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306 / Benjamin Bravo Bravo, B., Cimo revitalizar la parroguia, Buena Pren- sa, México 2005. —, Religiosidad popular, folleto, México 1991. Vocabulario de religiosidad popular, Dabat, México 2002. Calvino, 1, Ciudades invisible, Suela, Madrid 1999. De la Torre, R., “Anclajes locales de los imaginarios, slobales’, Merapolitica 17 (2001) 98-113. Leén Portilla, M., Tonantzin-Guadalupe, CM y FCB, México 2000, Parkes, Cx, Omit Ufgica en América Latina. Religiin popular y madernizacién capitalisa, FCE, México 1996. Pastoral atipica Francisco Merlos Tal vez por la fuerza de la costumbre y de la tra- dicign, la Iglesia se ha dirigido a las personas, a los gru- pos y a ls comunidades como a simples destinararios cde su mensaje, es decis, como a receptores que aceptan pasivamente Ia oferta que se les hace. Una cierta ‘manera de pensar considera que los hombres y las ‘mujeres han de estar aguardando lo que pueda Ile- gatles gratuitamente de parte de Dios o de la Iglesia y sus enviados, Se olvida rotundamente que el ser fhumano tiene una inagocable capacidad de buisque- da y de creatividad para allegarse sus propios satis- Factores. Los documentos de la Iglesia y muchas otras Formas de comunicacién (cartas pastorales, predica- cxaltada y al_mismo tiempo oprimida: se rompe con unas esclavitudes para “dar paso a otras; se experimentan grandes fortalezas y se es vietima de enormes debilidades. La ciudad ateae con su fuerza centripera a quien la habita, al mismo tiempo que lo dispersa con su fuerza centrifuga. Por ello, se la mira simuleéneamence como objeto de amor y de odio. Tercera clave: sus seducciones Que la ciudad es_un_recinto_profundamente seductor es algo que se percibe con slo legar a ella. Ciertamente las hay que gozan universalmente de special repuracién por su halo de sechuecién (Las ‘Vegas, Paris, Londres, Rio, Barcelona, Estambul); sin ‘embargo, toda ciudad tiene una seduccién consttuti- va que la hace polo de atraccién y de convocatoria. Dicho poder de seduecién esté ms all de su fama, de su antigiiedad o de circunstancias fortuitas, A la ciu- dad s6lo le basta ser ciudad para ser seductora, La ciudad seduce por su concentracién-de-pades, de rigueza, de cultura, de belleza, las cuales le crean tuna imagen de soberanta y de abundancia inagotables, donde no hay lugar para lo imposible ni para lo pequeto; seduce par au parcane dinamisma, su ex tividad, su, novedad imparable ys. permanente rec namiento,’ligados a la diversidad de razas, etnias, ee Sass att ae 318 / rancico Menor nacionalidades y culturas, que levan a la conviccién de que quien ali vive es ciudadano del mundo. La ciu- dad seduce por su tolerancia ante el pluralismo en ella reinante, por su anonimato que da un margen ilimi- tado de libertad, por su movilidad continua, por su icabable capacidad para generar oportunidades y por si sabidusfa para asimilar lo mejor y To peor dela cculeura de tn pais o incluso del extranjero. Por eso la ciadad es vista con ojos amables y bus- cada por muchos como camino de éxito y simbolo de las mejores aspiraciones que materialzan el proyecto de un pueblo, Esta fuerza seductora de la urbe explica cl rol que ha jugado en la historia de la humanidad y expresa muy bien la causa mds notoria de la primacia que ha adquirido etnuestros dias. Cuarta clave: sus precariedades Como entidad viva, la ciudad respira una serie de carencias que estin én la base de su vulnerabilidad. La -siudad cs vulnerable porque es precaria. La precatie~ dad es una experiencia de limite y de escasez, de vacto y de impotencia, de pobreza y de incapacidad, que Jmpiden a la vida circular con normalidad. La ciudad esti sumergida-en la procariedad y tambign es gene dora de precaricdades.que no petmiten.a sus habitan- tes vivir con plenitud.