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Generalidades Sobre Los Virus
Generalidades Sobre Los Virus
virus
@futuramedicaencolores
Los virus son los parásitos más pequeños, en general miden entre 0,02 y 0,3 μm, aunque
recientemente se han descubierto varios virus grandes de hasta 1 μm de longitud (megavirus,
pandoravirus). Los virus dependen completamente de las células donde habitan (bacterianas,
vegetales o animales) para reproducirse. Los virus tienen una cubierta externa de proteínas y a
veces lípidos, un núcleo de RNA o DNA y, a veces, enzimas necesarias para los primeros
pasos de la replicación viral.
Los virus se clasifican principalmente a partir de la naturaleza y la estructura de su genoma y
de su método de replicación, no de acuerdo con las enfermedades que causan. Por lo tanto,
hay virus de DNA y virus de RNA; cada tipo puede tener su material genético en forma de
cadenas simples o dobles. Los virus de RNA de cadena simple se dividen en aquellos con
RNA de sentido (+) y aquellos de sentido (-). Los virus de DNA generalmente se replican en
el núcleo de la célula huésped, y los virus de RNA lo suelen hacer en el citoplasma. Sin
embargo, ciertos virus de RNA de cadena simple y sentido (+) llamados retrovirus utilizan un
método de replicación muy diferente.
Los retrovirus utilizan la trascripción inversa para crear una copia de DNA de cadena doble
(un provirus) a partir de su genoma de RNA, que se inserta dentro del genoma de su célula
huésped. La transcripción inversa se lleva a cabo utilizando la enzima retrotranscriptasa, que
el virus lleva con él dentro de su envoltura. Ejemplos de retrovirus son los virus de la
inmunodeficiencia humana y los virus de la leucemia de linfocitos T humana. Una vez que el
provirus se integra en el DNA de la célula huésped, se transcribe utilizando los mecanismos
celulares normales, para producir proteínas y material genético virales. Si la célula infectada
pertenece a la línea germinal, el provirus integrado puede quedar establecido como un
retrovirus endógeno que se transmite a la descendencia.
La secuenciación del genoma humano reveló que al menos 1% del mismo consiste en
secuencias retrovirales endógenas, que representan encuentros pasados con retrovirus durante
el curso de la evolución humana. Algunos retrovirus humanos endógenos se han mantenido
transcripcionalmente activos y producen proteínas funcionales (p. ej., las sincitinas que
contribuyen a la estructura de la placenta humana). Algunos expertos especulan que algunos
trastornos de etiología incierta, como la esclerosis múltiple, ciertos trastornos
autoinmunitarios y varios tipos de cáncer pueden estar causados por retrovirus endógenos.
Las consecuencias de la infección viral son muy variables. Muchas infecciones causan
enfermedad aguda tras un período de incubación breve, pero algunas son asintomáticas o
causan síntomas menores y pueden no advertirse salvo en una visión retrospectiva. Las
defensas del huésped logran vencer muchas infecciones virales, pero algunas permanecen en
estado de latencia, y algunas causan enfermedades crónicas.
Durante la infección latente, el RNA o el DNA del virus permanece en la célula del huésped
pero no se replica ni genera enfermedad durante un período prolongado, en ocasiones durante
varios años. Las infecciones virales latentes pueden transmitirse durante la fase asintomática y
esta cualidad facilitaría la diseminación interpersonal. A veces, un factor desencadenante (en
particular la inmunodeficiencia) causa una reactivación de la enfermedad.
Los virus que permanecen con mayor frecuencia en estado de latencia son
Virus herpes
HIV
Papovavirus
Los virus zoonóticos desarrollan sus ciclos biológicos sobre todo en animales, y los seres
humanos son huéspedes secundarios o accidentales. Estos virus se localizan en áreas y climas
favorables para sus ciclos naturales de infección en huéspedes animales (vertebrados,
artrópodos o ambos).
(Véase también Tipos de enfermedades virales .)
Virus y cáncer
Algunos virus son oncogénicos y predisponen al desarrollo de ciertos tipos de cáncer:
Diagnóstico
Algunos trastornos virales se pueden diagnosticar de la siguiente manera:
Clínicamente (p. ej., algunos síndromes virales ampliamente conocidos como
el sarampión, la rubéola o rubeola, la roséola neonatal, el eritema infeccioso y la
varicela)
Epidemiológicamente (p. ej., durante brotes epidémicos como gripe, infección por
norovirus, y parotiditis)
Deben solicitarse pruebas de laboratorio para confirmar la enfermedad, sobre todo cuando se
considera que el tratamiento específico puede ser útil o cuando se sospecha que el virus puede
representar una amenaza para la salud pública (p. ej., HIV). Los laboratorios de los hospitales
pueden identificar algunos virus, pero cuando quieren confirmarse trastornos menos
frecuentes (p. ej., rabia, encefalitis equina oriental, parvovirus B19 humano) las muestras
deben enviarse a laboratorios de salud estatales o a los Centers for Disease Control and
Prevention (Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, CDC).
El examen serológico durante las fases aguda y de convalencencia puede ser sensible y
específico, pero lento; algunos virus, en especial los flavivirus, presentan reacciones cruzadas
que confunden el diagnóstico. El diagnóstico puede realizarse con rápidamente con cultivo,
PRC o evaluación de antígenos virales. El examen histológico con microscopia electrónica
(no óptica) a veces puede ser útil. Para conocer los procedimientos de diagnóstico específicos,
ver Introducción al diagnóstico por laboratorio de la enfermedad infecciosa .
Los genomas virales son pequeños; el genoma de los virus de RNA varía entre 3,5 kilobases
(algunos retrovirus) y 27 kilobases (algunos reovirus), mientras que el genoma de los virus de
DNA varía desde 5 kilobases (algunos parvovirus) a 280 kilobases (algunos poxvirus). Este
tamaño manejable, junto con los avances actuales en la tecnología de secuenciación de
nucleótidos, significa que la secuenciación parcial y total del genoma de los virus se
convertirá en un componente esencial en las investigaciones epidemiológicas de los brotes de
enfermedades.
Tratamiento
Fármacos antivirales
Los avances en el empleo de los fármacos antivirales se sucedieron a gran velocidad. La
quimioterapia antiviral puede dirigirse contra varias fases de la replicación viral. Puede
Bloquear las enzimas y las proteínas específicas codificadas por el virus que se
producen en las células huésped y que son esenciales para la replicación viral pero no
para el metabolismo normal de la célula huésped
Los antivirales se usan con mucha frecuencia para el tratamiento o la prevención de la
infección por herpesvirus (incluso citomegalovirus), virus respiratorios, HIV, hepatitis B
crónica y hepatitis C crónica. No obstante, algunos fármacos son eficaces contra numerosas
clases distintas de virus. Algunos fármacos activos contra HIV se indican en otras infecciones
virales, como hepatitis B.
Interferones
Los interferones son compuestos liberados por las células huésped infectadas en respuesta a
los antígenos virales u otros antígenos extraños.
Hay varios interferones diferentes que ejercen numerosos efectos, como el bloqueo de la
traducción y la transcripción del RNA viral y la detención de la replicación viral sin
comprometer la función normal de la célula huésped.
Los efectos adversos de los interferones incluyen fiebre, escalofríos, debilidad y mialgia, que
típicamente comienzan entre 7 y 12 h después de la primera inyección y permanecen hasta 12
h. También puede identificarse depresión, hepatitis y, cuando se utilizan dosis elevadas,
inhibición de la médula ósea.
