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Resumen

El relato comienza con un hombre que se sienta en un sillón de terciopelo verde


en su estudio, luego de discutir con su mayordomo, a leer una novela. La había
abandonado por cuestiones laborales pero la retoma en el tren y en su estudio esa tarde.
Mira desde su sillón un parque de robles y le da la espalda a la puerta de entrada. Empieza
a leer los últimos capítulos. Recuerda perfectamente los nombres y las imágenes de los
personajes. Se sumerge en el mundo de la novela y disfruta de desconectarse de los
problemas de su vida, descansando en el sillón mientras llega el atardecer bajo los robles.

A la vez, una pareja de amantes se encuentra en una cabaña. Primero entra la mujer
y luego el amante, con una lastimadura en la cara por el corte de una rama. Ella lo besa y
el rechaza sus intenciones amatorias. Planifican juntos un asesinato, delimitan coartadas
y evitan posibles errores. Repasan el plan mientras empieza a anochecer.

Se separan en la puerta de la cabaña. Ella sigue por la senda que va al norte y él


avanza por la senda opuesta. Se da vueltas para verla correr en el sentido contrario y luego
sigue su camino entre árboles y setos hacia la casa. El mayordomo no tenía que estar a
esa hora y no estaba. El perro no tenía que ladrar y no ladraba. Subió las escaleras del
porche y entró. Recuerda nervioso las palabras de su mujer de lo que se debía encontrar:
primero una sala azul, después una galería, una escalera, dos habitaciones y la puerta del
salón. Sostiene el puñal en su mano, ve la luz de los ventanales, el alto respaldo de un
sillón de terciopelo verde y un hombre leyendo una novela.

Análisis
El cuento tiene dos historias. La primera tiene como protagonista al hombre lector
que se sienta en su estudio, en su sillón de terciopelo, a leer una novela. La segunda
presenta a dos amantes que ejecutan su plan de asesinar al marido de la mujer. Según el
crítico argentino Jaime Alazraki, el componente fantástico de este cuento aparece en la
yuxtaposición de las dos historias (1985). La carga fantástica aparece cuando dos historias
aparentemente realistas se superponen y los personajes de la novela que lee el hombre
aparecen en su mundo. En este sentido se puede pensar el título del cuento, que sugiere
una continuidad entre la esfera de lo “real” y la de lo ficcional. Cortázar juega con esta
historia circular desestabilizando los límites de la ficción y de la literatura en general.
Cuando en una historia un personaje aparece leyendo una historia hablamos de "puesta
en abismo". Se hace referencia al proceso de consumo de la literatura y se llama de la
atención del lector generando una identificación entre lector real con el hombre lector de
la novela. Cortázar presenta a un lector tan inmerso en la ficción (“La ilusión novelesca
lo ganó casi enseguida” (2016:11) que termina asesinado por los personajes que estaba
consumiendo. La idea de Alazraki sobre la yuxtaposición de las dos historias, retoma lo
expuesto por Beatriz Sarlo, que piensa en el fantástico de Cortázar siempre en relación a
lo espacial. No sólo se unen dos historias, sino también dos espacios, dos parques que
Cortázar nos presenta en una continuidad. Este rasgo circular del espacio alude a otra idea
de Alazraki: propone que Cortázar, en el intersticio de dos imágenes, deja un espacio
abierto, “un silencio que interroga” (1985:23) y que, en este caso, se pregunta sobre el
estatuto de la realidad, de la ficción y de la literatura.

Cortázar, en unas clases que dictó en la universidad de Berkeley en 1980, calificó


la modalidad del fantástico de “Continuidad de los parques” como un nivel extremo,
“donde los límites entre lo real y lo fantástico cesan de valer y las dos cosas se
interfusionan” (2013:45). Vemos evidencia de esta fusión en esta cita: “Gozaba del placer
casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que
su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo” (2016:11). En
simultáneo, el personaje lector reposa en su sillón y se desgaja, se reparte, se aparece en
ambas esferas a la vez: la de su realidad en el sillón, la del plan de los amantes de la
novela que se aproximan para matarlo.

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