya se había considerado la posibilidad de cierta apertura en esta esfera, aun
y cuando esta se desplegara muy puntualmente y con un alto carácter selectivo, por ejemplo, en el
turismo y en otras actividades y operaciones muy específicas (Rodríguez, 1995).
En relación con los aspectos anteriores, ya en 1982 se aprueba el Decreto-Ley 50, cuyo objetivo
fundamental era encontrar un complemento, en el área de moneda libremente convertible, a los
suministros socialistas para la formación bruta de capital que, desde esos momentos, comenzaban a
presentar ciertas insuficiencias para el aseguramiento de programas priorizados de vital importancia
para el país.
Habría que decir que este proceso, que se comienza a extender con una relativa rapidez desde los
mismos inicios de los 90’, más que una liberalización comercial, que implicaría el desmantelamiento de
la protección y de otros controles gubernamentales en un medio dominado por las importaciones,
constituye una apertura, cuyo objetivo es, en lo esencial, orientar la economía hacia los mercados
internacionales, en un proceso lidereado por las exportaciones, como señalara Alvarez (1995); para
una conceptualización ver Agosin y Ffrench-Davis (1993).
En la lógica de este proceso, hacia 1992 se desmanteló el monopolio estatal del comercio exterior, con
lo cual, en la actualidad, existen en el país unas 250 entidades de diversas formas organizativas
autorizadas a realizar este tipo de actividad (Lage, 1996a; Padilla, 1996), de unas 50 que operaban
centralmente en esta esfera hacia el año 1989 (Rodríguez, 1996a).
Por lo demás, la propia naturaleza de este proceso de apertura comercial, y principalmente la dinámica
de los derivados de la compleja coyuntura a la que se vio enfrentado el país en todos los ordenes, en
busca de detener el deterioro económico y garantizar un mínimo de estabilidad macroeconómica, ha
requerido de un sistemático proceso adaptativo que involucra una cierta apertura económica interna, la
cual aun continúa. Desde 1993, los principales componentes de estas transformaciones, son
susceptibles de ser clasificados como sigue (ver U.Echevarría, 1996a): Institucionales, Apertura
externa, Nuevas formas organizativas, Nuevos espacios económicos, Saneamiento financiero,
Desregulación
8 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
ü Institucionales
Reformas constitucionales de 1992, que crearon las bases jurídicas para las medidas ulteriores, entre
ellas: la eliminación del monopolio estatal del comercio exterior; reconocimiento de la vigencia de la
propiedad mixta y otras formas de propiedad; la modificación del carácter de la planificación
(Rodríguez, 1996a).
El Decreto-Ley 147 (21 de abril de 1994), sobre la “Reorganización de los Organismos de la
Administración Central del Estado”; de un total de 40 (21 ministerios, 9 comité estatales y 10
institutos), se reducen a 32 (27 ministerios y 5 institutos) (Alvarez, 1995).
Un aspecto sumamente importante en esta reorganización, fue la revisión de las funciones de estos
organismos, encaminada a la descentralización hacia las empresas y entidades económicas, como
principio, de las decisiones de carácter operativo; esto tendría una repercusión de cierta magnitud en
la evolución posterior del sistema empresarial (ver U.Echevarría, 1996b).
Dicha reorganización ministerial se considera como una primera etapa, cuya profundización estaría
en correspondencia con los resultados que se obtengan precisamente en la adecuación del sistema
empresarial, cuya recomposición permitiría pasar a una segunda etapa en el perfeccionamiento del
aparato de la administración pública.
Estas acciones, por lo demás, parten del criterio de iniciar la creación de un marco jurídico
consistente con las medidas específicas tomadas en el ámbito del funcionamiento económico y que
posibilite un entorno de equilibrio.
ü Apertura externa
La eliminación del monopolio estatal del comercio exterior, incluido en las reformas constitucionales,
además de permitir una mayor flexibilidad al sistema empresarial para acceder al mismo, abrió las
posibilidades para la participación hasta ciertos límites, en el mercado interno, de proveedores
extranjeros; las representaciones comerciales extranjeras en el país llegaban a 660 al finalizar el año
1995 (IIF, 1995; Rodríguez, 1996a).
La Ley 77 (septiembre de 1995), “Sobre la Inversión Extranjera”, como importante elemento
complementario a la solución de uno de los problemas más acuciantes de la economía cubana (IIF,
1995), la formación bruta de capital en la difícil situación de carencia de créditos financieros de largo
plazo para el desarrollo, propiciando, además, la obtención de tecnología y el acceso a mercados;
los antecedentes inmediatos, que incluía las posibilidades de asociación con capital foráneo, se
encuentran en el ya mencionado Decreto-Ley 50 de 1982.
El paso anterior, posibilitó que las inversiones extranjeras hasta finales de 1995 ascendiera a más de
2100 millones de dólares, de menos de 100 millones en 1990; a mediados de 1996, las asociaciones
económicas con capital extranjero rebasaban las 240, con más de 50 naciones (Ferradaz, 1996),
de apenas unas 10 asociaciones en 1990.
Estos acuerdos con el capital extranjero, que suelen adoptar distintas modalidades, se establecen
con las empresas cubanas, las cuales poseen personalidad jurídica propia, y no con el Estado
cubano.
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 9
Ahora bien, los referidos acuerdos se formalizan amparados por los principios de protección
consignados por la propia Ley 77, en los que el Estado cubano si resulta garante, como facilitador,
de los mismos; existen, además, acuerdos de promoción y protección bilaterales, de la inversión,
firmados con 18 países.
En junio de 1996 se promulga el Decreto-Ley 165, para el desarrollo de zonas francas y parques
industriales, como una vía para estimular la inversión foránea; existen en estos momentos unas 30
solicitudes de operadores interesados en esta modalidad.
Ahora bien, resulta procedente señalar que la inversión extranjera se asume con un carácter
básicamente complementario para el funcionamiento de la economía cubana, a fin de suplir
insuficiencias puntuales del proceso técnico-productivo, el acceso a mercados restrictivos de alta
competencia, capacidades de gestión en actividades sumamente especializadas, financiamientos
específicos, entre otros.
También se emite la Resolución conjunta de los ministerios de Finanzas y Precios y de Comercio
Exterior (No. 5 de 1996), que modifica la Ley Arancelaria de 1990, para materializar los
compromisos con la Organización Mundial de Comercio (OMC). De tal forma, el 67% de las tarifas
es menor o igual al 10% ad valorem y sólo el 5% alcanza el nivel máximo fijado en 30% ad
valorem, resultando una tarifa promedio del 10,7% para Nación Más Favorecida (OPCIONES,
1996), comparable con la de los países de la región.
Decreto-Ley 142 (1993), “Sobre Las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC)”,
mediante el mismo, se realiza la transformación de un gran número de empresas estatales en
entidades cooperativas (Alvarez, 1995), procediéndose simultáneamente a un redimensiona-miento
en cuanto al tamaño de las mismas se refiere. De esta forma, alrededor del 78 % de la tierra pasa a
formas de explotación no estatal (Rodríguez, 1996a), agrupadas en unas 3880 UBPC y 2615
cooperativas de otros tipos (U.Echevarría, 1996b).
Se produce también la difusión de los esquemas de autofinanciamiento en divisas y de los
presupuestos de ingresos y gastos en divisas. Estos sistemas consisten en la utilización, por la
entidad que genera la divisa, de parte de la misma para sufragar los gastos de tal naturaleza, a fin de
garantizar la continuidad de los ciclos productivos. Estas formas descentralizadas en el manejo de
este recursos financieros, ha brindado una mayor flexibilidad en la gestión económica de las distintas
entidades y empresas (IIF, 1995; U.Echevarría, 1996b).
Por otra parte, se encuentran en estudio trabajos encaminados a la formulación de una política
coherente en torno al desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (PYME’s), las que serán
viables en la medida en que se consoliden los nuevos mecanismos económicos y se reduzcan los
desequilibrios aun presentes en el mercado interno (Rodríguez, 1996a).
Indudablemente, esta última acción introducirá en el panorama económico vías alternativas, de
mayor flexibilidad, para dar respuesta al cambiante mundo de la economía real, pero al mismo
tiempo introducirá elementos de una mayor complejidad en cuanto a la regulación se refiere.
10 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
ü Nuevos espacios económicos
Se dicta el Decreto-Ley 141 (3 de septiembre de 1993), “Sobre el ejercicio del trabajo por cuenta
propia”, concebido para liberar al sector estatal de una carga en la producción de bienes y servicios
que no puede ejecutar eficientemente, y como alternativa de empleo (Alvarez, 1995); en la
actualidad se mantienen unos 186 mil trabajadores por cuenta propia, con el consiguiente sistema
impositivo y de control sobre los mismos (Rodríguez, 1996c).
El Decreto-Ley 191 (19 de septiembre de 1994), “Sobre el Mercado de Productos
Agropecuarios”, se establece como mecanismo para estimular la comercialización de excedentes
agrícolas (Alvarez, 1995; Rodríguez, 1996c); en 1995 un 88,5% de las ventas fueron realizadas por
el sector no estatal por ciento que disminuirá aproximadamente a un 70% en 1996.
El Decreto 192 (21 de octubre de 1994), “Sobre el Mercado de Artículos Industriales y
Artesanales” (Alvarez, 1995), aunque un año más tarde, constituye una complementación a la
expansión del autoempleo, mediante la cual se busca propiciar la comercialización, a precios de
mercado, de un grupo de productos y servicios ofrecidos (Rodríguez, 1996a), tanto por el sector
privado como por el social.
ü Saneamiento financiero
Este ha constituido un elemento de singular importancia en la política económica interna aplicada en
el país en los últimos años.
Este programa ha estado dirigido a restablecer los necesarios equilibrios macroeconómicos
(monetarios y financieros), a partir de los desequilibrios generados en medio del proceso recesivo de
la economía, que implicó una importante contracción de la oferta agregada paralelamente con la
aplicación de una política, implementada por las autoridades, encaminada a evitar al máximo un alto
costo social en el período de ajuste (U.Echevarría, 1992a; Rodríguez, 1996c).
Estos desequilibrios se originaron directa y principalmente en la monetización de los agudos déficit
fiscales de dichos años, que en su momento más crítico estuvo por encima del 30% del PIB (ver
análisis y evaluación preliminar en U.Echevarría, 1992a).
Así, todas las medidas, en una primera etapa, estuvieron encaminadas, por una parte, a reducir el
excedente monetario en circulación (en manos de la población), a limites manejables acorde con la
situación específica, para evitar las correspondientes presiones inflacionarias (elevación de los
precios de bienes no esenciales, así como de algunas tarifas y la eliminación de ciertas gratuidades
indebidas y no substanciales).
Por otro lado, se buscó evitar que se continuase alimentando el déficit fiscal por vía, principalmente,
de los subsidios a las empresas productivas estatales mediante un control riguroso y estricto de los
resultados económicos.
Los resultados se expresan en la reducción de liquidez en un 25% y el descenso del nivel general de
precios que se logra hasta 1996.
Una segunda fase del reordenamiento financiero interno, está relacionada con el fortalecimiento del
sistema impositivo, e incremento de la oferta de productos liberados a precios de mercado, la
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 11
introducción gradual de precios por libre concertación en las relaciones interempresariales,
modificaciones en los sistemas de retribución al trabajo, entre otras (Rodríguez, 1996a).
Acciones estas que son necesarias a fin de garantizar la conservación de los equilibrios que, de cierta
forma, fueran restablecidos en la ya referida primera etapa, principalmente por vía de la aplicación
de políticas macroeconómicas selectivas, las cuales, debe recordarse, tienen un efecto por lo regular
transitorio.
Indudablemente, ello requerirá, además, de ciertas transformaciones estructurales, en lo fundamental
relacionadas con el marco regulatorio, con el objetivo de dar, a dichos equilibrios, el grado de
permanencia requerido por la trayectoria de recuperación económica, la cual recién se inicia.
ü Desregulación
Se dicta el Decreto-Ley 140 (13 de agosto de 1993), mediante el cual se despenalizó la tenencia de
divisas (Alvarez, 1995). Esto conllevó la creación de una red de establecimientos estatales a fin de
captar la divisa circulante por la vía comercial (Rodríguez, 1996a), que además se ha visto
fortalecida por las facilidades brindadas en el sentido de estimular las visitas de familiares residentes
en el exterior y el envío de remesas.
La introducción de un nuevo signo monetario (peso convertible; PC), en diciembre de 1994 y la
formalización de un mercado de compraventa, al público, en octubre de 1995, está unido con la
aplicación selectiva de estímulos y formas de pagos en pesos convertibles. Ello ha llevado a que el
tipo de cambio PC/USD haya pasado de unos 120/1 en junio de 1994 a 18/1 en septiembre de
1996.
Este nuevo signo monetario, con una paridad 1PC/1USD, se introduce como un elemento adicional
que, en un futuro, cuando se creen las condiciones para la implementación de un adecuado sistema
cambiario, facilite la transición hacia el curso forzoso de la moneda nacional en todo el territorio del
país.
De tal forma, la lógica de los cambios indica que, ante la implementación de modificaciones de carácter
orgánico, a fin de dar solución a la diversidad de problemas prevalecientes, se han hecho necesarios
otros, más bien de carácter funcional, creando los espacios económicos o mercados, a fin de hacer
operativos los primeros. Una esquematización de esta situación puede representarse de la siguiente
forma:
Resumiendo, una evidencia de lo anterior, es la revaluación del tipo de cambio de mercado no oficial en
este período; de 120 pesos/USD en junio de 1994, ha bajado hasta 17-18 pesos/USD en octubre de
1996 (el tipo de cambio oficial se sigue manteniendo en 1peso/1USD), la significativa reducción del
déficit fiscal, de más del 30% sobre el PIB en 1993, se estima alrededor del 4% en 1995 y podría
reducirse hasta cerca del 3% en 1996, así como los crecimientos del PIB de 2,5% y 7%, en 1995 y
1996 respectivamente.
Ahora bien, una descripción del proceso adaptativo de la economía cubana no quedaría totalmente
definida, si no se hace referencia a un rasgo muy peculiar de este proceso, la dualidad monetaria.
Esta situación se genera en los momentos más agudos de la crisis económica, 1993, momentos en los
que la solución a los profundos desequilibrios macroeconómicos parecían indicar una radical
devaluación de la moneda, técnicamente hablando.
Evidentemente una súbita devaluación, en medio de una situación agravada por la circulación
clandestina en el país de monedas libremente convertibles, hubiese tenido consecuencias incalculables e
impredecibles, con efectos altamente traumáticos (ver Rodríguez, 1995 y 1996a), en lo que se refiere al
impacto social principalmente.
Ante tal situación, se decide conectar una parte de la economía para que operara directamente en
moneda libremente convertible, los sectores exportadores y el turismo, (Rodríguez, 1995); esta esfera
se ha ido extendiendo de forma paulatina y sistemática.
De esta forma, se configuró lo que es conocido en el país como “economía emergente”, un estudio
pormenorizado de la cual fuera realizado por González et al (1993) y más recientemente Ritter (1995),
realiza un estudio acerca de los efectos de tal situación y plantea algunas consideraciones acerca de las
vías para la unificación monetaria, aunque, en general, evidencia cierto desconocimiento de las
peculiaridades y especificidades propias del funcionamiento de la economía cubana.
Un resumen y valoración del proceso adaptativo de la economía cubana a las nuevas condiciones, no
puede dejar de destacar una peculiaridad que distingue al proceso de reformas emprendidas por el país:
Ø No se han dado las circunstancias de marginalidad económica, derivación prácticamente natural del
proceso de ajuste en el área.
Por último, a partir de los resultados macroeconómicos alcanzados y que fueran señalados con
anterioridad, si se le adiciona el hecho de que la dimensión ambiental siempre ha sido una preocupación
y ocupación constante, pudiera considerarse que, en este caso, se han alcanzado, en lo fundamental, los
cuatro puntos de apoyo para un proyecto político sólido y estable, como considera ILPES (1996).
Los cambios enumerados, transformaron evidentemente las bases objetivas sobre las cuales se
asentaban, con anterioridad, los métodos y procedimientos de la planificación en Cuba, cuyos efectos
se tratan de generalizar seguidamente.
Antes de abordar el perfeccionamiento de la planificación más recientemente, habría que adicionar que,
como resultado de la aplicación del programa emergente para enfrentar los efectos de la crisis a partir
de 1989-1991 y poder gobernar la emergencia creada, prácticamente el plan perdió su carácter como
elemento de regulación y control hacia los distintos eslabones de la economía, que no fue restablecido
hasta un tiempo después.
No obstante, es necesario aclarar que en dichos años se continuó elaborando el plan de la economía a
nivel central, lo que constituyó la base o plataforma a partir de la cual las autoridades conformaron el
referido programa emergente, componente esencial de la estrategia inicial de supervivencia.
Acorde con las nuevas realidades que se han derivado del proceso adaptativo de la economía, los
mecanismos de planificación han ido experimentando una progresiva adecuación, como resultado de lo
cual, del método de balances materiales y la asignación directa de tareas productivas y recursos se ha
ido avanzando, cada vez en mayor medida, hacia la utilización de instrumentos financieros, fiscales y
crediticios.
La referida tendencia constituye, como señala Rodríguez (1995), un importante paso en la transición
hacia el empleo de un herramental de regulación típicamente indirecto, elemento consustancial a las
condiciones en que, en lo adelante y de forma paulatina, debe desempeñarse la economía nacional para
hacer viable el proceso de planificación en las nuevas condiciones.
Por tanto, la decisión sobre su utilización corre por cuenta del demandante, no por vía del oferente.
Este demandante podría decidir, consecuentemente, entre comprar el producto al fabricante nacional o
adquirirlo de origen importado (González, 1996).
A partir de tales procederes, para participar en el mercado interno que se ha ido consolidando y
expandiendo con la recuperación económica, y que simultánea-mente ha ido adquiriendo contornos de
14 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
funcionamiento más acorde con dicho concepto, los participantes en el mismo, salvo excepciones
sumamente puntuales, deberán ganarse el derecho de participación sobre la base de una adecuada
calidad y costos competitivos (ver Rodríguez, 1996b).
Así, de cierta forma se van introduciendo paulatinamente elementos relacionados con el derecho de
elección y de sustituibilidad de los factores de producción.
Precisamente tales cambios y la evolución sistemática hacia nuevos enfoques y métodos, caracterizados
por la introducción de elementos monetario mercantiles, como los señalados anteriormente, han sido de
los factores que han contribuido, en la práctica, a restaurar el papel del plan en las nuevas condiciones y
fortalecer la planificación como elemento rector y consustancial al proceso de reformas económicas en
Cuba.
Debe puntualizarse que la economía cubana continua siendo una economía socialista, centralmente
planificada (Lage, 1996b), donde el plan de desarrollo económico constituye la principal herramienta
macroeconómica, en un entorno de funcionamiento de la economía real, caracterizado por la utilización
de las relaciones monetario-mercantiles y los mercados, regulados precisamente por tal herramental
(González, 1996; Rodríguez, 1996a).
En tal contexto, donde se aprecia por lo demás una progresiva descentralización de la gestión
empresarial (Rodríguez, 1996b; U.Echevarría, 1996b), el plan de la empresa adquiere un inapreciable
valor para la misma, puesto que el mismo ha de pasar a constituir un elemento consustancial en la
fundamentación de las decisiones corrientes, en un medio microeconómico que ha de ir ganando en
coherencia, agilidad y flexibilidad.
Adicionalmente, habría que considerar que si bien, como se señalaba con anterioridad, ha comenzado
un franco proceso de recuperación y estabilización económica, aun la misma está sometida a fuertes
presiones y tensiones, como ha sido planteado por las autoridades (ver Rodríguez, 1996b).
Ello significa que mientras un cierto número de actividades se reactivan y comienzan a operar de forma
estable, otras aun no cuentan con los recursos necesarios o no alcanzan niveles de eficiencia o
competitividad mínimos indispensables, acorde con la nueva situación que se ha ido conformando
(González, 1996).
Sobre este particular, el proceso de redimensionamiento empresarial iniciado en 1995, está encaminado
a lograr el diseño de una empresa pública autónoma, que tenga condiciones para operar de forma
eficiente y con una productividad competitiva (Guzmán, 1995).
Esta reorganización se concibe sobre la base de la revisión y ajuste de los flujos productivos y de
servicios, teniendo como premisa mejorar la efectividad y eficacia tecnológica de las instalaciones, que
dé soporte a una utilización racional de los factores productivos.
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 15
Sin lugar a dudas, este es un proceso de notable complejidad, principalmente en la esfera industrial,
donde la asimetría del ajuste de estos años ha resultado relevante (se recomienda ver García, 1995).
Esta característica demandará tiempo para lograr los ajustes requeridos y adecuados con el consenso
político y social indispensables.
En este entorno, cambiante por lo demás, no puede perderse de vista que todavía existen empresas que
operan de forma subsidiada, que no se han redimensionado y que tienen exceso de personal. En las
condiciones señaladas, hay que aplicar criterios no tan sólo económicos sino también sociales
(González, 1996).
De tal modo en la planificación, actualmente, se hace necesario combinar diferentes enfoques, así como
concebirla como un proceso de continuado perfeccionamiento y evolución (Rodríguez, 1996b),
paralelamente con las ideas y criterios relacionados con la gestión pública.
El año 1996 marca un momento de importantes avances de la planificación bajo las nuevas condiciones.
En este año la reactivación de la economía se consolida, el PIB experimenta en el primer semestre un
crecimiento del 9,6%, y se espera arribar a un entorno del 7%, como se expresara anteriormente; es de
señalar la importante recuperación del sector azucarero, principal esfera de la economía cubana, el cual
crece en un 33,6%.
Sin embargo, es necesario ser realistas; como es conocido nuestra economía aun requiere de la
obtención y renovación de créditos de corto plazo y altas tasas de intereses, para el aseguramiento de
una parte importante de sus importaciones (Lage, 1996b; Rodríguez, 1996b).
Existe, además, una deuda comercial que en parte fuera acumulándose en los años anteriores al
presente proceso, lo cual somete a la economía a fuertes restricciones y es necesario, evidentemente a
través de la planificación, crear condiciones para continuar sustentando el proceso de reactivación de la
economía y, a la par, enfrentar consecuentemente las referidas restricciones financieras (González,
1996).
En otros términos, aun el país se encuentra en un franco proceso de administrar la crisis, generada por
las circunstancias ya referidas.
En tal contexto, la planificación, como planteara Lage (1996b), en cuanto categoría que refleja en la
economía la esencia política de nuestros principios socialistas, abarca todas las actividades que se
realizan en el país, independientemente de su forma de propiedad, aunque los métodos evidentemente
varían en cada caso. Los métodos pueden ir desde directivas y asignaciones directas, hasta la
contratación, enmarcamiento, normación y regulación (indirecta) de las actividades correspondientes
(González, 1996).
ð En el medio microeconómico, es decir, desde el sistema empresarial (la economía real), mediante
la aplicación del análisis económico y financiero, potenciando al máximo los factores productivos.
A tales fines, el Gobierno aprueba las orientaciones y directivas que destacan los objetivos económicos
esenciales que debe alcanzar el país en el período objeto de planificación, lo cual permite tensar los
esfuerzos y dar consistencia a la estrategia que se aplica para la recuperación y desarrollo de la
economía.
La premisa fundamental, en el proceso enunciado, viene dada por concentrar los esfuerzos en torno a la
estrategia más adecuada y racional para superar las actuales dificultades económicas y reactivar la
economía (Rodríguez, 1996b).
