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MINDEFENSA ANUNCIA CREACION CONTRA EL

NARCOTRAFICO Y LAS AMENAZAS TRANSNACIONALES

Con el objetivo de multiplicar las operaciones contra el narcotráfico en el país,


el Ministro de Defensa, Holmes Trujillo, anunció la creación del Comando
Contra el Narcotráfico y las Amenazas Transnacionales del Ejército Nacional.
“Se trata de una nueva unidad del Ejército Nacional, comandada por un oficial
del rango General, compuesta por unidades élite en la lucha contra el
narcotráfico y la cual concentrará la capacidad de asalto aéreo del Ejército
Nacional para las operaciones”, explicó el jefe de la cartera de Defensa.
Agregó que esta unidad “busca enfocar los esfuerzos en la desarticulación de
todos los eslabones de la cadena del narcotráfico y las economías ilícitas que
de ella se derivan. Permitirá centralizar las acciones, ser más eficientes en las
operaciones”.
El Comando Contra el Narcotráfico y las Amenazas Transnacionales estará
conformado por la Brigada Especial Contra el Narcotráfico, la Fuerza de
Despliegue Contra Amenazas Transnacionales, la Brigada Contra la Minería
Ilegal y el apoyo de un Batallón de Inteligencia Contra el Narcotráfico y
Amenazas Transnacionales.
Se encargará de coordinar las operaciones de interdicción, operaciones
especiales contra el narcotráfico y seguridad de la erradicación, operaciones
contra el accionar narcotraficante de los Grupos Armados Organizados y sus
economías ilícitas, entre otras tareas.
Al realizar este anuncio, el jefe del Sector Defensa se refirió a los resultados de
la Fuerza Pública en su lucha contra el problema mundial de las drogas ilícitas,
e indicó que entre el 1 de enero y el 20 de agosto de este año “se han
incautado más de 291 toneladas de clorhidrato de cocaína, 5 % más que en el
mismo periodo del 2019”.
Además, se han incautado “402 toneladas de hoja de coca, 19 % más que el
año pasado y más de 332 toneladas de marihuana, 32 % más que en 2019”.
En cuanto a cultivos ilícitos, a 22 de agosto la Fuerza Pública ha erradicado
64.527 hectáreas de cultivos de coca en todo el país, lo que significa un 28 %
más que en el 2019.
El Ministro de Defensa reiteró que detrás de los homicidios colectivos que se
han presentado en el país está el narcotráfico y “se ve la mano de los
masacradores de siempre, de años anteriores. Se ve la mano de los ex Farc,
del ELN y de todos esos grupos, llámense como se llamen”.
El jefe del Sector Defensa hizo un llamado a no hacer politiquería con la muerte
y a la unión de los colombianos contra el narcotráfico.
En este sentido, enfatizó en la importancia de reactivar la aspersión aérea para
disminuir los cultivos ilícitos en el país y así, a su vez, reducir “sustancialmente
los niveles de violencia que se están presentando, como consecuencia de la
acción de esos grupos criminales que se financian con el dinero sucio, lleno de
sangre de la coca”.
¿Cómo el Ejército Nacional, a través de la Acción Integral puede influir en el
problema del Narcotráfico en Colombia? El objetivo es determinar de qué
manera, las actividades de Acción Integral, pueden contribuir a la disminución
del flagelo del narcotráfico en Colombia, en las regiones de mayor incidencia
de este factor de inestabilidad. Para lograr lo anterior, es conveniente en primer
lugar determinar qué es Acción Integral en el Ejército Nacional de Colombia y
cómo ha sido su evolución histórica, determinando algunas consideraciones de
su empleo y aplicación. En segunda medida es conveniente hacer un análisis
del narcotráfico para determinar si es considerable la aplicación de la Acción
integral del Ejército para influir en la disminución del factor de inestabilidad del
narcotráfico en las regiones de mayor influencia. Pero si determinamos la
conveniencia es necesario, considerar las recomendaciones de empleo de la
Acción Integral, en las regiones de mayor presencia de cultivos, procesamiento
y tráfico, para terminar considerando bajo el concepto de seguridad nacional
como se debe acoplar la acción integral para enfrentar el problema más 73
desestabilizador y carburante de la existencia de otros factores que
incrementan la inseguridad en alguna regiones del territorio nacional. La Acción
Integral en el Ejército Nacional de Colombia para comenzar, conviene recordar
que la Acción Integral ha tenido una evolución especial desde los inicios del
conflicto en Colombia, tema que amerita ser ampliado, manifestando que es la
capacidad de la fuerza para integrar las acciones de sensibilización,
cooperación civil y militar, asuntos civiles e integración con la comunidad a
través del trabajo perseverante con instituciones, agencias, organizaciones y el
sector privado, así como con agencias internacionales, para la ejecución de
planes, programas y proyectos con el fin de contribuir y apoyar a la victoria
militar, al desarrollo regional y la recuperación social del territorio, lo que
permitirá fortalecer la gobernabilidad y la consolidación de La Paz. La acción
integral se divide en los procesos de acción de sensibilización, Cooperación
civil y militar, asuntos civiles e integración con la comunidad. Cada uno de
estos procesos deberá estar debidamente organizado y articulado y planeado
en todos los niveles, dando gran énfasis al nivel táctico por unas tareas que
permitan el acercamiento, la construcción de confianza, sensibilización, cambio
de percepción hacia la fuerza y la generación de articulación entre entidades
estatales, organizaciones sociales y civiles debidamente constituidas, el sector
privado y las pequeñas unidades, permitan por intermedio de sus diferentes
programas, campañas, tareas y acercamiento a la oferta estatal, 74 lo cual
permite presentar oportunidades de desarrollo, inversión, proyectos en
beneficio de las comunidades, como una solución a las necesidades básicas
insatisfechas, así como a los indicadores sociales críticos y a la alteración en el
comprometimiento en actividades del narcotráfico en toda su ramificación. Es
claro que la acción integral a través de unas de sus capacidades, como lo es el
tema de sensibilización a las comunidades, apoya y contribuye a la
configuración social, para tratar de desprender las comunidades de los vínculos
que produce estar inmerso dentro de la vida ilícita ya sea por el contexto en el
que se desarrollan el ámbito local en muchas lugares del territorio o por su
actuar directo dentro de este factor de inestabilidad; al mismo tiempo
contribuye para y apoya la protección ambiental en aquellas zonas de mayor
impacto negativo sobre el ecosistema, trayendo consigo la transformación de
conciencia a nivel social y ambiental. Vale la pena destacar que la acción
integral también puede ser considerada como el motor de desarrollo a través
del liderazgo e impulso de actividades y sirve en la coordinación permanente
de acciones políticas, económicas, sociales, culturales y militares encaminadas
al fortalecimiento de las estructuras básicas de las organizaciones del estado a
nivel local y regional, con el fin de garantizar la defensa y la protección de los
derechos y libertades de la sociedad Colombiana, para que se logre el goce de
una paz justa, digna y duradera, que encamine un adecuado desarrollo y
consolidación de las regiones del país. 75 Para lograr este éxito, se hace
necesario que las estructuras organizacionales desde el máximo nivel de las
Fuerzas Militares se fortalezcan en su organización, se reestructuren y cambien
de denominación de J5 a J9, para ser consecuente con los conceptos
internacionales y denominaciones equitativas a nivel OTAN y que las funciones
que se cumplan, tengan muy claro cuáles son las capacidades, actividades que
se deben llevar a cabo en el nivel estratégico general, que permita convertir en
órdenes y misiones de trabajo, las articulaciones que se realizan con las
dependencias del Ministerio de Defensa Nacional y entidades que
complementan los trabajos importantes en el marco de la estrategia nacional.
De tal manera que las ordenes y coordinaciones realizadas, faciliten el
cumplimiento del deber a cada una de las fuerzas para que los medios y las
capacidades específicas de las fuerzas, se articulen en trabajos que impacten
en las regiones seleccionadas como áreas de atención prioritarias y los
municipios priorizados, logrando con esto una verdadera operativización de los
planes , una gran unidad de esfuerzo que llegara a beneficiar las áreas locales
y regionales más necesitadas y con resultados positivos. Así podemos hablar
de acción unificada del estado y de un verdadero control institucional del
territorio. De no lograr este este tipo de coordinaciones, no entender que los
aspectos más importantes son la focalización de los esfuerzos en las áreas que
se requieran y que son identificadas posterior a un estudio de área detallado
con el apoyo de las organizaciones de inteligencia, de operaciones de las
dependencias de acción integral de manera coordinada 76 con agencias e
instituciones del estado, ONG, sector privado, organizaciones internacionales y
el concurso de la comunidad, tendremos el empleo de esfuerzos dispersos, en
los cuales se perderá tiempo, no incidirá en la solución de los problemas y se
alargaran los escenarios para reducir las dificultades. Es por eso que si vamos
a enfrentar el tema del narcotráfico realmente recomendemos un verdadero
estudio diferencial en cada una de las áreas donde existe el flagelo, que
determine el mapa estratégico que enfrentaremos, para no dejar ningún
escenario sin atender, incluso el tema del consumo que se ha elevado al
interior del territorio y por nuestros nacionales. Para lograr lo anterior, se hace
necesario consolidar una doctrina de acción integral igual para todas las
fuerzas sobre todo, recordando que el concepto de acción integral es propio, al
integrar esfuerzos que se realizan en otros estados a través de asuntos civiles,
relaciones públicas, comunicaciones estratégicas entre otras y que hoy se
puede tomar como base los trabajos realizados por el comando general de las
fuerzas militares y las jefaturas de acción integral de las fuerzas, así como por
el comando de apoyo de acción integral y desarrollo del ejército CAAID,
quienes tienen casi en etapa final la doctrina conjunta que guiara a las fuerzas
en conceptos y aplicación de apreciaciones, como guía en el entrenamiento y
operativización.

DATOS HISTORICOS:
La Estrategia Nacional de Lucha Contra las Drogas en Colombia contempla
acciones para controlar y combatir el flagelo en toda su cadena delictiva. Se
fundamenta en una ofensiva simultánea contra todos sus eslabones: cultivos
ilícitos, producción, tráfico, interdicción, comercialización, lavado de activos y
otros delitos conexos. Adicionalmente se atacan las ganancias derivadas de
este negocio y el aumento del consumo. (Ministerio de Defensa Nacional, 2013,
p. 30).
Para el 2012 la ofensiva militar ya había dado resultados, tanto en la
disminución de cultivos ilícitos como en la cantidad de individuos miembros de
los grupos armados al margen de la ley que se financiaban de la coca
principalmente. La policía incorporaba como objetivo la lucha definitiva contra el
narcotráfico, a la vez que se articulaba con los objetivos de seguridad y
defensa nacional en una política antidrogas de llevar a un mínimo histórico la
producción nacional de narcóticos (Policía Nacional, 2012). La combinación de
la aspersión aérea, la erradicación manual y la profundidad en las operaciones
militares fue definitiva; el mejor ejemplo es la Fuerza de Tarea Conjunta
Omega. La lucha contra el narcotráfico en el 2016 en la jurisdicción sobre toda
la campaña fue del 136%, teniendo en cuenta la mejoría paulatina y
permanente en la incautación de insumos y erradicación de cultivos (Fuerza de
Tarea Conjunta Omega, 2016, p. 24).
Uno de los puntos que define que este tipo de organizaciones militares son
exitosas y deben multiplicarse, es el concepto de acción unificada. En los
análisis de los resultados de operaciones como la JM, que incluyó la
participación de la Brigada contra el narcotráfico, se pudo evidenciar que la
dinámica ofensiva de las FARC en los años 2004, 2005 y 2006 descendió
significativamente. El 81 enfoque estratégico, en ese momento desplegado
desde el alto gobierno y tomado por las tropas en una maniobra ofensiva,
resultó en la consecución de unos resultados operacionales con efectos
estratégicos en la seguridad nacional. (Fuerza de Tarea Conjunta Omega,
2016, p. 33). Con la aparición de la aviación militar con unidades como la
División de Aviación y Asalto Aéreo se desarrollan capacidades de prevención,
erradicación e interdicción. Esta unidad se convierte en el elemento que cambia
la balanza a favor del Estado debido a que provee la movilidad de las tropas
para llegar en profundidad a la retaguardia del enemigo atacando en este caso
sus laboratorios de producción de narcóticos desarticulando sus esquemas
económicos.
El gobierno entendió la importancia de aplicar teorías como las de Douhet
quien decía que “El avión tiene la libertad completa de acción y dirección;
puede volar hasta y desde cualquier punto de la brújula en el menor tiempo en
línea directa por cualquier ruta que se considere conveniente” (Douhet, 1927, p.
5), combinadas con la del coronel estadunidense Jhon Warden III sobre el uso
de la Fuerza Aérea como poder estratégico contra el centro de gravedad
enemigo (Warden, 1988, p. 10). Fue así como gracias a la combinación del
poder terrestre y aéreo se logró atacar directamente a los miembros del
secretariado de las FARC, obligándolos a negociar. Es claro, que otras
estructuras criminales harán lo posible por apoderarse del negocio del
narcotráfico, pero con la diferencia que su motivación no será llegar al poder
sino simplemente lucrarse económicamente, lo que deja en el futuro próximo
una nueva guerra mucho más asimétrica para las Fuerzas Armadas. El reto es
mayor, pues los grupos criminales mutan, se atomizan y se vuelven cada día
más asimétricos.
Es evidente que desde que se mantengan las capacidades militares se
lograrán los resultados en la lucha del Estado contra el narcotráfico. Las
políticas de Estado, aunque en su esencia son constantes, también han
evolucionado y se han adaptado a las nuevas amenazas. La fuerza pública
necesita seguir reorganizándose con herramientas jurídicas aplicables, y en
general con una acción unificada por parte del Estado para combatir a los
nuevos grupos armados organizados.
Con la implementación de la Política Integral de Seguridad y Defensa para la
Prosperidad y los planes “Espada de Honor” y “Corazón Verde”, en el período
de gobierno 2010-2018, se han neutralizado más cabecillas de organizaciones
financiadas por el narcotráfico disminuyendo los cultivos sustancialmente en un
58% en relación con las presentadas en su pico más alto registrado en el 2000.
(Ministerio de Defensa Nacional, 2016, pág. 12). Igualmente, el Plan
Estratégico del Sector Defensa y Seguridad 2016 - 2018 se construyó bajo los
lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014 - 2018 “Todos por un
Nuevo País”, la Política de Defensa y Seguridad “Todos por un Nuevo País” y
el documento maestro de Transformación y Futuro de la Fuerza Pública - 2030.
El Objetivo número 4 de la guía de planeamiento estratégico 2016-2018,
emitido por el Ministerio de Defensa Nacional, ordena a sus Fuerzas Armadas,
combatir las nuevas y tempranas expresiones del crimen organizado que
amenacen la seguridad y el funcionamiento transparente del Estado, usando
todas las capacidades de la Fuerza Pública. Este objetivo define una de tres
metas que directamente ataca el flagelo del narcotráfico buscando disminuirlo
de manera sistemática junto con sus delitos conexos. Entonces si Colombia ha
logrado la capacidad militar en la lucha contra el narcotráfico ¿por qué
aumentan los cultivos ilícitos? Definitivamente, el fenómeno continuará si el
gobierno no se establece en todas las áreas grises, controlando sus fronteras
83 porosas no solo con la presencia militar que siempre ha predominado, sino
de todas las entidades estatales. Se requiere el desarrollo efectivo de esas
áreas olvidadas, creando comunidades que rompan sus vínculos económicos
con los grupos que se lucran del tráfico, micro-tráfico, cultivo y demás delitos
conexos generadores de violencia. A cambio, el Estado debe ofrecer
oportunidades de economías legales a aquellas comunidades que no conocen
otra fuente de ingreso diferente al narcotráfico.
Cuando se consolide la acción unificada del Estado aprovechando las
capacidades militares mediante una verdadera presencia que permanezca en
el tiempo, y que no solo se limite al aspecto de seguridad, sino que genere
infraestructura, salud, educación y fuentes de ingreso que sustituyan las
economías ilegales, la hegemonía estatal en materia de lucha contra el
narcotráfico será confirmada. Se ha hecho mucho, hay que reconocerlo; incluso
desde el exterior también se reconoce, “la increíble transformación de
Colombia ha hecho del país un líder y un modelo para toda la región (...).
¿Antes preguntábamos, ‘qué puede hacer Estados Unidos para Colombia?’
Ahora es, ¿qué podemos hacer con Colombia?” (Blinken, 2015). Una clara
muestra de la cambiante posición internacional en reconocimiento a lo que
hasta ahora se ha logrado en la lucha contra el narcotráfico.
Pero tal vez el tema de mayor interés al que hay que darle importancia es a los
motivos por los cuales crecieron los cultivos, que bien especificado por el alto
consejero para el Posconflicto Doctor Rafael Pardo, contempla temas como el
incremento del valor del Dólar, el incremento del consumo, pero delicado para
la planificación y búsqueda de soluciones es tener en cuenta lo manifestado
por el Gobierno, cuando dicen que “estamos convencidos de que también
incidió lo que se acordó en el proceso de paz, que estimuló a muchos a
sembrar porque sabían que vendría un programa.
Este solo se concretó a finales 84 de enero pasado, pero se viene hablando de
la iniciativa desde hace dos años”.(Revista Semana, Entrevista 7/16/2017).
Este aspecto que se comenta, acompañado de soluciones como entrega de
beneficios monetarios, conducirá al incremento de familias cultivadoras de
coca, marihuana o amapola y al crecimiento de unidades familiares en las 26
áreas de concentración donde se encuentran las FARC; agregándole a este
episodio la creación de un sinnúmero de cooperativas cocaleras, con las cuales
tocaría interlocutor con dificultad para ponerse de acuerdo en los procesos de
erradicación, acompañado lo anterior de un crecimiento de guardias
campesinas e indígenas que comienzan a solicitar termas como control
territorial o autonomía territorial, control territorial, colocando en riesgo temas
como la integridad territorial, que podría ser interpretado por muchos, como
incumplimiento a lo que manda y establece la constitución política de Colombia
para las Fuerzas Militares y de policía.
Estos ejemplos ya están documentados como lo es el caso de Caño Indio en la
región del Catatumbo, en donde una población con grandes índices de
indicadores sociales críticos presentes, alta presencia de cultivos de coca, se
convirtió en una Zona Veredal de transición y normalización, pero en donde se
crecieron las familias de un momento a otro, porque recibirían los beneficios
indicados por el Gobierno, incrementado incluso las amenazas y
enfrentamientos internos. La figuración de Caño Indio desde que se convirtió
en una de las zonas veredales de las Farc, ha estado marcada por la coca. Por
falta de acuerdos sobre las condiciones para sustituir las 220 hectáreas que se
calcula están sembradas en sus tierras fue que esa vereda casi termina
descartada para la transición de ese grupo armado; por la coca fue que en los
últimos meses la 85 población de Caño Indio casi que se duplicó (pasó de tener
38 a familias en 2015 a 72 en 2017) -algunos dicen que buscando la plata de la
erradicación-; y por los beneficios de la sustitución es que hoy hay un pulso de
poder. (Prieto Jineth, Julio 2017).
LA OMS CONFIRMA CUÁL FUE EL ORIGEN DEL
CORONAVIRUS, QUE YA HA MATADO A MÁS DE UN MILLÓN
DE PERSONAS
El base a la evidencia científica revisada por el organismo, Tedros
Adhanom Ghebreyesus afirmó que el origen del virus es "natural".
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros
Adhanom Ghebreyesus ha puesto fin a las dudas sobre el origen del nuevo
coronavirus, que ya se ha cobrado la vida de más de un millón de personas en
todo el mundo, confirmando que no provino de un laboratorio, sino que se
produjo de forma "natural".
"El virus ha ocurrido de manera natural. Todas las publicaciones [científicas]
que hemos revisado apuntan a que es algo que se ha generado de manera
natural", aseguró el viernes pasado durante una conferencia de prensa en
respuesta a las teorías de conspiración y la desinformación que han circulado
durante la pandemia.
Además, el jefe de la OMS recalcó que el organismo "cree en la ciencia y en la
evidencia" y por ello hacen un llamado a "la ciencia, las soluciones y la
solidaridad" para superar la crisis sanitaria.