Prevención
Vacunas
Las vacunas actúan a través de la estimulación de la inmunidad. Las vacunas virales que se
emplean habitualmente son la vacuna contra la hepatitis A, la hepatitis B, el papilomavirus
humano, antigripal, antiencefalitis
japonesa, antisarampionosa, antiparotiditis, antipoliomielítica, antirrábica, antirrotavirus, la
encefalitis transmitida por garrapatas, antirrubeólica, antivaricelosa y contra la fiebre amarilla.
Se desarrollaron vacunas contra adenovirus y viruela, pero sólo para pacientes pertenecientes
a grupos con riesgo elevado (p. ej., reclutas militares).
Las enfermedades virales pueden ser erradicadas con buenas vacunas. La viruela fue
erradicada en 1978, y la peste bovina o del ganado (causada por un virus muy relacionado con
el virus del sarampión humano) fue erradicada en 2011. La poliomielitis ha sido erradicada en
casi todos los países, excepto en unos pocos en donde la logística y los sentimientos religiosos
siguen impidiendo la vacunación. El sarampión fue erradicado en algunas regiones del
mundo, especialmente de América, pero como se trata de una enfermedad sumamente
contagiosa y la vacunación es incompleta, incluso en regiones donde se lo considera
erradicado, la erradicación final no es inminente.
Las perspectivas para la erradicación de otras infecciones virales más difíciles de tratar (como
el HIV) son inciertas en la actualidad.
Inmunoglobulinas
Existen inmunoglobulinas (ver Inmunización pasiva) que se emplean para la profilaxis
inmunitaria pasiva en situaciones limitadas. Estas vacunas pueden indicarse antes de la
exposición (p. ej., para la hepatitis A), después de ésta (p. ej., para la rabia o la hepatitis) y
para el tratamiento de la enfermedad (p. ej., eccema por vacunación).
Medidas protectoras
Muchas infecciones virales pueden prevenirse con medidas protectoras de sentido común (que
varían de acuerdo con el modo de transmisión del virus en cuestión).
Lavarse de manos
Cuando la infección se transmite a través de un insecto vector (p. ej., mosquitos, garrapatas),
resulta fundamental evitar el vector.
Diagnóstico
Normalmente, evaluación clínica y epidemiología local.
En ocasiones, pruebas de diagnóstico
Las infecciones respiratorias virales suelen diagnosticarse clínicamente sobre la base de los
síntomas y la epidemiología local. Para la atención del paciente, el diagnóstico del síndrome
suele ser suficiente; la identificación de un patógeno específico rara vez es necesaria.
En general, las pruebas de diagnóstico se deben reservar para las siguientes circunstancias:
Situaciones en las que conocer el patógeno específico afecta el manejo clínico.
Vigilancia epidemiológica (es decir, identificación y determinación de la causa de un
brote)
La identificación de patógenos puede ser importante en los casos raros cuando se contempla la
terapia antiviral específica. Actualmente, estos casos se limitan a la infección temprana o
grave por el virus influenza o RSV en pacientes con inmunodeficiencia grave. La identificación
del patógeno específico (en particular, el virus influenza o RSV en pacientes hospitalizados o
que residen en una institución) también puede ser importante para identificar y contener
posibles brotes.
Se puede acceder con facilidad en los centros de atención a pruebas de diagnóstico rápidas
basadas en antígenos para detectar el virus influenza y el VSR, pero estas tienen una
sensibilidad más baja que las pruebas de laboratorio. Las pruebas para el centro de atención
generalmente se reservan para los casos en que el diagnóstico clínico es incierto.
Se está considerando la terapia antiviral.
La identificación del patógeno viral evitaría la evaluación o el tratamiento adicional de
una infección bacteriana.
La detección basada en la reacción en cadena de la polimerasa (RCP) para patógenos virales en
un panel multiplex (o individualmente para el virus de la gripe y VRS) está disponible en
muchos laboratorios clínicos. Estas pruebas son rápidas y más sensibles que las pruebas en el
centro de atención y, cuando están disponibles, se prefieren para fines clínicos.
El cultivo celular o las pruebas serológicas son más lentas que las de PCR, pero pueden ser
útiles para la vigilancia epidemiológica.
Tratamiento
Soporte
A veces, antivirales
El tratamiento de las infecciones respiratorias virales suele ser de sostén.
Los antibióticos no son eficaces contra los virus patógenos y no se recomienda la profilaxis
contra las infecciones bacterianas secundarias. Sólo deben administrarse antibióticos cuando se
desarrolla una infección bacteriana. En los pacientes con enfermedad pulmonar crónica, pueden
administrarse antibióticos con menos restricciones.
Los pacientes ≤ 18 años con infecciones respiratorias no deben recibir aspirina debido al riesgo
de desarrollar síndrome de Reye.
Algunos pacientes experimentan tos durante semanas después de la resolución de una infección
de las vías respiratorias superiores, pero estos síntomas pueden disminuir si se administran
broncodilatadores o corticoides por vía inhalatoria.
En ciertos casos, los antivirales pueden ser útiles:
El oseltamivir y el zanamivir son eficaces contra la gripe.
La ribavirina, un análogo de la guanosina que inhibe la replicación de numerosos virus
RNA y DNA, puede indicarse en pacientes con inmunodeficiencia grave e infección
respiratoria baja por VSR.
Palivizumab, un anticuerpo monoclonal para la proteína de fusión del VRS, se utiliza
para prevenir la infección por VRS en ciertos lactantes de alto riesgo.
La hemaglutinina (H) es una glucoproteína presente sobre la superficie del virus que le
permite unirse al ácido siálico celular y fusionarse con la membrana de la célula huésped. La
neuraminidasa (NA), otra glucoproteína de superficie, elimina el ácido siálico por acción
enzimática y de esta manera promueve la liberación del virus desde la célula huésped
infectada. Hay 18 tipos de H y 11 tipos de NA, lo que origina 198 combinaciones posibles,
aunque sólo unas pocas son patógenas para el ser humano.
Epidemiología
La gripe causa enfermedad diseminada 1 vez al año durante el otoño y el invierno en zonas
con climas templados (epidemia estacional).
Gotitas aerosolizadas
Contacto interpersonal
Niños < 5 años; los niños <2 años presentan un riesgo particularmente elevado
Adultos > 65 años
Personas con enfermedades crónicas (p. ej., enfermedad cardiopulmonar, diabetes
mellitus, insuficiencia renal o hepática, hemoglobinopatías, inmunodeficiencia)
Pacientes con trastornos que afectan el manejo de las secreciones respiratorias (p. ej.,
disfunción cognitiva, trastornos neuromusculares, accidente cerebrovascular, trastornos
convulsivos)
Signos y síntomas
El período de incubación para la gripe va de 1 a 4 días, con un promedio de alrededor de 48
horas. Cuando la enfermedad es leve, muchos síntomas son similares a los de un resfriado
común (p. ej., odinofagia, rinorrea), aunque también puede desarrollarse conjuntivitis leve.
La gripe típica en adultos se manifiesta con escalofríos, fiebre, postración, tos y dolores
generalizados (en especial, en la espalda y las piernas) de comienzo súbito. La cefalea es
prominente y a menudo se asocia con fotofobia y dolor retrobulbar. Los síntomas respiratorios
pueden ser leves al comienzo de la enfermedad, con irritación faríngea, sensación de ardor
subesternal, tos no productiva y a veces rinitis. Más adelante predominan los síntomas de las
vías respiratorias inferiores y la tos puede ser persistente, áspera y productiva.