Es preciso señalar, que la propia dirección de los cambios y su magnitud, visto el entorno
macroeconómico en su conjunto, ha implicado una recomposición sustancial en lo que se refiere a los
enfoques de planificación; de hecho se han comenzado a introducir, en los diseños de planificación a los
niveles más agregados, técnicas vinculadas a los análisis de índole prospectivo y el diseño de escenarios
factibles, que incluye los análisis de viabilidad correspondientes.
En esta área, se parte del principio de que una eficiente gestión financiera (o gestión pública), es
determinante en el cumplimiento de las tareas propias de la administración pública, entre las cuales la
política implementada por el país le ha asignado, desde siempre, un papel relevante al logro de un
crecimiento económico sustentable; se mantiene el criterio de que promover el desarrollo es parte
inseparable de las funciones del Estado, el cual debe continuar asumiendo un papel protagónico.
Lo anterior, de igual forma que en los procesos relacionados con la planificación, asume dos
direcciones:
En síntesis, la política tributaria nacional tiene como objetivos primordiales, manteniendo lo genuino y
lo auténtico dada la realidad específica del contexto nacional y su proyección (González Pérez,
1995):
Tomando en cuenta las condiciones prevalecientes en el país al momento de promulgarse esta ley,
ello trae aparejado un nuevo enfoque en la cultura económica nacional, el comprender “el pago del
tributo como parte de un deber social”.
þ Redefinición de los correspondientes sistemas financieros para el sistema empresarial y las restantes
entidades actuantes en la economía real, que asume un radical cambio en las prácticas anteriores en
esta área, altamente centralizadas; la nueva concepción es contentiva de una alta dosis de elementos
de independencia en el manejo de los recursos propios por parte de las empresas y entidades.
þ Modificaciones en los procedimientos de elaboración del “Presupuesto del Estado”, las cuales son
portadoras de componentes de desconcentración en cuanto a las fuentes y aplicaciones del gasto.
Tomando en cuenta que este es el mecanismo mediante el cual el Estado realiza sus funciones de
regulación y redistributivas, a los efectos del aseguramiento de los correspondientes programas con
la mayor racionalidad posible, se ha ido introduciendo una relativa transferencia de competencia
hacia los órganos subordinados de la administración local; paralelamente, se toman determinadas
medidas de flexibilización en cuanto a los programas nacionales, paralelamente con la introducción
de los necesarios factores de corrección del gasto.
þ La creación de una “Oficina Nacional de Auditoría”; una de las piezas clave para la viabilidad en la
reformulación de los mecanismos de regulación, en un medio más flexible, descentralizado y
desconcentrado.
18 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Enero-Marzo 1996
þ Perfeccionamiento del sistema contable vigente, adecuándolo a las nuevas condiciones económicas y
a la práctica internacional en esta esfera, a fin de reforzar la exigencia y calidad de la información; se
parte de reconocer que la contabilidad es el mecanismo de control adecuado para analizar la gestión
financiera.
Por otra parte, como fuera reiterado con anterioridad, una de las restricciones esenciales para el
proceso recuperativo de la economía viene dado por el acceso al crédito externo, lo cual requiere no
sólo preparar a las empresa y entidades para este empeño, sino contar con un sistema de entidades
financieras (bancarias y no bancarias), que viabilicen los procesos de intermediación, promoción y
gestión en esta importante esfera, así como brindar un cuadro consistente de financiamiento de la
economía.
Por lo que, como complemento de todas las reformulaciones del entorno macro-económico, es
necesario hacer referencia a la reforma bancaria en curso, cuyo contenido esencial es la separación de
las funciones de banca central y banca comercial, actividades que, hasta hoy en día, eran desarrolladas
por la misma entidad, en un típico esquema mono-bancario (para una ampliación al respecto ver
U.Echevarría 1995 y Soberón 1996).
Al igual que en lo relacionado con la planificación y con las actividades de índole fiscal, la reformulación
del entorno bancario-financiero habría que verla:
ð Desde una óptica macroeconómica, relacionada con la coherencia necesaria para el diseño e
implementación de la política monetaria y cambiaria.
En tal sentido, ya se han dado determinados pasos en la creación de nuevas instituciones financieras
(Rodríguez, 1996b; Soberón, 1996), 5 en total (2 de carácter bancario, 2 no bancarias y una casa de
cambio, la cual interactúa exclusivamente en el ámbito de las relaciones con las personas naturales),
adicionales a las previamente existentes (de hecho tan sólo una, que operaba en el entorno de las
transacciones en monedas fuertes).
La propia dinámica de las transformaciones que tienen lugar, han determinado que se planteen con
fuerza determinados temas (U.Echevarría, 1995 y 1996a, así como Soberón, 1996), cuya solución son
de vital importancia para la continuidad y coherencia de este propio proceso, tales como:
Regulación, plan y mercado: el caso Cuba / 19
Ø La reorientación de la política de crédito interna, de forma tal que se conceda exclusivamente sobre
la base de consideraciones económicas a aquellas entidades que puedan evidenciar su solvencia
potencial.
Ø La definición de vías para el financiamiento del déficit fiscal, sin necesidad de proceder a su
monetización.
Ø Evaluación y redefinición de los sistemas cambiarios vigentes, donde la problemática del curso legal
de la moneda nacional adquiere una relevancia de primer orden en etapas futura, al respecto,
resultan interesantes las consideraciones de Zamorano (1995) y en cierta medida las de Ritter
(1995).
Por último, pudiera decirse que, a partir de la experiencia adquirida hasta el presente, en la adecuación
del funcionamiento de la economía cubana a las condiciones y realidades actuales, habría que convenir,
con Martín y Nuñez del Prado (1993), en que “planificación” y “mercado” no son necesariamente
conceptos excluyentes, aunque si encierran una contradicción que la experiencia cubana no pudiera ni
pretende ignorar, en el camino, al decir de Martín (1988), de transformar la crisis en una oportunidad.
Adicionalmente, la práctica de estos años ha indicado que la planificación brinda el marco adecuado
para un coherente diseño de políticas de desarrollo productivo, elemento esencial para asegurar la
dinámica del crecimiento, con lo cual se haría viable la interrelación macro-microeconómica en el
fortalecimiento del desarrollo, aspecto este no logrado, según CEPAL (1996), en el contexto de la
región. Este tópico en particular, será objeto de un próximo trabajo.
BIBLIOGRAFIA
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Socialista, época 3, No. 1, La Habana (pp. 20-28).
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Economía Planificada, año 5, No. 1, enero-marzo, La Habana.
U.Echevarría, Oscar y D. Quintana (1995): Las finanzas internas (investigación), Instituto Nacional de
Investigaciones Económicas (INIE), La Habana.
Zamorano, Joaquín (1995): Consideraciones para la elección del régimen y el nivel del tipo de
cambio: el caso de Cuba
Vigencia de la planificación/ 1
RESUMEN:
INTRODUCCIÓN
Al inicio del período especial muchos de los métodos tradicionales de la planificación comenzaron a
perder vigencia. Para algunos la planificación había dejado de tener sentido en las nuevas condiciones:
bastaba con el Presupuesto para el Estado y el marketing para las empresas. En los programas de
estudio de economía la planificación quedó relegada o incluso llegó a desaparecer como asignatura.
¿Por qué tanta confusión?
Aunque ya superadas las dudas iniciales sobre el nuevo rumbo de la planificación, resulta oportuno
retomar algunas reflexiones sobre el tema, y en especial, en cuanto a las transformaciones ocurridas en
nuestro país en los últimos años, que ratifican la vigencia de la planificación nacional.
El modelo de la planificación socialista estuvo basado tradicionalmente en la elaboración de un conjunto
de los llamados balances materiales. Estos balances no eran más que una cuenta para los distintos tipos
de productos como podían ser neumáticos, frijoles o petróleo combustible. De una parte aparecían las
fuentes, representadas por la producción, la importación y los inventarios, y de otra se señalaban los
destinos, que abarcaban tanto la parte que iba a otras producciones (por ejemplo, petróleo combustible
para producir electricidad) como lo destinado al consumo de la población y las exportaciones.
Esta cuenta, repetida para cientos y miles de productos, permitía un balanceamiento de la economía y la
dirección de los recursos hacia las prioridades sociales y económicas establecidas por el país.
2 / Cuba: Investigación Económica No. 4 Octubre – Diciembre 2001
La Unión Soviética tuvo grandes éxitos en la aplicación inicial de este modelo de planificación. Simón
Kutznets, prestigioso economista occidental, conocido por sus investigaciones sobre los cambios de la
estructura económica asociados al desarrollo económico, después de analizar el caso de la Unión
Soviética, concluyó, "Todos estos cambios, mayores en términos absolutos a los de otros países, fueron
logrados en la URSS en un período de sólo una tercera parte" (Kuznets, 1966).
Hasta ese momento el crecimiento económico era algo por lo que se aguardaba pasivamente: si llegaba
bien, y si no, había que cruzar los dedos y esperar. La demostración histórica de que el desarrollo
podía ser acelerado, capturó la imaginación de los pueblos recién liberados del colonialismo. De este
modo, socialismo y planificación se convirtieron en el paradigma que abría el camino para alcanzar el
desarrollo en un menor plazo histórico.
En América Latina se da una curiosa paradoja. La Revolución Cubana convierte la planificación en una
realidad dentro de Cuba, pero de forma indirecta también la impulsa en todo el continente. El temor que
ocasiona la posibilidad de un triunfo de los movimientos populares en el continente compele a Estados
Unidos a lanzar la llamada "Alianza para el Progreso", para la cual se estableció como una condición
para la entrega de fondos la existencia de planes que permitieran controlar de algún modo como se iban
a gastar los recursos.
Ya entonces, Raúl Prebisch, fundador de la Comisión Económica para América Latina, había postulado
la necesidad de que el Estado tuviese una participación activa en el desarrollo, y de que la planificación
fuese la vía para formular y coordinar dichas políticas. En 1962, el propio Prebisch crea el Instituto
Latinoamericano de Planificación Económica y Social, que con sus altas y bajas se ha mantenido
funcionando hasta nuestros días. Este clima inicial favorable determinó durante cierto tiempo una amplia
aceptación del concepto de planificación, que incluso quedó recogido en algunas de las Constituciones
de los países latinoamericanos (CEPAL, 1993).
Está claro que el significado de la planificación es diferente en una economía socialista y una capitalista.
Primero que nada, habría que decir que el término de planificación, como todo concepto que se usa en
un sentido técnico y en un sentido cotidiano, tiene diferentes significados. Decía Marx que la diferencia
entre lo que hacía una abeja y un carpintero era que el hombre pensaba primero en lo que iba a hacer.
En su sentido más general, planificar es organizar nuestra acción con vista a un fin determinado. ¿Quién
no se levanta por la mañana, y mientras se asea piensa en las cosas que tiene que hacer durante el día?
Vista así, la planificación es un aspecto consustancial a cualquier actividad humana.
Las empresas transnacionales dedican grandes recursos a planificar. El lanzamiento de un nuevo modelo
de automóvil o de avión requiere cuantiosos recursos y prever circunstancias y acciones varios años en
el futuro. También se dedica gran atención a tratar de regular el ciclo económico en los países
capitalistas, según lo atestigua las expectativas que crean hasta los comentarios casuales de alguien
relacionado con esa responsabilidad, como Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal en
Estados Unidos.
Si todo el mundo planifica, ¿cómo se explica entonces el odio visceral de los neoliberales hacia el
término de planificación, y el esfuerzo que realizan por desmantelar cualquier instrumento o mecanismo
asociado a la misma?. Alguna diferencia debe haber entonces entre uno y otro tipo de planificación.
Vigencia de la planificación/ 3
La respuesta es sencilla. La planificación es admisible siempre que no le signifique limitaciones a la
libertad de los capitalistas para valorizar y disponer de su capital. En el socialismo el objetivo es
diferente: los intereses empresariales se subordinan a objetivos más generales. Las ganancias de las
empresas no son para los dueños capitalistas, sino que pertenecen a todos los trabajadores. De este
modo, la función de la planificación socialista es armonizar la actividad económica en beneficio de la
sociedad en su conjunto. Esta pequeña diferencia lo es todo. Quien la entienda no le será difícil
orientarse respecto a las confusiones que a veces se originan en torno a la vigencia o no del concepto
de planificación en diferentes contextos.
Para subrayar esta idea conviene agregar que la planificación no debe identificarse con una técnica
determinada, sino que es esencialmente una expresión de la forma en que se distribuye el poder
económico y político en una sociedad. Por ello, en el socialismo, la planificación nacional es, ante todo,
el modo en que se manifiestan los intereses más generales de la sociedad.
Siendo así, no es de extrañar que el Che, siempre tan preciso en sus expresiones, afirmara que la
planificación era el modo de ser y de desarrollarse de la sociedad socialista; lo que él llamaba su
categoría definitoria, sin la cual no existiría el socialismo.
Todavía no se ha escrito en toda su dimensión la historia de ese período tan crítico, en que la
abnegación e inteligencia de un conjunto de dirigentes y trabajadores vinculados a la tarea de la
planificación, lograron mantener el rumbo de la economía bajo presiones extraordinarias.
Una de las primeras medidas que se implementa para adaptar la economía a las nuevas condiciones
fueron los llamados esquemas de autofinanciamiento en divisas, que no eran otra cosa que establecer
para las entidades exportadoras la posibilidad de que cubrieran sus gastos con sus ingresos de forma
descentralizada. De este modo, se facilitaba la recuperación de las actividades generadoras de divisas.
También se crearon empresas con una estructura mercantil para propiciar su funcionamiento en las
condiciones del mercado internacional; se realizó la apertura al capital extranjero — fundamentalmente
por medio de las empresas mixtas—; y se descentralizaron las operaciones del comercio exterior.
A partir de 1990 se dejó de llevar el plan anual para su aprobación a la Asamblea Nacional. Aunque
nunca se había cesado de elaborar, en la práctica el horizonte efectivo de planificación se había
reducido a mucho menos de un año. Sin embargo, ya a la altura de 1995 la economía comienza a
estabilizarse y madura un cambio en el enfoque de la planificación. De este modo, en ese año se lleva
nuevamente el plan anual para su aprobación por la Asamblea Nacional.
Asimismo, en el caso de los combustibles y los alimentos, por su carácter estratégico, se han
continuado elaborando balances nacionales que aseguran la continuidad del suministro y la solución de
cualquier situación crítica que pueda presentarse. No obstante, aquí también se han dado pasos para
que, en la medida en que las condiciones de la economía lo propicien, ir hacia su progresiva
descentralización.
Otros avances significativos en estos años han estado relacionados con la planificación territorial y la
organización del proceso inversionista. También comienza a restablecerse una visión a más largo plazo
de la planificación. A principios del año 2000, el Ministerio de Economía y Planificación, a partir de
orientaciones del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, emitió una resolución que establecía la
necesidad de vincular la planificación anual con la solución progresiva de los principales problemas de la
economía hasta el año 2005; y orientó la elaboración de programas a mediano plazo que permitieran
garantizar el cumplimiento de dicho objetivo.
En este proceso de transformaciones económicas hay cambios que resultan más espectaculares —o a
la vista— que otros; muchas veces por asociarse a un evento único, como puede ser una Ley o un
Decreto. A su vez, los que se implementan de forma gradual y progresiva con frecuencia pasan
inadvertidos. Algo de esto es lo que ocurre con la planificación, restaurada a su papel rector de la
sociedad, con una flexibilidad y descentralización que antes no había conocido.
Obsérvese si no, cómo desapareció uno de los mayores ministerios, el Comité Estatal de
Abastecimiento Técnico Material, cuya función pasó a la esfera comercial en un proceso de tránsito
apenas percibido; y que ha significado un cambio radical en la forma de operar de la economía.
¿Cuál ha sido el resultado de todas estas transformaciones que han servido para apoyar el heroico
esfuerzo de estos años? Se expresa en la Biblia que "por sus obras los conoceréis", y en este caso los
resultados están a la vista de todos. En el 2000 la economía creció por séptimo año consecutivo; y en
este año 2001, a pesar de las dificultades emanadas de la economía internacional, la planificación
permite mantener un curso regulado de la economía, minimizando posibles afectaciones. Pero lo más
importante es que en todos estos años se ha logrado mantener el objetivo de que el crecimiento esté
acompañado de una mayor eficiencia.
Vigencia de la planificación/ 5
En los últimos cinco años el incremento del producto interno bruto ha sido del 4,7% anual, que
compara favorablemente con el ritmo de 3,0% alcanzado en igual período en Latinoamérica.
Prácticamente todos los principales fondos exportables, excepto el azúcar, superan ya el nivel de
producción física alcanzado en 1989, último año que podemos considerar de relativa normalidad antes
del período especial. La industria azucarera comienza también a mostrar síntomas alentadores de
incorporación al proceso de recuperación de la economía, en especial, en cuanto a sus indicadores de
eficiencia.
No significa esto que no queden retos importantes. Las transformaciones económicas entran ahora en
su fase más decisiva: el perfeccionamiento de la gestión empresarial y la superación progresiva de los
efectos negativos que genera la dualidad monetaria (acentuamiento de las diferencias en los ingresos;
excesivo costo importado en las entidades que operan en divisas; estancamiento de las actividades que
producen en moneda nacional; utilización insuficiente de los recursos nacionales).
Sólo con un sistema empresarial competitivo y una planificación bien articulada será posible estar a la
altura de las tareas económicas que se avizoran para los próximos años. Es necesario combinar los
métodos directos de la planificación con la regulación económica indirecta; la descentralización y la
autonomía de las decisiones con instrumentos efectivos de control y una mejor administración del
riesgo; la autogestión financiera con un adecuado entorno macroeconómico. Lograr que el control
interno de empresas, organismos y territorios sea lo esencial, y el externo, el complemento.
Este año del 41 Aniversario de la Planificación en Cuba, es sin dudas un buen momento para reflexionar
sobre tan importante aspecto de nuestra historia, de nuestra esencia y de nuestro quehacer cotidiano.
Muchos sueños revolucionarios de legiones de compañeros encontraron expresión en nuestros planes y
mucha ha sido también la abnegación concitada por la conciencia de que se trabajaba por el bien
común. Para los compañeros de antes, de ahora y de siempre sirvan también estas sencillas cuartillas
como sentido reconocimiento al esfuerzo y sacrificio dedicado a tan esencial actividad.
BIBLIOGRAFÍA:
CEPAL (1993): El régimen jurídico de la planificación en América Latina, Cuadernos del ILPES, No.
37, Santiago de Chile, p 16.
Kuznets, Simon (1966): Modern Economic Growth, Yale University Press, Londres, p 241.
PLANIFICACIÓN
TERRITORIAL
1
Dr. Elier Méndez Delgado
Profesor Titular de la Universidad Central de Villa Clara.
“Planificación del desarrollo territorial y local en Cuba; Aspectos conceptuales, metodológicos y
estratégicos”.
239
Estrategia y territorio: Reflexiones sobre algunos temas clave en la planificación territorial / 1
ESTRATEGIA Y TERRITORIO:
Si bien fue una intención reiterada desde 1975 la de fortalecer la planificación territorial y su
conjugación con la sectorial, es una evidencia que no se alcanzaron resultados significativos en
el marco del antiguo "Sistema de Dirección y Planificación de la Economía"(SDPE)
En los años 90, un entorno nacional e internacional radicalmente distinto abre nuevas
perspectivas al planeamiento territorial y demanda, al mismo tiempo, de nuevos enfoques. El
reto consiste en ser capaces de reconstruir una estrategia territorial capaz de asimilar de forma
no antagónica cuatro objetivos a menudo contradictorios: la equidad territorial, la
sustentabilidad ambiental, la eficiencia económica y la participación social, rediseñando las
misiones y los métodos de la planificación territorial.
Se proponen, en este trabajo, una serie de ideas y alternativas para el debate, referidas a las
misiones y tareas que pueden adoptar esta actividad, su ámbito espacial, su horizonte temporal y
los problemas que plantean la información y el control. Se hace especial hincapié en la temática
referida al ineludible cambio en los métodos de planificación y, sobre todo, a la necesidad de
renovación en los conceptos, teorías y paradigmas que deberán presidir su aplicación concreta
en nuestro país.
INTRODUCCIÓN
Habitualmente, la sola mención del término "planificación territorial", provoca una cierta perplejidad
entre muchos economistas. ¿Se trata de la planificación física, de la participación de los territorios en la
elaboración del plan, del "corte" territorial del plan...? A pesar de haberse creado en 1976, en el marco
del Sistema de dirección de la economía, una sección de planificación territorial (PCC, 1975), esta
nunca tuvo un desarrollo significativo en nuestro país, debido a una multiplicación de factores, entre los
que destaca el enfoque dominantemente centralizado, ramal, institucional y vertical de la planificación
económica (PCC, 1980). Se evidenció como insuficiente, en particular, una visión que no asignaba a la
planificación territorial prácticamente nada más que aquello que fuera de subordinación local. Pero,
¿cómo decidir una especifica subordinación -nacional o local -, del medio ambiente, de los recursos
naturales, o de la fuerza de trabajo?
2 / Cuba: Investigación Económica No. 2 Abril-Junio 1997
Toda política social que propenda al logro de una mayor equidad debe incluir un componente territorial
a fin de maximizar su eficiencia y eficacia, lo que demanda una fuerte articulación en la definición de las
políticas sociales, económicas y territoriales. Estas deberán tomar en cuenta la calidad del espacio en
que se desenvuelve la vida de cada uno, entendida como la capacidad que ofrece de disfrutar de
"oportunidades iguales de llegar a ser desigual". Si se admite que las posibilidades de realización de un
individuo a lo largo de su vida dependen tanto de su ubicación inicial en la trama social como de su
situación en la malla territorial, debe reconocerse la importancia de la dimensión territorial en la
formulación de estrategias nacionales.
La justicia social no se logra espontáneamente, sino que requiere de un proyecto político específico,
asumido y defendido por una mayoría. Tampoco la equidad territorial se alcanza de modo automático,
sino que requiere de una planificación apoyada en un consenso comunitario y de un marco normativo
que regule el papel, funcionamiento y control de los distintos sujetos sociales y económicos que actúan
sobre el territorio. Este debe ser objeto de gobierno en tanto que es objeto de conflictos (por la
escasez de suelo, por la competencia de distintos usos sobre un mismo espacio, por su
sobreexplotación, por pugnas entre el uso público y privado del suelo, por las históricas contradicciones
ciudad/campo, entre otros).
Los problemas de desigualdad territorial que todavía presentan, tienen muchas y complejas
manifestaciones: la relativa macrocefalia de la capital (origen de complejos disfuncionamientos en la
ciudad), las desproporciones entre Occidente y Oriente (causa histórica de fuertes movimientos
migratorios), las diferencias entre el campo y la ciudad (fuente de despoblamiento rural), o las que
existen en el interior de las ciudades entre su centro y la periferia subequipada. La persistencia de
importantes movimientos migratorios internos son muestra de que todavía perduran desequilibrios,
puesto que esta migraciones actúan como mecanismo compensatorio a las diferencias territoriales de
oportunidades (de empleo, culturales, de consumo, principalmente).
Si bien ha sido una intención reiterada el fortalecer la planificación territorial y su conjugación racional
con la sectorial (PCC, 1980), es una evidencia que no se alcanzaron significativos en el marco del
antiguo sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE). En ocasión de volver a abordar,
es un escenario bien disímil, una revitalización de esta temática, parece oportuno platear algunas
reflexiones sobre el asunto, con el animo de aportar ideas a un debate necesario.
