un paisaje en las tormentas, fruto agrio o dulce néctar como un final de novela.
Son realidades del hombre
de amores y de traiciones, tan fieles y apasionados, mundo ardiente de pasiones. Basta una palabra linda, basta con un simple encuentro, Laberintos tenebrosos, con un gesto o una caricia, de ternura y sentimientos, y son reyes o plebeyos. los castillos de esperanzas, y los dueños de los sueños. Peligrosas aventuras y mundos de tentaciones, Con armaduras de acero paraísos y universos, del trabajo y el esfuerzo, esos son ellos, los hombres. con su espíritu de lucha, combaten hasta a los vientos. El perfume y la fragancia y que perduran en la piel, ¿Qué haríamos sin los hombres? escaleras y peldaños Un camino sin salidas, de locura y de placer. sin amores y sin sueños, ¡solas y desprotegidas! Hombres, príncipes azules como fantásticos cuentos, los señores de las noches, son héroes en el desierto.
Soportables carceleros, fieles amantes eternos, seductores de palabras, fabricantes de los celos.
De soledades y ausencias, mansas ovejas y lobos, sedientos de nuestro aliento,