Complicaciones
Cuando la tos empeora y aparece esputo sanguinolento, disnea y estertores, debe sospecharse
una neumonía. La persistencia o la reaparición de la fiebre y la tos tras la aparente resolución
de la enfermedad primaria indica el desarrollo de una neumonía bacteriana secundaria.
La encefalitis, la miocarditis y la mioglobinuria, a veces con insuficiencia renal, constituyen
complicaciones frecuentes de la gripe tipo A o B. El síndrome de Reye, caracterizado por
encefalopatía, esteatosis hepática (con aumento de las enzimas hepáticas o la concentración de
amoníaco), hipoglucemia e hiperlipidemia, se observó a menudo en pacientes afectados por la
epidemia por gripe tipo B, en particular en niños con antecedentes de haber consumido
aspirina.
Diagnóstico
Evaluación clínica
Si bien se cuenta con numerosas pruebas de diagnóstico rápidas, y la mayoría tiene buena
especificidad, sus sensibilidades varían mucho y no suelen modificar demasiado el
tratamiento del paciente. Deben solicitarse pruebas de diagnóstico cuando sus resultados
puedan afectar la toma de decisiones clínicas.
Los ensayos con reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) son
sensibles y específicos y pueden distinguir los tipos y los subtipos de virus de la gripe. Si esta
prueba está rápidamente disponible, se pueden usar sus resultados para seleccionar la terapia
antiviral adecuada; también se debe indicar cuando se sospecha la infección por el virus
influenza en pacientes hospitalizados porque en estos casos suele estar indicado el tratamiento
antiviral. Además, estas pruebas pueden prevenir el uso innecesario de medicamentos
antibacterianos, y la identificación del virus influenza específico puede ser importante para el
control de la infección. Estos estudios también son útiles para determinar si un brote de
enfermedad respiratoria se debe al virus de la gripe.
El cultivo celular de hisopados o aspirados nasofaríngeos tarda varios días y no influye sobre
el tratamiento del paciente.
En los pacientes con signos y síntomas correspondientes a las vías respiratorias inferiores (p.
ej., disnea, estertores auscultados durante un examen pulmonar), debe solicitarse oximetría de
pulso para detectar hipoxemia y radiografía de tórax para identificar neumonía. La neumonía
primaria por gripe se manifiesta con infiltrados localizados o generalizados o con un síndrome
de dificultad respiratoria aguda . La neumonía bacteriana secundaria tiene más probabilidades
de ser lobular o segmentaria.
Pronóstico
La mayoría de los pacientes se recuperan completamente, aunque la recuperación puede tardar
hasta 1 a 2 semanas. No obstante, la neumonía por gripe y relacionada con ella es una causa
importante de la tasa de morbilidad o mortalidad en pacientes con riesgo elevado. La
administración urgente de antivirales a estos pacientes parece disminuir la incidencia de
enfermedad de las vías aéreas inferiores y la tasa de hospitalización. El tratamiento
antibacteriano apropiado reduce la tasa de mortalidad secundaria a neumonía bacteriana
secundaria.
En general, la tasa de mortalidad por caso es baja (p. ej. < 1%) pero, debido a que la
incidencia de la enfermedad es alta, el número total de muertes puede ser significativo. Los
Centers for Disease Control and Prevention estiman que, en los EE. UU., > 700.000
hospitalizaciones y 50.000 muertes se deben a la gripe estacional cada año; las tasas son más
altas en pacientes > 65 años. En todo el mundo, las muertes durante los 12 primeros meses de
la pandemia de gripe H1N1 de 2009 se estiman en 575.000; > 80% de las muertes ocurridas
en pacientes < 65 años (1, 2).
Referencias de pronóstico
1. Dawood FS, Iuliano AD, Reed C, et al : Estimated global mortality associated with
the first 12 months of 2009 pandemic influenza A H1N1 virus circulation: A modelling
study. Lancet Infect Dis12 (9):687–695, 2012. doi: 10.1016/S1473-3099(12)70121-4
2. Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades): 2009 H1N1 Pandemic (virus H1N1pdm09).
Tratamiento
Tratamiento sintomático
A veces, antivirales
Oseltamivir, zanamivir y peramivir (inhibidores de la neuraminidasa)
Baloxavir (inhibidor de la endonucleasa, nuevo)
Los inhibidores de la neuraminidasa interfieren sobre la liberación del virus de la gripe de las
células infectadas y, de esta manera, detienen la diseminación de la infección.
El zanamivir se administra por vía inhalatoria, en dosis de 2 pulverizaciones (10 mg) 2 veces
al día, y puede indicarse en adultos y niños ≥ 7 años. En ocasiones, el zanamivir causa
broncoespasmo y no debe administrarse a pacientes con enfermedad reactiva de la vía aérea.
No obstante, algunos pacientes no pueden utilizar un dispositivo de inhalación.
Los pacientes > 12 años pueden recibir 75 mg de oseltamivir 2 veces al día por vía oral; en
niños de hasta 1 año de edad pueden indicarse dosis más bajas. El oseltamivir puede causar
náuseas y vómitos ocasionales. En los niños, el oseltamivir puede reducir la incidencia de
otitis media, aunque no hay datos concluyentes que indiquen que el tratamiento de la gripe
pueda prevenir sus complicaciones.
El peramivir se administra por vía intravenosa en dosis única y se puede usar en pacientes >
2 años que no pueden tolerar medicamentos orales o inhalatorios. Los estudios sobre su uso
para la infección por el virus influenza B son limitados.
Baloxavir se administra en forma de dosis única de 40 mg por vía oral a pacientes ≥ 12 años
y de 40 a 80 kg o como dosis única de 80 mg para pacientes > 80 kg. Se puede utilizar en
pacientes ≥ 12 años con gripe no complicada que han sido sintomáticos durante ≤ 48 horas y
que por lo demás están sanos y no presentan riesgo elevado. No se ha estudiado ni en
pacientes hospitalizados ni en pacientes inmunocomprometidos, ni en embarazadas, ni en
pacientes con neumonía grave (1).
En el pasado se utilizaban adamantanos (amantadina y rimantadina); sin embargo, más del
99% de los virus de la gripe circulantes actuales y recientes son resistentes a los adamantanos,
por lo que hoy en día estos medicamentos no se recomiendan para el tratamiento. Los
adamantanos bloquean el canal iónico M2, lo que interfiere sobre la desenvoltura viral dentro
de la célula. Estos fármacos solo fueron eficaces contra los virus de la gripe tipo A (los virus
tipo B carecen de la proteína M2).
Prevención
Las infecciones gripales pueden prevenirse a través de
Vacunación anual
La IIV se administra por vía intramuscular. En Estados Unidos, las vacunas trivalentes se han
reemplazado por vacunas tetravalentes que cubren una cepa del virus B adicional. Se dispone
de una vacuna trivalente en alta dosis para pacientes ≥ 65 años y la FDA (Agencia
Estadounidense del Medicamento) ha aprobado recientemente una vacuna tetravalente en alta
dosis cuya disponibilidad se espera para la temporada de gripe 2020-2021.
