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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS”

MATURÍN -EDO- MONAGAS

CÀTEDRA: BIOÈTICA

CÒDIGO DE
DEONTOLOGÌA MÈDICA

SEPTIEMBRE, 2020.

ANÀLISIS DEL TÌTULO VI

El código de deontología médica posee ese conjunto de principio y reglas éticas que
han de inspirar y guiar la conducta del médico o la médica. Los conocimientos deben ser
básicos para todos los profesionales que ejercen la medicina, ya que son normas de alta
regulación que sean aceptados y, por ello, está el deber de acatarlo y cumplirlo por
encima de opiniones y visiones particulares. Como tal tiene como base, la ética del
gremio y de los individuos dedicados a la profesión médica; desde lo importante que es el
derecho a la vida y el respeto a la misma, deber ser de todas las situaciones que rodean a
los médicos, hasta el seguimiento de todos los pacientes los cuales estén bajos sus
vigilancias.

PRIMER CAPÌTULO: DE LAS NORMAS DISCIPLINARIAS.

Este primer capítulo consta de varios artículos desde el 216 hasta el 220.

El ejercicio de la medicina es una actividad complicada. De un médico se exige


perfección, ya que trata con la salud física y mental de los pacientes. Es muy fácil cometer
un error, y al tratarse de personas a las que se está atendiendo, este error puede
convertirse rápidamente en una falla mortal, muchas veces irreversible. Como resultado
de ello, calificar a la medicina como ciencia exacta es incorrecta, ya que estudia y trata
con personas, no objetos. El contacto directo y la cercanía con estas personas no
solamente no pueden ser evitados, sino que se requiere para tener un buen trato.

Durante la práctica médica, hay ocasión es donde el Médico debe tomar decisiones, en
especial en las situaciones de vida o muerte de un paciente; en éstas circunstancias el
médico pocas veces se detiene a preguntarse si lo que se propone hacer pueda llevar a
consecuencias legales, puesto que al hacerlo podría convertirse en un problema para su
carrera y por supuesto sólo perjudicaría al paciente, esto claro está, tiene gran relación
con las diferentes obligaciones éticas morales. Existen momentos donde el médico
frecuentemente se plantea que es lo que se debe hacer por el bienestar del paciente y
cuál de las probables acciones es más favorable y menos dañina para éste, obedeciendo
los principios de respeto a la vida, a la integridad humana, a la preservación de la salud, y
por supuesto a la ley. A pesar de esto los profesionales de la salud están sujetos a una
situación desagradable representada por una demanda ya sea civil, administrativa o
acción penal por una mal praxis médica u error médico.

Por esto y mucho más la verdad jurídica empaña el ejercicio médico y en muchos
casos en errores no justificados y que no se pasan por alto ponen en peligro la integridad
y vida del paciente que consecuentemente ocasiona un daño. Por lo tanto en la medicina
debe asumirse responsabilidades sociales en la construcción de valores y compromiso
profesional por ende se deben conocer las leyes que velan porque se cumplan con justo
juicio y de una manera impecable el ejercicio médico, entre ellas leyes como: El Código
Civil, Código Procesal Penal, La Ley del Ejercicio de la Medicina, El Código de
Deontología Médica e incluso la Universidad de donde fue egresado, entre otros.

El hecho ilícito establece que el que con intención o a título de culpa, meramente por
negligencia o imprudencia, cause un daño a otro estará obligado a repararlo. Este daño
es la lesión que se realiza en el patrimonio o en la persona misma, y el padecimiento que
se sufre como consecuencia de la agresión ocasionada y que traiga como efecto
menoscabo de la salud. La responsabilidad civil y penal genera dentro del ejercicio
médico profesional, un extremo deber donde el médico sus cuidos en la práctica y
convertirse en un verdadero gerente de la salud y la vida del paciente como compromiso
ético moral y profesional sin llegar a una desatada confianza en su ejercicio descuidando
detalles y condiciones indebidas que pudieran ocasionar un acoso judicial.

Por tanto, la responsabilidad profesional está subordinada a la previa acreditación de una


clara negligencia en la prestación de los servicios, independientemente del resultado.

En este contexto podemos decir que en la actualidad, el ejercicio de la medicina está


sujeto a diversas normas reguladoras para asegurar su buen desempeño y proteger los
valores de la comunidad a la cual debe servir el médico. Por ello, cuando el galeno en el
ejercicio de su actividad profesional provoque un resultado negativo en la salud de algún
paciente, o como se conoce en el lenguaje médico una iatropatogenia, en ese momento
surge la obligación de responder civil, administrativa y penalmente por el tipo de daño
producido.

“Cada vez que un médico no puede hacer el bien, debe evitar hacer el daño.”

HIPÒCRATES

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