- {Easoledad ue bunde.a muchos en un aislamien- to donde no tiene cabida la convivencia solidaria; la sensacidn ce ser insignificance en la gran ciudad, debi- do no s6fo a la habitual indiferencia del hombre urba- no, sino también a la masificacién y al anonimaco en que suelen vivir lis mayorfas; junta alo anterior esti (a durera, la desconflanza y la Flea de calor humano| en la relacién| fuera del circulo pequefio de la familia, las amistades o el barrio Es frecuemte la fela coexis- tencia_y el _desconacimiento_entre_personas_perte- cele eae 1as_unidades habitacionales 0 ‘muldfimiliares. Por otra part, la ciudad genera toda lase_de miedos (a perder el trabajo, a la violencia callejera, alos desquiciamientos vehiculares, a las pro- Pastoral aipica 1319 testas puiblicas, ala deficiencia de servicios bésicos, a J amenaza de los malvivientes..), que convierten a los citadinos en victimas inermes de neurosis, de frustra- ciones, de depresiones, de esquizofrenias y de otras situaciones que les crean demasiado suftimiento y a menudo les producen agresividad como mecanismo de defensa Se dirla que el conjunto de sus precariedades constituye los sintomas més claros de las desigualda- des y patologias sociales que padece la urbe moderna. Patologias que invitan.a.mitatla con-ojos amables y a comprendérla en cl nivel ms profundo donde reside. sus dolenciascotidianas, En ver de descalifcar a la eiu- dad por sus millples precariedades, seria més sensato solidarizarse con ella para logear una eliminacién de las misma. Quinta elave: sus lenguajes ELlenguaje es todo lo que sirve a la relacién entre personas y al intercambio incesante de la vida, cteando vinculos de diversa indole; tiene sus ralees en la experiencia y en la cultura; esté compuesto por tun conjunto de signos o cédigos de interprctacidn ds Ia realidad que se aprenden y se comparten para rea-, lizat cl acto. de Ja. comunicacién.como.hotizonte.y ceulmen del encuentro’entre.humanos. Experiencia, lenguaje y comunicacién van siempre de la mano, pero sin perder de vista que el verdadero sujeto y protagonista reside en la individualidad de la perso- na humana, Los lenguajes puede ser diversos: los hay verbales (palabra) y no verbales (saludo), simbilicos (la cruz) y cionales (férmula quimica), naturales (humo) y con- onales (seméforo), ordinatios (risa) y exttaordi- narios (Légrimas), légicos (demosttacién) y narrativos (historia), ciemtificos (investigacién) y populases (mar- cha de protesta), entre muchos otros. Lo que significa que su campo es de una amplitud préicticamente ina- gorable. 320/ Francia Mores ‘Los especialistasafirman que los lenguajes tienen tuna estrecha relaci6n con la cultura, la sociedad, el medio ambiente, la educacién recibida, la herencia, los intereses y aun el nivel social al que se pertenece Segin esto, cad persona y cada grupo en su lenguaje « portador de una realidad particulary concreta que sélo a dl le pertenece y lo refleja: sensaciones, sent. ‘mientos, afectos, emociones, percepciones, reacciones, vivencias, pensumientos, esperanzas, fiustraciones, Gxitos,fracasos y muchas cosas més, Un indigena, un obrero, un eampesino o un inte~ Jectual expresardn con su lenguaje la realidad existen- cial desu entomo, Pueden comunicarse entre sl, pero también pueden tener grandes dificultades para esta. blecer una comunicaciSn ampliay profunda, aunque hhablen el mismo idioma. ¥ esto nos hace comprendet que la comunicacién y el lengusje son algo tan com. Plejo que puede ser un factor generador de conflictos, ~% La ciudad tiene sus propios lenguajes, Sus habi- tantes evan ineviaBlemente fr Carpe vin ae wt co texto urbano, el cual desempefia un papel de fuente y dle matric de ls significados que revisten los lenguaes trbanos. La caraeteristica mayor de un lenguaje esque sea significativo, esto es, que logre afecar alos centios vitales de las personas que lo utilizan como vehiculo de comunicacién. Cuando un lenguaje deja de Ser sig nificativo, deja de ser enguae y por lo mismo, deja de sex portador de la experiencia vital. En la urbe existen lenguajes multiformes que merece la pena destacar. 