Para todas las IIV, los pacientes ≥ 3 años reciben 0,5 mL. Los niños de 6 a 35 meses de edad
pueden recibir dosis de 0,25 mL o 0,5 mL dependiendo de la vacuna específica; los médicos
deben seguir las instrucciones del fabricante. Los niños de 6 meses a 8 años que han recibido
menos de 2 dosis de la vacuna antigripal o cuyos antecedentes de vacunación antigripal se
desconocen deben recibir 2 dosis, separadas durante al menos 4 semanas (1).
Los efectos adversos suelen consistir en dolor leve en el sitio de la inyección, que no dura más
de unos pocos días. La fiebre, las mialgias y otros síntomas sistémicos son inusuales. Las
ampollas multidosis contienen timerosal, un conservante a base de mercurio. Las
preocupaciones del público acerca de una posible relación entre el timerosal y el autismo han
resultado infundadas; sin embargo, se dispone de ampollas con una sola dosis sin timerosal.
LAIV se administra por vía intranasal a una dosis de 0,1 mL en cada orificio nasal (la dosis
total es de 0.2 mL). Se puede usar en personas sanas de 2 a 49 años. Esta vacuna no se
recomienda para los siguientes casos:
Pacientes de alto riesgo
Mujeres embarazadas
Los efectos adversos asociados con esta vacuna son leves y la rinorrea es el más frecuente,
aunque también pueden auscultarse sibilancias leves. LAIV no debe administrarse a niños < 5
años con enfermedad reactiva de la vía aérea (p. ej. asma, episodios recidivantes o recientes
de sibilancias).
LAIV no se recomendó para ninguna población en las temporadas de gripe 2016-2017 y
2017-2018 porque el componente H1N1 de la vacuna no fue suficientemente eficaz. Sin
embargo, la vacuna LAIV ha sido reformulada, y tanto los Centers for Disease Control and
Prevention's Advisory Committee on Immunization Practices (Comité Asesor sobre Prácticas
de Inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, ACIP) y
la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría, AAP) la han
reinstaurado como una vacuna aceptable.
Los niños < 8 años no vacunados previamente deben recibir una primera dosis de cualquiera
de los 2 tipos de vacuna y una dosis de refuerzo un mes más tarde.
Se dispone de una lista completa de las vacunas contra la gripe para la temporada actual
en Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades).
La vacuna antigripal se aplica 1 vez al año para mantener los títulos de anticuerpos y permitir
que la modificación de la vacuna compense la deriva antigénica. El período óptimo para
administrar la vacuna es el otoño, de manera que los títulos de anticuerpos sean elevados
durante la temporada de gripe en invierno (en los Estados Unidos, entre noviembre y marzo).
Fármacos antivirales
Si bien la vacunación es el método preventivo de elección, los antivirales también son
eficaces.
Referencia de la prevención
1. Centers for Disease Control and Prevention: Seasonal Influenza Vaccine Dosage and
Administration.
Conceptos clave
El diagnóstico suele ser clínico, pero hay ensayos sensibles y específicos basados
en RT-PCR que pueden diferenciar los tipos y subtipos de influenza, y ayudar así
a seleccionar la terapia antiviral y determinar si los brotes de enfermedad
respiratoria se deben a este virus.
Vacunar anualmente a todas las personas de edad ≥ 6 meses que no tengan una
contraindicación; los medicamentos antivirales pueden ser utilizados para la
prevención en pacientes inmunocomprometidos (que pueden no responder a la
vacunación) y en los pacientes con contraindicaciones para las vacunas.
Gripe aviar
La gripe aviar se debe a la infección por cepas del virus de la gripe A, que en condiciones
normales sólo infectan a aves salvajes y de corral. Se han detectado infecciones en seres
humanos producidas por algunas de estas cepas. La transmisión de persona a persona es
limitada, la mayoría de los casos se contraen a partir de animales, habitualmente aves de
corral.
La mayoría de los subtipos de gripe aviar que han causado infecciones en seres humanos son
los virus H5, H7 y H9. La mayoría de los casos de gripe aviar en los seres humanos han sido
causados por las cepas asiáticas H5N1 y H7N9, pero otros tipos también han causado algunas
infecciones en los seres humanos. Las infecciones por gripe aviar suelen ser asintomáticas en
las aves salvajes, pero pueden provocar una enfermedad grave y mortal en las aves de corral
domésticas.
Se deben informar todos los casos de infección humana por un subtipo del virus influenza A
que no sea H1 o H3.
Los primeros casos de infección por el virus H5N1 en seres humanos se descubrieron en
Hong Kong en 1997; muchos pacientes tenían síntomas respiratorios graves y la tasa de
mortalidad era elevada. La diseminación a los seres humanos se contuvo gracias al sacrificio
de las poblaciones de aves domésticas. No obstante, en 2003 y 2004 reaparecieron casos en
seres humanos y aún se informan casos aislados, sobre todo en Asia y Medio Oriente; varios
casos se informaron en Egipto en 2017. Se confirmó una única infección en el ser humano en
el año 2019 en Nepal. Se han confirmado más de 800 infecciones en seres humanos desde
2003.
Desde 2014 se han documentado 24 infecciones humanas por H5N6; todas ocurrieron en
China continental. En 2019 se confirmó una única infección en el ser humano.
A principios de 2013, se produjo un extenso brote de gripe aviar H7N9 en humanos en varias
provincias del sudeste de China. Aproximadamente un tercio de los casos terminó con la
muerte, pero en general la enfermedad grave solo se produjo en personas de edad avanzada.
No se produjo una transmisión sostenida de humano a humano, aunque hay evidencias de
transmisión limitada entre personas. La infección humana pareció ser el resultado de la
exposición directa a aves infectadas en mercados de aves vivas, donde las aves se compran
para su consumo posterior en el hogar. El brote alcanzó su punto máximo a fines de la
primavera de 2013, luego disminuyó (en parte debido a que los mercados se cerraron), pero
luego volvió a aparecer a principios de otoño. Los brotes estacionales generalmente se
corresponden con un mayor tráfico y manejo de aves de corral para las celebraciones del Año
Nuevo Chino.
En China, la sexta oleada de gripe aviar H7N9 en seres humanos alcanzó su punto máximo en
2016-2017 con casi 800 casos; en todo el mundo, se han comunicado a la Organización
Mundial de la Salud más de 1500 casos en seres humanos y al menos 615 muertes desde 2013
(1). Se han informado algunos casos de gripe aviar H7N9 asiática fuera de China continental,
pero la mayoría ocurrieron en personas que habían viajado a China continental antes de
enfermarse. En 2019 solo se confirmó 1 caso en China continental.
También se informó infección esporádica por otras cepas de la gripe aviar en seres humanos,
como H7N3 en Canadá, H7N7 en los Países Bajos, H7N4 y H9N2 en China y, en enero de
2019, un primer caso de H9N2 en India.
Los mamíferos marinos también pueden infectarse con cepas de influenza aviar (p. ej., H10N7
en focas de puerto), con infecciones humanas subsiguientes.
China tiene campañas activas de vacunación de aves de corral contra los virus influenza H5 y
H7 para ayudar a prevenir la propagación desde aves silvestres a domésticas, que tienen más
probabilidades de entrar en contacto y propagar el virus a los seres humanos.
Es probable que los virus de la influenza aviar de cualquier especificidad antigénica puedan
causar infección en los seres humanos, siempre que el virus adquiera mutaciones que le
permitan unirse a sitios receptores específicos de los seres humanos en el tracto respiratorio.