1. MISIONES Y TAREAS
El primer enfoque limita la cuestión al logro de una distribución "racional" entendida como el logro de un
adecuado balance entre la eficiencia y equidad, de las fuerzas productivas o, en otros términos, a la
búsqueda de la equidad territorial. Parece claro que la misión de velar por los equilibrios territoriales
Estrategia y territorio: Reflexiones sobre algunos temas clave en la planificación territorial / 3
(tanto entre provincias, municipios o regiones como entre la ciudad y el campo o, más específicamente,
entre franjas del sistema de asentamientos1) es primordialmente una tarea de la planificación nacional.
La segunda opción abre la participación a los niveles locales en la elaboración y evaluación de un "corte
territorial" del plan ramal, sectorial o institucional, con el objetivo fundamental de cuidar de su
coherencia interna desde el punto de vista territorial (balance de recursos laborales/empleo,
ingresos/gastos, demanda inversionista/capacidad constructiva, balance de alimentos, tierra, de agua,
etc.) es una tarea local al servicio de la elaboración del plan nacional.
La tercera exige una decisiva participación de las instancias locales, puesto que no se trataría de
confeccionar un mero "corte", sino de un verdadero plan territorial, por el territorio y para el territorio.
El desarrollo de esta última opción estaría en función de la percepción que se tuviera de la necesidad y
la posibilidad de una mayor descentralización de las atribuciones gubernamentales, de modo que los
gobiernos locales pudieran utilizar el plan como un verdadero instrumento de gestión y dirección local,
con el fin de promover un desarrollo local autosostenido en mayor medida posible.
Lo anterior significa, pues, que el plan territorial puede cubrir una amplia gama de tareas:
Habrá que pronunciarse por una específica combinación de las tareas expuesta o por asumirlas
integralmente.
Parece interesante subrayar, por ser el aspecto menos desarrollado hasta ahora, el importante aporte
potencial de un plan local territorial en el sentido de la identificación y propuesta de utilización de los
recursos locales:
1
Se consideran como "franjas" del sistema la capital del país, las cabeceras provinciales, las municipales, los
asentamientos de base y la población dispersa, cada una de las cuales presentan características y pociones
distintas en cuanto a modo y calidad de vida.
4 / Cuba: Investigación Económica No. 2 Abril-Junio 1997
♦ en tierra o suelo (en el sentido de área)
♦ recursos naturales explotables localmente (energías alternativas, yacimientos, para el turismo,
materiales de construcción, para las industrias locales y la artesanía, entre otros),
♦ en residuos y subproductos reciclables,
♦ en fuerza de trabajo calificada y no calificada,
♦ en capacidades para la formación técnica y profesional (tales como politécnicos, tecnológicos,
universidades, centros de investigación),
♦ en capacidades administrativas, organizativas y de gestión,
♦ en el fondo inmobiliario disponible,
♦ en inversiones paralizadas en su construcción o montaje,
♦ en inversiones no explotadas (industriales o de infraestructura),
♦ para la generación de divisas,
♦ en ventajas locacionales, medioambientales o de otro tipo que sean competitivas,
♦ así como en la solución de problemas con respuesta en alguna medida local, como puede ser en los
campos de la alimentación, la energía y el combustible domestico, el transporte, la cooperación, la
creación de empleo, los servicio sociales, el saneamiento y la infraestructura.
Dos opciones se abren en este campo. Una de ellas opta por identificar como ámbito la división
político-administrativa del territorio, esta alternativa tiene la ventaja de facilitar la gestión del plan por su
identificación con un equipo de gobierno, pero lleva implícito un debate sobre su alcance -¿provincia o
también municipio?-. La opción municipalista demanda una clara determinación descentralizadora, pero
abre interesantes posibilidades: el detallado y directo conocimiento de los problemas y los recursos
locales y, sobre todo, la participación de la comunidad interesada en las tareas de planificación.
La otra opción es la establecer como ámbito un marco físico-geográfico o social coherente, como la
zona de montaña (el plan Turquino, por ejemplo), una zona litoral (cayería norte), una cuenca (el
Cauto), entre otras alternativas. Esta opción abre el debate sobre la necesidad o conveniencia de crear
una autoridad especial que gestione la ejecución del plan.
3. HORIZONTE TEMPORAL
La primera misión de la planificación territorial enuncia con anterioridad -distribución de las fuerzas
productivas- exige un horizonte temporal amplio en función de la reconocida inercia de las estructuras
territoriales (no se cambia fácilmente las desproporciones territoriales, ya que a menudo se han
cristalizado en inversiones fijas en un territorio dado -el sistema de asentamientos, por ejemplo- o
vienen determinadas por características naturales inamoviles).
La segunda y, en especial, la tercera misión -la elaboración de un plan territorial local - demandarían,
además incluir plazos más cercanos, dado que requerirían no solo definir la estrategia de desarrollo
local, sino precisar su táctica, es decir, su componente operativo en programas y proyectos a más corto
plazo.
Estrategia y territorio: Reflexiones sobre algunos temas clave en la planificación territorial / 5
4. METODOS DE PLANIFICACIÓN
Parece poco discutible la necesidad de una actualización de los métodos de planificación, dados los
cambios que se han dado en el ámbito político, económico y social, entre los que se destacan: creciente
pluralidad de actores o agentes económicos, mayor incertidumbre, entorno competitivo,
descentralización empresarial, redimensionamiento industrial.
5. ACTORES Y ALIANZAS
Habría que desarrollar una política coherente conjuntamente con los organismos directamente
relacionados con la planificación territorial, en particular, el sistema de la planificación física, el de
estadística y el de finanzas y precios, tanto en sus direcciones provinciales como municipales.
Por otra parte, será imprescindible una política de alianza con los gobiernos y administraciones locales,
de modo que cooperen y participen decididamente en la elaboración del plan territorial local, con el
objetivo de que este no se convierta en un documento técnico más, sino que constituya una efectiva
herramienta de dirección y gestión local. En ese sentido, tan importante sería el documento final como el
proceso de concertación necesario para elaborarlo.
La información necesaria para la planificación territorial ha significado siempre una fuerte restricción al
desarrollo de esta última. El sistema nacional de estadística se concibió de forma coherente con la
opción de otorgar absoluta prioridad a la planificación sectorial e institucional. La generación y
agregación de información por territorios es inexistente2 o inexacta. El sistema estadístico consolida la
información institucionalmente, lo que significa que numerosos establecimientos ubicados en el territorio
pueden informar su actividad por el lugar donde reside su centro informante. Ello suele
sobredimensionar provincias como la de la Ciudad de La Habana y municipios como los cabeceras de
provincia y subdimesiona los restantes. Otras unidades territoriales de agregación -como las ciudades-
son ya sencillamente inexistentes. Este es un vital problema que habrá que abordar si existe una
verdadera voluntad de implementar el planteamiento territorial.
No menos importante, e íntimamente ligado al anterior, es le problema del control. No ha existido una
genuina voluntad de control, en particular de las inversiones, lo que hace que se desconozca a menudo
resultados en términos de funcionamiento y la efectividad de su localización. Metafóricamente hablando,
es algo similar a lo que ocurre en la agricultura: se insiste en los planes de siembra (la inversión es una
siembra) pero se olvida informar los resultados de su cultivo.
Finalmente, va ser necesaria, una profunda revisión de los conceptos y modelos utilizados hasta el
presente, tanto en la planificación territorial como en la física. Es muy interesante, en ese sentido,
reexaminar a la luz de la situación actual las propuestas programáticas del Partido Comunista de Cuba
del año 1987. (Véase recuadro anexo)
Habrá que ajustar la política mantenida durante muchos años, de impulsar decididamente la
urbanización (PCC, 1980), no siempre coherente con la necesidad de mantener en el ámbito rural de
fuerza de trabajo relacionada con la agricultura. La presentación del modo de vida urbano como la
meta de desarrollo a alcanzar, ha desvalorizado la imagen de vida rural y ha contribuido a generar un
2
Tan solo las direcciones provinciales y municipales de planificación física se han dedicado durante muchos años
a recoger información territorial ("gris" o "negra"), agregándola territorialmente por provincias, municipios,
ciudades, asentamientos, consejos populares, etc.
Estrategia y territorio: Reflexiones sobre algunos temas clave en la planificación territorial / 7
creciente rechazo hacia ese medio, sobre todo en la juventud. Hay que evaluar cuidadosamente la
eficacia de priorizar la nueva vivienda como modo de fijar la fuerza de trabajo y su familia en el campo,
cuando un número cada vez mayor de investigaciones apuntan a una mayor efectividad de medidas
como las de facilitar el transporte y la conectividad municipal (bicicletas, reparación de vías y demás), o
la de facilitar materiales para la reparación de las deterioradas viviendas existentes. Es necesario que la
formalización de políticas de desarrollo rural (económico, social, cultural, y ambiental) se lleve a cabo
con una lógica especifica, que no debe ser idéntica a la urbana.
Por otra parte, el paradigma desarrollista ha sido mundialmente cuestionado desde la perspectiva
ecológica, más respetuosa con el medio ambiente y preocupada por un desarrollo sostenible, y debiera
también ser reevaluado y reajustado. Ya no se puede considerar la naturaleza solamente como un
recurso a ser explotado (cuando no depredado), sino que existe una irrenunciable responsabilidad
transgerencial.
Constituiría una opción impulsar con mucha mayor decisión los lazos y las estrategias de cooperación,
concentración e interacción horizontal en los territorios (entre sectores: estatal, cooperativo, privado,
entre ramas, por reciclaje de productos, entre grandes y pequeñas empresas por subconcentración,
principalmente), ya que podrían impulsar y producir un efecto multiplicador en todas aquellas
inversiones, recursos y potencialidades complementarias existentes en las localidades, pero hoy
administradas verticalmente, incluso fuera del ámbito de decisión municipal. Numerosas oportunidades
se pierden hoy por estilos de gestión excesivamente centralizados y burocratizados en ámbitos que
realmente no lo requieren. Todo ello coadyuvaría a crear un tejido económico local, complementario
del hoy existente, creador de oportunidades de empleo y de desarrollo social.
Igualmente, deberá examinarse el impacto -¿real o virtual, en nuestro caso?-, de las nuevas
tecnologías de transporte y comunicaciones en la localización de las inversiones. Nuestra propia crisis
energética plantea también un fuerte impacto territorial que exige una consecuente reformulación de
algunos modelos de localización y funcionamiento. Esta claro, por ejemplo que la menor movilidad de la
población y la fuerza de trabajo pone en crisis el modelo de subsistema de asentamientos utilizado por
la planificación física para la localización del empleo, la vivienda y los servicios sociales, entre otros.
Una disminución en las posibilidades de pendularidad debiera acarrear un incremento de los
movimientos migratorios y estos suelen conllevar una demanda de inversiones sociales que, como ya
vimos, el estado no es capaz de enfrentar en estos momentos. Asimismo, en el interior de las ciudades
una mayor fricción espacial debiera privilegiar modelos que defiendan una mayor dispersión o
desconcentración territorial de las funciones urbanas, hoy día la periferia está más lejos del centro que
hace unos años y ello es fuente incuestionable de desigualdades. Una de las opciones para suplir las
carencias de los sistemas de transporte estriba, justamente, en la mejora del de comunicaciones.
Será necesario evaluar cuidadosamente opciones como la que ofrece entre priorizar la localización de
inversiones en regiones equipadas y eficientes (capaces de producir rápidamente beneficios
redistribuibles pero concentradoras de desarrollo y generadoras de desequilibrios), o en los territorios
retrasados (el dilema de crecer para equilibrar o equilibrar para crecer). Junto con ello, habrá que
reinventar políticas territoriales capaces de contener o conducir movimientos migratorios internos que
no requieran de capacidades inversionista, todavía inexistentes, pero que no se reduzcan tampoco a
meras prohibiciones administrativas.
Tal es la dimensión de los retos. Reconstruir una estrategia territorial capaz de asimilar de forma no
antagónica cuatro objetivos a menudo contradictorios, la equidad territorial, la sustentabilidad
ambiental, la eficiencia económica y la participación social, rediseñando las misiones y los métodos de la
planificación territorial.
BIBLIOGRAFÍA
PCC (1975): Directivas para el desarrollo económico y social del país en el quinquenio 1976-
1980. Documentos del I Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana.
PCC (1980): Lineamientos económicos y sociales para el quinquenio 1981-1985. Documentos del
II Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana.
PCC (1985): Lineamientos económicos y sociales para el quinquenio 1986-1990. Documentos del
III Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana.
Planificación del Desarrollo Territorial y Local en Cuba;
Aspectos conceptuales, metodológicos y estratégicos.
Autores
INTRODUCCIÓN
1
Sergio Boisier, Los escenarios del desarrollo descentralizado en América Latina, Dirección de
Políticas y Planificación Regional, Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica
y Social (ILPES), Santiago, Chile, 1994, p. 9.
2
Véase. Ensayos sobre planificación regional del desarrollo, compilación del ILPES y la División de
Desarrollo Social de las Naciones Unidas, México, 1976, p. 5.
3
Sergio Boisier, op. cit., p. 10.
. . .3
La ordenación del territorio se lleva a cabo por medio de todas aquellas medidas que
tiendan a conseguir los fines indicados. Éstas tienen un carácter sectorial, pero su
incidencia espacial las incorpora al conjunto de la ordenación del territorio. Para coordinar
las diversas medidas será necesario elaborar planes integrales en los que se incluyan las
diferentes actuaciones que se prevén para un territorio determinado, la elaboración de
éstos corresponde a la planificación territorial, de modo que la ordenación del territorio
incluye la elaboración de políticas y planes sectoriales, y la coordinación de los mismos
será por la planificación que se desarrolle a nivel territorial.
Para conseguir estos objetivos se requiere una serie de actuaciones que se llevan a cabo
por diversos Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), que se ejecutan
en diversos niveles administrativo-territoriales (local, territorial y nacional); estas instancias
varía según la realidad del país en el que se trabaje y el contexto en el que éste se inserte.
4
Francisco Alburquerque, Desarrollo económico local y distribución del progreso. Una respuesta a
las exigencias del ajuste estructural, Dirección de Políticas y Proyectos, ILPES, Santiago, Chile,
1996.
. . .4
Las actuaciones propias de cada nivel territorial son diferentes, y cada uno de ellos es el
adecuado para conseguir alguno de los objetivos fijados; esto no resta valor a lo que se
pueda realizar desde otros niveles, es más, la propia filosofía de acuerdo subyacente en el
objetivo de la sostenibilidad, y reclama una amplia colaboración entre todos los agentes
públicos y privados, con incidencia en el territorio.
La estrategia del desarrollo local y las políticas estructurales tinen los mismos
objetivos; estas abordan de forma diferente el tratamiento de los problemas de la
crisis. Mientras que las políticas estructurales adoptan una aproximación funcional,
las políticas de desarrollo local definen sus acciones con un enfoque territorial.
Para actuar sobre el sistema productivo, conviene hacerlo teniendo en cuenta que
las iniciativas de desarrollo se realizan en territorios caracterizados por un sistema
social, institucional y cultural con el que interactúan. Por ello, las medidas son más
eficaces cuando utilizan los recursos locales y se articulan con las decisiones de
inversión de los actores locales.
DESARROLLO
5
Para más detalle puede ver a Méndez Delgado, Elier. “Cuba: antecedentes y perspectivas del
desarrollo Territorial. Revista Comercio Exterior de México. Octubre de 1997. Vol. 47 No. 10. México.
Pág. 1080.
. . .5
A partir de 1975 el gobierno cubano decidió otorgar “un vigoroso impulso a la planificación
de carácter territorial. Este procedimiento abrirá mayores posibilidades de hallar reservas
6
de producción y de productividad” . Desde entonces se trabajó en el perfeccionamiento de
la planificación territorial y se establecieron los principales aspectos de organización y
metodología que rigen el proceso. En 1988 se creó el calendario y procedimiento para
elaborar la propuesta de cifras directivas y el sistema de indicadores directivos. También
se instauraron normas y procedimientos para el sistema de planificación, en respuesta a lo
planteado en el Congreso del Partido Comunista de Cuba.
En este contexto el papel de los territorios es de vital importancia, ya que se necesita, por
una parte, garantizar de forma eficiente el uso de los recursos locales para cumplimentar
los objetivos de la economía nacional y por otra, lograr el desarrollo económico y social de
cada territorio en cuestión y eliminar las desproporciones existentes entre las diferentes
provincias y dentro de cada una de ellas.
El territorio debe ser más que un nivel organizativo o delimitación administrativa del
estado, por lo que se debe concebir como un ente activo y decisivo del desarrollo
económico local y no solo un espacio o soporte geográfico del desempeño de las
entidades. Un tema de vital importancia en la aplicación de este enfoque de planificación
a partir de las potencialidades endógenas, es el referido a la transferencia de
competencias, facultades y recursos que permitan estimular los procesos de planificación
del desarrollo económico territorial, por lo que se requiere incentivar e incrementar la
capacidad de autogobierno de las autoridades locales a fin de propiciar el desarrollo de
iniciativas.
6
Lineamientos económicos y sociales para el quinquenio 1981-1985. Editorial política. La Habana,
1981. Pág. 24.
7
Plataforma Programática del PCC. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1978. Pág. 77-78
. . .6
disponer de una parte del excedente que permita dar respuesta al financiamiento de
proyectos de desarrollo local o enfrentar determinados gastos corrientes que respalden su
gestión; en otras palabras la descentralización de facultades y manejos de recursos por
los gobiernos en los marcos de los presupuestos y normas establecidas.
La teoría económica regional tiene su origen en la consideración del espacio como una
variable económica; su precursor fue el Agrónomo Alemán Johann Heinrich Von Thünen
(1783-1850).
1ro. Como un recurso, cuando las características físicas pueden ser utilizadas en la
producción. Por ejemplo la calidad en el suelo, la hidrografía, la orografía, la existencia de
recursos naturales, etc.
2do. Como un obstáculo o una resistencia que la propia actividad económica debe vencer.
Por ejemplo la distancia que puede existir entre diversos puntos entre la producción y el
consumo, o entre el lugar donde están las fuentes de materias primas y el lugar donde se
desarrolla la producción.
1- Agrícola.
2- Industrial.
3- Urbano.
4- Rural
5- Agroindustrial.
. . .8
Región Económica.
Según los diversos enfoques que se encuentran tratados en la literatura por diversos
autores, muchos coinciden en que la región está definida por una gama variada de
características propias, con una estructura relativamente independiente y un conjunto de
interrelaciones que las caracterizan generalmente en un espacio contiguo, estos
conceptos ya han entrado en obsolescencia, según Sergio Boisier. En tal sentido el
concepto de Región no deberá ser interpretado unilateralmente, pues en el se aprecian
aspectos de carácter económico, políticos, geográficos y administrativos.
A partir de este concepto se pueden apreciar diferentes tipos de Regiones para lo cual es
necesario tener en cuenta dos aspectos esenciales:
1. Homogéneas.
2. Polarizadas.
3. Atrasadas.
4. Subdesarrolladas.
5. Deprimidas.
6. Motrices.
7. Pivotal.
8. Asociativa.
9. Virtual.
Territorio.
Es un concepto que al igual que la región tiene carácter relativo, pero puede entenderse
como el espacio sobre el que se asienta la comunidad nacional; sin embargo, existen dos
visiones no siempre coincidentes. La primera a lo largo de la Historia, es de índole política
y la segunda responde a concepciones jurídicas que se derivan del Derecho internacional
y del Derecho de Estado.
Ciudad.
en el siglo XI y a la llegada de los españoles, a comienzos del XVI, tenía entre 150.000 y
200.000 habitantes.
1- Incremento de la población.
2- Incremento sustancial de los bienes y servicios.
3- Desarrollo de los medios de comunicación (autopistas y vías de comunicación en
general).
4- Redistribución de los habitantes sobre el territorio.
5- Rapidez de las transformaciones económicas.
Según Friedrich Ratzel, geógrafo alemán, una ciudad es: “Una reunión duradera de
personas y de viviendas humanas que cubre una gran superficie y se encuentra en la
encrucijada de grandes vías comerciales”.
Maximilien Sorre, geógrafo francés define la ciudad como: “Una aglomeración de hombres
más o menos considerable, densa y permanente, con un elevado grado de organización
social: generalmente independiente para su alimentación del territorio sobre el cual se
desarrolla, e implicando por su sistema una vida de relaciones activas, necesarias para el
sostenimiento de su industria, de su comercio y de sus funciones”.
Para Aurousseau, geógrafo estadounidense: “Rurales son aquellos sectores de población
que se extienden en la región y se dedican a la producción de los artículos primarios que
rinde la tierra; los sectores urbanos, en cambio, incluyen a las grandes masas
concentradas que no se interesan, al menos en forma inmediata, por la obtención de
materias primas, alimenticias, textiles o de confort en general, sino que están vinculadas a
los transportes, a las industrias, al comercio, a la instrucción de la población, a la
administración del Estado o simplemente a vivir en la ciudad”.
Robert E. Dickinson, otro geógrafo estadounidense, refiriéndose a las ciudades habla de:
“Núcleos de poblamiento compacto, dedicados principalmente a ocupaciones no agrícolas.
El rasgo peculiar de la ciudad se deduce del modo de vida y de las actividades de sus
habitantes; difiere del pueblo en la dedicación de su población, no ligada de forma directa
a las faenas agrícolas, que vive y labora en el organismo urbano tomando parte de su vida
y organización. El carácter de verdadera ciudad implica la posesión de cierto grado de
servicios y organización de la comunidad en forma más o menos equilibrada. Como tal, es
objeto de abastecimiento por parte de una zona que incluye a todos los habitantes de los
núcleos y regiones de los alrededores”. Kingsley Davis, demógrafo y sociólogo del mismo
país que el anterior, describe una ciudad como: “Una comunidad de considerable
. . . 11
magnitud y de elevada densidad de población que alberga en su seno una gran variedad
de trabajadores especializados no agrícolas, amén de una élite cultural e intelectual”.
El geógrafo español J. M. Casas Torres escribió que: “La ciudad, grande o chica, se
abastece desde fuera, no se basta para su aprovisionamiento, y existe en función de una
región más amplia a la que organiza, a la que sirve, para la que es el nexo con el resto del
mundo.
1.3 Antecedentes y etapas del desarrollo territorial y local en Cuba.
Los orígenes y rasgos del diseño territorial y local en la isla se remontan al pasado colonial
y se extienden al período republicano previo al triunfo revolucionario; con la constitución de
1901 se dan los primeros pasos relacionados con las estructuras y poderes locales. Más
tarde, en la constitución de 1940, entonces una de las más avanzadas del continente, se
asentó la necesidad de fortalecer la actividad de las localidades o municipios. Hacia
mediados de siglo, Cuba contaba con “126 municipios distribuidos irregularmente en las
seis provincias existentes, por ejemplo, 26 en La Habana contra sólo nueve en
8
Camagüey”.
8
Levi Marrero, Geografía de Cuba, Tipográficas Alfa, La Habana.1951.
. . . 12
La situación crítica del país forzó la consolidación de un fuerte aparato estatal que
concentró las facultades legislativas, ejecutivas y administrativas. Pese a la ausencia de
instituciones gubernamentales consolidadas, en estos años se adoptaron un conjunto de
medidas encaminadas a la reestructuración profunda de la economía, por ejemplo.
10
El 11 de marzo de 1960 se creó la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) , como
organismo rector de la planificación económica, cubriendo así un espacio en los estudios y
9
Fidel Castro Ruz, Informe al I Congreso Central del Partido Comunista de Cuba, Editorial Pueblo y
Educación, La Habana, 1975, p. 90.