Desde que el covid-19 se registró por primera vez en China en 2019 hasta la
fecha actual, la enfermedad ha causado más de un millón de muertes de los
más de 33 millones de contagios confirmados en el mundo, según un recuento
de AFP basado en fuentes oficiales.
A principios de agosto, la OMS estimó que Wuhan no fue posiblemente el lugar
donde el coronavirus pasó de los animales a los humanos, pese a que los
primeros casos de covid-19 se registraron en esa ciudad china. Anteriormente,
el organismo ya declaró que la secuencia genética del SARS-CoV-2
demostraba que su origen era natural.
El origen del virus ha desconcertado a la comunidad científica desde su
descubrimiento. En julio, el director del laboratorio del Instituto de Virología de
Wuhan, Yuan Zhiming, rechazó las especulaciones que vinculaban a esa
instalación con el origen del covid-19, asegurando que es imposible que un
virus saliera de sus instalaciones al ser esta un centro de alta seguridad.

Independientemente del origen, la pandemia ha devastado la economía


mundial, avivando las tensiones geopolíticas y cambiando las vidas de las
personas de todos los continentes.

La situación tan extraordinaria que estamos viviendo como consecuencia de la


pandemia de COVID-19 es solo comparable, salvando las distancias, a la que
hace poco más de un siglo padeció el mundo con la de gripe de 1918. Los
efectos que ha producido el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en todos los
países son de enorme gravedad desde los puntos de vista clínico, económico y
social. Ante ello, el personal sanitario está dando su vida (en algunos casos de
forma literal, lamentablemente) para intentar salvar la de los demás. Nunca les
agradeceremos lo suficiente todo lo que están haciendo. Los científicos
intentamos aportar también nuestro trabajo y experiencia al conocimiento de
este virus y a la lucha contra él.
Sin embargo, a la vez también se están difundiendo por distintas vías
informaciones falsas, sesgadas y malintencionadas sobre todo lo relacionado
con esta pandemia. En un mundo globalizado en el que triunfan los bulos
propagados a velocidad meteórica por todo el planeta, uno de los temas que
está generando mayor desinformación es el relativo al origen del SARS-CoV-2.
Así, los conspiranoicos más imaginativos han afirmado que es un virus artificial,
fabricado en un laboratorio.
A diferencia de los opinadores, los científicos se basan en datos y en el
pensamiento racional. Así, tras comparar a escala molecular este virus con
otros relacionados que se han caracterizado durante las últimas décadas
(desde que en 1965 fue descrito el primer coronavirus), nos dicen precisamente
lo contrario.
El SARS-CoV-2 no es un virus artificial, sino que ha surgido por selección
natural a partir de otros del género Betacoronavirus, dentro de la familia
Coronaviridae. Su genoma (una cadena de ARN de unos 29 900 nucleótidos de
longitud) muestra diferentes porcentajes de similitud de secuencia con respecto
a los otros seis coronavirus humanos conocidos. Entre ellos hay dos que se
hicieron tristemente famosos en los primeros años de este siglo: el SARS-CoV-
1, causante de la epidemia del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en
2002, y el MERS-CoV, que produjo la epidemia del síndrome respiratorio de
Oriente Medio en 2012.
Los análisis de las secuencias genómicas muestran que, como los demás
coronavirus humanos, SARS-CoV-2 es también de origen animal. Representa
un nuevo caso de zoonosis, es decir, una infección producida a través de un
“salto de hospedador” del patógeno desde otra especie animal hasta la nuestra.
Por ejemplo, un coronavirus muy similar al SARS-CoV-1, responsable de la
epidemia de 2002, fue en su día identificado en civetas de palmera
comunes (Paradoxurus hermaphroditus) de un mercado de animales vivos en
Guangdong (China), así como en trabajadores del mismo mercado.
Por su parte, el nuevo SARS-CoV-2 no tiene al SARS-CoV-1 como el pariente
más cercano. A día de hoy, los miembros del género Betacoronavirus más
parecidos al virus causante de la COVID-19 se han encontrado en murciélagos
(el virus llamado BatCoV RaTG13, que infecta a la especie Rhinolophus affinis)
y en pangolines malayos (con varias secuencias detectadas en la
especie Manis javanica).
Pero la transmisión directa desde estos mamíferos a los humanos en épocas
recientes es muy poco probable, dada la gran distancia genética entre dichos
virus: el linaje del SARS-CoV-2 podría haberse separado de los coronavirus de
murciélago conocidos hace al menos 40 años. Por tanto, se están buscando
coronavirus más similares al SARS-CoV-2 en otra u otras “especies X” que
hayan podido actuar como intermediarias en el salto definitivo hasta los
humanos.
Otra opción es que, a partir de una transmisión lejana desde murciélagos o
pangolines, este coronavirus haya evolucionado en nuestra especie durante
mucho tiempo de forma asintomática, hasta que hace pocos meses aumentó
su virulencia y comenzó a producir la enfermedad COVID-19.
Un dato muy interesante es que, al analizar en detalle la secuencia de
aminoácidos de la proteína que forma las características espículas de
diferentes coronavirus, la del SARS-CoV-2 presenta algunas diferencias muy
claras con respecto a las demás de la familia.
Dichas mutaciones, y sobre todo la inserción de cuatro aminoácidos en un
lugar concreto de su estructura, no podrían haber sido predichas por ningún
científico a partir de los datos genómicos previamente conocidos. De hecho, el
genoma del SARS-CoV-2 ni siquiera contiene los “rastros” que dejarían atrás
las técnicas usadas para hacer ingeniería genética en el virus.
Además, se ha comprobado que la interacción entre esta proteína de las
espículas del SARS-CoV-2 y el receptor celular (nuestra proteína de membrana
llamada ACE2) no se produce según sería esperable de un proceso “diseñado”
para optimizar el contacto y, por tanto, para tratar de generar un virus más
eficiente infectándonos.
Desprecio de la ciencia
A diferencia de cómo trabajan los ingenieros (sean industriales o genéticos), la
evolución biológica no va en busca de la “perfección” o la “optimización” sino
que hace bricolaje con lo disponible: las soluciones que adopta no son las
óptimas, sólo aquellas suficientemente viables en cada caso como para seguir
avanzando. Este es un buen ejemplo de ello.
Por tanto, no es defendible que uno de esos “científicos locos” de las malas
películas de ficción hubiese sido capaz de idear (y, mucho menos, sintetizar) un
virus como el SARS-CoV-2. De hecho, esta es una curiosa característica de los
conspiranoicos: desprecian toda evidencia que les llega desde la ciencia, pero
a la vez nos otorgan a los científicos unas capacidades extraordinarias, como
sería la de construir un nuevo virus en el laboratorio.
Por el contrario, la naturaleza sí sabe hacerlo cuando dispone del tiempo
suficiente y se produce un contacto estrecho entre distintas especies animales
con la frecuencia necesaria. En este caso, ambos requisitos se han podido dar
en el sureste asiático, especialmente en los mercados de animales vivos (como
el de Huanan en Wuhan, en la provincia china de Hubei), con lo que la
naturaleza ha podido exhibir todo su potencial.
La comparación del genoma completo del coronavirus SARS-CoV-2 con
coronavirus de murciélagos y pangolines, sugiere que el virus que ha causado
la pandemia de COVID-19 comparte un antepasado común más próximo con el
virus de murciélagos (izquierda). Cuando la comparación se restringe a la
proteína S del virus que reconoce el receptor ACE2, se observa una mayor
similitud entre el virus que afecta a los humanos y el de pangolines (centro). Sin
embargo, otros rasgos del virus humano lo separan por igual de los virus
presentes en murciélagos y pangolines (derecha). Figura adaptada de Zhang et
al. (2020).
Propaganda conspiranoica
Otra de las hipótesis infundadas en relación con el origen de la pandemia, que
se está poniendo sobre la mesa desde el 14 de abril en algunos medios de
comunicación norteamericanos, como un columnista del Washington Post y
la cadena Fox, alentados desde la Casa Blanca, es que el SARS-CoV-2 se
liberó desde un laboratorio del Wuhan Institute of Virology.
En este Centro sí se ha trabajado con el coronavirus de murciélago BatCoV
RaTG13 que citábamos anteriormente. Pero, tal como ha indicado en un
comunicado del 16 de abril el eminente virólogo Edward H. Holmes
(investigador de la Universidad de Sídney, Australia, y autor de varios artículos
sobre el origen del SARS-CoV-2, entre ellos dos citados más arriba), dada la
gran distancia genética ya comentada resulta evidente que este virus de
murciélago no puede ser el antecedente directo del que está produciendo la
pandemia de COVID-19. De forma muy gráfica Rasmus Nielsen, genetista de la
Universidad de California en Berkeley, ha indicado en su cuenta de Twitter que
ambos virus son “tan similares entre sí como una persona y un cerdo”.
Sin embargo, a la hora de valorar el impacto de esas noticias infundadas no
podemos pasar por alto que una encuesta reciente cifra en un 48 % la
proporción de ciudadanos estadounidenses que consideran al presidente
Trump como una fuente de información fiable sobre el coronavirus.
Además, al bulo del virus fabricado en un laboratorio y luego liberado desde él
se ha sumado incluso un premio Nobel que propone, sin ningún fundamento
bioquímico, genético o evolutivo, que el SARS-CoV-2 contiene secuencias del
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, introducidas de
manera artificial.
Muchos virus, incluyendo los coronavirus, el VIH y el virus del resfriado común,
contienen fragmentos genómicos similares adquiridos en algún momento lejano
de su pasado evolutivo, pero esto no tiene nada de extraordinario.
Ante toda esta serie de bulos, la OMS ha tenido que salir al paso para,
nuevamente, recordar que el origen más probable del coronavirus SARS-CoV-2
es la infección desde animales no humanos
El culpable es la promiscuidad viral
Contrariamente a la idea del escape desde un laboratorio, el origen de este
nuevo coronavirus humano en la naturaleza está claramente apoyado por esa
promiscuidad viral que mencionábamos. En este contexto, merece la pena
recordar los datos aportados por el zoólogo y ecólogo norteamericano Peter
Daszak desde su cuenta de Twitter: en torno al 3 % de la población rural del
sudeste asiático tiene anticuerpos frente a coronavirus de murciélagos, y se ha
calculado que aproximadamente 1,7 millones de personas se exponen cada
año a estos virus animales. A partir de ahí, sin duda la evolución puede hacer
el resto.
Así, por todo lo que hoy sabemos es inverosímil que el “paciente 0” de esta
pandemia fuera un trabajador del Wuhan Institute of Virology infectado por el
BatCoV RaTG13. No hay ninguna prueba de que, en ese Instituto o en ningún
otro, se hubiera trabajado con el virus humano SARS-CoV-2 antes de que las
autoridades chinas comunicaran las primeras infecciones en Wuhan, el 30 de
diciembre de 2019. De todos modos, dado cómo se suele manejar la
información en ese país y los antecedentes que existen, valdría la pena
investigar a fondo si se ha producido una ocultación de datos sensibles sobre
este tema.
En cualquier caso esta hipótesis, sin fundamento científico pero probablemente
útil en el tablero de la geoestrategia mundial (sobre todo en el contexto de la
rivalidad entre Estados Unidos y China), debería responder a algunas
preguntas clave. ¿El supuesto escape del laboratorio habría sido deliberado o
accidental? Si fue intencionado, ¿con qué objetivo? ¿Quién sería el
responsable? Ante las afirmaciones sin pruebas, estas preguntas quedan sin
respuesta.
Por otra parte, incluso suponiendo que fuera cierta la idea del escape desde
ese laboratorio (o desde cualquier otro), con ello no se estaría diciendo nada
acerca del origen evolutivo del SARS-CoV-2. Por todo lo comentado más arriba
parece imposible que el virus fuera artificial. Si su origen es natural nos
encontraríamos de nuevo en el punto de partida.
Esa postura es parecida a la de quienes, en el ámbito de la investigación sobre
origen de la vida, mantienen que microorganismos ya completamente formados
llegaron a nuestro planeta hace unos 4 000 millones de años a bordo de
meteoritos o núcleos cometarios: tal hipótesis, conocida como “litopanspermia”,
no responde a las preguntas sobre el origen de la vida, sino que simplemente
las cambia de lugar. Lo que es peor, se convierte en un problema intratable por
la ciencia, indistinguible del creacionismo.
En el siglo XVIII, David Hume y Pierre-Simon Laplace nos enseñaron que las
afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Ante las
afirmaciones de un origen artificial del SARS-CoV-2 o de un escape desde el
laboratorio de Wuhan, sus autores no aportan ninguna prueba. Ni siquiera
ordinaria. Por tanto, no demos ningún crédito a los bulos y centrémonos en lo
que dice la ciencia, porque solo la investigación en los campos de la virología,
la genética y la evolución nos permitirá conocer cómo se originó este virus. Ello
contribuirá de manera decisiva al desarrollo de fármacos y vacunas, con los
que finalmente lograremos vencer a la pandemia de COVID-19.
DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE BIOÉTICA Y
DERECHOS HUMANOS

