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Loca Gras As
Loca Gras As
Reguladores neuro-humorales.
Interación proteína-proteína.
Estos procesos son modificados mediante la práctica regular de ejercicio, y por ende, el
mecanismo de lipólisis de nuestro organismo.
Células endoteliales.
Leucocitos.
Linfocitos.
Lipólisis
Conocer a que intensidades podemos tener a pleno rendimiento este proceso puede llevarnos
a diseñar una estrategia acertada de cara a diseñar un protocolo de actividad física en el caso
de sobrepeso/obesidad. En escenarios de intensidades moderadas (en torno al 50% VO2max),
la lipólisis se multiplica entre 2 y 3 veces respecto a valores basales, en los 30 primeros
minutos de ejercicio, y se va incrementando a medida que la duración es más prolongada y
puede multiplicar por 5 a los valores en reposo, (hasta 4 horas de entreno)(1).
En general, los AG libres de los adipocitos será suficiente para proporcionar todo el sustrato en
la oxidación de AG en reposo y ejercicio de intensidad moderada, pero debemos tener en
cuenta un proceso conocido como reesterificación. Mientras que en reposo la tasa de
reesterificación llega a ser del 20%, en entrenamiento a intensidad moderada puede
multiplicarse por dos (1).
Entre los factores que pueden influir en la lipólisis durante el ejercicio se encuentran:
Sexo: mujeres tendrán un mayor ratio de este proceso frente a hombres, a intensidades
moderadas.
Localización anatómica del tejido adiposo: el «tren superior» proporcionará la mayor cantidad
de AG en demandas por encima de las de reposo (por lo tanto, depende de dónde tengamos la
grasa localizada, unas personas pueden ver acelerada la pérdida de la misma, por ejemplo,
predominio de grasa en el abdomen vs cadera.)
El tamaño de los adipocitos también influirá. Adipocitos más grandes tienen una mayor
capacidad lipolítica que adipocitos pequeños.
Al relación al punto tercero, tamaño de los adipocitos, habrá diferencia entre la respuesta de
una persona con sobrepeso a obesidad.
La siguiente gráfica (estudio) nos lo muestra perfectamente. Situación A, sujeto delgado, los
adipocitos pequeños almacenan de manera eficiente los ácidos grasos como triglicéridos
(entrada de TG, flecha), que pueden movilizarse y usarse para generar ATP a través de la vía de
oxidación mitocondrial en el músculo durante los períodos de necesidad calórica. La absorción
de glucosa estimulada por la insulina bajo estas condiciones es normal. Escenario B, el exceso
de ingesta calórica conduce a sobrecarga metabólica, aumento de la entrada de TG y aumento
de adipocitos. No obstante, en individuos con sobrepeso no diabéticos, el almacenamiento de
TG por las células adiposas y la b-oxidación en el músculo a menudo pueden mantenerse para
prevenir la resistencia a la insulina. Situaciones C y D, continuar sobrecargando adicionalmente
a los TG provoca hipertrofia de los adipocitos y aumento de la secreción de macrófagos
quimiotácticos. El reclutamiento de macrófagos a su vez produce un estado proinflamatorio en
el tejido adiposo obeso. El exceso de TG circulante y ácidos grasos libres da como resultado la
acumulación de lípidos activados en el músculo (puntos amarillos), alterando funciones tales
como la fosforilación oxidativa mitocondrial y el transporte de glucosa estimulado por la
insulina, desencadenando así la resistencia a la insulina.
Metabolismo oxidativo
El tejido adiposo representa una parte importante de nuestro peso corporal total (entre el 10 y
45%) pero su contribución como gasto energético en nuestro organismo es más bien escasa. El
cerebro, el hígado, el corazón y los riñones representan ≈60-70% del gasto energético en
reposo en adultos, aunque e