10
JUCEPLAN Organismo encargado en Cuba de la Planificación de las actividades económicas
durante la primera etapa del desarrollo económico y social del país.
. . . 13
análisis económicos territoriales, como complemento del aspecto físico o especial que
constituye su objetivo principal (estudio de micro localización de inversiones, urbanización,
asentamientos, demografía, fuerza de trabajo, etc.).
En 1961 se elaboró el primer plan anual referido al siguiente año y la proyección del
cuatrienio 1962–1965, constituyendo el primer intento de planificación perspectiva
derivándose acciones tendentes a encausar el desarrollo social, configurando programas
inherentes a la educación, la salud y la construcción de viviendas, entre otros.
En julio de 1972, con el ingreso de Cuba al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME)
integrado por los países de la comunidad socialista, las proyecciones a largo plazo se
realizaron teniendo en cuenta los programas de colaboración externa, que propiciaba un
alto nivel de certidumbre dado por el aseguramiento de un conjunto de recursos básicos:
combustibles, materias primas, máquinas, etc. En 1973 se inicia sobre la base, la
elaboración del plan de desarrollo económico 1976-1980.
A partir del Primer Congreso del PCC (1975) se crean las condiciones organizativas y
económicas que permiten incorporar e integrar la planificación territorial a la metodología,
procedimientos y funciones del órgano de planificación. Se destaca como premisa
fundamental que propician este nuevo enfoque la implantación del SDE, la creación de los
OPP y la nueva DPA. El IPF se entrega al sistema de planificación y se subordina
metodológicamente a la JUCEPLAN.
El INRA creó las zonas de desarrollo agrario (ZDA), primeros órganos oficiales locales
que, además de apoyar la reforma agraria, contribuyeron a formar cooperativas y
. . . 14
En 1966 las JUCEI fueron remplazadas por el denominado poder local, un proyecto de
descentralización administrativa más ambicioso; sin embargo, éste tuvo corta vida como
entidad municipal mediada por elecciones, al tener en contra la división político-
administrativa, la escasez de recursos para atender necesidades de los vecinos y la falta
de instituciones representantes de sus intereses. En esa etapa surgieron varios elementos
que dieron un carácter propio a la actividad territorial, como la creación de granjas
estatales, la ampliación de la red vial, la construcción de pueblos, la orientación de las
inversiones industriales, y el equipamiento escolar. La planificación física desempeñó un
papel importante en dos sentidos: contribuyó a transformar el entorno para la nueva vida
social, proporcionando un poderoso instrumento de acción política e ideológica para la
transmisión de los nuevos valores, y estableció en escala regional, por lo menos en
términos funcionales, la coordinación y la convergencia de planes y programas sectoriales
para el desarrollo territorial.
Las dificultades y limitaciones para la planificación física provenían básicamente del alto
grado de incertidumbre en la formalización de los planes a causa del carácter todavía
abierto de la economía y los efectos del bloqueo estadounidense. Ello impidió establecer
programas socioeconómicos de mediano y largo plazos, por lo que los planes de
inversiones se circunscribieron a los sectores, con un marcado sesgo coyuntural. A dichos
factores se sumó la aguda escasez de personal técnico calificado. Hacia mediados de los
sesenta, “así, los dos sistemas de dirección planificada de las empresas estatales
presentaron un conjunto de deficiencias en su funcionamiento [por el uso limitado] de los
mecanismos económicos de dirección y control, incluido el de las relaciones monetario-
mercantiles. En este mismo sentido, la planificación como método fundamental de
dirección de la economía nacional presentó debilidades. También por la pobre aplicación
de dichos mecanismos, que no pudieron actuar como poderosos resortes de influencia,
como métodos directos de control de la conducción de la economía de las empresas,
estimulándolas, mediante el interés material por los resultados de su gestión, a un uso
más eficiente de los recursos a su disposición, asegurando así el cumplimiento eficiente
11
de los planes establecidos.”
11
Andrés Vilariño Ruiz y Silvia M. Domenech Nieves. El sistema de dirección y planificación de la
economía en Cuba: historia, actualidad y perspectivas, Editorial Pueblo y Educación, La Habana,
1986, p. 96.
. . . 15
integraron con las cañeras y ello dio origen a la agrupación estatal, esqueleto económico
de la reestructuración político-administrativa de Cuba.
En esta fase se sentaron las bases para un desarrollo cualitativamente superior, más
acelerado y completo de la planificación territorial en Cuba con base en la nueva división
político-administrativa, el establecimiento de los OPP en todo el país y la implantación el
Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE). La nueva división político-
administrativa fue necesaria por las notorias deficiencias de la estructura anterior con tres
eslabones intermedios (provincia, región y municipio), en detrimento de las tareas de
dirección, organización y control de la gestión política y social. Además, la estructura no
respondía a las exigencias del nuevo modelo de desarrollo planificado y de mejoramiento
de las instituciones estatales.
Antes del referéndum popular que en febrero de 1976 aprobó la actual carta
constitucional, en Cuba “existían seis provincias, 58 regiones territoriales y 407 municipios,
lo cual no resultaba racional ni funcional. Tras un detallado estudio se llegó a la conclusión
de que era necesario suprimir el eslabón regional; además, sobre la base del criterio de
relativa uniformidad en cuanto a área, población, actividades productivas y otros aspectos,
era imprescindible reducir el número de municipios y aconsejable crear un número mayor
de provincias. Así, la nueva división contemplaba 14 provincias y 169 municipios. La Isla
de la Juventud quedaría como un municipio especial atendido directamente por las
12
instancias centrales de la nación.” La creación de los OPP amplió las funciones y
facultades de las provincias y fortaleció la autoridad e importancia económica de los
municipios, los cuales asumieron la administración de miles de unidades antes atendidas
por los órganos centrales. Con base en esa nueva organización se confirió a los nuevos
niveles territoriales las características idóneas para facilitar la planificación y
administración de las actividades económicas y sociales, en congruencia con la adecuada
relación que debe existir entre la centralización y la descentralización de las decisiones en
aras del desarrollo.
12
Periódico Granma. La Habana, 30 de Septiembre de 1997, pág. 5.
. . . 16
En el plan quinquenal 1976-1980, aprobado por el Primer Congreso del Partido Comunista
de Cuba (PCC), se incluyó un capítulo dedicado especialmente a la distribución territorial
de las fuerzas productivas. En él se asentó que “el desarrollo de la economía nacional […]
deberá realizarse teniendo en cuenta una acertada distribución de las fuerzas productivas
en las distintas zonas del país, particularmente en lo relativo a la localización de las
nuevas inversiones”.
Hacia julio de 1978 se celebró una importante reunión del PCC con el Consejo de
Ministros para elaborar la estrategia de desarrollo económico y social hasta el año 2000. El
esfuerzo por orientar la economía a largo plazo fortaleció el papel de la planificación
territorial. Fruto de esa labor fue un conjunto de documentos que brindó, por primera vez,
una visión integral del desarrollo territorial basado en la política orgánica de desarrollo
económico y social. Durante ese período se profundizó en el contenido y los alcances de
la planificación territorial, con base en un mayor orden económico en cada provincia y en
la consolidación institucional de las estructuras administrativas. Enriquecer los
mecanismos, métodos y procedimientos aplicados, sin embargo, resultaba fundamental
para conjugar los objetivos en el corto, mediano y largo plazos. Para ello se emprendieron
estudios con miras a perfeccionar la metodología de la planificación territorial. En 1983 el
PCC aprobó un texto normativo del alcance y los objetivos de la actividad, con la
recomendación de que “la Junta Central de Planificación a partir de las líneas de trabajo
recogidas en el presente documento continúe el perfeccionamiento de la planificación
13
territorial como parte integrante del Sistema de Dirección y lanificación de la Economía” .
Con tal propósito se organizaron grupos de trabajo para examinar los mecanismos
vigentes, así como las experiencias y perspectivas de la planificación territorial. Los
resultados de los estudios sirvieron para elaborar un nuevo capítulo sobre la planificación
territorial, que se incorporó al anteproyecto de Indicaciones Metodológicas del Plan de la
Economía Nacional.
Apenas en 1982 se realizaron las primeras reuniones de análisis por territorios, en las que
se discutieron las propuestas desde el punto de vista socioeconómico. Con estos
13
JUCEPLAN. La Planificación Territorial; Editorial JUCEPLAN. La Habana, Septiembre de 1983,
Pág. 7.
. . . 17
encuentros se buscó evaluar los criterios territoriales para dar un uso más racional a los
recursos, conforme a las prioridades y los volúmenes de producción previstos; asegurar el
cumplimiento de las exportaciones; garantizar la documentación técnica y demás aspectos
de ejecución del proceso inversionista; alcanzar la máxima eficiencia en la economía
provincial; evaluar el aprovechamiento de las capacidades instaladas, como la tierra, los
recursos hidráulicos, etcétera, y elevar la calidad de vida de la población.
Al inicio de la década de los años 90 el país se vio obligado a enfrentar una contracción de
su economía, la que estuvo acompañada de la desaparición del campo socialista en
Europa y el recrudecimiento del bloqueo que ejerce los Estados Unidos; algunos aspectos
que caracterizaron esos años de crisis, son:
14
Véase Selección de temas de conferencia de Horst Kummel, Juceplan, La Habana, 1988.
También puede consultarse “Criterios sobre la planificación territorial”, Cuba. Economía Planificada,
núm. 4, octubre-diciembre de 1989, Pág. 43.
. . . 18
Según se fueron enfrentando estos cambios, que comenzaron por el Plan Anual, se hizo
evidente la necesidad de trabajar con un horizonte temporal a mediano plazo ante la
insuficiencia de los planes anuales. La visión a mediano plazo se necesita para sustentar
la toma de decisiones en términos de estrategia, de política económica y de sistema de
dirección.
En las nuevas condiciones es muy importante el cambio de enfoque para acometer los
trabajos de mediano y largo plazo; de tal forma, las premisas en que se asienta la
planificación para dicho horizonte temporal pueden resumirse en:
Todo lo anterior exigió un cambio en los métodos de trabajo que prevalecieron hasta
finales de los años ochenta, consistente fundamentalmente en la proyección o
pronosticación empleando enfoques de tipo genético, y pasar a emplear métodos
adecuados a las nuevas condiciones.
Las medidas que se adoptan para lograr establecer los principales equilibrios
macroeconómicos, comienza con un proceso de recuperación de la economía en 1994,
replanteándose la necesidad de rediseñar la metódica para la elaboración de planes
anuales.
territorial tanto nacional como local, rescatándose el papel de las Direcciones Provinciales
de Economía y Planificación como estado mayor de la economía en el territorio.
En esta última etapa y sobre todo del 2000 y el 2008 han incidido significativamente los
siguientes elementos.
En esta etapa tiene particular interés la estructura económica de los sectores que
conforman el Producto Interno Bruto; de este modo se puede apreciar que las
actividades terciarias van ganando valor en los últimos años.
TABLA No. 1
CUBA. Participación por clase de actividad en el PIB de 1989 a 2007 en %
Sectores 1975 1989 1996 2001 2004 2006 2007
Primario 14.00 10.00 8.46 7.75 6.95 4.80 5.79
Secundario 31.00 35.00 23.66 21.50 19.03 18.30 18.14
Terciario 55.00 55.00 67.88 70.75 74.02 76.90 76.07
Total 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Cálculos de los autores a partir de información oficial de Anuario
Estadístico de Cuba del 2007. Pág. 131. (Edición del 2008).
TABLA No. 2
CUBA. Ocupados y participación en el PIB por clase de actividad.
2002
Sectores % de ocupados Participación en el PIB
Primario 22.06 % 7.49%
Secundario 18.39 % 20.46%
Terciario 59.55 % 72.05%
Fuente: Cálculos de los autores a partir de información oficial de Anuario
Estadístico de Cuba del 2007. Pág. 131 y 169. (Edición del 2008).
TABLA No. 3
CUBA. Ocupados y participación en el PIB por clase de actividad.
2006
Sectores % de ocupados Participación en el PIB
Primario 19.3 % 4.80 %
Secundario 17.5 % 18.30 %
. . . 22
TABLA No. 4
CUBA. Ocupados y participación en el PIB por clase de actividad.
2007
Sectores % de ocupados Participación en el PIB
Primario 19.27 % 5.79 %
Secundario 15.76 % 18.14 %
Terciario 64.97 % 76.07 %
Fuente: Cálculos de los autores a partir de información oficial de Anuario
Estadístico de Cuba del 2007. Pág. 131 y 169. (Edición del 2008).
Gráfico No.1
PRODUCTO INTERNO BRUTO DE CUBA
15
12.1
11.2
10
7.8
7.3
6.2 5.8
5.6
5 4.3
3.8
3
2.5 2.5
1.8
1.2
0.7
Variación en %
0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 OO O1 O2 O3 O4 O5 O6 O7 O8
PIB
-2.9
-5
-10
-10.7
-11.6
-15
-14.9
-20
Años
. . . 23
En esta etapa obligada referencia reviste el análisis del desempeño que ha tenido
la economía en las últimas dos décadas, donde se aprecian variaciones
significativas del PIB; aquí se muestra el periodo crítico que atravesó la economía
Cubana en la década de los 90, lo que estuvo motivado básicamente por el
derrumbe del campo socialista, la desintegración de la Unión Soviética, los efectos
del bloqueo estadounidense y la débil organización del aparato productivo; sin
embargo a partir del año 2000 la economía cubana crece a un ritmo promedio
anual superior al 6%, a pesar de los efectos adversos de la crisis económica
internacional, los daños en la agricultura motivados por la sequía y los efectos
negativos ocasionados por los meteoros que han azotado a la isla en estos años.
. . . 24
15
En este caso se entiende la etapa como una parte componente del proceso que conforma un todo
y no un avance parcial del mismo.
. . . 25
DIAGNOSTICO
OBJETIVOS Y METAS
ESTRATEGIA
POLITICAS
CONTROL Y APOYO
Diagnóstico.
Esta etapa es concebida como de investigación y estudio, pues permite tener una
percepción de la realidad territorial en su vida económica y social; recibe
principalmente tres aportes generales: información, teorías y técnicas de
análisis. Estos elementos ya comienzan a estar influidos por los gestores del
desarrollo, reflejando así que esta etapa no es una pieza neutra del proceso de
planificación como algunos piensan. Los productos de esta etapa son:
ETAPA DE DIAGNOSTICO
ACTIVIDAD No. 1
DIAGNOSTICO
PRODUCTOS
DESCRIPCION Y PROYECCION
DE4DE ANALISIS DE LA DE LA SITUACION
DESCRIPCION IDENTIFICACION
REALIDAD. ACTUAL SIN
DE LAS PROBLEMAS
UNIDADES INCLUIR DE PROBLEMAS
NECESIDADES
NINGUN FACTOR Y
BASICAS DE RECURSOS
POTENCIALIDADES MODIFICADOR POTENCIALIDADES
INFORMACION
Objetivos y metas.
Esta etapa consiste en formular la situación que se desea alcanzar en los diferentes
niveles en un horizonte temporal dado (objetivos superiores, generales y específicos). La
formalización de estos tres niveles de objetivos es la imagen “objetivo” que representa
lo que se desea alcanzar como situación final, producto de la intervención y el
aprovechamiento de las oportunidades potenciales. En la medida que estos objetivos
se expresen cuantitativamente y se asocie su logro a un determinado plazo o período de
tiempo se está en presencia de las metas.
DIAGNOSTICO
NECESIDADES/ POTENCIALIDADES
INSUMO
OBJETIVOS
ACTIVIDAD No. 2 Y METAS
PRODUCTOS
PLAZOS
DE4DE
PROPOSITOS OBJETIVOS OBJETIVOS
ESPECIFICOS
METAS
IMAGEN OBJETIVO
Estrategia.
Es la forma de como hacer algo; es un procedimiento que implica un análisis de
alternativas, de carácter global y permanente para identificar y establecer
las acciones fundamentales (o estrategias) que deberán ser introducidas durante
el proceso de planificación. Esta acción se realiza según una secuencia
temporal determinada en el marco de viabilidad general y factibilidad técnica. Se
configura una trayectoria que conduzca al cumplimiento de los objetivos y metas
establecidas. Es preciso que en su diseño se definan prioridades y se planteen
escenarios posibles según las tendencias diseñadas y escenarios deseables, a la
luz de los cuales se analicen las variables consideradas.
ETAPA DE ESTRATEGIA
PRODUCTOS
Políticas.
Las líneas de acción estratégicas establecen el marco básico para definir las medidas
fundaméntales de políticas y para elaborar los proyectos de inversión de carácter
estratégico. Estas políticas son por cierto un instrumento utilizado tanto en el sector
público como en las empresas en su proceso de planificación.
Las políticas son los principios por medio de los cuales se usa la autoridad para orientar el
comportamiento de los actores y para ordenar a los organismos y responsables que
deben realizar las acciones planteadas en los objetivos, las metas y las estrategias.
Condición indispensable de esta etapa es que se formulen tantas políticas como
objetivos se hayan planteados.
En esta etapa también se alcanza la máxima concreción a través del proceso de formular
y evaluar programas y proyectos.
ETAPA DE POLITICAS
INSUMO RECURSOS
LINEAS ESTRATEGICAS
ACTIVIDAD No. 4
POLITICAS
PRODUCTOS
Control y Apoyo.
. . . 31
PROCESO EN MARCHA
Datos disponibles
INSUMO
Indicadores
Registros y Control Físico.
PRODUCTOS
RETROALIMENTACION
ADMINISTRACION EVALUACION Y CORRECCION
La crisis económica actual no es una crisis como las demás, ya que afecta, de
forma singular, al sistema financiero, y está destruyendo el tejido productivo de las
regiones y países más dinámicos, por lo que no se puede resolver aplicando, tan
sólo, la política monetaria. Se necesita, una política que estimule la expansión
cuantitativa del dinero en circulación, pero la realidad de las economías demanda
un tratamiento que combine las acciones encaminadas a recuperar la confianza y
hacer funcionar el sistema financiero, con las iniciativas dirigidas a mejorar la
productividad y la competitividad.
Existen dos cuestiones que condicionan los resultados de las acciones, el potencial
de desarrollo existente en cada territorio y las capacidades de organización de los
actores locales; desde esta perspectiva, todas las localidades y territorios disponen
de un conjunto de recursos, que constituyen su potencial de desarrollo, tanto en el
caso de las áreas rurales, como los Cuchumatanes, en Guatemala, como en el de
las ciudades dinámicas como Rosario, en Argentina. A nivel de cada localidad,
país o territorio se detecta, por ejemplo, la dotación de una determinada estructura
productiva, mercado de trabajo, conocimientos técnicos, capacidad empresarial,
recursos naturales, estructura social y política, o tradición y cultura, sobre los que
necesariamente se articulan las iniciativas locales.
Por otro lado, el desarrollo de una localidad o territorio requiere que los actores
públicos y privados ejecuten sus programas de inversión de manera coordinada.
En América Latina la política de desarrollo endógeno se basa en iniciativas en las
que los proyectos económicos y sociales se coordinan y gestionan a través de
. . . 34
BIBLIOGRAFÍA
Cambell, T. 2001. Innovation and Risk-taking: Urban Governance in Latin America, en Scott,
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http://www.eumed.net/libros/2006b/mdlf-vc/index.htm
http://www.eumed.net/libros/2006b/emd2/index.htm
Número 29. Agosto 2004
http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/
INTRODUCCIÓN
“Las políticas de desarrollo económico local constituyen una respuesta necesaria a los principales retos e
imperativos del ajuste estructural real de las economías latinoamericanas, ya que se orientan de forma
fundamental a asegurar la introducción de las innovaciones tecnológicas y organizacionales en la base
misma del tejido productivo de los diferentes territorios”.3
En muchos países alrededor del año 1975 tiene particular importancia la percepción de la
problemática territorial, pues la política que se había desarrollado se basaba en el modelo de
crecimiento concentrado que tenía como propósito beneficiar los territorios con recursos de otros; sin
embargo el Desarrollo Económico Local debe propiciarse sobre la base de sus propios recursos, sin
negar toda posibilidad de que puedan dirigirse algunos recursos imprescindibles para el desarrollo en
determinadas localidades que estén un tanto más deprimidas.
1
Profesor del Departamento de Economía.
Facultad de Ciencias Empresariales.
Universidad Central de Las Villas.
Carretera a Camajuaní Km 5.5
C.P. 54830; Santa Clara, Villa Clara. Cuba.
ejmendez@fce.uclv.edu.cu
elierm@yahoo.com
http://club.telepolis.com/elierm/elier.htm
2
Profesora del Departamento de Economía.
Facultad de Ciencias Empresariales.
Universidad Central de Las Villas.
Carretera a Camajuaní Km 5.5
C.P. 54830; Santa Clara, Villa Clara. Cuba.
mlloret@fce.uclv.edu.cu
mlloret1@yahoo.com
2
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
“El desarrollo Económico Local se convierte durante los años ochenta en la estrategia de desarrollo
territorial dominante. Ha quedado atrás la época en que la economía era una cuestión que sólo afectaba
las decisiones de la administración central del estado y de las grandes empresas y en que los
administradores locales sólo se preocupaban de gestionar los servicios públicos y de corregir los
impactos espaciales y urbanísticos de las actuaciones económicas. Sus objetivos son pragmáticos, los
instrumentos y las acciones no sólo tratan de resolver problemas concretos, sino que le dan mayor
importancia a la competitividad y a la difusión de las innovaciones y, desde el punto de vista operativo,
las iniciativas locales se instrumentan a través de formas flexibles de organización como son las agencias
de desarrollo”.4
Las características de las localidades cambian por lo que las acciones de las estrategias se modifican
sustancialmente y puede ir desde el fomento de la capacidad empresarial hasta la solución de los
problemas estructurales. Son dos los elementos claves para poder materializar las estrategias de
desarrollo local: la disponibilidad de recursos (humanos, materiales o empresariales y financieros) y
la participación de los agentes públicos y privados interesados en cada iniciativa.
DESARROLLO
Aspectos teóricos
Durante los años sesenta la problemática del desarrollo se basaba en la discusión en torno a
"desarrollo versus subdesarrollo", centrada en procesos a escala mundial o, cuando menos,
nacional. Estos últimos procesos serían los inductores del desarrollo a pequeña escala.
El desarrollo local, provincial o regional se pensaba más en términos exógenos (cómo hacer
participar a un territorio comparativamente atrasado del desarrollo general), que en términos de
cómo lograr un desarrollo general integrado y sostenible de un territorio dado.
En esos momentos, el crecimiento concentrado y la difusión del crecimiento "desde arriba" eran el
paradigma teórico dominante, sobre el que se basaban las estrategias de crecimiento. Se
interpretaba que éste era posible mediante la expansión de las grandes empresas concentradas en
3
Alburquerque, Francisco. “Desarrollo Económico Local y distribución del Progreso Técnico” (Una respuesta
a las exigencias del ajuste estructural) ILPES. Santiago de Chile. Diciembre de 1996. Pág. V.
4
Vázquez Barquero, Antonio. “Política Económica Local”, Ediciones Pirámides, S.A. - Madrid. 1993 Pág.
219.
3
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
grandes ciudades, puesto que las innovaciones tecnológicas permitían realizar economías de
escala y economías externas.
En los momentos de auge del ciclo económico, el problema se reducía al hecho de que las regiones
pobres tenían abundancia de factor trabajo mientras que las regiones ricas la tenían del factor
capital, por lo que la solución de los desequilibrios regionales pasaba por la movilidad del capital,
por incentivar la localización de plantas productivas en las áreas deprimidas.
