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UNIDAD III.

CONCEPTO, NATURALEZA JURÍDICA Y FUNDAMENTO


CONSTITUCIONAL DEL AMPARO.

3.1 Concepto

De acuerdo con algunas tesis de jurisprudencia emitidas por la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, “…es un medio de control constitucional cuyo objeto es
reparar las violaciones de garantías que un determinado acto de autoridad genera
sobre la esfera jurídica del gobernado que lo promueva, con el fin de restituirlo en
el pleno goce de sus derechos fundamentales que le hayan sido violados”.1

Sin embargo, a raíz de las reformas constitucionales de junio de 2011, el


significado del amparo sufrió ciertas modificaciones, al cambiar la denominación
“garantías individuales” por la de “derechos humanos”, incluirse la protección en
contra de particulares que lleven a cabo actos de autoridad, así como adicionarse
a la legislación el “interés legítimo”.

La Magistrada Campuzano Gallegos lo define como “un medio de control de


constitucionalidad, convencionalidad y legalidad de los actos, normas y omisiones
que provienen de las autoridades y de los particulares que actúan como
autoridades, el cual se sigue en forma de juicio ante los tribunales federales”.2

En consecuencia, podemos afirmar que el amparo es un medio de control de la


constitucionalidad de actos, sea de autoridades (administrativos, legislativos o
jurisdiccionales) o de particulares (cuando realicen actos equivalentes a los de
autoridad, que afecten derechos cuyas funciones estén determinadas por una
norma general), que vulneran derechos humanos o las garantías del gobernado,
cuyo fin es que se restituya en el pleno ejercicio del derecho o garantía violado.

1
Tesis: 2a./J. 181/2006, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante la Novena
Época, visible en la página 189 del Tomo XXIV, Diciembre de 2006, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
2
Campuzano Gallegos, Adriana Leticia. Manual para entender el Juicio de Amparo, Thomson Reuters, México, 2015. Pág.
1

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3.2 Naturaleza jurídica.
Diversos autores refieren que el amparo, dependiendo de cuál de ellos sea, puede
tenerse como un juicio o un recurso. Refieren que el único juicio, como tal, es el
amparo indirecto, pues en este existe una contienda entre los particulares y la
autoridad, y hay un periodo probatorio; asumiendo que el amparo directo es un
recurso extraordinario que tienen los particulares en donde no es posible aportar
pruebas.

Empero, lo cierto es que a pesar de que se le denomine juicio, éste es un medio


extraordinario de defensa de control de constitucionalidad de actos. Desde la
quinta época, la Corte ha señalado que el amparo no es un recurso, tal como lo
estableció la otrora Cuarta Sala al resolver el amparo directo 2468/55: “El amparo
no es un recurso con el contenido que a tal concepto confiere la doctrina
procesal; esto es, una instancia o procedimiento utilizado por las partes para
impugnar una resolución y así obtener su revocación, reforma o modificación; sino
que es un procedimiento de jerarquía constitucional, tendiente a conservar a
los individuos en el disfrute de sus garantías individuales, incluso las de exacta
aplicación de la ley…”

Algunos procesal-constitucionalistas, como Fix Zamudio y Domingo García


Belaunde, consideran diversos sectores del amparo, a saber: amparo habeas
corpus o amparo de la libertad; amparo contra leyes o acción concreta de
constitucionalidad; amparo casación o amparo judicial; amparo contencioso
administrativo y amparo social (agrario y laboral).3

3.3 Fundamento constitucional del juicio de amparo (artículo 103


constitucional).

3
Fix Zamudio, Héctor. “Breve introducción al juicio de amparo mexicano”, Ensayos sobre el derecho de amparo, 2a. ed.,
México, UNAM-Porrúa, 1999 y

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Como en la Unidad II se explicó, el fundamento constitucional del amparo surge
con el Acta Constitutiva y de Reformas de 1847 4 y, posteriormente, quedó
reflejado en la Constitución de 1857, que en su artículo 101 5 preveía la
competencia de los tribunales de la Federación para conocer de las controversias
que surgieran por la violación de garantías.

Al ser la Constitución vigente una serie de reformas y adiciones a la de 1857, el


contenido del artículo 101, se trasladó al actual numeral 103, que se analiza a
continuación.

3.3.1 Análisis del artículo 103 constitucional.


En nuestra Ley Suprema vigente, es el artículo 103 el que prevé el amparo;
además del 107, que prescribe las bases sobre las cuales se establecerá la ley
reglamentaria correspondiente.

El artículo 103 mencionado, es del tenor siguiente:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


Artículo 103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite

I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos
reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como
por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;

II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la
soberanía de los Estados o la autonomía de la Ciudad de México, y

III. Por normas generales o actos de las autoridades de las entidades federativas que invadan
la esfera de competencia de la autoridad federal.

En la primera fracción, se puede advertir claramente que el amparo procede:

4
Este documento previó el medio de control en su artículo 25, que dice: “Artículo 25.- Los tribunales de la Federación
ampararán a cualquiera habitante de la República, en el ejercicio y conservación de los derechos que le concedan esta
Constitución y las leyes constitucionales, contra todo ataque de los poderes legislativo y ejecutivo, ya de la Federación, ya
de los Estados, limitándose dichos tribunales a impartir su protección en el caso particular sobre que verse el proceso, sin
hacer ninguna declaración general respecto de la ley o del acto que lo motivare.”
5
El artículo citado es del tenor siguiente:
“Artículo 101. Los tribunales de la federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por leyes ó actos de cualquiera
autoridad que violen las garantías individuales. II. Por leyes ó actos de la autoridad federal que vulneren ó restrinjan la
soberanía de los Estados. III. Por las leyes ó actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la autoridad
federal.”

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a) En contra de actos, siendo estos los administrativos, los legislativos e,
incluso, los jurisdiccionales.
b) Deben provenir de una autoridad, entendida esta como aquella en sentido
formal o un particular que actúe como tal, por determinación de la ley.
c) El acto de autoridad debe afectar derechos humanos o las garantías que se
prevén en la Constitución o, en su caso, en los tratados internacionales.

