En el siguiente texto presento de manera es-

quemática algunos elementos del proceso de

análisis en niños. Estos son procesos complejos
compuestos de diferentes elementos intrinca-
dos dentro de un dinamismo y que ocurren
en un espacio analítico: el espacio potencial.
Este está compuesto por la dinámica conscien-
te e inconsciente de tres elementos esenciales:
el paciente, el analista y el espacio intermedio
creado entre los dos (Winnicott, 1971/1975,
pp. 121-131, 1979/1982; véase también Green,
1972/1995, 2002/2003; Ogden, 1994), junto a
la dinámica de los padres reales. Todos estos
elementos se articulan en un procesual mo-
vido por la dinámica de las fuerzas de Eros y
la pulsión de destrucción (Green, 2007; véase
también Falcão, 2015). Propongo entonces que
a continuación evaluemos algunos elementos
de este proceso analítico en niños, proceso que
podrá culminar en la conclusión de un análisis.

ϭ͘dƌĂďĂũŽĚĞŝŶƚĞƌƉƌĞƚĂĐŝſŶ
Será posible realizar un trabajo interpretativo
sobre aspectos del inconsciente del niño cuan-
do este sea traducible, es decir, cuando algo en
el aparato psíquico ya se haya constituido a
>ƵĐŝĂŶĞ&ĂůĐĆŽΎ partir del trabajo de represión. Si el niño ma-
nifiesta verbalmente o a través de un juguete
su capacidad simbólica, podremos ayudar-
lo en la traducción de este material, siempre
El análisis de niños y haciendo uso de las palabras adecuadas para
cada grupo etario.
el proceso de alta** Sin embargo, cuando todavía no hay una
capacidad simbólica, necesitamos técnicas
activas y creativas para la creación del espa-
cio potencial (Winnicott, 1947/1969, pp. 48-
58, 1971/1975, pp. 121-131, 1979/1982; véase
también Falcão, 2008; Roussillon, 2008, 2009).
El vínculo y la investidura serán elementos
impulsores de la vinculación, capaces de cap-
turar las excitaciones y afectos que todavía
no se han transformado en representaciones
(Green, 1993). En estos casos, no hay mate-
rial inconsciente para ser interpretado, pero sí
intentos de establecer cadenas representacio-
nales capaces de, más adelante, constituir un

* Sociedad Psicoanalítica de Puerto Alegre.

