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UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO

EL CONTRATO DE MANDATO

¿EL CONTRATO DE MANADATO TIENE


SU ORIGEN EN EL DERECHO ROMANO?

DIRECTOR DEL PROYECTO


DRA CLAUDIA SALCEDO

AUXILIAR DE INVESTIGACION
LUZ MARITZA ROJAS BENAVIDES
CC.52826129
ID:283423

BOGOTA 2015
INFORME FINAL

LUZ MARITZA ROJAS BENAVIDES


CC.52826129
ID:283423
TABLA DE CONTENIDO

I- Procesos de planeación

II- Procesos de investigación

III- Proceso de Artículo Científico

IV- Proceso de retroalimentación


PRIMER PROCESO

PROCESO DE PLANEACIÓN
I. PROCESO DE PLANEACIÓN:

 La vinculación al proceso como auxiliar de investigación, se da, mediante una

convocatoria realizada por la Dra. Claudia Patricia Salcedo, en el primer semestre del

2014, debido a que para la época presenciaba la cátedra de contratos; fue allí donde se dio

inicio a la vinculación de dicha investigación.

 Teniendo esto claro, la Dra. Claudia patricia salcedo, en compañía de la Catalina Franco,

trabajan muy de la mano con el grupo investigador el cual la cuales muy cordial y

atentamente resolvían nuestros preguntas y cuestionamientos , pues ella siempre

estuvieron muy pendientes y al tanto para nuestra investigación, de la misma manera se

usaron, también medios digitales para tal apoyo

 Se establece un requisito, como parte del ingreso al grupo de investigación, el cual

consiste en la elaboración de un artículo donde se expongan variantes y conceptos

personales acerca del tema principal de la investigación, recibiendo posterior

confirmación y aprobación del mencionado artículo y dándonos la bienvenida al grupo de

investigación.

 Con la Dra. Claudia patricia Salcedo, y la Doctora Catalina Franco se realizaron distintas

sesiones de información y aprendizaje, donde se dio paso a la comprensión y el

afianzamiento en determinados temas y términos concernientes al tema central del

proyecto “El contrato de Mandato”, el cual fue asignado uniformemente a cada estudiante

miembro del grupo.


 Pasado este afianzamiento en el tema de la investigación, la Dra. .Claudia programo

diferentes encuentros, destinados a la pedagogía y a las etapas del proceso, como las

establece el CIFAD en su distinta normatividad.

 Al transcurrir un determinado periodo de tiempo y de presentar de manera oportuna y

atenta las dos primeras entregas:

1. Recolección de información.

2. Análisis de información, se procede con la respectiva suscripción del contrato, en el cual

se establecen ciertos lineamentos para el nuevo investigador, se vincula de manera formal

a la investigación, adquiriendo un mayor grado de responsabilidad para con la institución

(UCC) y para consigo mismo.

 De esta manera se da inicio a la redacción del artículo de índole investigativo, el cual

conste del material previamente analizado, asignando como codirector del proyecto a la

Dra, Catalina Franco, la cual muy amable y oportunamente hace las diferentes y

respectivas correcciones, señalando las distintas fechas para la entrega de las mismas.

 Ya estando el articulo completamente avalado por la Dra. Claudia Salcedo, se procede a

la elaboración de este informe, el cual servirá de base para la información de este

proyecto de índole investigativa.


SEGUNDO PROCESO

PROCESO DE INVESTIGACIÓN
II. PROCESO DE INVESTIGACIÓN:

II.I. PRIMERA ETAPA: RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN: a. Esta primera etapa

inicia a través de unos parámetros estipulados por el director del proyecto de investigación, el

cual solicita a cada estudiante todo un compendio o acervo bibliográfico que conste de un

máximo de 50 Bibliografías, las cuales por supuesto deberán ir relacionadas con el tema eje del

proyecto. “ El contrato de mandato romano y su evolución histórica”

Al solicitar dicho acervo bibliográfico, se les encomienda a los investigadores la tarea de asistir a

las distintas bibliotecas distritales de la ciudad de Bogotá recolectando la información solicitada.

También para mayor comodidad y acceso a mas información, se asiste a diversas tutorías en la

biblioteca central de la Universidad Cooperativa de Colombia, encaminadas al aprendizaje del

estudiante y al manejo de la plataforma nacional de Bibliotecas, que ofrecen mayor variedad de

títulos al alcance de la comunidad estudiantil cooperativista.

Seguido de ello a cada estudiante le es asignado un usuario y con su respectiva contraseña, para

que desde cualquier tipo de conexión a Internet, logre satisfacer sus necesidades educativas, y

avance de la manera más oportuna con la investigación.

Gracias a esta plataforma brindada por la Universidad Cooperativa, se logra recolectar todo el

material bibliográfico requerido y se hace entrega del mismo a la respectiva directora del

proyecto, para proceder con la segunda etapa dentro del proceso investigativo.
II.II. SEGUNDA ETAPA: ANALISIS DE LA INFORMACIÓN Y ARTICULO: Posterior a

la búsqueda de cada una de las citas bibliográficas, debimos analizar cada una de ellas con el fin

de validar su conveniencia con el tema a desarrollar y posterior a ello, proceder a realizar un

resumen de cada texto relacionado conforme a las citas bibliografías.

Se toma cada ítem bibliográfico y se extrae de la manera más exhaustiva, los apartes de mayor

envergadura, conformado una investigación más sólida.

Así pues el estudiante se ubica en un campo serio y de más trascendencia para la investigación,

pues de este análisis de información saldrán las bases para construir el artículo de índole

investigativo, el cual le dará fin a la investigación, aportando distintos conceptos para crear

doctrina y por qué no, enseñanza.


II. III. ARTÍCULO CIENTÍFICO O RESULTADO PROYECTADO CON EL LÍDER
DEL PROYECTO

Ya obtenidas las bases suficientes para crear y plasmar una idea, cada estudiante perteneciente al

grupo investigativo, procede a plantear un problema jurídico en forma de pregunta y así dar

inicio a la última etapa investigativa.

En esta etapa, el Dra. Claudia Salcedo, establece un codirector para que este tenga plena facultad

de decisión impartiendo, las sugerencias correspondientes a cada miembro del grupo

investigativo.

Como codirector es nombrada la Dra. Catalina Franco, la cual de manera oportuna realiza las

distintas correcciones de forma semanal, llevando un reporte de todo lo sugerido y realiza un

excelente seguimiento a las diferentes investigaciones por parte de cada alumno.

Es así como la Dra., encuentra que el artículo se encuentra listo, y procede a emitir el

correspondiente aval, para que el proyecto, siga su rumbo investigativo y el estudiante logre sus

cumplir con los objetivos planteados al inicio de la investigación.


HISTORIA DEL CONTRATO DE MANDATO

El término mandato (mandatum) deriva de mandare, de manum dare, que significa literalmente
confiar una cosa a otro, y más ampliamente dar un encargo o una orden a otro. Manum
dare alude a la fidelidad amistosa que entraña el "dar la mano", en el sentido figurado de
transmitir el propio poder como prolongación de su personalidad jurídica; manum dare, de
donde deriva el nombre de nuestro mandato, no significa otra cosa que entregar nuestra
confianza a otro, ya que según la leyenda, la diosa Fides habitaba en el cuenco de la mano.

En la historia el contrato de mandato, ha tenido varios cambios, para poder sobrevivir hasta
nuestra época. El mandato tuvo que adaptarse a las circunstancias que le exigían, factores
como la misma evolución del pensamiento humano, y al desarrollo económico y social.

En el Derecho Romano primitivo, se exigía que una persona para poderse obligarse con otro
necesitaba, la plena capacidad, es decir solo las personas capaces podían obligarse
recíprocamente, y solo podían contraer obligaciones por sí y para sí mismas, no podía un
tercero contraer una obligan en nombre de otra persona.

Los factores determinantes como, la ampliación de las relaciones económicas y la expansión


territorial, estas causas dieron la existencia al hecho que se confiara a otros la gestión de
negocios propios que no podían efectuarse personalmente. Mas por falta de normas jurídicas
que rigieran el mandato se recurrió a personas que prometían sobre la fe de su palabra y por la
amistad que las unían al mandante, realizar fielmente el negocio encomendado, obligándose
asimismo a rendir cuentas al mandante.

Así el mandato en su origen era un compromiso de honor, un contrato de buena fe, de


confianza, y las consecuencias que generaba se arreglaban conforme a la equidad. Se
perfeccionaba en el acto de en que el comitente y mandatario se daban sus manos.

Esto acto simbólico dio origen el nombre de mandato, manum- dare o manu-data, que significa
testimonio de fidelidad prometida por el mandatario al mandante

Contrato de mandato en roma

El mandato era en el Derecho Romano un contrato simplemente consensual, sinalagmático


imperfecto, esencialmente gratuito y de buena fe, por el cual una persona encargaba a otra que
aceptaba, la realización gratuita de una o más operaciones que tuvieran interés pecuniario para
el mandante

Definiciones de Mandato

 El mandato es un contrato por el cual una persona, da encargo a otra persona, que
acepta, de realizar gratuitamente un acto determinado o un conjunto de operaciones1.
AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMERO
REFERENCIA CONSECUTIVO

Eugene Tratado elemental de Definiciones de 412 1


Petit derecho romano mandato

 El mandato es un contrato por el que el mandatario se obliga a ejecutar por cuenta del
mandate los actos jurídicos que este le encarga2

AUTOR TEMA RESUMEN ARTÍCULO NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Código Civil para Contrato de Definición del contrato 2546 2


el Distrito Federal mandato de mandato

 Por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio o a hacer
alguna cosa, por cuenta o encargo de otra3.

AUTOR TEMA RESUMEN ARTÍCULO NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Código Civil Contrato de Definición del 1709 3


Español mandato mandato

 El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera4.

AUTOR TEMA RESUMEN ARTÍCULO NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Código Civil Contrato de Definición del contrato 1875 4


Colombiano mandato de mandato

Sujetos que intervienen

 Mandante o Comitente: Es la persona natural o jurídica que confiere el encargo

 Mandatario, Apoderado o Procurador: Es la persona que acepta el encargo


Objeto del mandato

El objeto del mandato es la actividad o encargo que el mandatario debe realizar. Era de muy
diversa naturaleza y podía consistir en llevar a cabo un negocio jurídico, como una compra o
una venta, o realizar cualquier otra actividad, como cuidar una finca. A este respecto conviene
puntualizar lo siguiente:

 Según Gayo la actividad a realizar ha de ser lícita. El mandato de realizar algo


deshonesto o torpe, como hacer daño o robar a otro, es nulo.

 El mandato puede consistir en la administración general de todo un patrimonio, y


entonces se llama procuratio omnium bonorum ,o en la gestión de un asunto o asuntos
determinados. El artículo 1712 del Código civil también distingue el mandato general del
especial.

 Según Gayo, el mandato se puede conferir tanto en interés del mandante como de un
tercero, o en interés del mandante o tercero conjuntamente, o incluso en interés del
mandante y mandatario a la vez. Sin embargo, si se dispersa el mandato única y
exclusivamente en interés del mandatario, es más bien un consejo que mandato y de él
no nace obligación alguna para el mandatario, porque nadie se obliga por un consejo,
concluye el jurista: así si yo encargo a un tercero que invierta su dinero en la compra de
inmuebles antes que prestarlo a interés.

Obligaciones del mandatario

Las obligaciones del mandatario, sancionadas por la Actio Mandati Directa, eran las siguientes
entre los romanos:

 Debía desempeñar fielmente el mandato que había aceptado, y se le derivaría una


responsabilidad cuando no hubiera hecho lo que debía hacer, Entre nosotros (artículo
2155) el mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo.

 Rendir cuentas. El mandatario debe rendir cuentas al mandante, "El mandatario es


obligado a dar cuenta de su administración", dice el artículo 2181 del Código Civil.

Como el Derecho Romano clásico estaba dominado por la teoría de la "no representación", se
debe concluir lógicamente que las operaciones llevadas a cabo por el mandatario se radicaban
en su cabeza y no en la del mandante; consecuencialmente debía hacer traspasos de
propiedades, de créditos, etc.

Obligaciones del mandante5

El mandante en la legislación romana tenía las siguientes obligaciones principales:


 Tomar a su cargo las obligaciones contratadas por el mandatario, respaldándolo en
ellas, suministrándole fondos, etc.

 Indemnizar al mandatario de los gastos efectuados por su cuenta, por lo menos de


aquellos efectuados de buena fe; si el mandatario había prolongado su viaje fuera del
tiempo necesario para la correcta ejecución de mandato, no podía reclamar
posteriormente que se le cubrieran los gastos así efectuados. La actio mandati contraria
sancionaba las obligaciones del mandante; esta acción no era infamante, porque
ninguna de las acciones contrarias era infamante.

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Saavedra L. Derecho Romano: Obligaciones 343,344,345 5


Saúl, Traducciones y del mandante
Buenaventura L Apuntes Tomo II,
Eduardo editorial, Centro S. A.
Bogotá, MCMXLII.

Características del contrato de mandato

 El mandato es un contrato consensual, que no requiere para su perfección más que el


mero consentimiento. Este consentimiento puede ser no sólo expreso, sino también
tácito.

 El mandato es un contrato bilateral imperfecto, ya que de él surgen siempre


obligaciones a cargo de una de las partes, el mandatario, y, sólo eventualmente, a
cargo de la otra (por ejemplo, la obligación del mandante de resarcir gastos que haya
podido realizar el mandatario en su gestión).

 El mandato es un contrato de buena fe, que nació de las relaciones de amistad y


confianza. La acción del mandato contiene la cláusulas ex fide bona.

 El mandato es un contrato esencialmente gratuito, precisamente por basarse en la idea


de amistad. Cuando se pacte una remuneración ésta se podrá exigir no por la vía
ordinaria del procedimiento formulario, sino por la cognitio extra ordinem.

Elementos

 Los elementos personales son el mandante, es decir, la persona que encarga a otra
una gestión, y el mandatario o persona que se compromete a realizar la gestión.

 El elemento real de mandato es la gestión o encargo que hay que ejecutar. esta gestión
puede tener un contenido muy variado: realizar un negocio jurídico, tal como una
compraventa o una gestión material, como pueda ser cuidar de una finca. Ahora bien,
la actividad de desarrollo ha de ser lícita.
 La gestión que se realice debe ser en interés del mandante o de un tercero. Si la
gestión se ha de realizar en beneficio del propio mandatario no reviste carácter jurídico,
pues se interpreta como un simple consejo. Cabe, no obstante, que la gestión sea en
interés conjunto del mandante y mandatario.

 El mandato carece de elementos formales

Extinción del mandato

 Cumplimiento del encargo.


 Revocación (revocatio) por parte del mandante, aunque éste se obliga en base a la
buena fe a indemnizar al mandatario y a reconocer lo actuado hasta ese momento.

 Renuncia del mandatario (renunciatio), siempre que lo haga por justa causa, en tiempo
oportuno y sin perjudicar al mandante.

 Dado su carácter personalísimo, el mandato se extingue por la muerte del mandante o


del mandatario.

Acciones Judiciales

Las acciones judiciales surgen de la mano con las obligaciones tanto del mandatario como del
mandante.

El mandatario debe realizar el mandato y ejecutar correctamente el contrato del que fue
encargado por el mandante, este último le obliga por medio de una Actio Mandati Directa. Del
mismo modo el mandante debe garantizar que no se ocasione ningún perjuicio hacia el
mandatario, esto se puede garantizar a través de la Actio Mandati Contraria.

 Actio Mandati Directa

Es una acción que nace a partir del no cumplimiento de lo mandado en el contrato de mandato,
ésta se establece en contra del mandatario para exigirle el buen cumplimiento del mandato.

 Actio Mandati Contraria

Es una acción que establece el mandatario en contra del mandante, en caso de que éste no
reembolse los gastos surgidos durante el desarrollo del mandato.

Clases de mandatos

 Procuratio In Rem Suam (Cesión de Créditos)


Siendo el mandato un contrato de representación, se utiliza también con el fin de cesión de
créditos y deudas mediante la forma de una representación procesal (mandato ad agendum)
pero sin obligación de transferir el resultado obtenido, pues se otorga en interés del
mandatario: procuratio in rem suam (del mandatario).

 Mandato Gratuito6

La regla general del mandato es que este se dé con carácter gratuito, el mandatario le debe
prestar al mandante un servicio que carezca de remuneración. Los jurisconsultos romanos
fundan este carácter de gratuidad sobre la idea de que el mandato proviene del deber y de la
amistad, es decir, ex officio atque amicitia

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Saavedra L. Saúl, Derecho Romano. Mandato 343, 344, 6


Buenaventura L. Traducciones y Apuntes gratuito 345
Eduardo Tomo II, editorial,
Centro S. A. Bogotá,
MCMXLII

 Mandato Oneroso7

Los romanos conocieron los mandatos remunerados, pero entonces dieron al contrato la forma
de un arrendamiento de servicios (locatio operarum). Otros mandatos remunerados daban
lugar, no propiamente a una merces como en el arrendamiento, sino a honorarios propiamente
dichos (honos, salarium); estaban sancionados generalmente por una cognitio extra ordinem

De lo anterior se puede concluir que el mandato oneroso era en roma una espacie de mandato
en el cual el mandatario recibía una compensación por los servicios prestados al mandante.

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMER


REFERENCIA CONSECUTIVO

SAAVEDRA L. Saúl, Derecho Romano. Mandato 343, 7


BUENAVENTURA L Traducciones y oneroso 344, 345
Eduardo Apuntes Tomo II,
editorial, Centro S. A.
Bogotá, MCMXLII

DERECHO COMPARADO DEL CONTRATO DE MANDATO

CONTRATO DE MANDATO EN PANAMÁ8


AUTOR TEMA RESUMEN SITIO WEB NÚMERO
REFERENCIA CONSECUTIVO
Sandy Contrato Contrato de http://html.rincondelvago.com/ 8
Sanz de mandato en mandato-mercantil.html
mandato Panamá

Mandato: Es el contrato propiamente dicho, perfeccionado mediante acuerdo de voluntades,


también podemos llamar así, y es a veces utilizado, en un lenguaje coloquial al negocio u
objeto que ese contrato ha tenido como causa, sea fuente o fin, según la corriente a la que
adhiramos.

Poder: Es el instrumento que formaliza el contrato, este puede ser amplio o especial,
encontrándose cada uno regido y limitado de manera taxativa en cuanto al alcance que pudiere
tener cada uno, ya sea temporal o a la potestad conferida en él. A más está decir que según la
importancia y relevancia que hubiere de tener el acto que se realizará, deberá ser en
instrumento público o privado, el cual podrá en algunos casos especiales y en otros tendrá, que
ser inscripto en Registro correspondiente a fin de tener oponibilidad ante terceros y su
publicidad. Marcando este último sentido podríamos decir que asimismo es la facultad que una
persona da a otra para que obre en su nombre y por su cuenta y que consta en el documento
o instrumento público o privado.

EL MANDATO MERCANTIL

Naturaleza Jurídico del mandato: El contrato de mandato aparece definido en el artículo 1400
del Código Civil: ‖Por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio o
hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra‖.

Como puede verse, este contrato se celebra cuando una persona no puede o no desea realizar
por sí misma determinada operación o llevar a cabo alguna diligencia, ya sea por hallarse
impedida para realizarla o porque prefiere confiar a otra la gestión de que se trate. Esto sucede
con mucha frecuencia, sobre todo cuando se trata de llevar a cabo algún negocio u operación
determinada en un lugar distinto del de la residencia habitual del interesado, o cuando éste no
quiere ocuparse personalmente del asunto, prefiriendo confiarlo a otro. El que da el encargo se
llama mandante y el que lo recibe se llama mandatario; pero como generalmente el contrato de
mandato se hace constar por escrito, en documento público o privado -documento que se llama
poder- también el mandante suele llamarse poderdante y el mandatario apoderado. Por lo
tanto, el apoderado o mandatario es la persona que lleva a cabo algún negocio o realiza
determinadas gestiones, de manera ocasional o continuada, por cuenta o encargo de otra.

En consecuencia, cuando el mandatario o apoderado actúa dentro de los límites del poder que
le ha sido conferido, no se obliga personalmente ante las personas con quienes contrata,
puesto que el negocio no le pertenece a él. Se obliga es el mandante, quien también recibe los
beneficios o se aprovecha de las ventajas de la operación realizada.

Conviene tener en cuenta la extensión y límites del poder que se haya otorgado a fin de que el
apoderado o mandatario pueda cumplir debidamente el encargo recibido. En materia civil,
según dispone el artículo 1404 del código civil, el mandato, concebido en términos generales,
no comprende más que actos de administración, de modo que para transigir, enajenar,
hipotecar o realizar cualquier otro acto de riguroso dominio, se necesita mandato expreso o
especial.

Es decir, que en materia civil, si una persona quiere, por ejemplo, encargar a otra que le venda
una propiedad, o que se la hipoteque, necesita autorizarla de manera expresa para ello en el
poder que le otorgue. En cambio, el Artículo 605 del código de comercio establece que el
mandato conferido al factor (o sea, al gerente de un establecimiento) se presumirá general y
comprensivo de todos los actos pertenecientes y necesarios al ejercicio del negocio para que
hubiere sido dado, sin que el proponente (o sea el dueño del negocio) pueda oponer a terceros
limitación alguna en los respectivos poderes, salvo si se prueba que tenían conocimiento de
ellos (es decir, de los poderes limitados) al tiempo de tratar. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que, por disposición del artículo 580 del código de comercio, el mandato comercial, por
generales que sean sus términos, no se extenderá a actos que no sean de comercio si
expresamente no se dispusiere otra cosa en el poder. De aquí se deduce que en principio el
mandato de carácter mercantil sólo puede comprender operaciones comerciales; pero que
también puede ampliarse o extenderse a operaciones de otra clase, si así se hiciera constar de
modo expreso en el poder que se otorgue.

El mandato, según dispone el Artículo 1401 del código civil puede ser expreso o tácito,
pudiendo darse el primero en instrumento público o privado, y aun de palabra, con sujeción a lo
dispuesto en casos especiales; y la aceptación puede ser también expresa o tácita, deducida
esta última de los actos del mandatario. Pero generalmente, y por razones de orden práctico, el
mandato se confiere por escrito en el documento que se llama poder. En ocasiones este poder
se confiere en documento privado, como, por ejemplo: cuando un accionista da poder a otro, o
a otra persona, para que lo represente en la Junta General de accionistas que se va a celebrar.
Otras veces, el poder se otorga en documento público, o sea ante Notario, ante el cual
comparece el poderdante para manifestarse que se designa apoderado o mandatario a una o
más personas con el fin de que la misma realice y lleve a cabo determinadas operaciones por
cuenta del mandante. Si el poder se otorga en el extranjero, puede hacerse ante el Cónsul de
Panamá que, para estos efectos, desempeña funciones notariales.

por las actividades comerciales ha venido a dar gran importancia al contrato de mandato.
Muchas veces, el dueño de un determinado negocio, ya se trate de una persona natural o
jurídica se encuentra en la necesidad de atender una clientela dispersa numerosa, a través de
sucursales, teniendo que valerse para ello de una serie de apoderados o representantes. Y aun
el propietario de un establecimiento comercial que no quiera o no pueda atender
personalmente las actividades de la empresa, que en ocasiones requiere aptitudes especiales,
ha de confiar a otra u otras personas la debida atención de su negocio. Por otra parte, es muy
frecuente el caso de que el titular de una empresa se encuentra en la necesidad de confiar a
otras personas la realización de determinadas operaciones en lugares distintos del país o del
exterior, debiendo estas personas estar debidamente autorizadas para ello por medio del poder
correspondiente otorgado, como queda dicho, en documento público o privado, o aun en forma
tácita.

mercantil, lo ofrece el párrafo 8 del art. 2 del Código de Comercio al decir que es (acto de
comercio) ―el mandato en general y la comisión cuando tienen por objeto una operación
mercantil‖, si bien el párrafo siguiente, o sea el 9, se refiere a ciertos mandatos especiales de
carácter comercial. Por lo tanto, el único elemento diferenciador entre el mandato civil y el
mercantil -en general- señalado por el Código de Comercio está en la finalidad u objeto del
mandato; en el propósito perseguido por el mandante al otorgar el poder, y no en el carácter o
en la actividad profesional del mandante o mandatario, que pueden ser o no comerciantes. No
cabe establecer la diferencia entre el mandato civil y el mercantil por el elemento de la
retribución, pues si bien el mandato mercantil ha de ser siempre retribuido, según dispone el
art. 582 del Código de Comercio, el mandato civil puede serlo también, no sólo cuando así se
pacte, sino también cuando el mandatario tenga por ocupación el desempeño de servicios de la
especie a que se refiere el mandato, en cuyo caso, como dice al art. 1402 del Código Civil, ―se
presume la obligación de retribuirlo‖.

De acuerdo con el párrafo 9 del art. 2 del Código de Comercio, tienen también carácter
mercantil los mandatos especiales que dicho precepto menciona, lo cual se explica fácilmente,
puesto que se trata de una relación jurídica directamente encaminada a la realización de
operaciones comerciales.

Un caso especial es el mencionado en los arts. 15 y 16 del Código de Comercio, al disponer


que el hijo de familia y el incapacitado (hay que entender que se refiere a los menores de edad
y a los demás incapaces) podrán continuar por medio de sus padres o guardadores el comercio
que hubieren ejercido sus causantes (o sea las personas de quienes lo hubieren heredado)
previa autorización judicial, que deberá ser inscrita en el Registro Público; y que si los padres o
guardadores carecieran de capacidad legal para comerciar, estarán obligados a nombrar uno a
más factores (es decir, gerentes), que reúnan las condiciones legales, quienes les suplirán en
el ejercicio del comercio del menor.

Como es de advertir, en el primer caso se trata de alguien que habiendo heredado un


establecimiento comercial, se halla en la imposibilidad de atenderlo personalmente por razones
de ―incapacidad‖. En tal supuesto, los padres del menor (el padre, o en su defecto, la madre) o
el guardador (curador) del incapaz (por ejemplo, u demente) podrán continuar las operaciones
del tráfico, previa autorización judicial, ya que el propósito del legislador es conservar para el
heredero un patrimonio mercantil que debidamente administrado, puede ser de mayor utilidad
que su venta, manteniendo al mismo tiempo el funcionamiento de un establecimiento
comercial. Pero si los padres del menor (o su tutor) o el curador del incapaz, carecieran de
capacidad legal para ejercer el comercio, deberán nombrar uno o más gerentes, les
reemplazarán o suplirán en el ejercicio del comercio.

Derechos y obligaciones del mandante:

Los principales derechos del mandante (en el mandato mercantil, en general) se


refieren a la facultad que tiene de fijar los límites del mandato, o sea establecer y determinar la
operación u operaciones que el mandatario ha de realizar y, en su caso, el modo de
efectuarlas. También tiene derecho el mandante a exigir del mandatario la correspondiente
indemnización de daños y perjuicios, si éste no cumpliere el encargo de conformidad con las
instrucciones recibidas y, a falta o insuficiencia de éstas, con arreglo a los usos del comercio.
También puede exigir al mandatario la indemnización procedente por los daños que sufran las
mercancías que le hubiere remitido y que no sean consecuencia del transcurso del tiempo,
caso fortuito, fuerza mayor, o vicio propio de las cosas (arts. 588 y 586 del Código de
Comercio).

