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, Octubre 2020
Doctorado en Educación
Resumen
Se hace un análisis comparativo entre la teoría y la práctica administrativa dentro del contexto
educativo. ¿Cuáles son los principios de la gestión administrativa y cómo se aplican actualmente
dentro de las universidades?. Este es el tema central que se describe. La gestión de una escuela
¿debe dar prioridad a lo técnico-financiero, o hacia lo humanista-educativo?. Entre las
conclusiones se plantea que en la práctica, hay una línea muy delgada entre estas área, pero ha de
buscarse la eficiencia y eficacia teniendo al ser humano como centro del proceso de enseñanza-
aprendizaje, y no al factor económico.
Abstract
A comparative analysis is made between administrative theory and practice within the
educational context. What are the principles of administrative management and how are
they currently applied within universities? This is the central theme that is described.
Should the management of a school give priority to the technical-financial, or to the
humanistic-educational? Among the conclusions, it is stated that in practice, there is a
very fine line between these areas, but efficiency and effectiveness must be sought,
having the human being as the center of the teaching-learning process, and not the
economic factor.
Keywords: Management, Administration, University, Organization.
Introducción
Y en las estructuras organizacionales de la sociedad, este cambio se ha ido dando desde las
formas institucionales, implementadas por el estado, hasta las privadas, realizadas por las
empresas u organismos no gubernamentales.
En el ámbito de la administración y/o gestión, los mecanismos de las empresas privadas se han
ido adaptando a las prácticas gubernamentales e institucionales, a fin de lograr una mejor eficacia
y eficiencia en sus resultados operativos.
Es por eso que ahora, en el sector educativo, no solo se propone transformar los aspectos
curriculares, sino también la organización y la gestión. “Resulta sugestivo que las crecientes
dificultades de la sociedad contemporánea para abordar los problemas educativos y la creciente
rigidez de sus organizaciones, hayan sido tradicionalmente tratados como si fueran fenómenos
diferentes, casi desconectados el uno del otro”. (Gore y Dunlap,1988.)
I. Los conceptos.
Gestión y administración son dos conceptos que se utilizan dentro del ámbito empresarial, pero
que no son sinónimos. Mientras que la gestión alude al ejercicio de determinadas
responsabilidades dentro de una organización, la administración tiene que ver con el control, la
organización y la dirección de los recursos dentro de una empresa.
a) Alude a una serie de responsabilidades que se ejercen con el fin de alcanzar los objetivos
de la organización.
b) Se enfoca en el seguimiento de los recursos disponibles para lograr los objetivos pautados.
c) Coordina las distintas funciones que deben participar en el alcance de los objetivos.
a) Incluye una serie de técnicas que tienen que ver con la planificación, el control y la
dirección de los recursos que posee la compañía para obtener de ellos el máximo beneficio
posible.
d) Su rol es decisivo.
Debido a que la acción básica de la educación se desarrolla en el aula, durante mucho tiempo
se pensó que la unidad de cambio del sistema educativo era ésta. Así, los esfuerzos innovadores
durante las décadas de los sesenta y setenta tuvieron como centro principal al docente y su tarea
de enseñar. El maestro debía capacitarse, elaborar guías de trabajo y los materiales didácticos.
Las escuelas de hoy enfrentan diversos paradigmas que deben ser discutidos y cambiados
para actualizar sus estructuras y de esta manera volverlas más eficientes y acordes a las
necesidades actuales.
Esta frase lo comenta: “existe una estrecha relación entre conocimiento, aprendizaje y
eficiencia” (Etzioni, 1975), es decir que los modos de relación y las características que revisten las
organizaciones, tienen que ver con el tipo de conocimiento, de aprendizaje y de resultados que
éstas obtienen. Nos encontramos que el incremento de concepciones educativas centradas en el
conocimiento y en los valores, fueron elementos que no ayudaron a que los aspectos
profesionales de la gestión fueran valorizados. Los actuales sistemas de gestión y administración
en las escuelas que todavía sobreviven, aún no son profesionalizados.
Por otra parte, la organización es concebida principalmente desde 3 perspectivas teóricas:
Donde la primera se explica como una función directa y concreta de actuar como medio que
cumple con crear el ambiente adecuado para el aprendizaje de elementos que han de incluirse al
ámbito laboral. Casi como un proceso mecanicista.