Ahora bien, tratándose del amparo por invasión de esferas competenciales o


“amparo soberanía", previsto en las fracciones II y III del artículo transcrito, la
Suprema Corte definió, primero, que era necesaria la existencia de una violación a
las, hasta ese momento, garantías individuales, como se ha mantenido hasta
nuestros días, con la denominación “derechos humanos y sus garantías”. Uno de
los razonamientos que expuso la Segunda Sala de la Suprema Corte, al resolver
el Amparo 3890/39, fue el siguiente:

AMPARO, MATERIA DEL. El juicio de amparo fue establecido por el artículo


103 constitucional, no para resguardar todo el cuerpo de la propia Constitución,
sino para proteger las garantías individuales, y las fracciones II y III del precepto
mencionado, deben entenderse en el sentido de que sólo puede reclamarse en
el juicio de garantías una ley federal cuando invada o restrinja la soberanía de
los Estados, o de éstos, si invade la esfera de la autoridad federal, cuando exista
un particular quejoso, que reclama violación de garantías individuales, en un
caso concreto de ejecución o con motivo de tales invasiones o restricciones de
soberanías. Si el legislador constituyente hubiese querido conceder la facultad
de pedir amparo para proteger cualquiera violación a la Constitución, aunque no
se tradujese en una lesión al interés particular, lo hubiese establecido de una
manera clara, pero no fue así, pues a través de las Constituciones de 1857 y de
1917, y de los proyectos constitucionales y actas de reforma que los
procedieron, se advierte que los legisladores, conociendo ya los diversos
sistemas de control que pueden ponerse en juego para remediar las violaciones
a la Constitución, no quisieron dotar al Poder Judicial Federal de facultades
omnímodas para oponerse a todas las providencias inconstitucionales, por
medio del juicio de amparo, sino que quisieron establecer éste, tan sólo para la
protección y goce de las garantías individuales.

Ahora bien, lo que a muchas personas les causa confusión, tratándose del amparo
por invasión de esferas, es quién puede promover este medio de control de

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constitucionalidad (legitimación ad causam). El mismo órgano, referido en el
párrafo anterior, al resolver el amparo administrativo en revisión 5007/43,
determinó que no era la Federación quien tenía la legitimación para acudir al
amparo y sino los particulares:

AMPARO CONTRA LA LEY DE HACIENDA DEL ESTADO DE COAHUILA,


QUIÉN PUEDE PROMOVERLO. No es de tomarse en consideración el agravio
en el sentido de que el amparo es improcedente, porque atacándose la
constitucionalidad de la Ley de Hacienda del Estado de Coahuila, por invadir la
esfera reservada a la Federación, la parte quejosa carece de personalidad para
hacer esa impugnación, toda vez que corresponde a la autoridad federal, cuya
esfera de acción ha sido inválida, al atacar de inconstitucional la ley de
referencia por medio de sus representantes legales a través de la vía de amparo,
porque no es exacto que en un caso de invasión de la esfera federal, por las
autoridades locales, sea la Federación la única capacitada para pedir amparo,
por conducto de sus órganos representativos. Por el contrario, dentro de nuestro,
sistema del juicio de amparo, cuando una invasión se produce y causa perjuicio
a determinados individuos, lesionado sus derechos, son éstos quienes pueden
solicitar la protección de la Justicia Federal, ya que el amparo, por su naturaleza
misma y la finalidad con que fue establecido en nuestra legislación constitucional
y secundaria, tiende a salvaguardar las garantías individuales frente a las
arbitrariedades del poder público, de otra manera se negaría validez y eficacia a
todo el sistema que informa el artículo 107 de la Constitución Federal.

Finalmente, ya en la Séptima Época, uno de los criterios que dan una mayor
claridad a esta situación de la legitimación para acudir al amparo, surgió al
resolverse los amparos en revisión 5220/80, 350/79 y 5186/79, que dice:

INVASIÓN, VULNERACIÓN O RESTRICCIÓN DE LA ESFERA DE


FACULTADES CONSTITUCIONALES DE LA FEDERACIÓN O DE LOS
ESTADOS. COMPETENCIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA. De la lectura del artículo 103 constitucional, se advierte que con lo
establecido en sus fracciones II y III, el Constituyente encomendó a los
Tribunales de la Federación el encargo de proteger, en beneficio de los
gobernados, de manera que éstos puedan acudir al juicio de garantías, las
esferas de competencia de la Federación y de los Estados para mantener
vigente el Pacto Federal, teniendo como base fundamental la no usurpación de
funciones constitucionales entre las autoridades de éstos; lo que implica que se
observe y cumpla con lo dispuesto, entre otros, por los artículos 73, 74, 76, 79,