El mandante puede revocar el mandato y dejarlo sin efecto; pero si tal revocación fuere
arbitraria, es decir, no justificada, deberá indemnizar al mandatario de los daños y perjuicios
que se le ocasiones.
Obligaciones: El mandante debe facilitar al mandatario los medios necesarios para la
ejecución del mandato salvo el caso de que medie pacto en contrario, no siendo obligatorio el
desempeño del mandato que exija remesa de fondos, aunque haya sido aceptado, mientras el
mandante no ponga a disposición del mandatario las cantidades que fueren necesarias. Sin
embargo, si se hubiere estipulado anticipo de fondos por parte del mandatario, éste quedará
obligado a suplirlos, excepto en el caso de suspensión de pagos o quiebra del mandante (Art.
593 del Código de Comercio).

La aceptación del mandato es voluntaria y, por lo tanto, el mandatario


designado puede rehusar el encargo recibido. En tal caso deberá comunicar al mandante su
negativa lo más pronto posible, debiendo, no obstante, practicar por cuenta del mandante las
diligencias necesarias para la debida conservación de las cosas que le hubieren sido remitidas.
Si el mandante no se diere por enterado de la negativa, el designado mandatario deberá acudir
al Juez para que esta autoridad ordene el depósito y conservación de las mencionadas
mercancías por cuenta del propietario, y la venta de aquellas que no sea posible conservar o
de las que sean necesarias para satisfacer los gastos ocasionados (art. 584 del Código de
Comercio).

En todo caso, aunque el comerciante no quisiera aceptar el mandato, tendrá derecho a una
remuneración proporcionada al trabajo que hubiere realizado (art. 582). En caso de que el
designado mandatario no hiciere saber al mandante su determinación de aceptar o rehusar el
en cargo recibido, habrá que considerar de aplicación el art. 211 del Código de Comercio que
consagra la aceptación tácita cuando el nombrado mandatario es un comerciante que se
dedica a realizar encargos o cuando entre él y el mandante hubiera establecidas relaciones de
negocios.

El mandatario tiene derecho a la remuneración pactada, o, en otro caso, a la que sea


procedente de acuerdo con los usos de la plaza donde el mandato se ejecute. También tiene
derecho el mandatario a exigir del mandante adecuada indemnización por los daños que haya
sufrido por vicio o defecto de las cosas objeto al contado de cualquier suma invertida en la
ejecución del mandato, junto con los intereses al tipo comercial corriente (Art. 594).

En cuanto a los privilegios y derechos especiales que se reconocen a favor del mandatario
mercantil, están señalados en el Art. 600 del Código de Comercio. Consisten sustancialmente,
en el derecho de retención que tiene el mandatario sobre las mercancías que le hubieran sido
remitidas de plaza distinta para su venta por cuenta del mandante y que estuvieren a su
disposición, y sobre aquellas que probare haberles sido expedidas. También se reconoce el
derecho de retención a favor del mandatario sobre las mercaderías compradas por cuenta del
mandante por el precio de las mismas, en cuanto se hallaren a disposición de aquel, y sobre el
precio de las mercaderías pertenecientes al mandante cuando hayan sido vendidas.

Los créditos del mandatario por los adelantos y gastos que hubiere hecho, por los intereses de
las sumas que hubiere desembolsado y por la remuneración de su trabajo, gozarán de
preferencia con relación a todos los demás créditos contra el mandante excepto los que
provengan de gastos de transporte o de seguro hayan sido constituidos antes o después de
que las mercancías hayan llegado a poder del mandatario.

Obligación primordial del mandatario es cumplir el encargo de acuerdo con


las instrucciones recibidas y a falta o insuficiencia de estas, con arreglo a los usos del comercio
(Art.588). Está obligado el mandatario a comunicar al mandante cualquier hecho o
circunstancia que pudieran inducirle a revocar o modificar el mandato. (Art. 589) y a hacer
constar en forma legal avisando al mandante la alteración perjudicial ocurrida a las mercancías
que tenga en su poder por cuenta del mandante, cualquiera que sea la causa de dichos
perjuicios. En todo caso, el mandatario será responsable de los daños que sufran las
mercancías mientras estén en su poder, a menos que los mismos se deban al transcurso del
tiempo, caso fortuito, fuerza mayor o vicio propio de las cosas.

El mandatario además deberá asegurar contra incendio las mercaderías del mandante -
quedando éste obligado a pagar la correspondiente prima y los gastos- dejando el mandatario
de ser responsable por la falta o continuación del seguro si recibiere orden formal del mandante
de no efectuarlo, o rehuyere éste la remisión de fondos, para el pago de la prima (Art. 586).

También debe el mandatario cumplir con las obligaciones prescritas por las leyes y
reglamentos fiscales, en razón de las negociaciones que le hubieren encomendado, siendo
suya la responsabilidad si contraviniere lo dispuesto en las mismas o fuere omiso en su
cumplimiento, aunque alegare haber procedido con orden expresa del mandante (Art. 596).

Así mismo está obligado el mandatario a satisfacer los intereses de las cantidades
pertenecientes al mandante, a contar desde la fecha en que, conforme a la orden recibida,
debían haberlas entregado o expedido. Y si el mandatario distrajere del destino ordenado las
cantidades recibidas, empleándolas en beneficio propio, responderá a contar desde el día en
que las reciba, de los daños y perjuicios que resultaren de la falta de cumplimiento de la orden,
salvo la acción criminal, si hubiere lugar a ella (Art. 591).

El mandatario, además es responsable de la pérdida o extravío de los fondos metálicos que


tenga en su poder, pertenecientes al mandante, aunque el daño o pérdida provenga de caso
fortuito o de violencia, a no ser que lo contrario se haya pactado expresamente, y salvas las
excepciones que nacieren de circunstancias especiales, cuya apreciación quedará a la
prudencia o equidad de los tribunales (Art. 597).

Sin embargo, los riesgos que ocurran en la devolución de los fondos del poder del mandatario
al del mandante, serán de cuanta éste, a no ser que aquel al ser la remesa, se hubiere
separado de las órdenes recibidas si tuviere alguna o en otro caso de los medios usados
ordinariamente en el lugar para efectuar dichas remesas (Art. 598).

Por último, el mandatario está obligado a rendir cuanta comprobada al mandante de su gestión
entendiéndose que la exoneración del deber de rendir cuentas no producirá otro efecto que el
de eximir al mandatario de dar una cuenta prolija y detallada (Art. 601).

Terminación del Mandato

Artículo 602 del Código de Comercio

― El mandato termina por la muerte incapacidad o quiebra del mandante o del mandatario a
menos que lo contrario resulte de la naturaleza misma del negocio‖.

Este artículo nos dispone que el mandato termina por la muerte, la incapacidad o la quiebra del
mandante o del mandatario, a menos que lo contrario resulta de la naturaleza misma del
negocio, y que si la terminación del mandato pusiere en peligro los intereses del mandante, el
mandatario, sus herederos, o sus representantes estarán obligados a continuar la gestión del
negocio, hasta que el mandante, sus herederos o sus representantes estén en la posibilidad de
obrar.
Este precepto establece también que el mandante, sus herederos o sus representantes
quedarán obligados por los actos ejecutados por el mandatario antes de tener conocimiento de
la extinción del mandato.

Este precepto concuerda con lo dispuesto en el Artículo 213 del Código de Comercio que
reza así:

― La oferta o el mandato dados por un comerciante para determinado asunto comercial, no se


considerarán revocados por su defunción a no ser que resulte lo contrario de los términos
expresos del acto o de las circunstancias‖.

Al establecer que la oferta o el mandato dados por un comerciante para determinado asunto
comercia, no se considerarán revocados por su defunción, a no ser que resulte lo contrario de
los términos expresos del acto, o de las circunstancias, como se aclaró anteriormente.

El mandante puede revocar el mandato; pero fuera de estos casos en que haya justificación
para ello, la revocación y la renuncia del mandato dará lugar a falta de pena convencional, a
indemnización por daños y perjuicios ocasionados.

Mandatos Mercantiles Especiales

Artículo 2 Código de Comercio, Párrafo 9

― Los mandatos especiales; entre el principal y el factor, entre el principal y el dependiente


autorizado para regir una operación mercantil o alguna parte del giro o tráfico de aquél; entre el
naviero y el capitán o entre el naviero y el sobrecargo‖.

Este párrafo se refiere concretamente a ciertos mandatos especiales de naturaleza comercial,


como los que regulan las relaciones entre el principal que es el propietario de un
establecimiento y el factor que es el gerente del almacén; entre este sujeto denominado
principal y el dependiente autorizado para regir una operación mercantil o alguna parte del giro
o tráfico de aquel; entre el naviero y el capitán de un buque o entre el naviero y el cargador y el
sobrecargo.
Los factores o Gerentes
Artículo 619 Código de Comercio

―Solo tiene el carácter de legal de factor para las disposiciones de esta sección, el gerente de
un establecimiento comercial o fabril por cuenta ajena, autorizado para administrarlo, dirigirlo y
contratar sobre las cosas concernientes a él, con más o menos facultades según haya tenido
por conveniente el propietario‖.

De acuerdo con este artículo sola y únicamente tiene carácter de Factor de un establecimiento
el Gerente autorizado para administrarlo y dirigirlo y además para contratar sobre las cosas
concernientes a él, con más o menos facultades, según haya tenido por conveniente el
propietario, añadiendo tal medida de que los demás dependientes con salario fijo que los
comerciantes acostumbran a emplear como auxiliares de su tráfico, no tienen la facultad de
contratar y obligarse por sus principales; a no ser que tal autorización les sea concedida para
las operaciones especiales que se les encarguen y tengan los autorizados la capacidad legal
necesaria para contratar válidamente.
De la misma norma que anteriormente citamos, deducimos que el Factor o sea el Gerente de
un establecimiento ya sea comercial o industrial tiene el carácter de mandatario y más
concretamente de Mandatario Mercantil de acuerdo con lo que establece el Artículo 2 del
código de Comercio, párrafo 9 o sea la norma que citamos anteriormente.

Es necesario tener en cuenta también que no puede ser Factor quien no tenga la capacidad
legal para ejercer el comercio tal y como lo dicta el Artículo 603 del Código de Comercio:

― No puede ser factor quien no tenga la capacidad legal para ejercer el comercio‖.

En principio todo Factor deberá ser constituido o designado nombrado por una autorización
especial de la persona por cuya cuenta se hace el tráfico, surtiendo únicamente contra
terceros, desde la fecha en que fuese presentado al Registro.

De este mismo modo lo ubica el Artículo 604 del Código de Comercio:

―Todo factor deberá ser constituido por una autorización especial de la persona por cuya cuenta
se hace el tráfico. Esta autorización solo surtirá efectos contra terceros desde la fecha en que
fue presentada al registro de comercio‖.

Pero el Artículo 605 añade:

―El mandato conferido al factor aunque no esté registrado, se presumirá general y comprensivo
de todos los actos pertenecientes y necesarios al ejercicio para que hubiese sido dado...‖.

por lo que el mandato conferido al Factor aunque no esté registrado se presumirá general y
comprensivo de todos los actos pertenecientes y necesarios al ejercicio del negocio para que
hubiese sido dado, sin que el proponente pueda oponer a terceros limitación alguna de los
respectivos poderes salvo si se prueba que los terceros tenían conocimiento de ellos; es decir
de los poderes limitados al tiempo de tratar.

Las disposiciones mencionadas son completamente lógicas, la misión que se confía al gerente
de un establecimiento o factor o de una empresa, consiste en sobre todo en la realización de
todos los actos y contratos necesarios para el debido manejo del negocio, aún cuando el
propietario del negocio, pueda limitar o restringir las facultades y atribuciones del gerente.

Por ello también el Gerente o Factor como mandatario o apoderado del propietario o de la
empresa, podrá entablar acciones y ser demandado como representante de éste, por las
obligaciones resultantes del comercio que le hayan facultado, tal y como lo vemos en
el Artículo 616 Código de Comercio:

― El factor podrá entablar acciones en nombre del proponente y ser demandado como
representante de éste; por las obligaciones resultantes del comercio que le haya sido
conferido‖.
Esta disposición es aplicable a los representantes de casa de comercio extranjeros que
contraten habitualmente en la República de Panamá en nombre de aquellas y en negocios de
comercio;

Artículo 617 Código de Comercio:


― Las disposiciones precedentes serán aplicables a los representantes de las casas de
comercio extranjeras que contraten habitualmente en la república en nombre de aquellas en
negocios de su comercio‖.

Obligaciones Y Derechos del Gerente o Factor


Las principales obligaciones del Gerente o Factor son las propias de todo mandatario.

Deberá tratar los negocio a nombre de su principal que es la persona natural o jurídica,
declarando en todos los documentos que suscriban sobre los negocios de éste que firman por
poder de la persona o entidad que representan, tal y como lo establece al Artículo 606 del
Código de Comercio:

―Los factores deben tratar el negocio en nombre de sus comitentes. En todos los documentos
que suscriban sobre negocios de estos, deberán declarar que firman por poder de la persona o
sociedad que representan‖.

En este caso las obligaciones que contraigan recaerán sobre los principales.

En otro caso, el contrato celebrado por un factor a nombre propio le obligará directamente
hacia la persona con quien contratare, a menos que la negociación se hubiere hecho por
cuenta del principal y el otro contratante lo probar4e; en cuyo caso podrá dirigir su acción
contra el Factor o Gerente, o contra el principal, pero no en contra de ambos; Artículo 609:
―Fuera de los casos previstos en el artículo anterior, todo contrato celebrado por un factor en
nombre propio; le obligará directamente hacia la persona con quien contratare...‖.

La excepción a la norma general es la consignada en el Artículo 608 Código de


Comercio donde se establece que todos los contratos hechos por el factor de un
establecimiento que notoriamente pertenezca a persona o sociedad conocida, se entenderán
celebrados por cuenta del principal, aunque el Factor no lo hubiese declarado, siempre que los
contratos sean operaciones del giro o tráfico del establecimiento, así aún siendo de otra
naturaleza, resultare que el Factor obró con orden expresa de su principal, o que éste aprobó la
gestión de manera expresa o tácita.

Los gerentes o Factores no podrán negociar por cuenta propia, ni tomar interés, bajo nombre
propio ni ajeno, en negociaciones del mismo género de las que les estén encomendadas a no
ser con autorización expresa de su principal, Artículo 611 Código de Comercio:

―Ningún factor podrá negociar por cuenta propia, ni tomar interés bajo nombre propio o ajeno,
en negociaciones del mismo género de las que le estén encomendada, a no ser que sea con
expresa autorización de su principal‖.

y se deberá observar, que con respecto al establecimiento, las mismas reglas de contabilidad
prescritas para los comerciantes y que están contempladas en el Artículo
615 del Código de Comercio.

Las funciones del Gerente no podrán ser delegadas por éste sin autorización escrita del
principal y caso de hacerlo sin ella responderán directamente de los actos de los sustitutos y de
las obligaciones que hubieren contraído; Artículo 633 Código de Comercio.
En cuanto a los derechos de los factores por lo que a la terminación del contrato se refiere,
preaviso, vacaciones y riesgos profesionales, son de aplicación las disposiciones del Código de
Trabajo.
Es de advertir que las facultades del Gerente no se interrumpen por la muerte del principal,
mientras no se lo revoquen, lo poderes, aunque sí terminará por la enajenación del
establecimiento; Artículo 614 Código de Comercio:

― La personería de un factor no se interrumpirá por la muerte de del propietario, mientras no se


le revoquen los poderes; pero sí por la enajenación que aquél haga del establecimiento‖.

Sin embargo nos añade el artículo que serán válidos los contratos que celebrare en este último
caso hasta que la noticia de la revocación o de la enajenación llegare a u conocimiento.

Derechos y Obligaciones del Principal

El principal o sea el dueño de un establecimiento comercial, puede limitar o reducir los poderes
y facultades del gerente y para dar por terminado el contrato, sujeto a lo dispuesto en el Código
de Trabajo; pero los principales no quedarán exonerados de las obligaciones que a su nombre
contrajeron los factores, aún cuando prueben que procedieron sin orden suya en una
negociación determinada, siempre que el Factor estuviere autorizado para celebrarla y se
tratare de una operación que corresponda al giro del establecimiento.

Es decir, que si por ejemplo, Andrés es el Gerente de un supermercado y en su calidad y en su


calidad de tal compra una determinada cantidad de latas de conserva, tal operación obliga al
dueño de la empresa ya sea persona jurídica o sociedad, aún cuando se pruebe que dicho
gerente tenía órdenes de no comprar tal mercancía, o de no comprar la cantidad ordenada,
porque la mencionada operación se refiere a la clase de mercancía que el establecimiento
vende.

Tampoco pueden los principales eludir el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los
gerentes, a pretexto de que abusaron de su confianza o de las facultades que les estaban
conferidas, o de que consumieron en su provecho los efectos que adquirieron para sus
principales, salvo la acción que les corresponde para la indemnización, como se ve en el
Artículo 612

Las multas en que incurrieren los gerentes por contravenir las leyes o reglamentos fiscales en
la gestión de los negocios que les están encomendados, se harán efectivas en los bienes del
principal, salvo el derecho de éste contra el gerente, si fuere culpable de los hechos que
provocaron la multa; Artículo 613 Código de Comercio:

―Las multas en que incurriere el factor, por contravención a las leyes o reglamentos fiscales, en
la gestión de los negocios que le estén encomendadas, se harán efectivas en los bienes que
administre, salvo el derecho del propietario contra el factor, si fuere culpable de los hechos que
dieren lugar a la multa‖.

Los Dependientes de Comercio

Así como los Gerentes de un establecimiento mercantil son los representantes del dueño del
mismo, ya se trate de una persona natural o jurídica, los dependientes, en principio, no tienen
otro carácter que el de empleados, sin que importe nada para el caso de la cuantía o forma de
remuneración, que puede ser un sueldo fijo solamente o con una participación en las ventas o
en las ganancias.
El Artículo 619 del Código de Comercio en su párrafo 2 señala que la situación de los
dependientes, no obstante de este criterio se deduce que el dueño del negocio puede conferir a
un dependiente el encargo exclusivo de una parte de la administración.

La autorización debe ser expresamente concedida, siendo necesario que tengan los
autorizados la capacidad legal necesaria para contratar válidamente. La disposición anterior
sería aplicable, por ejemplo, al caso de que el dueño de un establecimiento encargara a un
dependiente el manejo de la sección de ya sea ropa, electrodomésticos, discos compactos pero
solo de la misma, aunque existiera un gerente general o manejara el propio dueño
personalmente el resto del negocio.

Fuera del caso de que un dependiente haya recibido la mencionada autorización que deberá
ser inscrita en el Registro Público, según lo que reza el Artículo 57, párrafo 7 del Código de
Comercio.

Los dependientes no pueden librar, aceptar ni endosar letras, poner recibo en ella, ni suscribir
ningún otro documento de cargo ni de descargo sobre las operaciones de comercio de sus
principales; Artículo 620 Código de Comercio.

Sin embargo cuando un comerciante encargue a un dependiente el recibo de mercaderías


compradas o que, por otro título deban dejar entrar en su poder y el dependiente las reciba sin
objeción ni protesta, se tendrá por buena la entrega, sin que se le admitan al principal otras
reclamaciones que aquellas que podrían tener lugar si el propio dueño del negocio las hubiere
recibido personalmente.
Artículo 625 Código de Comercio

―Siempre que un comerciante encargue a un dependiente del recibo de mercaderías


compradas; o que por otro título deban entrar en su poder y el dependiente las reciba sin
objeción protesta, se tendrá por buena la entrega, sin que se le admita al principal otras
reclamaciones que aquellas que podrían tener lugar si el poderdante las hubiese recibido
personalmente.

Los dependiente encargados de vender al público están autorizados para cobrar el precio de
las ventas que hagan al contado, siendo válidos los recibos que expidan, no solo cuando se
trate de ventas al por menor; o sea al detal, sino también al por mayor, siempre que en este
último caso, los pagos se verifiquen en el establecimiento.

De otro modo en la ventas al por mayor, los recibos deberán estar suscritos por el dueño o por
el Gerente. Desde luego que todo portador de un documento en que se declare el recibo de
una cantidad adeudada, se considera autorizado para recibir su importe;

Artículo 621

―Sin embargo de lo prescrito en el artículo precedente, todo portador de un documento en que


se declare el recibo de una cantidad adeudada, se considera autorizado a recibir su importe‖.

Artículo 623
―Los dependientes encargados de vender por menor en tiendas o almacenes públicos, se
reputan autorizados para cobrar el precio de las ventas que verifiquen y sus recibos serán
válidos expidiéndoles a nombre de sus principales‖.
Aún cuando todo Gerente está en capacidad de contratar los servicios de los auxiliares que
estime necesario, asignándoles las funciones y tareas que considere convenientes para la
buena marcha del negocio, el nombramiento de dependientes con facultades especiales está
reservado al dueño del negocio puesto que ni los gerentes ni los dependientes podrán delegar
en otros, sin autorización por escrito de los principales cualesquiera órdenes o encargos que de
estos hubieren recibido.

Los dependientes, lo mismo que los Gerente, serán responsables de cualquier daño que
causen a los intereses del dueño del negocio, por malversación, negligencia o falta de exacta
ejecución de sus órdenes e instrucciones que quedando sujetos en caso de malversación a la
acción criminal correspondiente: Artículo 626 Código de Comercio:

―Los factores o dependientes del comercio serán responsables de sus principales de cualquier
daño que causen a sus intereses por malversación, negligencia o falta exacta de ejecución de
sus órdenes o instrucciones, quedando sujetos en el caso de malversación a la respectiva
acción criminal‖.

En cuanto a las demás relaciones de los dependientes con el titular de la empresa, serán de
aplicación las disposiciones del Código de Trabajo.

CONCLUSIÓN

Después de haber desarrollado nuestro tema acerca del mandato, podemos llegar a las
siguientes conclusiones:

-Con el Mandato ya sea Mercantil o del tipo que sea se adquieren derechos y obligaciones,
para las partes que participen.

MANDATO MERCANTIL9

AUTOR TEMA RESUMEN SITIO WEB NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO
Karen Mandato Mandato http://aelmandatomercantil.bl 9
Ponce mercantil mercantil ogspot.com/

Etimología del mandato:

La palabra mandato procede del latín MANUS DATIO o MANU DARE (Mandare, significa dar
poder; manun significa dare), o sea el hecho de darse la mano mandante y mandatario, para
simbolizar la amistad, fidelidad y confianza existente entre ambos que motivaba la creación del
vínculo jurídico contractual que los uniría. Originándose de esta manera el Mandato en el
Derecho Romano.

Diversas acepciones del término Mandato:


El contrato de Mandato ha sido una de las figuras jurídicas durante lo largo de la historia de
mayor complejidad para definirle, dada su estrecha analogía, relación y semejanza con otras
instituciones jurídicas afines.

Es por ello que a continuación enunciamos las más importantes:

a- Para la doctrina, Mandato es el contrato por el que una persona llamada mandatario o
gestor, se obliga onerosa o gratuitamente a actuar frente a terceros por cuenta de otra persona
llamada mandante o principal. Cuando el mandatario obra por cuenta del mandante, pero en
nombre propio estamos en el llamado mandato simple, que se corresponde con la
representación indirecta o mandato sin poder de representación. Si el mandatario actúa por
cuenta y también en nombre del mandante, estamos en el llamado mandato ostensible o
mandato representativo, que se corresponde con la representación directa y se instrumenta
mediante el otorgamiento de poderes (mandato con poder de representación o gestión de
negocios con mandato).

- Manuel Osorio lo define como ―contrato que tiene lugar cuando una parte da a otra el poder,
que esta acepta representarla al efecto de ejecutar en su nombre y por su cuenta un acto
jurídico o una serie de actos de esa naturaleza‖.

- Cabanellas, entiende por mandato el ―contrato consensual por el cual una de las partes,
llamada mandate, confía su representación, el desempeño de un servicio o la gestión de un
negocio, a otra persona, el mandatario, que acepta el encargo‖.

b- Para la Ley, el Código Civil en el artículo 1875 es: un contrato en que una persona confía
la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo por cuenta y riesgo de la primera.

c- Para el Código de Comercio, por el mandato mercantil el mandatario se encarga de


practicar actos de comercio por cuenta y a nombre del mandante, según el artículo 1083.

Objeto del Mandato Mercantil:

El artículo 1083 del Código de Comercio, al definir mandato mercantil dice: el mandatario se
encargara de practicar actos de comercio por cuenta y a nombre del mandante; por lo cual
podemos inferir que el objeto es como anteriormente hemos citado: PRACTICAR ACTOS DE
COMERCIO, POR CUENTA Y A NOMBRE DEL MANDANTE.

Nuestra Legislación en materia de comercio en el artículo 3 nos establece muy fundadamente


cuales son los actos de comercio y dice lo siguiente:

Art. 3.- Son actos de comercio:

I. Los que tengan por objeto la organización, transformación o disolución de empresas


comerciales o industriales y los actos realizados en masa por estas mismas empresas.

II. Los actos que recaigan sobre cosas mercantiles.


Además de los indicativos, se consideran actos de comercio los que sean análogos a los
anteriores.
Es por esta razón que el acto de comercio sirve de punto de referencia o de partida para
identificar las diferencias entre Mandato en materia Civil y materia Mercantil así como para la
delimitación de las relaciones existentes entre estas.

Clases de Mandato

a- Mandato Representativo: se dice que es representativo cuando el mandatario ejecuta los


actos en nombre y por cuenta del mandante. El mandato mercantil no siempre es
representativo, puede ser sin representación; si lo primero se requiere que conste por escrito
cuando se trata de celebrar un negocio jurídico que deba constar por escritura pública. (Art.
1094 C.C)

b- Mandato no representativo: Cuando el mandatario ejecuta actos solo por cuenta, pero no
a nombre del mandante.

c- Mandato Administrativo: Se refiere al encargo de ejecutar actos jurídicos estrictamente


de carácter administrativo en los negocios del mandante.

d- Mandato Especial: Es el otorgado por el mandante al mandatario para llevar a cabo uno o
más negocios determinados, por ejemplo, vender una casa, para hipotecar.

e- Mandato General: Una de las formas que puede revestir el mandato especial, fundándose
en la extensión de las facultades. El mandato general comprende todos los negocios del
mandante, un término sin duda exagerado porque no es posible transmitir la capacidad o la
personalidad jurídica en su totalidad.

f- Mandato Judicial: el que faculta para actuar ante los tribunales, con carácter contencioso
o voluntario, para ejercer acciones, oponer defensas o cumplir cualesquiera tramites que las
causas requieran en representación de una de las partes.

g- Mandato Unilateral: el mandato gratuito es unilateral, por la razón que solo el mandatario
se obliga al desempeño de la gestión del negocio que se le ha encomendado.

h- Mandato Bilateral: El mandato oneroso o remunerado es bilateral porque ambas partes se


obligan, desde el momento en que ha habido consentimiento en la oferta de parte del
mandante, de encomendar la gestión de un negocio al mandatario quien acepta de cumplir con
la ejecución que se le encargue, por lo tanto impone obligaciones reciprocas a ambas partes
contratantes.

Expuesto todo lo anterior podemos decir que MANDATO MERCANTIL EN SU ESENCIA ES: el
acto o gestión que se encomienda al mandatario, sea uno o varios de los que el mandante
realiza en masa, o un acto de mercantilidad pura.