Este modelo de desarrollo ha sido muy criticado pues: en primer lugar altera el
funcionamiento de los mercados de trabajo, introduciendo un dualismo muy acentuado entre unas
zonas y otras; en segundo lugar genera intercambios territoriales de factores y productos que
reducen el desarrollo potencial de las áreas menos desarrolladas y, finalmente y en tercer lugar va
acompañado de transformaciones culturales e institucionales que sobrevaloran el crecimiento
industrial urbano y menoscaban la identidad social, cultural y económica de muchas zonas rurales.
Es en contraposición al modelo descrito que poco a poco fue emergiendo una visión del desarrollo
como estrategia territorial basado en la utilización de los recursos locales.
La reflexión sobre los casos de industrialización endógena y las críticas al funcionamiento del
modelo tradicional han permitido conceptualizar una forma alternativa de entender los procesos de
desarrollo a partir del potencial o recursos endógenos de cada territorio.
No existe un único modelo de desarrollo local, se pueden subrayar algunos elementos teóricos5 que
son comunes a una gran mayoría de los modelos de éxito existentes en la actualidad.
Éstos son:
1. Las estrategias de desarrollo local tienen como objetivo el desarrollo y la reestructuración del
sistema productivo, el aumento de la capacidad de creación de empresa y de generación de
empleo y la mejora del nivel de vida de la población.
2. La vertiente económica del desarrollo local consiste en crear, dentro de un territorio dado, la
capacidad necesaria para hacer frente a los retos y oportunidades que puedan presentarse
en una situación de rápido cambio económico, tecnológico y social.
5
Con relación a los elementos teóricos clave del desarrollo local, existe una abundante literatura
entre la que cabe destacar: Greffe, Xavier, “Descentralizar en favor del empleo”, Ministerio de
Trabajo, Madrid 1990; Vázquez Barquero, Antonio “Política Económica Local”, Ed. Pirámide,
Madrid 1993; Garofoli, Gioacchino, “Modelos locales de desarrollo” (en italiano), Ed. Franco
Argeli, Milán 1991; Pellegrin, Jean Pierre, “Desarrollo Local y Cambio Estructural: nuevas
perspectiva con relación al ajuste y las reformas” OCDE, París 1993.
4
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
3. Los agentes de las políticas de desarrollo local son las autoridades públicas, los empresarios
y actores socioeconómicos locales, y no sólo la administración central del estado y las
grandes empresas, como sucedía en los modelos tradicionales.
4. Se tiene siempre en cuenta que las economías locales están integradas en el sistema
económico nacional e internacional y que, por consiguiente, sus problemas son siempre
problemas nacionales o internacionales, debido a que los sistemas productivos locales y/o
regionales son componentes de los sistemas nacionales y supranacionales.
6. Reconocen que pese al carácter esencialmente endógeno del desarrollo local los recursos
externos juegan un papel importante en la dinamización del área.
Cada iniciativa de desarrollo local establece objetivos y prioridades diferentes dado que cada
comunidad local debe solucionar problemas específicos y enfrentar situaciones y entornos muy
diversos6. Por ejemplo, una zona cuya economía se basa en industrias tradicionales en declive se
encontrará en una situación muy diferente a la de una zona rural cuya economía apenas comienza
a diversificarse.
1. Una estrategia de desarrollo local trata de utilizar los factores internos y externos en el
proceso de cambio estructural de la economía y hacer surgir y/o expandir el potencial de
desarrollo de la localidad.
3. Desde el punto de vista de los principios teóricos, el desarrollo local, en un entorno como el
actual caracterizado por los cambios continuos en la tecnología, la economía y la sociedad
requiere fomentar:
a. la innovación
b. la capacidad emprendedora
c. la calidad del capital humano, y
d. la flexibilidad del sistema productivo.
6
En un momento histórico determinado una colectividad territorial puede encontrar nuevas ideas
y proyectos que le permitan utilizar sus recursos y encontrar soluciones a sus problemas. Cuando
esto se produce y asume la movilización de su potencial endógeno se pone en marcha una
estrategia de desarrollo desde abajo.
5
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Para conseguir lo anterior, no se trata tanto de realizar grandes proyectos industriales, sino más
bien de impulsar proyectos, de dimensión adecuada, que permitan la transformación progresiva del
sistema económico local.
El desarrollo local entendido como estrategia territorial de puesta en valor de los recursos propios
contiene una triple dimensión:
1. Económica, en tanto que las empresas locales demuestran capacidad suficiente para
organizar los factores productivos con unos niveles de productividad suficientes para poder
competir en los mercados.
2. Socio-cultural, en tanto que los valores y las instituciones locales sirven de base al proceso
de desarrollo y a su vez se fortalecen durante el mismo.
3. Político-administrativa, en la que los poderes locales son capaces de crear un clima local
estimulante, capaz de favorecer e impulsar el desarrollo del potencial socioeconómico local,
enfrentado y resolviendo los bloqueos administrativos, económicos y políticos que existen en
las economías que han seguido durante muchos años los modelos tradicionales de
desarrollo.
En opinión de los autores el Índice de Desarrollo Municipal resulta de gran interés no solo para la
etapa de diagnóstico, sino para el trabajo de las direcciones municipales de planificación, pues las
informaciones sobre este tema son necesarias para extraer conclusiones a mediano y largo plazo.
Esto permite medir en nivel de desarrollo alcanzado por cada municipio y detectar las
desproporciones que existen en su desarrollo. Los resultados alcanzados en el desarrollo socio
económico de un determinado municipio, así como la rapidez de esta evolución en su contraste
con los niveles registrados por otros municipios, permite ubicar la posición en que aquel se sitúa en
el contexto territorial.
Como se puede apreciar, las actuaciones locales siempre tratan de evaluar y valorizar sus recursos
endógenos; teniendo en cuenta los niveles actuales de crecimiento económico y social para a partir
de los mismos proyectarlos hacia nuevas metas y futuros objetivos.
Lo local puede interpretarse con diferente “dimensión espacial o territorial ” sin embargo para este
trabajo se consideró conveniente identificar la localidad con el municipio, como se suele reconocer
en la mayoría de los países latinoamericanos.
Para el análisis de este procedimiento se tomó como base al territorio de Villa Clara ubicado en el
mismo centro de la isla; Cubanacán era el nombre del cacicazgo indígena de la zona central del
país donde actualmente se ubica esta provincia. Territorio de leyendas y tradiciones de hombres
aguerridos y mujeres valientes.
La división político administrativa que tuvo lugar en Cuba a partir de 1976 dio origen a la actual
provincia de Villa Clara, la que conserva sus 13 municipios iniciales sin transformaciones espaciales
6
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
2
hasta el momento; esta provincia abarca una extensión superficial de 8662 km incluyendo los
cayos adscriptos a la provincia, en el 2000 contaba con una población de 834861 habitantes, como
se puede apreciar a continuación.
“El hombre” debe estar en el centro de cualquier índice o fórmula que se pretenda aplicar, de este
modo el desarrollo humano8 es un proceso en el cual se amplían las oportunidades del hombre,
los tres niveles de desarrollo esenciales que han sido considerados en el Informe de Desarrollo
Humano son: disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a
los recursos necesarios para lograr un nivel de vida adecuado. También es concebido como un
proceso de ampliación de oportunidades a los individuos como el nivel de bienestar que han
alcanzado, y consta de dos aspectos.
1. La formación de capacidades humanas tales como un mejor estado de salud o mayores
conocimientos.
2. La forma como los individuos emplean las capacidades adquiridas, ya sea para el trabajo o el
descanso.
El ingreso como aspecto importante, podría ser un elemento a tomar en consideración a la hora de
analizar el desarrollo humano, no obstante la vida no se reduce a eso, el desarrollo debe abarcar
mas que la expansión de riquezas y los ingresos, por lo que el objetivo esencial debe estar en el
ser humano.
Para medir el desarrollo humano se emplean tres elementos esenciales de la vida humana:
longevidad, conocimientos y niveles de vida decentes. Se pudieran incluir muchos indicadores para
el cálculo de este indicador, sin embargo esto resulta imposible debido a la carencia de
estadísticas comparables y además producto del exceso de indicadores que podrían crear una
imagen distorsionada de la realidad; aunque en este aspecto pudieran aparecer diferentes
criterios.
Los tres componentes mas utilizados para medir el desarrollo humano según los informes mas
recientes de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo son:
La longevidad, pues la esperanza de vida prolongada es valiosa en sí misma y además en el
hecho que varios beneficios indirectos están directamente relacionados con una esperanza de
vida.
Los conocimientos, que reflejan el acceso a la educación que resulta necesario para llevar una
vida productiva en la sociedad moderna. El alfabetismo es un indicador en el desarrollo humano,
pues cuando una persona aprende a leer y a escribir se le abre el camino para el aprendizaje y la
adquisición de conocimientos.
7
Ver. Méndez Delgado, Elier. Ensayo en Cuba para medir el Desarrollo Económico Local. Revista Temas y Reflexiones
Corporación Universitaria de Ibagué. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Año 4. No. 4, Ibagué, Colombia.
Mayo del 2000. Pág. 59.
8
Ver. Informe de Desarrollo Humno de 1990. Pág. 33-34.
8
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
El manejo de recursos que se requieren para una vida adecuada; por lo que se necesita de
datos como el acceso a la tierra, créditos, ingresos y otros. Debido a la limitación de la información,
se analiza un indicador de ingresos.
Se plantea que a través de las variables “longevidad”, y “conocimientos” se logra cierta
caracterización del proceso de formación de capacidades humanas. En cambio el ingreso resulta
insuficiente para medir la forma en que los individuos emplean las capacidades adquiridas; pues de
qué vale una vida prolongada y los conocimientos adquiridos si ellos no pueden realizarse
mediante una actividad que permita desarrollar sus capacidades, utilizar sus talentos y llevar a
cabo sus proyectos. Por esta razón se tiene en cuenta un indicador importante: empleo (medido a
través de la tasa de ocupación o el promedio de trabajadores) el cual expresa un alto grado de
materialización de las capacidades humanas.
Los tres indicadores tienen una falla en común: son promedios que ocultan las verdaderas
diferencias existentes entre la población por lo que existen grupos sociales que tienen
desproporciones sustanciales en cada una de estas variables.
Como quiera que existen otros indicadores que pueden ser utilizados para tal propósito y además
no siempre se dispone de la información territorial y local requerida para calcular este índice, es
posible reemplazarlos por otros que también permiten caracterizar el desarrollo9, pues el progreso
alcanzado en términos de mortalidad infantil refleja de manera incuestionable el desarrollo
económico, social y cultural de un territorio y una localidad, del mismo modo este indicador tiene
su reflejo en la esperanza de vida; el promedio de trabajadores refleja las posibilidades de acceso
que tiene el hombre para realizarse en sus aspiraciones, no obstante como quiera que se trata de
un indicador en términos absolutos y puede alterar el resultado de algunos municipios que tengan
un mayor número de trabajadores resulta conveniente utilizar la alternativa del índice de ocupación.
La productividad del trabajo basándose en la producción mercantil refleja la producción per cápita
por municipios, así se muestra la gestión por alcanzar tales resultados.
Luego del análisis de este concepto y sus componentes surge la idea de ajustar este índice al
territorio y sus localidades, para de esta forma entrar al análisis de la situación socio económico de
cada localidad.
Indice de Desarrollo Municipal (IDM).
Teniendo en cuenta los elementos explicados anteriormente y dada la limitación de información
estadística comparable a escala territorial, la medición y el análisis se concentró en el período de
1990 a 1999, utilizándose como indicadores la mortalidad infantil, promedio de trabajadores y
productividad del trabajo basado en la producción mercantil. Como quiera que se ha tenido en
cuenta las alteraciones o inconvenientes que puede tener el resultado del IDM con la utilización del
número de trabajadores se realizó el cálculo del mismo empleando el Indice de ocupación lo que
arroja un resultado mas preciso.
9
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
La conformación de dicho índice cuenta de tres pasos10, el primero consiste en delimitar las
privaciones que sufre un territorio en cada una de las tres variables analizadas: mortalidad infantil
(X1), promedio de trabajadores (X2) y productividad del trabajo (X3) (Ver Anexo No.6 y 8). Se
determina un valor máximo y uno mínimo (máxima privación) para cada una de las tres variables,
basándose en los valores reales analizados. En cuanto al valor máximo (adecuado o deseado), así
como el mínimo (máxima privación) del indicador mortalidad infantil, por tener un comportamiento
que difiere de los demás indicadores, se toma el valor real mínimo, como el valor deseado y el
máximo, como el de máxima privación.
Max. Xi − Xij
IPij =
Max. Xi − Min. Xi
Donde :
Ipij - Indice de privación del indicador i en el municipio j.
Xij - Valor del indicador i en el municipio j.
Max. Xi- Valor máximo del indicador i.
Min. Xi- Valor mínimo del indicador i.
2- Definir un indicador promedio de privación. Esto se hace calculando un promedio de los tres
indicadores.
3
Ippj = 1 / 3∑ Ipij
i =1
IDM = 1 - Ippj
9
Ver. Baró Ayo, Enrique y Bruqués Rodríguez, Alejandro. “Ciclo de Conferencias Sobre el Trabajo Estadístico. Estudio sobre el
desarrollo Humano. Ciudad de la Habana, Septiembre de 1991. Pág 1-23.
10
Ver. Informe de Desarrollo Humano 1990. Publicado para el PNUD por Tercer Mundo Editores. Bogotá- Colombia; 1990. Pág.
232.
10
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Variante (V-2)
MORTALIDAD INDICE DE PRODUCTIVIDAD
OCUPACIÓN
CONCEPTOS INFANTIL DEL TRABAJO
Máximo (Valor deseado) (0) Quemado 0.577 (Santa Clara) 12490 (Corralillo)
Mínimo (Valor de privación) (10.3) Sto. Domingo 0.281(Manicaragua) 6299
(Manicaragua)
Santa Clara Xij (4.6) 0.577 (Santa Clara) 10130
(Máx Xi - Xij) (-4.6) (0) 2360
(Máx Xi -Mín Xi) (-10.3) 0.296 6191
El IDM clasifica al municipio en los valores comprendidos entre cero y uno. Sin embargo como se
han empleado indicadores diferentes para calcular el IDM se deben establecer rangos diferentes
atendiendo a los resultados obtenidos en cada índice.
Para el caso específico en que se utiliza el Promedio de Trabajadores, el rango se ha elaborado
tomando en consideración que el índice que se obtuvo durante los 10 años analizados (!990-1999)
refleja un promedio de 0.413. Atendiendo a lo anterior los municipios quedarán clasificados de la
siguiente forma.
1. Nivel alto de Desarrollo Municipal. = 0,700 o superior.
2. Nivel medio de Desarrollo Municipal. = 0,413 a 0.669.
3. Nivel bajo de Desarrollo Municipal. = inferior a 0,413.
Como se puede apreciar en la tabla anterior casi el 50% de los municipios de Villa Clara se
comportaron con valores superiores al promedio obtenido en los 10 años analizados, son estos:
Santa Clara con 0.7408, Caibarién con 0.5160, Ranchuelo con 0.5072, Sagua la Grande con
0.4991, Camajuaní con 0.4343 y Cifuentes con 0.4297; el municipio que durante los 10 años
analizados (1990-1999) alcanzó el nivel más alto de desarrollo fue Santa Clara; el que fue
sensiblemente afectado en los ultimos 3 años.
Con niveles mas bajo de desarrollo aparecen los municipios de Manicaragua con 0.2121, corralillo
con 0.2557 y Santo Domingo con 0.2856.
12
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Es necesario considerar que en esta tabla los resultados obtenidos en el IDM muestran un
comportamiento más homogéneo. En otros términos las disparidades en el nivel de desarrollo de
los Municipios son considerablemente menores. Al observar el resultado del IDM en esta tabla
donde se utilizó el Indice de Ocupación solo el municipio de Santa Clara retrocede en el nivel de
desarrollo lo que corrobora que el Promedio de Trabajadores puede alterar el resultado real del
mismo.
Como se puede apreciar en la tabla anterior casi el 30% de los municipios de Villa Clara se
comportaron con valores superiores al promedio obtenido en los 10 años analizados, son estos:
Santa Clara con 0.7374, Caibarién con 0.6567, Sagua la Grande con 0.6320, Remedios con 0.5143.
El municipio que durante los 10 años analizados (1990-1999) alcanzó un nivel más alto de
desarrollo fue Santa Clara; el que fue sensiblemente afectado durante el año 93 donde el índice de
empleo se vio sensiblemente afectado por la situación del periodo especial.
13
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Con niveles mas bajo de desarrollo aparecen los municipios de Manicaragua con 0.2399 y Placetas
con 0.3802.
14
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
A continuación, se muestra la incidencia que presenta cada una de las variables en el Indice de
Desarrollo Municipal para los diferente Municipios en su versión 1 y 2. (V-1) y (V-2)
Como se puede observar en la tabla anterior el Indice de Desarrollo Municipal tiene mas
estabilidad en el caso de la variante 2 cuando se utiliza el índice de ocupación, pues en casi todos
los municipios el coeficiente de variación es menor y esto se corrobora para el caso de Villa Clara
que tiene menor valor.
16
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
La clasificación de los municipios consideró el período de 1984 a 1999; para él calculo del IDM se
analizó la mortalidad infantil, el índice de ocupación, y la productividad del trabajo basándose en la
producción mercantil, (se consideró la variante 2, analizada y explicada anteriormente). Se trabajó
con la media de los indicadores en los 16 años analizados y posteriormente se procedió a realizar
las agrupaciones y clasificaciones de los municipios mediante la técnica de cluster. Para lo cual se
utilizó el paquete estadístico STATGRAPHICS.
En esta tabla se puede observar la composición entre municipios en los cuatro indicadores
analizados. En el caso de la mortalidad infantil se observa poca diferencia entre los municipios en
el periodo analizado de 16 años; esto no ocurre en el resto de las variables analizadas donde sí se
observan diferencias significativas entre los municipios; en el caso de los resultados obtenidos en
el IDM se aprecia que existe un comportamiento muy similar al que se alcanzó mediante la técnica
de cluster en el agrupamiento de los municipios, el que ubica al municipio de Santa Clara como el
de mejores resultados dentro de todos los municipios de la provincia.
17
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Dendrograma
3
2.5
Distance
2
1.5
1
0.5
0
1
2
4
7
8
5
6
3
9
1 11 13 2 4 10 7 8 5 12 6 3 9
Como se puede observar en el gráfico anterior y en Clustering Method se han establecido 3
grupos de municipios en la provincia de Villa clara. El primero agrupa los municipios que han
obtenido los peores resultados: 1-Corralillo, 11-Santo Domingo y 13-Manicaragua, en el Segundo
se considera los municipios de resultados intermedios: 2-Quemado, 4-Encrucijada, 10-Cifuentes, 7-
Remedios, 8-Placetas, 5-Camjuaní, 12-Ranchuelo, 6-Caibarién, 3-Sagua la Grande, y en el tercer
grupo y mejor ubicado aparece solamente el municipio de Santa Clara (9). Es preciso señalar que
dentro del grupo 2 existen similitudes significativas entre las distancias que se observan en los
municipios (2 y 4), (2, 4, y 10), (2, 4, 10 y 7), (2, 4, 10, 7, 8, 5 y 12), para lo cual es necesario
observar detenidamente el Dendrograma anterior.
18
¿Cómo medir el Desarrollo Local?
Después de aplicar el IDM como parte de las Técnicas de Análisis Regional en los 13 municipios
de la provincia de Villa Clara se concluye que existen tres niveles de desarrollo municipal bien
definidos en el territorio. Santa Clara que presenta un nivel alto de desarrollo; Corralillo, Santo
Domingo y Manicaragua que son clasificados con un nivel bajo de desarrollo y el resto de los
municipios que son considerados con un nivel intermedio de desarrollo, como se puede ver
seguidamente.
Villa Clara
CONSIDERACIONES FINALES.
El IDM unido a otros indicadores que caracterizan el nivel de desarrollo de los municipios posibilita
que a través de la técnica de cluster se puedan diferenciar los municipios que presentan diferentes
niveles de desarrollo, lo que constituye un elemento de incuestionable importancia para establecer
los objetivos y metas del plan territorial, con el propósito de fijar las estrategias de desarrollo que
posibiliten atenuar las desproporciones socioeconómicas existentes entre los municipios.
El procedimiento seguido para medir el DEL a través del Índice de Desarrollo Municipal, ha
posibilitado diagnosticar los municipios que presentan niveles de desarrollo alto, medio y bajo, lo
que constituye un elemento de incuestionable importancia para establecer los objetivos y metas del
plan territorial, con el propósito de fijar las estrategias de desarrollo que posibiliten atenuar las
desproporciones socio-económicas existentes entre localidades.
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master en desarrollo económico. Gestión del Desarrollo
Territorial. “Aplicación de las Técnicas de Análisis para el Diagnóstico del
Plan Territorial.” Universidad Central de Las Villas, Noviembre de 1997.
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4. Méndez Delgado Elier y Lloret Feijóo María del Carmen “Una forma de
medir el Desarrollo Económico Local en Cuba”. Revista Economía y
Desarrollo. Diciembre 2003. Universidad de La Habana. La Habana Cuba.
PLANIFICACIÓN DE LAS
INVERSIONES
“El plan de inversiones forma parte del plan de la economía, a partir del cual se
planifica el proceso inversionista y debe coadyuvar a la elevación de la
eficiencia general del proceso, la aceleración de la definición técnica; la
ejecución; la efectiva recuperación de lo invertido según corresponda; la
desactivación de la inversión y la utilización de las capacidades que se
proponen modernizar, ampliar o crear, así como a la consideración de
aspectos medio ambientales.”2
2
Resolución 91 – 2006, MEP
370
PLANIFICACIÓN A MEDIANO
Y LARGO PLAZO
“El objetivo de construir una sociedad más desarrollada, mejor, más justa y
solidaria, tiene necesariamente un horizonte temporal que transciende el corto
plazo; muchas de las metas sólo podrán alcanzarse tras arduos esfuerzos, en
un futuro mediato. Esto le confiere especial importancia en el socialismo a la
planificación a mediano y largo plazo: se requiere construir ese futuro desde el
presente.
Sólo con una perspectiva de mediano y largo plazo es posible plantear los
objetivos del desarrollo económico y social que, sobre la base del logro de
altas dinámicas, posibiliten la erradicación de las deformaciones estructurales
presentes en la economía y la sociedad”3
3
Lic. Elena Álvarez González
Asesora del Ministro del MEP. Premio Nacional de Economía 2007
“La planificación a mediano y largo plazo; notas para un debate”
Revista del INIE, La Habana, 2000.
406
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 1
LA PLANIFICACION A
MEDIANO Y LARGO PLAZO:
Notas para un debate
El Comandante Ernesto "Che" Guevara señaló hace 40 años que... "la planificación centralizada es el
modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del
hombre alcanza por fin a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta: la plena liberación del ser humano
en el marco de la sociedad comunista..." (Guevara, 1964).
El objetivo de construir una sociedad más desarrollada, mejor, más justa y solidaria, tiene
necesariamente un horizonte temporal que trasciende el corto plazo; muchas de las metas sólo podrán
alcanzarse, tras arduos esfuerzos, en un futuro mediato. Esto le confiere especial importancia en el
socialismo a la planificación a mediano y largo plazo: se requiere construir ese futuro mejor desde
el presente.
