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Díez Rojo
TEMA 23.
DEL NEOLÍTICO A LAS SOCIEDADES URBANAS DEL PRÓXIMO ORIENTE. FUENTES ARQUEOLÓGICAS.
tras las glaciaciones que obliga a adoptar un sistema de producción para adaptarse al nuevo escenario
ecológico (como se decantan Gordon Childe y J. M. Vincent en la que se conoce como teoría de los oasis).
Por otro lado tenemos las hipótesis que se centran en los aspectos demográficos y que apelan a que un
aumento de la presión demográfica lleva al ser humano a buscar sistemas de producción mucho más
eficaces (teoría manejada por M. N. Cohen). Otros autores, como nos expone Colin Tudge en “Neandertales,
bandidos y Granjeros”, piensan que ya se conocía antes este tipo de producción de alimentos pero el
cambio climático y las grandes extinciones de la megafauna, posiblemente potenciada por el hombre,
obligaron a utilizarlo de modo permanente y mejorado.
del ser humano. El aumento de atención prestado a los muertos y la aparición de PRÁCTICAS DE
ENTERRAMIENTO COMPLEJAS sugiere la existencia de un SISTEMA RELIGIOSO RUDIMENTARIO que va a
empezar a ser, como veremos, el punto de partida en el plano espiritual de las sociedades que llegarán a
convertirse en grandes civilizaciones. Aparecen exvotos y figurillas tanto zoomórficas como antropomórficas
(algo de lo que ya se tiene constancia en el Paleolítico Superior con las Venus) que van perfilando la
naturaleza de esos cultos (principalmente funerarios).
centro neurálgico de la ciudad (en el caso de Warka, el Templo Blanco dedicado a Anu, el dios del cielo). La
importancia del templo en la conformación de la ciudad mesopotámica va a ser básica en cuanto a su
organización estructural y social. La ELITE DEL TEMPLO va a ser la encargada del mantenimiento del orden,
los rituales y las creencias religiosas. Además va a controlar el almacenamiento y la redistribución de
excedentes de cereal entre la población. Nos encontramos ante unos “Reyes/Sacerdotes” que van a
detentar tanto el poder político como el religioso en unas “Ciudades-Templo” (Warka) que van a
evolucionar rápidamente en CIUDADES-ESTADO (como lo serán Ur o Lagash) y éstas en NACIONES
consolidadas como serán, ya en época histórica, Sumer, Akkad o Babilonia.
Para finalizar con el período de la primera Mesopotamia cabe destacar el que posiblemente sea su hito más
relevante, del cual nos hablan en sus libros tanto Samuel Noah Kramer en “La historia empieza en Sumer”
como Leo Oppenheim en “La Antigua Mesopotamia”, la aparición de la ESCRITURA. Mucho antes ya se
conocían sistemas de registro de todo tipo, sin embargo, en una sociedad como la mesopotámica en la cual
tiene una importancia capital la consolidación de complejos CENTROS ADMINISTRATIVOS y sus principios
organizativos nacerá la escritura con una función de registro contable primero y con una función religiosa
muy poco después. La escritura aparecerá sobre el 3.500/3.000 a.C. De uso muy restringido, estará
reservada a los estratos sociales más altos: los sacerdotes del templo. Se utilizarán como símbolos de
escritura ideogramas realizados con una caña en la arcilla fresca que irán evolucionando en variedad y
complejidad. A esta primera escritura se la denomina ESCRITURA CUNEIFORME.
A través de todo lo visto y desarrollado en esta exposición es importante quedarnos con una serie de ideas
fundamentales que han de ser la base para el conocimiento de este período histórico y para la explicación
del mismo a los alumnos. Es fundamental apuntar la importancia de los cambios acaecidos y los adelantos
tecnológicos y organizativos en un periodo relativamente muy corto de tiempo, especialmente si lo
comparamos con las cronologías del Paleolítico Superior. Estos cambios posibilitan un avance inmenso que
es la ejemplificación de cómo una chispa, un acontecimiento, a veces fortuito, ya sea en el clima o en el
pensamiento, puede dar lugar a una serie de procesos encadenados que dan como resultado una evolución
rápida y exponencial de nuestra especie como ente colectivo. Podemos extrapolar esto a la evolución del
mundo desde la antigüedad clásica hasta la cristalización de la Revolución Industrial. En algo más de dos
siglos los avances conseguidos han empequeñecido, en comparación, a los de los 3.000 años anteriores, al
menos a nivel tecnológico. Quizá en este punto cabe preguntarse si el avance social y humano en estas
etapas ha sido equiparable también. Otro punto fundamental en el que focalizar nuestro interés es la
importancia de los medios de producción y, en la misma medida, la importancia de la transmisión de las
ideas y de los conceptos, de la capacidad de sinergia evolutiva, y también de la relación que nosotros
mismos tenemos con nuestros antepasados. Estas similitudes culturales entre nosotros y nuestros
antepasados están perfectamente reflejadas en las obras de autores esenciales como son Samuel Noah
Kramer (en “La historia empieza en Sumer”) o Jared Diamond (en “Armas gérmenes y acero”). Hay un reflejo
de la sociedad actual en las incipientes sociedades prehistóricas y en las primeras civilizaciones,
situaciones y estructuras que se repiten y sobre las cuales podemos encontrar ciertos patrones de
comportamiento y de las relaciones entra causa y efecto.
Por ello es importante que los alumnos trabajen con este período de la historia de una manera que les haga
pensar y sentir que no es algo ni lejano ni ajeno, que conceptos actuales como “información”, “comercio” o
“trascendencia” son una constante histórica, una constante humana y que, conociendo el pasado, por
remoto que éste sea, podemos comprender mejor el presente y pensar en un futuro que sea viable para
todo una especie.