Naturaleza Jurídica del Mandato Mercantil

El Mandato es oneroso por su naturaleza, aunque esto no este plasmado expresamente por
una disposición legal en la cual lo diga textualmente, sin embargo, el artículo 946 del Código
de Comercio nos dice: Las obligaciones mercantiles son onerosas, por lo tanto este tipo de
contrato tiene inmerso en sí mismo una obligación la cual es sujeta a onerosidad.
Si leemos el Código Civil en el artículo 1877 nos dice: El mandato puede ser gratuito o
remunerado. Ahora bien si nos trasladamos al artículo 1918 del mismo cuerpo legal, relativo a
las obligaciones del mandante podremos darnos cuenta que en su numeral tercero nos dice: El
mandante es obligado a pagarle (al mandatario) la remuneración estipulada o usual, la cual
puede ser determinada ya sea por convención de las partes, antes o después del contrato, por
la ley, la costumbre o el Juez; esto último contemplado en el inciso segundo del artículo 1877; y
es así como podemos percibir la naturaleza onerosa de esta. Relacionado con el articulo 1084
referente al pago de la remuneración que el mandatario deberá recibir si lleva a cabo las
diligencias indispensables para la conservación de la mercadería de la cuales se describen en
el artículo 1084 de Comercio en su inciso primero.

Perfección del Mandato Mercantil:

El artículo 1884 del Código Civil nos lo manifiesta expresamente diciendo: EL contrato de
mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario, aunque esta aceptación puede
ser expresa o tácita.

Aceptación del Mandato Mercantil:


El artículo 1883 C.C. establece textualmente: ―El encargo que es objeto del mandato puede
hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo
inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por
otra; pero no se admitirá en juicio la prueba testimonial sino en conformidad a las reglas
generales, ni la escritura privada cuando las leyes requieran un instrumento auténtico ―. De esto
podemos inferir que al otorgarse por escrito el instrumento se deja constancia pura del
consentimiento del mandante, la voluntad o aceptación del mandatario viene con posterioridad
a esta acción, como ya lo hemos enunciado en el número 7 de este trabajo relativo a la
perfección del mandato.

La aceptación es tácita cuando el mandatario realiza todo acto en ejecución del mandante (Art.
1884 inc. 2º), el silencio de este no constituye aceptación, habiendo una excepción a esto en el
art. 1885 C.C. así: Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos,
están obligadas a declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona
ausente les hace; y transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como aceptación.
Pudiendo el mandatario renunciar a este, que es una de las formas de extinción del contrato de
mandato mercantil que mas adelante explicaremos.

Formalidades del Mandato Mercantil:


El articulo 1883 C.C. dice en su aspecto general que el mandato puede hacerse por cualquier
medio inteligible, e incluso en forma verbal, pero en contraposición a ello el código de Comercio
dice en el Art. 1094 que el mandatario deberá exhibir el mandato a los terceros con quien
contrate, no podrá oponerles las instrucciones que hubiere recibido por separado del
mandante, salvo si probare que tenían conocimiento de ellas al contratar.

Es decir que en materia mercantil por regla general se requiere que sea el mandato en forma
expresa y que se haga por escrito, dado que este documento con posterioridad deberá
inscribirse en el Registro de Comercio según el artículo 13, Lit. 4 de la Ley del Registro de
Comercio, el cual dice: En el Registro se inscribirán: Los poderes que los comerciantes
otorguen y que contengan clausulas mercantiles; los poderes judiciales que se utilicen para
diligencias que deban seguirse ante el Registro de Comercio; los documentos por los cuales se
modifiquen, sustituyan o revoquen los mencionados poderes o nombramientos; los
nombramientos de factores y agentes de comercio; las credenciales de los directores, gerentes,
liquidadores y en general, administradores de las sociedades.

Luego de la inscripción del contrato no será necesario adjuntarlo al presentar algún escrito o
solicitud ante este Registro bastara simplemente con citar en dicho escrito el asiento que
legitima la personería del mandatario. Existiendo algunos casos en los que se presume, tal es
el caso de los factores y dependientes por su calidad de auxiliares de comercio.

Características del Mandato Mercantil:


El mandato Mercantil es un contrato principal, consensual por regla general, oneroso, bilateral,
por naturaleza remunerado, y por lo general por cuenta ajena en su obrar, y por su resultado
ese obrar puede ser para el mandante o hacia un tercero.

a- Contrato principal: porque subsiste por si mismo sin necesidad de otra convención. (Art.
1313 C.C)

b- Consensual: Se perfecciona por el solo consentimiento de las partes. (Art. 1314 C.C)
c- Oneroso: Porque a diferencia del mandato civil, el mandato mercantil es de naturaleza
onerosa, manifestando el art. 1084 C. Com., al manifestar que todo mandatario tiene derecho a
una remuneración por su trabajo.
d- Remunerado: porque el legislador deja establecido en el art, 1918 C.Com y 1877 C.C.
e- El mandatario actúa en representación del Mandante: esto es por la sencilla razón que los
actos de comercio ejecutados en el ejercicio de su cargo, se reputan ejecutados por el
mandante, todo esto es así, en virtud de la función representativa (El mandatario actúa en
nombre propio pero por cuenta ajena si el mandato es no representativo, y actúa en nombre
ajeno y por cuenta ajena si el mandato es representativo), y es básico para poder diferenciarlo
de otros contratos mercantiles, por ejemplo el Contrato de Comisión. (Art. 1083 C.Com y 1319
C.C.)

f- Bilateral: obligándose tanto el Mandante como el Mandatario, el primero a pagar la


remuneración y el segundo a realizar el o los actos de comercio para los cuales ha sido
encomendado. (Art. 1310 C.C)

Alcances del Mandato Mercantil

El mandato mercantil se extiende a los actos para los cuales se ha conferido y que sean
necesarios para su cumplimiento, es decir, únicamente comprende los actos del giro ordinario
del negocio encomendado.

Si el mandatario está actuando en nombre y por cuenta del mandante los efectos jurídicos se
radican en cabeza del mandante y se traba una relación jurídica entre este y el tercero. Pero si
no es representativo, el mandatario es el que debe responderle al tercero con quien contrató y
el mandante es como un tercero ajeno a la negociación, aunque lógicamente el mandatario
debe traspasar los efectos económicos al mandante del negocio que realizó.

Diferencia y similitudes entre mandato mercantil y mandato civil:

DIFERENCIAS
En que el mercantil, siempre es remunerado y si no se pactan honorarios, se deberán los
usuales en el lugar donde la operación se realice. Por lo general, el mandato mercantil es
expreso, se hace constar por escrito y se inscribe en el Registro de Comercio. En algunos
casos se presume: cuando se trata de los factores y dependientes por su calidad de auxiliares
de comercio.

La clase de negocios a la que esta encomendado son distintas, ya que en el mandato mercantil
deben practicarse actos de comercio, y en el mandato civil puede ser cualquier otra clase de
negocios que se estén gestionando.

En el mandato Mercantil el poder debe inscribirse en el Registro de Comercio por lo cual


requiere necesariamente que sea en forma escrita, y en el mandato civil puede ser escrito o
verbal o de otra de las maneras inteligibles existentes.

El mandato mercantil tiene la peculiaridad que el mandatario tiene ciertos derechos


preferenciales, que no los tiene la rama civil

SIMILITUDES:

En ambos mandatos, el mandatario actúa en nombre y por cuenta del mandante, o sea por
cuenta ajena y no propia.

En cuanto a las causas de terminación del mandato mercantil son las mismas que el mandato
civil, y en ambas materias el mandatario está obligado a responder por los daños y perjuicios
que ocasiona el mandante por el incumplimiento o exceso de los limites establecidos.

Diferencia entre Mandato, Representación y Poder:

Por regla general, en todos los contratos de mandato se faculta al mandatario para actuar en
representación del mandante; sin embargo no es, por lo menos en derecho salvadoreño, una
nota característica e imprescindible de este contrato el que siempre se otorgue bajo la idea de
la representación, ya que pueden celebrarse contratos de mandato sin representación.

Cuando se otorga un mandato y un poder se trata de un mandato con representación directa,


en este supuesto los actos celebrados por el mandatario, repercutirán directamente en el
patrimonio del mandante, pues en virtud del poder el mandatario actúa a nombre y por cuenta
del mandante.

en el contrato de mandato hay que tener presente la característica de que los actos que realice
el mandatario se entenderán realizados por cuenta del mandante, pero pueden realizarse esos
actos a nombre del mandante, o a nombre del mismo mandatario. Es decir se dice que el
contrato de mandato es representativo o con representación, cuando el mandatario actúa a
nombre y se sobreentiende por cuenta del mandante y así al actuar el mandatario no lo hace
por su propio derecho o en su nombre propio sino actúa en nombre del mandante. si se celebra
un contrato de mandato por virtud del cual el mandatario se obliga a adquirir una propiedad a
nombre (y se entiende por cuenta) del mandante, al celebrar el contrato de adquisición a
realizar los actos adquisitivos, aparecerá el bien directamente a nombre del mandante, en
cambio si se celebra un contrato de mandato por virtud del cual se autoriza al mandatario a
actuar en su propio nombre o por su propio derecho, y haciendo uso de tal facultad adquiere el
bien, al celebrar el contrato de adquisición o realizar los actos adquisitivos, aparecerá el bien a
nombre del mandatario y requerirá, con posterioridad y en cumplimiento de sus obligaciones
contraídas en el contrato de mandato, mediante la rendición de cuentas correspondientes,
traspasar el dominio del bien al mandante, de lo anterior se desprende que el mandato es un
contrato y que por virtud del mismo puede concederse o no, una representación.
Si en un contrato de mandato se concede representación, técnicamente se debe considerar
que en el contrato está implícito el otorgamiento de un poder, ya que este es el medio, camino
o instrumento necesario para conferir la representación y si no se otorga o concede esa
representación, entonces no estará involucrado en el mandato el otorgamiento de un poder, de
lo anterior se desprende que es posible manifestar una expresión como sigue: ―existen
mandatos con poder y existen mandatos sin poder y por lo tanto existirán poderes con mandato
y poderes sin mandato.

Definición de poder: Se refiere a la institución por medio de la cual una persona puede
representar a otra en virtud de un acto derivado de la autonomía de la voluntad o de la ley.

Es el elemento de esencia del poder, el que se indique con toda claridad que el representante
actuara siempre en nombre del representado. De aquí se desprende que una persona por el
simple hecho de otorgar un poder no se está obligado a nada en relación a su apoderado; y por
el simple hecho de otorgar el poder, no se está obligado para con los terceros porque todo
depende de la actuación del apoderado.

En síntesis la representación es un acto de conferimiento de poderes otorgados al


representado, mientras que el poder o poderes conferidos constituyen el contenido de la
representación en cuanto al facultamiento para ejercer actos de dominio, de administración o
de conservación y cuidado de bienes y derechos del representado, y cuyo ejercicio compete al
re-presentante frente a terceros. El mandato se distingue de la representación y del
apoderamiento, porque el mandato constituye la fijación de la naturaleza y contenido de las
facultades y los efectos del ejercicio de la representación. el mandato constituye el contenido
de facultades que una persona (física o moral) otorga a otra para su ejercicio.

Sujetos que participan en el contrato de mandato mercantil:

El mandante: Es la persona que confiere el encargo (Art 1876 C.C.), a otra persona llamada
mandatario, en esta especie de mandato la gestión versa sobre un acto de comercio a realizar,
y produce el mismo efecto como si el propio mandante lo ha celebrado personalmente.

El Mandatario: Persona que ejecuta el mandato en nombre y cuenta del mandante; en materia
mercantil, se dice que pueden ser mandatarios todas las personas a quien se confiere poder
para ejecutar actos de comercio y los auxiliares de los comerciantes, que son los siguientes:

a) Los Factores: persona que dirige por cuenta ajena una empresa, una rama especial de
ella o un establecimiento de la misma, y que a su vez está facultada para realizar todas las
operaciones concernientes al objeto de la empresa, y se tendrán por ejecutadas en nombre y
cuenta del mandante, y en todo lo demás referentes a este mandatario se regulara de
conformidad al artículo 365 y siguientes del Código de Comercio.

b) Los Dependientes: es otro mandatario que está facultado para controlar en nombre y
cuenta del manante, siempre tomando en consideración las facultades, deberes, derechos y
obligaciones del contrato mismo y se regulara de conformidad al artículo 368 y siguientes del
Código de Comercio.

c) Los agentes de comercio: son otros de los mandatarios que están facultados para la
ejecución de los actos de comercio cuya gestión se les ha encomendado y entre quienes
encontramos los siguientes mandatarios: Agentes dependientes, agentes representantes o
distribuidores y agentes intermediarios. Esto se rige de conformidad a los artículos 384 y
siguientes del Código de Comercio.

El Contratante: es la persona con quien contrata el mandatario a nombre del mandante y a


quien deberá exhibírsele el mandato escrito por parte del mandatario para probar su calidad de
tal, y que el acto de comercio cuya gestión se realiza se llegue a cumplir de conformidad a las
instrucciones dadas por el mandante.

Obligaciones del mandatario:


a) El comerciante que rehusare el mandato mercantil, deberá comunicar su negativa al
mandante en el plazo de ocho días, pero queda obligado a practicar las diligencias
indispensables para la conservación de las mercaderías que le hayan sido remitidas, hasta que
el mandante provea lo conveniente

Cuando el mandante nada hiciere después de recibir el aviso, el comerciante a quien se haya
remitido las mercaderías, recurrirá al Juez para que ordene el depósito y custodia de ellas, por
cuenta del propietario, y la venta de las que no sea posible conservar o de las necesarias para
satisfacer los gastos ocasionados.

La falta de cumplimiento de lo antes referido, obliga al presunto mandatario a la indemnización


de daños y perjuicios.

b) Si las mercaderías que el mandatario recibiere por cuenta del mandante presentasen
señales visibles de deterioros sufridos durante el transporte, deberá practicar los actos
necesarios para dejar a salvo su responsabilidad.

Si los deterioros fueren de tal naturaleza que exijan providencias urgentes, el mandatario podrá
enajenar la mercaderías por medio de dos comerciantes de la plaza.

c) El mandatario será responsable, mientras dure la guarda y conservación de las


mercaderías del mandante, por los perjuicios que no sean resultado del transcurso del tiempo,
como fortuito, fuerza mayor o vicio inherente a la naturaleza de la cosa.

El mandatario deberá asegurar contra incendio las mercaderías del mandante, quedando este
obligado a satisfacer la prima y los gastos; y solo dejara aquel de ser responsable por la falta y
continuación del seguro, si hubiere recibido orden del mandante para no efectuarlo, o si este
hubiere rehusado la comisión de fondos para el pago de la prima;

d) El mandatario, sea cual fuere la causa de los prejuicios que sobrevengan a las
mercaderías que tenga por cuenta del mandante, está obligado a hacer constar por medio de
dos comerciantes de la plaza, las alternativas ocurridas y a dar aviso al mandante;

e) El mandatario que no cumpla el mandato de conformidad con las instrucciones recibidas, y


a falta o insuficiencia de ellas, con arreglo a los usos de comercio, responderá de los daños y
perjuicios;

f) El mandatario está obligado a informar al mandante de los hechos que puedan conducir a
modificar o revisar el mandato;
g) El mandatario está obligado a dar aviso, sin demora, de la ejecución del mandato al
mandante, y cuando este no responda inmediatamente, se presumirá ratificado el negocio,
aunque el mandatario se haya excedido de los términos del mandato;

h) El mandatario deberá satisfacer intereses de las cantidades pertenecientes al mandante a


contar del día en que las debió haber entregado o expedido. Si en mandatario distrajese las
cantidades remitidas empleándolas en beneficio propio, responderá a contar del día en que las
reciba, de los daños y perjuicios que resulten de la falta, sin perjuicio de la acción criminal a
que hubiere lugar;

i) El mandatario deberá exhibir el mandato escrito a los terceros con quienes contrate; no
podrá oponerles las instrucciones que hubiese recibido por separado del mandante, salvo si
probare que tenían conocimiento de ellas al contratar.

Compensación económica:

El mandatario, sus herederos o representantes tendrán derecho a una compensación


proporcional a lo que recibirán por la ejecución total del mandato, cuando el contrato termine
por muerte o interdicción de una de las partes.

Derechos y Preferencias. El mandatario mercantil goza de los siguientes derechos y


preferencias:

I- Por los adelantos y gastos que hubiere hecho, por los intereses de las cantidades
desembolsadas y por remuneración de su trabajo, sobre las mercaderías que le sean remitidas
para su venta por cuenta del mandante y que estuvieren a su disposición y sobre aquellas que
probare con la carta de porte haberle sido expedidas y a que tales créditos afectan;

II- Por el precio de las mercaderías compradas por cuenta del mandante, sobre las mismas
mercaderías, en cuanto se hallaren a su disposición; y,

III- Por los créditos citados sobre el precio de las mercaderías, pertenecientes al mandante.

Los créditos dichos del romano uno, son de carácter preferente a todos los créditos contra el
mandante, salvo los que provengan de gastos de transporte o seguro, hayan sido constituidos
antes o después de que las mercaderías llegaren a poder del mandatario.

Derechos y obligaciones del mandante:

Derechos: Los principales derechos del mandante (en el mandato mercantil, en general) se
refieren a la facultad que tiene de fijar los límites del mandato, o sea establecer y determinar la
operación u operaciones que el mandatario ha de realizar y, en su caso, el modo de
efectuarlas. También tiene derecho el mandante a exigir del mandatario la correspondiente
indemnización de daños y perjuicios, si éste no cumpliere el encargo de conformidad con las
instrucciones recibidas y, a falta o insuficiencia de éstas, con arreglo a los usos del comercio.
También puede exigir al mandatario la indemnización procedente por los daños que sufran las
mercancías que le hubiere remitido y que no sean consecuencia del transcurso del tiempo,
caso fortuito, fuerza mayor, o vicio propio de las cosas
El mandante puede revocar el mandato y dejarlo sin efecto; pero si tal revocación fuere
arbitraria, es decir, no justificada, deber a indemnizar al mandatario de los daños y perjuicios
que se le ocasiones.

Obligaciones: El mandante debe facilitar al mandatario los medios necesarios para la


ejecución del mandato salvo el caso de que medie pacto en contrario, no siendo obligatorio el
desempeño del mandato que exija remesa de fondos, aunque haya sido aceptado, mientras el
mandante no ponga a disposición del mandatario las cantidades que fueren necesarias. Sin
embargo, si se hubiere estipulado anticipo de fondos por parte del mandatario, éste quedar á
obligado a suplirlos, excepto en el caso de suspensión de pagos o quiebra del mandante.

Terminación del Mandato:

Además de las causas generales que extinguen las obligaciones, el art. 1923 C.C. señala
causas especiales de extinción para las obligaciones surgidas del mandato, a ellas nos
referimos seguidamente:

1. Por el desempeño del negocio para que fue constituido


2. Por la expiración del término o por el evento de la condición prefijados para la
terminación del mandato
3. Por la revocación del mandante
4. Por la renuncia del mandatario
5. Por la muerte del mandante o del mandatario
6. Por la quiebra o insolvencia del uno o del otro
7. Por la interdicción del uno o del otro
8. Por la cesación de las funciones del mandante, si el mandato ha visto dado en ejercicio de
ellas; pero las gestiones iniciadas o llevadas a cabo por el mandatario mientras se haya podido
ignorar la relevación de las funciones del mandante, serán válidos respecto de terceros de
buena fe. En cuanto a los asuntos judiciales en que haya intervenido el mandatario, se
observara lo dispuesto en el Código Procesal Civil y Mercantil.

La forma ideal de terminar el mandato es cumpliendo los encargos establecidos por el


mandante, art. 1923 Nº 1, c.c., pero puede haberse fijado también una fecha o la llegada de un
evento que indique su finalización, en caso de no haber cumplido con todas las actividades, art.
1923 Nº 2, c.c.

Además, el mandante tiene la potestad de revocar el mandato en cualquier tiempo, art. 1923 Nº
3, c.c., y en este caso no es necesario que el mandatario prepare ningún tipo de actividades
visto que el mandante, al tomar dicha decisión, ha tomado las medidas necesarias para
continuar con las actividades.

Dado que el mandatario no se encuentra encadenado a la aceptación del mandato ni


imposibilitando de cambiar su decisión, el legislador le ha permitido renunciar, art. 1923 n° 4,
c.c., pero con la pequeña variante que no puede cesar en sus obligaciones, puesto que es
necesario que el mandante encuentre otra persona que este dispuesto a asumir el encargo o
realizarlo personalmente, todo dentro de un periodo razonable, art. 1927.c.c.

Debido a que el mandato es un contrato de confianza, hasta cierto punto, ya sea por amistado
por la experiencia de una persona en cierto campo, la muerte de cualquiera de las partes da
por finalizado el mandato, art. 1923 n° 5, c.c. sin embargo, el mandatario no podrá dejar de
realizar las gestiones si puede poner en perjuicio a los herederos del demandante, art.
1928,c.c. y si es el mandatario el que fallece, sus herederos deberán notificar al mandante del
acontecimiento, su pena de ser responsables de los perjuicios, art. 1929, c.c.

Otra forma de terminar el mandato es dado la imposibilidad de continuarlo cuando, al haber


contratado a dos o más mandatarios, renuncia cualquiera y se encuentran obligados a actuar
conjuntamente, art. 1930, c.c.

Elementos del mandato mercantil:


Los elementos de este mandato son los mismos de cualquier contrato: el consentimiento, la
capacidad y el contenido de la declaración de la voluntad

El consentimiento: Para poder prestar un consentimiento que sea jurídicamente válido es


necesario cumplir determinados requisitos:

En general, es necesario tener suficiente capacidad de obrar o capacidad legal. Se puede decir
que no pueden prestar su consentimiento los menores de edad o incapacitados. Sin embargo,
puede darse el caso de que la incapacidad de prestar consentimiento sólo abarque a una serie
de actos jurídicos, y no a otros.

Además, el consentimiento no es válido cuando se ha emitido bajo la influencia de alguno de


los posibles vicios del consentimiento: (Art. 1316 inc 2º y 1322 C.C.)

Error: Error grave en la apreciación de los hechos de forma que sin que se hubiera producido
ese error no se hubiera producido el consentimiento (Art 1323 y sgts C.C).

Fuerza: Cuando se arranca el consentimiento mediante el empleo de la fuerza o la


intimidación. (Art 1327 y sgts C.C)

Dolo: Cuando la contraparte ha inducido a error al otro contratante con el fin de arrancar el
consentimiento. (Art 1329 y sgts C.C)

La Capacidad Jurídica es, en Derecho, la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones;
de reclamar los primeros y contraer los segundos en forma personal y comparecer a juicio por
propio derecho. (Art. 7 C. COM, 1316, 1317 C.C.)

Contenido de la declaración de voluntad: hace referencia al objeto del mandato, la cual son
las obligaciones que contraen las partes: el mandatario debe ejecutar el negocio para el cual se
le ha conferido poder, y el mandante debe pagar la remuneración estipulada.

CÓDIGO CIVIL ARGENTINO


Libro Segundo

De los Derechos Personales en las relaciones civiles


Sección Tercera

De las obligaciones que nacen de los contratos


Título IX10
AUTOR TEMA RESUMEN ARTÍCULOS NÚMERO
REFERENCIA CONSECUTIVO
Código Civil De las Contrato de mandato 1869- 1985 10
Argentino obligaciones en Argentina
que nacen de
los contratos

Del mandato
Artículo 1869.-

El mandato, como contrato, tiene lugar cuando una parte da a otra el poder, que ésta acepta,
para representarla, al efecto de ejecutar en su nombre y de su cuenta un acto jurídico, o una
serie de actos de esta naturaleza
.
Artículo 1870.-
Las disposiciones de este título son aplicables:

1 - A las representaciones necesarias, y a las representaciones de los que por su oficio público
deben representar determinadas clases de personas, o determinadas clases de bienes, en todo
lo que no se oponga a las leyes especiales sobre ellas;

2 - A las representaciones de las corporaciones y de los establecimientos de utilidad pública;

3 - A las representaciones por administraciones o liquidaciones de sociedades, en los casos


que así se determine en este Código y en el Código de Comercio;

4 - A las representaciones por personas dependientes, como los hijos de familia en relación a
sus padres, el sirviente en relación a su patrón, el aprendiz en relación a su maestro, el militar
en relación a su superior, las cuales serán juzgadas por las disposiciones de este título, cuando
no supusiesen necesariamente un contrato entre el representante y el representado;

5 - A las representaciones por gestores oficiosos;

6 - A las procuraciones judiciales en todo lo que no se opongan a las disposiciones del Código
de Procedimientos;

7 - A las representaciones por albaceas testamentarios o dativos.

Artículo 1871.-
El mandato puede ser gratuito u oneroso. Presúmase que es gratuito, cuando no se hubiere
convenido que el mandatario perciba una retribución por su trabajo. Presúmase que es oneroso
cuando consista en atribuciones o funciones conferidas por la ley al mandatario, y cuando
consista en los trabajos propios de la profesión lucrativa del mandatario, o de su modo de vivir.

Artículo 1872.-
El poder que el mandato confiere está circunscripto a lo que el mandante podría hacer, si él
tratara u obrara personalmente.
Artículo 1873.-
El mandato puede ser expreso o tácito. El expreso puede darse por instrumento público o
privado, por cartas, y también verbalmente.

Artículo 1874.-
El mandato tácito resulta no sólo de los hechos positivos del mandante, sino también de su
inacción o silencio, o no impidiendo, pudiendo hacerlo, cuando sabe que alguien está haciendo
algo en su nombre.

Artículo 1875.-
El mandato puede ser aceptado en cualquiera forma, expresa o tácitamente. La aceptación
expresa resulta de los mismos actos y formas que el mandato expreso.

Artículo 1876.-
La aceptación tácita resultará de cualquier hecho del mandatario en ejecución del mandato, o
de su silencio mismo.

Artículo 1877.-
Entre presentes se presume aceptado el mandato, si el mandante entregó su poder al
mandatario, y éste lo recibió sin protesta alguna.

Artículo 1878.-
Entre ausentes la aceptación del mandato no resultará del silencio del mandatario, sino en los
casos siguientes:

1 - Si el mandante remite su procuración al mandatario, y éste la recibe sin protesta alguna;

2 - Si el mandante le confirió por cartas un mandato relativo a negocios que por su oficio,
profesión o modo de vivir acostumbraba recibir y no dio respuesta a las cartas.

Artículo 1879.-
El mandato es general o especial. El general comprende todos los negocios del mandante, y el
especial uno o ciertos negocios determinados.

Artículo 1880.-
El mandato concebido en términos generales, no comprende más que los actos de
administración, aunque el mandante declare que no se reserva ningún poder, y que el
mandatario puede hacer todo lo que juzgare conveniente, o aunque el mandato contenga la
cláusula de general y libre de administración.

Artículo 1881.-
Son necesarios poderes especiales:

1 - Para hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;


2 - Para hacer novaciones que extingan obligaciones ya existentes al tiempo del mandato;

3 - Para transigir, comprometer en árbitros, prorrogar jurisdicciones, renunciar al derecho de


apelar, o a prescripciones adquiridas;
4 - Para cualquier renuncia gratuita, o remisión, o quita de deudas, a no ser en caso de falencia
del deudor;

5 - Derogado por la ley 23.515.

6 - Para el reconocimiento de hijos naturales;

7 - Para cualquier contrato que tenga por objeto transferir o adquirir el dominio de bienes
raíces, por título oneroso o gratuito;

8 - Para hacer donaciones, que no sean gratificaciones de pequeñas sumas, a los empleados o
personas del servicio de la administración;

9 Para prestar dinero, o tomar prestado, a no ser que la administración consista en dar y tomar
dinero a intereses, o que los empréstitos sean una consecuencia de la administración, o que
sea enteramente necesario tomar dinero para conservar las cosas que se administran;

10 - Para dar en arrendamiento por más de seis años inmuebles que estén a su cargo;

11 - Para constituir al mandante en depositario, a no ser que el mandato consista en recibir


depósitos o consignaciones; o que el depósito sea una consecuencia de la administración;

12 - Para constituir al mandante en la obligación de prestar cualquier servicio, como locador, o


gratuitamente;

13 - Para formar sociedad;

14 - Para constituir al mandante en fiador;

15 - Para constituir o ceder derechos reales sobre inmuebles;

16 - Para aceptar herencias;

17 - Para reconocer o confesar obligaciones anteriores al mandato.

