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Sentencia C-417/09
La calumnia por su naturaleza se emparenta más con los delitos contra la Administración
pública que con los delitos contra el honor. Su parentesco morfológico con la acusación y
denuncia falsas es evidente. La plena relevancia en la calumnia de la exceptio veritatis prueba
lo aquí afirmado. Sin embargo, el legislador la incluye entre los delitos contra el honor, y
puesto que existe el delito de acusación y denuncia falsas como delito contra la Administración
de Justicia, conviene ocuparse en este lugar de la calumnia.
El impedimento creado por la disposición jurídica que inadmite la prueba sobre la imputación
de cualquier conducta punible que hubiere sido objeto de sentencia absolutoria, preclusión de
la investigación o cesación de procedimiento o sus equivalentes, genera para el inculpado de
calumnia una restricción importante en cuanto a su derecho de defensa y contradicción, pues
le impide acreditar al juez que los hechos típicos imputados a alguien no son falsos. Esto es, le
impide demostrar la ausencia de tipicidad de la conducta, supone para quien pretenda
ejercerlas, (la prueba de verdad) una amenaza de incurrir inequívocamente en el delito, al no
poder probar la veracidad de las imputaciones, al no poder servirse de la exceptio veritatis.
La exceptio veritatis en Colombia
La admisibilidad de la prueba acerca de las imputaciones penales realizadas fue, y es, la regla
general que se aplica en el delito de calumnia. Su permisión ha sido justificada debido a que:
2) Lo que se pretende salvaguardar con este tipo penal es el honor merecido, es decir, que el
Estado protege, so pena de sanciones penales, la honra cuando el sujeto pasivo del delito no
ha incurrido en la falta o en la acción vergonzosa que se le ha imputado, pues si ejecuta
efectivamente actos delictuosos o infames se despoja por sí mismo de su patrimonio moral y
no puede pretender el respeto ajeno, o por lo menos no en la misma medida de un ciudadano
cuyo actuar es irreprochable. En otros términos, hay una defraudación cuando se busca gozar
y aprovechar la estimación pública sin merecerlo.
3) Existe un interés social en conocer las malas acciones y sus ejecutores, y en desenmascarar
al deshonesto, la reprobación social es una de las formas de sanción existentes y más eficaces
en la vida civilizada, no puede considerarse como una infracción, la manifestación de los
hechos criminosos o deshonestos ejecutados por los ciudadanos, especialmente cuando se
pretende la defensa de intereses públicos “dada la amplitud y universalidad que hoy tiene el
fuero de expresar libremente toda idea, y dada la preponderancia que en los Estados
democráticos alcanza la opinión pública.
4) En un Estado democrático debe haber toda amplitud para expresar las ideas. Y por ello se
previó en la ley que, una vez probado el hecho imputado, quien hacía la imputación quedaba
exento de pena (Cod. Pen. 1890, 1936, 1980) y hoy en día, queda exento de responsabilidad
(Cod. Pen. 2000).
la Corte Suprema de Justicia, refiriéndose a la exceptio veritatis, determinó que esta restricción
a la tutela jurídica del honor estaba fundada en el culto a la verdad y en el interés social de
desenmascarar al deshonesto y que “la prueba de la verdad de un hecho calumnioso
desintegra el delito, precisamente porque en la calumnia es esencial la falsedad del hecho
concreto imputado; y en tratándose de la injuria, la exceptio veritatis excluye la ilicitud o
antijuridicidad del acto y equivale, en consecuencia, a una causal de justificación.