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80, 89, 94, 103 al 106, 115 al 124, 129 y 130 al 135 de la Constitución General
de la República, que delimitan las facultades de las autoridades federales y
estatales. Atento a lo anterior, este Tribunal Pleno considera que por leyes o
actos de autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados,
o por leyes o actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la
autoridad federal, solamente deben entenderse aquellos emitidos por la
autoridad de un órgano del poder público federal que comprendan facultades
constitucionalmente reservadas a los Estados, con los cuales penetre al ámbito
de atribuciones que la Constitución establece o reserva en favor de éstos; o
viceversa. Es decir, que la autoridad de un órgano del poder público local al
emitir una ley o un acto, ejerza facultades constitucionalmente reservadas a la
Federación, penetrando con ello al ámbito de atribuciones del poder público
federal. Tal consideración se funda en que la vulneración, restricción o invasión
de esferas presupone una usurpación de facultades o funciones que
constitucionalmente corresponden en exclusiva, respectivamente, a la
Federación o a los Estados, de manera que, al emitir un acto de autoridad, uno
se arroga facultades o funciones que corresponden al ámbito jurídico que la
Carta Fundamental establece en favor del otro. Por tanto, en un juicio de amparo
solicitado, con fundamento en las fracciones II y III del artículo 103
constitucional, debe apreciarse, en primer lugar, si el problema planteado trata o
no de una vulneración, restricción o invasión de esferas, para así determinar si
se surte o no la competencia de este Tribunal Pleno, y en segundo, en el
supuesto de que se trate de un problema propio de una vulneración, restricción o
invasión de esferas, precisar su existencia, y en su caso, determinar si tal
usurpación de atribuciones repercute en los derechos del quejoso, toda vez que
no basta, para que surja la competencia del Pleno de este Alto Tribunal, que la
demanda de garantías se funde en las aludidas fracciones del mencionado
precepto, como tampoco es suficiente la simple alusión del quejoso en el sentido
de que con el acto reclamado se vulnera, restringe o invade la esfera de
atribuciones de la Federación o de los Estados. Es necesario, pues para que la
competencia del Pleno se establezca, que la controversia planteada realmente
trate de una vulneración, restricción o invasión, por parte de las autoridades
locales, de la esfera de facultades constitucionalmente reservadas a la
Federación o, por lo que ve a las autoridades federales, que éstas actúen en el
campo que la Constitución de la República asigna en exclusiva a los Estados.

Así, el amparo en virtud del cual se reclama la invasión de jurisdicción debe ser
promovido por el particular afectado en sus derechos constitucionales con motivo
de la invasión o, en su caso, por un ente del Estado que se vea afectado en sus
intereses patrimoniales, siempre que actúe sin el carácter de autoridad. De
acuerdo a lo que establece el artículo 103 de la Constitución Federal, en el caso
de leyes o actos de autoridades que violen derechos humanos o sus garantías no

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existe problema, porque puede pedir amparo lo mismo un particular, persona
física, que una persona moral en lo que se refiere a sus derechos patrimoniales.
Pero, ¿quién va a pedir el amparo en el caso de las dos últimas fracciones?
Podría pensarse que el amparo debería ser interpuesto o bien por la Federación o
bien por el Estado, puesto que se trata de invasión de jurisdicciones. Sin embargo,
es un principio definitivamente fijado en materia de amparo, que el juicio
constitucional siempre debe promoverse por un particular, por aquel que resulte
perjudicado con motivo del acto de que se trata. Existirá, en algunos casos, la
posibilidad de que la Federación o los Estados puedan pedir amparo, pero
siempre en el concepto de personas morales de derecho civil. La Federación y los
Estados como autoridades nunca pueden pedir amparo alegando invasión de sus
respectivas jurisdicciones, pues para ello existen otros medios de control de
constitucionalidad que están a su alcance.

Esta tesis, de acuerdo con interpretación de la Corte, se desprende claramente de


la primera parte del artículo 107 de la Constitución Federal, antes de la reforma de
junio de 2011, que declaraba: "Todas las controversias de que habla el artículo
103, se seguirán a instancia de la parte agraviada por medio de procedimientos y
formas de orden jurídico que determinará una ley que se ajustará a las bases
siguientes: I. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos
particulares, limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el
que verse la queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que
la motivare". Es necesario, pues, para que el acto pueda impugnarse mediante un
juicio constitucional, que redunde en perjuicio de una persona física o moral de
derecho civil, únicas que podrán acudir al juicio de amparo. El Poder Judicial
Federal no podrá, de esta suerte, constituirse en instrumento de otro de los
poderes del Estado, porque el único que puede provocar su intervención es el
particular agraviado, y la base de la solicitud tiene que ser un agravio concreto en
su patrimonio o en su persona. La función controladora se refiere, pues a un
interés privado, particular y no a un interés de un órgano del Estado.

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3.4 Tribunales del Poder Judicial de la Federación que conocen del juicio de
amparo.
Ahora bien, una vez definido el fundamento constitucional del amparo, es
necesario establecer qué órganos conocerán y resolverán del amparo, sea en la
vía directa o indirecta.

Para esto, es necesario acudir a la legislación vigente, que es la Ley de Amparo,


la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, así como el Acuerdo Plenario
5/2013, emitido el trece de mayo de dos mil trece, relativo a la determinación de
los asuntos que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación conservará
para su resolución y el envío de los de su competencia originaria a las Salas y a
los Tribunales Colegiados de Circuito. La competencia para conocer del amparo
se prevé en el artículo 33 de la Ley de la materia, que especifica:

Ley de Amparo
Artículo 33. Son competentes para conocer del juicio de amparo:
I. La Suprema Corte de Justicia de la Nación;
II. Los tribunales colegiados de circuito;
III. Los tribunales unitarios de circuito;
IV. Los juzgados de distrito; y
V. Los órganos jurisdiccionales de los poderes judiciales de los Estados y del
Distrito Federal, en los casos previstos por esta Ley.

Además, antes de definir la competencia, tratándose de amparo, es necesario


establecer que existen dos vías en el amparo, la directa y la indirecta. Entonces,
para mayor comprensión del tema, se hará la distinción en cada uno de los
apartados, respecto a la competencia de dichos órganos, según la vía que se
intente.

3.4.1 Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para que la Suprema Corte conozca de algún juicio de amparo o del recurso de
revisión del mismo, esto puede ocurrir por tres procedimientos distintos, a saber:
derivado del ejercicio de la facultad de atracción, por reasunción de competencia

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(de la delegada a los Tribunales Colegiados de Circuito) o por que se trate de su
competencia originaria (no delegada).

