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UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

ESCUELA DE PSICOLOGIA
PSICOLOGIA DE LA ADICCION Y LA DEPENDENCIA

ADICCIONES Y
DEPENDENCIA
La atmósfera no delimitada de la Mente y
Emociones
CASTILLO YALENIS
V-28.061.402
T2

Octubre, 2020.
Introducción. i

Las dependencias y las adicciones hacia algunas sustancias y/o conductas son algo

que se ha podido observar a lo largo de la historia del hombre; desde beber pócimas hasta utilizar

el opio para el dolor; el consumo de sustancias ha estado presente – y lo sigue estando – en la

vida de las personas. Actualmente, se destacan nuevas dependencias, no limitándose únicamente

al consumo de sustancias como lo son el alcohol, la heroína, la cocaína, el LSD – por nombrar

algunas de las más importantes –; sino que también se reconocen aquellas adicciones de tipo

comportamental, como lo es el juego patológico, y las llamadas “nuevas adicciones” como al

internet, al teléfono, las redes sociales, al sexo, las compras, la comida; que hoy en día no figuran

ni en el DSM-5 ni el CIE-10, pero que son reconocidas por algunos expertos.

De forma general, se puede definir a la dependencia como aquel estado de necesitar o

depender de algo – o de alguien –, para funcionar o para sobrevivir. La OMS (1982) la definió

como un “síndrome”, entendiéndose esta palabra como un conjunto de síntomas y signos que

identifican una enfermedad o condición. El DSM-5 divide los trastornos relacionados con

sustancias en dos grupos: a) Trastornos por el consumo de sustancias; b) Trastornos inducidos

por sustancias (American Psychiatric Association, 2013); al hablar de la dependencia, se

reconoce dos tipos relacionados con el consumo de sustancias: la física y la psicológica. La

dependencia física o Neuroadaptación, se da cuando el organismo crea un vínculo con la droga

que se consume, donde su ausencia genera un síndrome de abstinencia o su uso prolongado

puede generar una tolerancia a sus efectos, pidiendo mayor o menor cantidad de suministro;

algunos sinónimos serian drogodependencia o toxicomanía.


Por otro lado, la dependencia que se origina y/o mantiene para: a) obtener la vivencia deii

sus efectos agradables, placenteros y/o evasivos (sedación, euforia, alucinaciones) y/o b) evitar el

malestar que se siente con su ausencia (Drogodependencia); es de índole psicológica, donde

existe un refuerzo positivo (efectos inmediatos por el consumo de la droga), que lleva a seguir

consumiendo; o un refuerzo negativo (abstinencia por dejar de consumir), lo que ocasiona que la

persona sienta un intenso deseo por volver a consumir para evitar este malestar (craving). De

igual forma, en el DSM-5 se reconoce que la dependencia también puede ser emocional y existir

sin la necesidad de consumir una sustancia, ya que una persona puede ser dependiente de otra al

poseer una fuerte necesidad – dominante y excesiva – a que le cuiden, verbigracia, trastorno de

la personalidad dependiente 301.6 (F60.7).

La adicción, por su parte, se define como “un trastorno crónico con factores biológicos,

psicológicos, sociales y ambientales que influyen en su desarrollo y mantenimiento” (American

Psychological Association); caracterizado por la pérdida de control absoluta sobre la(s)

sustancia(s) que consume(n) y los demás aspectos de la vida. En otras palabras, una adicción es

biológica ya que existe una predisposición genética que afecta el grado de activación del sistema

de recompensa en el cerebro; es psicológica, ya que puede ser influenciada por factores como el

estrés o algún antecedente de trauma; es social, ya que el uso de la sustancia y/o comportamiento

adictivo forma parte de la familia o amigos; y es ambiental debido a la accesibilidad a la

sustancia o a su bajo costo.


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La palabra "dependencia" está formada por el prefijo de- (dirección de arriba a

abajo), pendere (colgar), -nt- (agente, el que hace la acción), más el sufijo -ia (cualidad)

(www.deChile.net.); y puede traducirse como "colgar de" o “pender de”. La dependencia

se define – aplicado al alcohol y otras drogas – como una “necesidad de consumir dosis

repetidas de la droga para encontrarse bien o para no sentirse mal” (OMS, 1994); y si no

se especifica, también puede referirse a los elementos físicos, a los psicológicos y a los

emocionales. Por otra parte, la palabra “adicto” viene del latín "addictus", que quiere

decir "adjudicado" o "heredado", y para aquella época tenía una connotación ligada a

“esclavo”, por lo que se podría decir que un adicto es aquel que esta esclavizado –

addictus – al consumo de una sustancia; asimismo, se puede sustituir la palabra

“sustancia” por “conducta” si se quiere abarcar las adicciones de tipo comportamentales.

