Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
F I G U R A 4.3
40
30
O 20
ce
10
O
5 6 10
Año
Dinámicas evolutivas 83
más de 25% entre 1976 y 1982, reveló que la media del ROE de este grupo superior era
21% más alto que el promedio para las 400 de Standard and Poor, para ese periodo ini-
cial, pero sólo 2% más alto en el periodo de 1989 a 1993.18 Un estudio de Foster y otros,
en McKinsey & Company, llegó a conclusiones similares sobre su falta de permanencia,
después de definir la excelencia en términos de ROE más crecimiento de ventas.19
Algo de la rápida regresión de los rendimientos superiores al promedio hacia los
promedios refleja, presumiblemente, selecciones de maximización de valor: un negocio
que gana un ROÍ de 39% (el promedio en el año 1 para el grupo más alto estudiado por
Ghemawat) tal vez no insista en lograr que todas las nuevas inversiones produzcan
una tasa tan alta de rendimiento, y es probable que no sea conveniente que lo hiciera.
Sin embargo, la mayor parte de esta regresión hacia la media parece ser indeseable y
hasta imprevista. Quizá la analogía evolutiva más obvia sea el efecto de la "Reina de
corazones", así llamado por el personaje de Lewis Carroll en Alicia, a través del espejo,
quien explica a Alicia que: "Aquí, ya ves, tienes que correr todo lo que puedas para
quedarte en el mismo lugar." La versión para los negocios del efecto de la "Reina de co-
razones" es la idea de que al luchar las organizaciones por adaptarse a las presiones
competitivas, sus niveles de aptitud mejoran, elevando la línea base contra la que ha de
medirse la ventaja competitiva. En términos del panorama, esta dinámica podría inter-
pretarse como una tendencia de los viejos picos de las montañas a asentarse con el
tiempo.
Será útil, sin embargo, ser más concretos sobre los procesos causales que amena-
zan la sustentabilidad del desempeño de los picos. El resto de este capítulo desglosa las
amenazas a la sustentabilidad en dos dinámicas, imitación y sustitución, que amena-
zan el valor agregado de los negocios, y en otras dos, retención y relajamiento, que
amenazan la capacidad de sus dueños para apropiarse de ese valor agregado (véase la
figura 4.4).
F I G U R A 4+4
Imitación Sustitución
Refajamiento Retención
84 CAPÍTULO 4 Anticipar las dinámicas competitivas y cooperativas
Imitación
La imitación, de acuerdo con la evidencia entre las industrias, se infiltra por todas par-
tes. Por ejemplo, los intentos de un participante por incrementar su capacidad a menu-
do disparan aumentos por parte de los competidores resueltos a preservar sus
participaciones en capacidad. Las tentativas de construir la propia base de clientes tien-
den a incitar a los competidores a defender o desarrollar la suya propia. Más aún, los
intentos de diferenciación del producto, con base en I&D (en oposición a estrategias de
marketing), son vulnerables por varias razones: los datos acumulados indican que los
competidores aseguran información detallada sobre el grueso de los nuevos productos
durante un año de su desarrollo, las estrategias basadas en patentes fracasan, por lo ge-
neral, en su deseo por refrenar la imitación y ésta tiende a costar una tercera parte me-
nos que la innovación y a ser un tercio más rápida de comercializar. Las innovaciones
de procesos no parecen ser, de manera importante, menos imitables que las innovacio-
nes de productos.21
La imitación no siempre es mala. A veces proporciona credibilidad a un nuevo pro-
ducto (por ejemplo, cuando aspectos externos de la red o el abastecimiento alterno son
un problema). También, la imitación de ciertos tipos de movimientos de marketing, co-
mo los esquemas de lealtad y las cláusulas de conocer-a-la-competencia, no necesaria-
mente debilita la eficacia de éstos.22 No obstante, cuando la imitación es bastante otVia
para amenazar con transformar un modelo de negocio supuestamente único en algo
genérico, daña el valor agregado del negocio o los negocios que originalmente desarro-
llaron ese modelo. En términos del panorama, la imitación que deprecia el valor agre-
gado suele interpretarse como el asentamiento de un pico, cuando un número creciente
de empresas se trepan o se amontonan sobre él.