La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la


UNESCO fue homologada unánimemente por ciento noventa y un países en la
33. Sesión de la Conferencia General de la UNESCO realizada en París el 19
de octubre de 2005. La Declaración trata sobre las cuestiones éticas
relacionadas con la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas
aplicadas a los seres humanos, teniendo en cuenta sus dimensiones sociales,
éticas, jurídicas y ambientales.
La garantía de las libertades fundamentales y de los derechos humanos en un
mundo plural como el nuestro se caracteriza mediante el ejercicio del diálogo
racional, la búsqueda de los principios éticos que puedan ser compartidos y los
pactos sociales. La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos
de la UNESCO sirve de ayuda para establecer pautas comunes para abordar
las nuevas situaciones de intervención sobre la vida a raíz del progreso de las
ciencias biomédicas y de las nuevas tecnologías disponibles en un marco
de integridad científica.

El entrelazamiento entre Bioética, Medicina y Derecho


Desde sus propios comienzos, la Bioética se ha caracterizado por sus fuertes y
estrechos vínculos con el Derecho. Las conexiones entre ambos afectan a las
bases mismas de la vida social. El estudio de las interconexiones entre Bioética
y Derecho revela que el marco jurídico lejos de presentarse como algo
meramente externo a nuestra condición de sujetos de derecho, conforma a la
realidad social misma. De allí que donde el Derecho "conforma" a la sociedad,
nos "conforma" al mismo tiempo como miembros de esa sociedad, ya no como
seres de la vida cotidiana sino "juridificados"(3).
No resulta aquí ocioso recordar que en la moderna doctrina del "consentimiento
informado" convergen claramente, por un lado, un largo proceso de desarrollo
iniciado en el campo del Derecho y, por el otro, los aportes provenientes desde
la reflexión bioética, ahora con un claro anclaje en el respeto y dignidad
personal, concebido entonces el "consentimiento informado", en el sentido de
"regla", como expresión del principio bioético de "autonomía" o de "respeto por
las personas" en la terminología del "Belmont Report"(4).
Durante el período de la génesis de la Bioética fueron teólogos, filósofos y
estudiosos del campo de la medicina y del Derecho quienes, desde sus propios
y específicos ámbitos disciplinarios, se ocuparon de los problemas éticos
originados a causa del desarrollo de las ciencias biomédicas inicialmente, a las
que pronto se sumarían los interrogantes suscitados en el área de la genética
molecular y los referidos a los crecientes problemas medio ambientales. De
esta manera, contribuyeron al surgimiento y ulterior expansión de la Bioética,
-entre otros factores o acontecimientos-, la revolución biológica, la catástrofe
ecológica y la medicalización de la vida, como fenómeno sociocultural que se
caracteriza por la integración de un "bios tecnológico" y un "ethos secular", la
tecnificación de la vida y la liberalización de la moral(5).
Sabemos que las sociedades actuales -en cuyo seno la tecnociencia ha
introducido una profunda y vertiginosa transformación(6)- se caracterizan
asimismo por la ya citada "medicalización de la vida", fenómeno asociado a
una creciente y compleja "juridización de la sociedad"(7), y al creciente
entrelazamiento entre Ética, Medicina y Derecho(8, 9).
En este contexto, la salud como valor fundamental, reconocido y protegido por
el Derecho, entendida social, bioética y jurídicamente, pasa a ser un correlato
necesario del mismo derecho a la vida(3).
En nuestras sociedades actuales, pluralistas y democráticas, la velocidad de
los progresos biomédicos, las repercusiones sociales que plantea la atención
de la salud, como son la accesibilidad, la justicia y la solidaridad, presentan
apasionantes desafíos éticos. Sobre todo porque involucran el concepto mismo
de ser humano que tenemos para nosotros mismos y para los demás, nuestro
concepto de vida y de muerte, y nuestro criterio y prudencia para que los
avances tecnológicos estén orientados al mejoramiento de la calidad de vida y
de muerte, priorizando por sobre todo la idea y el valor de la dignidad humana
-como individuo y como especie-, no sólo de las generaciones presentes sino
también de las futuras, aunado al cuidado y protección del medio ambiente en
un momento histórico en el cual los avances científico-tecnológicos ofrecen
posibilidades inéditas, desconocidas en períodos históricos anteriores. Es en
este nuevo contexto que se ha generado y desarrollado una nueva sensibilidad
histórica, una creciente preocupación ética por la calidad de vida, en una
inescindible relación con la idea de dignidad humana(10, 11).
A pesar de existir hoy día una general coincidencia en reconocer el fuerte
entrelazamiento entre Ética, Medicina y Derecho -en estrecho contacto con las
ciencias empíricas(12)-, varían los enfoques al momento de determinar cómo, y
de qué manera, se articulan en situaciones concretas las diversas disciplinas
involucradas en las complejas cuestiones bioéticas de nuestros días.
En ese contexto de "entrelazamiento", particularmente en los Estados Unidos
de Norteamérica y, en menor medida, en la Bioética europea, se ha acentuado
progresivamente el polo jurídico, no sólo en el ámbito de la discusión pública
sino también en los espacios académicos. Una exteriorización de dicha
tendencia la podríamos encontrar en la localización que en las grandes librerías
del mundo occidental se asigna a los textos bioéticos los cuales, es ahora
frecuente encontrar juntamente con las publicaciones de Derecho, cuando
hasta hace no muchos años tales títulos solían hallarse en las secciones
destinadas a la filosofía, a la medicina y a la ética médica(13). Se trata de un
fenómeno que guarda relación coherente con la "juridificación de la sociedad" y
con una creciente incorporación de los esquemas del pensamiento jurídico al
planteo y solución de los problemas bioéticos.
La Bioética, que en sus primeras fases de desarrollo se forjó enfatizando los
derechos individuales y el principio de autonomía, al extenderse e incorporarse
a otros contextos culturales se vio favorecida por diálogos fructíferos, que
mostraron una Bioética con una perspectiva más amplia, en la cual nuevas
influencias sociales y culturales pasaron a formar parte del razonamiento
ético(14).

II. La Bioética y la necesidad de nuevas formas de juridicidad


Resulta conocida la impronta de las doctrinas del "contractualismo social" y de
las corrientes racionalistas-individualistas en el moderno proceso de
codificación del Derecho, iniciado con la sanción del Código Civil francés de
1804, con fuertes huellas en todo el derecho privado continental posterior, no
sólo europeo sino inclusive en nuestros países latinoamericanos. Esta
codificación, que surgió para dar solución frente a una virtual anarquía
legislativa y superposición y aun contradicción entre órdenes normativos de
distinta proveniencia, asumió de hecho una fuerte orientación hacia los
derechos patrimoniales, acorde con la ideología política predominante en el
siglo XIX.
El "espíritu" de esa codificación, que se correspondió con la escuela francesa
de la exégesis y la idea de Montesquieu acerca del juez como mera "boca de la
ley", entró francamente en crisis en el pensamiento jurídico ya hacia fines del
siglo XIX, con un giro definitivo que daría a esta visión positivista del Derecho la
obra de François Geny y su propuesta superadora a favor de un método de
"libre investigación científica". La continuación de nuevas líneas de apertura se
vio rápidamente en el campo legislativo con la sanción, en el año 1900, del
nuevo Código Civil alemán y, años después, con el Código Civil suizo de las
Obligaciones.
Sin embargo, recién a mediados del siglo XX, bajo los impulsos del
denominado "constitucionalismo social" y el desarrollo de los "derechos
humanos de la segunda generación", se advierten tendencias -con su máxima
expresión en las legislaciones europeo-occidentales posteriores a la segunda
guerra mundial-, que marcan una apertura hacia una juridicidad, ahora más
atenta al bienestar de la persona, y con la recepción de los denominados
"derechos personalísimos", en un tránsito desde el clásico estado liberal de
derecho, al estado social y democrático de derecho(15).
Estos desarrollos favorecen el diálogo fructífero entre Bioética y Derecho,
reconociendo en la filosofía de los derechos humanos una especie de hilo
conductor, que remite a la dignidad personal como cristalización histórica de la
conciencia ética de la sociedad(16).
Una explicitación de esa "nueva forma de juridicidad" en sociedades pluralistas
y democráticas1 , pero a la vez respetuosas de la dignidad inalienable del ser
humano, se ve claramente formulada en la Convención de Asturias (Convenio
relativo a los Derechos Humanos y la Biomedicina) de 1997, más conocida
como Convención Europea de Bioética.
Dicha convención ciertamente expresa sólidos lazos con un instrumento
netamente jurídico como lo es la Convención Europea sobre Derechos y
Libertades Fundamentales -vínculos que también pueden hallarse con relación
a la Convención Americana sobre Derechos Humanos de San José de Costas
Rica de 1969-, desde que ambas convenciones comparten no solamente
determinados lineamientos fundamentales, sino también los mismos principios
éticos y las mismas nociones jurídicas. Sin embargo, del análisis comparativo
de tales documentos fundacionales, surgen también notables diferencias,
siendo éstas las que confieren a la Convención de Bioética sus peculiaridades
distintivas: en ésta no se trata ya solamente del reconocimiento y protección de
derechos y libertades fundamentales, sino de la clara afirmación de principios
y valores en materia de la específica reafirmación de la dignidad humana
como principio rector, en relación con el derecho a la identidad de cada ser
humano (4, p. XXV/XXVII)2.
Este concepto o idea de "dignidad humana" cuenta con una fructífera tradición
jurídica, especialmente en el campo de los "Derechos Humanos", de modo
particular a partir de la Carta de la ONU y, luego, de la Declaración Universal
de 1948 y todos los documentos internacionales y regionales posteriores. Pero
esa misma idea, principio o valor, adquiere en el contexto bioético una peculiar
significación, con mayor remisión a la tradición filosófica de la modernidad, y
que aquí se traduce en la inadmisibilidad de toda forma de instrumentalización
del ser humano en el campo de la biología y la medicina y en la
absoluta primacía del ser humano respecto de los intereses económicos o del
mero progreso de la ciencia. Otro principio caro al derecho actual, como el de
"no discriminación", adquiere en el campo de las ciencias bioéticas una nueva
dimensión, tal como se pone de manifiesto, v.gr., en la Declaración Universal
sobre Genoma Humano y los Derechos Humanos de la UNESCO de 1997, que
proclama como principio rector del documento la esencial dignidad y unicidad
de cada individuo humano, cualesquiera que sean sus características
genéticas3 .
Tanto el origen de este importante documento (al haber sido elaborado por el
Comité Internacional de Bioética de la UNESCO) -luego aprobado por la
Asamblea General de la institución y por la A.C. de la ONU por voto unánime
de sus miembros-, como la materia abordada, tan sensible con relación a la
dignidad personal y de la especie humana (con una proyección en cuanto a
responsabilidad intergeneracional), lo pone, asimismo, en la línea de la
mentada "nueva juridicidad", en un espacio de convergencia del Derecho en
sentido clásico con los nuevos aportes interdisciplinarios provenientes de la
Bioética.
En el ámbito americano, la Convención sobre Derechos Humanos aprobada en
San José de Costa Rica en 1969 retoma y amplía la visión respetuosa de la
dignidad humana ya contenidos en la Carta de la ONU y en la Declaración
Universal de 1948. Así, en el Preámbulo del Pacto de San José de Costa Rica
se reivindica la "dignidad esencial del ser humano" y los derechos
fundamentales que le son inherentes como "atributos de la persona humana".
De la correlación entre tan claros enunciados del Preámbulo y las disposiciones
de la parte sistemática de la Convención, se infiere que esa dignidad
inalienable opera como valor fundante respecto de los diversos derechos
fundamentales que la propia Convención consagra.
Las normas referidas al derecho a la vida, a la integridad personal, a la libertad
personal, de protección de la honra y de la dignidad y de la protección judicial
(entre otras), adquieren por cierto significativa importancia para el análisis y la
toma de decisiones referidas a cuestiones bioéticas.

III. ¿Cómo articular Bioética y Derecho?


En una de las obras "fundacionales" de la Bioética en lengua española, Diego
Gracia4 , al desarrollar sus argumentos relacionados con una "Bioética
mínima", plantea las relaciones peculiares entre Ética y Derecho. A ese
respecto observa que si bien Ética y Derecho "son cosas distintas", se hallan,
sin embargo, "internamente vinculadas". Respecto de la modalidad de dicha
vinculación, su propuesta se orienta a respetar la autonomía de cada uno de
los dos ámbitos, pero de manera tal "que permita su influencia recíproca: de la
Ética como instancia crítica del Derecho y del Derecho como expresión positiva
y práctica de la Ética".
El autor traslada el planteo referido a la Ética, a la Bioética, y del Derecho al
"Bioderecho". Sin embargo, al desarrollar más en concreto el "cómo" de esa
recíproca influencia, Diego Gracia no brinda una fundamentación particular
respecto de la utilización del neologismo "Bioderecho", más aún, por momentos
habla indistintamente de "Derecho" o de "Bioderecho" en su relación con la
Bioética, aunque cabe inferir del texto una utilización prevalente del término
"Bioderecho" en su vínculo con la Bioética.
Dentro del pensamiento iusfilosófico y bioético argentino, ha sido Ciuro Caldani
uno de los grandes impulsores del término "Bioderecho" al cual conceptualiza
en el sentido de una "rama jurídica transversal" que no significa negación, pero
sí complemento de otras ramas del Derecho5 .
También en lengua portuguesa, hemos conocido publicaciones que abordan
nuestra problemática bajo el título de "Bioderecho", como por ejemplo el de la
jurista Sá(17). Paralelamente pareciera que las publicaciones efectuadas en
español por parte de juristas que se han ocupado de la problemática bioética
se habla de manera prevalente de "Bioética y Derecho", y no de "Bioética y
"Bioderecho"6 .
Otros autores en cambio colocan el acento en los rasgos jurídicos de la
Bioética, dentro del ya mencionado fenómeno de "medicalización de la vida" y
"juridización de la sociedad", destacando el nivel conceptual de congruencia
entre el Derecho y la Medicina, que se hace cada vez más patente hoy día en
las prácticas institucionales médicas y jurídicas(14, p. 28).

