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1.1 INTRODUCCIÓN
Los seres humanos heredamos rasgos genéticos que influyen en nuestro carácter,
pero nuestros comportamientos desde el sadismo al altruismo son producto de un
largo proceso evolutivo condicionado por las fuerzas sociales y la cultura”
(Rojas Marcos2).
Comenzamos por lo que podría ser reflexión que Rojas Marcos hace al
comportamiento de algunas personas sin distinción de sexo. Porque es la raíz
primera de un grave problema de convivencia en nuestra sociedad. Sin violencia no
hay victimas del tipo que sea.
2 MARCO LEGISLATIVO
Son necesarias unas nociones previas sobre aspectos que configuran la propia
violencia.
El cerebro normal está programado para una respuesta agresiva adaptada cuya
finalidad es procurarse alimento, o pareja para garantizar la supervivencia y la
especie en situaciones especialmente competitivas5.
Pero ¿que es lo que altera el cerebro? muchos estudios, algunos con gemelos,
orientan hacia unas carencias heredadas, o una tendencia genética al desequilibrio
neurohormonal. Se han señalado factores sociales, educacionales e incluso
En este campo también se está investigando y cada vez con mayor aplicación,
técnicas de neuroimagen como la tomografía computerizada por emisión de fotón
simple (SPECT) y la tomografía por emisión de positrones (PET). Resultando en
este tipo de pruebas alteraciones en la captación, en zonas específicas encefálicas
relacionadas con trastornos del comportamiento asociados a patologías como el
Trastorno Obsesivo Compulsivo, donde se aprecia hiperfunción de estas zonas y
que puede ser una patología observada en algunos maltratadotes en el ámbito
doméstico.
D. Violencia y Ambiente. Otro enfoque del problema puede ser el planteado por
algunos autores13 sobre la transmisión generacional de la violencia. Se
basa en teorías del aprendizaje social donde la forma de convivencia violenta
sería por influencia intergeneracional. Si eres victima de maltrato en la
infancia reproducirás estas conductas en la edad adulta por un mecanismo
de refuerzo. Así la observación de actos agresivos reiterados en la infancia
va a condicionar su uso como forma de resolución de conflictos.
Adrian Raine14 especula con la posibilidad de que los malos tratos infantiles causen
las lesiones cerebrales. “Si de forma reiterada un bebé es bruscamente zarandeado,
entonces puede que las fibras blancas que ligan su corteza con otras estructuras
cerebrales se rompan, dejando el resto del cerebro fuera del control prefrontal”.
El cerebro de los violentos como en el caso del maltrato, mostraría una disfunción,
bien por causas ambientales , bien por causas genéticas innatas.
Violencia física: que podría estar mediada por factores biológicos como
suustancias neuroquímicas u hormonales del tipo serotonina o testosterona con
más frecuencia que otros tipos como la verbal.
Violencia directa/indirecta: La directa es más propia del varón. A su vez puede ser
social como por ejemplo el aislamiento y la exclusión. La indirecta se da más en la
mujer, utiliza a terceros como podría ser la difamación.
Violencia autoinfligida:
- Suicida
- Autolesiones.
Violencia interpersonal:
- Intrafamiliar: Menores, pareja y ancianos.
- Comunitaria: En extraños o en conocidos. Pe: Mobbing, Bullying
Por otro lado y tal como hemos esquematizado en el apartado de legislación, los
integrantes de los equipos forenses se han de mover dentro de un procedimiento o
causa judicial abierta. Tanto desde los Juzgados de Violencia sobre la Mujer como
otros Órganos Judiciales o Fiscalías que tengan por su situación de guardia o
funciones, conocimiento de casos de violencia sobre la mujer. A este punto habría
En primer lugar habría que realizar una exhaustiva historia clínica y social:
antecedentes previos de enfermedad y de relaciones sociales, escolares, familiares,
del trabajo que permita extraer detalles y signos de patrones de comportamiento del
sujeto antes de episodio violento o de su comportamiento agresivo actual. Pe:
episodios de violencia como peleas, rupturas, maltrato previo tanto a la pareja como
a otros miembros de la familia o haber sido a su vez victimas de alguna de estas
situaciones y con qué frecuencia. La investigación “in situ” y recabando información
de fuentes oficiales (antecedentes delictuales y judiciales) puede aportar los datos
objetivos de este tipo.
Recabar estos antecedentes debería ser una tarea compartida con profesionales
integrados en el equipo de valoración integral en caso de violencia de género o
doméstica, con especial formación en este tema como ya hemos indicado:
criminólogos o victimólogos.
En segundo lugar se puede iniciar una evaluación del riesgo, no solo para los
demás, las personas de su entorno sino también a nivel social, de las personas que
le tratan etc. permitiría asesorar tanto a los que ayudan al enfermo en el tratamiento
como equipos a la hora del traslado al centro psiquiátrico.
La evaluación del entorno social permite ver el núcleo de apoyo para llevar un
control y tratamiento ambulatorio, normas de convivencia y posibilidad de trabajar
en medidas de prevención y contención del enfermo o persona violencia sin
enfermedad. Los trastornos de personalidad, de la conducta o adicciones se pueden
beneficiar de este tipo de control de su entorno.
La evaluación del estado mental es una cuestión médica que la permite analizar
situación actual en caso de enfermedad y valorar la presencia de síntomas como
delirios o alucinaciones, síntomas de abuso o abstinencia o alteraciones del estado
Aunque los miembros integrantes de los Equipos tienen autonomía en cada una de
sus actuaciones y conclusiones, será el estudio conjunto de casos complejos ( como
sin duda es el diagnóstico de situaciones de violencia doméstica y de género), la
forma de abordaje más eficaz tanto desde el punto de vista diagnostico como
preventivo y asistencial y probablemente la que nos pueda proporcionar un
acercamiento para la resolución de aspectos jurídicos básicos riesgo para las
victimas que permite la adopción de medidas específicas,; imputabilidad del agresor
y posibilidad de tratamiento o cumplimiento de penas y reinserción; secuelas y
daños psíquicos en las victimas y posibilidades de rehabilitación y restauración o
reparación.