Como todos los virus de la influenza son capaces de experimentar cambios genéticos rápidos,
hay una posibilidad de que las cepas de gripe aviar adquieran la capacidad de diseminarse más
fácilmente de una persona a otra por mutación directa o por reordenamiento de las
subunidades del genoma con cepas que infectan a los seres humanos durante la replicación en
un huésped humano, animal o aviar. En la actualidad, a muchos especialistas les preocupa la
posibilidad de que estas cepas adquieran la capacidad de diseminarse con eficiencia de una
persona a otra, lo que puede desencadenar una pandemia de gripe aviar.
Los datos sobre vigilancia indican que muchas infecciones por el virus influenza aviar pueden
causar síntomas respiratorios leves o incluso ser subclínicas. Sin embargo, se han informado
casos de neumonía grave con tasas de mortalidad elevadas (25 a 69%) en los grupos
infectados por los virus H5N1, H5N6 y H7N9.
Referencia general
1. World Health Organization (Organización Mundial de la Salud): gripe en la
interfase humana-animal: Resumen y Evaluación, 26 de noviembre de 2019 a 20 de enero de
2020. Accedido el 28/2/2020.
Signos y síntomas
Las manifestaciones de la gripe aviar son las mismas que las de la gripe estacional ; sin
embargo, la gravedad de la enfermedad y la tasa de mortalidad tienden a ser mayores, aunque
con una amplia variabilidad dependiendo de la cepa viral.
Diagnóstico
Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR)
Cuando se identifica un paciente que vive en un área con un brote documentado de gripe aviar
que experimenta un síndrome clínico sospechoso y tiene antecedentes de exposición a una
persona infectada o expuesta a aves, debe considerarse con intensidad la probabilidad de esta
infección. El antecedente de un viaje reciente a regiones donde se documentó la transmisión
del virus de aves de corral domésticas a seres humanos (p. ej., para H5N1, Egipto, Indonesia y
Vietnam) y la exposición a aves o a personas infectadas deben urgir la indicación de una
prueba para detectar gripe aviar con RT–PCR mediante hisopado nasal o del istmo de las
fauces. A los pacientes con enfermedad de las vías respiratorias inferiores se les puede extraer
muestras de esputo, aspirado endotraqueal o líquido de lavado broncoalveolar. No se debe
intentar el cultivo del organismo porque se requieren precauciones especiales para estos virus
altamente patógenos.
Tratamiento
Un inhibidor de la neuraminidasa
El virus influenza aviar afecta principalmente a las aves, pero varias cepas del
virus han causado enfermedades respiratorias graves y la muerte en seres
humanos.
Los adenovirus son virus DNA que se clasifican de acuerdo con la presencia de 3 antígenos
mayores en la cápside (hexona, pentona y fibra). Hay 7 especies de adenovirus humanos (A a
G) y 57 serotipos. Los diferentes serotipos están asociados con distintas enfermedades.
Signos y síntomas
En los huéspedes inmunocompetentes, la mayoría de las infecciones por adenovirus son
asintomáticas. Cuando las infecciones son sintomáticas, se puede presentar un amplio
espectro de manifestaciones clínicas porque la mayoría de los adenovirus que causan
enfermedad leve tienen afinidad por una variedad de tejidos.
Las infecciones por adenovirus son cada vez más reconocidas como causa de enfermedades
respiratorias graves y otras enfermedades clínicas en adultos inmunocomprometidos.
Diagnóstico
Evaluación clínica
El diagnóstico de adenovirus con pruebas de laboratorio rara vez afecta el manejo. Durante la
enfermedad aguda, el virus puede aislarse de las secreciones respiratorias y oculares y con
frecuencia se encuentra en las heces y la orina. Un aumento de 4 veces en el título en suero
indica una infección por adenovirus reciente.
Las pruebas de PCR pueden detectar el DNA del adenovirus en las secreciones respiratorias y
en la sangre y son útiles cuando los pacientes tienen una enfermedad grave y se necesita un
diagnóstico.
Tratamiento
Tratamiento sintomático
El tratamiento de las infecciones por adenovirus está dirigido a los síntomas y consiste en
medidas de apoyo. No se ha demostrado la eficacia de ningún agente antiviral, aunque se han
utilizado ribavirina y cidofovir en pacientes inmunocomprometidos con resultados variables.
Prevención
Las vacunas con adenovirus vivos tipos 4 y 7, administradas por vía oral en una cápsula con
cubierta entérica, pueden prevenir la mayoría de las enfermedades causadas por estos dos
tipos. La vacuna no estuvo disponible durante varios años, pero se reintrodujo en 2011. Sin
embargo, únicamente está disponible para el personal militar. Se puede administrar a
pacientes de 17 a 50 años de edad, y no debe aplicarse a embarazadas o mujeres que están
amamantando.
Para reducir al mínimo la transmisión, los profesionales de la salud deben cambiarse los
guantes y lavarse las manos después de examinar a los pacientes infectados, esterilizar el
instrumental adecuadamente y evitar el empleo de los mismos instrumentos oftalmológicos en
más de un paciente. Los adenovirus son resistentes a muchos desinfectantes comunes; se
recomiendan productos a base de lejía que contengan de 2000 a 5000 ppm de cloro, tales
como los antimicrobial products effective against norovirus (productos antimicrobianos
eficaces contra los norovirus) recomendados por la Agencia de Protección Ambiental de los
Estados Unidos (EPA). En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC) ofrecen recomendaciones específicas para disinfecting ophthalmologic
equipment (desinfección del instrumental oftalmológico) a fin de prevenir la
queratoconjuntivitis epidémica.
Conceptos clave
Los adenovirus se pueden diseminar a través del contacto con secreciones de una
persona infectada o por el contacto con un objeto contaminado.
La mayoría de las infecciones son leves; las manifestaciones (p. ej., fiebre,
síntomas respiratorios superiores e inferiores, faringitis, conjuntivitis) varían
ampliamente según el serotipo.
La mayoría de los virus que infectan a los seres humanos pueden afectar tanto niños como
adultos y se analizan en otra sección del Manual. Los virus con efectos específicos sobre los
recién nacidos se analizan en Infecciones en recién nacidos . Este capítulo trata de las
infecciones virales que se adquieren normalmente durante la infancia (aunque muchas
también puede afectar a los adultos).
El virus sincitial respiratorio (VSR) es un virus ARN que se clasifica como neumovirus. Se
identificaron los subgrupos A y B. El VSR es ubicuo y casi todos los niños ya padecieron la
infección a los 4 años. Se desarrollan brotes todos los años en invierno o al comienzo de la
primavera en los climas templados. Dado que la respuesta inmunitaria al VSR no protege
contra la reinfección, la tasa de ataque es de alrededor del 40% en las personas expuestas. No
obstante, los anticuerpos contra el VSR reducen la gravedad de la enfermedad. El VSR es la
causa más frecuente de enfermedad de las vías respiratorias inferiores en lactantes pequeños y
es responsable de > 50.000 hospitalizaciones por año en los Estados Unidos en niños menores
de 5 años.
El metaneumovirus humano es un virus similar pero perteneciente a otro tipo. La
epidemiología estacional de hMPV parece ser semejante a la del VSR, pero la incidencia de la
infección y la enfermedad parece ser mucho menor.