Parte de la razón por la que la imitación puede ser tan peligrosa para la salud finan-
ciera de las compañías se relaciona con lo lejos que puede ir. Aunque la economía clási-
ca indica que la imitación se verá reducida cuando las utilidades de los imitadores
caigan a cero, consideraciones de información y motivación sugieren que es posible que
vaya aún más lejos. Una apropiada corriente de investigación microeconómica se refie-
Amenazas al valor egresado _ 85
G U R A 4.5
valores agregados de las cadenas, pues afectó el precio en publicidad que podían cobrar
y los términos en que podían disponer de determinada programación (por ejemplo, dere-
chos a transmitir juegos de fútbol profesional). Para reflejar esa realidad, el autor Ken Au-
letta tituló su best-seller sobre las cadenas: Three Blind Mice (Tres ratones ciegos).27
. Pese a estos ejemplos extremos, la imitación no siempre presenta una amenaza sin
salida para la sustentabilidad de una ventaja competitiva: a veces puede ser, y es, refre-
nada. Los economistas han usado los modelos de la teoría de juegos para poner a prue-
ba la eficacia de diversas barreras a la imitación, en la presencia de competencia alerta,
considerando resultados posiblemente asimétricos y preguntando si los rezagados son
capaces de acortar la brecha hacia los líderes, a un nivel eficaz de costos.28 Además, los
estrategas han desarrollado mecanismos que podrían provocar que la imitación fuera
intrínsecamente poco factible, en lugar de sólo ineficaz en cuanto a costos. La siguiente
lista de barreras a la imitación cubre ambos mecanismos, aunque no pretende ser mu-
tuamente excluyente ni del todo exhaustiva. De hecho, la imitación es la menor de las
amenazas cuando las múltiples barreras a la imitación se refuerzan unas con otras.
> Las economías de alcance son una segunda forma conocida de economías de tama-
ño: 'derivan de las ventajas de ser vastas en mercados o segmentos interrelacionados.
Suelen funcionar igual que las economías de escala para refrenar la imitación. Por ejem-
plo,, si una compañía comparte recursos o actividades a través de mercados o segmen-
tos, a la vez que asegura que sus costos permanezcan fijos en su mayor parte, puede
hacerse acreedora a una posición rentable grande para sí. Además, aun en ausencia de
estas oportunidades de compartir, agrupar bienes o servicios complementarios permite
levantar barreras a la imitación. Por supuesto, explotar las economías de alcance en.
cualquiera de estas maneras requiere mucha coordinación entre mercados o segmentos.
Sustitución
El valor agregado puede verse amenazado por la sustitución así como por la imitación.
Con frecuencia, la sustitución se percibe como la amenaza de que un producto despla-
ce a otro. En realidad, debería realmente interpretarse más ampliamente, es decir, como
la amenaza de que modelos de negocios nuevos desplacen a los viejos. En consecuen-
cia, la sustitución puede plantear una amenaza aún peor a la sustentabilidad que la
imitación} como lo recalcó hace más de medio siglo el economista Joseph Schumpeter:38
Todavía es la competencia dentro de un patrón rígido de condiciones sin variar,
métodos de producción y formas de organización industrial en particular, la que
prácticamente monopoliza la atención. Pero en la realidad capitalista tan distin-
ta a la ilustrada en los libros de texto, no es ese tipo de competencia el que cuen-
ta, sino la competencia de la nueva mercancía, la nueva tecnología, el nuevo tipo
de organización... competencia que impone un costo decisivo o ventaja de cali-
dad y que afecta no sólo los márgenes de las utilidades y los resultados de las
empresas existentes, sino sus cimientos y sus vidas mismas. Este tipo de compe-
tencia es mucho más eficaz que el otro, así como un bombardeo lo sería también
en comparación con la acción de forzar una puerta.
En las imágenes del panorama, la sustitución puede ser ilustrada como un terremoto, o,
al menos, como un cambio del panorama, que produce nuevos picos y tira los existen-
tes. En ese sentido, es a la vez menos directa y más difícil de manejar que la amenaza de
la imitación de competidores directos que tratan de escalar el mismo pico. Hoy, parece
reclamar mucha más atención entre los estrategas de negocios que en la época de
Schumpeter: la sustitución ha hecho que se publiquen numerosos libros sobre la migra-
ción del valor, las tecnologías revolucionarias y, más ampliamente, las bases cambian-
tes de la competencia.
Para un ejemplo vivido, y aún en proceso de desenvolvimiento, de una amenaza
de sustitución, considere la negociación de acciones en línea.39 La ejecución en línea de
la negociación de acciones en Estados Unidos se incrementó, desde niveles prescindi-
bles cinco años atrás, a 17% del volumen total al menudeo en 1997, y a un pronóstico de
casi 30% del volumen de negociación para 1998 y a otro pronóstico de más de 50% tres
años después. Existen alrededor de cinco millones de cuentas activas de negociación en
línea, que generan más negociaciones en promedio que las cuentas convencionales.
Amenazas al valor agregado 91
FIGURA 4*6
250 r
Precio
Costo
Aunque uno puede mencionar una lista de razones para explicar la popularidad de las
cibernegociaciones, como disponibilidad de información oportuna, comodidad, mar-
keting uno a uno e incluso la apariencia de las comunidades de inversión en línea co-
mo Motley Fool, la razón más importante para entrar en línea parece ser, por mucho,
sus precios más bajos, que son apuntalados por costos más bajos debido al número de
empleados, espacio reducido y procesamiento de datos y comunicación. La figura 4.6
proporciona algunas cifras para principios de 1996, cuando B*Trade, el corredor pione-
ro en línea, estaba cobrando de 15 a 20 dólares por operación. Desde entonces, los pre-
cios en línea han descendido aún más, a menos de 10 dólares por operación en algunos
casos.
