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Antonio Vélez Montoya

Del Big Bang al Homo Sapiens

Tomado de https://goo.gl/MaSvSK
Del Big Bang al Homo Sapiens
Antonio Vélez Montoya
Villegas Editores
Medellín, 2004
576 pp.

En esta bellísima edición elaborada por la ra colombiana con libros como estos que
Universidad de Antioquia en su colección son semilleros inagotables de inquietudes
de Interés General, el doctor Antonio Vé- intelectuales! Como advertía Hans Rei-
lez Montoya, máster en Matemáticas de la chenbach, cada vez que un científico —de
Universidad de Illinois, ha dado a conocer la especialidad que sea— habla de ciencia,
una obra que en el fondo no es más que filo- hace una suerte de lecho de Procusto en el
sofía de la ciencia. Todas las ramas del saber cual acuesta a sus temas preferidos para so-
se han separado de la filosofía en diferentes meterlos al tira y afloje de sus tendencias.
épocas y bajo diversas circunstancias. Cada uno hallará un interés creciente hacia
La portada de este libro fue inspirada un lado u otro del libro aunque para mí es
en una obra de René Magritte y diseñada suculento de principio a fin.
por Ana María Vélez, hija del matemático No hay nada nuevo en los datos que
antioqueño. El libro tiene trece capítulos el ilustre antioqueño aporta para llevar de
como desafiando la gravitación ominosa de la mano al lector y este, de alguna manera,
esa cifra; con 576 páginas útiles de super- concluya que la evolución se reorganiza a
ficie textual, esta obra no comienza, como sí misma mediante ciertos mecanismos sin
supondría el lector, a la manera de los libros necesitar para nada —al menos de modo
enero-junio 2017

de Henri Laborit o Jean Charon, desde los visible— de un ser todopoderoso y al mar-
cúmulos galácticos hasta las formaciones gen del proceso evolutivo. Nos parece de
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hojas universitarias | Número

celulares, del astro al protoplasma. Empieza especial valor el cúmulo siguiente de in-
casi con un recuento de las bases químicas quietudes de este libro que más parece obra
de la vida; en realidad, la primera parte, ya de biólogo o bioquímico que de experto en
que el libro tiene dos, es un tributo rendi- álgebra vectorial.
do a la inteligencia de Charles Darwin por En la página 83 (Parte i) se dice que
haber descubierto las leyes evolutivas que la la Natura sí juega a los dados. Ello implica
genética y la bioquímica de hoy se encar- que en la disputa entre el padre del rela-
gan de ratificar. La segunda parte inicia con tivismo y los primeros mecánicos cuánti-
el abordaje de lo que suponemos es más el cos, la naturaleza apostará por los últimos,
área del profesor, la astrofísica. a pesar del poco “amparo” que ofrecen. Al
¡Qué duda cabe del aporte que hace lógico tradicional le huele mal que haya
148 la Universidad de Antioquia a la cultu- temas o asuntos que no puedan gobernar-
se por leyes exactas, así vengan de cálculo les más avanzados de todos los tiempos. Por 149
de probabilidades. Esa aseveración de la ejemplo, el tema del origen de la vida, del

Libros
debilidad tahúra de la Natura se cita en la cual hace un didáctico resumen no exento
página 83. Una página antes, el Dr. Vélez de humor. Da la sensación que alguien se
Montoya hace una aseveración —que no sé hace materialista porque no haya algo más
hasta qué punto es suya—: “la muerte es el a la mano. En la página 214, por ejemplo,
gran descubrimiento de la vida”. Para mí, se habla del paso de lo in-orgánico hacia lo
simple aficionado a la necrología y a la ta- orgánico. No se trata de hacer altares al es-
natología, pienso que al lado del bios–logos tilo del élan vital de Henri Bergson, pero
está el necro–logos como fondo de todo, esta tampoco decir que los coacervados opari-
frase resulta algo más que sugestiva. nianos son incontrovertibles como etapa
Frente a esa terrible angustia de un Ja- prebiótica.
cques Monod, por ejemplo, de saber los al- ¿Si todo esto no busca nada, para
cances tanto del azar como de la necesidad, qué existe? Si no hay teleología, ni siquie-
el Dr. Vélez Montoya dice: “el azar decide ra teleonomía sino simplemente algo que
el rumbo que debe seguir”. Un teólogo diría avanza con teleoforma, ¿quién inyecta los
que la voluntad de Dios se confunde con el mecanismos de corrección, de autoorgani-
aparente azar, llamado así por la ignorancia zación como dice el ilustre intelectual pai-
matemática del hombre. El sistema que Vé- sa? (¿Quién o Qué?).
lez indica para que funcione “racionalmen- Realmente esta obra, editada en mayo
te” el azar se llama Orden por fluctuaciones. de 1994, con dos partes, una de Genética y
En la página 84, el Dr. Vélez comen- Evolución y la otra de Astrofísica y Evo-
ta de manera inteligente como defensor lución —algo así como micro y macrocos-
del evolucionismo ante cualquier fiscalía mos revueltos con evolución— dará mucho
ingenua: “el sistema se auto organiza (co- de qué hablar tanto al que la lea con fines
rrige)”. Pero ello no implica que busque fi- de academia como a los filósofos e intelec-
nes, propósitos. El proceso evolutivo no es tuales interesados no solo en embelecos,
teleológico sino teleoforme. En la página como llamaría Rubén Sierra Mejía a tanto
224 repite este tema apasionante. Nosotros embrollo de palabrería huera del posmo-
usaríamos la palabra teleomorfa: ¿No tiene dernismo, sino en los temas eternos, si es
fines o carece de propósitos la evolución? que hay algo eterno que quiera saber del
¿Hacia qué aspira o quien sembró un me- hombre.
canismo de búsqueda, de perfectibilidad en
los sistemas que ella usa? daniel potes vargas
Vélez Montoya no escatima valor para Escritor, poeta y ensayista,
traductor de textos literarios y científicos.
tratar temas que apasionan a los intelectua-

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