Sólo con una perspectiva de mediano y largo plazo es posible plantear los objetivos del desarrollo
económico y social que, sobre la base del logro de altas dinámicas, posibiliten la erradicación de las
deformaciones estructurales presentes en la economía y la sociedad. Al propio tiempo, esa perspectiva
posibilita prever las múltiples interrelaciones y consecuencias de las decisiones, precisar los medios para
lograr los objetivos, abarcar problemas de largo ciclo de evolución, bien sean de naturaleza tecnológica,
de desarrollo científico, sociales o del medio ambiente. Adicionalmente, el entorno externo experimenta
de continúo profundas transformaciones, cuyas consecuencias futuras no pueden obviarse y es
necesario tener presentes al diseñar cualquier proyecto de desarrollo económico y social.
Son estas características las que le dan a la planificación a mediano y largo plazo una importancia
decisiva en nuestro modelo económico y social.
2 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
ANTECEDENTES
Los primeros intentos de tener una visión perspectiva del desarrollo económico y social de una Cuba
independiente se encuentran en documentos como "Algunos aspectos del desarrollo económico de
Cuba", elaborado en 1957 por Regino Boti y Felipe Pazos a instancias de la dirección del Movimiento
26 de Julio y publicado en 1959; o como el "Programa del Partido Socialista Popular", publicado
también a inicios de 1959 (Rodríguez, 2000).
En los primeros meses de 1959 el Gobierno Revolucionario solicita a CEPAL el envío de una misión,
que llega a Cuba en mayo de ese año, presidida por el economista mexicano Juan F. Noyola, y cuyo
objetivo era elaborar un diagnóstico de la situación económica y una proyección que permitiera contar
con una visión integral de las posibilidades de desarrollo económico del país (JUCEPLAN, 1985). Los
trabajos de Noyola, quien decidiera permanecer en Cuba después que se retirase la misión de CEPAL,
constituyeron un importante aporte en la visión perspectiva del desarrollo del país en aquellos
momentos.
Los años iniciales del proceso revolucionario atrajeron a especialistas extranjeros que también
brindaron su visión sobre las perspectivas económicas. En este sentido deben mencionarse los trabajos
del economista polaco Michal Kalecki, quien en 1960 elaboró una proyección global del desarrollo de
Cuba para 1961-1965, que ofreció, aún cuando fue con un alto nivel de agregación, un modelo
totalmente estructurado de desarrollo económico; así como los del chileno Jacques Chonchol, quien
realizó estudios sobre la agricultura.
En 1961 se inician los trabajos para elaborar el plan de 1962 y la proyección para el cuatrienio 1962-
1965, que de hecho constituiría el primer intento de planificación perspectiva realizado por la Junta
Central de Planificación y por el entonces incipiente sistema nacional de planificación. De forma
paralela, se desarrollaron trabajos de proyección de la economía por economistas de la Junta Central
de Planificación, por una parte, y del profesor Charles Bettelheim, por la otra. Los resultados fueron
bastante similares y contenían ya un mayor grado de desagregación por sectores económicos.
Debe señalarse que un conjunto de factores conspiró contra la posibilidad de utilizar esos primeros
trabajos: en primer lugar, la perentoria necesidad de organizar y consolidar el incipiente sector
económico estatal y de conducir la economía en medio de enormes dificultades y agresiones; por otra
parte, la debilidad de las estadísticas, la carencia de un número adecuado de proyectos para sustentar
las proyecciones y, por último, la baja organización e insuficiente preparación de los cuadros
económicos.
Para los trabajos de proyección 1962-1965, fueron aprobadas directivas que enmarcaban las metas de
desarrollo a lograr por los principales sectores económicos, e incluían también orientaciones para el
desarrollo social, referidas a los programas de educación, la salud, la construcción de viviendas y redes
técnicas, entre otros. En septiembre de 1962 se elevó a la aprobación del Gobierno el plan cuatrienal
que incluía el plan de inversiones y los lineamientos principales del desarrollo de la economía nacional
hasta 1965 (JUCEPLAN, 1985).
Además de estos trabajos, en la Junta Central de Planificación se crearon durante 1963 grupos de
trabajo o comisiones para estudiar diversos aspectos de la economía, muchos de los cuales, por su
naturaleza, implicaban necesariamente una visión de mediano o largo plazo. Entre éstos cabe
destacarse: el estudio técnico-económico sobre la producción, importación y utilización de envases y el
estudio para el desarrollo energético hasta 1970.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 3
En 1964 la Junta Central de Planificación se reestructura y, entre otros aspectos, dirige esfuerzos para
organizar los trabajos de elaboración del plan perspectivo 1965-1970, para lo cual se creó un grupo de
trabajo global y grupos de trabajo sectoriales dentro del organismo, a la vez que se definían tareas a
realizar por los restantes organismos de la Administración Central del Estado.
Los trabajos partían de un análisis integral de la economía desde 1959 a 1964, de carácter diagnóstico,
para definir los principales problemas a solucionar; a partir de este análisis se definían las direcciones
principales del desarrollo para dar solución a los problemas analizados. Los trabajos globales fueron
complementados con la labor de grupos sectoriales que debían analizar: azúcar, ganadería (incluyendo
su base alimentaria), química (fertilizantes y derivados de la caña), energía eléctrica, minería y metalurgia
(níquel, hierro y acero), mecánica, transporte, recursos hidráulicos, construcción (incluyendo materiales)
y formación de cuadros calificados. Los resultados y diferentes alternativas debían finalmente
expresarse en la proyección de los principales indicadores de la economía nacional (JUCEPLAN,
1985).
Tanto por la estructura organizativa adoptada, como por la naturaleza de las tareas a realizar, estos
trabajos constituyeron el ejercicio más avanzado en materia de planificación a mediano plazo llevado a
cabo en el país hasta esa fecha. No obstante, aún presentaban limitaciones en cuanto a su alcance y
consistencia, por lo cual de hecho no se promulgó oficialmente un plan a mediano plazo que abarcara
todos los sectores y ramas de la economía cubana. (JUCEPLAN, 1968).
En 1966 se reestructuran los organismos globales en el país y dentro de ellos, la Junta Central de
Planificación, quedando especificada dentro de sus funciones, la de "elaborar planes perspectivos, a
mediano y largo plazo, que fueran la expresión cuantitativa de las orientaciones fundamentales trazadas
por el Gobierno Revolucionario, con vistas a lograr el desarrollo sostenido de la economía nacional"
(JUCEPLAN, 1985). Dentro de su estructura se crea una unidad de Planificación Perspectiva.
Un elemento importante de planificación perspectiva transcurría también por esta época, asociado a la
investigación económica, con la creación de los Equipos de Investigaciones Económicas del
Comandante en Jefe y de los Equipos de Investigaciones de la Universidad de La Habana. En estos
equipos se elaboró un buen número de investigaciones aplicadas y proyecciones de diferentes ramas de
la economía, principalmente del sector agropecuario.
En abril de 1966 se organizan en JUCEPLAN los trabajos del plan perspectivo hasta 1970 que, a
partir de la evaluación de las diferentes directivas de desarrollos ramales que existían y de la
elaboración de un modelo global sobre esas bases, debía proponer las direcciones fundamentales del
desarrollo económico del país.
Debe destacarse la maduración conceptual que se había ido operando en el país en torno al tema de la
planificación, y en particular sobre la planificación a largo plazo. Así, en el documento presentado por
Cuba en el "Seminario sobre aspectos administrativos de la ejecución de planes de desarrollo",
celebrado en Santiago de Chile en 1968, se planteaba que: "...es necesario ver la planificación como
una parte integral del proceso de dirección a través del cual se debe operar una transformación de la
sociedad actual, así como tomar en cuenta que para que ese proceso de transformación se realice con
cierta eficiencia es imprescindible que el mismo no constituya una mera sucesión de golpes tácticos, sino
que las decisiones sobre la marcha inmediata de los acontecimientos se enmarquen dentro de una
estrategia general que norme el desarrollo del proceso dentro de un horizonte temporal más o menos
amplio." (JUCEPLAN, 1968).
4 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
Más adelante el propio documento señalaba: "Si se está de acuerdo en que el principal objetivo de la
planificación a largo plazo es el de contribuir a delinear la estrategia del desarrollo de modo que las
acciones ejecutivas que se emprenden en el corto plazo tiendan, efectivamente, a lograr el cambio
estructural que se desea para la sociedad, se sigue que es imposible concebir que esa actividad
planificadora pueda desenvolverse, estanca y pulcramente en una académica torre de marfil aislada del
acontecer diario y de los centros de toma de decisiones. En esa medida la planificación a largo plazo
debe pensarse en términos de uno de los mecanismos de que dispone el Sistema de Dirección para su
adecuado funcionamiento, y, por lo tanto, como una parte integral de un todo más complejo constituido
por ese Sistema de Dirección." (JUCEPLAN, 1968).
En 1968 la organización de los trabajos de planificación perspectiva en el país tenía características muy
propias; se prefirió "...organizar un sistema de trabajo basado no en la elaboración de un plan
desagregado que cubra el conjunto de la economía, sino en el estudio integral por parte de la
Junta Central de Planificación de un número bastante grande de "programas" que constituyen
las actividades más dinámicas de la economía cubana. Aun cuando la responsabilidad última
por la ejecución de estos estudios recae en JUCEPLAN, en los mismos intervienen....los distintos
organismos y empresas, así como los Equipos de Investigaciones Económicas de la Universidad
de La Habana. Los programas no tienen solamente un contenido sectorial, formando parte de
los mismos algunos relacionados con la problemática macroeconómica, así como también otros
de índole diferente, tales como Relaciones Económicas Internacionales, Investigaciones,
Automatización de la Información, etc." (JUCEPLAN, 1968). Con esta concepción se pretendía
asegurar que los trabajos a mediano plazo no se aislasen del centro de decisiones y tuviesen un
contenido operacional.
Si bien en aquellos momentos no se formuló formalmente un plan a mediano o largo plazo para el
conjunto de la economía, sí se contaba con una estrategia de desarrollo claramente definida, así como
se disponía de un conjunto de proyecciones y proyectos en las ramas fundamentales de la economía, lo
cual permitía la adopción de las decisiones operativas relacionadas con la ejecución de la estrategia.
La batalla por lograr la zafra de 10 millones de toneladas de azúcar movilizó todas las fuerzas del país
en torno a ese objetivo, en detrimento de otras actividades. La planificación también se vio afectada por
esta situación. Los análisis profundos llevados a cabo a finales de 1970 sobre la situación del país,
llevaron a la toma de importantes decisiones también en el ámbito de la planificación.
Se revisan en ese año las funciones de la Junta Central de Planificación y se retoma la elaboración de
indicadores macroeconómicos y de los trabajos de mediano plazo, activando las tareas de un grupo de
planificación perspectiva creado en 1969, que elaboró un pronóstico de la economía hasta el año 1975.
Estos trabajos de proyecciones a mediano plazo tenían un enfoque integral y posibilitaron iniciar
conversaciones con el Comité Estatal de Planificación de la URSS (GOSPLAN) a finales de 1970, que
posteriormente culminaron con la suscripción de acuerdos a mediano plazo hasta 1975 entre ambos
países relacionados con el intercambio comercial, los precios, los créditos para inversiones y el
tratamiento de la deuda. Sobre la base de esas proyecciones también se suscribieron acuerdos de
intercambio comercial similares con la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y Bulgaria.
Estos trabajos fueron el antecedente de lo que posteriormente sería la Coordinación de Planes con los
países del CAME.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 5
LA ETAPA DEL CAME
En julio de 1972 Cuba ingresó en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), integrado por los
países de la comunidad socialista. El ingreso al CAME determinó cambios decisivos en la forma de
acometer las tareas de planificación a mediano y largo plazo.
Para los países miembros de esta agrupación, la planificación a mediano y largo plazo constituía la
forma principal de conducir y materializar la integración, en la medida en que ésta transcurría sobre
bases planificadas. Por no existir una correspondencia entre la forma en que operaba la ley del
desarrollo planificado en los marcos de cada país y de la comunidad en su conjunto, al no existir
propiedad supranacional, se hacía necesaria una coordinación de los desarrollos nacionales.
Los países del CAME podían coordinar sus planes o estrategias económicas a largo plazo en aspectos
de interés común para todos o varios países, de modo multilateral o bilateral.
La coordinación de planes a largo plazo en aspectos de interés para todos o varios países, se
concretaba multilateralmente a través de los llamados “Programas Específicos de Colaboración a Largo
Plazo (PECLP)”, para el desarrollo de la especialización y la cooperación en la producción de
determinadas esferas, los cuales comprendían: energía; combustibles y materias primas; construcción de
maquinarias; agricultura e industria alimenticia; transporte y comunicaciones y bienes de consumo.
También había planes integrados de medidas de especialización, el Programa Integral del Progreso
Científico-Técnico y la coordinación de los mecanismos de regulación, tales como los principios de
formación de precios, el sistema de pagos y liquidación de cuentas, entre otros. Los acuerdos a largo
plazo de carácter multilateral debían concretarse después a través de acuerdos de carácter bilateral.
En el plano bilateral, los trabajos de planificación perspectiva comprendían la elaboración de Programas
de Colaboración a Largo Plazo y la Coordinación de Planes Quinquenales.
En Cuba, a partir de su entrada al CAME, las tareas de planificación quinquenal y a largo plazo se
asentaron en los vínculos con estos países, lo cual determinaba los procedimientos generales y los
plazos según lo que se acordara en los marcos de la agrupación.
Por el carácter abierto de la economía cubana y concebir el desarrollo sobre la base de la participación
en la División Internacional Socialista del Trabajo y con el apoyo de la colaboración externa, la
Coordinación de Planes se constituía en una base imprescindible para los trabajos internos de
planificación quinquenal.
En teoría, los planes quinquenales y su coordinación debían elaborarse sobre la base de las definiciones,
líneas estratégicas y acuerdos existentes en cuanto a planes o programas a largo plazo; no obstante, en
el caso de Cuba, no se contaba con una visión a largo plazo en los primeros años de estos procesos,
por cuanto las tareas de la estrategia de desarrollo se emprendieron a finales de los años setenta, como
se verá más adelante.
De manera conjunta con la Coordinación de Planes, e interactuando con ella, transcurría internamente el
proceso de elaboración de los planes quinquenales para iguales períodos, cuyos principales objetivos
eran presentados a los Congresos del Partido Comunista de Cuba. De hecho, todo el procedimiento de
planificación se concebía sobre la base de “iteraciones” que iban incorporando los resultados de las
negociaciones que se sostenían bilateralmente con cada país.
6 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
Es conveniente precisar cómo se reinician en el país los trabajos internos de planificación a mediano
plazo. A finales de 1972 el Buró Político del Partido Comunista de Cuba adoptó el acuerdo de
elaborar a partir de 1973 un plan de desarrollo económico para el período 1976-1980. Esto constituyó
desde el punto de vista formal y concreto el inicio de una nueva etapa en la planificación en Cuba y dio
un alto grado de prioridad a dicha actividad.
Este plan se inició sin contar previamente con directivas o enmarcamientos de los niveles superiores; no
obstante, la Junta elaboró un Modelo Global que sirvió de base de partida y en cierta medida de
entrenamiento para los trabajos a realizar.
Sobre todo ello expresó el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, entonces Presidente de la República y de la
Junta Central de Planificación: "Obviamente, en condiciones normales y en un futuro, la confección de
un plan de esta naturaleza debería estar siempre precedida de directivas generales de desarrollo
emitidas por la dirección del Partido, pero, precisamente, el Buró Político no cuenta con los elementos
necesarios para emitir directivas concretas, y en este supuesto que nosotros encaráramos, la Junta
misma tendrá que, a partir de algunas ideas muy generales expresadas y de algunos caminos de
desarrollo bastante claros, construir justamente todas esas ideas. Habrá momentos de consulta con el
Buró Político para definición de las ideas de desarrollo, que habrá que implementar y hacer,
simultáneamente, el trabajo de ideas generales del desarrollo, directivas generales del desarrollo, con las
tareas concretas y específicas en sí de elaboración del plan.”
“...Esta situación, además para nosotros en el orden internacional es obligada, el ingreso en el CAME
de todas maneras condicionaba esta decisión, pero aún sin el ingreso en el CAME, nosotros teníamos
que haber adoptado ya esa decisión, no era posible seguir trabajando con meros planes anuales, creo
que era imposible antes haber hecho otra cosa...." (JUCEPLAN, 1985).
Debe señalarse que comenzando con el correspondiente a 1976-1980, los planes quinquenales
elaborados contenían un amplio detalle de: las producciones a lograr, los proyectos inversionistas y los
volúmenes de inversiones por componentes, las cifras del comercio exterior (exportaciones e
importaciones), los balances materiales, las proyecciones de empleo y de fuerza de trabajo calificada,
los indicadores globales y los cálculos de balanza de pagos.
Los países del CAME absorbían en las
El proceso de elaboración de los planes quinquenales fue exportaciones:
perfeccionándose a lo largo del tiempo y para los períodos Productos %
Azúcar 63
1981-1985 y 1986-1990, se elaboraron por la Junta Níquel 73
Central de Planificación y fueron aprobadas por el Cítricos 95
Bebidas alcohólicas 80
Gobierno, Directivas que servían de enmarcamiento para Displays 100
iniciar las discusiones de Coordinación de Planes con los Componentes electrónicos 100
países del CAME. En particular para 1986-1990 se pudo Como abastecedores, estos países proveían:
contar también con una base en los trabajos de planificación Productos %
a largo plazo que se desarrollaron a partir de 1978. Alimentos 63
Materias primas 86
Combustibles y lubricantes 98
La lógica de elaboración de los planes quinquenales en Productos químicos 57
aquellas condiciones era buscar la mayor cantidad de Artículos manufacturados
clasificados según material 72
recursos para el desarrollo económico, negociando con los Maquinarias y equipos 80
países del CAME los mayores volúmenes posibles de Manufacturas diversas 75
importaciones y de recursos de inversión, sobre la base de
Fuente: (Alvarez, 1995)
obtener precios justos para las exportaciones y de buscar
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 7
soluciones financieras para los desbalances que pudieran surgir. Los acuerdos de Coordinación de
Planes aseguraban alrededor del 85% de las importaciones corrientes y más del 80% de las
inversiones, ofrecían garantías de mercado y precios para alrededor del 80% de las exportaciones; los
recursos en moneda libremente convertible tenían un carácter complementario, aunque muy importante,
sobre todo para cerrar determinados ciclos o procesos productivos.
Todo esto brindaba un alto nivel de certidumbre a la elaboración del plan a mediano plazo y un elevado
aseguramiento a los planes de desarrollo de la economía nacional.
Como se ha señalado, la elaboración del plan quinquenal transcurría a lo largo de varias etapas, en un
proceso iterativo en el que los elementos de cierre o de pivote eran los externos, expresados en lo
que se iba logrando en la Coordinación de Planes, así como en la situación financiera en moneda
libremente convertible. El esquema general era el siguiente:
• Proyección de las principales producciones de fondos exportables y elaboración de sus balances
materiales.
• Análisis y proyección de los factores externos (precios, mercados, acuerdos alcanzados con otros
países) y de los factores de carácter financiero externo (compromisos de pagos por servicio de la
deuda y otros).
• Cálculo de los ingresos externos y de la capacidad para importar.
• Proyección de niveles de actividad de las ramas más importantes. Elaboración de balances
materiales. Determinación de las demandas de importación, incluyendo inversiones.
• Análisis del balance financiero externo considerando las demandas de importaciones corrientes y de
inversiones.
• Ajuste en función de la situación de la balanza de pagos.
Contar con planes quinquenales con un elevado aseguramiento constituía una base decisiva para la
planificación anual. De tal forma, en esencia, el Plan Anual constituía la corrección para el año de las
metas contenidas en el Plan Quinquenal, a partir de evaluar las posibilidades de cumplimiento de los
compromisos externos, en ambos sentidos, y donde el elemento más restrictivo, pivote de los ajustes,
era la disponibilidad de moneda libremente convertible.
Cabe señalar que una de las mayores limitaciones de todo el proceso de planificación quinquenal era la
escasa participación de las estructuras empresariales a lo largo del mismo.
En cuanto al proceso de Coordinación de Planes Quinquenales entre los países del CAME, es
conveniente repasar brevemente sus características. El mismo se llevaba a cabo de forma multilateral
cuando los problemas eran de interés común y de forma bilateral cuando sólo eran de interés mutuo de
dos países y para concretar bilateralmente los acuerdos multilaterales.
8 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
En la Coordinación de Planes bilateral se examinaban y discutían los siguientes problemas:
• Desarrollo de la especialización y cooperación en la producción.
• Objetivos inversionistas en las distintas ramas en las que se definía la colaboración.
• Nomenclatura, volúmenes y plazos de los suministros mutuos de mercancías y servicios.
• Condiciones económicas de esos suministros (formas de financiamiento, fórmulas de fijación de
precios, y otros aspectos económicos).
• Tratamiento a los desbalances en los pagos (en el caso de Cuba, pues entre los restantes países se
suponían un equilibrio en las balanzas de pagos).
• Cuestiones de la colaboración científico-técnica.
Se culminaba con la firma de Protocolos por los dirigentes de los Organos Centrales de Planificación de
ambos países. Posteriormente, estos acuerdos se concretaban en convenios de carácter
intergubernamental que suscribían los organismos especializados competentes (Convenio Comercial,
Convenio de Precios, Convenio de Crédito Gubernamental, entre otros).
En el caso particular de Cuba, estos objetivos tenían en cuenta su grado de desarrollo económico en
relación con el resto de los países miembros y hacían énfasis en aquellos aspectos que contribuyeran a
acelerar su acercamiento al nivel de desarrollo de los restantes países.
Los Organos Centrales de Planificación en cada país eran los encargados de organizar, dirigir, ejecutar
y controlar todo el proceso de Coordinación de Planes. En cada país, todas las decisiones se tomaban
por los órganos de planificación o eran aprobadas por éstos.
El procedimiento general que se seguía en nuestro país tenía las siguientes características. La
Coordinación de Planes comenzaba regularmente dos años y medio antes del período objeto de
coordinación. Los plazos y fechas límites del proceso, así como las orientaciones básicas de carácter
general para todos los países, se establecían por el CAME mediante la adopción de un programa que
aprobaba la Sesión del Consejo.
Precedía todo este proceso un intenso trabajo interno de diagnósticos y pronósticos y de preparación
de las negociaciones propiamente.
El trabajo se desarrollaba mediante encuentros de estos grupos, los que examinaban y discutían los
diferentes temas de interés. En encuentros sucesivos se definían y precisaban las cuestiones de interés
mutuo y se descartaban las que no lo eran. En la medida en que se iban sucediendo procesos de
Coordinación de Planes, se establecían líneas de trabajo que se continuaban de un período a otro.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 9
Además de estos grupos, que pudieran denominarse ramales, se constituían grupos de carácter central,
dirigidos por Vicepresidentes de los Órganos Centrales de Planificación y en los que participaban los
organismos globales (de comercio exterior, de colaboración económica, de abastecimiento técnico-
material, de comercio interior y los Bancos Centrales). Los resultados del trabajo de los Grupos
Ramales se sintetizaban y evaluaban por el Grupo Central (también denominado Grupo Global), en el
cual se tomaban decisiones y se proponían los acuerdos finales a elevar a los Presidentes de los
Órganos Centrales de Planificación.
Todo culminaba con encuentros de los Presidentes de dichos órganos, que aprobaban las propuestas a
ellos sometidas y suscribían el Protocolo final.