Al reconocer las diferencias de costo entre los modelos de negocios en línea y fue-
ra de línea, varios participantes convencionales se han trasladado agresivamente a la
negociación en línea. Los corredores convencionales de descuentos, de quienes han ex-
traído hasta ahora las negociaciones en línea la mayor parte de sus clientes, han dirigi-
do el camino. Particularmente notable es Charles Schwab, quien fue pionero de la
correduría de descuentos a mediados de los años setenta, del uso de planifica dores fi-
nancieros independientes como complementadores a mediados de los ochenta y de la
entrada y salida fácil de fondos mutualistas a principios de los noventa. Para 1998, Sch-
wab había establecido una gran cantidad de sitios de transacción e información en la
red, en un esfuerzo por llevar a tantos de sus clientes como fuera posible a Internet. Su
posicionamiento de "mercado medio" se apoyaba en su prestigio, información sobre
sus clientes existentes, producto creativo y desarrollo de servicio, y sensibilidad, para
afianzarse en el negocio, pese a sus sobreprecios: el servicio básico de negociaciones en
línea de la compañía, eSchwab, tenía un precio de 29.95 dólares, comparado con el pre-
cio de E*Trade de 14.95 dólares, y precios de hasta ocho dólares para otros corredores
CAPÍTULO 4 Anticipar las dinámicas competitivas y cooperativas
en línea. Además, sólo una minoría de los clientes en línea de Schwab usaban eSchwab:
la mayoría simplemente recibía un descuento de 20% por negociar en línea. A pesar de
algunas dudas sobre la sustentabilidad de su estructura de precios, la estrategia de Sch-
wab parecía estar funcionando hasta mediados de 1998: manejaba 1.8 millones de cuen-
tas activas en línea, 29% de participación del volumen total de las negociaciones en
línea, comparado con 11% para el siguiente participante más importante (E*Trade), y
más de dos mil millones de dólares en negociaciones por semana.
Ningún corredor convencional de servicio completo se ha trasladado a la negocia-
ción en línea tan agresivamente como Schwab y otros corredores de descuentos. De he-
cho, las dos empresas estadounidenses de servicio completo, Merrill Lynch y
Prudential Securities, que habían anunciado planes para ofrecer negociaciones en línea,
pospusieron en varias ocasiones el lanzamiento de esos servicios durante 1997 y la pri-
mera mitad de 1998. Además, los informes indicaban que no ofrecerían ningún des-
cuento en línea sobre sus tarifas de servicio completo, una receta poco práctica para
retener a clientes existentes con miras a participar en las negociaciones en línea, ya no
digamos para adquirir nuevos. Es interesante observar que los principales bancos co-
merciales, como Bank of America y Wells Fargo, han incursionado de manera más agre-
siva en la correduría en línea, si bien como un anexo a la automatización de sus
transacciones bancarias tradicionales con el público.
El ejemplo de negociación de acciones en línea ilustra el disparador más obvio de la
sustitución: cambio tecnológico drástico y rápido (del que Internet es sólo un ejemplo
particularmente actual). Pero la sustitución, como amenaza al valor agregado, abarca
mucho más que sólo el cambio tecnológico. Otros disparadores de la sustitución del "la-
do de la oferta" son los cambios en los precios o la disponibilidad de insumos y la des-
regulación (o, más ampliamente, los cambios en políticas del gobierno). Por ejemplo, el
sector eléctrico en Latinoamérica está adquiriendo nueva forma debido a la disponibili-
dad en aumento de gas natural y a la presión ejercida en la mayor parte de la zona por
privatizar la generación y distribución de electricidad, más que por el cambio tecnológi-
co en sí. Del "lado de la demanda", los disparadores de la sustitución comprenden cam-
bios en preferencias de clientes, necesidades no satisfechas y cambios en la composición
de los clientes^Así, mientras que los detallistas en línea pueden usar Internet para diri-
girse a clientes de vanguardia, algunos observadores piensan que se necesitarán mode-
los de negocios más bien diferentes para atender al mercado masivo emergente.