Artículo 1882.-
El poder especial para transar, no comprende el poder para comprometer en árbitros.

Artículo 1883.-
El poder especial para vender, no comprende el poder para hipotecar, ni recibir el precio de la
venta, cuando se hubiere dado plazo para el pago; ni el poder para hipotecar, el poder de
vender.

Artículo 1884.-
El mandato especial para ciertos actos de una naturaleza determinada, debe limitarse a los
actos para los cuales ha sido dado, y no puede extenderse a otros actos análogos, aunque
éstos pudieran considerarse como consecuencia natural de los que el mandante ha encargado
hacer.
Artículo 1885.-
El poder especial para hipotecar bienes inmuebles del mandante, no comprende la facultad de
hipotecarlos por deudas anteriores al mandato.

Artículo 1886.-
El poder para contraer una obligación, comprende el de cumplirla, siempre que el mandante
hubiese entregado al mandatario el dinero o la cosa que se debe dar en pago.

Artículo 1887.-
El poder de vender bienes de una herencia, no comprende el poder para cederla, antes de
haberla recibido.

Artículo 1888.-
El poder para cobrar deudas, no comprende el de demandar a los deudores, ni recibir una cosa
por otra, ni hacer novaciones, remisiones o quitas.

Capítulo I Del objeto del mandato


Artículo 1889.-
Pueden ser objeto del mandato todos los actos lícitos, susceptibles de producir alguna
adquisición, modificación o extinción de derechos.

Artículo 1890.-
El mandato no da representación, ni se extiende a las disposiciones de última voluntad, ni a los
actos entre vivos, cuyo ejercicio por mandatarios se prohíbe en este Código o en otras leyes.

Artículo 1891.-
El mandato de acto ilícito, imposible o inmoral, no da acción alguna al mandante contra el
mandatario, ni a éste contra el mandante, salvo si el mandatario no supiere, o no tuviere razón
de saber que el mandato era ilícito.

Artículo 1892.-
El mandato puede tener por objeto uno o más negocios de interés exclusivo del mandante, o
del interés común del mandante y mandatario, o del interés común del mandante y de terceros,
o del interés exclusivo de un tercero; pero no en el interés exclusivo del mandatario.

Artículo 1893.-
La incitación o el consejo, en el interés exclusivo de aquel a quien se da, no produce obligación
alguna, sino cuando se ha hecho de mala fe, y en este caso el que ha incitado o dado el
consejo debe satisfacer los daños y perjuicios que causare.

Capítulo II De la capacidad para ser mandante o mandatario

Artículo 1894.-
El mandato para actos de administración debe ser conferido por persona que tenga la
administración de sus bienes.

Artículo 1895.-
Si el mandato es para actos de disposición de sus bienes, no puede ser dado, sino por la
persona capaz de disponer de ellos.

Artículo 1896.-
Pueden ser mandatarios todas las personas capaces de contratar, excepto para aquellos actos
para los cuales la ley ha conferido atribuciones especiales a determinadas clases de personas.

Artículo 1897.-
El mandato puede ser válidamente conferido a una persona incapaz de obligarse, y el
mandante está obligado por la ejecución del mandato, tanto respecto al mandatario, como
respecto a terceros con los cuales éste hubiese contratado.

Artículo 1898.-
El incapaz que ha aceptado un mandato, puede oponer la nulidad del mandato cuando fuese
demandado por el mandante por inejecución de las obligaciones del contrato, o por rendición
de cuentas, salvo la acción del mandante por lo que el mandatario hubiese convertido en su
provecho.

Artículo 1899.-
Cuando en el mismo instrumento se hubiesen nombrado dos o más mandatarios, entiéndase
que el nombramiento fue hecho para ser aceptado por uno solo de los nombrados, con las
excepciones siguientes:

1 - Cuando hubieren sido nombrados para que funcionen todos o algunos de ellos
conjuntamente;

2 - Cuando hubieren sido nombrados para funcionar todos o algunos de ellos separadamente,
o cuando el mandante hubiere dividido la gestión entre ellos, o los hubiese facultado para
dividirla entre sí;

3 - Cuando han sido nombrados para funcionar uno de ellos, en falta del otro u otros.

Artículo 1900.-
Cuando han sido nombrados para funcionar todos, o algunos de ellos conjuntamente, no podrá
el mandato ser aceptado separadamente.

Artículo 1901.-
Cuando han sido nombrados para funcionar uno en falta de otro o de otros, el nombrado en
segundo lugar no podrá aceptar el mandato, sino en falta del nombrado en primer lugar, y así
en adelante. La falta tendrá lugar cuando cualquiera de los nombrados no pudiese, o no
quisiese aceptar el mandato, o aceptado no pudiese servirlo por cualquier motivo.

Artículo 1902.-
Entiéndase que fueron nombrados para funcionar uno a falta de otro, cuando el mandante
hubiere hecho el nombramiento en orden numérico, o llamado primero al uno y en segundo
lugar al otro.

Artículo 1903.-
Aceptado el mandato por uno de los nombrados, su renuncia, fallecimiento o incapacidad
sobreviniente, dará derecho a cada uno de los otros nombrados para aceptarlo según el orden
de su nombramiento.

Capítulo III De las obligaciones del mandatario


Artículo 1904.-
El mandatario queda obligado por la aceptación a cumplir el mandato, y responder de los daños
y perjuicios que se ocasionaren al mandante por la inejecución total o parcial del mandato.

Artículo 1905.-
Debe circunscribirse en los límites de su poder, no haciendo menos de lo que se le ha
encargado. La naturaleza del negocio determina la extensión de los poderes para conseguir el
objeto del mandato.

Artículo 1906.-
No se consideran traspasados los límites del mandato, cuando ha sido cumplido de una
manera más ventajosa que la señalada por éste.

Artículo 1907.-
El mandatario debe abstenerse de cumplir el mandato, cuya ejecución fuera manifiestamente
dañosa al mandante.

Artículo 1908.-
El mandatario no ejecutará fielmente el mandato, si hubiese oposición entre sus intereses y los
del mandante, y diese preferencia a los suyos.

Artículo 1909.-
El mandatario está obligado a dar cuenta de sus operaciones, y entregar al mandante cuanto
haya recibido en virtud del mandato, aunque lo recibido no se debiese al mandante.

Artículo 1910.-
La relevación de rendir cuentas, no exonera al mandatario de los cargos que contra él justifique
el mandante.

Artículo 1911.-
La obligación que tiene el mandatario de entregar lo recibido en virtud del mandato, comprende
todo lo que el mandante le confió y de que no dispuso por su orden; todo lo que recibió de
tercero, aunque lo recibiese sin derecho; todas las ganancias resultantes del negocio que se le
encargó; los títulos, documentos y papeles que el mandante le hubiese confiado, con excepción
de las cartas e instrucciones que el mandante le hubiese remitido o dado.

Artículo 1912.-
Si por ser ilícito el mandato resultaren ganancias ilícitas, no podrá el mandante exigir que el
mandatario se las entregue; pero si, siendo lícito el mandato, resultasen ganancias ilícitas por
abuso del mandatario, podrá el mandante exigir que se las entregue.

Artículo 1913.-
El mandatario debe intereses de las cantidades que aplicó a uso propio, desde el día en que lo
hizo, y de las que reste a deber desde que se hubiese constituido en mora de entregarlas.

Artículo 1914.-
El mandatario puede, por un pacto especial, tomar sobre sí la solvencia de los deudores y
todas las incertidumbres y embarazos del cobro; constituyéndose desde entonces principal
deudor para con el mandante, y son de su cuenta hasta los casos fortuitos y de fuerza mayor.

Artículo 1915.-
Los valores en dinero que el mandatario tiene en su poder por cuenta del mandante, perecen
para el mandatario, aunque sea por fuerza mayor o caso fortuito, salvo que estén contenidos
en cajas o sacos cerrados sobre los cuales recaiga el accidente o la fuerza.

Artículo 1916.-
El mandatario que se halle en imposibilidad de obrar con arreglo a sus instrucciones, no está
obligado a constituirse agente oficioso: le basta tomar las medidas conservatorias que las
circunstancias exijan.

Artículo 1917.-
Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que por su oficio o su modo de vivir, acepta
él regularmente, aun cuando se excuse del encargo, deberá tomar las providencias
conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda.

Artículo 1918.-
No podrá el mandatario por sí ni por persona interpuesta, comprar las cosas que el mandante
le ha ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante, lo que éste le ha ordenado comprar,
si no fuese con su aprobación expresa,

Artículo 1919.-
Si fuese encargado de tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo al interés corriente;
pero facultado para dar dinero a interés, no podrá tomarlo prestado para sí, sin aprobación del
mandante.

Artículo 1920.-
Cuando un mandato ha sido dado a muchas personas conjuntamente, no hay solidaridad entre
ellas, a menos de una convención en contrario.

Artículo 1921.-
Cuando la solidaridad ha sido estipulada, cada uno de los mandatarios responde de todas las
consecuencias de la inejecución del mandato, y por la consecuencia de las faltas cometidas por
sus comandatarios; pero en este último caso el uno de los mandatarios no es responsable de lo
que el otro hiciere, traspasando los límites del mandato.

Artículo 1922.-
Cuando la solidaridad no ha sido estipulada, cada uno de los mandatarios responde sólo de las
faltas o de los hechos personales.

Artículo 1923.-
Respecto a las pérdidas e intereses que se debiesen por la inejecución del mandato, cada uno
de los mandatarios no está obligado sino por su porción viril; pero, si según los términos del
mandato conferido a muchas personas, el uno de los mandatarios no pudiese obrar sin el
concurso de los otros, el que se hubiera negado a cooperar a la ejecución del mandato, sería
único responsable por la inejecución del mandato, de todas las pérdidas e intereses.

Artículo 1924.-
El mandatario puede sustituir en otro la ejecución del mandato; pero responde de la persona
que ha sustituido, cuando no ha recibido el poder de hacerlo, o cuando ha recibido este poder,
sin designación de la persona en quien podía sustituir, y hubiese elegido un individuo
notoriamente incapaz o insolvente.
Artículo 1925.-
Aunque el mandatario haya sustituido sus poderes, puede revocar la sustitución cuando lo
juzgue conveniente. Mientras ella subsiste, es de su obligación la vigilancia en el ejercicio de
los poderes conferidos al sustituto.

Artículo 1926.-
El mandante en todos los casos tiene una acción directa contra el sustituido, pero sólo en razón
de las obligaciones que éste hubiere contraído por la sustitución; y recíprocamente el sustituido
tiene acción contra el mandante por la ejecución del mandato.

Artículo 1927.-
El mandante tiene acción directa contra el sustituido, toda vez que por una culpa que éste
hubiere cometido, fuese responsable de los daños e intereses.

Artículo 1928.-
Las relaciones entre el mandatario y el sustituido por él, son regidas por las mismas reglas que
rigen las relaciones del mandante y mandatario.

Artículo 1929.-
El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar en su propio nombre o en el del
mandante. Si contrata en su propio nombre, no obliga al mandante respecto de terceros. Este,
sin embargo, puede exigir una subrogación judicial en los derechos y acciones que nazcan de
los actos, y puede ser obligado por los terceros acreedores que ejercieren los derechos del
mandatario a llenar las obligaciones que de ellos resultan.
Artículo 1930.-
Contratando en nombre del mandante, no queda personalmente obligado para con los terceros
con quienes contrató, ni contra ellos adquiere derecho alguno personal, siempre que haya
contratado en conformidad al mandato, o que el mandante en caso contrario hubiese ratificado
el contrato.

Artículo 1931.-
Cuando contratase en nombre del mandante, pasando los límites del mandato, y el mandante
no ratificare el contrato, será éste nulo, si laparte con quien contrató el mandatario conoce los
poderes dados por el mandante.

Artículo 1932.-
En el caso del artículo anterior, sólo quedará obligado para con la parte con quien contrató, si
por escrito se obligó por sí mismo, o se obligó a presentar la ratificación del mandante.

Artículo 1933.-
Quedará sin embargo personalmente obligado, y podrá ser demandado por el cumplimiento del
contrato o por indemnización de pérdidas e intereses, si la parte con quien contrató no conocía
los poderes dados por el mandante.

Artículo 1934.-
Un acto respecto de terceros se juzgará ejecutado en los límites del mandato, cuando entra en
los términos de la procuración, aun cuando el mandatario hubiere en realidad excedido el límite
de sus poderes.

Artículo 1935.-
La ratificación tácita del mandante resultará de cualquier hecho suyo que necesariamente
importe una aprobación de lo que hubiese hecho el mandatario. Resultará también del silencio
del mandante, si siendo avisado por el mandatario de lo que hubiese hecho, no le hubiere
contestado sobre la materia.

Artículo 1936.-
La ratificación equivale al mandato, y tiene entre las partes efecto retroactivo al día del acto, por
todas las consecuencias del mandato; pero sin perjuicio de los derechos que el mandante
hubiese constituido a terceros en el tiempo intermedio entre el acto del mandatario y la
ratificación.

Artículo 1937.-
Los terceros no pueden oponer el exceso o inobservancia del mandato, una vez que el
mandante lo hubiere ratificado, o quiera ratificar lo que hubiese hecho el mandatario.

Artículo 1938.-
Los terceros con quienes el mandatario quiera contratar a nombre del mandante, tienen
derecho a exigir que se les presente el instrumento de la procuración, las cartas órdenes, o
instrucciones que se refieran al mandato. Las órdenes reservadas, o las instrucciones secretas
del mandante, no tendrán influencia alguna sobre los derechos de terceros que contrataron en
vista de la procuración, órdenes o instrucciones, que les fueron presentadas.

Artículo 1939.-
Celebrado el contrato por escritura pública, debe observarse lo dispuesto respecto a los
instrumentos públicos, cuando los otorgantes fueren representados por procurador, o fueren
representantes necesarios. Celebrado el contrato por instrumento privado, la parte contratante
con el mandatario tiene derecho a exigir la entrega de la pieza original, de donde conste el
mandato, o una copia de ella en forma auténtica.

Artículo 1940.-
En caso de duda, si el contrato ha sido hecho a nombre del mandante o a nombre del
mandatario, se atenderá a la naturaleza del negocio, a lo que el mandato se encargaba, y a lo
dispuesto en el Código de Comercio sobre las comisiones.

Capítulo IV De las obligaciones del mandante


Artículo 1941.-
Constituido el mandato en común por dos o más mandantes para un negocio común, no
quedarán solidariamente obligados respecto de terceros, sino cuando expresamente hubieren
autorizado al mandatario para obligarlos así.

Artículo 1942.-
La sustitución del mandatario no autorizada por el mandante, ni ratificada por él, no le obligará
respecto de terceros por los actos del sustituto.

Artículo 1943.-
Contratando dos personas sobre el mismo objeto, una con el mandatario, y otra con el
mandante, y no pudiendo subsistir los dos contratos, subsistirá el que fuese de fecha anterior.

Artículo 1944.-
En el caso del artículo anterior, si el mandatario hubiere contratado de buena fe, el mandante
será responsable del perjuicio causado al tercero, cuyo contrato no subsiste. Si hubiere
contratado de mala fe, es decir, estando prevenido por el mandante, él sólo será responsable
de tal perjuicio.

Artículo 1945.-
Si dos o más personas han nombrado un mandatario para un negocio común, le quedarán
obligados solidariamente para todos los efectos del contrato.

Artículo 1946.-
Los actos jurídicos ejecutados por el mandatario en los límites de sus poderes, y a nombre del
mandante, como las obligaciones que hubiese contraído, son considerados como hechos por
éste personalmente.

Artículo 1947.-
El mandatario no puede reclamar en su propio nombre la ejecución de las obligaciones, ni ser
personalmente demandado por el cumplimiento de ellas.

Artículo 1948.-
El mandante debe anticipar al mandatario, si éste lo pidiere, las cantidades necesarias para la
ejecución del mandato.

Artículo 1949.-
Si el mandatario las hubiese anticipado, debe reembolsárselas el mandante, aun cuando el
negocio no le haya resultado favorable, y aunque los gastos le parezcan excesivos, con tal que
no pueda imputarse falta alguna al mandatario; pero puede impugnarlos, si realmente fuesen
excesivos.

Artículo 1950.-
El reembolso comprenderá los intereses de la anticipación desde el día en que fue hecha.

Artículo 1951.-
El mandante debe librar al mandatario de las obligaciones que hubiera contraído en su nombre,
respecto de terceros, para ejecutar el mandato, o proveerle de las cosas o de los fondos
necesarios para exonerarse.

Artículo 1952.-
Debe también satisfacer al mandatario la retribución del servicio. La retribución puede consistir
en una cuota del dinero, o de los bienes que el mandatario, en virtud de la ejecución del
mandato, hubiese obtenido o administrado, salvo lo que se halle dispuesto en el Código de
Procedimientos respecto a abogados y procuradores judiciales.

Artículo 1953.-
Debe igualmente indemnizar al mandatario de las pérdidas que hubiere sufrido, procedentes de
sus gestiones, sin falta que le fuese imputable.

Artículo 1954.-
Reputase perjuicio ocasionado por la ejecución del mandato, solamente aquel que el
mandatario no habría sufrido, si no hubiera aceptado el mandato.

Artículo 1955.-
El mandatario no está obligado a esperar la presentación de sus cuentas, o el entero
cumplimiento del mandato, para exigir los adelantos o gastos que hubiese hecho.
Artículo 1956.-
Hasta que el mandatario sea pagado de los adelantos y gastos, y de su retribución o comisión,
puede retener en su poder cuanto bastare para el pago, cualesquiera bienes o valores del
mandante que se hallen a su disposición.

Artículo 1957.-
No está obligado el mandante a pagar los gastos hechos por el mandatario:

1 - Cuando fueren hechos con su expresa prohibición, a no ser que quiera aprovecharse de las
ventajas que de ellos le resulten;

2 - Cuando fueren ocasionados por culpa del propio mandatario;

3 - Cuando los hizo, aunque le fuesen ordenados, teniendo ciencia del mal resultado, cuando el
mandante lo ignoraba;

4 - Cuando se hubiere convenido que los gastos fuesen de cuenta del mandatario, o que éste
no pudiese exigir sino una cantidad determinada.

Artículo 1958.-
Resolviéndose el mandato sin culpa del mandatario, o por la revocación del mandante, deberá
éste satisfacer al mandatario la parte de la retribución que corresponda al servicio hecho; pero
si el mandatario hubiere recibido adelantada la retribución o parte de ella, el mandante no
puede exigir que se la restituya.

Artículo 1959.-
Pagados los gastos y la retribución del mandatario, el mandante no está obligado a pagar
retribuciones o comisiones a las personas que le sustituyeron en la ejecución del mandato, a
menos que la sustitución hubiese sido indispensable.

Capítulo V De la cesación del mandato


Artículo 1960.-
Cesa el mandato por el cumplimiento del negocio, y por la expiración del tiempo determinado o
indeterminado porque fue dado.

Artículo 1961.-
El mandante debe estar y pasar por la fecha de los actos privados ejecutados por el
mandatario, y es de su cargo la prueba de que el acto hubiese sido antidatado.

Artículo 1962.-
Cesa también el mandato dado al sustituido, por la cesación de los poderes del mandatario que
hizo la sustitución, sea representante voluntario o necesario.

Artículo 1963.-
El mandato se acaba:

1 - Por la revocación del mandante;

2 - Por la renuncia del mandatario;


3 - Por el fallecimiento del mandante o del mandatario;

4 - Por incapacidad sobreviniente al mandante o mandatario.

Artículo 1964.-
Para cesar el mandato en relación al mandatario y a los terceros con quienes ha contratado, es
necesario que ellos hayan sabido o podido saber la cesación del mandato.

Artículo 1965.-
No será obligatorio al mandante, ni a sus herederos, o representantes, todo lo que se hiciere
con ciencia o ignorancia imputable de la cesación del mandato.

Artículo 1966.-
Será obligatorio al mandante, a sus herederos o representantes, en relación al mandatario,
todo cuanto éste hiciere ignorando, sin culpa la cesación del mandato, aunque hubiese
contratado con terceros que de ella tuvieren conocimiento.

Artículo 1967.-
En relación a terceros, cuando ignorando sin culpa la cesación del mandato, hubieren
contratado con el mandatario, el contrato será obligatorio para el mandante, sus herederos y
representantes, salvo sus derechos contra el mandatario, si éste sabía la cesación del
mandato.

Artículo 1968.-
Es libre a los terceros obligar o no al mandante, sus herederos o representantes, por los
contratos que hubieren hecho con el mandatario, ignorando la cesación del mandato; mas el
mandante, sus herederos o representantes, no podrán prevalerse de esa ignorancia para
obligarlos por lo que se hizo después de la cesación del mandato.

Artículo 1969.-
No obstante la cesación del mandato, es obligación del mandatario, de sus herederos, o
representantes de sus herederos incapaces, continuar por sí o por otros los negocios
comenzados que no admiten demora, hasta que el mandante, sus herederos o representantes
dispongan sobre ellos, bajo pena de responder por perjuicio que de su omisión resultare.

Artículo 1970.-
El mandante puede revocar el mandato siempre que quiera, y obligar al mandatario a la
devolución del instrumento donde conste el mandato.

Artículo 1971.-
El nombramiento de nuevo mandatario para el mismo negocio produce la revocación del
primero, desde el día en que se le hizo saber a éste.

Artículo 1972.-
Interviniendo el mandante directamente en el negocio encomendado al mandatario, y
poniéndose en relación con los terceros, queda revocado el mandato, si él expresamente no
manifestase que su intención no es revocar el mandato.

Artículo 1973.-
El mandato que constituye un nuevo mandatario, revocará el primero, aunque no produzca
efecto por el fallecimiento o incapacidad del segundo mandatario, o aunque no lo acepte, o
aunque el instrumento del mandato sea nulo por falta o vicio de forma.

Artículo 1974.-
Cuando el mandato fue constituido por dos o más mandantes para un negocio común, cada
uno de ellos sin dependencia de los otros, puede revocarlo.

Artículo 1975.-
Cuando el mandato es general, la procuración especial dada a otro mandatario, deroga, en lo
que concierne esta especialidad, la procuración general anterior.

Artículo 1976.-
La procuración especial no es derogada por la procuración general posterior, dada a otra
persona, salvo cuando comprendiese en su generalidad el negocio encargado en la
procuración anterior.

Artículo 1977.-
El mandato puede ser irrevocable siempre que sea para negocios especiales, limitado en el
tiempo y en razón de un interés legítimo de los contratantes o un tercero. Mediando justa causa
podrá revocarse.

Artículo 1978.-
El mandatario puede renunciar el mandato, dando aviso al mandante; pero si lo hiciese en
tiempo indebido, sin causa suficiente, debe satisfacer los perjuicios que la renuncia causare al
mandante.

Artículo 1979.-
El mandatario, aunque renuncie el mandato con justa causa, debe continuar sus gestiones, si
no le es del todo imposible, hasta que el mandante pueda tomar las disposiciones necesarias
para ocurrir a esta falta.

Artículo 1980.-
La muerte del mandante no pone fin al mandato, cuando el negocio que forma el objeto del
mandato debe ser cumplido o continuado después de su muerte. El negocio debe ser
continuado, cuando comenzado hubiese peligro en demorarlo.

Artículo 1981.-
Aunque el negocio deba continuar después de la muerte del mandante, y aunque se hubiese
convenido expresamente que el mandato continuase después de la muerte del mandante o
mandatario, el contrato queda resuelto, si los herederos fuesen menores o hubiese otra
incapacidad, y se hallasen bajo la representación de sus tutores o curadores.

Artículo 1982.-
El mandato continúa subsistiendo aun después de la muerte del mandante, cuando ha sido
dado en el interés común de éste y del mandatario, o en el interés de un tercero.

Artículo 1983.-
Cualquier mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante, será nulo si no
puede valer como disposición de última voluntad.
Artículo 1984.-
La incapacidad del mandante o mandatario que hace terminar el mandato, tiene lugar siempre
que alguno de ellos pierde, en todo o en parte, el ejercicio de sus derechos.

Artículo 1985.-
Subsistirá sin embargo el mandato conferido por la mujer antes de su matrimonio, si fuese
relativo a los actos que ella puede ejercer, sin dependencia de la autorización del marido.

Conste por el presente documento del Contrato de Mandato con Representación que celebran,

CONTRATO DE MANDATO EN EL PERÚ11

AUTOR TEMA RESUMEN SITIO WEB NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Prieto Derecho Contrato de http://www.monografias.co 11


Desulovich compara mandato en el m/trabajos42/contratos/cont
Gabriel do del Perú ratos3.shtml#ixzz3KknjFxE
mandato W

El contrato de mandato está definido en el Art. 1790 del CC. El aquel mediante el cual una
persona (mandante) encarga a otra (mandatario), el desempeño de ciertos negocios o
realización de determinados actos jurídicos que los toma a su cargo.

El mandato es un contrato (negocio bilateral), obligatorio inter partes, en virtud del cual el
mandatario se compromete a realizar una actividad por cuenta del mandarte, pero sin que
pueda obrar a nombre de éste.

ELEMENTOS:
Intervienen en el mandato dos partes denominadas
1. Mandante; es la persona que encomienda la realización de uno o varios actos jurídicos al
mandatario por Su cuenta o en interés de él.
2. Mandatario; es la persona que desempeña el mandato, ejercita la representación del
mandante y actúa por cuenta de éste, siguiendo sus instrucciones.

Para ser mandante o mandatario se requiere tener capacidad civil, esto es, capacidad de
ejercicio (mayores de 18 años)

CARACTERÍSTICAS

a. Consensual; porque se perfecciona con el consentimiento de las partes contratantes.


b. Oneroso; porque los servicios que presta el mandatario son retribuidos.(Art1791)
c. Conmutativo; porque existen prestaciones recíprocas. Mientras el mandatario realiza los
actos jurídicos que se le encomienda, por cuanta del mandante y en su interés, por su
parte, el mandante deberá pagar esos servicios, en razón de que el mandato es
esencialmente oneroso.
d. Preparatorio; El mandato, tiene que ser ejercido en el tiempo para que tenga eficacia. Al
mandato se le considera un contrato finalista que se evalúa por el resultado. Es el fin de la
procuración 1º que cuenta.
e. Personalismo; el mandato se base en la confianza que se tiene en una persona
determinada. En forma genérica debe ser desempeñada personalmente por el mandatario y
sólo excepcionalmente se puede permitir la sustitución a persona igualmente de confianza,
bajo responsabilidad.

CLASES:

1. Mandato Civil; cuando los actos que deberá ejecutar el mandatario son de naturaleza civil.
Ejemplo: poder para contraer matrimonio.
2. Mandato Comercial; cuando los actos a realizar por el mandatario son de carácter mercantil,
así por ejemplo, poder para administrar un negocio.
3. Mandato General; cuando el mandante faculta al mandatario la celebración de todo acto o
contrato sin especificar alguno determinado. El mandato general comprende además los
actos necesarios para la administración ordinaria.(Art.1792)
4. Mandato Especial; cuando se concede al mandatario una facultad concreta.
5. Mandato Individual; cuando es una sola persona quien va a ejercitar el poder.
6. Mandato Múltiple; cuando dos o más personas son nombradas como mandatarios. Su
responsabilidad es solidaria cuando actúan conjuntamente. (Art. 1795)

Obligaciones del Mandatario.