Otra definición un poco más extensa para dependencia, sería la dada por la

Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con

la Salud, en su décima edición (CIE-10, 1995), el cual la define como un síndrome de la

siguiente manera:

“Conjunto de fenómenos del comportamiento, cognitivos y fisiológicos, que se desarrollan

luego del consumo repetido de la sustancia en cuestión, entre los cuales se cuentan

característicamente los siguientes: un poderoso deseo de tomar la droga, un deterioro de la

capacidad para autocontrolar el consumo de la misma, la persistencia del uso a pesar de

consecuencias dañinas, una asignación de mayor prioridad a la utilización de la droga que a

otras actividades y obligaciones, un aumento de la tolerancia a la droga y, a veces, un estado de

abstinencia por dependencia física. Puede haber síndromes de dependencia de una sustancia

específica psicoactiva (por ejemplo tabaco, alcohol o diazepam), de una clase de sustancia (por
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ejemplo drogas opioides), o de una variedad más amplia de sustancias psicoactivas

farmacológicamente diferentes.” p.305

Como se puede observar, se señalan los criterios para su diagnóstico y se percibe

el impacto que tiene consumir de forma riesgosa alguna droga, sustancia psicoactiva o

fármaco. Ahora bien, parafraseando lo establecido en el Manual Diagnostico y

Estadístico de las Enfermedades Mentales, quinta edición, en “Trastornos relacionados

con sustancias y trastornos adictivos”; cualquier droga consumida en exceso provoca una

activación directa del sistema de recompensa del cerebro – una activación tan intensa que

se suelen ignoran las actividades normales –; participando en el refuerzo de los

comportamientos y en la producción de recuerdos. Dicho sistema de recompensa también

es activado por el juego patológico, pues produce algunos síntomas comportamentales

similares a los trastornos relacionados con el consumo de sustancias (American

Psychiatric Association, 2013).

El circuito más estrechamente relacionado con el refuerzo es el circuito

dopaminérgico: formado por el área tegmental ventral, el núcleo accumbens y la corteza

prefrontal; donde las drogas producen una acumulación de dopamina – la cual participa

en experiencias naturalmente recompensantes – en las neuronas. El consumo repetido de

drogas da lugar a que el organismo se acostumbre físicamente a ellas; los fármacos que

reducen la actividad de la dopamina han mostrado también reducir la motivación, así

como provocar anhedonia (incapacidad para experimentar placer), mientras que los

fármacos que aumentan la actividad de la dopamina muestra un efecto secundario de

comportamiento compulsivo (apuestas, compras, coleccionismo, deshinibición sexual).

De acuerdo con los efectos que producen las drogas estas se clasifican en:
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 Depresoras: Son sustancias que disminuyen u obstaculizan la actividad del

SNC. Entre las más importantes figuran el alcohol, los sedantes, el opio y

la heroína.

 Estimulantes: Son sustancias que excitan o aumentan la actividad del

SNC, incluyen la nicotina del tabaco, la cocaína y las anfetaminas.

 Alucinógenos: Sustancias del tipo del LSD que actúan sobre el SNC

provocando alucinaciones y delirios.

De igual forma, en el DSM-5 los trastornos relacionados con sustancias abarcan

diez clases de drogas distintas: Alcohol. Cafeína. Cannabis. Alucinógenos (con categorías

separadas para la fenciclidina [o arilciclohexaminas, de acción similar] y otros

alucinógenos). Inhalantes. Opiáceos. Sedantes, hipnóticos y ansiolíticos. Estimulantes

(sustancia anfetamínica, la cocaína y otros estimulantes). Tabaco y otras sustancias o

sustancias desconocidas (American Psychiatric Association, 2013). A su vez, se

distinguen tres tipos de dependencias relacionadas con sustancias: la física, la psicológica

y la social.

 Dependencia Física o Neuroadaptación: Es un estado de adaptación del

organismo a la presencia de una o varias droga(s), y se caracteriza por

crear una necesidad recurrente por consumir dicha(s) droga(s) para

mantener ese estado (vinculo droga-organismo).

o Síndrome de Abstinencia: Es el conjunto de síntomas que se

producen, cuando se suprime bruscamente el consumo de una


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droga. Puede hablarse de síndromes de abstinencia específicos o

inespecíficos. (Martínez Ruiz & Rubio Valladolid, 2002)

o Tolerancia: Es la necesidad de aumentar de forma notable las

dosis, para conseguir los efectos deseados; o notable disminución

de los efectos al utilizar las mismas dosis de forma regular; o

también, la habituación física a una cantidad determinada de droga,

de forma que se necesita aumentar continua y gradualmente la

dosis, para conseguir los mismos efectos. (Martínez Ruiz & Rubio

Valladolid, 2002).

 Dependencia Psicológica: Es un deseo intenso por consumir para: a)

obtener sus efectos placenteros; b) evitar el malestar por su ausencia.

o Craving: Es un deseo (o necesidad psicológica) intenso e

irrefrenable que conduce al individuo a abandonar la abstinencia.

(Palma).