La experiencia de la negociación de acciones en línea también señala las dificultades
que enfrentan los interesados para responder a las amenazas de sustitución. Considere
las negociaciones en línea desde la perspectiva de un corredor líder de servicio completo
como Merrill Lynch. Desde esta posición ventajosa, la negociación en línea es aún un ni-
cho muy pequeño en términos de ingresos (más que de volumen): la actividad en línea
respondió por poco más de 4% de las comisiones totales de correduría (al detalle) en
1997, con una participación pronosticada entre 6 y 7% para 1998. Segundo, los prospectos
inmediatos de utilidades en negociaciones en línea parecen ser pobres. Además de un en-
torno caracterizado por una caída profunda en los precios, para 1998 ya estaban en línea
75 competidores, en lugar de los 30 de mediados de 1997. Algunos observadores estima-
ron que, en la batalla por la participación del mercado, estas compañías eran capaces de
gastar hasta 500 millones de dólares en publicidad durante el año de 1998 (comparado
con 600 millones de ingresos totales en 1997). Tercero, la negociación en línea no parece
satisfacer del todo las necesidades de muchos de los clientes de las empresas de servicio
Amenazas al valor agresado 93
Pelear Pelear es una respuesta muy común a las amenazas de sustitución. Por ejem-
plo, Intel anuló la amenaza que representaba la tecnología de computación del paquete
de instrucción reducida (RISC, reduced instruction set computing) para su tecnología de
computación del paquete de intrucción compleja (CISC, complex instruction set compu-
ting}, haciendo inversiones masivas para mejorar el rendimiento de sus microprocesa-
dores basados en CISC. De este modo, Intel aumentó tanto la disposición de los clientes
para pagar por su tecnología como los obstáculos de costos a los que se enfrentaban los
patrocinadores de la tecnología de sustitución. Sin embargo, un peligro clave relaciona-
do con la pelea es que un sustituto en la etapa inicial de su desarrollo puede tener más
potencial de mejoramiento a largo plazo que un modelo de negocio maduro.41
Hadar entre dos aguas Esta alternativa implica continuar operando modelos tradi-
cionales de negocios a la vez que adopta nuevos. Algunos detallistas tradicionales que
se han puesto en línea, dan ejemplos de esta respuesta. Nadar entre dos aguas suele ser
un recurso valioso a corto plazo, para preservar las opciones de una organización, aun
cuando no sea una estrategia viable a largo plazo. Las operaciones de esta alternativa
también pueden distinguirse en términos de si están o no equilibradas entre los mode-
los de negoció antiguos y los nuevos (por ejemplo, ofrecer sólo un punto de apoyo en el
nuevo modelo de negocio). Estas ideas de nadar entre dos aguas también llaman la
atención sobre la oportunidad y magnitud de las respuestas a las amenazas de sustitu-
ción como variables adicionales que pueden usarse para ampliar la gama de respuestas
posibles. Quizá los peligros más grandes de nadar entre dos aguas se relacionan con el
Amenazas a la apropiabilidad del valor agregado 95
compromiso excesivo con un modelo antiguo de negocio que ya no sea viable o una
falta de disposición para tomar decisiones difíciles^)
-Cosechar Cosechar el propio negocio no es un tema del que se ocupen los libros de
inspiraciónr pero suele ser la respuesta correcta a una amenaza de sustitución cuando
ninguna de las otras respuestas tiene sentido} Cosechar, por ejemplo, puede ser la res-
puesta apropiada para algunos corredores convencionales que carecen de escala, recur-
sos o pericia tecnológica para atacar la amenaza de la negociación en línea. Cosechar
hace surgir, una vez más, problemas interesantes de oportunidad. Como todas las res-
puestas a las amenazas de sustitución consideradas en esta sección, también acarrea
sus propios peligros. Por ejemplo, el estudio de Clayton Christensen, sobre amenazas
tecnológicas de sustitución, reveló que mientras que cosechar parece ser el patrón más
común de respuesta de las empresas involucradas, a menudo es accidental, cuando
menos en las etapas iniciales del proceso.43
Para concluir esta sección, digamos que no hay respuestas infalibles ni absolutas
para las amenazas de sustitución. Si existiera una así, la sustitución sería menos mortal
de lo que parece ser a menudo! Sin embargo, el reconocimiento de las barreras típicas a
la respuesta eficaz, así como eTamplio conjunto de respuestas posibles, debería ayudar
a un participante a orientar estas amenazas indirectas a la sustentabilidad de su valor
agregado.
Retención
La retención nace de la coespecialización, que es un caso especial de una dinámica más
amplia, a la que los biólogos se refieren como coevoluciónJLas flores y los insectos que
las polinizan y se alimentan de su néctar constituyen un buen ejemplo. Un mutualismo
similar es benéfico, y hasta esencial para el éxito, en el mundo de los negocios, pero
también puede crear un problema potencial: 'al coespecializarse los participantes, sus
valores agregados comienzan a traslaparse, haciendo imposible que todos ellos se
apropien del monto total. Por lo tanto, puede decirse que cada vino enfrenta la amena-
za de ser retenido por los otros.44
El ejemplo más claro de retención es el caso del monopolio bilateral, que sólo invo-
lucra a un vendedor y a un comprador. Este escenario se caracteriza por la coespeciali-
zación completa: el valor agregado de cada participante es igual al valor total que los
dos crean al hacer transacciones entre sí. No obstante, ninguno de los dos puede pensar
en apropiarse del monto total. En cambio, el valor apropiado por un participante es
exactamente igual al tamaño de la separación que causa la retención entre el valor agre-
gado del otro participante y el valor apropiado.
96 CAPÍTULO 4 Anticipar las dinámicas competitivas y cooperativas
.