Artículo 1793.- El mandatario está Obligado:


1. A practicar personalmente, salvo disposición distinta, los actos comprendidos en el mandato
y sujetarse a las instrucciones del mandante.
2. A comunicar sin retardo al mandante la ejecución del mandato.
3. A rendir cuentas de su actuación en 18 oportunidad fijada o cuando lo exija el mandante.

Obligaciones del mandante.


Artículo 1796.- El mandante está obligado frente al mandatario:
1.
2. A facilitarle los medios necesarios para la ejecución del mandato y para el cumplimiento de
las obligaciones que a tal fin haya contraído, salvo pacto distinto.
3. A pagarle la retribución que le corresponda y a hacerle provisión de ella según los usos.
4. A reembolsarle los gastos efectuados para el desempeño del mandato, con los intereses
legales desde el día en que fueron efectuados.
5. A indemnizarle los daños y perjuicios sufridos como consecuencia del mandato.

El mandante está obligado también a facilitar al mandatario los medios necesarios para el
cumplimiento de las obligaciones que haya contraído al ejecutar el mandato.

Si el mandato es remunerado, el mandante está obligado a pagar al mandatario la retribución


que le corresponde. Su monto será el pactado en el contrato.

Para que la indemnización proceda es necesario que exista un vínculo de causalidad entre
el daño producido y el ejercicio del mandato.
Mora del mandante
Artículo 1797.- El mandatario puede abstenerse de ejecutar el mandato en tanto el mandante
estuviera en mora frente a él en el cumplimiento de sus obligaciones.

El presente artículo, autoriza al mandatario a no ejecutar el mandato mientras el mandante se


encuentre en mora frente a él en el cumplimiento de sus obligaciones.

Derecho de retención
Artículo 1799- También puede el mandatario retener los bienes que obtenga para el mandante
en cumplimiento del mandato, mientras no cumpla aquéllas obligaciones que le corresponden
según los incisos 3 y 4 del artículo 1796.

Dicho artículo tiene el propósito de brindar al mandatario una garantía para el cumplimiento de
las obligaciones por parte del mandante.

El derecho de retención opera, cuando el mandante no cumpla con las obligaciones a que se
refieren los incisos 3 y 4 del artículo 1796: reembolso de los gastos efectuados para el
desempeño del mandato, con 105 intereses legales desde el día en que fueron efectuados, e
indemnización por los daños y perjuicios sufridos como consecuencia del mandato.

Causas de extinción del mandato.


Artículo 1801.- El mandato se extingue por:
1. Ejecución total del mandato.
2. Vencimiento del plazo del contrato.
3. Muerte, interdicción o inhabilitación del mandante o del mandatario.

1. Por ejecución del mandato, es el cumplimiento de todas las prestaciones derivadas de la


relación obligatoria – contrato .En otras palabras es la realización de actos jurídicos que el
mandante le ha encargado al mandatario.
2. Por vencimiento del plazo del contrato, se trata de un plazo resolutorio. podrá ser fijo o
indeterminado.

El Plazo será fijo:


a. Determinado.- cuando se indica la oportunidad de su vencimiento. Ej., día, mes y año.
Precisando un periodo.
b. Determinable.- Cuando se indica un elemento de referencia que permite establecerlo con
toda precisión Ej. Que el contrato dure hasta que termine el viaje que ha efectuado el
mandante o hasta su muerte.

El Plazo es Indeterminado:
Cuando no se indica un plazo determinable o determinado, desconociéndose por completo
cuando terminara.

Tratándose de un mandato que no tenga plazo determinado cualquiera de las partes puede
ponerle fin, mediante aviso previo remitido por la vía notarial, con una anticipación no menor de
30 días, transcurrido el plazo, el contrato queda resuelto de pleno derecho.
1. Muerte, interdicción o inhabilitación del mandante o del mandatario.

Mandato con Representación: (Art. 1806)


Se produce cuando el mandatario ha recibido poder, para actuar en nombre del mandante. En
este caso le son aplicables las normas propias de la representación convenidas en los artículos
145 a 167 del Código Civil.

Se presume que el mandato es con representación. (Art. 1807)


Se extingue el mandato con representación por renuncia del poder o revocación.(Art. 1808)

Mandato sin Representación: (Art. 1809)

Se produce cuando el mandatario actúa en nombre propio y en interés del mandante,


adquiriendo derechos y asumiendo obligaciones. En este caso, el mandatario queda
automáticamente obligado a transferir al mandante los bienes adquiridos, salvo los derechos
adquiridos por terceros de buena fe.

Por su parte el mandante está obligado a asumir las obligaciones contraídas por el mandatario
en ejecución del mandato.

DERECHO CIVIL VENEZUELA

IV. EL MANDATO
DEFINICIÓN DE MANDATO12

AUTOR TEMA RESUMEN SITIO WEB NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO
Einstein Derecho Contrato de http://www.monografias.co 12
Alejandro compara mandato en m/trabajos22/el-mandato/el-
Morales do del Venezuela mandato.shtml
Galito mandato

Es el contrato mediante el cual una persona (mandante) encarga a otra (mandatario) el


desempeño o realización de determinados negocios o actos jurídicos, en su representación,
puede ser gratuito u oneroso (Código Civil de Venezuela Art. 1684).

CARACTERÍSTICAS

1. El mandato es, un contrato unilateral que solo obliga al mandatario.

2. El mandato es, un contrato consensual.

3. El mandato es, por su naturaleza, gratuito; pero nada obsta para que se convenga lo
contrario (Código Civil de Venezuela Art. 1.686).
4. El mandato es, "intuitus personae " respecto de ambas partes, lo que tiene consecuencias
especialmente en cuanto a la relevancia del error en la persona y en cuanto a la extinción del
contrato.

5. El mandante puede ser de ejecución instantánea o de tracto sucesivo.

ESPECIES DE MANDATO

1. Por la forma de manifestación de la voluntad del mandante puede ser expreso o tácito.
(Código Civil. art. 1.685).

2. Por la extensión de los intereses del mandato puede ser general o especial. El mandato
general por amplia que aparezca su redacción, no otorga más facultades al mandatario que los
actos de administración propios del giro del negocio. Si la venta está dentro del giro ordinario
del negocio, debe comprenderse dentro del mandato, sin necesidad de poder especial. Para
dar un mandato general debemos hacer una larga enumeración de las facultades que
queramos otorgar. Ciertas facultades han sido regladas específicamente por el legislador para
señalar su alcance.

3. Por la forma de señalar los poderes del mandatario el mandato puede ser concebido en
términos generales y expreso.

4. Por el medio técnico que para su ejecución se confiere al mandatario, el mandante puede ser
mandato con representación o mandato sin representación.

5. Por otra parte el mandato puede ser gratuito o remunerado.

ELEMENTOS DE EXISTENCIA Y VALIDEZ DE LOS CONTRATOS EN EL MANDATO

Los elementos de existencia y validez del mandato son los mismos del Derecho común, pero
hacemos algunas referencias al consentimiento, capacidad y objeto en materia de mandato.

CONSENTIMIENTO

Aunque el consentimiento en el mandante se rige, por el Derecho común, deben hacerse


algunas observaciones:

1. El mandato puede ser expreso o tácito, y su aceptación puede ser tácita y resultar de la
ejecución del mandato por el mandatario (Código Civil. art. 1.685).

2. Si se atiende a la forma en que se señalan las facultades conferidas al mandatario para la


ejecución de su encargo, el mandato puede ser concebido en términos generales o expreso. En
este sentido, mandato expreso es el que señala específicamente las facultades que se
confieren al mandatario, y mandato concebido en términos generales el que lo señala así.
3. Aunque él mandato es, en un contrato consensual, deben hacerse algunas advertencias.

3.1 El mandato judicial (mandato para comparecer enjuicio) está sometido a reglas formales
que corresponde estudiar en Derecho Procesal civil.

3.2 El mandato para contraer matrimonio es solemne: Requiere para su existencia que sea
otorgado ante un Registrador Público o ante el funcionario competente, si se confiere en el
extranjero (Código Civil, art. 85).

3.3 El mandato para realizar un acto solemne debe cumplir las mismas formalidades que el
acto en cuestión, siempre que las solemnidades de este hayan sido establecidas en protección
de las partes, o por lo menos de la parte que confiere él mandato. Una aplicación expresa del
principio se encuentra en materia de donaciones cuando se dispone que el mandato para donar
debe otorgarse en forma auténtica si se trata de cosas o derechos cuya donación debe hacerse
en dicha forma (Código Civil. art. 1.438, AP. único).
3.4 El mandato para celebrar en nombre de otro un acto para el cual la ley exija instrumento
otorgado ante un Registrador Subalterno debe ser otorgado en la misma forma; Pero si el
poder se refiere a actos para los cuales es necesaria y suficiente la escritura privada, puede ser
otorgada en esa misma forma, aunque el acto se otorgue ante un Registrador (Código Civil. art.
1.169, ap. Único).

OBJETO

Aunque el mandato puede hacer nacer obligaciones para ambas partes, cada una de las cuales
tiene su objeto propio, el objeto del mandato por excelencia es el acto jurídico (o los actos
jurídicos), que el mandante encarga al mandatario y que este se obliga a ejecutar por cuenta de
aquel.

Se puede conferir mandato para realizar toda clase de actos jurídicos, salvo para aquellos
respecto de los cuales no cabe representación. Este principio, a veces se formula diciendo que
se puede conferir mandato para todos los actos excepto para los actos personales.

Por otra parte, las facultades del mandatario respecto del asunto o asuntos que se le encarga
ejecutar pueden ser muy diversas. Para determinar el alcance de las mismas debe tenerse en
cuenta que el mandato concebido en términos generales solo faculta para realizar actos de
simple administración (Código Civil. art. 1.688, encab.). Norma que tiene su fundamento en la
interpretación de la voluntad presunta de las partes.

CAPACIDAD

La capacidad del mandante es la misma que se necesita para realizar el acto. Si el mandato es
para actos de disposición, el mandante debe tener el poder de disposición. Debe advertirse que
la capacidad del mandante como elemento de validez del mandato sólo se requiere en el
momento de la celebración de este; la incapacidad posterior del mandante no invalida nunca el
mandato, aunque frecuentemente lo extinga.

GRATUIDAD
Puede ser oneroso o gratuito acorde al artículo 1684 del Código Civil que dice: "El mandato es
un contrato por el cual una persona se obliga gratuitamente, o mediante salario..." Se estimará
gratuito, cuando no se hubiere convenido que el mandatario perciba una remuneración por su
trabajo, es decir por llevar adelante el contrato, en cambio será oneroso cuando consista en
atribuciones o funciones conferidas por la ley al mandatario y cuando consista en los trabajos
propios de la profesión lucrativa del mandatario, o de su modo de vivir.

OBLIGACIONES DEL MANDATARIO FRENTE AL MANDANTE

1. Obligación de ejecutar el mandato: El mandatario está obligado a ejecutar el mandato con la


diligencia de un buen padre de familia(Código Civil. art. 1.692).

2. Responsabilidad por dolo o culpa: Cuando se trata de un mandatario único que no ha


renunciado ni sustituido el mandato, el mandatario responde no solo del dolo, sino también de
la culpa en la ejecución del mandato; pero su responsabilidad en caso de culpa es menor
cuando el mandato es gratuito que en caso contrario (Código Civil.. art. 1.693). De acuerdo con
esta norma la gratuidad del mandato no excusa el dolo del mandatario ni implica tampoco que
el mandatario solo responda por dolo o culpa grave. En todo caso para apreciarla culpabilidad
del mandatario debe tomarse en cuenta sus condiciones personales

3. Obligación de mantener informado al mandarte: Esta obligación está comprendida dentro de


la anterior, ya que es parte de la ejecución diligente del encargo. En realidad el mandarte tiene
interés especial en estar informado (p. ej.: para no cobrar nuevamente un crédito pagado al
mandatario, para no vender nuevamente la cosa vendida por el mandatario, para modificar sus
instrucciones en vista de nuevas circunstancias, etc.).

4. Obligación de no hacer de contraparte: Esta obligación de no hacer comprendida también


dentro de la primera, resulta del artículo 1.171 del Código Civil, según el cual ninguna persona
puede, salvo disposición contraria de la Ley, contratar consigo mismo en nombre de su
representado, ni por cuenta propia ni por cuenta de otro, sin la autorización del representado.

5. Obligación de rendir cuentas: Todo mandatario está obligado a dar cuenta al mandante de
sus operaciones (Código Civil. art. 1.694). El Código Civil no regula la forma de la rendición
de cuentas; pero el Código de Procedimiento Civil dispone para el caso de rendición judicial de
cuentas, que estas deben presentarse en términos claros y precisos, año por año, con cargos y
abonos en orden cronológico de modo que puedan ser examinadas fácilmente, y con todos
los libros, instrumentos, comprobantes y papeles que pertenezcan a la cuenta.

6. Obligación de abonar al mandante lo recibido en virtud del mandato: El mandatario está


obligado a abonar al mandante cuanto haya recibido en virtud del mandato, aun cuando lo
recibido no se debiera al mandante (Código Civil. art. 1.694). No se deja al mandatario la
facultad de apreciar los derechos que tenía el mandante a recibir el pago. Sin embargo, el
mandatario puede restituir al tercero lo que haya recibido en exceso por error material o error
de cálculo.

7. Si el mandatario ha sustituido el mandato: Cuando se da expresamente este poder, o cuando


expresamente no se le prohíba. Pero es posible que cuando se da expresamente el poder
sustitución también se designe expresamente la persona que deba hacerse. En este caso,
ninguna de las consecuencias derivadas de esta sustitución es de responsabilidad del
mandatario.

Artículo 1.695 del Código Civil: El mandatario responde de aquel en quien ha sustituido su
gestión. Cuando no se le dio poder para sustituirlo
Cuando la facultad de sustituir le fue conferida con designación de la persona en quien sustituir
y el mandatario ha sustituido en ella, el mandatario no responde de la gesti6n del sustituto

OBLIGACIONES DEL MANDANTE FRENTE AL MANDATARIO

Las principales obligaciones que puede tener el mandante frente al mandatario son:
reembolsarle los avances y gastos hechos para la ejecución del mandato, pagarle el salario si
se lo ha prometido, indemnizarle ciertas perdidas y cumplir las obligaciones contraídas por el
mandatario dentro de los límites del mandato o ratificadas por el mandante.

1. Obligación de rembolsar al mandatario avances y gastos: El mandante está obligado a


rembolsar al mandatario los avances y gastos que este haya hecho para la ejecución del
mandante (p. ej.: gastos de transporte, de registro, de propaganda, etc. (Código Civil. art.
1.699, encab.). La obligación se extiende a la totalidad de los avances y gastos de referencias,
ya que si no media culpa del mandatario, el mandante no puede excusarse de hacer el-
reembolso por la circunstancia de que "el negocio no haya salido bien", ni puede hacer reducir
el monto del reembolso bajo pretexto que los avances y gastos hubieran podido ser menores
(Código Civil. art. 1.699, ap. único).

2. Obligación de pagar al mandatario su salario, si se le ha prometido:

2.1 Como se ha dicho, el mandato es por su naturaleza gratuito (aunque no por su esencia
como en el Derecho alemán). En consecuencia, el mandante, no debe ninguna remuneración al
mandatario, salvo pacto en contrario. Este pacto puede ser tácito. Así, se considera oneroso el
mandato cuando su ejecución constituye parte del ejercicio de la profesión que ejerce
normalmente el mandatario a título lucrativo, salvo que medien circunstancias especiales (p. ej.:
parentesco próximo). La carga de la prueba de que el mandato es remunerado corresponde al
mandatario.

2.2 La remuneración debida es la fijada en el contrato. Si este no determina su monto, se aplica


por analogía lo dispuesto para el contrato de obras (Código Civil. art. 1.632).

2.3 En el caso particular del mándate judicial rigen normas especiales sobre la remuneración
previstas en el Código de Procedimiento Civil y en la Ley de Abogados.

3 Obligación de indemnizar al mandatario por las pérdidas sufridas sin su culpa en la ejecución
del mandante: El mandante debe indemnizar al mandatario de las pérdidas que este haya
sufrido en la ejecución del mandante, si no se le puede imputar culpa alguna (Código Civil. art.
1.700). La explicación es que si bien el mandante es por su naturaleza gratuito no debe ser
fuente de empobrecimiento para el mandatario a quien no pueda imputarse culpa en su
ejecución.

4 Obligación de cumplir todas las obligaciones contraídas por el mandatario dentro de los
límites del mandante o ratificadas por el mandante (Código Civil. art. 1.698): En principio el
mandante solo queda obligado a cumplir las obligaciones contraídas por el mandatario dentro
de los límites de su mandato; pero dicha obligación se extiende también a las
obligaciones derivadas de actos cumplidos por el mandatario fuera de los límites de su
mandato si el mandante los ratifica.

EFECTOS DEL MANDATO FRENTE A TERCEROS

El mandato, además de producir efectos entre las partes, puede producir efectos frente a
terceros, en especial entre el mandante y el tercero que ha contratado con el. Dichos efectos
van según que el mandatario haya actuado en nombre del mandante (mandato con
representación) o solo por cuenta de este (mandato sin representación).

EFECTOS FRENTE A TERCEROS DEL MANDATO CON REPRESENTACION.

1. Si el mandatario actuó dentro de los límites del mandato

1.1 El acto cumplido por el mandatario en nombre del mandante produce efectos directamente
en provecho y en contra de este último (Código Civil. Art. 1.169 y 1.691). Este principio se
extiende desde luego al caso de que el acto haya sido celebrado por el sustituto.

1.2 A la inversa, el mandatario no queda obligado frente al tercero ni tiene acción contra él.

2 Si el mandatario se excedió de los límites del mandato: El mandante no queda obligado frente
al tercero por el acto cumplido por el mandatario excediendo los límites de su mandato, salvo
que: a) el tercero no haya conocido la limitación del poder al tiempo de la celebración del
contrato (Código Civil. art. 1.170); o b) el mandante haya ratificado el acto (Código Civil. art.
1.698, ap. único), expresa o tácitamente. En todo caso, en las relaciones internas el mandatario
responde frente al mandante por extralimitación del mandato en los términos del Derecho
común, sin que la ratificación del acto excluya dicha responsabilidad.

3 Si el mandato se había extinguido para de momento del contrato:

EFECTOS FRENTE A TERCEROS DEL MANDATO SIN REPRESENTACION

Cuando el mandatario obra en su propio nombre, el mandante no tiene acción contra aquellos
con quienes ha contratado el mandatario, ni estos contra el mandante sino que el mandatario
queda obligado directamente frente a la persona con quien ha contratado, como si el negocio
fuera de él propio (Código Civil. art. 1.691). En consecuencia, los únicos vicios del
consentimiento que influyen en las relaciones externas son los que afectan la voluntad del
mandatario o de la persona con quien este ha contratado.

PROTECCIÓN ESPECIAL DEL MANDATARIO

La Ley acuerda al mandatario una protección especial de sus créditos frente al mandante.

1 Solidaridad entre co-mandantes Si el mandato se ha conferido por dos o más personas —


simultanea o sucesivamente— para un negocio común, cada una de ellas es responsable
solidariamente frente al mandatario de todos los efectos del mandato (Código Civil. art. 1.703).

2 Derecho de retención El mandatario tiene un derecho de retención frente al mandante


(Código Civil. art. 1.702).
2.1 Este derecho precede en garantía del cumplimiento de las obligaciones del mandante de
rembolsar avances y gastos (incluidos los intereses en su caso), pagar la remuneración
prometida e indemnizar las pérdidas sufridas por el mandatario.

2.2 El derecho versa sobre las cosas que son objeto del mandato, ósea, sobre las cosas que se
encuentran en poder del mandatario con motivo del mandato; pero no se extiende a las cosas
entregadas por el mismo mandante al mismo mandatario en razón de otro mandato.

3 El mandante podrá sustituir la garantía por otros bienes o pedir que se la limite, a cuyo efecto
ocurrirá al juez de Primera Instancia de la jurisdicción. El Juez citara al mandatario y si este
objetare la eficacia o suficiencia de la nueva garantía ofrecida o impugnare por excesiva la
limitación solicitada, el Juez abrirá una averiguación de ocho días y al noveno resolverá lo
conducente. De la decisión que acuerde la sustitución o la limitación de la garantía, se oirá
apelación a un solo efecto.

EXTINCIÓN DEL MANDATO

1. Por revocación
2. Renuncia de mandatario
3. El mandatario puede renunciar el mandato notificación al mandante
4. La muerte, interdicción, quiebra o cesión de bienes del mandante o del mandatario.
5. La inhabilitación del mandante o del mandatario, si el mandante tiene por objeto actos que
no podría ejecutar por si, sin asistenta de curador.

JURISPRUDENCIA COLOMBIANA DEL CONTRATO DE MANDATO

(1) ALCANCES DE LA REPRESENTACION


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 24 DE OCTUBRE DE 197513

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CONSECUTIVO

Bonivento Los Principales Contratos Alcances de la 637 13


Hernández, civiles y su Paralelo con los representación
José Comerciales. Decimoséptima
Alejandro Edición Actualizada (Librería
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Significa a la luz de los principios regulativos del fenómeno jurídico de la representación


(artículo 1505 del C.C), que los efectos de la negociación se radican en cabeza del
representado y no del representante; que es aquel a quien, con respecto a la personas que
contrató con el representante, se convierte en acreedor o deudor, y al que responda de las
culpas en que haya incurrido éste en el cumplimiento o incumplimiento del contrato
(2) MANDATO CON REPRESENTACIÓN Y SIN REPRESENTACIÓN
SENTENCIA DE CASACIÓN CIVIL DE 17 DE MAYO DE 197614

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Bonivento Los Principales Contratos Mandato con 637 14


Hernández, civiles y su Paralelo con los representación y
José Comerciales. sin
Alejandro Decimoséptima Edición representación
Actualizada (Librería
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De acuerdo con la preceptiva contenida en el artículo 331 del Código de Comercio anterior, el
mandato comercial es un contrato "por el cual una persona encarga la ejecución de uno o más
negocios lícitos de comercio a otra, que se obliga a administrarlos gratuitamente, o mediante
una retribución,, y dar cuenta de su empeño"

Del contenido de esta disposición legal, que en su esencia es una reproducción del texto 2142
del C.C., se desprende que en el ejercicio de su encargo el mandatario puede obrar de dos
maneras, a saber: a) ora en representación del mandante, es decir, asumiendo su personería
como si éste fuera el que ejecutara o celebrara el acto o contrato; y b) ya que en su propio
nombre, sin representar al mandante, no dando noticia a los terceros de la calidad en que obra.

En el primero de estos dos supuestos se trata del mandato representativo, que está destinado
a producir efectos no solo entre las partes que lo celebran, sino también ante terceros, según lo
establece el artículo 1505 del C.C. En el segundo, en cambio, el mandato no confiere
representación y por lo tanto sus efectos se limitan a los contratantes, según el principio del
efecto relativo de los contratos a que alude el articulo 1602 C.C.

Estas dos clases de mandato están reconocidas por el artículo 2177 del C.C y 356 del antiguo
C. de Co. En efecto, la primera de estas dos disposiciones estatuye que el mandatario puede,
en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante, si contrata a su
propio nombre no obliga respecto de terceros al mandante"; y reza la segunda de dichas dos
normas, que " el comisionista puede obrar en nombre propio, o a nombre de sus comitentes. En
caso de duda, se presume que ha contratado a su propio nombre.

Cuando el mandato no es representativo, el mandatario es, ante los terceros con quienes
contrata, el titular de los derechos y obligaciones que se derivan de los contratos no pueden ser
obligados a tener al mandante como parte en el pacto, puesto que, no habiendo
representación, es el mandatario quien en éste es realmente parte. Los efectos del mandato se
reducen entonces a los que todo contrato produce que para el caso son: El mandatario queda
obligado a transferir al mandante todo el beneficio que de los negocios con tercero derive
(artículos 2182 y 2183 del C.C); y el mandante, por su parte, debe proveer al mandatario de
todo lo necesario para la ejecución del encargo y reembolsarle los gastos razonables que la
comisión le imponga (art. 2184 C.C).
En el mandato sin representación, entonces, el mandante no tiene derecho ni acción algunos
contra los tercero que han contratado con su mandatario. Como lo ha dicho la corte " la acción
para hacer efectivo el derecho del mandante en el caso de que le mandatario haya estipulado y
adquirido en su propio nombre y se niegue a transmitirle el derecho adquirido en su propio
nombre y se niegue a transmitirle el derecho adquirido, le concede el artículo 2177 del C.C. al
permitir el mandato oculto; nace de la celebración misma del contrato y es una acción personal
contra el apoderado para que se declare, a través de un acuerdo establecimiento probatorio del
mandato, que los efectos del contrato corresponden al mandante y a él benefician
exclusivamente.

De lo atrás expuesto debe seguirse que sin la escritura de constitución de una sociedad, sea
ésta civil o comercial se expresa que uno de los socios constituyentes obra en nombre propio,
cuando actúa en verdad en ejercicio de un mandato sin representación otorgado por otra
persona, el socio es el mandatario y como tal deberá ser tenido por sus consocios y por los
terceros, sin perjuicio, eso sí, de las relaciones personales entre mandante y mandatario, atrás
referidas. el mandante no podrá compeler a su mandatario ni a los demás socios a que con
este carácter lo reciban a él en la sociedad.

De la misma manera y por idéntica razón, si en la escritura de reforma social por la cual un
socio cede en todo o en parte su interés, el cesionario dice obrar, a nombre propio, cuando en
rigor de verdad actúa como mandatario sin representación de otra persona, quien adquiere ese
interés es el mandatario y no el mandante, quien no puede compeler ni aquel ni a los demás
socios para que con ese carácter lo reciban en la sociedad.

Con tanta mayor razón se imponen conclusiones cuando ni en la escritura de constitución, ni en


las de reforma, se expresó que alguno de los socios constituyentes, o el cedente, obrara en el
mencionado carácter.

En las tres primeras suplicas de la demanda con la cual se inicio este proceso, el mandante no
pide que el demandado le transfiera el beneficio o utilidad que le corresponda como socio de la
sociedad limitada, y el capital una vez liquidada la compañía; sino que, dirigiendo sus
pretensiones contra todos los socios y la sociedad misma, solicita que dicho señor le restituya "
las acciones", "el interés social" y "los derechos" que ella tiene en esa persona jurídica. Tal
restitución ciertamente, implicaría una reforma social a cuya realización es jurídicamente
imposible compeler a los demás socios, como quiera que el mandato si representación no
produce ningún efecto contra ellos y, además, fue pacto no expresado en la escritura de
constitución ni en la de reforma.

(3) PRUEBA DEL CONTRATO DE MANDATO


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 17 DE MAYO DE 197615

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Hernández civiles y su Paralelo con los contrato de
José Comerciales. Decimoséptima mandato
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La corte, en cumplimiento de lo preceptuado por la regla quinta del artículo 375 del Código de
procedimiento civil, en el ámbito doctrinal, debe rectificar el desacierto en que incurrió el
sentenciador ad quem, al sostener que el mandato sin representación no puede acreditarse
con prueba testimonial ni con la confesión del mandatario.