• Facultad de atracción

La facultad discrecional de atracción es el medio excepcional de control de la


legalidad con rango constitucional con el que cuenta la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para atraer asuntos que, en principio, no son de su competencia
originaria, pero que revisten interés y trascendencia. De conformidad con la
Constitución, la Suprema Corte de Justicia de la Nación puede conocer de los
amparos directos y de las revisiones de amparos indirectos, de conformidad con lo
que establecen las fracciones V y VIII de la Constitución, así como el numeral 40
de la Ley de Amparo, que son del texto siguiente:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
V. El amparo contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin
al juicio se promoverá ante el Tribunal Colegiado de Circuito competente de
conformidad con la ley, en los casos siguientes:
[…]
La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, del Fiscal General de la República, en los
asuntos en que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o del Ejecutivo
Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrá conocer de los
amparos directos que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito
o los Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la
Suprema Corte de Justicia:
[…]
La Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada del correspondiente
Tribunal Colegiado de Circuito, del Fiscal General de la República, en los
asuntos en que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o del Ejecutivo
Federal, por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, podrá conocer de los
amparos en revisión, que por su interés y trascendencia así lo ameriten.

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Ley de Amparo
Artículo 40. El pleno o las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
podrán ejercer, de manera oficiosa o a solicitud del Procurador General de la
República la facultad de atracción para conocer de un amparo directo que
corresponda resolver a los tribunales colegiados de circuito, cuando por su
interés y trascendencia lo ameriten, de conformidad con el siguiente
procedimiento:
I. Planteado el caso por cualquiera de los ministros, o en su caso hecha la
solicitud por el Procurador General de la República, el pleno o la sala acordará si
procede solicitar los autos al tribunal colegiado de circuito, en cuyo caso, previa
suspensión del procedimiento, éste los remitirá dentro del plazo de tres días
siguientes a la recepción de la solicitud;
II. Recibidos los autos se turnará el asunto al ministro que corresponda, para que
dentro del plazo de quince días formule dictamen a efecto de resolver si se
ejerce o no dicha facultad; y
III. Transcurrido el plazo anterior, el dictamen será discutido por el tribunal pleno
o por la sala dentro de los tres días siguientes.
Si el pleno o la sala decide ejercer la facultad de atracción se avocará al
conocimiento; en caso contrario, devolverá los autos al tribunal de origen.

De las fracciones transcritas, observamos que, para que exista conocimiento de la


Corte, tratándose de amparos directos o amparos en revisión, es necesario lo
siguiente:
✓ Puede ser de oficio, esto es, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por
alguno de sus ministros, puede solicitar al órgano que esté conociendo del
amparo directo o del amparo en revisión se remita a la Corte, para que sea
esta quien lo resuelva. Tratándose de petición, esta debe ser fundada y se
legitima a ciertos sujetos para llevar a cabo la solicitud, siendo el Tribunal
Colegiado de Circuito, el Fiscal General de la República, en los asuntos en
que el Ministerio Público de la Federación sea parte, o el Ejecutivo Federal,
por conducto del Consejero Jurídico del Gobierno, quienes puede elevar la
solicitud, a pesar de que el artículo 40 de la Ley de Amparo sólo prevé la
legitimación para el otrora Procurador General de la República.
✓ Que el asunto revista importancia y trascendencia. En un afán delimitador y
sistematizador de estos criterios, puede estipularse que para referirse al

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aspecto cualitativo se utilicen los conceptos “interés” e “importancia”, como
notas relativas a la naturaleza intrínseca del caso, tanto jurídica como
extrajurídica; en tanto que para el aspecto cuantitativo se reserve el
concepto “trascendencia” para así reflejar el carácter excepcional o
novedoso que entrañará la fijación de un criterio normativo para casos
futuros. En este aspecto, el criterio será eminentemente jurídico.
Así, el “interés” que emane de un asunto debe entenderse como aquél en el
cual la sociedad o los actos de gobierno motiven su atención por poder
resultar afectados de una manera determinante con motivo de la decisión
que recaiga al mismo, ya sea en términos jurídicos, históricos, políticos,
económicos o sociales.
Por su parte, la “trascendencia” deriva del carácter excepcional o novedoso
que entrañará la fijación de un criterio estrictamente jurídico, así como de la
complejidad sistémica que presentan algunos asuntos por su
interdependencia jurídica o procesal, de forma tal que su análisis resulte
relevante para la resolución de casos futuros.
No pasa inadvertido que el término “trascendencia” es ambiguo porque, por
un lado, puede ser empleado para referirse a lo que aquí se ha llamado
aspecto cualitativo y, por otro lado, para referirse al aspecto cuantitativo.
Tampoco pasa inadvertido que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha empleado el término indistintamente para referirse a unos y a otros
conceptos. Con la estipulación que aquí se establece puede resolverse la
ambigüedad de la palabra trascendencia, reservándola como un predicado
que sólo se refiera a la excepcionalidad del criterio jurídico que pueda surgir
del caso atraído. Por lo demás, este término, en su más sentido estricto, se
refiere a aquello que está más allá de los límites de lo ordinario, a lo que se
aparta de lo común. De este modo, podría establecerse una directríz, según
la cual los casos concretos que deba atraer la Suprema Corte de Justicia de
la Nación deban revestir, por un lado, interés o importancia notable, a juicio
del propio tribunal (jurídica, histórica, política, económica, social) y, por otro
lado, que se trate de asuntos trascendentes debido a su excepcionalidad o

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carácter extraordinario, por apartarse de las pautas comunes de solución
que se adoptan ordinariamente. Así, para que pueda ejercerse la facultad
de atracción será necesario que el asunto de que se trate cumpla tanto el
requisito de interés o importancia, como el de trascendencia, los cuales,
junto con los requisitos formales, deben cumplirse cabal y conjuntamente,
ya que la insatisfacción de alguno de ellos acarrearía la incompetencia de
este Alto Tribunal. 6

En suma, para que pueda ejercerse la facultad de atracción es menester que se


acrediten los siguientes requisitos formales o de procedencia:
✓ Que se ejerza de oficio o que se realice petición fundada del
correspondiente sujeto legitimado.
✓ Que se trate de un amparo directo o indirecto en revisión (artículo 107,
fracción V o VIII, según sea el caso, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos).