La relación de las partes de cambio entre los fabricantes de autos y sus proveedores
ofrece un ejemplo vivido de la amenaza de retención, así como de las diferentes formas
de responder a ella. Para mediados de los años setenta, las relaciones entre fabricantes
de autos y proveedores en Estados Unidos parecían haberse estabilizado alrededor de
un modelo en el que los Tres Grandes (General Motors [GM], Ford y Chrysler) solían
fabricar cuando menos algunos de sus requerimientos de cualquier componente básico
(hasta 100% en el caso de artículos "críticos", como motores, transmisiones y ejes), a la
vez que se abastecían del resto por fuera, a través de diversos proveedores. Sus relacio-
nes con estos proveedores externos, celebradas en esa época, eran francamente antagó-
nicas.45 La GM y la Ford, en particular, fragmentaron su base de suministros acudiendo
a múltiples proveedores y alentando la entrada. Los Tres Grandes redujeron la capaci-
dad de los proveedores de diferenciarse entre sí, al mantener un gran número de perso-
nal interno de I&D, forzando a los innovadores a obtener licencia de su tecnología o, de
otro modo, revelando esta tecnología, descomponiendo los sistemas en partes y hacien-
do de cada parte una mercancía, mediante especificaciones completas. Los contratos
rara vez duraban más de un año y no se renovaban si el fabricante de autos encontraba
otro proveedor calificado que ofreciera un precio más bajo, aunque fuera en fracciones.
Otros mecanismos que se emplearon para forzar a bajar los precios eran: usar equipos
de inspección para estimar los costos de proveedores, dejando que aquellos proveedo-
res pequeños, con gastos generales bajos, hicieran ofertas bajas que podían emplearse
en negociaciones con otros proveedores; ligar las concesiones de precios sobre una par-
te determinada, obtenida de un proveedor grande, con las compras continuas de otras
partes, y lanzar rumores sobre competencia potencial,
Luego entraron al combate los fabricantes japoneses de autos. Si bien muchos facto-
res fueron responsables del sorprendente éxito de los fabricantes japoneses de autos en el
mercado de automóviles de Estados Unidos, la contribución de sus relaciones con pro-
veedores, según documenta Jeffrey Dyer y otros investigadores, se volvió cada vez más
evidente a lo largo de los años ochenta.46 A pesar de una menor integración vertical, los
fabricantes japoneses de autos trabajaban hasta con una décima parte de los proveedores
empleados por los fabricantes de autos de EUA. Mantenían relaciones de largo plazo con
sus proveedores, compartían con ellos información técnica y de costos detallada, y los ha-
cían parte tanto del desarrollo de productos como de la producción. Los proveedores ja-
poneses, a su vez, invertían en activos específicos para los fabricantes de autos a los que
servían (véase la figura 4.7). Para considerar sólo una dimensión, la distancia promedio
entre las plantas de Toyota y las de sus proveedores era menor a 90 kilómetros, compara-
da con los 600 a 750 kilómetros que existían entre las plantas de los fabricantes y sus pro-
veedores en EUA. De hecho, el grueso de la red de producción de Toyota en Japón podía
caber entre las dos plantas más cercanas de la GM, ambas en Michigan. Esta política de
proximidad geográfica se empleó para las inversiones de producción de Toyota y de sus
proveedores en Estados Unidos, la mayor parte de las cuales se localizaron en Kentucky.
El modelo japonés llevó a reducciones bien definidas en inventarios, que respon-
dieron a 11.3% de ventas para los fabricantes japoneses y sus proveedores. Para auto-
móviles comparables, los fabricantes japoneses tenían ventajas de costo total de 10 a
20%. Al mismo tiempo, se informó de 30% menos de problemas para los autos japone-
ses, y los tiempos del ciclo de modelos nuevos eran 40% más cortos. No es de sorpren-
derse que la rentabilidad promedio, medida en términos de rendimientos sobre activos
antes de impuestos, fuera significativamente más alta en Japón, al principio de los años
Amenazas a la apropiabilidad del valor egresado 97
F I G U R A 4 * 7 •«"•í^mm*mHmmmm^m^mmmmmmmmmm
i •;;,•---' •• - •-.-. r; ;"";..,." • : - ' . ' • - " • . ' ; •-'''•'-';••••- " V': ' .'•-" '. 1 - - -"-'-" -:-.---. .
Especificidad de activos en la industria automotriz (Fuente: Jeffrey H. byerr
"Docs Governance Mattér?", en prganization Science, 19^6/:7[6Í)
noventa: 9.3% para fabricantes japoneses de autos y 5.5% para sus proveedores, com-
parado con 3.7% y 4.6%, respectivamente, para sus contrapartes estadounidenses.
