INUNDACIONES

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INUNDACIONES

Se conoce como inundaciones a la acumulación o al desborde accidental de


agua en una región territorial que normalmente permanece seca, usualmente
producidos por fenómenos meteorológicos o por desbalances en el nivel hídrico
de las regiones. Por lo general se categorizan como desastres naturales y
pueden tener un costo humano y material sumamente elevado.

Las inundaciones por un inicio, pueden ser locales, cuando afectan a una


comunidad o una localidad determinada, o pueden ser extensas, cuando cubren
regiones enteras y  ciudades o cuencas fluviales enteras. Es por eso que los
daños causados por esta pueden percibirse durante años y en ocasiones pueden
cambiar para siempre la naturaleza geológica y el relieve de una región.

Las causas de las inundaciones pueden ser:

1. Exceso de lluvias: especialmente cuando se trata


de lluvias ininterrumpidas a lo largo de días, lo cual llega a superar
rápidamente la capacidad de absorción de los suelos.
2. Desborde de ríos y lagos: Por consecuente del crecimiento de sus
márgenes debido a lluvias intensa en la zona o en las cabeceras de
los ríos, así también como el derretimiento de casquetes de hielo
montañoso.
3. Rupturas de presas o diques: Aunque se trate de accidentes humanos,
estas acciones suelen generar una inundación violenta y muy dañina al
sobrepasar el cauce natural por el cual se suponía que el agua pasara.
4. Huracanes o tsunamis:  También pueden ser por otros fenómenos
climáticos extremos como las tormentas o terremotos, que a veces
ocasionan tsunamis o trombas marinas, pueden arrojar gigantescas
cantidades de agua a la tierra, ya sea como lluvia o como una gran ola
que sobrepase los límites costeros y se interne en tierra firme.
TIPOS DE INUNDACIONES
Las inundaciones pueden clasificarse como repentinas o súbitas y como lentas o
progresivas; la principal diferencia frente a la afectación de una estructura, se
refiere al empuje de la corriente o la energía liberada por el mismo.

1. Inundaciones súbitas o repentinas: Se producen generalmente en


cuencas hidrográficas de fuerte pendiente por la presencia de grandes
cantidades de agua en muy corto tiempo. Son causadas por fuertes
lluvias, tormentas o huracanes. Pueden desarrollarse en minutos u horas,
según la intensidad y la duración de la lluvia, la topografía, las
condiciones del suelo y la cobertura vegetal. Ocurren con pocas o
ninguna señal de advertencia. Este tipo de inundaciones puede arrastrar
rocas, tumbar árboles, destruir edificios y otras estructuras y crear
nuevos canales de escurrimiento. Los restos flotantes que arrastra
pueden acumularse en una obstrucción o represamiento, restringiendo el
flujo y provocando inundaciones aguas arriba del mismo, pero una vez
que la corriente rompe la represión, la inundación se produce aguas
abajo.

2. Inundaciones lentas o progresivas: Se producen sobre terrenos planos


que desaguan muy lentamente y cercanos a las riberas de los ríos o
donde las lluvias son frecuentes o torrenciales. Muchas de ellas son parte
del comportamiento normal de los ríos, es decir, de su régimen de aguas,
ya que es habitual que en invierno aumente la cantidad de agua e inunde
los terrenos cercanos a la orilla. En las ciudades las inundaciones lentas
como las súbitas causan diferentes efectos sobre las poblaciones, según
la topografía de estas localidades. Las poblaciones ubicadas en
pendientes no se inundan seriamente, pero la gran cantidad de agua y
sólidos que arrastran le afecta a su paso. Por otro lado, las poblaciones
ubicadas en superficies planas o algo cóncavas (como un valle u
hondonada) pueden sufrir inundaciones como efecto directo de las
lluvias, independientemente de las inundaciones producidas por el
desbordamiento de ríos y quebradas, las cuales ocasionan el
estancamiento de las aguas.
IMPACTO DE LAS INUNDACIONES EN LA NATURALEZA
Las inundaciones destruyen las comunidades ecológicas como la vegetación y
los animales, bien porque las cubren o porque las arrastran. La fuerza del agua
arrastra cierta parte del sustrato y de la vegetación, así como las semillas poco
profundas, lo que puede afectar a la capacidad de rebrotamiento y por lo tanto
de colonización, de las especies. Otro de los efectos sobre el medio ambiente
que pueden tener las inundaciones es la dispersión de contaminantes cuando
éstas se producen en zonas en las que hay tales sustancias. También son
importantes los cambios que provocan en los cursos fluviales y las
perturbaciones que se producen en las zonas costeras cercanas a la
desembocadura de los cursos fluviales.