Por cuanto a través del ejercicio de la acción consagrada en el artículo 2177 del Código Civil, lo
que el demandante busca es descubrir la existencia de una autorización secreta que él confirió,
la que generalmente no es expresa sino implícita, deben quedar al alcance del interesado todos
los medios de prueba para llevar al juez la plena convicción de su ocurrencia, no sólo porque
en tal supuesto lo que se busca es la demostración de un contrato de mandato el cual en
nuestro derecho es típicamente consensual, sino también y fundamentalmente porque no se
trata en tal hipótesis de acreditar las obligaciones generadas en un acto jurídico solemne,
otorgado con intervención de un testaferro, sino el acuerdo pre-existente entre éste y el
verdadero interesado en la negociación

(4) LA CONSENSUALIDAD DEL MANDATO. ACEPTACION


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 11 DE DICIEMBRE DE 198616

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Hernández civiles y su Paralelo con los consensualidad
José Comerciales. del mandato.
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3. La legislación civil define como ―un contrato en que una persona confía la gestión de uno o
más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera‖ (artículo
2142). Y, a esta convención pueden acudir los particulares para auto arreglar lo concerniente a
aquello de que pueden disponer; y como contrato que es, genera obligaciones para quienes en
tal sentido se vinculan, los cuales deben obrar de buena fe no solo al dar su consentimiento
sino también en desarrollo del acuerdo (artículos 1602-1603 código civil)

No requiere, además, de solemnidad alguna para su perfeccionamiento; de ahí que el articulo


2149 ibídem establezca que " el encargo que es objeto del mandato puede hacerse por
escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible", ya
que, como lo estatuye el artículo 2150 del ordenamiento en cita, tal negocio se celebra tan
pronto se produce "la aceptación del mandatario", momento desde el cual entiéndanse
entrecruzadas las voluntades de las partes de la respectiva relación material.
Dicha aceptación "puede ser expresa o tacita", o sea que puede manifestarla el procurador de
manera inequívoca, con palabras que no den lugar a dudas, o también deducirse de su
comportamiento, cuando se encaminar a realizar o ejecutar los actos jurídicos a que se refiere
el encargo. pero, en todo caso, producida la aceptación, terminará por los motivos que prevé la
ley y, mientras subsista el mandatario, como lo expresa el artículo 2157 del código civil " se
ceñirá rigurosamente a los términos del mandato, fuera de los casos en que las leyes le
autoricen a obrar de otro modo". es decir, luego de estructurada dicha relación sustancial, la
conducta que debe seguir el mandatario habrá de ajustarse a las pautas, al contenido del
mandato mismo y a lo que por naturaleza le pertenece a éste como lo establece el artículo
2158 del código civil, por lo que se halla obligado a rendir cuentas de su administración para
demostrar así el cabal cumplimiento de sus obligaciones, pues habrá de responder en caso de
exceder los límites del mandato, (artículos 2180-2181 Código Civil).

Precisamente la doctrina de la corporación tiene sentado en el punto que el contrato "de


mandato se reputa perfecto pro la aceptación del mandatario, que puede ser expresa o tacita,
conforme al artículo 2150 del código civil. El encargo que es objeto del mandato puede hacerse
por escritura pública o privada, por cartas verbalmente o por cualquier otro modo inteligible, y
aún por la aquiescencia tacita de una persona a la gestión de sus negocios por otra, de
acuerdo con el articulo 2149 ibídem. De aquí se deduce que el mandato, excepto los casos
señalados expresamente por la ley, es un contrato consensual, para cuyo perfeccionamiento no
se requieren formalidades especiales. (código civil de 4 de mayo de 1966, CXVL, 68)

(5) PRUEBA DEL MANDATO OCULTO


SENTENCIA DE CASACIÓN CIVIL DE 12 DE FEBRERO DE 198817

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Bonivento Los Principales Contratos Prueba del 640 17


Hernández civiles y su Paralelo con los mandato oculto
José Comerciales. Decimoséptima
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El artículo 2177 del C.C., como se sabe, permite que cuando se recibe un encargo para la
gestión de negocios jurídicos, pueda el mandatario presentarse ante el tercero como si el
interés para contratar le fuera propio; es la figura del mandato oculto. Del mismo modo se
reconoce que, cuando esto ocurre, puede el mandante exigir o demandar del procurador
especial que le transmita los derechos que se deriven del acto. Entonces, la apariencia de la
actuación obliga al mandante, cuando se hace usos de la actividad judicial, a demostrar la
existencia de la autorización oculta para así lograr que en su cabeza se radique el derecho.
Goza el demandante de todos los medios de prueba para llegar al punto de certeza y
convicción. Claro está, asistido de los elementos demostrativos que hagan posible un
reconocimiento de la situación jurídica real, es decir, que se confirió una gestión de negocios,
que ésta se hizo, y por último, que no se ha dado cumplimiento al designio contractual inicial de
incorporar en la órbita patrimonial del mandante el objeto de la prestación.

(6) LA REPRESENTACION DERIVADA DEL NEGOCIO FUNDAMENTAL


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 12 DE FEBRERO DE 198818
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Hernández civiles y su Paralelo con los derivada del
José Comerciales. negocio
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Como se sabe la representación como fenómeno multiplicador de manifestaciones negóciales,


exige la intervención del representante, es decir la persona facultada por otra para celebrar en
su nombre uno o varios negocios jurídicos artículo 832 del Código de Comercio, dentro del
ámbito de apoderamiento requerido, vale decir con poder suficiente para la realización de los
negocios jurídicos encomendados. Mas el poder, como acto de procuración, no
necesariamente forma parte del negocio fundamental, porque puede surgir de la índole misma
de éste.

No hay duda alguna de que el señor José Yesid Hernández Sánchez al celebrar el contrato de
transporte del cargamento de pilar lo hizo en nombre de la sociedad demandada. Basta con
observar todos los documentos que se emitieron como ese cometido para precisar dicho
aspecto. Y ¿conque facultad? Con la que le había conferido la empresa de transportes cogra
Ltda., no solo como ―agente‖ sino también como trabajador, que de ese modo se convierten,
por tanto, en negocios subyacentes de los que deriva el poder para la representación.

El propio José Yesid Hernández Sánchez el que habla de las gestiones que cumplía para la
sociedad demandada, y en las que se descubre que estaba plenamente autorizado para la
realización de negocios jurídicos atinente al transporte. El representante legal de la sociedad,
que contrato el transporte, dice que el señor Hernández Sánchez era el representante de la
demandada. Obra el contrato de trabajo celebrado entre transportes Cogra Ltda., con aquel, así
como distintas notas de presentación a entidades oficiales. Y todo conduce a precisar la
representación ignorada por el tribunal.

Basta con observar el contrato de trabajo, en el que categóricamente se consigna que José
Yesid Hernández se vinculó con la sociedad demandada como representante de transporte, lo
que hace derivar una consecuencia de indiscutible relevancia sustancia; poder presentarse
ante terceros a nombre de ésta , con las implicaciones negóciales acordes con el desempeño
del cargo.

En estas conclusiones, se hace evidente que si existe la representación que echa de menos el
tribunal y que lo llevo a errar tal como lo critica el recurrente, es decir, hace prospero el cargo,
puesto que en la sentencia se trazan unas líneas conceptuales concernientes a la agencia sin
reparo en todos los factores que permiten convenir que el fenómeno de la representación no se
concreta exclusivamente en torno a la mencionada agencia sino que debe ser complementada
con la dependencia creada como trabajador o asalariado por parte de la persona que dijo
celebrar el contrato de transporte con la sociedad demandada. La facultad para gestionar, en
suerte, se logra desde el momento mismo que la sociedad transportadora entrega, por acto
expreso de voluntad, a José Yesid Hernández Sánchez que, como agente y trabajador, se
desempeña en lo atinente al transporte en la zona de Manizales y el poder se incorpora con
negocios fundamentales propiamente dichos, a saber, la agencia, por una parte, y el contrato
de trabajo, por la otra. Es decir, se confunden a través de esos ingredientes de voluntad.

(7) ALCANCES DE LA REPRESENTACIÓN


SENTENCIA DE CASACIÓN CIVIL DE 30 DE NOVIEMBRE DE 198919

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Bonivento Los Principales Alcances de la 637 19


Hernández Contratos civiles representación
José y su Paralelo con
Alejandro los Comerciales.
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Bien sabido es que en el derecho colombiano cuando se ha recibido la facultad para contratar a
nombre de otro, esa calidad puede ser puesta de presente, o no, en frente de aquel con quien
se contrata, sin que la circunstancia de que se calle en torno al punto tenga alguna repercusión
sobre la configuración subjetiva del negocio. De hecho, en este supuesto, los efectos del
mismo quedarán circunscritos a quienes lo ajustaron. en consecuencia, la persona con quien
se contrató, nada podrá reclamarle a quien había conferido al facultad de apoderar, ni de su
lado, a éste le será dable otro tanto con el contratante.
Ello es como se acaba de decir en atención a que la representación no ha entrado en juego. O,
con mayor exactitud, porque quien celebra el contrato habiendo recibido la facultad de
representar, no ha puesto de presente, al momento de perfeccionarlo, que obra en su condición
de representante de otro, único medio para que los efectos del negocio, en vez de permanecer
radicados en cabeza del apoderado, se desplacen a quien confirió la representación, pues de la
propia esencia de ésta el desplazamiento o traslación de los susodichos efectos.

El actuar a nombre de otro, con facultad para representarlo, es aspecto que debe quedar
desvelado o señalado en el momento mismo de acordarse el negocio Ese señalamiento, si bien
no tiene que hacerse de manera expresa o mediante el empleo de fórmulas rituales, si debe
constar de manera nítida, pues solo a través de él es que el tercero sabrá quién es el que a la
postre, en las circunstancias descritas, queda legitimado junto con él por la relación a la que
está dando vida mediante la colaboración o participación del otro sujeto de la misma.

(8) ACEPTACION DEL MANDATO DE ACTOS DEL MANDATARIO


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 11 DE OCTUBRE DE 199120
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Bonivento Los Principales Contratos Aceptación del 642 20


Hernández civiles y su Paralelo con los mandato de actos
José Comerciales. del mandatario
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El carácter del mandato no representativo estriba en que, anteriormente, entre mandante y


mandatario existe por hipótesis un contrato de mandato civil o comercial llamado a gobernarse
por sus propias reglas, mientras que en el plano exterior no se da esa percepción jurídica del
mandato, pues la representación, se repite, no existe, ya que el mandatario obra en sus propio
nombre, no en el de su mandante. Por lo tanto, forzoso es diferencias la relación entre aquél y
los terceros, de un lado, y del otro la relación entre mandante y el mismo mandatario que fungió
como gestor de sus intereses; no existe, pues vínculo directo del mandante y los terceros como
sí se presenta en el mandato común, lo que en materia de obligaciones lleva a sostener que ,
en tesis general, tratándose del mandato no representativo no hay un nacer, espontáneo e
inmediato, de prestaciones del tercero contra el andante o viceversa, postulado éste de cuya
razón de ser se halla en que, dadas las particulares características de esta forma de
contratación, los terceros y el propio mandante la usan porque abrigan confianza en el proceder
del mandatario en cuanto hace con el cumplimiento de su cometido y por eso, enseñan
autorizados expositores, lo hacen funcionar como una especie de "órgano conmutador" en el
sentido de que siendo dueño del negocio, en él está la titularidad de derecho y obligaciones,
pero obviamente los riesgos de éstas son inherentes y por cuanto desde un punto de vista
preponderante económico ellas van a redundar en provecho del mandante, tendrán que
gravitar dichos riesgos sobre el patrimonio de éste último y no sobre el que quien fuera su
mandatario., concepto del que con facilidad se comprende, se siguen consecuencias de
notable importancia para el estudio del caso sub lite.

En efecto, si bien ha de aceptarse como canon de vigencia para la generalidad de los


supuestos que, en el tipo de mandato del que se viene hablando, entre el mandante y los
terceros que con el mandatario contrataron no se crean de suyo vínculos directos ni por activa
ni por pasiva, ello no impide en modo alguno que aún después de realizada la gestión y
materializada ella en un negocio jurídico, por virtud de un pacto expreso que puede
perfectamente aparecer como elemento de un acuerdo transaccional de mayor alcance, el
mandante reconozca su posición por todos los fines a los que hubiere lugar según las
circunstancias, lo que en otros términos significa que los efectos de algo que empezó siendo un
mandato no representativo no son reemplazados por los de un ordinario, eventualidad ésta en
que aquel negocio, celebrado con desarrollo del encargo, deja de producir sus efectos entre el
mandatario y los terceros contratantes, pues los producirá directos entre éstos y el mandante a
partir del momento en que el ultimo, dentro del marco de mentado pacto y concurriendo desde
luego el consentimiento de todos los interesados, declare que el negocio celebrado para él en
verdad le pertenece y que toma para sí sus consecuencias, desligando retroactivamente de
todo compromiso al mandatario (...)
En este orden de ideas, aquello que de ordinario envuelven acuerdos de esta naturaleza son
auténticos reconocimientos de duda que efectúa el mandante admitiendo la existencia de
obligaciones contractuales a su cargo para estar a las consecuencias que en derecho
corresponden, reconocimientos que por ser tales, además de irrevocables, no son por
definición innovatorios -recognito nihil dat móvil- pues dejan el vínculo en el mismo estado que
antes tenía, luego es su efecto propio el de situar sobre nuevas bases jurídicas los intereses de
los terceros y del mandante eliminando la posibilidad para los primeros de esgrimir en el futuro
pretensiones contra el mandatario a menos que, como es apenas natural inferido, de manera
concluyente haya consentido dicho mandatario en permanecer obligado junto con aquel por
cuya cuenta y riesgo obró.

(9) REVOCABILIDAD DEL MANDATO COMERCIAL. PACTO DE IRREVOCABILIDAD


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 28 DE NOVIEMBRE DE 199221

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Bonivento Los Principales Contratos Revocabilidad del 644-646 21


Hernández civiles y su Paralelo con los mandato
José Comerciales. Comercial. Pacto
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Al igual que ocurre en el campo civil según los términos del artículo 2189 – nums. 3 y 4- del
Código civil, la relación de mandato mercantil se basa en un vínculo personal de confianza
entre mandante y mandatario, que hace posible, al menos como al principio general, que cada
uno de ellos pueda ponerle fin unilateralmente a ese vínculo, mediante la revocación, cuando
es el primero quien ejercita esta facultad, y mediante la renuncia si es el segundo quien lo
hace.

Puede, entonces, la sola voluntad del mandante revocar ―… a su arbitrio…‖ (Art. 2191 del C.
Civil) y por lo tanto en el momento en que mejor le convenga, el encargo conferido, bajo el
supuesto, desde luego, que en situaciones ordinarias la ejecución o inejecución de dicho
encargo afecta, de modo principal y directo, los intereses del mandante únicamente y al
desaparecer aquella base de confianza sobre la que el contrato descansa, por obra de la
ameritada facultad podrá desaparecer también la relación jurídica que de él emana. En otras
palabras la regla general en esta materia es que, respetando siempre el deber de buena fe
como lo exigen con absoluta claridad los artículos 871 y 1280 del Código de comercio, el
mandante puede ejercitar el derecho de revocación que la ley le otorga en resguardo de sus
intereses, sin fundar su determinación o explicar las razones que lo mueven a proceder así ni
justificar tampoco faltas imputables al mandatario, y por eso mismo ha de entenderse que,
dándose estas condiciones y aun cuando la revocación se haga conocer del público por medio
de la índole de los que señala el artículo 2199 del código civil en su inciso final, el mandante
que en esta forma actúa no ofende por ese solo hecho al mandatario y por consiguiente no
compromete su responsabilidad, habida cuenta que, como suelen expresarlos autorizados
expositores, ―… Por haberse concretado el mandato en interés del mandante, el mandatario
debe esperar que se le retiren sus poderes desde el instante que el mandante haya perdido
ese interés o no tenga ya confianza en su encargado…‖ (Henri, León y Jean Mazeaud,
Lecciones, Pater Tercera, vol. IV, núm. 1418).

Pero este derecho de revocación ―ad natum‖ que por principio le permite al mandante recuperar
la gestión directa de sus propios negocios cuando a bien lo tenga y sin faltar por ello a lo
pactado por virtud de contrato de mandato, encuentra importante excepciones en el art. 1279
del código de comercio. Texto este que registrando en buena medida un ilustrativo antecedente
en el art. 341 del C. de Co. Derogado de 1887, dice lo siguiente: ―…El mandante podrá revocar
total o parcialmente el mandato, a menos que se haya pactado la irrevocabilidad o que el
mandato se haya conferido también en interés del mandatario o de un tercero, en cuyo caso
solo podrá revocarse por justa causa…‖

Así, pues, de conformidad con el precepto legal que acaba de transcribirse, en los dos eventos
de excepción por él contemplados, por revocación del encargo confiado, no puede haber
expiración lícita del mandato sino en tanto medien, debidamente demostradas por el mandante
como es apenas natural suponerlo, circunstancias constitutivas de ―justa causa‖ de ordinario
equiparables con la fuerza mayor o con la culpa exclusiva del mandatario. Y de esos dos
eventos cuyo efecto cardinal es éste último, necesario es referirse con detenimiento al
segundo, atinente al mandato llamado ―en interés común‖ que en sustancia es irrevocable aun
cuando no se haya pactado la cláusula que así lo declare, no solamente porque es esta figura
la que trae a colación el cargo formulado, sino porque de estarse a la confusa redacción
empleada en la sentencia, el tribunal parece haberla ignorado en una muestra de deplorable
ligereza que, por fuerza de las razones adelante expresadas, no trae sin embargo las
consecuencias que el recurrente pretende atribuirle en orden a justificar su derecho a obtener
la información de la mencionada providencia, fundado en la alegada falta de aplicación de
aquella norma, leída en concordancia con el art. 1246 del C. de Co.

En efecto, aún a falta de pacto expreso que establezca la irrevocabilidad, de ésta se da con
todas sus secuelas cuando el mandato, o para decirlo con mayor precisión, cuando el encargo
que constituye su objeto, ha sido otorgado no solamente en interés del mandante como
acontece en el supuesto común que quedó visto al comenzar estas consideraciones, sino
también en interés de terceros o incluso del propio mandatario, interés para cuya determinación
ha de apreciarse, no el contrato de mandato en sí mismo, sino el negocio que el mandatario
tiene la misión de concluir; y puestas en este orden las ideas, el fundamento de la
irrevocabilidad salta a la vista, pues así como el mandato dado en interés exclusivo del
mandante es por naturaleza revocable, toda vez que en este evento – como se dejó apuntado
líneas atrás- el mandatario siempre debe esperar el retiro de sus poderes por voluntad del
único interesado en que el encargo mantenga vigencia, no ocurre lo propio si el mandatario es
alguien que también tiene interés en la conclusión del negocio al que se refiere la gestión
encomendada, ya que en casos con estas características se configura, por voluntad del
mandante, un interés conjunto o colectivo destinado a perdurar mientras la necesidad de dicha
gestión subsista y frente al cual no es razonable sostener que, con todo, ese mismo mandante
retuvo para sí la facultad exorbitante de destruir el nexo comunitario de tal manera creado y
que por añadidura excede el ámbito de sus poderes de disposición, revocando por acto
unilateral el mandato.

En conclusión, si para comprobar la existencia de un mandato irrevocable por haberse


concretado en interés directo de las dos parte, mandante y mandatario, los factores cruciales
de interpretación los suministra el contenido del negocio final para cuya celebración fue puesto
en práctica ese mecanismo contractual de carácter instrumental, forzoso en entender,
siguiendo por ciertos claros derroteros de doctrina jurisprudencial forjada al amparo del art. 341
del C. de Co., de 1887, que no todo mandato retribuido, por el solo hecho de serlo, entra en la
categoría de estudio, habida cuenta que aun cuando sea cierto a todas luces que el mandatario
retribuido tiene interés en el mandato, también lo es que de ordinario no lo tenga en el contrato
cuya realización se le encargó; ―… El interés económico a que hace mención el artículo 341 del
C. de Co. –dijo la Corte hace más de cuarenta años con el propósito de explicar el concepto
recién expuesto- no se reduce sino a aquellos casos en que éste –el comisionista ejecuta el
acto jurídico como consecuencia de una relación directa, o mejor como titular de un derecho in
re sobre los efectos que recibe en consignación y sobre los cuales puede disponer, no por
cuenta ajena y a su nombre, sino por su cuenta y a su propio nombre, como sucede cuando
ocurren las circunstancias de tener el comisionista el carácter de tal y a la vez el de
copropietario de los efectos o valores consignados. Aparece entonces sí, el interés económico
directo del comisionista en la ejecución del acto jurídico de la comisión, a la vez que defiende
sus propios intereses, protege los de su comitente, por ser comunes el éxito o fracaso de las
respectivas operaciones. Cuando se procede como simple comisionista no hay interés
económico directo alguno vinculado al acto jurídico de la venta de los valores; basta con
atender las obligaciones que acarrea el encargo, sin que tenga participación ni responsabilidad
en el éxito o fracaso pecuniario de las operaciones o ventas, y siempre que no se hubiese
obrado culposamente en el desempeño del encargo. La remuneración de la comisión no
constituye interés económico en su ejecución para el comisionista (…). En otra forma, el
legislador no hubiera previsto la excepción de la irrevocabilidad de la comisión en los términos
del art. 341 del C. de Co.; toda comisión sería por naturaleza irrevocable, por la simple
estipulación de la remuneración…‖ (GJ. T. LXVIII, pág. 151). Entonces cuando hoy en día el
art. 1279 del C. de Co. Establece una excepción a la regla de revocabilidad del mandato,
derivada dicha excepción del interés conjunto que en el asunto puedan tener mandante y
mandatario, ese interés no se refiere a que este último tenga derecho a una retribución por los
servicios prestados, retribución que en el campo propio de los mandatos comerciales por lo
demás siempre va a percibir (art. 1264 del C. de Co.), y darle a la cuestión tratamiento distinto
significa, de acuerdo con el categórico argumento expuesto en pasaje de jurisprudencia recién
transcrito, transformar el art. 1279 del C. de Co. En un espectro inoperante pues, tratándose de
relaciones mercantiles, el mandato siempre sería conferido en interés común y, por lo tanto,
jamás seria revocable, salvo la remota posibilidad de un pacto expreso en contrario,
interpretación ésta que conduce en la práctica a eliminar el derecho de revocación, no obstante
regularlo con notoria amplitud el cap. III del título XIII del libro cuarto de Código de Comercio
vigente en el país desde 1972.

(10) OBLIGACION DEL MANDATARIO DE RESTITUIR CON INTERESES LOS DINEROS


RECIBIDOS
SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 16 DE OCTUBRE DE 199722

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NUMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Bonivento Los Principales Contratos Obligación del 646 22


Hernández civiles y su Paralelo con mandatario de
José los Comerciales. restituir con
Alejandro Decimoséptima Edición intereses los
Actualizada (Librería dineros recibidos
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Ahora bien, el mandato es, por definición, un contrato en que una persona confía la gestión de
uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. Tal
acuerdo, por ser de naturaleza consensual, siguiendo las voces del artículo 2150 del C.C., se
perfecciona con la sola aceptación, expresa o tácita del mandatario, bastando, por ende, con
adelantar cualquier acto encaminado a su ejecución para que se constituya y se perfeccione.
Dicha consensualidad la ha subrayado la jurisprudencia de la Corte al predicar que, por ser tal,
no requiere ―de formalidades especiales para su perfeccionamiento‖ (Casación 4 de septiembre
de 1958, LXXXIX, 2202; 29 de mayo de 1959, 1060; marzo 7 de 1966 y 10 de mayo de 1966).

En virtud del contrato en mención, al lado de las obligaciones el mandante, consignadas de


manera específica en el artículo 2184, se le impone al mandatario, particularmente en los
artículos 2181 y 2182 de la misma codificación, la obligación clara e ineludible de restituir toda
suma de dinero que mantenga en su poder y que sea de propiedad del mandante, con los
respectivos intereses, que serán los corrientes en el evento de que tales valores los hubiese
utilizado en su propio beneficio.

Ello porque el dinero como bien lucrativo que es, no solo se le atesora sino que también se le
aprovecha en cuanto tal y en cuanto a los rendimientos económicos que de ordinario produce,
el que al ser retenido por otro, priva al acreedor de percibirlos oportunamente.

Ahora con sustento en el último inciso del citado artículo 2181, la jurisprudencia de esta
Corporación ha precisado que el mandante puede reclamar lo que el mandatario le adeude
como consecuencia del ejercicio del mandato, promoviendo el correspondiente proceso, sin
que sea requisito insoslayable el trámite previo de un juicio de rendición de cuentas.

En efecto, ha expresado la Corte que: ―Entre las obligaciones del mandatario está la de rendir a
su mandante cuenta documentada de su gestión. La relevación de rendirlas, no exonera al
mandatario de los cargos de contra él justifique el mandante.

―De esta disposición se deduce claramente que no es requisito indispensable para poder exigir
el pago de lo que el gestor adeude como consecuencia del ejercicio de un mandato, la
rendición o discusión previa de las cuentas.

―La rendición e éstas es necesaria cuando de las resultas de una administración o del ejercicio
de un negocio, en un momento dado, no es posible saber quién debe a quien y cuánto. El caso
más común es el de la cuenta corriente en que una de las partes remite a otras, o recibe de
ella, en propiedad, cantidades de dinero u otros valores, sin aplicación a un fin determinado, ni
obligación de tener a la orden una cantidad o un valor equivalente pero a cargo de acreditar al
remitente, por sus remesas, liquidarlas en épocas convenidas, compensarlas una sola vez,
hasta concurrencia del débito y crédito, y a pagar el saldo, ya que antes de la conclusión de la
cuenta corriente, por mandato de la ley, ninguno de los interesados es considerado como
acreedor o deudor (artículos 730 y 733 del C. de Co.).

"Pero en el mandato no sólo existe tal disposición en que se requiera la rendición de cuentas o
corte de ellas para poder exigir las resultas de un mandato, sino que por el contrario, como lo
establece el artículo 2183 del C.C., el hecho de exonerar de la obligaciones de rendir cuentas
al mandatario, no es óbice para que el mandante pueda exigir el pago de las sumas que crea
le debe aquél.

"Así, pues, la facultad de exigir cuentas es un derecho del mandante contra su mandatario, es
una facultad de todo el que demuestra su derecho para pedirlas, pero cuando el mandante no
quiera hacer uso de tal prerrogativa sino reclamar directamente de su mandatario lo que a su
juicio éste le deba, bien puede en una acción de condena ocurrir al juez para que se ordene el
pago de lo que se le adeude. Esto sin perjuicio de que dentro de ese mismo pleito, el
mandatario reclame lo que a su turno se le adeude o alegue compensación y en los respectivos
términos de prueba presente cuenta de su gestión y pueda defenderse exigiendo del mandante
el pago de las sumas que haya anticipado en ejercicio del cargo, sus intereses, los gastos
hechos en desempeño de su misión, etc., en una palabra lo que considere le salga a deber su
mandante, inclusive la remuneración convenida o la usual... Pudiera suceder que la índole de
los negocios encomendados al mandatario así lo reclamen, y en tal evento, como es de
suponer, el mandante puede hacer uso de su derecho y pedir las cuentas, pero mientras tal
cosa no suceda, bien puede éste ocurrir al juez en acción ordinaria de condena como ya se
expresó, para que se decrete el pago que justifique le adeuda su administrador y discutir con el
mismo las contraprestaciones a que tiene derecho" (GJ. No 2048, pág. 481).