Es probable que estas ventajas se hayan reducido gracias a que, en años recientes,
los fabricantes de autos de EUA, y en particular la Chrysler, emprendieron medidas va-
riables para imitar el enfoque japonés de las relaciones con proveedores. Incluso, las di-
ferencias aún persistentes no necesariamente indican que más coespecialización es
siempre mejor. Cuando el nivel de confianza o de interdependencia de tareas es bajo y
(quizá) cuando el nivel de turbulencia del entorno es alto, menos coespecialización pue-
de ser más apropiada. No obstante, en al menos una industria destacada, los fabricantes
de EUA parecieron perder terreno, en parte porque adoptaron un enfoque muy compe-
titivo en sus relaciones con proveedores (buscando maximizar su poder de negociación
a costa de los proveedores), en tanto que sus competidores japoneses adoptaron un vira-
je más cooperativo (con coespecialización a modo de hacer crecer el pastel total). Este
ejemplo es eco de uno de los principales preceptos expuestos en el capítulo 2: los estra-
tegas deben pensar en las relaciones tanto en forma cooperativa como competitiva.
El ejemplo de suministro para autos también ilustra una gama de enfoques para
tratar con la retención, que incluye intentar obviar el problema, así como enfocarlo
competitiva o cooperativamente.
Contratar Uno de los primeros remedios para la retención que intentaron los fabri-
cantes de autos estadounidenses fue contratar a largo plazo.47 Cuando la demanda de
vehículos cambió de carrocerías abiertas, principalmente de madera, a carrocerías ce-
rradas de metal, después de la Primera Guerra Mundial, se volvieron importantes las
grandes inversiones en máquinas de estampado de metal. Para alentar estas inversio-
98 CAPÍTULO 4 Anticipar tes dinámicas competitivas y cooperativas
nes, la GM firmó un contrato por diez años con Fisher Body en 1919, por el cual acorda-
ba comprar sustancialmente todas sus carrocerías cerradas a Fisher a costos de opera-
ción, más un margen porcentual. Sin embargo, durante los años siguientes, la demanda
de autos cambió a carrocerías cerradas y creció más rápidamente de lo esperado. La
GM llegó a pensar que Fisher la estaba reteniendo, porque los incrementos sustanciales
en la cantidad invertida habían reducido en forma importante los costos de capital de
Fisher por carrocería a un grado imprevisto en el contrato original. Por su parte, Fisher
se rehusó a instalar sus plantas de carrocerías junto a las plantas de ensamble de la GM
(pese a la insistencia por parte de ésta de que la proximidad era necesaria para la efi-
ciencia) por temor a ser retenida por la GM.
La implicación más amplia de esta disputa es que los contratos establecidos, obli-
gatorios a costo cero (los tipos de contratos que en teoría podrían eliminar la retención),
son generalmente muy poco prácticos. Las razones son: racionalidad limitada, falta de
certeza sobre el futuro e información asimétrica^8 Es interesante observar que los fabri-
cantes japoneses y sus proveedores se apoyaban en salvaguardas informales, más que
en los contratos formales utilizados por sus contrapartes estadounidenses/ para impe-
dir que los problemas de retención se les escaparan de las manos.
Integrar Para resolver los problemas que resultaron de su contrato de diez años con
Fisher Body, GM entró en negociaciones para comprarla en 1924, que culminaron con la
fusión de las dos compañías en 1926. Integrarse verticalmente de este modo (u horizon-
talmente para hacer frente a los complementadores) es una manera obvia de atajar un
problema de retención.49 No obstante, la nueva experiencia de los fabricantes de autos
de EUA, quienes se integraron mucho más que su rival japonés, sugiere que la integra-
ción vertical no es una panacea. La integración vertical puede cultivar inflexibilidad,
burocracia, problemas de incentivos (por ejemplo, ser fiel al proveedor interno en las
buenas y las malas) y relajamiento, como se comentará en la siguiente sección. Puede
también exponer a las empresas a mayores problemas de retención, en dimensiones dis-
tintas de las que fueron originalmente el foco. Por ejemplo, el tamaño e influencia del
Sindicato de Trabajadores de Automóviles Unidos (UAW, United Automobile Workers) de
Estados Unidos podrían, haber sido menores hoy, y menor también el impedimento pa-
ra la reestructuración de las relaciones con proveedores, si hubiera tenido lugar menos
integración vertical en el pasado de la industria. Finalmente, el desempeño superior de
las relaciones entre fabricante de autos y proveedor japoneses indica que las decisiones
de integrar quizá deban ser sometidas a una prueba más rígida que sólo el de: "¿Pode-
mos hacer esta tarea internamente en forma más eficiente que mediante mecanismos de
mercado?" Las relaciones interorganizacionales suelen ofrecer una mejor base para tra-
tar los problemas relacionados con la retención, que las transacciones de mercado o las
jerarquías gerenciales inducidas por la integración, como se comenta más adelante.
Adquirir poder de negociación Otra forma obvia de lidiar con los problemas relacio-
nados con la retención es crear competencia en el otro lado de la división, a la vez que
conservar la unicidad (y el valor agregado) del propio lado. Construir la dependencia
asimétrica o el poder de negociación de este modo mejora la propia "mejor alternativa
para un convenio negociado" (BATNA, best alternative to a negotiated agreement} con un
proveedor, comprador o cbmplementador particular, al mismo'tiempo que se reduce la
BATNA del socio.50 Como se dijo, los fabricantes de autos estadounidenses se apoya-
Amenazas a la apropiabüidad del valor agregado 99
ban en varias tácticas para crear competencia: mantener grandes esfuerzos internos de
I&D y producción, fragmentar a los proveedores externos (que de todos modos se usa-
ban) y limitar la capacidad de cualquiera de los proveedores de diferenciarse del resto.