** Algunas de las reflexiones que aquí se presentan se encuentran en Falcão (2016).

El análisis de niños y el proceso de alta | 113

 inconsciente reprimido.
En los dos casos, para la interpretación o
señalamiento, se requiere un timing adecua-
do. La calidad de la simbolización provocada
señalará la integración, o no, de la interpreta-
ción (Ody, 2013).
Ϯ͘dƌĂŶƐĨĞƌĞŶĐŝĂLJĐŽŶƚƌĂƚƌĂŶƐĨĞƌĞŶĐŝĂ
La fuerza pulsional de la transferencia y de
la contratransferencia es vital para el proceso
analítico. Aunque estén presentes todo el tiem-
po, no significa que las interpretaremos de ma-
nera permanente.
La contratransferencia podrá señalar que
algo del sexual infantil del paciente moviliza
conflictos y aspectos traumáticos infantiles del
analista que, en muchos casos, permanecerán
imperceptibles para él.
ϯ͘InsightLJƚŽŵĂĚĞĐŽŶĐŝĞŶĐŝĂ
El insight –la toma de conciencia– implica el
proceso de pensar, enraizado en el inconscien-
te a partir de los vínculos entre las represen-
taciones-cosa (Ody, 2013). Dependerá del
vínculo de los restos verbales que conducirán
a las representaciones-palabra. La existencia
de censura entre Pcs y Cs indica que pasar a
ser consciente no es solamente el puro acto
de percepción, sino también una superinves-
tidura, un nuevo progreso en la organización
psíquica (Ody, 2013). El pasar a ser consciente
será, por lo tanto, una primera forma de insi-
ght, que será seguida de una segunda: la idea
de elaboración (Ody, 2013).
ϰ͘dƌĂďĂũŽĚĞƌĞƉƌĞƐŝſŶ
Muchos elementos del orden de las excitacio-
nes y los afectos (vivencias, signos, sensacio-
nes) permanecen irrepresentables (C. Botella
y S. Botella, 2001), no llegan a las cadenas
representacionales y mucho menos a una re-
presentación-palabra. Podríamos atrevernos
a decir que sufrieron una represión primaria
en función de las vivencias corporales, como
las propias excitaciones experimentadas en un
juguete. Estamos refiriéndonos, por lo tanto, a
un trabajo anterior a la represión.
Algunas vivencias y fantasías deben sufrir
ϭϭϰͮ>ƵĐŝĂŶĞ&ĂůĐĆŽ
la fuerza de la represión necesaria para cual-
quier desarrollo y también deben estar sujetas
a un retorno de lo reprimido, a pesar de que,
por muy capaz que sea un niño, los trayectos
que lo reprimido ha de recorrer no necesaria-
mente conducen a insights conscientes.
La forma de las nuevas construcciones
psíquicas dependerá de cómo se desplacen las
energías libidinales y agresivas, en esta estruc-
tura que todavía es inmadura, con la partici-
pación del mundo externo. Si el alta ocurre a
una edad en que el niño ya tiene cómo lidiar
con lo pulsional y sus exigencias de la época,
nada garantiza que, en el desarrollo posterior,
estos mismos mecanismos prevalezcan. Sa-
bemos que el análisis no puede detener por
completo la operación de las situaciones de
ansiedades arcaicas.
ϱ͘>ŽƐƉĂĚƌĞƐreales ƉƌĞƐĞŶƚĞƐ
La presencia de los padres es un diferenciador
muchas veces conflictivo, pues sus deseos y per-
cepciones en relación con el niño no siempre
son compatibles con nuestras percepciones. Así
como son ellos los que demandan el proceso, es
común que la conclusión también se dé por su
decisión, incluso si el tratamiento no ha finali-
zado. Un buen momento para dar el alta sería
aquel que los tres objetos del proceso –niño, pa-
dres y analista– acuerden en conjunto.
ϲ͘ǀŽůƵĐŝſŶ
El Yo inmaduro del niño que llega a un aná-
lisis se transforma. Sin embargo, sería difícil
determinar cuáles transformaciones se deben
al análisis y cuáles ocurren en función de su
crecimiento y desarrollo. No obstante, pode-
mos percibir cuándo el tratamiento le permite
al niño una ampliación de su capacidad de ex-
presar angustias y emociones, cuándo el pro-
ceso de pensar se internalizó en su mente.
ϳ͘/ŶƚĞƌƌƵƉĐŝŽŶĞƐ
Varios procesos no finalizan según nuestros de-
seos (los de los analistas). Es frecuente que, tras
poco tiempo de análisis, se presente una disipa-
ción del síntoma manifestado –lo que alivia al
niño y a la familia– y los padres soliciten el alta,
sin entender que el niño todavía no ha integrado
en su Yo la capacidad elaborativa. Muchas veces
conseguimos mostrar que el síntoma es solamen-
te la punta de un iceberg; otras veces, fracasamos.
Tomando en consideración estos aspectos,
proponemos algunos criterios para las altas en
análisis de niños:
ĞƐĚĞĞůƉƵŶƚŽĚĞǀŝƐƚĂĚĞůŶŝŹŽ͗
• Capacidad de lidiar con el mundo pul-
sional (tanto la libido amorosa como la
destructiva).
• Labilidad dinámica entre los procesos pri-
marios y secundarios.
• Disipación de los síntomas que perturban
el desarrollo psicosexual.
• Capacidad de insight, de traducir sus an-
gustias en un lenguaje del Yo.
• Capacidad elaborativa.
• Capacidad de incorporar el juego propor-
cionado por la experiencia analítica y ex-
pandirlo en la vida.
• Mantener internalizada la capacidad de
identificarse con la función analítica.
• Adquirir la autonomía necesaria de acuer-
do con su grupo etario.
• Demostrar capacidad de intercambios
afectivos familiares y sociales.
ĞƐĚĞĞůƉƵŶƚŽĚĞǀŝƐƚĂĚĞůĂŶĂůŝƐƚĂ͗
• Conocer y evaluar el nivel de desarrollo
psicosexual de acuerdo con el grupo etario
del niño en el momento del alta.
• Considerar que el niño posee un aparato psí-
quico que está en proceso de organizarse.
• Conocer las diferencias entre las caracte-
rísticas del niño, las de su medio y las de su
familia, y entre las patologías del desarro-
llo y las enfermedades graves.
• Percibir al niño de manera global como un
ser humano importante.
• Evaluar sus capacidades de sublimación.
• Estar atento a la capacidad elaborativa y
procesual de su funcionamiento.
• Tener la capacidad de ver, oír y sentir lo
que el paciente revela, y de reconocerlo
por encima de nuestras convicciones teó-
ricas y clínicas previas.
• Tener la capacidad de reconocer los ele-
mentos que forman parte de su contra-
transferencia.
• Estar atento a los elementos que involu-
cionan y que ocurren en su propio aparato
psíquico, resultado del trabajo doble du-
rante la sesión.
Estos criterios no son absolutos. Fueron
construidos como resultado de la experiencia clí-
nica, de estudios teóricos basados en la metapsi-
cología y de discusiones clínicas con colegas que
nos enriquecen con sus propias experiencias.
ZĞĨĞƌĞŶĐŝĂƐ
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El análisis de niños y el proceso de alta ͮϭϭϱ