IV. Control de Constitucionalidad en el sistema jurídico institucional


argentino
Así como el desarrollo del derecho privado argentino, particularmente el
derecho civil, siguió a partir de su codificación en la segunda mitad del siglo
XIX el sistema continental europeo, con una fuerte influencia del proceso de
codificación francesa, en el derecho público, especialmente en lo atinente a la
organización institucional, el sistema federal de gobierno y la división de
poderes ha seguido los lineamientos provenientes del constitucionalismo
norteamericano.
Esto explica, en primer lugar, que la organización judicial es considerada tanto
en la Constitución Federal argentina como en el de cada uno de las provincias
como un verdadero Poder y no simplemente como un sistema de
administración de justicia.
Ya en el primer período de la organización nacional, que se inicia con la
Constitución Federal de 1853, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un
fallo del 5/12/1865, hizo suyo lo resuelto en la jurisprudencia norteamericana en
el leading case "Marbury c. Madison" del año1803, referido a la doctrina de la
supremacía y del control constitucionales(18).
En el precedente de la Corte Suprema argentina, se reivindicó expresamente la
atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia de
examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión, para
cotejarlas con la Constitución y así establecer, en el caso concreto, si guardan
o no conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas si las encuentran en
oposición con ella.
En la organización institucional argentina -siguiendo el modelo norteamericano-
existe el denominado "control difuso de constitucionalidad", en el sentido que el
mismo es atribución de todo tribunal de justicia que entiende en casos
concretos, sistema que difiere del llamado "control centralizado de
constitucionalidad", como el consagrado, por ejemplo, en algunos países
europeos, que asignan en forma exclusiva dicha tarea a las Cortes o Tribunales
Constitucionales.
Ese "control de constitucionalidad difuso" en el Derecho argentino adquiere una
enorme significación, sobre todo en períodos de vertiginosos cambios
científico-tecnológicos y sociales, que se traducen en la necesidad de hallar
soluciones justas y adecuadas, compatibles no sólo con el texto constitucional,
sino con los valores y principios que informan al mismo.
A ello debe añadirse que, a partir de la reforma constitucional de 1994 (art.75
numeral 22), se reconoció a los once instrumentos internacionales y regionales
en materia de derechos humanos -considerados como más
importantes-"jerarquía constitucional". Esto nos permite afirmar que "el bloque
de constitucionalidad" -que coincide con el criterio de "supremacía
constitucional"- se integra ahora con el texto de la Constitución (federal y
provincial), los principios y valores constitucionales, y el denominado derecho
internacional de los derechos humanos, al cual se le reconoce jerarquía
constitucional.
Esta doctrina de la "supremacía constitucional" tiene una significativa
importancia en los denominados "procesos constitucionales de amparo"
(conocidos como "tutela" en otros ordenamientos latinoamericanos), siendo
dable recordar aquí que el amparo (consagrado también en la Convención
Americana de Derechos Humanos, art.25), se concibe como un instrumento de
garantía y tutela, rápida y eficaz de derechos y garantías de raigambre
constitucional. Más aún, los propios textos constitucionales actuales permiten al
juez o tribunal del "amparo" resolver en el caso concreto acerca de la
incompatibilidad de alguna norma "infraconstitucional" (legislativa) con el
contenido del "bloque de constitucionalidad" (declaración de
inconstitucionalidad). Este desarrollo es particularmente importante al momento
de resolver en el ámbito jurídico, respecto de los problemas bioéticos que se
caracterizan por su complejidad y conflictividad. Ello, con frecuencia, puede
determinar de hecho que antiguas normas legislativas atinentes al campo de
las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, resulten ahora incompatibles
con los modernos desarrollos constitucionales y ante una más profunda
captación de las exigencias de la dignidad humana como valor y principio
fundante de todo el ordenamiento constitucional.
En el contexto de lo expuesto en párrafos precedentes, puede tal vez
entenderse mejor la intervención de tribunales de justicia en la resolución de
"casos bioéticos", de mayor o menor complejidad que, por regla general,
plantean al mismo tiempo delicadas cuestiones de interpretación constitucional.
Más aún, cabe agregar que, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires -cuya
población alcanza aproximadamente a 40 % de la población del país- de
acuerdo con su Carta Constitucional de 1994 y la legislación que regula en su
ámbito la denominada "acción o recurso de amparo", cualquier juez o tribunal
letrado de primera instancia con competencia en el lugar (cualquiera fuera su
fuero) es competente para entender en esta acción constitucional. Esta
amplitud ha sido en realidad favorecedora del acceso real y concreto a la
justicia, en "casos bioéticos" en los que se ven afectados derechos
fundamentales.

1. Jurisprudencia relevante de la Corte Suprema de Justicia Federal de la


República Argentina
1.1. Los Testigos de Jehová y la negativa a recibir transfusiones
sanguíneas
El 6 de abril de 1993 la Corte Suprema de Justicia Federal en la causa
"Bahamóndez, Marcelo"7 tuvo oportunidad de intervenir, por primera vez, en un
conflictivo caso bioético, caracterizado por un insalvable conflicto de valores,
deberes y derechos, tanto desde una perspectiva bioética como jurídico-
constitucional. Dicho conflicto quedó planteado a partir del disenso de criterios
entre el equipo médico -que estimó necesaria una transfusión sanguínea en un
paciente Testigo de Jehová-, y la negativa de éste, fundada en sus
convicciones religiosas.
Dentro de las circunstancias de hecho relevantes, cabe mencionar que Marcelo
Bahamóndez, creyente del culto Testigos de Jehová, había sido internado en el
Hospital Regional de la ciudad de Ushuaia al padecer una hemorragia
digestiva, patología para la cual el equipo médico indica la realización de una
transfusión sanguínea, a la cual el paciente se niega, por contrariar la misma
las creencias que profesa.
Las vicisitudes que el caso registrara en las distintas instancias judiciales hasta
llegar finalmente a la CSJN, refleja las diversas perspectivas axiológicas en
cuestión y, en última instancia, la prevalencia de una visión "paternalista" frente
a otra respetuosa de la autonomía personal y de las convicciones íntimas de la
persona involucrada.
En primera instancia, el juez interviniente autorizó expresamente la realización
de las transfusiones sanguíneas que resultaran necesarias conforme a fundado
criterio médico. En la instancia superior, en el caso la Cámara Federal de
Apelaciones de Comodoro Rivadavia, se confirma la sentencia de la instancia
anterior, por entender que la actitud de Bahamóndez, que ponía en peligro su
vida, implicaba en realidad un "suicidio lentificado", que los jueces no podían ni
debían convalidar.
El centro de la argumentación del Tribunal pasa por la estimación de la vida
como bien supremo y absoluto, respecto del cual debe ceder el ejercicio de la
libertad individual -aun fundado en convicciones religiosas-, ya que el ejercicio
de la libertad nunca puede tener un alcance tal de poner en peligro la propia
vida, siempre en opinión de esta instancia judicial.
En representación del paciente Bahamóndez, el Defensor Oficial interpuso un
recurso extraordinario ante la Corte Suprema Federal, contra lo decidido por la
Cámara de Apelaciones, en la medida que ésta autorizaba una extracción
sanguínea compulsiva que el paciente testigo de Jehová consideraba violatorio
de sus derechos fundamentales. Se sostiene en el recurso que no es que el
paciente deseara un suicidio, sino que, por el contrario, su deseo era vivir, pero
respetando sus íntimas convicciones religiosas, siendo éstas las que, según el
recurrente, debían prevalecer frente a un posible conflicto con la vida biológica.
La sentencia de la Corte Suprema Federal debe ser calificada como
verdaderamente paradigmática, hasta el punto tal que implicó de hecho el
fortalecimiento decisivo de la línea jurisprudencial que priviligiaba en
situaciones análogas la autodeterminación y la decisión en conciencia del
paciente, en conflicto con la opinión médica, transformándose así en un
verdadero leading case.
Por razones procesales -cuyo análisis excede el ámbito de este trabajo-, tres
de los nueve integrantes del Tribunal Superior no emitieron opinión sobre el
fondo de la cuestión planteada, al estimar que el tema se había tornado
abstracto toda vez que, a la fecha de la sentencia de la Corte y según
información actualizada incorporada a la causa, en el tiempo transcurrido el
paciente había recuperado su salud, sin que la proyectada transfusión
sanguínea hubiese podido concretarse, debido a los recursos judiciales
interpuestos por el propio Bahamóndez.
Los seis ministros de la Corte que emitieron su opinión votaron conformando
tres bloques, que ponen en evidencia ciertos fundamentos comunes aunque,
en cada caso, con particularidades y argumentos que, si bien diversos,
resultarían en definitiva convergentes.
El primer "bloque", integrado por los ministros Fayt y Barra, coloca en el centro
de su argumentación el respeto por la persona como valor fundamental, y
señala que existen cuestiones de magnitud relacionadas con la esencia del ser
humano, tales como el derecho a la vida, al cuerpo, a la libertad, a la dignidad,
al nombre, a la intimidad, a la identidad personal y al respeto de la fe religiosa,
desde que "el hombre es el eje y centro de todo el sistema jurídico y, en tanto
fin en sí mismo, su persona es inviolable".
En otro párrafo de significativa relevancia para resolver el conflicto de valores,
sostuvieron los nombrados jueces que el respeto a las personas es un valor
fundamental jurídicamente protegido, con respecto al cual los restantes valores
tienen siempre un carácter instrumental. Como corolario de ello, dignidad y
libertad deben prevalecer sobre las formas de vida impuestas por la tecnología,
reconociendo además, expresamente, al ser humano el "señorío a su vida, su
cuerpo, su identidad, su honor, su intimidad y sus creencias trascendentes".
En el segundo bloque, que integraran los ministros Cavagna Martinez y
Boggiano, se puntualizó ante todo que, no obstante haber recuperado su salud
el paciente Bahamóndez y de haberse tornado desde el punto de vista procesal
su caso "abstracto", la intervención de la Corte resultaba justificable, en
atención a su misión de "Tribunal garante supremo de los derechos humanos",
teniendo en cuenta que, dado el desarrollo rápido de situaciones como las allí
tratadas, susceptibles de repetición en el futuro, una decisión del Alto Tribunal
resultaba oportuna para garantizar en el porvenir el pleno respeto de derechos
fundamentales en eventuales situaciones análogas.
El argumento central desarrollado por los nombrados jueces pasa ahora
prioritariamente por el respeto a la libertad religiosa y la libertad de conciencia,
a las que califican como derecho natural e inviolable. En cuanto a la libertad
religiosa, se destaca su faz negativa, en el sentido de esfera de inmunidad de
coacción, y su faz positiva, en el sentido de un ámbito de autonomía jurídica,
con fundamento en la propia naturaleza de la persona humana.
Desarrollan también el denominado derecho a la objeción de conciencia, no sin
remarcar expresamente que el paciente Testigo de Jehová, en realidad no
busca el suicidio sino "mantener incólumes las ideas religiosas que profesa"
estimando que en el caso debe prevalecer el respeto de la dignidad humana,
aun cuando ello pudiera significar poner en peligro la vida de la persona.
De manera complementaria se hace hincapié también en el hecho de tratarse
aquí de una conducta autorreferente, de la cual el único eventual afectado sería
el propio Bahamóndez, habida cuenta que su decisión no afectaba derechos de
terceros. A modo de argumento englobante de los anteriores se enfatiza que
todo el ordenamiento jurídico se asienta sobre el concepto mismo de persona y
de los derechos emanados de su eminente dignidad.
Por último, el tercer "bloque" lo integraron los ministros Belluscio y
Petracchi. Ambos coincidieron con el voto conjunto anterior en admitir que la
rapidez de las situaciones en el campo de la atención médica justificaba una
intervención de la Corte ante la posibilidad cierta de su repetición en el futuro,
en cuyo caso, y en razón de los tiempos que necesariamente demanda la
tramitación en distintas instancias judiciales, probablemente, de llegar un nuevo
caso a la Corte Federal, la decisión de ésta llegaría tarde: o bien, cabe acotar,
se repetiría la afortunada situación de Bahamóndez, quien sanara sin la
transfusión sanguínea, o se habría producido la muerte del paciente antes de
que la Corte pudiera fijar su línea interpretativa constitucional.
Estimo que este voto conjunto es el más fuerte para una línea bioética, en
cuanto respetuosa de la autonomía personal y con fuerte arraigo en el principio
de "respeto por las personas" y de su inviolable dignidad.
En este orden de ideas, y con invocación expresa de normas y principios
constitucionales, destacan que la propia Constitución protege jurídicamente un
ámbito de autonomía individual y que "nadie puede inmiscuirse en la vida
privada de una persona", sin su consentimiento o, en su caso, el de sus
familiares autorizados, agregando que sólo por ley podría justificarse la
intromisión, siempre que mediare un interés superior en resguardo de la
libertad de los otros, la defensa de la sociedad o las buenas costumbres. En
otras palabras, la restricción al derecho individual sólo reconocería como límite
la existencia de un interés público relevante y cuando la restricción a un
derecho individual sea la única forma de tutelar dicho interés, en el contexto del
respeto a los derechos y valores sobre los que reposa una democracia
constitucional.
Luego de reivindicar el "derecho a ser dejado a solas", se sostiene finalmente
que no resulta justificada constitucionalmente una decisión judicial que
autorizara a someter a una persona adulta a un tratamiento sanitario contra su
voluntad, ya que debe privilegiarse la autonomía de la conciencia y la voluntad
personal. Concluyen ambos jueces señalando que, en el caso planteado, no
mediaba ningún interés público relevante que justificara la restricción a una
decisión libre y autónoma del recurrente Bahamóndez.
Tal como surge de este breve y somero análisis de las tres posturas
mencionadas, podemos observar la clara existencia de un fundamento común
compartido, que pasa por el reconocimiento de la persona humana como
fundamento del orden jurídico y por el respeto a la dignidad personal. Fuera de
esta coincidencia, mientras que en el primer caso se asignó un rol prevalente a
la cuestión atinente al respeto de la persona como valor fundamental y al
señorío del hombre sobre su vida, su cuerpo, su intimidad y sus creencias
trascendentes, en el segundo grupo el vector central pasaría por la libertad
religiosa y el respeto a la objeción de conciencia, mientras que en el tercer
"bloque" se reivindica con mayor fuerza el derecho a la autodeterminación, el
respeto a la autonomía individual, restringiendo claramente la posibilidad de
limitar tales derechos fundamentales sólo ante la existencia de un claro interés
público relevante, compatible con una democracia constitucional.
El valor de esta sentencia de la Corte Suprema Federal se halla en el hecho de
haber originado en la jurisprudencia argentina, tanto a nivel de tribunales
federales como provinciales, un cambio significativo, favorable en el caso a una
orientación que abandonaba enfoques "paternalistas" que habían prevalecido
en una jurisprudencia anterior vacilante, para privilegiar enfoques y criterios de
decisión más compatibles con una perspectiva bioética fundada en el respeto a
la dignidad y libertad personal.
Ciertamente que se trató aquí de un denominado "caso simple", es decir, que
afectaba a una persona adulta, mayor de edad, "competente" en sentido
bioético para la toma de decisiones, y "capaz" a la luz de las normas jurídicas
vigentes.
La situación ciertamente se complejiza cuando no se reúnen todas estas
condiciones. Los casos más frecuentes se vinculan con situaciones en las
cuales un equipo médico -generalmente a través de la institución a la cual
pertenece-, solicita una autorización judicial para realizar una transfusión
sanguínea, considerada absolutamente necesaria para la preservación de la
salud e incluso la vida de un paciente menor de edad, cuando los padres de
ese menor, Testigos de Jehová, expresan su negativa para dicha prestación
médica por razones religiosas.
En tales supuestos se puede hablar de una pacífica jurisprudencia nacional,
que ha argumentado de la siguiente manera: si bien se respetan las creencias
religiosas de los padres, se sostiene que el ejercicio de la patria potestad
"como conjunto de derechos y deberes" (art.264 del Código Civil), no puede
tener nunca un alcance tal de poner en peligro la vida misma del hijo, y que
será éste en el futuro, alcanzada la edad adulta, quien adherirá o no libremente
al culto que profesan sus padres.
Pueden presentarse, sin embargo, situaciones particularmente complejas
cuando se tratare de "menores adultos" pero que aún no hubiesen alcanzado la
mayoría de edad que el Código Civil argentino fija en los 21 años, situación que
a su vez debe analizarse e interpretarse armónicamente con las previsiones de
la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que categoriza como
"niño" a los menores que no hubiesen alcanzado la edad de 18 años.
Paralelamente, la misma Convención Internacional garantiza al niño su derecho
a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que le afecten,
"teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño en función de la
edad y madurez" (art.12 de la Convención). Toda vez que esta Convención en
el ordenamiento constitucional argentino reviste jerarquía constitucional, se
torna necesario compatibilizar estas disposiciones con la legislación interna,
especialmente las propias de la legislación civil.
Entendemos entonces que en estos casos debiera ponderarse
cuidadosamente, y de manera fehaciente, la madurez emocional y psicológica
del menor al momento de una toma de decisión atinente a su salud, máxime
cuando la misma, eventualmente, puede poner en peligro su propia vida. No
existirían aquí reglas fijas e inexorables, sino simplemente criterios de
orientación que deberán tener en cuenta las circunstancias particulares de
cada caso(19).
Otra situación particularmente crucial se presenta cuando la negativa a una
transfusión sanguínea es sostenida, de manera firme por una paciente -en
riesgo serio de vida- Testigo de Jehová, madre de pequeños hijos a su cargo, y
cuando además esa misma determinación es apoyada por su cónyuge. En ese
caso, un Tribunal Civil de segunda instancia de la ciudad de Buenos Aires, de
manera coincidente con lo dictaminado por el Asesor de Menores, revocó una
sentencia de primera instancia que, a pedido de las autoridades de un hospital,
había autorizado una transfusión sanguínea compulsiva en la persona de un
Testigo de Jehová, para lo cual el juez de grado había valorado particularmente
la existencia de pequeños hijos a cargo de la paciente.
En definitiva, el Tribunal de la instancia superior privilegió el respeto a la
libertad religiosa y la objeción de conciencia, aun frente a un grave peligro para
la vida de la paciente internada 8 . Recordamos aquí que, en situaciones
análogas, algunos fallos judiciales norteamericanos se pronunciaron en sentido
contrario, priorizando en el caso el interés superior de los niños, frente al riesgo
de perder a su madre.
1.2. Anencefalia y autorización judicial para una inducción prematura del
parto
El autor de esta nota en el carácter de juez y por la vía de una acción de
amparo, y previa realización de una serie de evaluaciones interdisciplinarias,
incluyendo el dictamen de un Comité de Bioética, tuvo oportunidad de resolver
favorablemente el primer caso planteado judicialmente -los precedentes
conocidos hasta esa fecha habían concluido con sentencias denegatorias- en
una causa resuelta el 30/12/96, en los autos "G.A., A.L. s/Acción de Amparo",
sentencia inédita que quedara firme al ser consentida por todas las partes
legalmente representadas en el proceso, incluyendo al Ministerio Público Fiscal
y la Asesoría de Menores.
Sin embargo, sólo años después un caso similar llegó a conocimiento de un
Tribunal Superior. Fue en el año 2000, se presentó ante la justicia local de la
ciudad de Buenos Aires una petición, por la vía de amparo, en la cual, frente a
un diagnóstico de certeza de la gestación de un feto anencefálico, sus
progenitores solicitaron autorización judicial para una inducción prematura del
parto, luego de una negativa del hospital público.
El expediente tuvo múltiples alternativas, primero por cuestiones de
competencia y luego con relación al fondo de la petición formulada. Ésta fue
denegada en primera instancia, resolución confirmada por un Tribunal de
Apelación, por mayoría de votos (dos a uno), ante lo cual la mujer gestante y su
marido interpusieron un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia, máxima
instancia de la justicia local de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
Esta instancia superior, por amplia mayoría de votos (cuatro, con una sola
disidencia), revocó la sentencia anterior e hizo lugar a la petición de amparo y,
en consecuencia, autorizó expresamente a las autoridades y equipo médico del
Hospital Materno Infantil "Ramón Sardá", para que se procediera a inducir el
parto o, eventualmente, a practicar intervención quirúrgica de cesárea,
conforme con las normas y protocolos médicos correspondientes y reglas de la
lex artis, y según criterio que determinare el equipo terapéutico responsable. Se
dejó expresa constancia que en caso de existir objeción de conciencia fundada
por parte de algunos de los profesionales de la salud del hospital, que la misma
fuera respetada, debiendo en tal caso la Dirección del Hospital disponer los
reemplazos o sustituciones que correspondiera de manera inmediata y con
carácter urgente.
Desde una lectura bioética, la sentencia del Tribunal Superior presenta aristas
de particular interés. En primer lugar, por cuanto en la causa se había solicitado
el dictamen del Comité Interdisciplinario de Bioética del propio hospital público,
el cual fue cuidadosamente ponderado por los cuatro ministros que votaran
favorablemente respecto del amparo promovido.
También resulta de peculiar significación que los jueces intervinientes
recurrieran en sus argumentaciones a fundamentos y principios bioéticos,
coadyuvantes y complementarios de normas y principios constitucionales
atinentes al tema. No menos importante es la referencia a un concepto de
salud integral, que incluye necesariamente -según se consigna en la sentencia-
la salud psíquica de la mujer gestante y su grupo familiar, frente a informes
periciales referidos a daños en la salud psíquica de la mujer.
Dictada la sentencia el 26/12/2000, el caso llegó a conocimiento de la Corte
Suprema Federal, ante la interposición de un recurso extraordinario promovido
por el Ministerio Público, en representación de la "persona por nacer",
entendiendo que la sentencia ahora recurrida, al autorizar una inducción
prematura del parto, afectaba el derecho constitucional a la vida del nasciturus.
La Corte Federal dictó sentencia en la causa el 11/01/2001 9 y, por mayoría de
votos, aunque con distinto fundamento que la instancia anterior, resolvió
favorablemente respecto de la petición de amparo y, en consecuencia, autorizó
al hospital a proceder a la inducción prematura del parto.
Dentro de los argumentos invocados por la mayoría del Tribunal se sostuvo
que, en atención al tiempo de la gestación (8 meses a la fecha de la sentencia),
no se trataba de un caso de aborto, entendiendo que en el caso "se verifica la
situación paradojal de que, con el alumbramiento, aun rodeado de las máximas
precauciones que puede proporcionar la ciencia médica, acontecerá la muerte
del nasciturus. Llegar a ser un individuo en el mundo exterior significa cruzar un
umbral que, en la especie, resulta insuperable; pues el mero hecho de
atravesarlo provocará el deceso".

