Gregorio Luperón nació el 8 de septiembre en la ciudad de Puerto Plata.
Su madre se llamaba Nicolasa Luperón y su padre era Pedro Castellanos. Su apellido original era de ascendencia francesa, que luego se castellanizó como se conoce hoy. Desde muy joven, a los 14 años, se dedicó al trabajo productivo al ser responsable, en Jamao, de los cortes de caoba de Pedro E. Dudocq, su mecenas, en cuya casa leía, entre otros libros, Plutarch's Parallel Life, y a los 19 años, en 1858, instaló una casa comercial en Yásica. Luperón era parte del grupo de dominicanos que se rebelaron contra este hecho. Como producto de esta rebelión, es capturado. Se las arregla para escapar y escapa por tierra a Haití, Estados Unidos y Curazao y luego regresa en secreto a través de Montecristi para participar en la rebelión de Saban. Después de una primera derrota, se retiró a las montañas y desde La Vega, promovió la rebelión, hasta que después del llamado Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, asumió el mando de un cantón, y luego se clasificó como general. Era un hombre de fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de armas y estrategias de guerra. Por estas calificaciones, es nombrado jefe de operaciones en la provincia de Santo Domingo, lucha contra el ejército español, comandado por Pedro Santana, en ese momento, Marqués de Las Carreras. Después de volverse poderoso y disciplinado, el ejército español fue derrotado en una estrategia de guerra de guerrillas debido a la cantidad y calidad de la insurgencia. Con el ejército español derrotado, aceptó el cargo de Vicepresidente de la Junta. Al restaurar la República, regresó a su ciudad natal de Puerto Plata, rodeado de la admiración y el afecto del pueblo dominicano que lo alabó y lo alabó desde entonces, como la espada más fuerte en la defensa de sus ideales nacionales. Se opuso al regreso de Buenaventura Báez al poder, lo que provocó la fuga y la expulsión del país. Unos meses más tarde regresó para unirse al movimiento llamado Triunvirato en 1866, quien arrojó a Báez y se convirtió en un gobierno. El triunvirato estaba impaciente en 1866 a favor de una constitucionalidad, de modo que el general José María Cabral asume la presidencia de la república. Este gobierno es expulsado en 1868, y Luperón se ve obligado a abandonar el país nuevamente para oponerse a los requisitos de anexión de Báez, que mira a los Estados Unidos para este nuevo propósito. Luperón logra preparar una expedición llamada "El Telégrafo" por el nombre del barco utilizado para ello, esta expedición revolucionaria fracasa debido a la intervención estadounidense, con la cual Báez tuvo conocimiento de la venta de la península de Samaná. Esto justifica un nuevo movimiento de su país. Recibió el apoyo de la opinión pública en América Latina contra el propósito de Báez y envió protestas al Senado de los Estados Unidos. Cuando Báez fue expulsado del poder de la "Revolución Unionista" en 1873, Luperón pudo regresar a Puerto Plata, y cuando el ascenso al poder de Ulises Espaillat, Luperón fue nombrado "Ministro de Guerra y Marina". Antes de exiliarse a la partida de Espaillat, se vuelve a hacer referencia a Luperon, y este espera unos dos años a que sus antiguos enemigos González y Báez cambien al poder para un nuevo regreso al país. Tras el derrocamiento del gobierno de Cesáreo Guillermo, se estableció un "gobierno provisional", presidido por Luperón, con sede en Puerto Plata. Los catorce meses de este gobierno fueron de paz, libertad y progreso, produciendo elecciones puras en 1880, con el presbítero Fernando Arturo de Meriño, también apoyado por Luperón, siendo elegido presidente de la República. En este gobierno fue nombrado enviado extraordinario y ministro ministerial en Europa. Al regresar al país, fue nombrado delegado del gobierno de Cibao bajo el régimen de Francisco Gregorio Billini. Después de su partida en 1885 se unió al vicepresidente Alejandro Woss y Gil. Desde su posición, y después de la revolución de 1886, Luperón la confronta en Puerto Plata, contribuyendo así al triunfo de Ulises Heureaux y su ascenso a la presidencia en 1887. Heureaux, también de Puerto Plata, y que fue un valiente restaurador como Luperón, comenzó a desarrollar un gobierno despótico y dictatorial, que creó conversión y desilusión en Luperón. Esto lo hizo ir al extranjero para luchar contra él. Su campaña fracasó debido a la falta de apoyo del gobierno haitiano. Enfermo en la isla de Santo Tomás, fue buscado por el propio Ulises Heureaux para morir en su ciudad natal de Puerto Plata el 20 de mayo de 1897.