Signos y síntomas
Las enfermedades por el VSR y hMPV tienen manifestaciones similares. Los síndromes
clínicos identificados con mayor frecuencia son bronquiolitis y neumonía. Estas enfermedades
se inician típicamente con síntomas de las vías aéreas superiores y fiebre, para progresar tras
varios días a disnea, tos, sibilancias o estertores en la auscultación torácica. La apnea puede
ser el síntoma inicial de una infección por el VSR en un lactante < 6 meses. En los adultos y
los niños mayores sanos, la enfermedad suele ser leve y puede pasar inadvertida o sólo
manifestarse como un resfriado común afebril. Sin embargo, la enfermedad grave puede
desarrollarse en las siguientes situaciones:
Los pacientes que tienen < 6 meses, son ancianos o inmunocomprometidos
Diagnóstico
Evaluación clínica
La infección por el VSR (y tal vez también la infección por hMPV) se sospecha en lactantes y
niños pequeños con bronquiolitis o neumonía durante la temporada en la que afecta el VSR.
Dado que en general no se recomienda tratamiento antiviral, las pruebas de laboratorio
específicas no suelen ser necesarias para el control de los pacientes. Sin embargo, el
diagnóstico con pruebas de laboratorio puede facilitar el control de la infección
intrahospitalaria al permitir la segregación de los niños infectados por el mismo virus. Se
desarrollaron pruebas antigénicas rápidas con elevada sensibilidad para detectar el VSR y
otros virus respiratorios en niños y también se indican lavados o hisopados nasales para
obtener las muestras. Estas técnicas presentan menor sensibilidad en los adultos. Los ensayos
de diagnóstico molecular, tales como RT-PCR han mejorado la sensibilidad y están
generalmente disponibles como ensayos individuales o múltiples.
Tratamiento
Tratamiento de sostén
El tratamiento de las infecciones por el VSR y hMPV consiste en medidas de sostén, con
administración de oxígeno suplementario e hidratación según se considere necesario
(véase tratamiento de la bronquiolitis ).
Los corticoides y los broncodilatores generalmente no son útiles y en la actualidad no se los
recomienda.
Prevención
Las precauciones durante el contacto (p. ej., lavado de manos, uso de guantes, aislamiento)
son importantes, en particular en los hospitales.
La dosis de palivizumab es de 15 mg/kg IM. La primera dosis se indica justo antes del inicio
habitual de la temporada del VSR (al comienzo de noviembre en América del Norte). Las
siguientes dosis se administran 1 vez al mes durante toda la temporada de la infección (en
general, hasta un total de 5 dosis). (Véase también the American Academy of Pediatrics'
updated policy statement about palivizumab prophylaxis for infants and young children who
are at increased risk of hospitalization for RSV.)
Varias vacunas contra el RSV materno, pediátrico y del adulto están en desarrollo en ensayos
clínicos (1). (Véase también PATH's Vaccine Resource Library.)
Referencia de la prevención
1. Rezaee F, Linfield DT, Harford TJ, Piedimonte G : Ongoing developments in RSV
prophylaxis: A clinician's analysis. Curr Opin Virol 24:70–78, 2017. doi:
10.1016/j.coviro.2017.03.015.
Conceptos clave
Resfriado común
(Infección de las vías aéreas superiores;
IRA; rinitis)
El resfriado común es una infección viral aguda autolimitada, en general afebril, que
causa síntomas respiratorios altos, como rinorrea, tos y odinofagia. El diagnóstico es
clínico. El lavado de manos ayuda a prevenir su diseminación. El tratamiento es
sintomático.
Alrededor del 50% de los resfriados se debe a uno de los > 100 serotipos de rinovirus.
Los coronavirus causan algunos brotes, y las infecciones por los virus de influenza , virus de
parainfluenza, enterovirus, adenovirus, virus sincitial respiratorio , y metaneumovirus también
pueden manifestarse como resfriado común, en particular en pacientes que experimentan una
reinfección.
Las infecciones por rinovirus son más frecuentes durante el otoño y la primavera y menos
frecuentes durante el invierno.
Los rinovirus se diseminan con mayor eficiencia por el contacto interpersonal, aunque
también pueden transmitirse a través de partículas grandes aerosolizadas.
Signos y síntomas
Después de un período de incubación comprendido entre 24 y 72 horas, los síntomas del
resfriado comienzan con irritación faríngea u odinofagia, seguida de estornudos, rinorrea,
obstrucción nasal y malestar general. La temperatura suele ser normal, en particular cuando el
virus patógeno es rinovirus o coronavirus. Las secreciones nasales son acuosas y abundantes
durante los primeros días, pero luego pueden convertirse en mucoides y purulentas. Las
secreciones mucopurulentas no indican una sobreinfección bacteriana. La tos suele ser leve,
pero a menudo se prolonga hasta la segunda semana. La mayoría de los síntomas provocados
por resfriados no complicados se resuelven en 10 días.
Diagnóstico
Evaluación clínica
Los descongestivos nasales pueden reducir la obstrucción nasal. Los descongestivos nasales
tópicos son más eficaces que los descongestivos por vía oral, pero la administración de
fármacos tópicos durante > 3 a 5 días puede provocar congestión de rebote.
La rinorrea puede disminuirse con antihistamínicos de primera generación (p. ej.
clorfeniramina) o con bromuro de ipratropio intranasal (2 aerosoles de una solución al 0,03%
2 o 3 veces al día); no obstante, deben evitarse estos fármacos en personas de edad avanzada y
en personas con hipertrofia prostática benigna o glaucoma. Los antihistamínicos de primera
generación suelen producir sedación, pero los de segunda generación (no sedantes) no son
eficaces para el tratamiento del resfriado común.
Prevención
No se desarrollaron vacunas contra el resfriado común.
Las vacunas antibacterianas polivalentes, las frutas cítricas, las vitaminas, la luz ultravioleta,
los aerosoles de glicol y otros remedios caseros no evitan el resfriado común. El lavado de
manos y el uso de desinfectantes en ambientes contaminados pueden reducir la diseminación
de la infección.
Conceptos clave
Muchos virus pueden causar resfriado común; los rinovirus son responsables de
aproximadamente la mitad de los resfriados.
La mayoría de las veces, 4 de los 7 coronavirus causan síntomas de resfriado común. Los
tipos 229E y OC43 son los responsables del resfriado común; se descubrieron los serotipos
NL63 y HUK1, que también se asociaron con el resfriado común. En raras ocasiones se
pueden producir infecciones graves de las vías respiratorias inferiores, incluida la neumonía,
sobre todo en lactantes, personas mayores y personas inmunocomprometidas.
Tres de los 7 coronavirus causan infecciones respiratorias en los seres humanos mucho más
graves e incluso a veces mortales que los demás coronavirus y han causado brotes importantes
de neumonía mortal en el siglo XXI:
COVID-19
COVID-19 es una enfermedad respiratoria aguda, a veces grave, causada por un nuevo
coronavirus SARS-CoV-2.
Se informó de la presencia de COVID-19 por primera vez a fines de 2019 en Wuhan, China, y
desde entonces la infección se ha extendido ampliamente en todo el mundo. Para obtener
información actualizada sobre el número de casos y muertes, véase Centers for Disease
Control and Prevention: 2019 Novel Coronavirus y World Health Organization's Novel
Coronavirus (COVID-2019) situation reports (Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades: nuevo coronavirus 2019 e Informes de situación de la Organización Mundial
de la Salud sobre el nuevo coronavirus).