En cambio, los dos ministros que votaron en disidencia consideraron que el


respeto del derecho a la vida del nasciturus imponía aguardar la finalización del
"curso natural" de la gestación, y que una inducción prematura del parto
resultaría contraria a normas constitucionales y del derecho internacional de los
derechos humanos, en particular la Convención Americana, en cuanto protege
la vida humana "desde el momento de la concepción".
Con posterioridad, presentada en sede judicial una acción de amparo frente a
una situación análoga, resuelta favorablemente en primera instancia por un
Tribunal de Familia de la ciudad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, la
Suprema Corte provincial, por mayoría de votos revocó esta decisión y, en
consecuencia, no autorizó la inducción prematura de un parto ante una
gestación con diagnóstico de certeza de anencefalia, y ello no obstante
haberse incorporado a la causa un fundado dictamen de un Comité de Bioética,
favorable a la petición de la mujer gestante y su marido.
Recurrida la sentencia de la Corte provincial, la Corte Suprema Federal,
reiterando su anterior jurisprudencia, revocó el pronunciamiento de la Corte de
la provincia de Buenos Aires, uniformando de esa manera la interpretación
constitucional en la materia.
Estas dos sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación han tenido
el mismo efecto que una década atrás tuvo su fallo con relación a las
transfusiones sanguíneas en las que mediaba objeción de conciencia (caso
"Bahamóndez" ya citado), toda vez que durante el año en curso se han
conocido distintos pronunciamientos judiciales, autorizando inducciones
prematuras, ante diagnóstico de anencefalia. Más aún, en algunos casos, y
previo dictamen de un Comité de Bioética, las propias instituciones de salud u
hospitales autorizaron dicha prestación médica, sin necesidad de interposición
de un recurso judicial.
Sin embargo, debe tenerse presente que en los fallos judiciales
premencionados, además de la irreversibilidad de la patología que afectaba al
feto anencefálico y de su absoluta incompatibilidad con la vida extrauterina,
sumado al daño psíquico y eventual afectación de la salud física, se asignó
importancia relevante a la "viabilidad" del feto, en razón del tiempo de la
gestación a la fecha de las respectivas sentencias judiciales(20).
1.3. La Corte Suprema y la "píldora del día después"10
Una asociación civil ("Portal de Belén") promovió una acción de amparo contra
el Ministerio de Salud de la Nación, el cual, a través de sus organismos
técnicos, había autorizado la fabricación, distribución y comercialización del
fármaco en venta bajo el nombre comercial de "imediat" como "anticonceptivo
de emergencia".
La causa judicial fue iniciada en la provincia de Córdoba, por considerar la
entidad accionante que el fármaco tendría efectos abortivos, al impedir el
anidamiento del embrión en el endometrio y que, por lo tanto, la venta del
fármaco en cuestión resultaba violatorio del derecho a la vida, consagrado
tanto en la Constitución Nacional como en pactos regionales e internacionales
en materia de derechos humanos y en la propia legislación civil.
En primera instancia hubo un fallo favorable a la pretensión de la accionante, y
se dispuso ordenar al Ministerio de Salud dejar sin efecto la aprobación del
fármaco cuestionado.
La Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba al hacer lugar a la apelación
interpuesta por el Estado Nacional (Ministerio de Salud), dejó sin efecto la
sentencia de primera instancia, entendiendo este Tribunal que la cuestión
jurídica planteada excedía el ámbito restringido de la acción de amparo y que,
al requerir de una mayor amplitud de debate y prueba, debería tramitarse a
través de una acción judicial ordinaria.
La actora, "Portal de Belén", interpuso entonces un recurso extraordinario ante
la Corte Suprema Federal. Ésta, por mayoría, el 05/03/2002 dictó sentencia,
revocando el fallo de la Cámara cordobesa. Con cita del Pacto de San José de
Costa Rica (art. 4 numeral 1), de la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño (art. 6 numeral 1), normas de la Constitución Federal
argentina y del Código Civil, consideró que la píldora en cuestión, por sus
efectos que el Tribunal calificó como "abortivos", resultaba violatoria del
derecho fundamental a la vida y, en consecuencia, ordenó al Estado Nacional
dejar sin efecto la autorización referida a la fabricación, distribución y
comercialización del cuestionado fármaco.
Conformaron la mayoría del Tribunal los Ministros Nazareno, Moliné O’Connor,
Boggiano, López y Vázquez.
Votaron en disidencia, por una parte los Ministros Fayt y Bossert, quienes
estimaron formalmente improcedente el recurso interpuesto por cuanto la
resolución recurrida no era una sentencia definitiva o equiparable a tal, únicos
supuestos en los cuales, en principio, entiende la Corte Suprema Federal.
Una segunda disidencia conjunta, la de los Ministros Belluscio y Petracchi,
entendió -al igual que la Cámara de Apelaciones de Córdoba- que se trataba
de una cuestión científicamente controvertida y que requería de un debate más
amplio, con posibilidades probatorias que excedían el ámbito de conocimiento
limitado propio de una acción de amparo, la cual requiere siempre, de manera
ineludible, la existencia de una "arbitrariedad o ilegalidad manifiesta" que, a
criterio de los nombrados jueces, no existía en el caso.
La sentencia en cuestión produjo un fuerte debate en los ámbitos jurídicos y
bioéticos, con opiniones divergentes entre quienes se pronunciaron a favor o
en contra de la decisión adoptada por la mayoría de la Corte Suprema Federal.
Entre las publicaciones coincidentes con el criterio de la Corte, y a la vez
contrarias a la tesis que sustentara la Cámara Federal de Córdoba, cabe
mencionar algunas notas publicadas en la Revista Jurídica "El Derecho". Con
relación a la sentencia del Tribunal cordobés y que rechazara el amparo del
"Portal de Belén", en un artículo de Guillermo Rivarola(21), se formula una
fuerte crítica a dicha decisión judicial, sosteniendo el autor de manera enfática
que, dado su efecto anidatorio, y por ende posterior a una eventual fecundación
del óvulo, la píldora resulta abortiva y su utilización, por lo tanto, cercena el
derecho fundamental a la vida.
En forma simultánea con la publicación de la sentencia de la Corte Federal en
comentario, el constitucionalista Gregorio Badeni expresó su decidido apoyo al
criterio de la mayoría del Alto Tribunal y, por lo tanto, contrario a la decisión del
Ministerio de Salud que autorizara la comercialización y venta de la píldora.
Fundamenta su postura desde la perspectiva "del derecho natural que regula la
convivencia social y cuyo germen es el derecho a la vida", y entiende en
concreto que el fármaco cuestionado, debido a su carácter anti-anidatorio y, por
lo tanto, abortivo, resulta violatorio del derecho a la vida 11 .
Desde el campo bioético y desde una perspectiva diversa, presenta interés el
comentario al fallo del Dr. José Alberto Mainetti(22). Sostuvo el reconocido
bioeticista que, a su juicio, se trata de un "tema abierto" que, desde la
perspectiva bioética involucrada, ofrece al menos tres temas controvertibles
relativos justamente a la "motivación de clausura" en la decisión judicial.
El primer aspecto, de orden jurídicoprocesal, se relaciona con la idoneidad del
amparo para resolver una cuestión compleja y controvertida en el campo de la
ciencia. La segunda cuestión es la atinente a la naturaleza de la píldora y la
moralidad de la contraconcepción y del aborto, con relación a un fármaco
calificado como de "contraconcepción de emergencia o postcoital" que impide
el embarazo tras una relación sexual presuntamente fecundante. Es aquí
donde Mainetti analiza distintas cuestiones implicadas en el tema y los debates
referidos a los efectos del fármaco, observando que "los datos científicos no
son conclusivos sobre el mecanismo de acción prevalente de la píldora,
existiendo estudios que maximizan su virtualidad anovulatoria sobre la
antinidatoria, con lo cual -agrega- la imprevisibilidad del efecto
contraconceptivo o abortivo se traduce en una cuestión de conciencia dentro de
la relación profesional-paciente..."
El tercer aspecto del fallo que el autor considera controvertible es el relativo a
la política pública que implica la prohibición de la llamada "píldora del día
después". Es aquí que entiende que, desde la perspectiva bioética en una
sociedad pluralista y democrática que se asienta en valores fundamentales
compartidos y que, si bien es respetuosa de las convicciones personales, "no
se identifica con una visión particular o confesional determinada, manteniendo
la distinción clásica entre ética pública y ética privada".
En conclusión, entiende el maestro Mainetti que la sentencia del Alto Tribunal
Federal "considerada desde la Bioética como disciplina de ordenamiento moral
de la revolución biológica y la nueva gestión del cuerpo humano, no parece
ejemplar el papel de la Corte en la sociedad, si tal es el timonel de los cambios
profundos en el orden social"12.
En publicaciones jurídicas vinculadas con el derecho de familia se han
expresado, asimismo, perspectivas críticas respecto del fallo mayoritario de la
Corte Suprema y desde una línea interpretativa que entiende que, desde el
punto de vista científico, no es correcto hablar de aborto sino de
contraconcepción de emergencia(23-25).
2. Sentencias Judiciales dictadas por el autor de este trabajo, como juez y
por la vía de la acción constitucional de amparo en "casos bioéticos"
2.1. Los primeros casos resueltos en 1991
En el primer caso (resuelto el 03/05/91)13 , se trataba de una cuestión que
permitía una interesante lectura bioética, vinculada con un tema relacionado
con los avances científico-tecnológicos en la medicina ("problema emergente")
que requería de una visión armónica del juego entre distintos principios
bioéticos y su confrontación con normas legales y valores y principios
constitucionales14 .
Lo relevante del caso para un análisis de la Bioética en la jurisprudencia es que
se trató de la primera sentencia judicial publicada en revistas especializadas,
en la que un tribunal judicial, antes de resolver, requirió el dictamen de un
Comité interdisciplinario de Bioética15 y que, además de los fundamentos
jurídicos, en la sentencia se recurriera asimismo a principios bioéticos.
Desde el punto de vista jurídico institucional nos encontramos ante un supuesto
de verdaderos "derechos prestacionales" de un paciente enfermo renal crónico,
con un cuadro de anemia crónica severa y que reclamaba al sistema de
seguridad social la provisión de un nuevo medicamento conocido como
"Eritropoyetina", medicación que permitía disminuir el número de sesiones de
diálisis (que la obra social demandada costeaba), fármaco cuya autorización el
sistema de seguridad había inicialmente otorgado, pero posteriormente
denegado sin una justificación razonable.
El paciente consideró que dicha negativa se tornaba manifiestamente
irrazonable y arbitraria e, invocando su derecho constitucional y legal a la
atención a la salud, promovió la acción de amparo en sede judicial.
Efectuando una interpretación armónica entre los principios bioéticos y las
normas, valores y principios constitucionales y legales aplicables, en la
sentencia se ordenó a la obra social demandada (de la cual son afiliados
obligatorios todos los empleados de organismos dependientes del gobierno de
la provincia de Buenos Aires), a brindar la cobertura reglamentaria para el
medicamento en cuestión.
Con posterioridad, otros tribunales acogieron peticiones similares, luego de lo
cual las propias obras sociales o sistemas de seguridad oficiales incorporaron
entre sus prestaciones la cobertura de "Eritropoyetina".
El segundo (sentencia dictada el 12/08/ 91) 16 se relaciona con un tema que
habría de generar algunas polémicas por una parte, pero una receptación
posterior ampliamente mayoritaria en la jurisprudencia nacional. Se trataba de
un pedido de autorización judicial para practicar -en un hospital público- una
ligadura tubaria bilateral en una paciente que cursaba en ese momento su
novena gestación, con ocho hijos anteriores, todos de su misma relación
matrimonial.
Dentro del contexto fáctico relevante, además del número de hijos ya habidos,
se valoró que dos de éstos presentaban serios problemas de salud, en medio
de una situación socioeconómica precaria, a lo que debe añadirse que la mujer
gestante presentaba, entre otras patologías, cuadros serios de hipertensión
que se agudizaban durante el embarazo.
Se debió recurrir a la acción judicial en razón de la existencia de antiguas
normas prohibitivas a nivel legal y en códigos deontológicos médicos, que
literalmente limitaban la facultad del médico para practicar una intervención
quirúrgica de estas características a situaciones en que mediaba una clara y
precisa indicación terapéutica, y exclusivamente circunscripta al órgano
reproductor.
La interpretación judicial que permitió superar este obstáculo ponderó en el
caso la concurrencia de normas, principios y valores constitucionales,
protectorios de la salud y calidad de vida de la persona involucrada y el
bienestar del propio grupo familiar, aunado a una interpretación teleológica
acerca de qué es lo que debía entenderse como indicación terapéutica: según
la sentencia ésta no debía limitarse exclusivamente a la salud física (de un
órgano), sino a un concepto de "salud integral", vinculado a "calidad de vida".
Dicha perspectiva se amplía, asimismo, introduciendo un concepto de finalidad
terapéutica preventiva o "de futuro", en el sentido que debía evitarse una
situación que en el futuro (nuevo embarazo no deseado) podría afectar la salud
y calidad de vida de la persona en cuestión -e inclusive de la propia persona
por nacer-, ante el fracaso de distintas estrategias contraconceptivas utilizadas
con anterioridad.
En definitiva, en base a una interpretación armónica de los principios bioéticos
aplicables, y de las normas, principios y valores constitucionales, se autorizó la
realización de la ligadura tubaria, a través del hospital público.
A partir de ese primer fallo se ha ido afianzando gradualmente una
jurisprudencia más flexible, en una línea interpretativa de apertura. Más aún, en
algunas jurisdicciones provinciales -téngase presente la forma federal de
gobierno-, como por caso Mendoza y Río Negro, las leyes sobre "salud
reproductiva" han incorporado previsiones atinentes al tema.
En los numerosos casos resueltos por el autor de este trabajo en los últimos
años, en acciones judiciales de amparo, se han ido plasmando criterios y
pautas orientadoras, en base a las cuales habitualmente se concede este tipo
de "autorizaciones" las que, hasta el momento, son requeridas por los
hospitales públicos para llevar a cabo la prestación, no así en los centros
privados.
Tales criterios podrían esbozarse esquemáticamente de la siguiente manera: a)
el punto de partida será siempre el respeto a la dignidad y autonomía personal;
b) en orden a ello, se adoptan los recaudos necesarios para asegurar la
existencia de un verdadero consentimiento libre e informado, que incluye una
audiencia personal del juez con la solicitante; c) se procura, en lo posible,
incorporar al diálogo y toma de decisiones al marido o pareja estable
conviviente, si existiere al momento del pedido, aunque se otorga importancia
prevalente a la opinión fundada de la mujer; d) en las decisiones se trabaja con
un concepto integral de salud vinculado a la noción de calidad de vida y de
bienestar de la persona y del grupo familiar; e) lo anteriormente señalado
implica, necesariamente, que el contexto socioeconómico y ambiental -muy
particularmente en caso de mujeres multíparas-ofrezca un marco de referencia
fundamental que se relaciona a su vez con el denominado "principio pro-
minoris" que contempla el bienestar de los hijos ya habidos; f) una edad de la
mujer mayor de 35 años es ponderada como circunstancia complementaria
relevante, debido al riesgo genético aumentado en caso de futuras
gestaciones; g) las razones de salud, vinculadas a nuevos embarazos no
deseados, pueden ser por demás variadas y son valoradas siempre en
conjunto con las demás circunstancias, en la situación concreta, siempre con
respecto a un concepto integral de salud y calidad de vida; h) también se
considera pertinente la valoración referida a dificultades anteriores con
métodos contraconceptivos reversibles, tanto por su ineficacia en concreto
como debido a posibles contraindicaciones médicas.
Otra indicación, ésta ya de carácter estrictamente médico, se vincula con la
existencia de partos anteriores por cesárea, por significar -sobre todo a partir
de la tercera cesárea- un riesgo aumentado para la mujer.
Dentro de los fundamentos normativos de las sentencias que reconocen el
derecho de la mujer de acceder a esta prestación médica, amén de las ya
mencionadas y el respeto a la esfera privada de las personas tuteladas
constitucionalmente, cabe asimismo mencionar disposiciones de la Convención
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer 17 .
2.2. Ligadura tubaria en paciente psiquiátrica severa, con finalidad
terapéutica-preventiva18
El amparo fue promovido en este caso por los profesionales de un servicio de
salud mental de un hospital público. Se trataba de una paciente psiquiátrica
severa, con declaración judicial previa de insania, cuya salud mental, que