Aunque los fabricantes japoneses no llevaron tan lejos la creación de la competencia
del lado de la oferta, tampoco ignoraron el problema. Ellos, en contraste, adoptaban a
menudo el abastecimiento dual de proveedores de "afuera", aun cuando limitaba el lo-
gro de economías de escala. Cuando surgían grandes diferencias de desempeño entre
dos proveedores externos de un componente o subconjunto, los fabricantes japoneses
normalmente trabajaban con el proveedor más débil, a fin de mantenerlo en el juego.
Negociar duro Además de construir poder de compra para abordar los problemas rela-
cionados con la retención, los fabricantes de autos de EUAbuscaban apuntalar ese poder
adoptando una postura de negociación dura., Las manifestaciones de esta táctica eran:
contratos a corto plazo (a menudo no renovados), centrarse en los precios para las deci-
siones de contratar o recontratar, disposición para recurrir al eslabonamiento o la secuen-
ciación, con el fin de forzar a los proveedores más grandes de multipartes a entrar en el
juego, adoptar ciertas posturas, aparentar, y recurrir a restricciones tan triviales como eli-
minar ]os almuerzos con los representantes de proveedores. A pesar de un incremento en
el compromiso formal, en favor de las relaciones más estrechas con sus proveedores en
los años noventa/ los fabricantes de autos estadounidenses siguieron ¡negociando duro,
dejando a los proveedores con la impresión de que todavía no serían tratados razonable-
mente en situaciones en las que no tuvieran protección contractual formal.jComo resul-
tado, el nuevo patrón de las relaciones con proveedores en la industria de autos de EUA
podría describirse como más estrecho, pero aún con cierta rivalidad.
caciones y planos detallados. Esto hacía difícil cambiar de proveedores. Ambos lados
invertían eficientemente al ampliar la corriente total de utilidades que tendrían dispo-
nible sólo si continuaban trabajando juntos. El punto conceptual más amplio es que si
los socios hacen inversiones sustanciales, específicas de cada uno, y se otorga a cada
uno una participación bastante grande de las ganancias conjuntas de la cooperación,
estas relaciones interorganizacionales pueden ser autorreforzadoras. Es decir, la con-
ducta oportunista puede mantenerse vigilada por el temor a que la corriente más gran-
de de utilidades disponible por la cooperación pudiera entonces desaparecer.51
Relajamiento
El relajamiento es una amenaza interna a la apropiación del valor agregado, para la cual
no existe una analogía biológica. El relajamiento se define como el grado en que el valor
apropiado por una orgaxiización no alcanza el monto potencialmente disponible para
ella. En términos dinámicos, puede pensarse como la persistente suboptimización de
una organización que disipa el valor agregado apropiable/ en lugar de traspasarlo a los
dueños, o que hasta lo reduce después de un tiempo. La capacidad de soportar grandes
cantidades de relajamiento está ligada al éxito económico pasado y a la existencia actual
de valor agregado potencialmente apropiable. Una organización que no tiene mucho de
ninguno de los dos no podría disipar el valor de manera persistente y aún así sobrevivir.
Aunque la definición de relajamiento es bastante clara, su medición puede ser difí-
cil. Esta dificultad viene de varias fuentes. Algo de "relajamiento" (por ejemplo, unas
oficinas generales de lujo) suele ser esencial para atraer a clientes .(por ejemplo, en ne-
gocios como la banca de inversión y la consultoría). También puede representar un re-
querimiento irreductible de innovación (o sea, de experimentación de nuevas
estrategias y proyectos innovadores que tal vez no se permitirían en un entorno más
restringido en cuanto a recursos). Algo de "relajamiento" es capaz de reflejar la com-
pensación no monetaria a los empleados como un sustituto de un mayor pago, De ma-
nera aún más amplia, es probable que se requiera algo de "relajamiento" para sostener .
relaciones cooperativas con los trabajadores o proveedores. Por lo tanto, cierto "relaja-
miento" evidente puede ser de valor considerable!