Hay quienes opinan que la gestión educativa ha sido tradicionalmente un aspecto residual
del quehacer institucional dentro de la escuela porque los sistemas de gestión y administración
que todavía sobreviven en buena parte de los países de latinoamérica son los que acompañaron el
surgimiento de los sistemas escolares.
Hoy en día, enfrentamos nuevos retos que nos exigen adaptaciones de mejora continua en
busca de una operación efectiva que, para tal fin, ha de ser incluyente y profesionalizada. He aquí
el panorama que nos reta y que nos sirve para establecer objetivos:
Ahora el camino se despeja y aclara y nos solicita en primer lugar, que para poder cambiar
las bases estructurales del modelo de organización escolar, la institución debe cambiar su mirada.
En vez de estar solamente centrada en el pasado, debe integrarse en una mirada conjunta el
pasado, presente y futuro.
En tercer lugar, se deben tomar reales decisiones. Las decisiones, para ser realmente tales,
tienen que tener algún impacto en la realidad. Si no, se quedan en meras intenciones.
Conclusión Crítica
Como conclusión haré referencia que el panorama de la gestión educativa está cambiando.
Ya por fin las autoridades han vislumbrado la necesidad de profesionalizar los sistemas y al
personal para una gestión más eficiente de recursos. Sin embargo, este cambio ha presentado lo
que toda evolución involucra: resistencia al cambio, desfase en la adaptación que resultan
naturales en su proceso pero que cuando entran las decisiones de seres humanos que no
comparten la misma visión, se va rezagando o evitando.
Más si estos cambios han de supervisarse por gobiernos políticos que cambian cada sexenio
y que pueden interrumpir su proceso. Ya desde los años 60´s la administración privada practica la
planeación estratégica y a ésta se han ido sumando en las siguientes décadas distintas
herramientas de mejoramiento y control de la calidad. Hoy se anuncia en el sector educativo a la
planeación estratégica como algo innovador y los neófitos lo aplauden. Sin saber que debería
darnos pena haber tardado tanto tiempo en incursionar en el uso de estas herramientas.
¿Debemos aplaudir esta ¨innovación¨? Debemos aceptar que seguimos rezagados y que
tenemos que adaptarnos rápidamente a los cambios que nos está exigiendo la misma sociedad y
nuestras propias necesidades y problemas sin resolver. ¿Nos habremos de convertir en
tecnócratas o en humanistas?. A mi parecer todo debe ser un balance. Ni hacer de las escuelas
empresas privadas con fines netamente económicos que carezcan de sensibilidad social. Pero
tampoco caer en el extremo de experimentar en ellas un gobierno democrático donde involucremos
a todos y al final no logremos consensos viables. Donde solo se pretenda quedar bien con todos y
no se logren objetivos claros y por lo tanto no se resuelvan problermáticas específicas para la
escuela. ¿Qué tipo de directores se requieren para esta nueva gestión? Educadores o
administradores. De ambos perfiles, o mejor, con ambos perfiles. Líderes que sean capaces, que
dominen las técnicas, los procesos, pero que a la vez estén sumergidos en un compromiso social,
real, basados en valores, además de habilidades. Muy importante también implementar sistemas
eficientes de supervisión de las diferentes funciones requeridas para el logro de objetivos,
involucrando a un equipo de coordinadores de los diferentes públicos. Tanto docentes, alumnos,
padres de familia y comunidad. Pero que este mismo buró o panel de supervisores, cambie cierto
tiempo para no dar lugar a la supervisión mediocre o corrupta. Con un sistema de supervisión que
establezca claros indicadores de medición, y que en caso de no obtenerse, proponga cambios en
los métodos o hasta en los mismos colaboradores. Así podremos lograr mejor gestión escolar, más
eficiente, eficaz, autónoma, participativa y que se siga adaptando rápidamente y continuamente a
los cambios que su entorno le exija. Eso para mí, es una escuela inteligente.
Bibliografía
Aguerrondo, I., (1996), La escuela como organización inteligente, Buenos Aires, Argentina. Edit.
Troquel.