Transmisión de COVID-19
Los primeros casos de COVID-19 se relacionaron con un mercado de animales vivos en
Wuhan, China, lo que sugiere que el virus se transmitió inicialmente de los animales a los
seres humanos. La transmisión de persona a persona se produce a través del contacto con
secreciones infectadas, principalmente a través del contacto con gotitas respiratorias grandes,
pero también podría ocurrir a través del contacto con una superficie contaminada por gotitas
respiratorias y posiblemente por la transmisión de pequeñas gotitas respiratorias en forma de
aerosol. Los investigadores aún están estudiando con qué facilidad se transmite este virus de
persona a persona. Se sabe que los pacientes sintomáticos, así como los asintomáticos y los
presintomáticos, pueden transmitir el virus. El virus parece más transmisible que el SARS.
Los superdifusores desempeñaron un papel extraordinario en la conducción del brote de
SARS de 2003 y también pueden desempeñar un papel importante en el brote actual de
COVID-19 y estimar la transmisibilidad. Un superdifusor es un individuo que transmite una
infección a un número significativamente mayor de personas que un individuo infectado
promedio. Las personas con síntomas mínimos o sin síntomas también pueden transmitir la
enfermedad, lo que dificulta el control del brote.
Las situaciones con alto riesgo de transmisión incluyen instituciones como residencias
geriátricas, centros de atención a largo plazo, cárceles y embarcaciones. Estas situaciones
implican una alta densidad de población y, a menudo, dificultades para mantener las
precauciones de seguridad. Los residentes de las residencias geriátricas también están en alto
riesgo de enfermedad grave debido a la edad y los trastornos médicos subyacentes.
Se están aplicando medidas de cuarentena y aislamiento en un intento por limitar la
propagación local, regional y global de este brote. El cumplimiento estricto de estas medidas
ha dado resultados satisfactorios en el control de la propagación de la infección en áreas
seleccionadas.
Signos y síntomas
Las personas con COVID-19 pueden tener pocos síntomas o ninguno, aunque algunas
enferman gravemente y mueren. Los síntomas pueden incluir
Fiebre
Tos
Cansancio
Dolor muscular
Cefalea
Odinofagia
Diagnóstico
Reacción en cadena de la polimerasa con transcripción reversa en tiempo real (RT-
PCR) de las secreciones respiratorias inferiores y del suero
Las pruebas diagnósticas para el COVID-19 están cada vez más disponibles a través de
laboratorios comerciales y hospitalarios además de los laboratorios de salud pública. La
detección del antígeno en el punto de atención y los ensayos basados en PCR también están
disponibles comercialmente. Los ensayos de detección de antígenos suelen ser menos
sensibles que los basados en PCR.
Para las pruebas diagnósticas iniciales de la COVID-19, los CDC (Centros para el Control y
la Prevención de Enfermedades) recomiendan la recolección y análisis de un solo hisopo
nasofaríngeo de las vías respiratorias superiores. Las muestras siguientes son aceptables:
Una muestra nasofaríngea recogida por un profesional de la salud (muestra preferible,
si está disponible)
Hisopado nasal hasta la parte media del cornete recogido por un profesional de la
salud o mediante una recogida propia supervisada in situ (utilizando un hisopo cónico
flocado)
Una muestra de las fosas nasales anteriores recogida por un profesional de la salud o
por recogida propia en el lugar de atención o en el hogar (utilizando un hisopo de
poliéster)
Consultar el cumplimiento con las instrucciones de recogida de muestras del laboratorio, dado
que no todos los programas de pruebas y laboratorios pueden ser capaces de analizar todos los
tipos de muestras. Para las muestras nasofaríngeas y orofaríngeas, utilizar solo hisopos de
fibra sintética con varillas de plástico o de alambre. No utilizar hisopos de alginato de calcio o
hisopos con varillas de madera, ya que pueden contener sustancias que inactivan algunos
virus e inhiben las pruebas de PCR. Los hisopos deben colocarse inmediatamente en un tubo
de transporte estéril que contenga de 2 a 3 mL de medio de transporte viral, medio de
transporte de Amies o solución salina estéril, a menos que se utilice una prueba diseñada para
analizar la muestra directamente, como una prueba en el punto de atención. Mantener un
control adecuado de la infección al recoger muestras.
Si está disponible, los CDC también recomiendan analizar muestras de las vías respiratorias
inferiores. Para los pacientes para los que está clínicamente indicado (p. ej., aquellos que
reciben ventilación mecánica invasiva), se debe obtener una muestra de aspirado del tracto
respiratorio inferior o lavado broncoalveolar y analizarse así como una muestra del tracto
respiratorio inferior. La recolección de esputo debe hacerse solo para aquellos pacientes con
tos productiva. No se recomienda la inducción de esputo. (Véase CDC: Interim Guidelines for
Collecting, Handling, and Testing Clinical Specimens from Persons for Coronavirus Disease
2019.) Por razones de bioseguridad, los CDC recomiendan que las instituciones locales no
intenten aislar el virus en el cultivo celular ni realizar la caracterización inicial de los agentes
virales en pacientes con sospecha de infección COVID-19.
Las pruebas de diagnóstico del SARS-CoV-2 están cada vez más disponibles en los EE. UU.,
y las restricciones previas en la selección de pacientes para las pruebas se están relajando. Los
médicos deben juzgar si los síntomas y signos de un paciente son compatibles con COVID-19
y si las pruebas pueden afectar la atención del paciente o las medidas de salud pública. La
epidemiología local de COVID-19, el curso de la enfermedad y los factores epidemiológicos
del paciente, así como el contacto cercano con un caso confirmado de COVID-19 dentro de
los 14 días del inicio de los síntomas, pueden ser un motivo para tomar la decisión de realizar
la prueba. Si es epidemiológicamente apropiado, también se alienta a los médicos a investigar
otras causas de enfermedad respiratoria similar (p. ej., gripe). Los pacientes asintomáticos
también pueden ser candidatos para las pruebas basadas en las directrices locales de salud
pública. (Véase CDC: Overview of Testing for SARS-CoV-2 .)
El CDC suggests (Centro para el Control de Enfermedades) sugiere que las personas
siguientes tengan prioridad elevada para someterse a la prueba de la COVID-19:
Pacientes hospitalizados
Personal sanitario de centros de salud, residencias y primeros auxilios que presenta
síntomas
Las áreas de transmisión sostenida variarán a medida que avance el brote. Para las áreas
afectadas dentro de Estados Unidos, los médicos deben consultar a los departamentos de salud
estatales o locales. Se han informado de la aparición de casos en todos los estados. Los CDC
(centros para el control y la prevención de enfermedades) recomiendan evitar todos los viajes
internacionales y de cruceros debido a la pandemia mundial; para obtener información
actualizada, véase CDC: Coronavirus Disease 2019 Information for Travel .
Deben informarse a los departamentos de salud locales y estatales de los resultados positivos
de las pruebas, los pacientes afectados requieren aislamiento estricto en el hogar o en un
centro de salud.
Los hallazgos rutinarios de laboratorio en los casos con enfermedad más grave incluyen
linfopenia, así como hallazgos menos específicos de concentraciones elevadas de
aminotransaminasa (ALT, AST), concentraciones elevadas de lactato deshidrogenasa (LDH),
dímero D, ferritina y marcadores inflamatorios elevados, como la proteína c-reactiva.
Los hallazgos en las imágenes de tórax pueden ser normales en la enfermedad leve y
aumentar con la gravedad creciente de la enfermedad. Los hallazgos característicos son
compatibles con neumonía viral e incluyen opacidades en vidrio esmerilado y consolidación
en radiografía de tórax o TC de tórax.