Y, por otra parte, deben acreditarse conjuntamente los siguientes requisitos


materiales:
✓ Que, a juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la naturaleza
intrínseca del caso permita que el mismo revista un interés superlativo
reflejado en la gravedad del tema, es decir, en la posible afectación o
alteración de valores sociales, políticos o, en general, de convivencia,
bienestar y estabilidad del Estado Mexicano, y;
✓ Que el caso revista un carácter excepcional o novedoso que entrañaría la
fijación de un criterio normativo para casos futuros, también a juicio de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

• Reasunción de competencia.

6
La expresión “importancia y trascendencia” indica que lo que se busca es que los asuntos cumplan con dos notas
características —dos conceptos— diferentes: el interés y la trascendencia. Ello explica que el legislador haya empleado la
conectiva lógica de la conjunción “y” para afirmar que los asuntos que se atraigan deben cumplir con las dos condiciones
señaladas, y no solamente con una, caso en el cual hubiera optado, seguramente, por el empleo de la conectiva lógica de la
disyunción “o”.

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Según lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en su artículo 107, fracción VIII, inciso a) , así como el 83 de la Ley de Amparo,
conforme a los cuales corresponde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
conocer de los recursos de revisión contra la sentencia emitida por un Juez de
Distrito en la audiencia constitucional cuando habiéndose impugnado normas
generales por estimarlas inconstitucionales, subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad. Los artículos señalados son del tenor siguiente:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema
Corte de Justicia:
a) Cuando habiéndose impugnado en la demanda de amparo normas
generales por estimarlas directamente violatorias de esta Constitución,
subsista en el recurso el problema de constitucionalidad.

Ley de Amparo
Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas
inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación
directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.

A lo anterior se le ha dado en llamar “competencia originaria” de la Suprema


Corte, es decir, la fijada por la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos o la ley, en su literalidad, como regla general.

Sin embargo, por autorización de la propia Constitución en el artículo 94, párrafo


séptimo, dicha competencia originaria se ha delegado, respecto de ciertos
asuntos. El Acuerdo General 5/2013 emitido por la Suprema Corte de Justicia de

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la Nación el trece de mayo de dos mil trece, relativo a la determinación de los
asuntos que conservará para su resolución y el envío de los de su competencia
originaria a la Sala y a los Tribunales Colegiados de Circuito, otorga facultades a
estos últimos para resolver asuntos que versen sobre la competencia originaria del
Alto Tribunal, en términos de lo establecido en el Punto Cuatro de dicho Acuerdo.7

Una de las hipótesis previstas es la delegación relativa a los recursos de revisión


interpuestos en contra de sentencias pronunciadas por los jueces de distrito,
cuando habiéndose impugnado una ley local, un reglamento federal o local, o
cualquier disposición de observancia general, salvo aquellos en los que el análisis
de constitucionalidad respectivo implique fijar el alcance de un derecho humano
previsto en tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte,
respecto del cual no exista jurisprudencia del Pleno o de las Salas de nuestro
Máximo Tribunal, sin menoscabo de que la Sala en la que se radique el recurso
respectivo determine que su resolución corresponde a un Tribunal Colegiado. Sin
embargo, resulta pertinente atender a lo señalado en el Punto Décimo Cuarto del
mencionado Acuerdo General, mediante el cual se establece que la Suprema

7
Punto Cuatro. De los asuntos de la competencia originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con las
salvedades especificadas en los Puntos Segundo y Tercero de este Acuerdo General, corresponderá resolver a los
Tribunales Colegiados de Circuito:
I. Los recursos de revisión en contra de sentencias pronunciadas por los Jueces de Distrito o los Tribunales Unitarios de
Circuito, cuando:
A) No obstante haberse impugnado una ley federal o un tratado internacional, por estimarlos directamente violatorios de
un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o se hubiere planteado la interpretación
directa de uno de ellos, en la sentencia recurrida no se hubiere abordado el estudio de esas cuestiones por haberse
sobreseído en el juicio o habiéndose pronunciado sobre tales planteamientos, en los agravios se hagan valer causas de
improcedencia.
Lo anterior se concretará sólo cuando el sobreseimiento decretado o los agravios planteados se refieran a la totalidad
de los quejosos o de los preceptos impugnados, y en todos aquellos asuntos en los que la materia de la revisión no dé
lugar a que, con independencia de lo resuelto por el Tribunal Colegiado de Circuito, deba conocer necesariamente la
Suprema Corte de Justicia de la Nación;
B) En la demanda se hubiere impugnado una ley local, un reglamento federal o local, o cualquier disposición de
observancia general, salvo aquéllos en los que el análisis de constitucionalidad respectivo implique fijar el alcance de un
derecho humano previsto en tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, respecto del cual no
exista jurisprudencia del Pleno o de las Salas de este Alto Tribunal, sin menoscabo de que la Sala en la que se radique
el recurso respectivo determine que su resolución corresponde a un Tribunal Colegiado de Circuito;
C) Habiéndose planteado la inconstitucionalidad de leyes federales, subsista la materia de constitucionalidad de éstas, y
exista jurisprudencia del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y
D) Los amparos en revisión en los que, sobre el tema debatido, se integre, aunque no se haya publicado, jurisprudencia
del Pleno o de las Salas; o cuando existan tres precedentes emitidos indistintamente por el Pleno o las Salas, en forma
ininterrumpida y en el mismo sentido, y no se hubiere alcanzado votación idónea para integrar jurisprudencia;
II. Los conflictos de competencia, con excepción de los que se susciten entre los Tribunales Colegiados de Circuito;
III. Los reconocimientos de inocencia, y
IV. Los incidentes de inejecución derivados del incumplimiento de una sentencia de amparo, del incidente de repetición del
acto reclamado y del incidente de inejecución derivado de la falta de acatamiento de lo resuelto en un incidente para la
determinación de la forma y cuantía de la restitución correspondiente al cumplimiento sustituto de una sentencia de amparo,
conforme a lo dispuesto en el Acuerdo General Plenario respectivo.”