presentaba deterioros progresivos, se veía agravada reiteradamente ante
embarazos no deseados y la posterior necesidad de separar al bebé de su
madre, por cuanto ésta no se hallaba en condiciones de ocuparse de su
crianza.
Las dificultades observadas por el Servicio de Salud Mental presentaban
fundamentalmente dos aristas complejas: a) que el embarazo, nacimiento y
posterior separación del bebé de su madre aumentaba la angustia de la mujer,
con una incidencia negativa comprobada respecto de la evolución de su
patología psiquiátrica; b) la existencia de la gestación implicaba una
contraindicación para la administración de determinados medicamentos que la
salud mental de la paciente requería, por sus efectos nocivos sobre el feto en
gestación.
El caso ofrecía no sólo las dificultades mencionadas al tratar el punto 2.1.)
-segundo caso-, sino que se complejizaba seriamente en razón de la condición
de paciente psiquiátrica declarada insana judicialmente, circunstancia que
impedía contar con un verdadero consentimiento informado de la propia
paciente.
Esto último obligó a recurrir a la figura del consentimiento subrogado ("proxy
consent") para lo cual se tuvo en cuenta: a) la legitimación de los profesionales
del servicio de salud mental para promover una acción judicial en atención al
"mejor interés" de una paciente que no podía ser considerada como "persona
autónoma"; b) se dio intervención a una Curadora Oficial, designada como
representante legal de la paciente en el juicio de insania. No obstante tratarse
ahora de "acciones personalísimas" para las cuales, en principio, el Curador no
puede sustituir por sí la voluntad y la representación de quien se encuentra
bajo curatela, se consideró, sin embargo, que su opinión, que en el caso resultó
coincidente con la del servicio de salud mental, era importante para integrar
dicha opinión en la conformación del consentimiento subrogado.
Se requirió, asimismo, dictamen de comités de Bioética, primero del propio
hospital público y luego de la Universidad. Ambos informes interdisciplinarios,
en base a una conjugación armónica de los principios bioéticos y teniendo en
cuenta el criterio del mejor interés del paciente, coincidieron en considerar
éticamente aceptable y conveniente para la propia paciente, la realización de
una ligadura tubaria como único método eficaz en el caso concreto de evitar
futuros embarazos no deseados.
En la extensa sentencia, que invocó, asimismo, un precedente jurisprudencial
importante del derecho comparado (una sentencia del Tribunal Constitucional
español sobre el mismo tema), se consideró jurídicamente procedente la
petición de las autoridades del hospital, previo haber escuchado asimismo la
opinión de la pareja estable conviviente -cuya capacidad de discernimiento se
encontraba afectada por un problema de alcoholismo crónico-, información
complementada mediante un exhaustivo informe social, y otro realizado por el
Consultorio de Planificación Familiar del hospital, del cual se desprendía que
anteriores alternativas contraconceptivas se vieron frustradas debido a la salud
mental de la paciente.
Ciertamente que por la vía de la aplicación literal de normas legales vigentes, la
decisión judicial debiera haber sido negativa respecto de la acción de amparo
planteada. Sin embargo, en atención al principio de la "supremacía
constitucional", comprensiva, como ya se viera, no sólo de normas sino
también de valores y principios constitucionales, y a la luz de una interpretación
comprensiva y armónica de principios bioéticos se arribó a una sentencia
favorable a la petición formulada.
Es aquí importante destacar que la opinión del Ministerio Público (Fiscalía y
Asesoría de Incapaces) resultó asimismo favorable para el otorgamiento de la
autorización judicial que el propio hospital público había requerido.
En síntesis, ante el último diagnóstico autorizado respecto a la paciente que
informaba acerca de una "psicosis delirante paranoide-crónica" con "pronóstico
desfavorable. Tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico" (sic.), y luego
de una entrevista personal del juez de la causa con la paciente en el propio
hospital donde se encontraba internada, se autorizó al hospital a llevar adelante
la intervención quirúrgica -ligadura tubaria- la que se realizaría en forma
conjunta con ocasión de realizarse otra cirugía prevista, por problemas
urinarios.
2.3. Autonomía personal, consentimiento informado y el derecho de
rehusar una intervención médica19
Se trataba en el caso de un paciente con un cuadro de diabetes severa, con
una segunda intervención quirúrgica legalmente calificada de "mutilante"
(amputación del miembro inferior debido a la isquemia vascular de miembro
inferior izquierdo, con necrosia en ambos dedos, celulitis y edema en el pie), la
que debía llevarse a cabo en el hospital público, a tres meses de la amputación
de la pierna derecha.
Si bien el paciente, desde el punto de vista formal, al reingreso al hospital había
firmado las planillas correspondientes al "consentimiento informado", al
momento de ser trasladado al quirófano para llevar a cabo la amputación
prevista, manifestó de viva voz su oposición, lo que generó desorientación en el
equipo médico interviniente.
Se originaba en ese momento un serio conflicto de derechos, deberes y
valores: desde el punto de vista médico, la intervención quirúrgica era
considerada estrictamente necesaria para intentar salvar la vida del enfermo,
pero dicha indicación médica entraba ahora en conflicto insuperable con la
manifestación de voluntad inequívoca del paciente respecto de esa
amputación.
Frente a esta situación fueron las autoridades del hospital quienes hicieron la
presentación judicial con el fin de que se resolviese cuál era la conducta a
seguir en el caso, ante las fundadas dudas que, desde lo legal, presentaba el
caso.
La presentación originó diversas medidas, decretadas con la urgencia que el
caso requería: se solicitó de inmediato un informe al servicio de salud mental
del cual resultó que el paciente, al momento de manifestar su voluntad
contraria a la intervención quirúrgica, se hallaba en el pleno uso de sus
facultades mentales y en conocimiento de las posibles consecuencias de su
decisión, a pesar de lo cual rehusó de manera clara y firme el tratamiento
quirúrgico propuesto.
Además de una evaluación médica, psiquiátrica y social actualizada, se requirió
dictamen al Comité de Bioética del hospital. Al producirse éste, la cuestión ya
presentaba una complejidad mayor, por cuanto en horas, a causa de la
evolución del cuadro del paciente, éste ya no podía expresarse con lucidez.
Ante ello, el Comité priorizó la voluntad autónoma del paciente expresada con
anterioridad -evaluada en el dictamen del servicio de salud mental-, estimando
que, en consecuencia, debía respetarse la decisión del enfermo en cuanto
expresó su negativa respecto a la amputación en cuestión.
Además de haberse documentado la opinión de profesionales de enfermería,
quienes pudieron corroborar manifestaciones atribuidas al paciente
coincidentes con su negativa a la intervención médica proyectada, la última
medida consistió en la presencia personal del juez en el hospital acompañado
de perito psiquiatra oficial.
En la sentencia dictada con la premura que el caso requería, se sopesaron
cuidadosamente tanto los principios constitucionales y legales como los
bioéticos involucrados, con una fuerte reivindicación de respeto a la autonomía
y dignidad personal y a la doctrina del consentimiento informado.
Partiendo del reconocimiento de la existencia de conductas autorreferentes,
constitucionalmente amparadas, la jurisprudencia de la Corte Federal sentada
en el caso "Bahamóndez", y con expresa invocación de la "dignidad humana"
como valor fundante y el derecho a la privacidad ("right of privacy"), se resolvió
que el hospital debía abstenerse de realizar la intervención quirúrgica. Sin
embargo, se dispuso al mismo tiempo que debería continuar brindándosele al
enfermo todos los cuidados que su salud requería, con el fin de resguardar su
dignidad personal y, en última instancia, su derecho a "morir con dignidad".
2.4. Bioética y trasplante de órganos 20
En el plano jurídico, Argentina cuenta con una legislación sistemática en
materia de ablación y trasplante de órganos desde el año 1977, siendo que la
ley actualmente vigente nº 24.193 se encuentra vigente desde 1993.
No obstante tratarse de un ordenamiento que, en general, ha sido valorado
muy positivamente por la crítica especializada, suelen presentarse situaciones
complejas que requieren de un abordaje desde la perspectiva bioética y
constitucional en la búsqueda de soluciones justas para el caso concreto.
Dentro de aquellas situaciones que de algún modo van más allá de las
múltiples cuestiones sistemáticamente abordadas en la legislación en vigor, se
encuentra la que fuera resuelta por sentencia, por la vía de la acción de
amparo, en el año 1995.
En relación con el criterio rector de la ley en el tema referido a ablación y
trasplante de órganos "inter vivos", se halla el de haber establecido un criterio
rígido, fundado en estrictos lazos de parentesco, taxativamente enumerados,
con la finalidad de evitar una eventual comercialización de órganos que pudiera
eventualmente ser presentada bajo la apariencia de un acto de "donación"
("dación" en la terminología de la ley).
Ahora bien, el caso judicial se suscita ante el acuerdo entre personas
anteriormente relacionadas por el vínculo del matrimonio -divorciados
vincularmente- (y con un hijo en común), en el sentido que la mujer brindaba su
expreso consentimiento para "donar" un riñón a favor de su ex-cónyuge,
enfermo renal crónico terminal.
La ley autoriza dicha ablación y trasplante entre cónyuges. Como nada dice
respecto de "ex-cónyuges" divorciados, y en razón del criterio restrictivo en
cuanto a la donación de órganos inter vivos, el centro hospitalario en el cual se
llevaría a cabo la intervención médica entendió que el caso no encuadraba en
las normas legales vigentes, sugiriendo expresamente a los interesados
tramitar una autorización judicial.
Dentro de las circunstancias particularmente relevantes valoradas con miras a
la resolución del caso se encontraban las siguientes: a) si bien el eventual
receptor se encontraba inscripto desde el año 1989 en el organismo público
que regula la materia, con miras a la posible obtención de un riñón de donante
cadavérico, su posibilidad concreta de acceder al mismo era ínfima en razón de
su grupo sanguíneo B negativo; b) debía evaluarse la situación de la hija menor
de ambos por cuanto la enfermedad renal que padecía su padre tenía origen
genético, y ello importaba que la hija menor tuviese un 50 % de probabilidad de
ser también portadora del gen defectuoso y poder desarrollar en el futuro la
misma patología que aquejaba a su progenitor; c) en una decisión ética
ejemplar la madre de la niña expresó su voluntad en el siguiente sentido: que
se evaluara previamente el problema genético con relación a su hija, por
cuanto en caso de ser ésta portadora del gen defectuoso, preservaría su riñón
para el futuro, para un eventual trasplante a favor de la hija, pero de
descartarse esta situación, quería donar uno de sus riñones a favor de su ex-
marido, alegando que para ella era muy importante que su hija pudiera contar
con su padre con una mejor perspectiva de vida y de calidad de vida.
Se solicitó también un dictamen al Comité de Bioética de la Universidad, y en
base a una valoración armónica y sistemática, tanto de las circunstancias
fácticas como de las normas, valores y principios, tanto constitucionales como
legales aplicables, en consonancia con análoga interpretación de los principios
bioéticos, se consideró procedente resolver favorablemente la cuestión
planteada, la sentencia judicial autorizó la eventual ablación y posterior
trasplante de riñón.
Entre otras consideraciones se asignó en el fallo particular importancia al valor
"solidaridad" que, en palabras de Karen Vasak, da sustento a los denominados
derechos humanos de la tercera generación. Desde una lectura bioética y
jurídico-constitucional se priorizó el respeto a la autonomía y dignidad personal
y a la regla del consentimiento informado que, en el caso, satisfacía todos los
recaudos que permitían hablar de un consentimiento esclarecido,
verdaderamente libre.
En un caso posterior, resuelto el 28/06/96, el mismo juzgado autorizó la
ablación y trasplante de riñón entre dos hermanos por parte de padre, quienes,
en razón de no haber sido reconocidos por su progenitor como tales en vida, no
podían acreditar su relación de parentesco mediante sus respectivas partidas
de nacimiento y/o documentos de identidad personal.
Durante la sustanciación del proceso, mediante prueba fehaciente
recepcionada, se pudo acreditar lo que jurídicamente se conoce como
"posesión de estado" (hay posesión de estado, cuando alguien disfruta de un
estado de familia determinado con independencia del título sobre el mismo
estado). En consecuencia, conforme a la legislación civil, dicha "posesión de
estado", al haber sido reconocidos públicamente en su medio social y familiar
como "hermanos", implicaba gozar del mismo valor que de haber sido
reconocidos por parte del progenitor ya fallecido.
Habiendo mediado dictámenes periciales favorables, incluyendo opinión
fundada del Ministerio Fiscal y una exhaustiva evaluación psicológica que
permitió dar por presente un consentimiento verdaderamente informado, libre y
esclarecido, y priorizando nuevamente el valor "solidaridad", se resolvió
favorablemente respecto de la presentación, autorizando al hospital a llevar
adelante la ablación y posterior trasplante, tal cual, en forma conjunta lo habían
pedido los dos hermanos.
2.5. Derecho a la salud integral: anencefalia y autorización judicial para
una inducción prematura del parto. Conflicto de derechos y de valores
Para una visión más amplia de las cuestiones bioéticas y jurídicas presentes al
momento de resolver respecto de una interrupción, o no, de un embarazo
frente a un diagnóstico de certeza de anencefalia, me remito a un trabajo
anterior(22).
El primer caso -inédito- fue resuelto el 30/12/ 96 21 , seguido de otras sentencias
igualmente inéditas; entre éstas, se dictó un nuevo fallo, con fecha 23/05/01 22 .
Con fundamento en amplia y actualizada bibliografía bioética y médica, se
estimó particularmente significativo al momento de la toma de decisión los
siguientes aspectos: a) la existencia de diagnósticos de total certeza; b) la
absoluta incompatibilidad del feto anencefálico con la vida extrauterina siempre
y con la vida intrauterina a menudo; c) la ponderación de la salud integral,
abarcadora de la salud psíquica, como un verdadero derecho humano
fundamental y, por lo tanto, constitucionalmente tutelado; d) los riesgos que
para la salud de la madre implica en un porcentaje importante de casos, la
prolongación del embarazo, sobre todo a partir del tercer trimestre; e) la
afectación de la salud psíquica, que puede traducirse en grave daño psíquico, a
causa de la continuación de un embarazo sin futuro, con las angustias propias
de una situación que tan gráficamente calificara James Drane como propias de
un funeral prolongado(26, 27).
En ese contexto, en el caso decidido se estimó que el derecho constitucional a
la vida del nasciturus no se veía afectado por una inducción prematura del
parto, dado que, finalmente, su muerte sería siempre el resultado irremediable
de su grave patología congénita para la cual, en el actual estado de la ciencia,
no existe terapia posible alguna.
En la sentencia se asigna importancia suma al respeto de la conciencia moral
de las personas involucradas, en un proceso de deliberación que parte a su vez
de un profundo respeto por la vida y la dignidad del ser humano y, al mismo
tiempo, de la protección de la salud como valor y derecho fundamental(28).
La sentencia finalmente autoriza al hospital público a practicar una inducción
anticipada del parto o la realización de una operación cesárea según las reglas
de la lex artis y criterio terapéutico del equipo responsable, agregando que, en
caso de mediar objeción de conciencia fundada de algún profesional del equipo
interviniente, se respete la misma, debiendo en su caso la institución de salud
proceder a los reemplazos pertinentes.
2.6. Cambio de sexo: Pseudohermafroditismo y Transexualidad
El primer caso resuelto23 fue de pseudohermafroditismo. Se trataba de una
persona asentada en su partida de nacimiento como de sexo masculino, con
prenombres correspondientes al mismo sexo y documentos de identidad
concordantes con los datos anteriores. Desde el punto de vista médico
presentaba órganos genitales externos ambiguos, genéticamente de sexo
masculino, aunque con caracteres sexuales secundarios femeninos, por
ejemplo voz y desarrollo mamario. Desde la perspectiva psicológica, sus
vivencias, emociones y maneras de relacionarse eran típicas del género
femenino, lo cual llevó a los peritos informantes en la causa a coincidir en que
se estaba en presencia de un sexo psico-social netamente femenino.
Esta discordancia entre el sexo legal (y cromosómico) respecto del sexo psico-
social fue vivenciada por la persona desde su más corta edad. Esto le generó,
sobre todo a partir del momento en que iniciara su período de escolaridad,
serias situaciones de discriminación, las que se vieron acentuadas durante los
años en que cursara sus estudios universitarios.

