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Beneficios de participar en un ensayo

clínico
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Ana Callejo Mora


“No se puede avanzar en medicina si no se hacen ensayos clínicos. Tenemos que partir
de esa premisa”, destacó Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica
del Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela, durante el
encuentro #MásQuePacientes Innovación en cáncer de mama metastásico,
organizado por CuídatePlus en colaboración con Lilly y con el asesoramiento científico
de Eva Ciruelos, oncóloga del Hospital 12 de Octubre (Madrid) y vicepresidenta
de SOLTI.
Una vez resaltada la importancia de estos estudios de investigación para el progreso
médico, gracias a la incorporación de nuevos medicamentos y dispositivos, el oncólogo
de Santiago hizo alusión a otro de los principales beneficios de los ensayos: “La
generosidad humana. Ese pensamiento filantrópico altruista de que aunque yo no me
beneficie directamente de ese estudio, sí lo hará el resto de la humanidad”.
Según López, “participar en un ensayo clínico al paciente apenas le supone más
esfuerzo u otros cambios. Cada día intentamos que la investigación clínica sea una tarea
cotidiana en los servicios de oncología. Probablemente, el mayor esfuerzo quizá sería
alguna visita extra y alguna firma más de consentimiento informado y algunos
cuestionarios de calidad de vida”. Al respecto, Elisa Larrinaga, paciente y portavoz de
la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico, dijo que como a menudo tienen
“revisiones hospitalarias, estar en un ensayo clínico simplemente supondría alguna
visita más, que, además, podemos aprovechar para consultar dudas, compartir nuestros
altibajos o incluso comentar aspectos como el dolor”.

Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela. (FOTO: JOSÉ
LUIS PINDADO).

Otras ventajas adicionales


Después, prosiguió el especialista en Oncología, hay otros beneficios asociados o
colaterales, que van más allá de las ventajas específicas para los pacientes que
participan. Y es que, generalmente, hacen que aumente la investigación (no solo la
clínica).
Ciruelos, además, señala que “en el ensayo clínico todo está tan exquisitamente
regulado que, incluso en cualquier práctica en el tratamiento estándar, el control, tanto
de la supervisión de los eventos adversos como de la evaluación de eficacia, es muy
estrecho. Hay un beneficio añadido, que es el aprendizaje del propio
profesional sobre cómo evaluar correctamente una prueba de imagen y la gravedad de
un evento adverso, así como sobre cuál es la mejor forma de comunicar y explicar este
evento al paciente. Además, nos prepara para cuando el nuevo fármaco que se está
analizando se apruebe y llegue al mercado”.
La oncóloga considera una suerte que en España haya muchos investigadores que estén
listos para utilizar los medicamentos que se están aprobando. “Este nivel de experiencia
es muy bueno y da al paciente mucha seguridad y tranquilidad”.
Por su parte, Ramón Estiarte, director general de SOLTI, destacó la importancia y el
papel que juegan los grupos académicos a la hora de impulsar investigación clínica
independiente: “Yo creo que el punto adicional y de beneficio para la sociedad es que
llevamos a cabo estudios basados en ideas de nuestros investigadores, para responder a
necesidades médicas actuales y que muchas veces no pueden originarse desde la
industria farmacéutica”.

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