En resumen, el proceso transcurría como una negociación muy intensa, cuya característica fundamental
era el elevado grado de centralización de las decisiones de los Organos de Planificación, así como el
elevado grado de detalle en la nominalización de productos a intercambiar y de inversiones a acometer,
lo cual facilitaba la posterior concertación de los acuerdos comerciales y de créditos quinquenales, así
como el aseguramiento anual de los suministros importados. Para dar una idea de los que esto
significaba, en el caso de Cuba, esta nominalización fue creciendo por quinquenios en las importaciones
corrientes como sigue (Alvarez, 1989a):
1976-1980 más de 400 renglones
1981-1985 más de 900 renglones
1986-1990 más de 1100 renglones
La Coordinación de Planes constituía una de las tareas más decisivas para el desarrollo económico del
país, ya que de lo que en ella se plasmara dependería el por ciento mayor del desarrollo económico en
el período objeto de negociación.
Como elementos críticos se le señalaban a este proceso rigidez y lentitud, no exentas de burocratismo y
de falta de una adecuada participación de los eslabones productivos primarios (empresas productoras o
consumidoras) cuyo papel era casi nulo.
Cuba desarrolló de manera cada vez más amplia las Coordinaciones de Planes de los quinquenios
1976-1980, 1981-1985 y 1986-1990. Los trabajos para el quinquenio 1991-1995 apenas se
iniciaron, pues coincidieron con todo el proceso de reestructuración del CAME, iniciado en el último
quinquenio de los ochenta, y su posterior disolución; así como con los procesos de liquidación del
socialismo en Europa Oriental y posteriormente en la URSS.
La reestructuración del CAME iniciada a finales de 1986 y que inicialmente pretendía el
perfeccionamiento de los mecanismos de la integración y de la colaboración, concebía pasar a un
"modelo intensivo de la colaboración" en que el centro de gravedad se trasladase del macronivel
(Estado, gobierno), al micronivel, al eslabón económico primario (empresas, uniones, combinados),
pues el desarrollo que se pretendía de la especialización y la cooperación entre los países miembros
suponía un contacto directo entre los productores y consecuentemente un cambio en los mecanismos,
entre ellos la planificación, pues para vincular a miles de productores no era posible utilizar los métodos
centralizados del modelo precedente (Alvarez, 1989b). Estos intentos se frustraron y el final es
conocido.
10 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
Planificación a Largo Plazo
La planificación a largo plazo, para 10, 15 o 20 años, era fundamentalmente de carácter programático y
constituía una de las formas principales de organizar la División Internacional Socialista del Trabajo,
como se ha señalado, a través de los grandes Programas Específicos de Colaboración a Largo Plazo
de carácter multilateral y de los Programas bilaterales de Colaboración a Largo Plazo.
Para preparar los planes a largo plazo era necesario un intenso trabajo previo de análisis y diagnóstico,
así como de preparación de pronósticos, con vistas a la formulación de las posiciones en las
negociaciones que debían tener lugar entre los países, bi o multilateralmente. Al interior de los países,
los trabajos de planificación a largo plazo, generalmente servían de base para los Programas de los
Partidos Comunistas, cuyo horizonte temporal, por lo general, era de 10-15 años.
Los planes a largo plazo y las directivas emanados de éstos debían servir de enmarcamiento para las
tareas de planificación quinquenal y de Coordinación de Planes. Se conformaba así un sistema de
planes integrado por los horizontes de largo, mediano y corto plazo.
En Cuba, las tareas de planificación a largo plazo, entendiendo por ello períodos mayores de 5 años, se
acometen de manera integral a partir de 1976, con la creación del Instituto de Investigaciones
Económicas (INIE), que recibió el encargo de elaborar una Estrategia de Desarrollo Económico y
Social hasta el año 2000. En este sentido la primera tarea realizada fue la elaboración de un diagnóstico
de la economía cubana, incluyendo el análisis de su evolución desde el triunfo revolucionario hasta
1975, con vista a precisar las tendencias y regularidades del desarrollo económico que pudieran influir
en la perspectiva, así como los problemas principales del pasado que debían ser resueltos en el futuro
(JUCEPLAN, 1985). Este trabajo de análisis y diagnóstico se realizó durante casi dos años y ya en
1978 se estuvo en condiciones de realizar un primer pronóstico de carácter macroeconómico hasta el
año 2000.
En efecto, durante el primer semestre de 1978 el INIE elaboró dicho pronóstico global y, a partir de
sus resultados, consideraciones preliminares acerca del desarrollo económico perspectivo, incluyendo
los objetivos y premisas de dicho desarrollo. De manera paralela se formularon principios de carácter
organizativo y metodológico, que posteriormente debían regir los trabajos desplegados de la estrategia.
Tanto estos trabajos preliminares como los de carácter metodológico fueron examinados y aprobados
en reunión conjunta del Buró Político y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros el 20 de julio de
1978, señalando con ello el inicio nacionalmente de los trabajos para la elaboración de la estrategia
(JUCEPLAN, 1985).
La Resolución Conjunta del Buró Político y del Comité Ejecutivo partía de reconocer que no obstante
todos los esfuerzos desplegados, el país no había logrado superar plenamente los problemas
económicos derivados del subdesarrollo; planteaba que la profundización ulterior de la Revolución
socialista suponía lograr el desarrollo acelerado de la economía y la realización de profundas
transformaciones económicas y sociales y que ello sólo era “posible lograrlo plenamente en los marcos
de la planificación perspectiva a largo plazo”; que “la concepción de los objetivos del desarrollo
económico-social, la determinación y fundamentación del programa de acción y de las vías de solución
de los problemas del desarrollo, conforman la esencia de una estrategia de desarrollo perspectivo
económico y social, como primera fase en la confección de un plan perspectivo a largo plazo”
(JUCEPLAN, 1978a).
La Resolución reconocía que la profundización de la integración en los marcos del CAME era un factor
decisivo del desarrollo económico perspectivo del país; también planteaba que un trabajo de tal
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 11
magnitud exigía el trabajo coordinado de todos los Organismos del Estado y asignaba a JUCEPLAN la
dirección, organización y control de la tarea, así como la responsabilidad de la síntesis (JUCEPLAN,
1978a).
Debe destacarse que los trabajos iniciados en 1978 contaron con una sólida guía conceptual y
metodológica materializada en documentos y en la asesoría a las comisiones de trabajo que acometerían
los diferentes estudios. De particular interés resultaban los aspectos relacionados con la precisión de la
descripción inicial de los problemas y del alcance de los pronósticos, así como lo referido a las
premisas de los pronósticos y la proyección de las variantes, en que se recogía lo más avanzado de las
técnicas conocidas en aquella época. 1
Los trabajos de la Estrategia atravesaron diversas etapas:
• Entre 1978 y 1980: Elaboración masiva de estudios de pronósticos específicos por 44
comisiones interministeriales creadas al efecto. Esto permitió acumular y ordenar numerosas ideas
sobre el desarrollo perspectivo y sirvieron de base para los pronunciamientos del Segundo
Congreso del PCC sobre el desarrollo hasta el 2000. Sin embargo, no fue posible lograr la
conciliación y compatibilidad interna de todos estos estudios.
• Desde 1980 hasta mediados de 1982: Etapa de integración y conciliación de los diferentes
pronósticos en un pronóstico integral, con el suficiente grado de compatibilidad interna, realismo y
factibilidad, que sirviera de base para las tareas ulteriores de planificación perspectiva
(JUCEPLAN, 1985).
• Desde mediados de 1982 a mediados de 1984: En su aspecto externo, consistió en un
despliegue de las tareas para elaborar un Esquema General del Desarrollo de Cuba con la URSS y
posteriormente un Programa de Colaboración a Largo Plazo con ese país, así como con los
restantes países del CAME. Esos Programas debían servir de base para las Coordinaciones de
Planes para 1986-1990 y años posteriores. En su aspecto interno, esta etapa comprendió la
actualización de los resultados alcanzados anteriormente y la formulación de la estrategia en los
términos institucionales de un plan perspectivo hasta el año 2000. Esa primera versión de un plan
perspectivo hasta el año 2000 fue sometida a la consideración de los niveles superiores de
dirección del país a mediados de 1984.
• Desde mediados de 1984 a finales de 1986: A partir de lo anterior, se emitieron orientaciones a
los organismos para que continuasen los trabajos de planificación perspectiva. No obstante, en el
orden práctico, los mayores esfuerzos se concentraron en la realización de la Coordinación de
Planes Quinquenales, así como en las tareas para concluir las negociaciones de los programas a
largo plazo con los países del CAME. Por otra parte, circunstancias de orden interno, ocurridas a
finales de 1984, hicieron poner también mayor énfasis en la planificación del quinquenio 1986-1990
y postergar un tanto las decisiones sobre la Estrategia, por cuanto en buena medida ella estaba
condicionada a lo que ocurriera en el quinquenio en curso y en 1986-1990. 2
1
Para conocer en detalle el contenido de las orientaciones, consúltense las “Indicaciones Metodológicas para la
elaboración de los estudios de la estrategia de desarrollo perspectivo económico y social hasta el año 2000”
emitidas por JUCEPLAN en 1978.
2
Las circunstancias a que se hace mención corresponden a la profunda revisión de las concepciones y la política
económica emprendidas a partir de las intervenciones del Cdte. en Jefe Fidel Castro en la Clausura del Fórum
Nacional de Energía y en la Asamblea Nacional del Poder Popular, a finales de 1984; así como al proceso de
rectificación de errores y tendencias negativas, iniciado en 1986. También en esos años se hizo particularmente
tensa la situación financiera en moneda libremente convertible lo cual obligó a revisar y ajustar metas
económicas. Por otra parte, en los países del CAME ya comenzaban a manifestarse síntomas de que el modelo de
relaciones iba a sufrir cambio, lo cual se evidenciaba en los resultados que se iban alcanzando en la
Coordinación de Planes.
12 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
• Desde finales de 1986 a finales de los años 80: A finales de 1986 se inició la denominada
“reestructuración” del CAME, que también influiría en las concepciones y métodos de la
planificación, aunque como se conoce, concluyó con la disolución de la agrupación pocos años más
tarde. En el orden multilateral implicó un proceso de revisión de las concepciones de la integración,
así como de los métodos para llevarla a cabo, incluyendo la planificación. En el orden interno,
transcurría el proceso de rectificación y continuaban las tensiones financieras en moneda
convertible. Todas estas circunstancias condujeron a una sustancial transformación de los trabajos
de planificación a largo plazo, que se realizaron de manera centralizada, sin despliegue por los
Organismos, y se concentraron en la evaluación de los posibles impactos de un cambio en las
condiciones externas a partir de lo que estaba sucediendo en los países socialistas, más que en la
actualización del plan perspectivo elaborado antes. Los trabajos realizados en esta época en el
INIE proporcionaron una visión integral y abarcadora de los retos que debía enfrentar la economía
cubana en los años noventa y permitieron contar con análisis para las decisiones que fue necesario
adoptar.
En el plano conceptual, como se ha señalado, la estrategia de desarrollo económico y social consistía,
en primer lugar, en la concepción de los objetivos de desarrollo económico, social y científico-técnico
del país y en la fundamentación de las políticas perspectivas en cada uno de esos órdenes; en
segundo lugar, en la determinación del programa de acción y las vías de solución de los problemas del
desarrollo. En tanto que constituía un sistema de ideas, objetivos y medidas para la transformación
consciente de la sociedad, se la consideraba una categoría de la planificación, y en particular de la
planificación perspectiva. Conceptualmente, por tanto, se reconocía que no era posible una
desvinculación entre estrategia y plan perspectivo y que la relación entre ambos se acercaba más al
vínculo dialéctico entre forma y contenido, donde la estrategia constituía la esencia del plan perspectivo
y la base sobre la cual se construía este último, que no era sino la expresión racionalmente estructurada
de los objetivos y medidas concretas (Martínez Soler, 1981).
De hecho, a mediados de los años 80 se estaba cerca de lograr un sistema estructurado de
planificación integrado por:
PLAN PROGRAMAS
ESTRATEGIA
PERSPECTIVO COLABORACION
A LARGO PLAZO
COORDINACION
PLAN DE PLANES
QUINQUENAL QUINQUENALES
PLAN
ANUAL
La idea era producir una revisión quinquenal del plan a largo plazo y el desplazamiento en 5 años de su
horizonte.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 13
La desaparición del socialismo en Europa y la disolución del CAME impidieron una consolidación de
este sistema.
Desde el punto de vista externo, la planificación a largo plazo se concretó en acuerdos de carácter
bilateral con la URSS y los restantes países del CAME, recogidos en los Programas a Largo Plazo de
Desarrollo de la Colaboración Económica y Científico-Técnica hasta el 2000 que, como se señaló
antes, tenían carácter programático y constituían el enmarcamiento o referencia para la realización de las
tareas de Coordinación de Planes. En el caso particular de la URSS, el Programa firmado en octubre
de 1984 fue actualizado a la luz del proceso de reestructuración del CAME y se elaboró un nuevo
documento programático, la “Concepción del Desarrollo de las Relaciones Económicas Exteriores
entre la República de Cuba y la URSS para 15-20 años”.
La concertación de estos acuerdos fue precedida de un activo proceso de discusiones y negociaciones
con estos países, y los resultados retroalimentaban la elaboración de la Estrategia y el Plan Perspectivo.
En particular con la URSS se discutió una Concepción General del Desarrollo Perspectivo a inicios de
los años 80, como elemento decisivo para la concreción de la Estrategia interna y paso previo para la
formulación del Programa a Largo Plazo bilateral.
En el plano multilateral, desde la entrada en el CAME, se iniciaron negociaciones para definir
programas de especialización para Cuba, que, a partir del aprovechamiento de las ventajas
comparativas existentes, crearan condiciones favorables para el desarrollo, mediante el aseguramiento
de mercados, precios, financiamiento y suministros. Luego de un largo proceso se concertaron los
convenios para el níquel, los cítricos y el azúcar, en el marco de los “Programas Específicos de
Colaboración a Largo Plazo (PECLP)”. Como se señaló antes, estos acuerdos se concretaron después
bilateralmente.
A tenor de la reestructuración del CAME emprendida en 1986, se revisó la política de colaboración
hacia los países más atrasados (Viet Nam, Cuba y Mongolia), constatándose la lenta incorporación de
éstos a la integración y consecuentemente, el retraso en el proceso de acercamiento a los niveles de
desarrollo del resto de los países. De tal forma, en la nueva “Concepción Colectiva de la División
Internacional Socialista del Trabajo” se recogieron formulaciones para acelerar el desarrollo de aquellos
países y vinculado con ello, se elaboraron los “Programas Especiales Integrales de Colaboración
Multilateral de los países europeos miembros del CAME con Vietnam, Cuba y Mongolia”, que
contenían las medidas priorizadas de colaboración con los mismos. El programa de Cuba fue firmado
en 1988 y por las razones conocidas no tuvo vigencia.
Un último aspecto que resulta importante señalar, relacionado con la planificación a largo plazo, es el
referido a los trabajos del Esquema General Integral de Desarrollo del Transporte, realizados con la
colaboración del Instituto de Problemas Integrales del Transporte, adjunto al GOSPLAN de la URSS,
que fueron iniciados en fecha tan temprana como 1972 y se prolongaron durante más de 15 años,
proporcionando una importante formación de especialistas y una valiosa base metodológica y analítica
en esta esfera.
LA PLANIFICACIÓN A MEDIANO Y LARGO PLAZO EN LOS NOVENTA
Con la desaparición del CAME hay un conjunto de impactos que inciden directamente en las
condiciones de la planificación, es decir, en todo el entorno que hacía posible planificar. Los principales
son:
14 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
• Pérdida de las condiciones externas que sustentaban los planes (mercados exportación, precios,
suministros importados, créditos).
• Profunda crisis económica; descenso continuado de niveles de actividad hasta 1993 impedía lograr
un aseguramiento estable de los planes anuales. Hubo que crear mecanismos operativos que
posibilitaran actuar con rapidez frente a la difícil coyuntura diaria.
• Cambios en la política económica interna y en los mecanismos de funcionamiento de la economía.
En esas condiciones, necesariamente hubo que concentrarse en la solución de los problemas más
inminentes y postergar por un tiempo la visión de largo plazo. Para algunos, parecía que era casi
imposible ante un entorno difícil y hostil, en condiciones de elevada incertidumbre, elaborar previsiones
sobre el futuro.
Con la evolución de las transformaciones económicas puestas en marcha desde inicios de los años 90,
pero más aceleradamente desde 1993, se hicieron evidentes un conjunto de factores de cambio en la
planificación en general, que pueden enumerarse como sigue:
• Aumento de los márgenes de incertidumbre.
• Cambios en las relaciones de propiedad: Aparición de nuevas formas de propiedad y nuevos
actores económicos (empresas mixtas, UBPC, trabajadores por cuenta propia).
• Modificación a la forma de ejercer el monopolio del comercio exterior; descentralización de la
gestión económica externa.
• Reestructuración de los OACE (nuevas estructuras y funciones); mayor autonomía empresarial.
• Modificación de las formas de propiedad estatal (nuevos tipos de empresas estatales, como las
corporaciones y otras).
• Surgimiento de esquemas de autofinanciamiento en divisas (posteriormente ampliados
paulatinamente y que evolucionaron hacia los Presupuestos de Ingresos y Gastos en Divisas), ante
la inviabilidad del sistema de balances materiales por falta de sustentabilidad financiera. Cambios en
la forma de operar los recursos (son los consumidores los que reciben el recurso y no los
productores; esto implica que lo pueden emplear donde sea más eficiente y por tanto obliga a
mayor competitividad en los productores nacionales).
• Diferente correlación plan-mercado: ampliación de las relaciones mercantiles (mercado
agropecuario, mercados industriales, mercado de trabajadores por cuenta propia).
• Legalización de la tenencia y circulación de divisas; vía de acceso a ingresos no vinculada al trabajo
(remesas); creación de mercados en divisas; funcionamiento de economía monetaria dual.
• Proceso de saneamiento financiero interno: modifica formas de gestión, de distribución y de
consumo.
Según se fueron enfrentando estos cambios, que como es lógico, comenzaron por el Plan Anual, se hizo
evidente la necesidad de trabajar con un horizonte temporal a mediano plazo ante la insuficiencia de los
planes anuales. La visión a mediano plazo se necesitaba para “sustentar la toma de decisiones en
términos de estrategia, de política económica y de sistema de dirección” (Rodríguez, 1996).
Antes, se decía que era posible hacer el Plan Quinquenal porque había un alto aseguramiento externo;
ahora, precisamente por haber desaparecido aquellas condiciones, se hace necesaria la visión de futuro
para la toma de las decisiones señaladas (González, 1996).
En las nuevas condiciones es muy importante el cambio de enfoque para acometer los trabajos de
mediano y largo plazo; de tal forma, las premisas en que se asienta la planificación para dicho horizonte
temporal pueden resumirse en:
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 15
Escenario: Conjunto formado por la descripción de una situación futura y de la trayectoria de eventos
que permiten pasar de la situación inicial a la futura.
Plan: Conjunto de proyecciones compatibles que cuentan con los medios y las vías para su
cumplimiento con un alto grado de probabilidad.
Es obvia la diferencia entre un Escenario y un Plan. También es evidente que el método de escenarios
resulta apropiado en las condiciones en que se desenvuelve la economía cubana.
El esquema general de la metodología de escenarios puede describirse como sigue:
• Se parte de identificar el sistema integrado por el fenómeno a proyectar y su entorno; hay
interacción de ambos, por lo cual siempre se examinará en los dos ámbitos.
• Fase 1: Diagnóstico: Análisis de las tendencias, los potenciales, los límites y restricciones, los
aspectos económico-financieros, realización de comparaciones internacionales (no ver el fenómeno
únicamente en su propia evolución, es importante evaluar cómo se compara con otros), identificar
los actores y establecer su comportamiento, precisar dónde estarían los gérmenes de cambio.
• Fase 2: Análisis estructural: Delimitar el sistema, identificar las variables estratégicas y
determinar los vínculos entre ellas, con vistas a la estructuración y modelación del fenómeno.
• Fase 3: Proyección: Considerar para las variables (internas y externas) el comportamiento según
tendencias inerciales, introducir cambios y nuevas tendencias; examinar la viabilidad financiera de
las proyecciones, calcular las proyecciones de las variables.
• Fase 4: Estrategias: Considerar la interacción del fenómeno, su entorno y los actores asociados
para la definición de las estrategias más apropiadas.
• Fase 5: Escenarios integrales: Definición de los objetivos, así como de las políticas y acciones
para alcanzarlos.
Es importante destacar cómo los nuevos enfoques dan participación en la elaboración de los escenarios
al ámbito empresarial, al partir en muchos casos de los "planes de negocios" que las empresas han ido
introduciendo en su funcionamiento bajo las nuevas condiciones de concurrencia. Y es que los actuales
principios son perfectamente utilizables por las empresas, las cuales cada día más tienen que trabajar en
condiciones que exigen un mayor sentido estratégico en sus acciones, con vistas a ganar y sostener
competitividad. Asimismo, estos principios de trabajo convocan la participación de expertos de
diferentes procedencias, que enriquezcan los enfoques estratégicos.
A partir de estas concepciones, desde 1993 se reiniciaron los trabajos en la visión de mediano plazo en
Cuba. En 1994 se concluyó un primer estudio, realizado de manera muy centralizada en el INIE, y sin
un despliegue exhaustivo del método de escenarios, el cual ofreció un conjunto de propuestas de
soluciones a los graves problemas que entonces se enfrentaban y constituyó una vía apropiada para
informar a los niveles superiores de los impactos y modificaciones previsibles y necesarias.
Posteriormente, a mediados de 1996 se comenzó a trabajar una visión de mediano plazo hasta el año
2000, denominada "Escenarios Económicos y Sociales hasta el 2000", cuyos objetivos eran:
• Definir el marco general en que se movería la economía cubana hasta el 2000 y en algunos casos
hasta el 2005.
• Proponer los objetivos, las políticas y los cambios organizativos necesarios para el mayor logro en
la reactivación y desarrollo de la economía.
• Determinar estrategias para distintas situaciones posibles del entorno.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 17
Para este trabajo, se definió que cada Escenario a construir representaría una posible trayectoria de la
economía, y que desde un punto de vista práctico, para acotar la gran diversidad que pudiera surgir, se
elaborarían dos escenarios:
• Tendencial: Refleja lo que ocurriría de mantenerse las tendencias actuales.
• Activo: Considera todo lo que haría falta para llegar a la situación deseada. Toma en cuenta la
coherencia de las soluciones y las medidas complementarias que puedan requerirse.
Para llevar a cabo el trabajo se constituyeron por el Ministerio de Economía y Planificación 18 grupos
de trabajo, cada uno correspondiente a un problema estratégico, e integrados por más de 300 expertos
de Organismos, empresas, centros de investigación y académicos, quienes laboraron durante la segunda
mitad de 1996 y parte de 1997. Las tareas de síntesis y análisis globales concluyeron a mediados de
1997 y proporcionaron importantes elementos para la elaboración de la Resolución Económica
aprobada en el V Congreso del Partido, en octubre del propio año.
Al propio tiempo, estos trabajos constituyeron el marco de referencia para la elaboración de los planes
anuales, efectuándose una actualización a inicios de 1998 con vistas a las tareas del plan 1999 y
posteriormente del 2000.
Desde el segundo semestre de 1999 se abrió una nueva etapa de actualización de los Escenarios, esta
vez extendiendo el horizonte temporal para abarcar hasta el 2005 y en algunos casos específicos, dada
su naturaleza, hasta el 2010.