Si bien es cierto el medio natural se adapta a estas perturbaciones de maneras


diversas. Y es ahí cuando entran en juego los métodos de control de estas
avenidas cuando los efectos sobre el medio pueden convertirse en más
agresivos. Es por ello que es necesaria una planificación sostenible del control
de las avenidas, como sería conservar un espacio libre para que se pueda
inundar con las crecidas periódicas. Esta medida, por un lado, evita el daño a
infraestructuras y personas, permit el desarrollo de un entorno con una elevada
biodiversidad. De manera ideal, “una correcta y sostenible planificación frente a
situaciones de riesgo hídrico debería dar el mismo peso a su función ecológica
como la protección frente al riesgo que suponen” (Pickup et al., 2003). “En
consecuencia, sería necesario mantener las zonas inundables por la importancia
que tienen como reservorio de biodiversidad, como reguladoras de la velocidad
del agua y por tanto de las avenidas y la erosión y como retención de la carga
sedimentaria, recargando los acuíferos y fertilizando el suelo con la aportación
de lodos” (Saurí et al., 1997).

Los efectos de las inundaciones en el entorno, especialmente el vegetal, no son


todos negativos. Según Folch (1993) los cambios en el régimen hídrico dan lugar
a ambientes con una elevada diversidad biológica. En el caso de los bosques de
ribera, las crecidas modelan su estructura. Por un lado, en los ríos con cursos
permanentes y más caudalosos dominan los árboles caducifolios. La mayoría de
los árboles y arbustos de estas comunidades tienen capacidad de rebrotamiento
del tronco, como adaptación a la posible destrucción de las partes aéreas por
crecidas violentas. Su poder de regeneración es una característica de este tipo
de vegetación y por ello en muchas ocasiones se ha utilizado como fuente de
madera. Sin embargo, en ambientes más secos las comunidades son
perennifolias, como respuesta adaptativa a la disponibilidad de agua.
EFECTOS EN LA SALUD RESPECTO LAS INUNDACIONES

Los efectos en la salud relacionados con las inundaciones se han documentado


extensamente en la literatura de salud pública en todo el mundo. Los resultados
de estudios causados por este fenómeno, los cuales datan de hace muchos
años, describen la mortalidad en números absolutos y también se enfocan en
las poblaciones desplazadas por efecto de las inundaciones. Igualmente han
demostrado que la mortalidad específica por inundaciones varía de acuerdo al
país. Por ejemplo, en nuestro país los números de muertos por inundaciones se
estima en 20 000 desaparecidos y más de 150 000 personas heridas, es decir
alrededor de 70 000 víctimas, entre muertos y desaparecidos anualmente. En
los Estados Unidos, con más de 20.000 ciudades y comunidades sujetas
únicamente a inundaciones repentinas, el promedio anual de muertes se ha
estimado entre 46,7 y 146. En la República Popular de China, donde se estima
que más de 40 millones de personas se ven afectadas por las inundaciones cada
año, aproximadamente 1.000 personas perecieron en las inundaciones del
verano de 1994. Dados los niveles diferenciales de mortalidad asociada con los
eventos individuales de las inundaciones en varias partes del mundo, se debe
garantizar la investigación de los factores que contribuyen a las muertes, las
enfermedades y las lesiones.

Como ya se mencionó anteriormente, la mayor parte de la mortalidad ocurre en


las inundaciones repentinas y tienen que ver con las circunstancias del evento
mismo. Un estudio de estas muertes en los Estados Unidos de 1969 a 1981,
mostró que 1.185 se atribuyeron a 32 inundaciones repentinas y violentas, con
un promedio de 37 muertes por evento. En estos casos, debido
primordialmente a la ruptura de diques asociadas con las lluvias intensas, el
ahogamiento causó un estimado de 93% de esas muertes. En general, la
mortalidad debida al deshielo se observa frecuentemente en los incidentes de
inundaciones repentinas y violentas, ejemplos de los cuales ocurrieron en
Nmes, Francia, en 1988, Puerto Rico en 1992, Missouri en 1993 y Georgia en
1994, cuando grandes corrientes de agua inundaron las comunidades con gran
velocidad e intensidad.

Finalmente, se evidencian crecientes niveles de estrés físico y emocional,


particularmente relacionado con los grandes esfuerzos en la evacuación del
área inundada y en las actividades de limpieza, después de casi todos los
desastres naturales. Muchas muertes relacionadas con las inundaciones se han
atribuido a ese estrés y esfuerzo extra, lo cual incrementa la probabilidad del
infarto del miocardio y del paro cardiaco en personas con condiciones
preexistentes.

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