Luego de evaluaciones médicas, psiquiátricas, psicológicas e informes


sociales, se incorporó a la causa el dictamen de un Comité de Bioética. Pudo
apreciarse una marcada coincidencia desde las distintas perspectivas
disciplinarias involucradas en cuanto a la conveniencia -en protección de la
dignidad y salud integral de la persona solicitante- de acceder a su pedido de
"cambio de sexo" (en realidad, en este caso, de determinación de un sexo
ambiguo), que requería de la realización de una intervención quirúrgica
femeneizante.
Los fundamentos constitucionales y bioéticos en los que se sustentara la
sentencia, que acogió favorablemente la petición de amparo, involucraban -tal
como lo destacara el catedrático Carlos Fernández Sessarego 24- la remisión a
la idea de dignidad de la persona humana, la libertad, el derecho a la identidad
personal, el derecho a no ser discriminado y el derecho constitucional a la
salud en sentido integral. Se entendió así en la sentencia que la intervención
quirúrgica cuya autorización judicial se requería -acompañada de un cambio de
prenombres masculinos por otros propios del género femenino, rectificación de
la partida de nacimiento, expedición de nuevos documentos de identidad
personal y, por último, la correspondiente rectificación en su título profesional
universitario-, constituía la única vía adecuada para poner fin a una prolongada
situación de discriminación, permitiendo, en cambio, que la persona en
cuestión fuese realmente reconocida en su dignidad, identidad personal e
identidad sexual real, para tener de esa manera acceso a una adecuada
calidad de vida que implicara, al mismo tiempo, la protección de su salud
integral.
Cabe finalmente destacar que dictaminó favorablemente en el proceso el
Ministerio Público Fiscal, quedando firme la sentencia judicial en primera
instancia.

Según pudo comprobarse posteriormente, la intervención quirúrgica se llevó a


cabo con todo éxito, y cumplidas las demás medidas ordenadas en la
sentencia, la persona que recurriera a la justicia, pudo realmente reencausar su
vida, lograr una nueva inserción social acorde con su "verdad cotidiana" e
inclusive mejorar la relación con su progenitor, la que antes siempre se había
visto afectada debido a la ya mencionada discordancia entre el sexo legal y el
sexo cotidiano y psico-social.
Un segundo caso25 correspondió a una situación típica de transexualidad, que
había afectado por vida a una persona que al momento de iniciar la acción
judicial contaba con 59 años de edad.
Registrada en su partida de nacimiento como de sexo masculino, y con
nombres correspondientes a tal circunstancia, desde su más tierna infancia
sufrió internamente una absoluta discordancia entre el sexo legal masculino y
sus sentimientos, emociones, vivencias y, en general, modos de
comportamiento que la sociedad estima como propias del sexo femenino.
Todo esto había dado lugar a situaciones de permanente discriminación, ya
manifiestas durante los años en que cursara la escuela primaria, problemas
acentuados durante su período de escolaridad media. Además, hubo otras
circunstancias familiares particularmente complejas, traducidas en una muy
mala relación con quien era su madre legal (aunque ya en su adolescencia
supo que no era en realidad su madre biológica), vínculo conflictivo que hizo
eclosión a los 16 años de edad, al fallecer su padre.
Años después, debido a su aspecto físico exterior y modo de comportarse
femenino, fue descalificada al momento de ser sometida a una revisión médica
para el servicio militar obligatorio. Esto agudizó su rebeldía frente a una
sociedad que no la aceptaba y llevó a la persona a destruir su documento de
identidad, el cual recién tramitó nuevamente 40 años después para poder
iniciar el trámite judicial.
Al evaluar las circunstancias trágicas de su vida, se consignó en la sentencia
que dicha persona había padecido una verdadera muerte civil: la discordancia
entre su sexo legal y el psico-social, el no poder presentar su documento de
identidad con un prenombre masculino cuando toda su fisonomía y modos de
relacionarse eran femeninos significó, además, que nunca pudo durante su
vida de relación desempeñar un trabajo remunerado que estuviese registrado
legalmente. Estuvo por lo tanto marginada de todo el sistema de seguridad
social y de los servicios de salud que pudieran haberle correspondido a causa
de los trabajos realizados, todo lo cual no hacía sino potenciar la situación de
grave discriminación que la afectara durante tantos años.
Además de las evaluaciones médico forenses, psiquiátricas y psicológicas, se
requirió también un dictamen interdisciplinario de un Comité de Bioética 26, lo
que permitió incorporar al expediente opiniones sustancialmente coincidentes
en cuanto a la necesidad humana y la conveniencia social de acceder a la
petición de "cambio de sexo".
Se consideró probado en la sentencia que en el caso, entre otros aspectos, se
encontraba afectado el derecho a la salud integral de la persona requirente, el
respeto a su dignidad, identidad personal e identidad sexual, todo ello

vinculado estrechamente con el concepto de calidad de vida. Asimismo, se


estimó particularmente relevante anudar el caso al principio constitucional de
"no discriminación", entendiendo que acceder a lo peticionado judicialmente
constituía, en el caso, la única vía apropiada para poner fin a tan prolongada
discriminación y permitir, a partir de ahora, que la persona pudiese contar con
una tutela real y efectiva de sus derechos fundamentales, al ser reconocida en
su verdad existencial.
Aunando principios bioéticos, normas, principios y valores constitucionales y
aportes provenientes del derecho internacional de los derechos humanos, se
estimó legalmente procedente el amparo promovido y, al hacer lugar al mismo,
se dispuso la rectificación de la partida de nacimiento, el cambio de
prenombres (los de sexo masculino fueron sustituidos por otros propios del
género femenino) disponiéndose asimismo la expedición de nuevos
documentos de identidad, autorizándose al mismo tiempo la realización de una
intervención quirúrgica femeneizante que, poco tiempo después, se llevó a
cabo con excelentes resultados.
Proceso de elaboración:
La Declaración se elaboró en dos años y fue aprobada por aclamación
unánime. Durante el primero año, el Comité Internacional de Bioética (CIB), en
consulta con los Estados Miembros y otros organismos especializados, redactó
un borrador. A lo largo del segundo año se hicieron las correcciones finales
definitivas realizadas durante las reuniones intergubernamentales de expertos.

 Disposiciones generales:
 Artículo 1. Alcance.
 Artículo 2. Objetivos.
 Principios:
 Artículo 3. Dignidad humana y derechos humanos.
 Artículo 4. Beneficios y efectos nocivos.
 Artículo 5. Autonomía y responsabilidad individual.
 Artículo 6. Consentimiento.
 Artículo 7. Personas carentes de la capacidad de
dar su consentimiento.
 Artículo 8. Respeto de la vulnerabilidad humana y la
integridad personal.
 Artículo 9. Privacidad y confidencialidad.
 Artículo 10. Igualdad, justicia y equidad.
 Artículo 11. No discriminación y no estigmatización.
 Artículo 12. Respeto de la diversidad cultural y del
pluralismo.
 Artículo 13. Solidaridad y cooperación.
 Artículo 14. Responsabilidad social y salud.
 Artículo 15. Aprovechamiento compartido de los
beneficios.
 Artículo 16. Protección de las generaciones futuras.
 Artículo 17. Protección del medio ambiente, la
biosfera y la biodiversidad.
 Aplicación de los principios:
 Artículo 18. Adopción de decisiones y tratamiento de
las cuestiones bioéticas.
 Artículo 19. Comités de ética.
 Artículo 20. Evaluación y gestión de riesgos
 Artículo 21. Prácticas transnacionales.
 Promoción de la Declaración:
 Artículo 22. Función de los Estados.
 Artículo 23. Educación, formación e información en
materia de bioética.
 Artículo 24. Cooperación internacional.
 Artículo 25. Actividades de seguimiento de la
UNESCO.
 Disposiciones finales:
 Artículo 26. Interrelación y complementariedad de
los principios.
 Artículo 27. Limitaciones a la aplicación de los
principios
 Artículo 28. Salvedad en cuanto a la interpretación:
actos fundamentales y la dignidad humana.