La puntuación MuLBSTA puede ser útil para predecir la mortalidad en pacientes con
neumonía vírica debida a COVID-19 (1).
El control respiratorio del paciente con COVID-19 no intubado e intubado debe tener en
cuenta la tendencia a la hipoxia. Las medidas adyuvantes no farmacológicas como el
reposicionamiento frecuente y la deambulación pueden ser útiles. Las decisiones terapéuticas
deben tomarse con objeto de controlar mejor al paciente, pero también se debe tener en cuenta
el riesgo de exposición de los profesionales de la salud y el uso óptimo de los recursos. La
intubación es un momento especial de riesgo de exposición del profesional sanitario a
aerosoles infecciosos y debe realizarse con extremo cuidado.
Para ayudar a prevenir la propagación a partir de los casos sospechosos, los profesionales de
la salud deben utilizar precauciones convencionales para los contagios por contacto, por el
aire y por gotitas con protección ocular. Las precauciones para evitar el contagio por el aire
son particularmente relevantes cuando los pacientes están sometidos a procedimientos
generadores de aerosoles. Los pacientes con síntomas respiratorios deben ser identificados y
se les debe colocar una mascarilla de inmediato al ingresar en cualquier centro de salud.
Deben considerarse estrategias para controlar y conservar los suministros de equipos de
protección personal (EPP); las herramientas están disponibles a través de los CDC.
(Véase CDC: Infection Control Guidance for Healthcare Professionals about Coronavirus .)
Más información
CDC Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) information for healthcare
professionals (Información de los Centros de Control de Enfermedades sobre la enfermedad
por coronavirus 2019 (COVID-19) para profesionales de la salud)
World Health Organization's Coronavirus disease (COVID-19) technical
guidance (Directrices técnicas de la Organización Mundial de la Salud sobre la enfermedad
por coronavirus 2019 [COVID-19])
World Health Organization's Novel Coronavirus (COVID-2019) situation
reports (Informes de situación de la Organización Mundial de la Salud sobre la enfermedad
por el nuevo coronavirus 2019 [COVID-19])
National Institutes of Health (NIH) COVID-19 Treatment Guidelines
Infectious Diseases Society of America (IDSA) Guidelines on the Treatment and
Management of Patients with COVID-19
Surviving Sepsis Campaign : Guidelines on the Management of Critically Ill Adults
with Coronavirus Disease 2019 (COVID-19)
La infección por MERS-CoV fue informada por primera vez en septiembre de 2012 en Arabia
Saudita, pero en forma retrospectiva se confirmó un brote en abril de 2012 en Jordania. A lo
largo de 2019, en todo el mundo, se notificaron cerca de 2500 casos de infección por MERS-
CoV (con al menos 850 muertes relacionadas) procedentes de 27 países; todos los casos de
MERS se han vinculado a través de viajes o residencia en países de la Península Arábiga y sus
alrededores, con > 80% de afectación en Arabia Saudita. El mayor brote conocido de MERS
fuera de la Península Arábiga se produjo en la República de Corea en 2015. El brote se asoció
con un viajero que regresaba de la Península Arábiga. También se han confirmado casos en
países de toda Europa, Asia, Norte de África, Oriente Medio y Estados Unidos, en pacientes
que fueron trasladados allí para su atención o que enfermaron después de regresar de Oriente
Medio.
Se cree que el reservorio del MERS-CoV son camellos dromedarios, pero se desconoce el
mecanismo de transmisión de los camellos a los seres humanos. La mayoría de los casos
notificados se referían a la transmisión directa de persona a persona en entornos de atención
médica. Si se sospecha un MERS en un paciente, las medidas de control de infecciones deben
iniciarse rápidamente para evitar la transmisión en entornos de atención médica.
Signos y síntomas
El período de incubación para el virus MERS-CoV es de alrededor de 5 días.
La mayoría de los casos informados ha implicado enfermedad respiratoria grave que requiere
internación, con una tasa de mortalidad por caso de alrededor del 35%; sin embargo, al menos
el 21% de los pacientes tenía síntomas leves o inexistentes. Son comunes la fiebre, los
escalofríos, la mialgia y la tos. Los síntomas gastrointestinales (diarrea, vómitos, dolor
abdominal) aparecen en casi un tercio de los pacientes. Las manifestaciones pueden ser lo
bastante graves como para requerir tratamiento en una unidad de cuidados intensivos pero,
recientemente, la proporción de estos casos ha disminuido marcadamente.
Diagnóstico
Reacción en cadena de la polimerasa con transcripción reversa en tiempo real (RT-
PCR) de las secreciones respiratorias inferiores y del suero
Debe sospecharse MERS en pacientes que tienen una infección respiratoria baja febril aguda
no explicada y que tienen alguna de las siguientes características dentro de los 14 días del
inicio de los síntomas.
El MERS también debe sospecharse en pacientes que han tenido contacto cercano con un
paciente con sospecha de MERS y que tienen fiebre, en forma independiente de la presencia
de síntomas respiratorios.
Las recomendaciones más recientes están disponibles en los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (MERS: Interim Guidance for Healthcare Professionals [MERS:
directrices transitorias para los profesionales de la salud]).
Las pruebas deben incluir RT-PCR en tiempo real de las secreciones respiratorias superiores e
inferiores, idealmente tomadas de diferentes sitios y en diferentes momentos. Deben obtenerse
muestras de suero del paciente y de todos sus contactos cercanos, incluso los asintomáticos, y
de los trabajadores de la salud (para identificar MERS leves o asintomáticas). El suero se
obtiene inmediatamente después de la sospecha de MERS, o después de que los contactos se
han expuesto (suero agudo) y 3 o 4 semanas después (suero de convalescencia). Las pruebas
se realizan en departamentos de salud estatales o en los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades.
En todos los pacientes se observan anomalías en las imágenes de tórax, que pueden ser sutiles
o extensas, unilaterales o bilaterales. En algunos pacientes, los niveles de LDH y AST son
elevados, y las concentraciones de plaquetas y linfocitos son bajas. Pocos pacientes sufren
una lesión renal aguda. Pueden desarrollarse coagulación intravascular diseminada y
hemólisis.
Tratamiento
Soporte
El tratamiento del MERS es sintomático. Para ayudar a prevenir la propagación a partir de los
casos sospechosos, los profesionales de la salud deben utilizar precauciones estándar para los
contagios por contacto y por el aire.
No hay vacuna.
Más información
Centers for Disease Control and Prevention: Middle East Respiratory Syndrome
(MERS) information for healthcare professionals (Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades: información sobre el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio [MERS] para
los profesionales de la salud)
World Health Organization: Middle East respiratory syndrome coronavirus (MERS-
CoV) (Organización Mundial de la Salud: coronavirus del Síndrome Respiratorio de Oriente
Medio [MERS-Cov])
El SARS es mucho más grave que otras infecciones por coronavirus. El SARS es una
enfermedad seudogripal que en ocasiones culmina en insuficiencia respiratoria progresiva
grave.
SARS-CoV se transmite de una persona a otra por contacto personal cercano. Se cree que se
transmite más fácilmente por las gotitas respiratorias que se producen cuando una persona
infectada tose o estornuda.
Aunque no se han informado nuevos casos desde 2004, el SARS no debe considerarse
erradicado porque el virus causante tiene un reservorio animal del cual posiblemente podría
resurgir.