6, Clascsfacosfon lugares donde se viven experienci ‘humanas muy intensas (estadis, dscotecas, plazas, ba- ‘ios, lugares tipicos..) que crean taices y vinculos de comunicacién que revitalizan al hombre urbano para roseguir en su lucha cotidiana. NW Las jindgenes que concentran los grandes ideales colectivos (publicidad, espectécules, paises usbanos, ‘axquitectura, monumentos, simbolos..) le pexmiten anhelar toda clase de utopias. La ciudad posee un rico lenguaje icdnico a ravés del cual va reconstruyendo incesantemente una fisonomia que la trasciende, Pasoralaipica 321 \/ (Los tempes y- eventds constituyen un lenguaje Jigado a la dimensién temporal de la existenci ellos se refleja un sentido de la historia (fechas co ‘memorativas,acontecimientos, fiesta, anivers que permite a la ciudad comprenderse a sf tsa ‘como una identidad del todo original A os movimions de le urbe tienen categoria. de Jenguaje en la medida en que expresan el significado de las Juchas y aspiraciones de sus habitantes en forma de proceso y de lucha por conquistar mejores niveles de calidad de vida (manifestaciones, huelgas, migra ciones, transporte, deportes, mitines.). Las formas de expresiin oral o exrita se constituyen on me “que dai se ‘ritmo particular a la vida y proporcionan un sentido peculiar de pertenencia a la ciudad (modo tipico de hablar, té:minos urbanos de -Rnoda, natraciones, historias, rumores, esléganes, con- ‘signas, propagandas, publicidad...) Los personajes 0 grupasde referencia de los valores que.se-cultivan en li ciudad (estellas de la cancién y del deporte Iideres politicos o populates, maestros del arte, agrupaciones de inspiracién diversa..)suelen s simbolos sciales que hablan y tienen una enorme inci- dencia en sectores cspecificos de la urbe, Encarnan log modelos exitosos que citculan en la ciudad, is ogar oi ol lenguaj-colectve'dc la Igeal(nmonde Tiedngico, espiritual,teoldgico, catequético, etc.), de tal forma que pueda existir una inteslocucién que ihtetbte doa al eat te nea ee ciudad es impredecible y muy exigente en su lengua je Bide que los pastores y agentes de pastoral estén bin stor pun no dtancaae ee soe _lenguaies. pr 3201 Fanic Maes ausencia y su desapego respecto aliniverso sim fico_urband. Por una parte, lo simbélico de la urbe dice muy poco o nada a lo simbélico eclesial. Son ‘como dos esferas irreconciliables. Por la otra, pareceria que la comunidad eclesial slo sabe oftecer simbolos marchitos, atrapados en una ritualidad pettificada, sin advertie que mésallé de sus fronteras existe un apasio- nante dinamismo, creador de simbolos portadores de lad. Qué es, por ejemplo, una adormecedora isa dominical cclebrada en la urbe frente a la pasidn que se desborda en un clésico de Ritbol? ;Qué puede significar una asamblea cristiana piadosa frente al clima que se respira en una discoteca? Aun el lengua- je tradicionalmente cristiano ha dado un vuelco signi- ficativo: lo queen la tradicién cristiana se lamé ayuno hoy se llama dieta para adelgazar o huelga de hambre. Lo que los cristianos lamaron peregrinacién hoy se denomina manifestacién de protesta para reivindicar derechos. El lugar de las asociaciones religiosas lo estén ocupando las ONGs. Lo que se ha conocido como confesién sactamental hoy tranquilamente se llama encuentro periédico con el psicoterapeuta. A lo anterior habra que agregar la ecasao mula sens dad pastoral y hasta_la ignorancia de lo simbélico urbano y secularcGomo espa‘ posibilidaates>

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