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Corte, ya sea en Pleno o Salas, podrá reasumir su competencia originaria para
conocer de un asunto en particular cuando se cumpla un criterio de relevancia.8

En la práctica, de acuerdo con precedentes de la Primera Sala de la Corte, la


finalidad perseguida por el Máximo Tribunal, al delegar su competencia originaria
mediante la emisión del Acuerdo General 5/2013, es que solamente conozca de
aquellos casos en que las características excepcionales y trascendentes del
asunto particular exijan su intervención decisoria, es decir, que dada la relevancia,
novedad o complejidad, requieran de un pronunciamiento de la propia Corte. Es
por eso que, a criterio de la misma sala, se exige, además, un criterio de
importancia y trascendencia para que proceda la reasunción de competencia.

• Competencia originaria

Finalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, puede conocer de amparo


en revisión que sean de su competencia originaria y que, contrario a lo que ocurre
en la reasunción de competencia, ésta no ha sido delegada a otro órgano.

Para esto, es imprescindible acudir a lo que establece el artículo 83 de la Ley de


Amparo y el Punto Segundo del Acuerdo General 5/2013:

Ley de Amparo
Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para
conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por estimarlas
inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la interpretación

8
“Décimo Cuarto. Tratándose de los asuntos de la competencia originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
cuyo conocimiento se ha delegado a los Tribunales Colegiados de Circuito, para que este Alto Tribunal reasuma su
competencia, cuando un Ministro lo solicite, se integrará el cuaderno respectivo y se turnará al Ministro que corresponda,
tomando en cuenta si la materia en la que incide es de la competencia originaria del Pleno o de las Salas.
Si un Tribunal Colegiado de Circuito estima motivadamente, de oficio o por alegato de parte, que un asunto no se encuentra
previsto en los casos precisados en el presente Acuerdo General, o que existen razones relevantes para que el Pleno o
alguna de las Salas de este Alto Tribunal asuma su competencia originaria, previa resolución colegiada, enviará a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación los autos del juicio de amparo exponiendo tales razones.
Las resoluciones que emitan el Pleno o las Salas de este Alto Tribunal en donde se determine reasumir competencia
originaria atendiendo a las solicitudes precisadas en los párrafos que anteceden, así como la remisión de autos que realicen
los Tribunales Colegiados de Circuito en cualquiera de los supuestos anteriores, deberán notificarse por medio de oficio a
las autoridades responsables, así como al Tribunal Unitario de Circuito o Juzgado de Distrito del conocimiento, y
personalmente al quejoso y al tercero interesado, en su caso”.

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directa de un precepto de la Constitución y subsista en el recurso el problema de
constitucionalidad.
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdos
generales, distribuirá entre las salas los asuntos de su competencia o remitirá a
los tribunales colegiados de circuito los que, conforme a los referidos acuerdos,
la propia Corte determine.

Acuerdo General 5/2013:


SEGUNDO. El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
conservará para su resolución:
[…]
III. Los amparos en revisión en los que subsistiendo la materia de
constitucionalidad de leyes federales o tratados internacionales, no exista
precedente y, a su juicio, se requiera fijar un criterio de importancia y
trascendencia para el orden jurídico nacional y, además, en el caso de los
interpuestos contra sentencias dictadas por los Tribunales Colegiados de
Circuito, revistan interés excepcional; o bien, cuando encontrándose radicados
en una Sala así lo acuerde ésta y el Pleno lo estime justificado;

Además, es menester señalar que el Tribunal Colegiado que conozca de la


revisión en amparo indirecto, no se encuentre en algunos de los supuestos que
fija el Punto Cuarto del Acuerdo, que dice:

CUARTO. De los asuntos de la competencia originaria de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, con las salvedades especificadas en los Puntos Segundo y
Tercero de este Acuerdo General, corresponderá resolver a los Tribunales
Colegiados de Circuito:
I. Los recursos de revisión en contra de sentencias pronunciadas por los Jueces
de Distrito o los Tribunales Unitarios de Circuito, cuando:
A) No obstante haberse impugnado una ley federal o un tratado internacional,
por estimarlos directamente violatorios de un precepto de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, o se hubiere planteado la
interpretación directa de uno de ellos, en la sentencia recurrida no se hubiere
abordado el estudio de esas cuestiones por haberse sobreseído en el juicio o
habiéndose pronunciado sobre tales planteamientos, en los agravios se
hagan valer causas de improcedencia.
Lo anterior se concretará sólo cuando el sobreseimiento decretado o los
agravios planteados se refieran a la totalidad de los quejosos o de los
preceptos impugnados, y en todos aquellos asuntos en los que la materia de
la revisión no dé lugar a que, con independencia de lo resuelto por el Tribunal
Colegiado de Circuito, deba conocer necesariamente la Suprema Corte de
Justicia de la Nación;

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B) En la demanda se hubiere impugnado una ley local, un reglamento federal
o local, o cualquier disposición de observancia general, salvo aquellos en los
que el análisis de constitucionalidad respectivo implique fijar el alcance de un
derecho humano previsto en tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, respecto del cual no exista jurisprudencia del Pleno o de
las Salas de este Alto Tribunal, sin menoscabo de que la Sala en la que se
radique el recurso respectivo determine que su resolución corresponde a un
Tribunal Colegiado de Circuito;
C) Habiéndose planteado la inconstitucionalidad de leyes federales, subsista
la materia de constitucionalidad de éstas, y exista jurisprudencia del Pleno o
de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y
D) Los amparos en revisión en los que, sobre el tema debatido, se integre,
aunque no se haya publicado, jurisprudencia del Pleno o de las Salas; o
cuando existan tres precedentes emitidos indistintamente por el Pleno o las
Salas, en forma ininterrumpida y en el mismo sentido, y no se hubiere
alcanzado votación idónea para integrar jurisprudencia;

Entonces, de la lectura de los dos Puntos anteriores, es factible deducir que para
que exista conocimiento de la Suprema Corte, respecto de un asunto que es su
competencia originaria, será necesario:
✓ Que sea un asunto en revisión, sea amparo indirecto o de amparo directo.
✓ Que respecto de ese asunto, subsista un problema de constitucionalidad de
normas.
✓ Que, a juicio de la Corte, se requiera fijar un criterio de importancia y
trascendencia para el orden jurídico nacional (tratándose de amparo en
revisión) o que revistan interés excepcional (amparo directo en revisión).
✓ Que se plantee interpretación directa a un precepto constitucional o, en su
caso, de un tratado internacional.
✓ Que no exista jurisprudencia respecto al tema planteado.
✓ Que implique fijar el alcance de un derecho humano previsto en tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.

