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La Historia de La Farmacia y El Farmacéutico en El País Se Remonta A La Época Colonial
La Historia de La Farmacia y El Farmacéutico en El País Se Remonta A La Época Colonial
Fue iniciada por Don Agustín Pica, a quien se lo considera como el primer
boticario laico que solicitó del Cabildo autorización para ejercer su profesión en
Buenos Aires.
Son muchos los fármacos centenarios que ya no existen pero que "han dado
pie a lo que tenemos hoy día" y, aunque parece increíble, "todavía perduran
bastantes", afirma el catedrático de farmacología de la universidad de Alcalá y
vocal de docencia e investigación del Consejo General de Farmacéuticos,
Francisco Zaragoza.
"Y si hablamos de antigüedad están los alcaloides del opio que están
documentados desde la medicina tradicional china", continua Zaragoza en una
entrevista, "de ellos destaca la morfina o la codeína actual". "También están
los alcaloides del curare que en función de cómo era la forma del envase que se
traía de Brasil, tenía unos principios activos u otros, es decir se modificaba el
grado de relajación muscular para la anestesia", añade.
"Los principios activos de esta planta han dado pie a los relajantes musculares
que se emplean ahora en quirófanos", advierte, recordando que "la síntesis ha
imitado lo que la naturaleza nos proporciona", de hecho la mayoría de los
fármacos actuales fueron remedios caseros naturales hace años, lo que ocurre
es que en muchos casos no está documentado.
Este es el caso del paracetamol, que cómo tal no ha cumplido los 100 años, pero
que sus orígenes datan de 1899 y su descubrimiento fue "por casualidad". Según
explica, "surge cuando un viajante acude a la feria de un pueblo. El hombre,
que tenía lombrices (oxiuros), se quejaba de picor en el ano, para lo que se
aplicaba naftaleno, que viene de la naftalina". Tras adquirir el tratamiento a un
farmacéutico del pueblo, "pasados 4 o 5 días el hombre fue a ver al médico
para decirle que las obleas de naftaleno no le habían quitado el picor pero sí la
fiebre que tenía por una supuesta gripe".
El médico al ver que no olía a naftalina acudió al farmacéutico que había
elaborado el producto quien, según cuenta Zaragoza, observó que en su
elaboración en vez de naftalina había echado un producto que se usaba para
pintar muebles conocido como anilina. "El producto fue un éxito absoluto,
quitaba la fiebre pero a algunos de los pacientes les producía
metahemoglobinemia -amorataba labios y mucosas-, así que decidieron dejarlo
antes de tener un disgusto", explica. Posteriormente, en 1930 se obtuvo la
síntesis química que hoy conocemos como paracetamol.