Para el caso de que aquí se trata, y teniendo en cuenta que la parte interesada no alegó ni
demostró nada en contrario, habrá de colegirse que la suma de dinero cuya devolución se
impetra, la utilizó el demandado en su propio beneficio. Si ello es así, como en verdad lo es,
procede, entonces, aplicar el caso en estudio, lo dispuesto en el primer inciso del artículo 2182.

"Debe (el mandatario) al mandante los intereses corrientes de dineros de éste, que haya
empleado en utilidad propia".

Como la lectura del texto transcrito podría prestarse a duda respecto del momento a partir del
cual el mandatario debe los intereses corrientes del dinero del mandante que haya aquél
utilizado en beneficio propio, es obligado, con base en el texto completo del citado precepto,
distinguir dos situaciones diferentes:

a) La que se presenta en caso de que el mandatario utilice en su propio beneficio dineros que
pertenecen al mandante;

b) La que ocurre cuando lo adeudado es el saldo que resulte en contra del mandatario, como
consecuencia de un corte de cuentas que se hubiese efectuado.

En cuanto toca con la segunda de las hipótesis planteadas, dice la citada norma que se deben
cancelar intereses del saldo resultante, cuando el deudor haya sido constituido en mora;
procedimiento indispensable siempre que no exista certeza de quién debe a quién y cuánto.

Pero se estará frente a la primera situación si se trata, como se dijo, de la devolución de una
suma de dinero especificada y determinada de antemano, la cual el mandatario conserva en su
poder. En este caso, es claro que para dicho fin, no se requerirá constituir en mora al
detentador del dinero para condenarlo a que lo restituya con sus intereses. Claro está que es la
"equidad, fundamento de la teoría del enriquecimiento sin justa causa y principio tutelar de la
justicia humana" (Sent. 31 de enero de 1955,. G.JLXXIX, pág. 452), la que llevó al legislador a
establecer a cargo del mandatario, la obligación de cancelar intereses desde el momento en
que la respectiva suma llegó a sus manos, porque fue desde ese instante, cuando se le privo a
su titular de la posibilidad de percibir los rendimientos que ella naturalmente produce.
Sobre el unto resulta oportuno traer a colación los comentarios de los tratadistas Arturo
Alessandri Rodríguez y Manuel Somarriva Undurraga quienes, refiriéndose al artículo 2156 del
código Civil Chilena, afirman:

"Puede suceder que al rendir cuenta el mandatario, le resulte un saldo en su contra y a favor
del mandante. En este caso también está obligado a pagarlo, pero desde que se haya
constituido en mora; lo dice el artículo 2156. Vemos una diferencia de este saldo con los
dineros que utiliza: ambos debe devolverlos con intereses corrientes, que corren de pleno
derecho en el caso de los dineros utilizados y que corren desde que el mandatario se
constituye en mora cuando se trata de saldos de la rendición de cuentas". (Derecho Civil-
Contratos, tomo I, Imprenta Universal, Santiago de Chile, 1988, pág. 550).

(11) EFECTOS DE LA DELEGACION DEL MANDATO


AUTO DE LA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE 25 DE MARZO DE
199923

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NPUMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Bonivento Los Principales Contratos Efectos de la 648 23


Hernández civiles y su Paralelo con los delegación del
José Comerciales. Decimoséptima mandato
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Y es que solo así resulta ilesa la razón; a la verdad, es protestativo del mandatario -salvo que
se lo hayan prohibido- delegar el mandato; empero cuando la elección de la persona delegada
es suya, lo hace bajo su responsabilidad y sólo él ha de entendérselas con el poderdante. En
tal evento, ciertamente, es posible que el mandante ni conozca la persona delegada, y ahí
echaría a perder ese elemento intuitu personae tan fundamental en ese linaje de contrato. La
persona que al mandante le inspiró confianza para otorgar el encargo, es sin duda el primer
mandatario; de ahí entonces que éste, sabedor de la responsabilidad que asume con la
delegación, estará atento a la ejecución y desarrollo de la tarea que a su vez encargó a otro,
será negocioso en su vigilancia y podrá incluso reasumir el poder cuando lo juzgue a bien,
todo lo cual desaparecerá con su muerte, y aparejado traerá el natural riesgo que esto implica
para el poderdante. Muerto el primer mandatario, pues, se rompe ese equilibrio de fuerzas
contractuales hasta entonces existente, caracterizado él porque al fin de cuentas había un
puente negocial entre el poderdante y quien finalmente cumplía el encargo. Había alguien que
velará por sus intereses y hasta le respondiera por todo.

Situación esa que cambia por entero si es que la escogencia del delgado fue obra del
mandante. Con sobrada razón dispone al punto la ley que "cuando la delegación a determinada
persona ha sido autorizada expresamente por el mandante, se constituye entre el mandante y
el delegado un nuevo mandato" y que en tal evento el mandato "no se extingue por la muerte u
otro accidente que sobrevenga al anterior mandatario" (C.C., articulo 2163). Así que como no
fue esta situación la que aquí se presentó, es forzoso admitir, contrario sensu, que el mandato
se extinguió y que, en consecuencia, deba darse noticia de ello a los poderdantes mediante la
citación que se ordenó en el auto combatido. Todo con absoluta independencia de la solicitud
de nulidad que, entre tanto, queda así pendiente de decidir.

(12) DIFERENCIA ENTRE MANDATO Y PODER


SENTENCIA C-1178/01 CORTE CONSTITUCIONAL24

AUTOR TEMA RESUMEN NÚMERO NÚMERO


REFERENCIA SENTENCIA CONSECUTIVO

Corte Mandato Y Diferencia entre Sentencia C- 24


Constitucional poder mandato y poder 1178/01
Colombiana

La Corte Constitucional en la sentencia C 1178/01 dejó en claro que el mandato es un negocio


jurídico en el que el mandatario se encarga de adelantar negocios jurídicos o bien sea actos de
comercio por cuenta del mandante con representación o sin ella, mientras que el
apoderamiento es un acto unilateral que puede ser aceptado o no, en virtud del cual una
persona autoriza a otra para actuar a su nombre y representación.

Ahora bien debemos tener en cuenta que el contrato de gestión precede y genera al acto de
apoderamiento, es decir el primero conlleva al segundo, pero que tienen diferentes efectos,
porque mientras el acto de apoderamiento es oponible a quienes por causa del mismo se
relacionan con el poderdante y con el apoderado, el contrato de gestión o mandato rige las
relaciones internas entre estos de manera preferente al acto de apoderamiento, porque el
contrato de gestión viene a ser inter alias acta.

Pero el contrato de mandato no es el único por el cual las dos partes pueden estar vinculadas
en una relación porque el apoderado puede estar vinculado con el poderdante mediante
contrato de trabajo, por ello el artículo 69 del código civil no regula como tal el contrato de
mandato si no el acto de apoderamiento, que le permite a un sujeto delegar sus derechos
como subjetivos, para que otro lo represente en una litis. Siendo así las cosas en cualquier
momento se puede revocar el poder, sin que ello perjudique el contrato de mandato, porque
como todo acuerdo de voluntades tendientes a crear obligaciones, el contrato de mandato no
será la excepción para que se causen las indemnizaciones correspondientes.

(13) MANDATO Y APODERAMENTO


SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 15 DE DICIEMBRE DE 200525

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO
Bonivento Los Principales Contratos Mandato y 639 25
Hernández civiles y su Paralelo con los apoderamiento
José Comerciales. Decimoséptima
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En ese sentido, por lo tanto, se distinguen el mandato y el acto de apoderamiento, así sea éste
una consecuencia de aquel, para significar que el primero por sí no confiere la representación
del mandante y que el segundo es un acto autónomo e independiente de su causa. De ahí que
se hable de la coexistencia de dos actos jurídicos, uno bilateral, el contrato de mandato, y otro
unilateral, el acto de procuración.

Distinción que es de capital importancia para efectos probatorios, porque si el contrato de


mandato es esencialmente consensual, cualquier medio probatorio sería idóneo para
establecerlo. En cambio cuando se trata de acreditar el acto de apoderamiento ante terceros y
los poderes se refieren a asuntos respecto de los cuales la ley exige cierta formalidad, la
prueba tendría que restringirse a la solemnidad del escrito.

(14) LA AUSENCIA DE PODER SUFICIENTE NO GENERA NULIDAD SINO


INOPONIBILIDAD
SENTENCIA DE CASACION CIVIL DE 15 DE AGOSTO DE 200626

AUTOR TEMA RESUMEN PÁGINA NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Bonivento Los Principales Contratos La ausencia de 643 26


Hernández civiles y su Paralelo con poder suficiente no
José los Comerciales. genera nulidad sino
Alejandro Decimoséptima Edición inoponibilidad
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En tal orden de ideas, resulta palmario que la falta de poder bastante para celebrar en nombre
de otro una compraventa no es una eventualidad de las contempladas en el transcrito artículo
1741 del código civil como generador de nulidad absoluta, mas cuando esa disposición
puntualiza que la omisión de requisitos formales prescritos por la ley para el valor del acto o
contrato necesariamente debe atañer "a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las
personas que los ejecutan o acuerdan", tópico sobre el que la Corte ya tuvo oportunidad de
expresar que no " se trata entonces de la ausencia de cualquier formalidad, sino de aquella que
la propia ley consideró como un complemento necesario de la voluntad, al estimar que ésta por
sí sola no era idónea o suficiente para producir el correspondiente efecto jurídico. De manera
que esa formalidad tiene que ser exigida por la ley, que además debe asignarle el carácter ad
sustantiam actus,, pues solo así se estaría frente a un requisito cuya desatención generaría la
nulidad absoluta del acto o contrato, dado el régimen de reserva y taxatividad que en materia
de nulidades consagra el Código Civil. La omisión de otros requisitos y formalidades que no
estén prescritos por la ley "para el valor" del acto o contrato, genera consecuencias distintas,
pero no la nulidad absoluta que se examina en este evento" (sentencia 062 de 24 de mayo de
2000, exp. 5267).

Específicamente sobre el particular se hace necesario transcribir espacio lo expresado por


esta corporación en fallo de 30 de noviembre de 1994, ocasión en la que reiteró que la " falta
de poder en quien se dice ser mandatario de un tercero, no genera nulidad del acto o contrato
en el que intervenga aduciendo tal calidad, ni cualquier otro vicio cuyo estudio el juez deba, de
oficio, abordar ab-initio, sino que da lugar a un fenómeno bien distinto como lo es de la
inoponibilidad del negocio frente al supuesto mandante, inoponibilidad que, entonces, debió ser
alegada acá por la afectada.

En este mismo propósito no está de más agregar que si bien es verdad la inoponibilidad no se
encuentra debidamente sistematizada en el derecho positivo patrio, como sí lo está, por
ejemplo, la nulidad de los negocios jurídicos, respecto de la cual el código civil en particular
dedica toda una estructura normativa a regularla en su doble faceta, no lo es menos que
ninguna duda existe acerca de su consagración legal, pues, así sea de manera diseminada,
existen el concierto jurídico colombiano diversas disposiciones a través de las cuales emerge
su regulación legal, como lo son, verbi gratia, los artículos 640, 1505, 1871, 2105 del Código
Civil y 833 del Código de Comercio, entre otros, en los cuales se prevén algunos de los eventos
en que el acto o contrato deviene inoponible haciendo que el mismo se torne ineficaz frente a
quien en un momento dado ostentare la condición de tercero. Alrededor de esta específica y
puntual temática ha de reiterarse que sin desconocer que "el legislador, normalmente, como
ocurre en nuestro Código, no establece una teoría general de la inoponibilidad", cual
efectivamente "lo hace con la nulidad", lo dicho es que dicha institución si "está establecida en
numerosos preceptos, y su existencia está reconocida por todos los autores y la jurisprudencia"
(Abeliuk Manasevich, René, Las obligaciones, Ediar Editores Limitada, Santiago de Chile,
1983, pag. 134).

(15) MANDATO REPRESENTATIVO Y NO REPRESENTATIVO


SENTENCIA DE CASACION DE 17 DE ABRIL DE 200727

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REFERENCIA CONSECUTIVO

Bonivento Los Principales Contratos Mandato 639 27


Hernández José civiles y su Paralelo con representativo
Alejandro los Comerciales. y no
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Aun cuando no lo usual es que sea el mismo titular de los derechos subjetivos quien disponga
de ellos, bien puede suceder, y esto no tiene nada de ocasional, que éste, por razones de
diversa estirpe, no quiera o no pueda hacerlo, razón por la cual precise valerse para tal efecto
de un intermediario que puede actuar frente a terceros, ora en su nombre (el del titular) y por
cuenta de éste, o ya en nombre propio aunque siempre por cuenta y riesgo de aquél.

A esta forma de intermediación se refiere el artículo 2142 del C.C. al decir que el mandato "es
un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace
cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.

A su vez, el artículo 1262 del C.Co para definir dicho negocio señala que el mandato mercantil "
es un contrato por el cual una parte se obliga a celebrar o ejecutar uno o más actos de
comercio por cuenta de otra"

Empero, y esto debe recalcarse firmemente, en una y otra hipótesis, es decir, sea que el
mandato tenga por objeto la realización de actos mercantiles, o ya la ejecución de actos de
cualquier otra especie, lo cierto es que conforme a los principios cardinales que gobiernan en
nuestro ordenamiento la materia, bien puede acontecer que el mandatario actúe en
representación del mandante, esto es, haciendo explicita ante los terceros con quienes
contrata la condición en que actúa, que no es otra que la de procurador del dominus, cuyo
patrimonio, subsecuentemente, compromete directamente frente a dichos contratantes, o
también puede acontecer que, por razones de disímil temperamento, les oculte esa situación,
cual lo prevén los artículos 2177 y 1162 de los códigos Civil y Comercial respectivamente y
contrate con ellos como si el negocio fuese propio, hipótesis en la cual es incontestable que
frente a dichos terceros, no implica derechamente al mandante, motivo por el cual a aquellos
les está vedado accionar directamente contra éste, y viceversa.

En la primera hipótesis, esto es, cuando el mandatario actúa en nombre del mandante y por
cuenta de este, lo tienen definido la doctrina y la jurisprudencia patrias, el mandato es
representativo, y se caracteriza, además de las particularidades ya anotadas, porque el
mandatario obra en virtud de un poder que hace reconocer a quienes con el contratan,
dándoles a entender de manera indubitable que las operaciones que realiza se radicarán
directamente en el patrimonio de otro, en cuyo nombre obra, y con quien deberá entenderse a
efectos de ejercer los derechos y acciones derivados del contrato realizado.

En cambio, el mandato es no representativo, según terminología ampliamente aceptada en


nuestro medio, cuando, como ya ha quedado señalado, no exterioriza a los destinatarios de sus
declaraciones que obra por cuenta y riesgo de otro, inadvertencia que, como es apenas obvio,,
y dado el carácter relativo de los contratos, apareja que entre mandante y terceros no surjan
vínculos jurídicos y carezcan, por ende, de legitimación para emprender acciones judiciales
entre sí. Es diáfano, por el contrario, que frente a esos terceros con quienes contrata, el
mandatario aparece como titular de los derechos que agencia, así como de las acciones
derivadas del contrato. No obstante, esto no quiere decir que el sustituido se mantenga
totalmente al margen de la situación y que los resultados del negocio no lo alcancen; por
supuesto que el intermediario, aunque obra frente a terceros en nombre propio, sigue
haciéndolo por cuenta ajena, la del mandante, y a riesgo de éste, cual lo define el reseñado
artículo 1262 del C.Co., de modo que sobre su patrimonio habrán de recaer, en ultimas, los
resultados del acto.

(16) EL PODER ES PRUEBA SUFICIENTE PARA DEDUCIR QUE SE SUSCRIBIÓ UN


CONTRATO DE MANDATO ENTRE LAS PARTES Y QUE EFECTOS TRAE EL MISMO?.
CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN
TERCERA, 25 DE FEBRERO DE 2009, NO. RADICACIÓN 19001-23-31-000-1995-07002-
01(16705)28

AUTOR TEMA RESUMEN NUMERO NÚMERO


REFERENCIA SENTENCIA CONSECUTIVO

Consejo de Poder El poder es prueba No. radicación 28


Estado, sala de lo como suficiente para 19001-23-31-
Contencioso prueba deducir que se 000-1995-07002-
Administrativo, del suscribió un contrato 01(16705) del 25
Sección tercera mandato de mandato entre las de febrero de
parte y que efectos 2009
trae el mismo

El Consejo de estado considera que el documento contentivo del poder es prueba eficaz de la
celebración del contrato de mandato, que es generalmente consensual toda vez que el mismo
puede ―hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro
modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios
por otra‖ conforme lo dispone el artículo 2149 del Código Civil.

Conforme lo prevé el artículo 1505 del Código Civil, “lo que una persona ejecuta a nombre de
otra, estando facultada por ella o por la ley para representarla, produce respecto del
representado iguales efectos que si hubiese contratado él mismo.

Podemos decir que cuando se confiere el poder a una persona sin tener en claro todo aquello
que se delega, puede traer consecuencias jurídicas a la hora de dar cumplimiento del mismo,
por ello es muy importante conocer que facultades se le están dando al mandatario cuando se
suscribe un contrato de mandato o un poder.

(17) EL CONTRATO DE MANDATO TERMINA CON LA MUERTE DEL MANDANTE O SE


PUEDEN PROLONGAR LOS PODERES OTORGADOS, Y ADEMÁS SE PUEDEN
OTORGAR FACULTADES PARA VENDER, PERMUTAR E HIPOTECAR BIENES?.

Sentencia del 27 de marzo de 2012, Sala de Casación Civil, Corte Suprema de


Justicia, Referencia: C-1569331890012003-00178-0129

AUTOR TEMA RESUMEN SENTENCIA NÚMERO


REFERENCIA CONSECUTIVO

Corte Terminación El contrato de Referencia: C- 29


Suprema del contrato mandato termina 156933189001200
de de mandato con la muerte del 3-00178-01. 27 de
Justicia, mandante o se
Sala de pueden prolongar marzo de 2012
Casación los poderes
Civil otorgados, y
además se pueden
otorgar facultades
para vender,
permutar e
hipotecar bienes?

Podemos decir entonces que cuando se trata de un mandato amplio y suficiente que vaya
dirigido en general, entonces podemos decir que puede seguir en la vida jurídica el mismo
siempre y cuando así se haya estipulado por el mandante y mandatario, porque desde el punto
de vista jurídico, la noción de mandato viene asociada a la idea de favor o de encargo, se trata
entonces de un instrumento de integración y colaboración que facilita satisfacer intereses del
comitente en cuyo beneficio se realizan actos que por circunstancias de diversa índole, no
puede o no desea llevar a cabo él directamente. Tal herramienta permite, pues, que a través de
una superposición personal, un sujeto de derecho realice una gestión por o para otro, ya como
simple benevolencia, ora a cambio de una contraprestación.

El mandante puede transferir o ceder algunas autorizaciones o facultades al mandatario con el


fin de que sean utilizadas estrictamente de acuerdo con los términos convenidos, con
independencia de que el mandato lleve o no consigo la facultad de representación, entonces
cuando hablamos de un mandato no representativo se entiende que el mandatario actúa en
nombre propio, así en el fondo lo haga por cuenta ajena.

Entonces por ello se distinguen claramente el mandato y el acto de apoderamiento, así éste
sea una consecuencia de aquél, para significar que el primero por sí no confiere la
representación del mandante y que el segundo es autónomo e independiente. De ahí que se
hable de la coexistencia de dos actos jurídicos, uno bilateral, el mandato, y otro unilateral, el
acto de procuración. Para ir respondiendo a nuestra pregunta para realizar ventas, permutas o
hipotecas por parte del mandatario se requiere que haya clausulas especiales para este tipo de
encomiendas sin importar que clase de bienes, y no solo basta con la otorgación del poder
porque este solo lo faculta para la administración mas no para la disposición, pero que a su vez
esa venta no puede ser a titulo universal.

Sin pasarse por alto que la muerte del mandante se erige en una de las causales legales de
terminación del mandato, la Corte reconoce que esa regla tiene su excepción en los casos en
que es ―destinado a ejecutarse después de ella‖, entonces cuando el causante ha celebrado un
contrato de mandato y si se ha señalado un poder con cláusulas especiales, a pesar de la
muerte del mandante el contrato puede seguir su curso hasta el tiempo por el cual se haya
estipulado.

el mandato destinado a ser ejecutado después del deceso del comitente, respecto de asuntos
ajenos al giro ordinario de sus negocios, siempre que no tengan por finalidad eludir las normas
imperativas que gobiernan la sucesión mortis causa, solo es válido en la medida en que
expresamente se identifiquen, precisen o concreten las cuestiones sobre las cuales el
mandatario puede obrar.
EL CONTRATO DE MANDATO ROMANO Y SU EVOLUCION HISTORICA

LUZ MARITZA ROJAS BENAVIDES

RESUMEN.

El estudio del derecho como fuente reguladora de la conducta humana a lo largo de los años ha

venido abriendo una brecha entre los diferentes países, esto debido en gran medida a la

capacidad de evolución de las sociedades; y es aquí donde radica la importancia de mirar el

derecho y las normas desde una perspectiva más amplia eliminando de esta manera las

ambigüedades generadas por la mala interpretación de las normas.

El derecho como hoy lo conocemos emana en su gran mayoría del derecho romano, sistema

aquel que sirvió de soporte al nuestro; en aquel entonces el contrato aparecía como una forma de

acuerdo o conventio, en el cual dos o más personas daban su consentimiento sobre una cosa de

dar o prestar, a esto se le llamaba bajo el nombre de modelo dominante

Fueron aquellos factores determinantes como la ampliación de las relaciones económicas y la

expansión territorial, las que hicieron posible el hecho de confiar a otros la administración y

gestión de negocios, que por diversas eventualidades no podían desarrollarse personalmente; de

esta manera surgió el contrato de mandato como un compromiso de honor, un acto de buena y

confianza en donde un tercero llamado comitente al estrechar su mano con el mandatario,

quedaba comprometido con la administración de sus bienes.

En la actualidad el contrato de mandato se encuentra estipulado en el artículo 2142 y ss. Del

código civil colombiano e indica lo siguiente:


´´El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra,

que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.

La persona que concede el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta apoderado,

procurador, y en general, mandatario.´´

De lo anterior podemos observar que a pasar de todo el tiempo que ha transcurrido, la figura

como tal del contrato de mandato sigue en su esencia siendo la misma de la del derecho romano.

ABSTRACT.

The study of law as a regulatory source of human behavior over the years has been opening a gap

between countries, this largely due to the ability of evolution of societies; and here lies the

importance of looking at the law and the norms from a broader perspective thus eliminating the

ambiguities generated by the misinterpretation of the rules. The law as we know it emanates

mostly from Roman law, a system that has served as our support; at the time, the contract

appeared as a form of agreement or convention, in which two or more persons gave their consent

on one thing to give or lend, this was called by the name of dominant model were those

determinants such as the expansion of economic relations and territorial expansion, which made

possible the fact, entrust management and other business management, for various eventualities

could not personally be developed; thus the contract of mandate emerged as a compromise of

honor, an act of good and trust where a third, called principal to shake hands with the president,

remained committed to the management of their assets. Currently the agency contract is

stipulated in Article 2142 et seq. Colombian civil code and indicates the following: ''El Mandate

is a contract in which a person entrusts the management of one or more businesses to another,

which takes care of them at the risk of the former. The person granting the request is called client
or principal, and it accepts attorney, prosecutor, and in general, representative.'' From the above

we can see that throughout the time that has elapsed, the figure, as such, of the contract of

mandate remains in its essence the same as that from Roman law

PALABRAS CLAVES.

Contrato de mandato - mandante - mandatario – poder – derecho romano – código civil

colombiano – jurisprudencia – doctrina – código civil mexicano – código civil argentino.


INTRODUCCIÓN.

Al abordar la concepción del contrato de mandato, es necesario entrar a mirar cuales fueron sus

orígenes dentro de la sociedad romana, si las razones por las cuales se creó en su momento

siguen existiendo hoy día, y como ha sido su evolución dentro de la historia; para analizar este

tema es necesario no solo mirar su evolución en roma, sino también en países de América Latina

en donde el derecho es relativamente similar.

En roma el mandato empezó a darse bajo la figura de un contrato puramente consensual,

sinalagmático imperfecto, esencialmente gratuito y de buena fe, por medio del cual una persona

encomendaba a otra la realización de una o más operaciones que tuvieran un interés pecuniario

para el mandante; en esa época el mandatario realizaba la administración y cuidado de los bienes

ajenos desinteresadamente, y este acto consensual se daba por aceptado cuando las partes

estrechaban su manos. Pero a menudo que fueron cambiando los tiempos y consigo los

pensamientos, los deseos, y sus metas u objetivos se vio la necesidad de perfeccionar la

consensualidad del acto de mandato.

Se empezaron a buscar formas de adaptabilidad del mandato con el diario vivir, y entonces fue

cuando surgieron las distintas doctrinas, jurisprudencias, y comparaciones entre las diferentes

naciones; todo esto con el fin de unificar el concepto de contrato de mandato dentro de las
sociedades contemporáneas y así poder ser competitivo dentro de un mercado que cambia

constantemente.

Pese a las muchas discrepancias que se generaron no solo frente al tema en particular, sino a los

diferentes conceptos que enmarcan el tema, se logro establecer de manera general para países

como México, España, Chile y Colombia, que el contrato de mandato es un acto jurídico por

medio del cual una persona se obliga para con otra a realizar de manera gratuita u onerosa la

actividad pactada u acordada.

Como objetivo general, se fundará una opinión orientada en los límites de la investigación, en

relación a un problema que muy seguramente se posee, en el eje de nuestro proyecto planteado, y

así poder determinar diferentes situaciones en torno al mismo, para que de esta manera el lector,

tome una posición dentro del papel del problema y de la posible solución, y así lograr generar

conocimientos y posiciones fundamentadas, para poder conocer acerca del contrato de mandato

como un eje fundamental en la vida del profesional del derecho.

El mandato busca entonces que una persona llamada mandante confié la gestión de uno o más

negocios a otra persona denominada mandatario, quien se hará cargo de ellos por cuenta y riesgo

de la primera. Es un contrato consensual, bilateral, de buena fe y gratuito u oneroso según

convengan las partes; dentro de sus características más relevantes encontramos que:
 Puede ser oneroso o gratuito; es oneroso cuando ambas partes reciben valores

económicos, y gratuito cuando no hay intereses patrimoniales o sea que los valores

económicos le corresponden a una sola parte.

 Es un contrato típico o Nominado; es decir, está específicamente contemplado y regulado

por la ley.

 Es un contrato principal; existe por sí mismo, se constituyen para garantizar el

cumplimiento de una obligación principal.

 Es un contrato conmutativo; es un acuerdo voluntario en el que cada parte conoce sus

derechos desde el inicio del mismo, e intenta que ambas partes tengan un trato igualitario.

 Es un contrato de tracto o sucesivo; regulan una serie de entregas o prestaciones

periódicas que intervienen durante algún tiempo prolongado.

 Es un contrato bilateral; es un acuerdo de voluntad en el cual se generan derechos y

obligaciones en ambas partes.

 Es un contrato de medios y no de resultados.

 Será consensual (según la naturaleza jurídica del acto o actos para el cual fue conferido);

son aquellos que quedan perfeccionados o concluidos con todos sus efectos desde que las

partes se ponen de acuerdo

En este artículo podrán encontrar diferentes intervenciones de tratadistas, juristas, doctrinantes y

una breve comparación entre las legislaciones civiles de los países suramericanos y otros del
mundo en donde su concepción del mandato sea relativamente parecida a la nuestra. También

haremos un recorrido corto por la historia del derecho romano hasta llegar a nuestros días y así

poder establecer las diferencias que se han venido dando con el pasar del tiempo respecto del

contrato de mandato, que ha cambiado, que se ha modificado y que sigue aún vigente del antiguo

derecho romano.
JUSTIFICACIÓN.