La UNESCO y la materia de biótica:


La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO
fue el tercer texto normativo elaborado y adoptado por la UNESCO en materia
de bioética:

 Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos


Humanos (1997): Aborda de manera global el tema del genoma
humano y sus vinculaciones con la dignidad humana.
 Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos
(2003): Pone de manifiesto los principios éticos que deben regir el
acopio, procesamiento, conservación y uso de datos genéticos
obtenidos a partir de muestras biológicas (sangre, tejidos, saliva,
esperma, etc.).
 Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la
UNESCO (2005): Trata sobre las cuestiones éticas relacionadas con
la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas
aplicadas a los seres humanos, teniendo en cuenta sus dimensiones
sociales, éticas, jurídicas y ambientales.
 Declaración de Principios Éticos en relación con el Cambio Climático
(2017): Proclama y establece principios éticos aplicables a la
adopción de decisiones, la formulación de políticas y otras
actividades relacionadas con el cambio climático.

CELEBRANDO A CRISTÓBAL COLÓN

Este personaje, se aventuró donde ningún otro hombre de su edad se atrevió a


ir y vio cosas que ningún otro hombre de su época vio. Encontró un Nuevo
Mundo. Por siglos ha sido visto y admirado como un héroe. Sin embargo, hoy
es visto como un "saqueador del paraíso", un "esclavista" y un "genocida
maníaco". Entonces, ¿Cuál es la verdad? ¿Es un villano o héroe? La verdad,
como siempre, es complicada. Especialmente si se tiene que regresar 500
años en el pasado para encontrarla e interpretarla. Hay que tratar de
acercarnos lo más que podamos. ¿De acuerdo?

Cristóbal Colón nace en el año 1451 en Génova, Italia. Cabe resaltar que en
aquella época en lugar, y estrato social, en el que nacieras iba a marcar tu
futura vida. El padre de Colón era un tejedor de lana y espera que su hijo
continuara con el negocio familiar, pero Cristóbal tenía otros planes en mente.
La Era de los Descubrimientos estaba comenzando y el futuro le pertenecía a
aquellos intrépidos que estuviesen a la altura de las circunstancias. El mar era
el lugar donde los más valientes querían estar. A la edad de 30 años, Cristóbal
Colón había navegado hacia Islandia, Irlanda y África. En alguna parte de estos
viajes, se obsesionó con la idea de que existía una ruta al oeste que pudiese
conectar Europa con la India, pero no había ningún mapa que consultar, solo
los rumores de devastadores monstruos del mar y un océano interminable.
Convencido de sí mismo, le presentó la idea al Rey de Portugal - que en aquel
entonces era la potencia marítima - pero fue rechazado luego que los expertos
del Rey sugieran que esto era imposible de realizar, una mera especulación y
demasiado costosa para el riesgo que suponía. Colón no se desanimó y fue a
proponerle lo mismo a los Reyes Católicos de España, Fernando e Isabel,
quienes en primera instancia también le negaron el visto bueno. Sin embargo,
tras ocho años de insistencia, los Reyes accedieron a ayudar a Colón y le
concedieron tres pequeñas embarcaciones: la Niña, la Pinta y la Santa María.

En 1492, Cristóbal Colón alza velas. No había ningún sistema de navegación


más que una simple brújula y las estrellas en el cielo. Una vez que dejaron las
Islas Canarias, estaban solos. La tripulación se mantuvo firme por una semana,
pero entrada la tercera semana en altamar empezaron a perder la cabeza. Aquí
el liderazgo de Colón salió a flote y supo mantenerlos a raya para que luego de
diez interminables semanas, el 11 de octubre de 1492, se viera tierra. En esta
"nueva tierra", la tripulación de las tres carabelas se encontró con tribu Taíno,
en lo que fue el primer encuentro entre Europa y América. Los taínos fueron
amables y se mostraban curiosos y Colón le ordenó a su tripulación que ellos
mostrasen el respeto debido. Sin embargo, la idea de que Cristóbal Colón
había encontrado el paraíso no era tan acertada. Las islas a la que llegaron
también estaban habitadas por la tribu de los Caribes, una tribu de caníbales
que - de acuerdo con el ganador del premio Pulitzer, Samuel Eliot Morison -
veían a los bebés como un manjar o, en palabras de Morison, un "bocadillo
sabroso". Así pues, como en cualquier momento de la historia de la
humanidad, una población tenía de todo. Algunos eran buenos y otros no tanto.

Así pues, el "Nuevo Mundo", fue encontrado y el "Viejo Mundo" jamás volvería
a ser igual. Cristóbal Colón, fue un hombre hecho para el mar. En tierra fue
sobrepasado por políticos y burócratas, y es por su culpa que los ataques a la
reputación de Cristóbal Colón se dan en nuestros días. No nos malentendamos
tampoco. Colón no estaba exento de toda culpa. Vendió a los nativos como
esclavos, pero él no inventó la esclavitud. Dicha práctica existía, y era común,
mucho antes de los tiempos de navegante y siguió existiendo mucho tiempo
después. En cuanto a la acusación de genocidio, no hubo tal. Hubo
atrocidades, sí, pero la mayoría de ellas ocurrieron mucho después de la
muerte de Colón. También existieron matrimonios entre los hispanos y los
nativos que, eventualmente, darían paso a raza que ahora se conocen como
"latinos".

Es injusto centrarse, sólo en los "pecados" de Cristóbal Colón, y es más injusto


aún tratar de juzgar a alguien que vivió hace 500 años, bajo los estándares de
nuestra época. Hay una razón por la cual existan estatuas, colegios, pueblos,
ciudades, festividades nacionales y hasta un país en nombre de Cristóbal
Colón y la razón es la siguiente:
"Cuando celebramos a Cristóbal Colón, celebramos la llegada de la
civilización occidental al hemisferio occidental"

Si usted no puede celebrar esto, dice mucho más de sus prioridades morales
que del mejor explorador de la historia.
COMISIÓN DEL CONGRESO DECIDIÓ QUE NO SE RATIFICARÁ
EL ACUERDO DE ESCAZÚ

Tras una hora de debate, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso


de la República aprobó informe técnico, el cual recomendaba no ratificar el
Acuerdo de Escazú (“Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la
Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en
América Latina y el Caribe”). Lo que significa que el Perú ya no será parte de
dicho pacto.
Al final del debate la decisión acabó con 9 votos a favor, 3 en contra y ninguna
abstención. En ese marco, el dictamen fue aprobado y no pasará a Pleno.
Cabe recalcar que, los representantes de las bancadas de Fuerza Popular,
Acción Popular, Podemos Perú, Frepap, Alianza para el Progreso y Unión por
el Perú, fueron los que votaron a favor de enviar al archivo el acuerdo.

Por otro lado, únicamente los integrantes de Frente Amplio, Partido Morado y
Somos Perú mostraron una postura en contra del informe que recomendaba la
no ratificación.

Recordemos que el Perú se adhirió al acuerdo en el 2018 y cuyo plazo de


vigencia venció el pasado 20 de septiembre, por lo que requería de una
ratificación para su continuación.
AMLO URGE AL SENADO APROBAR REFORMA PARA QUE LA
MARINA CONTROLE PUERTOS Y ADUANAS

CIUDAD DE MÉXICO. - El control de aduanas y puertos debe quedar en


manos de la Secretaría de Marina para evitar las operaciones del crimen
organizado y frenar el contrabando de drogas asiáticas de confección sintética,
reiteró hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo con el
mandatario, antes de concluir el año logrará la reforma que se necesita para
que las Fuerzas Armadas tomen el control de puertos y aduanas, aunque, de
hecho, urgió al Senado de la República, a realizar los trabajos legislativos
respecto a esa y otras iniciativas pendientes. En particular, se refirió a los
puertos de Lázaro Cárdenas Michoacán y Manzanillo, Colima, como puntos de
acceso para el arribo de drogas sintéticas procedentes de Asia. “Estos puertos
siempre han tenido mucha presencia de la delincuencia organizada, tan es así
que un estado como Colima, que era muy tranquilo, pasó de repente, por el
puerto de Manzanillo, a ser el estado con más homicidios por número de
habitantes”, dijo.
Según el mandatario, la necesidad de que la Marina tome el control de puertos
y aduanas se relaciona con que al personal civil suelen amenazarlo los grupos
criminales, a partir de las alternativas “plata o plomo”, es decir, a recibir
sobornos o ser asesinados. Agregó que el tema se sigue diagnosticando
mientras se concreta la reforma y lamentó que Rosa Icela Rodríguez
Velázquez, quien es víctima del contagio por Covid 19, se puso mal y está en
recuperación. López Obrador consideró que este mismo año podría ejecutarse
la toma de control de los puertos por parte de la Marina, y confió en que esta
misma semana, el Senado aprueba la reforma de ley sobre el manejo de
puertos.

https://www.proceso.com.mx/nacional/2020/10/19/amlo-urge-al-senado-
aprobar-reforma-para-que-la-marina-controle-puertos-aduanas-251162.html
LÍNEA AÉREA DE BANDERA DEL PERÚ OPERARÍA DESDE EL
AERÓDROMO LOW-COST DE LAS PALMAS, EN SURCO
Línea Aérea de Bandera del Perú "ALPERU" será manejada por inversionistas
privados y operaría desde el aeródromo low-cost de Las Palmas en Surco
como base de operaciones y sub-base sería en Aeropuerto Internacional de
Pisco.

La Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso de la República


del Perú, que preside el Congresista Dr. Luis Carlos Simemón Hurtado, según
fuentes consultadas tendría listo el Dictamen Final, que aprobaría el Proyecto
de Ley 6153/2020-CR, que crea la Línea Aérea de Bandera de Bajo Costo del
Perú, denominada ALPERU.

Al respecto, se trataría de una Asociación Público-Privada regulada por el D.L


1362, que se constituye como una de las modalidades de participación de la
inversión privada, en la que se distribuyen de manera adecuada los riesgos del
Proyecto y se destinan recursos preferentemente del sector privado, que
garanticen servicios de transporte aéreo nacional e internacional low-cost, es
decir, de bajo costo para los usuarios.

Se implementaría, luego de la aprobación de la Ley mediante los contratos a


largo plazo, en los que la titularidad de las inversiones desarrolladas puede
revertirse en la porción minoritaria del Estado, que tendría el 35% a través de
las Regiones hasta en un 30% al sector privado nacional, con lo cual el sector
privado podría tener hasta el 95% del capital social.

El Estado que tendría 3 asientos en el Directorio le daría seguridad jurídica a


los derechos contemplados en la Ley a los inversionistas privados y se
gestionaría para que el Perú así como Argentina tiene el aeródromo low-cost El
Palomar, ALPERU operaría desde el aeródromo Las Palmas en Surco, que se
convertiría en la primera infraestructura low-cost del Perú y su funcionamiento
no estaría sometido a la inconstitucional cláusula monopólica del contrato del
Estado con LAP en el concesionamiento del Aeropuerto Internacional Jorge
Chávez, que impide que funcione un nuevo aeropuerto dentro de los 150
kilómetros.

El aeródromo militar Las Palmas de Surco no es un nuevo aeropuerto, ya que


recibía vuelos internacionales comerciales en la década del 60, es decir 30
años antes que se firme el Contrato de Concesión con Lima Airport Partners ,
en consecuencia jurídicamente LAP no puede oponerse a su funcionamiento
comercial, para ALPERU nuestra Línea Aérea de Bandera.

El Dictamen dice que «Hasta que Lima Airport Partners (LAP), Concesionario


del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez cumpla con su obligación
contractual de construir la 2da pista del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez,
la nueva torre de control y el nuevo terminal, obras que debieron estar
terminadas antes del 2020, se autoriza a que el Estado a través de la Fuerza
Aérea del Perú FAP y la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación
Comercial CORPAC habiliten el aeródromo de Las Palmas en Surco y
gestionen el funcionamiento con tarifas aeroportuarias Low Cost el aeropuerto
internacional de Pisco, en ambos casos, para ser utilizados como base y sub-
base de operaciones de ALPERU».

«La construcción de la 2da pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional


Jorge Chávez, de acuerdo al Contrato de Concesión debió estar lista en el
2012, pero el Ministerio de Transportes entregó los terrenos a LAP en el 2018
por lo que estas obras debieron culminar en el 2020, habida cuenta de la grave
congestión que tuvo dicho aeropuerto hasta el 2019 por lo que se tiene que
habilitar el Aeródromo las Palmas en Surco para la operatividad y parqueo de
las 30 modernas aeronaves de ALPERU, de las cuales 15 serían para atender
el mercado nacional y 15 para atender el mercado internacional».

Al respecto, una de las más importantes low-cost del mundo ya puso sus ojos
en invertir en ALPERU, ya que tendría un mercado de más de 30 millones de
pasajeros nacionales e internacionales y además más de 15 millones de
peruanos que usan el transporte terrestre por tarifa aérea similar se irían al
aeródromo Las Palmas en el distrito de Surco y con 100 soles estarían en una
hora en Trujillo, por ejemplo.

El contrato APP duraría 60 años y el sector privado participaría en el diseño,


organización, financiamiento, operación, mantenimiento de ALPERU y de las
aeronaves, lo que implica que el privado asuma gran parte de los riesgos
inherentes al Proyecto, según se definirá en el contrato APP que firmaría el
Estado peruano con los inversionistas privados.

Francia y Alemania tienen Líneas Aéreas de Bandera con capital estatal


minoritario

Hay países como Francia con su Línea Aérea de Bandera “AIR FRANCE”, que
tiene capital minoritario estatal hasta en un 18% y en el caso de Alemania con
su Línea Aérea de Bandera LUFTHANSA, el capital estatal es 21%, en el caso
del Perú se ha considerado que el capital inicial de las Regiones será el 35% y
luego el sector privado podría adquirir hasta el 30% y el Estado se quedaría
solo con el 5%.

El 50% de los derechos de tráfico del Perú serán para su Línea Aérea de
Bandera del Perú.

Es importante precisar, que en los últimos 20 años las líneas aéreas de


bandera de Chile “LAN”, de El Salvador “TACA” y de Colombia “AVIANCA”,
disfrutaron como líneas aéreas designada el 100% de los derechos de tráfico
del Perú a nivel internacional y la venta de más de 50 mil millones de dólares
en billetes de pasaje, no se invirtió en el Perú y no tienen activo alguno en sus
filiales LAN PERU y AVIANCA PERU, esta última estaría en proceso de
desaparecer, incumplimiento sus obligaciones laborales de más de mil
trabajadores aeronáuticos peruanos, además de las dudas SUNAT.

El Dictamen recaído en el Proyecto de Ley 6153-2020-CR, considera que el


Estado peruano mediante Convenio de Estabilidad garantiza los derechos
previstos en esta Ley a los inversionistas privados del 65% o más del capital
social de ALPERU, que será la Línea Aérea de Bandera de bajo costo
designada por el Perú, dentro de una política de libre mercado y le otorgará a
través de los permisos de operaciones de servicio de transporte aéreo nacional
e internacional a ALPERU en forma preferente el 50% de las rutas aéreas
internacionales, frecuencias y derechos aerocomerciales internacionales del
Perú y hasta el 60% de las rutas internacionales del Perú no servidas o
insuficientemente servidas, para lo cual ALPERU desarrollará una política
empresarial privada con tarifas aéreas de bajo costo que promuevan el
crecimiento del mercado, el aumento del turismo receptivo y el desarrollo del
comercio exterior, lo que significa que LATAM ya no estará sola en el mercado
con el 100% de las rutas que le otorga Chile y el 90% de las rutas que le otorga
el Perú, habrá más competencia.

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