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La reflexión frente al currículo manifiesto, nulo y oculto

Tal vez el que uno mejor recuerda en aquellas épocas donde las habilidades motoras, tanto finas
como gruesas, se estaban puliendo para luego abandonar los esquemas de unas y reforzar las
operaciones de otras, el currículo mejor visto o más recordado por sus temas y no por su
aprendizaje fueron el manifiesto, el que se recordaba con empeño por las tareas asignadas por
guías de solución hechas por grupos de a cuatro solo quedaban en el currículo nulo mediante la
charla con mis compañeros mientras alguno de los cuatro registraba minuciosamente el
documento no leído y copiaba de una lado a otro lo que pedían las preguntas de las guías; por otro
lado cuando el currículo manifiesto no podía expresar en las horas de clase, por lo tanto, la tarea
era algo que debía hacerse, pero con la naturaleza de la educación reproductiva de conocimientos
y notas que solo servían para que la familia lo felicitara o lo castigará, se pensaba que lo que
importaba era rellenar el cuaderno con citas de Wikipedia pasada de la pantalla al texto creyendo
que en eso se basaba la escuela. Después de ello, llegué a Decimo con menos interés en el colegio
más que continuar para ir a la universidad, pero algo cambió, los docentes comenzarón amostrar
interés y amor por lo que dictaban, no sé si era por la edad que teníamos o por no tener esos
docentes antes, pero todo cambió, la profesora de Economía convertía los saberes previos con los
nuevos en aplicaciones prácticas desde lo ambiental y político que ocurría en nuestro país, el
docente de filosofía acostumbraba a hacer relaciones intertextuales frente a la reflexión y la
práctica desde el chiste y el ejemplo de cada uno de los estudiantes. Pero el que pude ver una
relación entre currículo manifiesto, nulo y oculto y que ahora veo con claridad fue el profesor de
español quien, me mostró la transposición didáctica mostrando la mitología no como una tragedia
sino como burla trayendo todas esas historias al contexto de aquella época, los dioses se volvían
personajes de barrio con sus respectivos dialectos y mofas, y aún así nos invitaba a interactuar con
ellos, no quedarnos callados y responder ante esto, ante el acto, ante la expresión y lo que era
vivir. Tal vez los anteriores profesores se desmotivaron y se quedaron en el mínimo esfuerzo de
enviar guiar, ver una y otra el primer párrafo de Wikipedia, siendo la principal labor que no
hubiera desorden en el aula, tal vez hay un punto de desencanto tan gigante que al final parece
que la docencia no vale la pena, o simplemente tenemos tantas esperanzas y sueños con esos
estudiantes que aún no conocemos que cuando nos rompen el corazón, no volvemos a ser los
mismos.

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