Si no se cumplen con los requisitos anteriores, la Corte no conocerá del asunto


que, en su caso, se llegue a plantear.

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Finalmente, es importante destacar que la propia Constitución prevé la
competencia originaria de la Corte, tratándose de los amparo por invasión de
esferas competenciales. Así, la facultad prevista se advierte del inciso b), de la
fracción VIII, en el artículo 107 constitucional, que establece:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
VIII. Contra las sentencias que pronuncien en amparo los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito procede revisión. De ella conocerá la Suprema
Corte de Justicia:
a) […]
b) Cuando se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y III del
artículo 103 de esta Constitución.

Desde épocas anteriores del Semanario Judicial de la Federación, la Corte ha


mencionado la procedencia del recurso en amparo indirecto por invasión de
esferas competenciales, reservada exclusivamente a la Corte. Además, como se
puede advertir, no hay competencia delegada a los Tribunales Colegiados de
Circuito, según el multicitado Acuerdo 5/2013.

3.4.2 Tribunales Colegiados de Circuito.

Los tribunales colegiados pueden conocer del amparo directo (competencia


originaria) o del amparo indirecto en revisión (competencia delegada cuando se
trate de constitucionalidad de normas y originaria en todos los demás casos).

• Amparo directo.
Tratándose de los amparos directos, esta facultad se encuentra prevista en la
fracción V, del artículo 107 constitucional así como 170 de la Ley de Amparo, que
a la letra dicen:

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Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases
siguientes:
[…]
V. El amparo contra sentencias definitivas, laudos o resoluciones que
pongan fin al juicio se promoverá ante el Tribunal Colegiado de Circuito
competente de conformidad con la ley, en los casos siguientes:
a) En materia penal, contra resoluciones definitivas dictadas por tribunales
judiciales, sean éstos federales, del orden común o militares.
b) En materia administrativa, cuando se reclamen por particulares sentencias
definitivas y resoluciones que ponen fin al juicio dictadas por tribunales
administrativos o judiciales, no reparables por algún recurso, juicio o medio
ordinario de defensa legal;
c) En materia civil, cuando se reclamen sentencias definitivas dictadas en
juicios del orden federal o en juicios mercantiles, sea federal o local la
autoridad que dicte el fallo, o en juicios del orden común.
En los juicios civiles del orden federal las sentencias podrán ser reclamadas
en amparo por cualquiera de las partes, incluso por la Federación, en defensa
de sus intereses patrimoniales, y
d) En materia laboral, cuando se reclamen laudos dictados por las Juntas
Locales o la Federal de Conciliación y Arbitraje, o por el Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje de los Trabajadores al Servicio del Estado;
[…]
Ley de Amparo
Artículo 170. El juicio de amparo directo procede:
I. Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,
dictadas por tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, ya
sea que la violación se cometa en ellos, o que cometida durante el
procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del
fallo.
Se entenderá por sentencias definitivas o laudos, los que decidan el juicio en
lo principal; por resoluciones que pongan fin al juicio, las que sin decidirlo en
lo principal lo den por concluido. En materia penal, las sentencias
condenatorias, absolutorias y de sobreseimiento, podrán ser impugnadas por
la víctima u ofendido del delito.
Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos
ordinarios que se establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales
aquellas sentencias definitivas o laudos y resoluciones puedan ser
modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia de
los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan cuestiones sobre constitucionalidad de
normas generales que sean de reparación posible por no afectar derechos

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sustantivos ni constituir violaciones procesales relevantes, sólo podrán
hacerse valer en el amparo directo que proceda contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta Ley, el juicio se inicia con la presentación de la
demanda. En materia penal el proceso comienza con la audiencia inicial ante
el Juez de control;
II. Contra sentencias definitivas y resoluciones que pongan fin al juicio
dictadas por tribunales de lo contencioso administrativo cuando éstas sean
favorables al quejoso, para el único efecto de hacer valer conceptos de
violación en contra de las normas generales aplicadas.
En estos casos, el juicio se tramitará únicamente si la autoridad interpone y se
admite el recurso de revisión en materia contencioso administrativa previsto
por el artículo 104 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. El tribunal colegiado de circuito resolverá primero lo relativo al
recurso de revisión contencioso administrativa, y únicamente en el caso de
que éste sea considerado procedente y fundado, se avocará al estudio de las
cuestiones de constitucionalidad planteadas en el juicio de amparo.

Entonces, concluyendo, el Tribunal Colegiado tiene competencia originaria para


conocer de los amparos directos, pues tanto la Constitución como la Ley de
Amparo le otorgan dicha competencia. Sin embargo, también cabe la aclaración
que, como ya se expresó en párrafos anteriores, la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, puede ejercer facultad de atracción para conocer de un amparo directo.

• Amparo indirecto en revisión.