Estos trabajos transitaron por una fase a nivel central del Ministerio de Economía y Planificación
durante 1999, priorizando el examen de la situación financiera externa y sus implicaciones
macroeconómicas, a partir de los elementos de algunas actualizaciones de las proyecciones existentes
en esos momentos. Los resultados obtenidos fueron examinados a finales de noviembre de ese año por
la dirección superior del Gobierno (Comisión de Central de Divisas) y se impartieron importantes
indicaciones para la continuación de los trabajos, a partir de lo cual se abrió una nueva etapa.
18 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio – Septiembre 2000
En esta etapa, se recogieron los resultados de las proyecciones de los principales Organismos de la
Administración Central del Estado para el período 2001-2005. Tuvo lugar un análisis de estas
proyecciones al más alto nivel entre los jefes de los Organismos y la dirección del MEP. A partir de
estos trabajos, a nivel central en el MEP, se efectuó un primer análisis global con énfasis en la situación
financiera externa y en los escenarios macroeconómicos. Este análisis, concluido en junio deberá ser
examinado por los niveles superiores del Gobierno, con vistas a impartir orientaciones ulteriores.
Otra importante característica de la etapa actual de la planificación perspectiva se derivó también de las
orientaciones impartidas a finales de noviembre de 1999 por la Comisión Central de Divisas. En esa
ocasión se orientó elaborar un conjunto de Programas que tuvieran como objetivo estratégico
fundamental, precisar los resultados a alcanzar, a partir de los recursos y condiciones existentes, en las
principales actividades del país generadoras de ingresos en divisas y que sustituyan importaciones, a fin
de enfrentar el principal obstáculo para alcanzar la recuperación de la economía, que es el creciente
desbalance financiero externo.
Según se recoge en la Resolución emitida por el Ministro de Economía y Planificación el 5 de abril del
2000 los Programas se basan en los siguientes principios:
1. Los Programas tienen como objetivo, coordinar y controlar al más alto nivel de Gobierno, aquellas
actividades que resultan determinantes para un avance progresivo hacia la solución en el mediano
plazo de los problemas fundamentales de la economía, en primer término el desbalance financiero
externo, y de este modo propiciar una trayectoria de desarrollo estable y sostenida.
2. El propósito de los Programas es garantizar que los organismos responsables les brinden la debida
prioridad y adopten todas las medidas necesarias para garantizar su cumplimiento. Al formular los
Programas, se debe precisar la fuente de recursos para su desarrollo. El Programa determinará
los objetivos a alcanzar a mediano plazo y para cada año y brindará el marco más adecuado para la
aprobación de las políticas y acciones requeridas, con vistas a alcanzar los mismos.
3. Los Programas deben ser concebidos de forma dinámica y para ello deben garantizarse las medidas
para la actualización periódica, tanto de la situación del conjunto de la economía, como de las
soluciones que debe aportar cada Programa. Esta actualización incluye la necesidad de ajustar los
gastos de acuerdo a los resultados obtenidos, y evitar que la revisión de un proyecto se convierta
en la ocasión para incorporar el sobregasto a los presupuestos y extender los plazos de
cumplimiento de los objetivos trazados.
Se definieron 13 programas a elaborar:
Ramales
• Azúcar y derivados
• Turismo
• Ganadería vacuna (leche y carne)
• Arroz
• Frijoles
• Tabaco
• Níquel
• Energía
• Industria farmacéutica y biotecnología
• Ministerio Industria Pesquera
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 19
Globales
• Desarrollo de fuentes de financiamiento externo e interno en moneda libremente convertible
• Actualización del programa existente sobre la renegociación de la deuda externa
• Reestructuración de la deuda respaldada con azúcar
La aprobación de su contenido final corresponde al Consejo de Ministros y la entrada en vigor será en
la fecha y forma que deberá acordarse con el Ministerio de Economía y Planificación. Una cuestión
significativa es que quedó definido que los Organismos podrán proponer la elaboración de nuevos
programas en cualquier momento que ello resulte necesario, lo cual brinda gran flexibilidad a esta
importante tarea.
En adición a lo antes expuesto, que está referido a toda la economía nacional, cabe mencionar que los
nuevos enfoques de prospectiva y escenarios han tenido también aplicaciones a aspectos específicos
tales como:
• Escenarios sobre la evolución del Bloqueo y las relaciones Cuba-Estados Unidos, realizado en
1993.
• Planeamiento urbano: Aplicación a la estrategia de desarrollo de la Ciudad de La Habana; realizado
durante 1995 y 1996.
• Desarrollo regional: Elaboración de una visión estratégica del desarrollo de la Provincia de Sancti
Spiritus.
• Desarrollo sectorial: Elaboración de una visión estratégica de la agroindustria azucarera cubana
hasta el 2010.
Como puede observarse de todo lo antes expuesto, las nuevas condiciones van encontrando nuevos
métodos para lograr mantener una visión planificada de la economía a mediano y largo plazo que
posibilite conducir el país por la senda del desarrollo.
LOS RETOS
Sólo con el propósito de provocar el debate en torno al tema, se enumeran a continuación los que a
criterio de la autora, son más significativos:
Hasta aquí las reflexiones, en la esperanza de que contribuyan al debate sobre este trascendente tema
para nuestra economía.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Alvarez, Elena (1989a): "Problemas actuales que presenta la Coordinación de Planes en los
marcos del CAME", INIE, mimeo.
Alvarez, Elena (1989b): "Hacia un nuevo modelo de colaboración en los marcos del CAME", INIE,
mimeo.
Alvarez, Elena (1995): "La apertura externa cubana", Cuba: Investigación Económica, La Habana,
año 1, No. 1.
González, Alfredo (1996): Notas de conferencia impartida en el Seminario sobre los Escenarios
Económicos y Sociales hasta el 2000. 14 de junio de 1996.
Martínez Soler, Francisco (1981): “Hacia una estrategia de desarrollo económico y social de Cuba
hasta el año 2000”, Cuestiones de la Economía Planificada, La Habana, No. 8.
La planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate/ 21
Rodríguez, José Luis (1996): “Escenarios Económicos y Sociales hasta el año 2000”, Temas de
Economía y Planificación, La Habana, No. 2.
Rodríguez, José Luis (2000): "40 años de Planificación en Cuba", entrevista en "El Economista de
Cuba", enero-febrero.
La prospectiva estratégica y la planificación territorial en la provincia / 1
LA PROSPECTIVA ESTRATÉGICA Y LA
PLANIFICACIÓN TERRITORIAL EN LA PROVINCIA
Una propuesta metodológica
OBJETIVO DE LA PROPUESTA
La planificación territorial ha adolecido en nuestro país de una serie de insuficiencias, algunas de ellas
relacionadas con el propio modelo de planificación adoptado, en el que se ha favorecido el enfoque
institucional y ramal sobre el territorial.
Destacan, en estos momentos, las siguientes:
• la ausencia de horizontes perspectivos del plan, dado que el plazo anual resulta insuficiente para
lograr objetivos básicos de la planificación territorial así como para una adecuada coordinación con
la planificación física. La planificación territorial se restringe actualmente, en la mayoría de los casos,
a la mera administración cotidiana de recursos (en particular, combustible y alimentos) sin producir
trabajos ni visiones estratégicas de mayor alcance.
• una considerable fragmentación institucional y ramal, que limita el imprescindible enfoque
integral del territorio y la articulación “horizontal” de su desarrollo en lo referido a la integralidad del
proceso inversionista, el balance de los recursos, la protección del medio ambiente o la situación del
empleo. Por ejemplo, en el marco de la planificación territorial raramente se elaboran trabajos
previos (pre-plan) de balance de los recursos fundamentales del territorio, como la tierra, el agua,
los recursos laborales, minerales, forestales o turísticos.
2 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1998
• el grado de incertidumbre en cuanto al futuro del marco de planificación (precios internacionales,
mercados, tecnologías, financiamiento, formas organizativas, etc.) y de recursos disponibles para el
desarrollo territorial.
El enfoque, los métodos y las técnicas que pueden aportar la prospectiva y la planificación estratégica
resultan idóneos para encauzar la superación de las limitaciones mencionadas. Un enfoque prospectivo
del entorno (nacional e internacional) y, en particular, el desarrollo de un trabajo de escenarios
alternativos ayudará sin duda a reducir el nivel de incertidumbre existente sobre el futuro. Por su parte,
la planificación estratégica insiste en una visión integral del desarrollo e incluye naturalmente una imagen
del mediano y largo plazo. La propuesta consiste, por lo tanto, en ensayar la aplicación de la
prospectiva estratégica a la planificación del desarrollo socioeconómico de la provincia en nuestras
condiciones1.
Por otra parte, el nivel de centralización del sistema de planificación ha circunscrito el papel de la
planificación territorial al desglose local de los planes nacionales y la planificación de las entidades de
“subordinación local”. Solo en algunas ocasiones se han desarrollado análisis del impacto territorial de
las inversiones para la identificación de las ni ducidas con vistas a su inclusión en el plan, así como
balances locales de demanda de algún recurso (suelo, agua, fuerza de trabajo...). Se pretende orientar
esta propuesta hacia la identificación y aprovechamiento de los recursos locales y la promoción y
organización de la cooperación local con vistas a promover un desarrollo local autosustentable en la
mayor medida posible (García Pleyán, 1997).
ALCANCE DE LA PROPUESTA
Parece oportuno calibrar el alcance de la propuesta con el fin de no crear falsas expectativas. Si bien es
verdad que, en el contexto de un mundo cada vez mas globalizado, el crecimiento económico de un
territorio tiende a ser cada vez mas exógenamente determinado, no es menos cierto que, en ese mismo
contexto, su desarrollo debe ser el resultado de esfuerzos endógenos. El crecimiento económico es
condición del desarrollo pero las condiciones generadoras del desarrollo también son condiciones que
impulsan el crecimiento (Boisier, 1997).
1
Existe ya una experiencia terminada en el primer semestre de 1998, en la provincia de Sancti Spiritus.
La prospectiva estratégica y la planificación territorial en la provincia / 3
• la existencia, identificación y capacidad de manejo de recursos materiales locales (naturales: agua,
suelo, paisaje), financieros, de equipo, inmobiliarios, etc.
Es obvio que no todas estas condiciones están dadas en la actualidad. Pero ello no es razón para
esperar su aparición, sino para contribuir a su creación. Existen elementos fragmentarios en cada uno de
los factores mencionados. El planeamiento territorial en la provincia y los municipios solo podrá proveer
mejores condiciones para el diseño local de una estrategia y para la identificación de los recursos
locales disponibles, pero es imprescindible definir una política territorial nacional, ir modificando
paulatinamente la mentalidad del “funcionariado” local -todavía propenso a esperar que “bajen” las
orientaciones y los recursos-, e incrementar en alguna medida la capacidad de manejo de recursos de
inversión de los gobiernos locales.
Dado su explícito carácter todavía experimental, se ensayarán soluciones a algunos temas complejos
como son la articulación de la estrategia local territorial con las estrategias ramales nacionales, la
participación de los municipios en la determinación de las ideas estratégicas, el adecuado balance entre
centralización y descentralización de las decisiones y la gestión de los recursos, la búsqueda y examen
de respuestas y soluciones a la dependencia de los territorios del nivel central y las vías para
incrementar la utilización de los recursos locales (naturales, humanos, organizativos, etc.) y, con ello, su
autosustentabilidad.
Pero el énfasis principal se centrará en los temas estratégicos (cuellos de botella decisivos, umbrales
importantes, gérmenes de cambio, factores clave del desarrollo, nichos estratégicos, etc.).
Es importante también aclarar que una estrategia no se limita al enunciado de una serie de objetivos o
metas estratégicas a alcanzar, sino que debe proponer también las trayectorias o líneas estratégicas
que deben llevar a la consecución de dichos objetivos. Demasiado a menudo un plan se ha limitado a
convertirse en una suma de metas -expresadas simplemente como buenos deseos- sin que en ningún
4 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1998
lugar se señale no solo el “qué” sino el “cómo”. En ese sentido quizás sea oportuno fijar algunos
conceptos (Quinn, 1994).
“Una estrategia integra las principales metas y políticas de una organización y, a la vez, establece la
secuencia coherente de las acciones a realizar.
• “Las metas y objetivos establecen qué es lo que se va a lograr y cuándo serán alcanzados los
resultados, pero no establecen cómo serán logrados.
• “Las políticas son reglas o guías que expresan los límites dentro de los que debe ocurrir la acción.
• “Los programas especifican la secuencia de las acciones necesarias para alcanzar los principales
objetivos.
Por lo tanto, la estrategia que se proponga deberá identificar no solo los objetivos estratégicos a
alcanzar, sino también definir los programas de acciones que concreten las trayectorias a seguir para
alcanzar dichos objetivos. Las acciones deben estar expresadas en una secuencia ordenada y
jerarquizada, como resultados finales y no como “actividades”, y las tareas deben tener definidos los
agentes responsables y su fecha de cumplimiento, deben ser cuantificables y tener definidos claramente
unos criterios de control de su cumplimiento de cara al monitoreo.
“Las tácticas (en contraposición a las estrategias) son los realineamientos de corta duración, son
ajustables y asumen la acción y la interacción con los cambios del entorno para lograr metas
específicas en momentos específicos. La estrategia define una base continua para enfocar esos ajustes
hacia propósitos más ampliamente concebidos.” (En ese sentido los planes anuales podrían ser
concebidos como elementos tácticos de la estrategia de desarrollo).
La idea que se propone es la de elaborar las estrategias provinciales en tiempos cortos (alrededor de un
semestre) dada la preparación técnica que, en general, tienen los profesionales y el nivel alcanzado en
trabajos previos. Para ello se plantea la organización de tres equipos con características diferentes:
El breve tiempo de trabajo se basa en la idea de que (salvo excepción ineludible) no debiera iniciarse
ninguna investigación o estudio nuevo, sino que de lo que se trata es de razonar, organizar y generar
ideas con el nivel de información y análisis disponible. Existe en los diversos organismos locales un nivel
importante de información, estudios y análisis ya realizados y, sobre todo, un considerable cúmulo de
experiencia, conocimiento y criterio en las mentes de los especialistas. Es por ello que se considera más
importante la calidad de la información, de los análisis y sobre todo, de los planificadores, que la
cantidad. Los que integren el equipo ejecutor deberán ser profesionales con capacidad de síntesis y
sobre todo de generación de ideas. Deberán tener presente que no se tratará de elaborar más o menos
mecánicamente un plan anual para “subirlo” al nivel nacional, sino de la gestación local de un grupo de
ideas que dirijan -una vez integradas en la estrategia nacional- los esfuerzos de desarrollo provincial en
los próximos años.
La prospectiva estratégica y la planificación territorial en la provincia / 5
El estilo de trabajo debe ser ágil y eficiente y consistirá la mayoría del tiempo en sesiones de debate
donde habrá quien presente la información disponible, quien defina con precisión el objetivo de las
mismas, quien conduzca los debates y quien anote y resuma los acuerdos. Deben ser, por tanto,
personas con capacidad de trabajar en equipo. En algunas fases de trabajo, y con la idea de acelerarlo,
se propone la posibilidad de formar subgrupos que se distribuyan las tareas que puedan desarrollarse
en paralelo para consensuar colectivamente los resultados al final. Es por ello que se piensa en un grupo
de 10 a 20 personas y se intenta evitar los megatrabajos con decenas de comisiones, docenas de
informes, centenares de páginas, miles de reuniones y escasas ideas.
El concepto es que el grupo ejecutivo sea el que genere la mayoría de las ideas que luego se
presentarán al grupo consultor para que las examine, debata, critique, enriquezca y apruebe. Este
grupo consultor (más numeroso y con participación a tiempo parcial) deberá estar compuesto en su
mayoría por representantes de las instancias (organismos, empresas, instituciones, órganos…) con
capacidad de decisión y dirección ya que más tarde tendrán bajo su responsabilidad la puesta en
práctica de la estrategia. Deben, por lo tanto, entenderla, asumirla, defenderla y considerarla como algo
propio.
El grupo asesor expondrá en un seminario inicial los objetivos y métodos de trabajo, colaborará -in
situ- con los grupos locales en la revisión y síntesis de cada fase, así como en la preparación
metodológica de la siguiente, y estará abierto a cualquier consulta o duda que aparezca sobre la marcha
de trabajo.
2
DIAGNOSTICO
(análisis interno)
3 4
PROSPECTIVA OBJETIVOS
(análisis del entorno) (misión)
5
PLAN ESTRATÉGICO (líneas estratégicas y programas)
6
PLAN OPERATIVO (acciones y tareas)
7
EJECUCIÓN, MONITOREO, EVALUACIÓN
6 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1998
ASPECTOS METODOLÓGICOS
• definir el alcance del trabajo (horizonte temporal, ámbito territorial, participación o no de las
instancias municipales, selección de temas priorizados, diferenciación de lo estratégico de lo
operativo...).
• coordinar institucionalmente el trabajo (tanto vertical -con la nación y los municipios-, como
horizontalmente -con los distintos organismos, instituciones o personas que vayan a colaborar-);
• conformar en la provincia los equipos ejecutor y consultor seleccionando cuidadosamente los
componentes;
• impartir por parte del grupo asesor un seminario general a los ejecutores y consultores y un
seminario más específicamente metodológico al equipo ejecutor;
• recopilar y evaluar cuanta información, trabajo y estudio pueda ser útil a las tareas del plan;
• programación en tiempo de las fases del trabajo.
La Fase 2 desarrolla el diagnóstico del territorio para poder elaborar la prospectiva estratégica sobre
bases sólidas. Se desarrollan diversos aspectos, por lo que es factible la organización de varios
subgrupos que trabajen en paralelo.
Podrá resultar de interés clasificar, tanto las fortalezas y debilidades como las tendencias, en dos
grupos: aquellas que pueden ser “operadas” internamente en la provincia (y que serán objeto de
acciones provinciales) y aquellas de manejo nacional (y que constituirán únicamente recomendaciones a
ese nivel para que sean objeto de decisiones y políticas nacionales).
Será importante, igualmente, “territorializar” los análisis puesto que habitualmente no constituyen
realidades homogéneas las zonas de montaña, las del llano, la capital provincial, etc.
La Fase 3 iniciará el trabajo prospectivo. Este estará dirigido a identificar el contexto perspectivo (el
entorno, el marco socioeconómico) en el que deberá ser formulado y ejecutado el plan. La forma en
que se propone explorar un futuro desconocido, incierto y difícilmente previsible es la de elaborar
distintos escenarios y evaluar las amenazas y oportunidades que comporta cada uno para prepararse y
actuar en consecuencia.
El estudio se abrirá con la selección de los factores clave que se considere que van a determinar el
futuro de la provincia (para lo que se puede utilizar el análisis estructural así como el MICMAC), se
desarrollan las posibles configuraciones (o estados) que pueda adoptar cada factor en la perspectiva
(por medio de un análisis morfológico) y se construyen -mediante combinaciones coherentes- los
escenarios de futuro (Godet, 1993).
Entre los factores clave pueden hallarse tanto variables internas como externas y estas últimas pueden
referirse al entorno nacional (extra-provincial) o al internacional. Se entiende por factores clave aquellos
aspectos estratégicos con los que pueden superarse cuellos de botella decisivos o desatar procesos en
cadena de efectos multiplicativos. Aquí podrán generarse también varios subgrupos de trabajo (para
elaborar escenarios de tipo tendencial -”qué pasaría si las tendencias actuales se mantuvieran”-, activo -
“combinación de configuraciones que adoptaría un escenario deseado”-, inconveniente -“combinación
de configuraciones no deseadas o negativas”-. Una vez conformados, se llevará a cabo la evaluación de
cada uno de ellos, identificando las amenazas y las oportunidades que aportarían a la provincia y a sus
posibilidades de desarrollo y se iniciará la sugerencia de ideas para la acción.
8 / Cuba: Investigación Económica No. 3 Julio-Septiembre 1998
La Fase 4 estará dirigida a establecer claramente el modelo de desarrollo a adoptar, es decir, las
premisas y los objetivos que se propone la provincia. Ello implica el análisis y evaluación de las
directivas emanadas de estrategias nacionales pero también, y sobre todo, la elaboración de los
objetivos locales de desarrollo. Por lo tanto, supone identificar objetivos para:
• resolver problemas detectados (objetivos reactivos para superar las debilidades y aprovechar las
fortalezas identificadas en el diagnóstico),
• prevenir situaciones (objetivos preventivos para poder aprovechar las oportunidades y evitar o
atenuar las amenazas identificadas en el análisis prospectivo)
• y objetivos políticos a alcanzar (proactivos: eficiencia, equidad, sustentabilidad, etc.)
Este conjunto de metas, objetivos y premisas deberán organizarse en una política coherente de
desarrollo provincial y podrán ser expresados en una “misión” o en varios objetivos estratégicos.
La Fase 5, en función de los análisis detectados, de los escenarios previstos y de los objetivos
propuestos, elaborará las líneas estratégicas de desarrollo de la provincia.
Es importante aclarar el significado con que se utilizan los términos en el árbol de pertinencia de modo
de no crear confusiones. La Misión está constituida por el conjunto de metas u objetivos de máximo
alcance y prioridad. Puede desglosarse, por lo tanto, en objetivos específicos, entendiendo por ellos,
aquellos estados o situaciones que se pretende alcanzar. Las Líneas estratégicas son los ejes o
trayectorias que hay que recorrer, o decisiones estratégicas que hay que adoptar para alcanzar los
objetivos estratégicos o cumplir con la misión. Los Programas son los conjuntos de acciones que
permiten implementar o instrumentar la ejecución de un programa. Las Acciones están constituidas por
actuaciones u operaciones que pueden ser inversiones, medidas, proyectos o regulaciones que
permiten hacer realidad los programas planteados. Las Tareas son los elementos mínimos de
programación ejecutiva (deben expresar responsable, fecha, etc.)
Además del conjunto de líneas estratégicas y programas, que constituirán la columna vertebral del
enfoque estratégico de la provincia, se emitirán igualmente una serie de recomendaciones tanto para el
nivel nacional como para los niveles municipales en aquellos aspectos que sean de su incumbencia.
Ya se aclaró que una estrategia no consiste sólo de su imagen final, sino que debe precisar su proceso
de implantación y desarrollo, por lo que será necesario evaluar los programas y acciones que se hayan
definido en función de diversos criterios que provean una organización en el tiempo o por prioridades.
Para ello será conveniente tomar en cuenta aspectos como los siguientes:
CONCLUSIONES
En síntesis, se trata de organizar e instrumentar un proceso de trabajo que permita construir una visión
integral del desarrollo territorial a mediano y largo plazo con el fin de hallar reservas y soluciones locales
para el incremento de la eficiencia, asegurar la equidad en el desarrollo territorial, garantizar la
coherencia territorial de los planes ramales y promover un desarrollo local autosustentable.
Está claro, sin embargo, el alcance limitado de cualquier propuesta metodológica que no sea asumida y
apropiada por un gobierno local con capacidad de manejo de sus recursos, así como que no quede
insertada y articulada en una política territorial nacional. Es por ello que el presente ensayo constituye
también un llamado a ir reforzando el marco, no solo metodológico, sino político, institucional, jurídico y
económico que permita a las comunidades locales una mayor apropiación de su propio destino.
BIBLIOGRAFÍA
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Quinn, James B. (1994): “Estrategias para el cambio”, en Mintzberg y Quinn: El proceso estratégico,
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PLANIFICACIÓN
EMPRESARIAL
4
Lic. Julio Vázquez Roque
Vice ministro del Ministerio de Economía y Planificación
“Planificación empresarial”
Texto docente. CEEP, 2006
460
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PLANIFICACIÓN TERRITORIAL
PLANIFICACIÓN EMPRESARIAL
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