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Eucarística
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1. La desobediencia - Génesis 3.
En este capítulo encontramos a Adán y Eva, nuestros primeros padres, que
fueron mandados a no comer del árbol del fruto prohibido. Ellos
desobedecieron al comer la fruta, primero Eva y luego Adán. A esto llamamos
el pecado Original.
El comer esta vez será del fruto del árbol del Calvario, el cual es el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. El Hijo de Dios mismo afirmo:
"Yo soy el Pan de Vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que
crea en mí, no tendrá nunca sed. Porque esta es la voluntad de mi
Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que
yo le resucite el último día".
De una forma única y clara Jesús afirma que nuestra salvación, nuestra vida
eterna, depende de que comamos de Él.
3. El sumo Sacerdote - Génesis 14,18-20,
Hebreos 4,14-15
Esta figura misteriosa del pasado simboliza a Jesús como el Supremo
Sacerdote.
Dios envió un ángel a Elías para despertar a este hombre de Dios. El ángel le
llevo pan a Elías para que comiese, una primera vez y luego otra. Luego de
comer del pan, Elías caminó durante cuarenta días y cuarenta noches gracias
a la fuerza que recibió al comer aquel pan.
Este pan llenó a Elías de una súper energía que lo ayudo a caminar todo el
trayecto hasta la sagrada montaña donde se encontró al Señor en una suave
brisa.
Nuestro viaje hacia la eterna montaña que llamamos Cielo es largo, peligroso,
agotador y peligroso. Necesitamos la energía y la fuerza para perseverar en el
viaje. Esa energía todo poderosa viene de Jesús, quien es verdaderamente el
Pan de Vida y alimento para el viaje hacia nuestro hogar celestial.
"¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía
hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?"
En otras palabras, el pan de cada día podría ser interpretado como una misa
diaria y comunión diaria.
Por esta razón, es importante rogar a María por la gracia de recibir a Jesús
con fe, devoción y amor en la Sagrada Comunión.