La temática del presente artículo nace a raíz de una investigación realizada acerca del contrato de

mandato, motivado por las doctoras Catalina Franco y Claudia Patricia Salcedo, directoras del

proyecto. El tema a pesar de tener una gran importancia en el ámbito jurídico, no es muy

distinguido; y es que toda persona, en especial los abogados debe tener un conocimiento claro

con respecto al tema, toda vez que por medio de este acto jurídico es que se desarrolla la

actividad del abogado como apoderado de una determinada persona, de ahí la importancia de

conocer los derechos y obligaciones derivados de la celebración de dicho contrato.


METODOLOGÍA.

El presente artículo, se llevó a cabo mediante la utilización de un método inductivo analítico y

descriptivo, a través del cual, se plantearon preceptos encaminados a establecer si el contrato de

mandato en el derecho civil colombiano tiene sus orígenes en el derecho romano; todo esto se

logro a través de recursos bibliográficos que permitieron llevar a cabo un recorrido en el análisis

y la temática y así lograr desarrollar el problema jurídico planteado.


PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.

¿El Contrato de Mandato tiene su Origen en el Derecho Romano?

RESULTADOS:

Obtener un conocimiento más amplio y claro a cerca de los siguientes conceptos:

 Raíces del contrato de mandato

 Contrato de mandato

 Derechos y obligaciones contraídos en un contrato de mandato

Para responder al interrogante planteado en el presente artículo, es indispensable empezar

contando su historia, su evolución o adaptabilidad a las nuevas generaciones con el pasar de los

años a lo largo del tiempo y como finalmente Colombia decidió adoptarlo dentro de su

ordenamiento jurídico
MANDATO Y SU EVOLUCIÓN E IMPLEMENTACIÓN DENTRO DEL

ORDENAMIENTO JURÍDICO COLOMBIANO

Elaborado por: Luz Maritza Rojas Benavides1

I. CONCEPTO DE MANDATO

Antiguamente el mandato era un contrato simplemente consensual, sinalagmático imperfecto,

esencialmente gratuito y de buena fe, por medio d el cual una persona encargaba a otra que

aceptaba, la realización gratuita de una o más operaciones que tuvieran interés pecuniario para el

mandante, de esta manera el mandante podía realizar otras actividades con la plenitud de saber

que el mandatario se encargaría de la realización de sus obligaciones en un determinado lugar.

El término mandato (mandatum) deriva de mandare, de manum dare, que significa literalmente

confiar una cosa a otro, y más ampliamente dar un encargo o una orden a otro. Manum

dare alude a la fidelidad amistosa que entraña el "dar la mano", en el sentido figurado de

transmitir el propio poder como prolongación de su personalidad jurídica; manum dare, de donde

deriva el nombre de nuestro mandato, no significa otra cosa que entregar nuestra confianza a

otro, ya que según la leyenda, la diosa Fides habitaba en el cuenco de la mano.

NOTA: 1 Estudiante perteneciente a la Facultad de Derecho de la Universidad Cooperativa de


Colombia, Sede Bogotá. Adscrito como auxiliar de investigación en el CIFAD
Anteriormente solo aquellas personas que eran consideradas capaces, eran las únicas que podían

obligarse con otro que lo necesitara, se necesitaba tener plena capacidad; solo las personas

capaces podían obligarse recíprocamente, y solo podían contraer obligaciones por sí y para sí

mismas, no podía un tercero contraer una obligan en nombre de otra persona.

Factores determinantes como, la ampliación de las relaciones económicas, la expansión

territorial, los cambios culturales y nuevas lenguas, entre muchos otro otros, fueron algunas de

las causas que dieron paso para la existencia al hecho que se empezara a confiar a otros la

gestión de negocios propios que no podían efectuarse personalmente. Debido a la falta de normas

jurídicas que rigieran el mandato, se recurrió a personas que prometían sobre la fe de su palabra

y por la amistad que las unían al mandante, realizar fielmente el negocio encomendado,

obligándose asimismo a rendir cuentas al mandante.

Así, en un principio, el mandato era un compromiso de honor, un contrato de buena fe y

confianza; las consecuencias que se llegasen a generar se arreglaban conforme a la equidad. este

acto consensual y en esencia gratuito, se perfeccionaba en el acto de en que el comitente y

mandatario se daban las manos.

Este acto simbólico dio origen el nombre de mandato, manum- dare o manu-data, que significa

testimonio de fidelidad prometida por el mandatario al mandante.

La idea que se tenía del contrato de mandato, según hemos podido observar, no era del todo

diferente a lo que hoy se conocemos, a manera rápida podemos inferir que a pesar de los cambios

culturales e históricos por los que ha tenido que pasar la humanidad, hay ciertas concepciones o
prácticas que no se extinguen, sino que por lo contrario mutan para de esta manera ser útiles a las

nuevas generaciones.

Con el presente documento, lo que se pretende es evidenciar la concepción profunda del

concepto de mandato, sus antecedentes y la materialización de la misma; de esta manera se

logrará evidenciar su principal objeto, su interpretación y aplicación de este dentro del derecho

civil colombiano.

EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE MANDATO.

En Roma

En el Derecho romano sistema que sirve de soporte al nuestro, el contrato aparecía como una

forma de acuerdo (conventio). La convención es el consentimiento de dos a más personas que se

Avienen sobre una cosa que deben dar o prestar.

“La convención se dividía en (pactum) pacto y (contractus) contrato, siendo el pacto aquel que

no tiene nombre ni causa y el contrato aquel que lo tiene. En este contexto se entiende por

nombre la palabra que produce la acción (el pacto se refiere únicamente a relaciones que sólo

engendran una excepción). La causa es alguna cosa presente de la cual se deriva la obligación.
El pacto fue paulatinamente asimilándose al contrato al considerar las acciones el instrumento

para exigir su cumplimiento.” 2

Con el tiempo se fueron implementando nuevos modelos de contratos, todos encaminados a la

satisfacción de las necesidades de la población, y fue así como se dio lugar a la aparición del

mandato. En el Derecho Romano, el contrato de mandato era un acto simplemente consensual,

sinalagmático imperfecto, esencialmente gratuito y de buena fe, por el cual una persona

encargaba a otra que aceptaba, la realización gratuita de una o más operaciones que tuvieran

interés pecuniario para el mandante.3 Dentro de las obligaciones del mandatario se encontraban

el realizar el acto que le hubiera encomendado el mandante, apegándose estrictamente a las

instrucciones recibidas, responder de la culpa leve, culpa grave y dolo, rendir cuentas e

incorporar al patrimonio del mandante los resultados positivos de la ejecución del mandato. Por

otro lado las obligaciones del mandante eran indemnizar los gastos, daños y perjuicios que la

ejecución del mandato hubiera causado al mandatario, aceptar en su patrimonio los eventuales

resultados negativos del acto encargado.

En Argentina

El código civil argentino en su libro segundo de los derechos personales en las relaciones civiles

sección tercera de las obligaciones que nacen de los contratos, manifiesta en su artículo 1869,

que el mandato como contrato, tiene lugar cuando una parte da a otra el poder, que ésta acepta,

2
Vid. OJEDA RODRIGUEZ, Colectivo de autores, op.cit., página 56
3
MEDELLÍN A, F, B, Carlos. Lecciones de Derecho Romano, 14° edición. editorial, Temis S.
A. Bogotá, 2000. Pag 258.
para representarla, al efecto de ejecutar en su nombre y de su cuenta un acto jurídico, o una serie

de actos de esta naturaleza.

De la misma manera indica es su artículo 1870, que las disposiciones allí presentes son

aplicables:

 A las representaciones necesarias, y a las representaciones de los que por su oficio

público deben representar determinadas clases de personas, o determinadas clases de

bienes, en todo lo que no se oponga a las leyes especiales sobre ellas.

 A las representaciones de las corporaciones y de los establecimientos de utilidad pública.

 A las representaciones por administraciones o liquidaciones de sociedades, en los casos

que así se determine en este Código y en el Código de Comercio.

 A las representaciones por personas dependientes, como los hijos de familia en relación a

sus padres, el sirviente en relación a su patrón, el aprendiz en relación a su maestro, el

militar en relación a su superior, las cuales serán juzgadas por las disposiciones de este

título, cuando no supusiesen necesariamente un contrato entre el representante y el

representado. A las representaciones por gestores oficiosos;

A las procuraciones judiciales en todo lo que no se opongan a las disposiciones del

Código de Procedimientos.

 A las representaciones por albaceas testamentarios o dativos.

En los artículos siguientes, el código civil argentino indica algunas características propias del

contrato del mandato, tales como que puede ser gratuito u oneroso, expreso o tácito; a pesar de

que los tiempos han cambiado y con esto las costumbres, podemos ver que por lo menos para los
países que tienen en su idioma influencia de lenguas romance, los conceptos del derecho

provenientes de roma no han cambiado del todo.

En Italia

El Código Civil de Italia establece la regulación de la revocabilidad del mandato, pero en ciertas

circunstancias será posible de regulación la irrevocabilidad del mismo, de esta legislación son

importantes los artículos 1723, 1724 y 1725 que tratan sobre la revocabilidad del mandato, la

revocación tacita y la revocación del mandato oneroso respectivamente.

Es importante resaltar la facultad que se le otorga al mandatario de revocar el mandato en

cualquier momento, sin embargo no sería posible si se hubiera establecido o pactado la

irrevocabilidad, si se quebrantara, el mandante respondería de los daños, salvo que concurra una

justa causa.

La norma italiana (artículo 1723 del Código Civil italiano de 1942) regula dos hipótesis de

irrevocabilidad. La absoluta y la relativa. El primer párrafo del artículo 1723 constituye una

hipótesis de irrevocabilidad relativa, y por ello de eficacia meramente obligatoria, lo cual no

impide al mandante el ejercicio de la llamada facultad de revocación, a lo mucho lo obliga, en

ausencia de una justa causa, a un resarcimiento del daño. El segundo párrafo del artículo 1723

regula la hipótesis de la irrevocabilidad absoluta que comporta la ineficacia del acto de

revocación, salvo que las partes lo hayan estipulado diversamente.


En Francia

Uno de los aspectos expresos en la legislación francesa sobre el mandato es que esta regula su

revocabilidad, de igual forma encontramos en ella específicamente en el artículo 1984 el

concepto sobre “mandato” brindándosele también la categoría de contrato en la cual se

especifica que el mismo solo se creara por la aceptación del mandatario.

De igual forma en la legislación civil de Francia encontramos las formas de extinción del

mandato siendo una de ellas la revocación del mismo por parte del mandatario o del mandante,

por lo que se deduce que el mandato siempre será revocable no existiendo la irrevocabilidad en

el Derecho Civil de Francia.

La revocación notificada al mandatario no podrá oponerse a los terceros que hayan actuado

desconociendo la revocación, encontramos aquí la actuación de buena fe por parte de los terceros

beneficiados con el mandato y la protección que se le brinda en la legislación de Francia.

En Portugal

En Portugal se regula la irrevocabilidad en dos figuras el Poder y el Mandato. Sobre la extinción

del poder, esta se da por renuncia del representante o cuando cesa la relación jurídica que sirvió

de base, de igual forma puede ser revocado por el representado salvo pacto en contrario o

renuncia al derecho de revocación, pero si el poder fue conferido en interés del representante y

de un tercero salvo que exista justa causa.


Existe también en la legislación de Portugal la revocación tacita la cual se consolida cuando se

designa a otra persona por parte del mandante para que realice los mismos actos encomendados

al mandatario comporta la revocación siempre y cuando esto se haya puesto en conocimiento del

mandatario.

Lo que debe quedar claro es que la irrevocabilidad del poder solo tiene sentido si existe un

contrato subyacente al poder. A pesar de que el poder se confirió también a favor del interés del

representante o de un tercero, el poder mismo puede revocarse si hay justa causa.

Para la jurisprudencia portuguesa debe existir un interés integrado en una relación jurídica

vinculante, por medio del cual el mandante haya prometido una prestación al mandatario o al

tercero.

En Perú

Sobre el tema que estamos tratando es importante resaltar los artículos 149 y 153 de nuestro

Código Civil por el hecho que evidenciamos la existencia de discrepancias normativas, por lo

que explicaremos brevemente cada una de ellas:


A. REVOCACIÓN DEL PODER, ARTÍCULO 149 DEL CÓDIGO CIVIL

El artículo 149 de nuestro Código Civil indica que el poder puede ser revocado en cualquier

momento. La palabra revocación viene del latín revocatio que quiere decir nuevo llamamiento,

dejar sin efecto una decisión. La revocación del apoderamiento es un acto jurídico unilateral. El

poderdante puede retirar los poderes, basado en la necesidad de ejercer personalmente su

potestad, o por haber perdido la confianza en el representante4.

La revocación se fundamenta5:

1) El representado es el dominus negotii (dueño del negocio), de él es el interés en la gestión, de

allí que el poder no puede ejercerse en contra de su voluntad. Si ya no se tiene interés en la

realización del acto para el cual designó un representante, pone fin a la representación revocando

el poder.

2) La confianza que se encuentra en la base del poder. El representado al otorgar el poder ha

confiado en una determinada persona en base a su amistad, a su calidad moral o profesional, y es

por esto que en cualquier momento puede retirarlo.

3) La relación intuito personas (personalísima) que genera el poder. La revocación es un derecho

ad nutum del representado, que puede ejercitarlo en cualquier momento sin expresión de causa.

4
ROMERO MONTES, Francisco Javier. “Curso del Acto Jurídico”. Editorial Librería
Portocarrero S.R.L. Diciembre 2003. Lima-Perú. Pág. 132.
5
TORRES VASQUEZ, Aníbal. Ob. Cit. Pág. 356-357.
Tiene efectos para el futuro (ex nunc), de allí que el poder no puede ejercerse en contra de su

voluntad.

B. PODER IRREVOCABLE, ARTÍCULO 153 DEL CÓDIGO CIVIL

El artículo 153 del Código civil peruano señala que: El poder es irrevocable siempre que se

estipule para un acto especial o por tiempo limitado o cuando es otorgado en interés común del

representado y del representante o de un tercero. El plazo del poder irrevocable no puede ser

mayor de un año”. La norma no registra antecedente en el Código Civil de 1936 y se inspira en la

propuesta de Carlos Cárdenas Quirós a la Comisión Revisora.

Si el acto representativo interesa conjuntamente al representante y al representado, o a este

último y a un tercero, el representado no podrá revocar el poder a su arbitrio. El poder

irrevocable solamente podrá dejarse sin efecto por mutuo acuerdo Así pues, por ser este interés

común al del representante o al de un tercero, la revocación del poder irrevocable somete al

poderdante a la indemnización de daños y perjuicios conforme a las reglas de la inejecución de

las obligaciones (art. 1321)6.

6
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. Ob. Cit. Pág. 282.
En México

El contrato de mandato aparece definido en el artículo 1400 del Código Civil:”Por el contrato de

mandato se obliga una persona a prestar algún servicio o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo

de otra”.

Este contrato se celebra cuando una persona no puede o no desea realizar por sí misma una o

unas determinadas operaciones, ya sea por hallarse impedida para realizarla o porque prefiere

confiar a otra la gestión de que se trate. Esto sucede con mucha frecuencia, sobre todo cuando se

trata de llevar a cabo algún negocio u operación determinada en un lugar distinto del de la

residencia habitual del interesado, o cuando éste no quiere ocuparse personalmente del asunto,

prefiriendo confiarlo a otro. El que da el encargo se llama mandante y el que lo recibe se llama

mandatario; pero como generalmente el contrato de mandato se hace constar por escrito, en

documento público o privado, también llamado poder. Por lo tanto, el apoderado o mandatario es

la persona que lleva a cabo algún negocio o realiza determinadas gestiones, de manera ocasional

o continuada, por cuenta o encargo de otra.

Cuando el mandatario o apoderado actúa dentro de los límites del poder que le ha sido conferido,

no se obliga personalmente ante las personas con quienes contrata, puesto que el negocio no le

pertenece a él.

En materia civil, según dispone el artículo 1404 del código civil, el mandato, concebido en

términos generales, no comprende más que actos de administración, de modo que para transigir,
enajenar, hipotecar o realizar cualquier otro acto de riguroso dominio, se necesita mandato

expreso o especial.

En materia civil, si una persona quiere encargar a otra que le venda una propiedad, o que se la

hipoteque, necesita autorizarla de manera expresa para ello en el poder que le otorgue. En

cambio, el Artículo 605 del código de comercio establece que el mandato se presumirá general y

comprensivo de todos los actos pertenecientes y necesarios al ejercicio del negocio para que

hubiere sido dado, sin que el proponente o dueño del negocio pueda oponer a terceros limitación

alguna en los respectivos poderes, salvo si se prueba que tenían conocimiento de ellos, es decir,

de los poderes limitados. El mandato comercial, por generales que sean sus términos, no se

extenderá a actos que no sean de comercio si expresamente no se dispusiere otra cosa en el

poder. De aquí se deduce que en principio el mandato de carácter mercantil sólo puede

comprender operaciones comerciales.

En Colombia

El mandato es un contrato en virtud del cual una parte llamada mandante, encarga a otra, llamada

mandatario, la gestión de uno o más negocios, por cuenta y riesgo de la primera. El mandante

también es conocido con el nombre de comitente o poderdante, y el mandatario, con el nombre

de procurador o apoderado.

El código civil colombiano enmarca en su artículo 2142 y siguientes todo lo relacionado con el

contrato de mandato, e indica que el mandato es un contrato en que una persona confía la gestión
de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, el

mandato puede ser gratuito o remunerado. La remuneración es determinada por convención de

las partes, antes o después del contrato; el encargo objeto del mandato puede hacerse por

escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible.

Como bien podemos observar a groso modo, la concepción que se tenía hace muchos años con

respecto al contrato de mandato y sus alcances o limitaciones, no ha cambiado en gran manera y

ha servido como base para muchas de las legislaciones latinoamericanas.

DIFERENTES CONCEPCIONES CON RESPECTO AL CONTRATO

Del breve análisis de la información, ultimamos que el contrato es un acuerdo de voluntades que

generan derechos y obligaciones sólo para las partes contratantes y sus causahabientes. Es

función elemental del contrato originar efectos jurídicos u obligaciones exigibles, de tal manera

que aquella relación entre sujetos que no derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir la

cualidad contractual.

Dentro de los diferentes conceptos de contrato encontramos:

 Colectivo de autores de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana:”La voz

contrato proviene del latín contractus que a su vez es participio del verbo contrahere;

por tanto, no era más que la situación que daba origen a un vinculum iuris de carácter
especial, este es la obligatio. Para que esta existiera era preciso que los actos que dieran

lugar a ella tuvieran un connotado carácter ritual y solemne. El ordenamiento jurídico

no daba fuerza obligatoria más que a un numerus clausus de contratos; no se concebía

el contrato como una categoría general.

 CARLOS LASARTE en su obra Principios de Derecho Civil:”el contrato, lato sensu, es

todo acuerdo de voluntades tendente a producir efectos jurídicos. En ese acuerdo

subyace obviamente un intercambio económico, por lo que se ha afirmado que el

contrato es la veste jurídica de una operación económica.

 CARLOS LASARTE Curso de Derecho Civil Patrimonial:” el acuerdo en realizar un

determinado intercambio de un bien o servicio cualquiera por otro bien o servicio”.

 ALBERTO BLANCO: “el contrato es un acto jurídico bilateral para cuya existencia se

requiere (...) la manifestación de voluntad de dos o más personas; las que, reconociendo

distintas causas y tendientes a diferentes fines, han de coincidir necesariamente para

formar el consentimiento (...) del que se ha de derivar los efectos obligatorios de la

manifestación de voluntad: todo consentimiento, en este sentido, resultará obligatorio,

aunque no todo contrato reconocerá como base de su eficacia el mero consentimiento.”

 DIEZ-PICAZO…“el contrato aparece por la conjunción de los consentimientos de dos o

más personas con la finalidad de ser fuente de obligaciones entre ellas. Es una de las

ideas centrales de todo el sistema de Derecho privado, y, junto con la propiedad,

constituye uno de los pilares básicos del orden económico, pues a través de él se realiza

la función de intercambio de los bienes y servicios.


GENERALIDADES DEL MANDATO

Actio mandati directa: Las obligaciones del mandatario se sancionaban con carácter infamante.

Actio mandati contraria: El mandante podía incurrir en responsabilidades a consecuencia del

mandato.

Terminación del mandato

 Por cumplimiento total de la responsabilidad encomendada.

 Por imposibilidad del cumplimiento

 Por mutuo consentimiento

 Por revocación o renuncia

 Por muerte del mandante o mandatario

 Por vencimiento del término previsto o por cumplimiento de una condición

resolutoria.

Características

 Consensual: Por regla general el mandato es consensual. Basta el acuerdo

expreso o tácito sobre la gestión que se encarga, entre el mandante y el

mandatario, para que se perfeccione.

 Unilateral: Cuando en el mandato no hay remuneración a favor del


mandatario, o sea que adquiere carácter gratuito, se convierte el contrato, por

ese mismo efecto, en unilateral, ya que no genera obligaciones sino para el

mandatario, quien se encargara de la gestión sin que surjan obligaciones, para

el mandante, se dirá que está obligado, de proveer al mandatario de lo

necesario para la ejecución del mandato.

 Bilateral: Si el mandato es remunerado se entiende que es bilateral, ya que

al momento de surgir el acto jurídico, nace una obligación también

esencial y análoga para el mandante: de pagar la prestación pactada.

 Principal: No requiere de otro contrato para existir. Tiene vigencia propia.

 Nominado: Tiene su calificación, denominación y desarrollo en el código

civil.
CONCLUSIÓN

A pesar de que en cada país, o Estado, puede existir un sistema de requisitos diferente para llevar

a cabo el contrato de mandato, el concepto básico de contrato es, en esencia, el mismo que se

venía manejando desde la época de Gallo en Roma. La divergencia de requisitos tiene que ver

con la variedad de realidades socio-culturales y jurídicas de cada uno de los países así, por

ejemplo, existen ordenamientos en que el contrato no se limita al campo de los derechos

patrimoniales únicamente, sino que abarca también derechos personales y de familia como, por

ejemplo, los países en los que el matrimonio es considerado un contrato.

Pese a las divergencias culturales, la esencia romana del contrato de mandato se mantiene, y con

ellas sus principales características, tales como el poder ser bilateral o unilateral, su gratuidad u

onerosidad, su nominación y las causales de terminación entre muchas otras; aunque no en todos

los países se usa para actos jurídicos meramente civiles, sino también para actos comerciales, sus

requisitos, elementos y demás generalidad son las mismas, lo que nos lleva a concluir que

aunque las civilizaciones cambien, aquellos grandes aportes dados por la civilización romana en

el campo del derecho hace ya muchos siglos, se mantienen pese a los cambios culturales por los

que ha pasado la humanidad.


LISTA DE REFERENCIA

DOCTRINALES

MEDELLÍN J. Carlos. Lecciones Elementales de Derecho Romano, 2° edición. Editorial, Temis

S. A. Bogotá, 1966.

MEDELLÍN A, F, B, Carlos. Lecciones de Derecho Romano, 14° edición. editorial, Temis S. A.

Bogotá, 2000.

CARAMES F. Jose. Curso de Derecho Romano, 10° edición. editorial, Emilio Perrot. Buenos

Aires, 1976

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Editorial Imprenta nacional, 1895

Código civil del Imperio Mexicano. Editorial imprenta de Andrade y Escalante, 1866

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Código civil francés, comentado y traducido. Editorial, imprenta de don José María Alonso 1850

El código civil italiano comentado, concordado y comparado con las legislaciones vigentes en

Europa y América

El Código civil argentino y el Código civil de Luisiana

Código Civil Portugués, traducido al castellano. Anotado y concordado con la legislación

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http://www.rodriguezvelarde.com.pe/pdf/libro2_parte2_cap11.pdf

JURISPRUDENCIALES

Sentencia del 27 de marzo de 2012, Sala De Casación Civil, Corte Suprema De Justicia,

Referencia: C-1569331890012003-00178-01

Sentencia c-1178/01 Corte Constitucional

Consejo de estado sala de lo contencioso administrativo, sección tercera, 25 de febrero de 2009,

no. Radicación 19001-23-31-000-1995-07002-01(16705)

Consejo De Estado Sala De Lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, 25 De Febrero De

2009, No. Radicación 19001-23-31-000-1995-07002-01(16705)

Sentencia De Casación Civil De 15 De Agosto De 2006

Auto De La Sala Civil De La Corte Suprema De Justicia De 25 De Marzo De 1999

Consejo De Estado Sala De Lo Contencioso Administrativo Sección Tercera, Radicación

Número: 19001-23-31-000-1995-07002-01(16705)

Corte Suprema De Justicia Sala De Casación Penal, Proceso N. º 35480

Corte Suprema De Justicia Sala De Casación Civil, Ref.: Exp. 1100131030402007-00235-01


TERCER PROCESO

PROCESO DE

ARTICULO CIENTIFICO
CUARTO PROCESO

PROCESO DE

RETROALIMENTACION
III. PROCESO DE RETROALIMENTACIÓN

Durante mi proceso como auxiliar de investigación, encontré las siguientes:

III .I. DEBILIDADES: Al hacer parte de este proceso, mi temor más grande era no poder

cumplir con las metas fijadas y el tiempo establecido, pero al avanzar el tiempo me di cuenta que

este proyecto requiere un compromiso personal y que de ello dependía el avance.

El primer reto al cual me enfrentaba era en encontrar el material de trabajo, por lo que muchas

veces me desanimé al visitar diferentes bibliotecas en Bogotá y encontrar amplia bibliografía

sobre Derechos Humanos, pero no acorde al ejercicio de la soberanía, por todo ello, pensé en

desistir al proyecto, pero finalmente al encontrar el material de apoyo aterrizado al problema

jurídico planteado y a la gran búsqueda, pude obtener el material específico para el desarrollo de

este artículo.

III. II. OPORTUNIDADES: Se establece un orden a la hora de investigar cualquier tipo de

tema, pues las bases de esta investigación son fundamentales para futuros proyectos.

El nuevo investigador logra una jerarquía en el medio, sirviendo a la comunidad estudiantil,

aportando e instruyendo en las futuras investigaciones.

El proyecto investigativo, enriquece la hoja de vida del nuevo investigador, y aporta un perfil

más académico, encaminado al lucro intelectual y al enriquecimiento personal.


III. III. FORTALEZAS: Considero que una de mis mayores fortalezas es el interés por

aprender más sobre la cátedra de Civil Contratos, no solo interesarme por este tema si no llevarlo

al ámbito de análisis e investigación. Dicho interés, fue mi motor en todo momento, logrando

así evadir el decaimiento y la responsabilidad.

Un proyecto de investigación, aporta demasiado al estudiante, pues es acá cuando por voluntad

propia del mismo, logra realizar todo un trabajo científico, por un largo periodo de tiempo, a

sabiendas que existen otras modalidades de grado, las cuales no te aportaran el suficiente

conocimiento.

III. IV. AMENAZAS: Indiscutiblemente una de las mayores amenazas a que estuve expuesto

fue el tiempo y el lograr desarrollar el objetivo del tema que mentalmente tenía proyectado,

también, estuve en situaciones en donde por mis horarios laborales se me hacía un poco difícil

cumplir con las tutorías, sin embargo pude asistir a todas.

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