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A la vez, una pareja de amantes se encuentra en una cabaña. Primero entra la mujer
y luego el amante, con una lastimadura en la cara por el corte de una rama. Ella lo besa y
el rechaza sus intenciones amatorias. Planifican juntos un asesinato, delimitan coartadas
y evitan posibles errores. Repasan el plan mientras empieza a anochecer.
Análisis
El cuento tiene dos historias. La primera tiene como protagonista al hombre lector
que se sienta en su estudio, en su sillón de terciopelo, a leer una novela. La segunda
presenta a dos amantes que ejecutan su plan de asesinar al marido de la mujer. Según el
crítico argentino Jaime Alazraki, el componente fantástico de este cuento aparece en la
yuxtaposición de las dos historias (1985). La carga fantástica aparece cuando dos historias
aparentemente realistas se superponen y los personajes de la novela que lee el hombre
aparecen en su mundo. En este sentido se puede pensar el título del cuento, que sugiere
una continuidad entre la esfera de lo “real” y la de lo ficcional. Cortázar juega con esta
historia circular desestabilizando los límites de la ficción y de la literatura en general.
Cuando en una historia un personaje aparece leyendo una historia hablamos de "puesta
en abismo". Se hace referencia al proceso de consumo de la literatura y se llama de la
atención del lector generando una identificación entre lector real con el hombre lector de
la novela. Cortázar presenta a un lector tan inmerso en la ficción (“La ilusión novelesca
lo ganó casi enseguida” (2016:11) que termina asesinado por los personajes que estaba
consumiendo. La idea de Alazraki sobre la yuxtaposición de las dos historias, retoma lo
expuesto por Beatriz Sarlo, que piensa en el fantástico de Cortázar siempre en relación a
lo espacial. No sólo se unen dos historias, sino también dos espacios, dos parques que
Cortázar nos presenta en una continuidad. Este rasgo circular del espacio alude a otra idea
de Alazraki: propone que Cortázar, en el intersticio de dos imágenes, deja un espacio
abierto, “un silencio que interroga” (1985:23) y que, en este caso, se pregunta sobre el
estatuto de la realidad, de la ficción y de la literatura.