 Dependencia Social: Está determinado por una necesidad de consumir la

droga como signo de pertenencia a un grupo social que proporciona una

clara señal de identidad personal. (Drogodependencia)

Las personas con adicción consumen sustancias o adoptan comportamientos que

se vuelven compulsivos y que a menudo continúan a pesar de las consecuencias dañinas

(Sociedad Estadounidense de Medicina de las Adicciones., 2019). En la actualidad,

algunos autores sostienen que cualquier conducta placentera podría ser susceptible de

convertirse en hábito y, según las circunstancias, en una adicción; tales serían los casos
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de aquellas llamadas “nuevas adicciones” características del siglo XXI, como lo son el

internet y todo lo que este abarca: las redes sociales, el cibersexo, la pornografía, el

teléfono móvil, los videojuegos, entre otros.

Aunque el DSM-5 y el CIE-10 poseen un amplio repertorio de información, en

ninguno de los dos se reconocen algunas de estas “nuevas adicciones”, por lo que sólo se

puede hablar de un uso excesivo – en cuanto se refiere a las nombradas al inicio del

párrafo – y no de una patología o trastorno como tal. “En suma, un hombre pos-moderno

ávido de goces intensos, despojado de toda espiritualidad y haciendo culto de la droga y

del sexo, un hombre desamparado en esta sociedad de consumo, a la vez hastiado y

hambriento.” (Montecinos, 2008). Algunos modelos que intentan explicar las causas y/o

factores que influyen en que una persona se vuelva adicta son (Mendoza & Vargas,

2017):

1. Modelo Médico Tradicional: Se observa a la drogodependencia como un

problema exclusivamente médico; como una enfermedad que aqueja a los

individuos y que es generada por la acción de una sustancia

psicoactivadora sobre los procesos biológicos de quienes consumen.

2. Modelo Neurobiológico: El modelo explica que cuando se activan los

centros motivacionales y de reforzamiento en el cerebro, se otorgan

recursos de atención y comportamientos a estímulos determinados a los

que se les ha etiquetado previamente con una recompensa fijada.

3. Modelo Psicosocial: Manifiesta que son muchos los sociólogos y

filósofos, que señalan que la adicción como toda enfermedad, es


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socialmente construida y tiene una existencia de tipo simbólica que la hace

ser lo que es.

Con relación a lo anterior, se tiene una teoría de que la dependencia o adicción se

pueden explicar bajo el enfoque del abordaje biopsicosocial, el cual reconoce las tres

esferas de los anteriores modelos y las unifica en uno solo, reconociendo con ello las

bases biológicas y genéticas de la adicción, así como sus elementos psicológicos (como

los comportamientos y las cogniciones), y tomando en cuenta los contexto sociales,

económicos y culturales (Mendoza & Vargas, 2017). En base a lo anteriormente

expuesto, se hace mención de algunos factores que están implicados en el consumo de

sustancias y/o conductas adictivas.

1. Factores biológicos, que pueden estar determinados genéticamente y

que determinan la vulnerabilidad a la dependencia de las drogas.

2. Variables psicológicas que influyan en las expectativas de los efectos

de las drogas o modulen los efectos de las mismas.

3. La naturaleza de su núcleo sociocultural general y del más inmediato.

4. Las características farmacodinámicas de la droga en cuestión, teniendo

en cuenta: a) La sustancia empleada; b) La cantidad utilizada; c) La

frecuencia del uso; d) La vía de administración; y e) La finalidad.


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Conclusión.

Leído y realizado el presente trabajo acerca de Adicciones y Dependencias, se

procede a enumerar las siguientes conclusiones:

1. Todo consumo de alguna droga, sustancia psicoactiva o fármaco, no

resulta perjudicial para la salud mental o física, y el bienestar social;

siempre y cuando dicho consumo sea en pro de la persona, es decir,

cuando su uso es con fines terapéuticos o medicinales.

2. Todo consumo en exceso de alguna droga, sustancia psicoactiva o

fármaco, resulta perjudicial para la salud mental o física, así como el

bienestar social; cuando dicho consumo se caracteriza por: a) un deterioro

o pérdida de control y b) una compulsión; que conlleva a que se siga

consumiendo dicha sustancia y/o realizando dicha conducta.

3. La dependencia en si no es suficiente para hablar de una adicción, puesto

que una persona dependiente – con relación al consumo de sustancias –

aún es capaz de atender a sus obligaciones diarias; mientras que una

adicción es incapaz de atender sus obligaciones diarias, y todo

pensamiento gira en torno al consumo.

4. La dependencia no se limita únicamente al consumo de sustancias, sino

que también puede ser emocional.

5. Aunque muchos psicólogos y profesionales de la salud defienden la

existencia de nuevas adicciones – las cuales han ido en apogeo en este

último siglo – el material suministrado por el DSM-5 y el CIE-10 aun no


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las reconoce como tal; por los que solo se les puede catalogar como un

“uso excesivo” a dichas conductas. No obstante, nada es intransigente en

este mundo, y todo se encuentra siempre en proceso de cambio; por lo que

resulta imperativo que el profesional de la salud sea alguien que se adapte,

que explore, que investigue, y que esté dispuesto a adaptarse a los nuevos

tiempos, para poder actuar de manera más óptima y efectiva a las nuevas

problemáticas que solo el tiempo parece traer consigo, quizás como un

nuevo obstáculo al que superar, quizás como una invitación a superarnos

nosotros cada día mas


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