RESERVA SALINAS Y AGUADA BLANCA

La reserva nacional Salinas y Aguada Blanca se encuentra cerca de la ciudad de Arequipa, y es

un área protegida que se encuentra entre los 3600 y 6000 m.s.n.m.
En ella habitan 238 especies de vertebrados en animales silvestres, y 465 especies de flora
silvestre; posee una biodiversidad muy alta. Este tipo de hábitat está caracterizado por la
presencia de camélidos silvestres como la vicuña y guanaco, pero también se encuentran
venados que son comúnmente llamados “tarucas”. También se hallan una serie de aves
silvestres tanto menores como mayores; aves acuáticas, principalmente pariguanas.
HISTORIA DE LA RESERVA
La reserva se creó en el año 1979 como una iniciativa para conservar a la vicuña, pero a lo largo
del tiempo se vio en la necesidad de proteger gran parte de la cuenca del rio Chili, que es una
cuenca que abastece de agua a la ciudad de Arequipa para todas sus actividades productivas.
PERSONAL DE LA RESERVA
En la reserva son 16 personas que vienen laborando entre guarda parques y personal técnico
especializado, así como voluntarios.
Algo a favor para su vigilancia es que gran parte de la reserva esta en comunidades campesinas,
quienes realizan actividades tradicionales como la crianza de camélidos domésticos como la
alpaca y la llama, así como también la conservación de la vicuña.
Dentro de la reserva se puede constatar 15 comités de manejo de vicuña, cada comité aporta 2
guarda parques voluntarios que ayudan en las actividades de control y vigilancia.
Los guarda parques tienen como función principal el control y vigilancia, es decir evitar que
ocurran actividades ilegales que puedan causar un daño o impacto negativo al interior del área
natural protegida.
También participan en las actividades de educación ambiental y relacionamiento comunitario
con las 15 comunidades que están en el ámbito del área.
En el video podemos escuchar el testimonio de algunos guarda parques y que funciones tienen.
Una de las actividades ilegales es la tala de la tola o capo; que es usado para calentar los hornos
para hacer el pan, que ha traído como consecuencia que haya una sobreexplotación y se haya
deteriorado este tipo de cobertura vegetal.
Se busca que se haga de manera legal y ordenada.