A pesar de estas dificultades, los investigadores han intentado varias veces medir
el grado y las implicaciones del relajamiento., Efectuar benchmarking (medición por
comparación) detallada de actividades o procesos individuales a través de las compa-
ñías, particularmente a través de competidores directos, ha revelado grandes diferen-
cias en niveles de productividad. Los estudios que intentan organizar las actividades
individuales en funciones de producción y que miden hasta dónde los establecimien-
tos o empresas particulares dejan de alcanzar la "frontera de productividad" apropia-
da, corroboran la existencia de cantidades importantes de relajaraiento. Los cálculos de
la fracción de ingresos disipados de este modo van de 10 a 40%, en promedio, entre los
fabricantes de EUA, aunque dichas medidas proporcionan estimados muy inestables
cuando se aplican a varios países.52 Finalmente, están comenzando a surgir algunas
evidencias de que el relajamiento puede propiciar Ja innovación, hasta cierto punto.53
La creación de "relajamiento" suficiente para perseguir la innovación, campañas
de marketing y otras iniciativas potencialmente valiosas son el reto central de muchas
compañías, en particular las de relativo poco éxito. Sin embargo, en compañías que, a
lo largo del tiempo, han mantenido con éxito sus valores agregados, los administrado-
res tienen que dedicáronlas tiempo a preocuparse por el relajamiento excesivo que por
el escaso. En lenguaje más simple, las dietas rigurosas tienden a conducir a un endure-
cimiento de las arterias organizacionales. Para una ilustración drástica de cuánto rela-
jamiento puede resultar del éxito pasado, considere el caso de General Motors (GM).
102 CAPÍTULO 4 Anticipar las dinámicas competitivas y cooperativas
F I G U R A 4.8
100
50
Valor de mercado
O H 1 h
1980 1983^.9^43 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 l992 1993 1994l995 199el997
o -50
VJ5
•p
-10.0
•D
w
O) V 0%
c -150
o
Inversiones '
\s
0> -20O
•o
w
.Si
s. -250
-300 ;-
^-350 h 10%
-400
salen temprano. Sin embargo, observe que es probable que la vigilancia sólo proporcio-
ne beneficios limitados cuando existe una amplia gama de selecciones discrecionales
legítimas. Por ejemplo, ¿está un desarrollador de software, con los ojos cerrados, senta-
do junto a un arroyo que murmura, entregado al relajamiento o está teniendo una idea
que tendrá valor comercial?
Ofrecer incentivos por desempeño Si vigilar resulta poco factible o poco económico,
quizá sea posible recompensar la buena conducta de manera indirecta, premiando el
buen desempeño. Este enfoque funciona mejor cuando el comportamiento de un indi-
viduo (o un grupo) está íntimamente conectado con los resultados de desempeño que
se observan en la realidad. Sin embargo, esta condición se viola con frecuencia cuando
la conducta se coordina a través de individuos o grupos, con el fin de lograr un "ajuste
interno", o cuando el desempeño sólo puede medirse en términos muy agregados.
Aunque sea posible descartar estos dos problemas (por ejemplo, al evaluar el desempe-
ño de la alta gerencia), todavía carecemos de un buen sentido de la cantidad "apropia-
da" de intensidad de los incentivos. Michael Jensen y Kevin Murphy descubrieron, por
ejemplo, que, en promedio, los altos ejecutivos estadounidenses reciben no más de 3.25
dólares por cada mil dólares del valor creado por los accionistas.57 Algunas personas
consideran este índice absurdamente bajo; otros piensan que los paquetes de pago re-
sultantes crean un clima de codicia, en lugar de una cultura que promueva la búsqueda
eficaz de metas organizacíonales.
Dar forma a normas Un cuarto enfoque para abordar el relajamiento implica comple-
mentar (o remplazar parcialmente) las recompensas y castigos económicos con llama-
dos a las normas y los valores, y con un sentido de misión, entre otros. Subyacente a
este enfoque está la idea humanista de que las personas dentro de las organizaciones
son seres sensibles, motivados por algo más que sólo "garrotazos" o "zanahorias". Por
supuesto, es poco probable que la persuasión moral sea del todo eficaz. Dado el acalo-
rado debate entre economistas y otros científicos sociales sobre la relativa eficiencia de
la motivación económica y la "intrínseca", probablemente la única conclusión segura
sea que un gerente decidido a reducir el relajamiento se desempeñe cuando menos
igual de bien al reconocer ambos tipos de palancas y no al fijarse sólo en una de ellas.
fracasado en otros porque ías compañías quedaron sobrecargadas de deudas (es decir,
acabaron con un flujo de efectivo libre negativo).
Cambiar el mando Hipotecar recursos es sólo una de varias maneras de forzar cam-
bios en la estructura de control del alto nivel de una empresa, con la esperanza de pro-
vocar una respuesta eficaz a nivel organización. Otros cambios de arriba hacia abajo,
con la intención de lidiar con el relajamiento o, más ampliamente, con los retos del
cambio organizacional, son: crear pequeños pero bien informados consejos de directo-
res, restringiendo las capacidades del CEO (director ejecutivo) y de otros funcionarios
internos para lograr dominar estos consejos; requerir a los miembros del consejo y a la
alta gerencia poseer cantidades sustanciales de las acciones de la empresa (en relación
con su riqueza personal), alentar a (otros) grandes inversionistas activos y desanudar
los subsidios cruzados.59 Algunos cambios de este tipo se dieron en la GM a principios
de los años noventa, cuando un consejo dirigido por un presidente externo a la compa-
ñía (John Smale, anterior CEO de Procter & Gamble) votó por despedir al entonces
CEO de GM. Sin embargo, GM todavía tiene que hacer cambios internos drásticos.