Ahora bien, además de conocer de los amparos directos, también es competencia
(delegada cuando se trate de constitucionalidad de normas y originaria en todos
los demás casos) de los Tribunales Colegiados de Circuito, conocer de las
revisiones de amparo indirecto. La competencia se prevé en los artículos 83 y 84
de la Ley de Amparo, que son del texto siguiente:

Artículo 83. Es competente la Suprema Corte de Justicia de la Nación para


conocer del recurso de revisión contra las sentencias dictadas en la audiencia
constitucional, cuando habiéndose impugnado normas generales por
estimarlas inconstitucionales, o cuando en la sentencia se establezca la
interpretación directa de un precepto de la Constitución y subsista en el
recurso el problema de constitucionalidad.
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdos
generales, distribuirá entre las salas los asuntos de su competencia o remitirá

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a los tribunales colegiados de circuito los que, conforme a los referidos
acuerdos, la propia Corte determine.

Artículo 84. Son competentes los tribunales colegiados de circuito para


conocer del recurso de revisión en los casos no previstos en el artículo
anterior. Las sentencias que dicten en estos casos no admitirán recurso
alguno.

Tal como se expresó en líneas anteriores, el Acuerdo 5/2013, del Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la fracción I, de su Punto Cuarto,
establece la competencia delegada para conocer de los recursos de revisión para
los Tribunales Colegiados de Circuito.

3.4.3 Tribunales Unitarios de Circuito.


El caso de la competencia para conocer del amparo indirecto por parte de los
Tribunales Unitarios de Circuito, surgió con la reforma constitucional de 1994,
donde se le otorgó la competencia para conocer únicamente de los amparos
indirectos cuando los actos provengan de otro Tribunal de la misma naturaleza,
según lo disponen los artículos 35 y 36 de la Ley de Amparo y el diverso numeral
29 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que a la letra dicen:

Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio
de los órganos jurisdiccionales de amparo.

Artículo 36. Los tribunales unitarios de circuito sólo conocerán de los juicios
de amparo indirecto promovidos contra actos de otros tribunales de la misma
naturaleza. Será competente otro tribunal del mismo circuito, si lo hubiera, o
el más próximo a la residencia de aquél que haya emitido el acto reclamado.

Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación


Artículo 29. Los tribunales unitarios de circuito conocerán:
I. De los juicios de amparo promovidos contra actos de otros tribunales
unitarios de circuito, que no constituyan sentencias definitivas, en términos de
lo previsto por la Ley de Amparo respecto de los juicios de amparo indirecto

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promovidos ante juez de distrito. En estos casos, el tribunal unitario
competente será el más próximo a la residencia de aquél que haya emitido el
acto impugnado;

3.4.4 Jueces de Distrito.

En el caso de los amparos indirectos, los juzgados de distrito tienen competencia


originaria para resolverlos, siendo estos y los Unitarios, los únicos facultados para
resolver los amparos que en esta vía se promuevan. La Ley de Amparo prevé la
competencia de estos órganos, en el artículo 35, que reza:

Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio
de los órganos jurisdiccionales de amparo.

Además de la legislación antes citada, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la


Federación, dentro del Capítulo Segundo, en el Título Cuarto, divide la
competencia para conocer, de acuerdo a la especialidad (en caso de los circuitos
en donde haya órganos especializados). Así, se observa la clara división del
conocimiento entre los juzgados en materia penal, civil, laboral y administrativa
que, a su vez, tiene órganos especializados en competencia económica,
telecomunicaciones y radiodifusión.

3.4.5 Tribunales de los estados y de la Ciudad de México.

Finalmente, de conformidad con lo que establecen los artículos 33 y 159 de la Ley


de Amparo, podrán conocer los juzgados de primera instancia del fuero común de
amparo, según lo disponen los siguientes artículos:
Ley de Amparo
Artículo 35. Los juzgados de distrito y los tribunales unitarios de circuito son
competentes para conocer del juicio de amparo indirecto.
También lo serán las autoridades del orden común cuando actúen en auxilio de
los órganos jurisdiccionales de amparo.

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Artículo 159. En los lugares donde no resida juez de distrito y especialmente
cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a
la libertad personal fuera de procedimiento, incomunicación, deportación o
expulsión, proscripción o destierro, extradición, desaparición forzada de
personas o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, así como la incorporación forzosa al Ejército,
Armada o Fuerza Aérea nacionales, el juez de primera instancia dentro de cuya
jurisdicción radique la autoridad que ejecute o trate de ejecutar el acto
reclamado, deberá recibir la demanda de amparo y acordar de plano sobre la
suspensión de oficio conforme a las siguientes reglas:
I. Formará por duplicado un expediente que contenga la demanda de amparo y
sus anexos, el acuerdo que decrete la suspensión de oficio y el señalamiento
preciso de la resolución que se mande suspender; las constancias de
notificación y las determinaciones que dicte para hacer cumplir su resolución;
II. Ordenará a la autoridad responsable que mantenga las cosas en el estado en
que se encuentren o que, en su caso, proceda inmediatamente a poner en
libertad o a disposición del Ministerio Público al quejoso y que rinda al juez de
distrito el informe previo; y
III. Remitirá de inmediato el original de las actuaciones al juez de distrito
competente y conservará el duplicado para vigilar el cumplimiento de sus
resoluciones, hasta en tanto el juez de distrito provea lo conducente, con plena
jurisdicción.
En caso de la probable comisión del delito de desaparición forzada, el juez de
primera instancia procederá conforme lo establecido por el artículo 15 de esta
Ley.
Cuando el amparo se promueva contra actos de un juez de primera instancia y
no haya otro en el lugar, o cuando se impugnen actos de otras autoridades y
aquél no pueda ser habido, la demanda de amparo podrá presentarse ante
cualquiera de los órganos judiciales que ejerzan jurisdicción en el mismo lugar,
siempre que en él resida la autoridad ejecutora o, en su defecto, ante el órgano
jurisdiccional más próximo.

Tal como se desprende de los artículos anteriores, el juez de primera instancia


únicamente decretará la suspensión de plano y de oficio y, una vez hecho esto,
remitirá el expediente al juzgado de distrito más cercano. Es importante señalar
que las autoridades locales solo actúan en auxilio de la justicia federal, por tanto,
no resuelven el amparo.

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