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La Salvación: ¿Cómo Puedes Vivir para Siempre?
La Salvación: ¿Cómo Puedes Vivir para Siempre?
LA SALVACIÓN
¿Cómo puedes vivir para siempre?
La Biblia habla mucho de la salvación, refiriéndose a ella más de 500 veces. La idea
de “salvarse” implica que es preciso esquivar, o escaparte de algún peligro inminente.
¿Cuál es ese peligro del que habla tanto la Biblia?
A continuación lo estudiaremos:
Dios creó al hombre para estar en comunión con él y vivir en armonía con los
demás seres humanos. Dios también hizo al hombre un ser libre para poder
escoger amarle y obedecerle voluntariamente. Pero lo estropeó todo cuando pecó
en el huerto de Edén. Ahora toda la humanidad está infectada con la horrible
enfermedad del alma que es el pecado.
Romanos 14:23:
Santiago 4:17:
I Juan 3:4:
C. Por culpa del pecado (de Adán y Eva), ¿con qué naturaleza nace todo el
mundo? (Salmos 51:5)
Romanos 5:12
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2. El Nudo: TUS PECADOS MERECEN LA MUERTE
El castigo del pecado, tanto físico como espiritual es la muerte. No hay manera de
huir de esta sentencia mortal.
La salvación del hombre es posible porque Dios lo originó. Él fue motivado por
amor, un amor incondicional. Un amor que abarca a toda la raza humana.
Impulsado por su amor por ti, Cristo vino a la tierra, fue hecho carne, sirvió a su
propia creación, e hizo todo con el supremo objetivo de morir como tu substituto
en la cruz del Calvario.
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C. Él fue “hecho pecado” para que nosotros pudiéramos ser hechos ¿cómo?
(II Corintios 5:21)
*Ilustración: El equilibrista.
Hay muchas religiones en el mundo hoy en día que están confundiendo a quienes
sinceramente buscan la verdad. En general, la religión produce resultados
positivos para la sociedad en las vidas de los individuos. Pero todas las religiones
tienen un elemento en común: exigen el cumplimiento de una lista de “buenas
obras”, que nunca garantizan la vida eterna. No hay resultados para este esfuerzo.
La Biblia dice que la salvación se concede gratuitamente, y no depende de las
obras del hombre.
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A. ¿Cómo se ven nuestras “obras” ante Dios? (Isaías 64:6)
UNA PARÁBOLA
Se cuenta la historia de dos hombres ricos que no tenían herederos. Por haber estado
rodeados de gente avara, malvada y mañosa todas sus vidas, querían regalar sus
grandes fortunas a personas que no conocían.
Un día el primero salió en busca de algún individuo digno de su generosidad.
Encontró un señor en la calle, y en ese momento decidió regalarle una gran cantidad
de dinero. Se acercó y dijo: Buenos días. Usted no me conoce, pero yo soy alguien de
renombre en esta ciudad, y busco a quién puedo favorecer con mi gran fortuna. Aquí
tiene usted un cheque al portador de 10 mil euros.
El señor, asustado por esta oferta tan increíble, la rechazó.
- Pero, ¿qué dice usted? No me conoce de nada. Esto es alguna broma. No
puedo aceptarlo.
- No señor, no es broma -dijo el rico- lo digo en serio.
Pero en ese momento se le ocurrió una idea.
- Lo único que quiero es que usted me haga unos sencillos favores. Mis siervos
no quieren trabajar, y me parece que usted es una persona noble y trabajadora. ¿Por
qué no viene a mi casa y me ayuda con ciertos deberes, y luego puede llevar el talón a
su banco?
Después de una larga conversación, el señor de la calle se convenció, y se fue
con el hombre rico. Al pasar el tiempo, ese señor se dio cuenta de que por mucho que
trabajara, el dueño de aquella mansión nunca iba a darle el dinero; o por lo menos lo
dudaba grandemente. Se exasperó y se fue.
El segundo hombre rico también salió en busca de algún candidato de su
benevolencia. Igualmente encontró a un señor en la calle, y le ofreció un cheque del
mismo valor.
-¿Pero está en su sano juicio?- respondió el señor- Yo no le conozco ni usted a
mi, ¿y quiere darme su fortuna?
-Sí señor.
-Pues no lo entiendo, y me parece una oferta bárbara, pero si usted insiste que
va en serio, lo acepto. ¿Qué tengo que hacer?
- Llevar el cheque al banco e ingresarlo, nada más.- le contestó el rico.
Incrédulo y maravillado, el señor llevó el cheque al banco y lo ingresó. Pocos
días después el banco confirmó que tenía abonado a su cuenta 10 mil euros a su
entera disposición. Pareció que le había tocado “el gordo”. ¡Él mismo era rico! Se
regocijaba y se lo contó a toda su familia y a todos sus amigos. Y, por último,
sumamente agradecido por este inmenso regalo, se fue a la casa de aquel hombre
rico, y se ofreció para cualquier necesidad que tuviera. A partir de aquel momento,
jamás en su vida tuvo un siervo ni un obrero tan disponible, tan fiel y tan trabajador.
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A partir de tu nuevo nacimiento, verás qué diferencia habrá en tu perspectiva, en tu
actitud y en tu vida. La religión sólo puede obligarte a cumplir con sus demandas.
Cristo te ofrece vida nueva, perdón de pecados y una herencia garantizada en los
cielos. La nueva diferencia perdurará por toda la eternidad.
D. ¿Qué naturaleza tiene la persona que “está en Cristo”? (II Corintios 5:17)
Para sacar el mayor provecho de estos estudios es imprescindible completar estas últimas
tareas. Cuando estén terminadas indícalo al maestro para que marque una señal en el
casillero correspondiente.