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Rabdomiólisis por ejercicio

La rabdomiólisis es una afección caracterizada por la lesión de las células musculares que desencadenan una
serie de alteraciones orgánicas que ponen en riesgo la vida. Puede suceder por causas hereditarias, pero
también es importante saber que puede desarrollarse por un entrenamiento intenso y excesivo
Entre las causas adquiridas se encuentran traumatismos musculares, ejercicio en exceso, golpe de calor,
ingesta de fármacos o drogas, desequilibrios electrolíticos, irrigación sanguínea incorrecta, enfermedades
infecciosas, entre otras. Lo que cabe destacar es la relevancia de prevenir el desarrollo de la rabdomiólisis
mediante la realización de ejercicios físicos controlados y en condiciones adecuadas.

La rabdomiólisis se inicia por la lesión muscular con daño celular, lo cual ocasiona la liberación de su
contenido al torrente sanguíneo, mientras que los elementos extracelulares ingresan al músculo. Así, el
potasio, el magnesio el fósforo y el pigmento proteínico llamado mioglobina salen del músculo para alcanzar
la sangre y su metabolización puede ocasionar grandes daños renales.
Además, los músculos no se encuentran en situación normal y ésto ocasiona síntomas muy heterogéneos que
pueden ir desde el dolor muscular, la rigidez y calambres, hasta el malestar general, debilidad muscular y
signos de deshidratación.

También puede presentarse fatiga, fiebre, dolor articular, hinchazón muscular y náuseas o vómitos. Si bien los
síntomas pueden ser de escasa gravedad, las complicaciones más frecuentes pueden poner en riesgo la vida,
como son la insuficiencia renal y las alteraciones cardíacas.
Es una enfermedad que si bien afecta generalmente a pacientes con factores genéticos que predisponen a la
misma, muchos deportistas pueden padecerla en su forma menos grave a causa de los esfuerzos físicos
excesivamente intensos, por ejemplo, al entrenar con pesas o en corredores de maratón, a los cuales afecta
sobre todo, en pantorrillas y espalda.

El ejercicio excesivo no sólo lesiona la estructura celular sino que vacía sus depósitos energéticos y altera el
transporte celular, lo cual puede provocar la retención de calcio que activa las enzimas proteolíticas que
destruyen las células y así, se inicia las alteraciones antes dichas.
Realizar actividad física de manera regular y en condiciones adecuadas, reduce el riesgo de desarrollar
rabdomiólisis, pero si no se realiza con previo calentamiento, no se reponen las pérdidas adecuadamente o se
realiza en exceso, puede desencadenarse la enfermedad.
Por eso, para prevenir este síndrome a causa del entrenamiento, es importante ejercitarse con regularidad, con
técnicas adecuadas, con una intensidad que se incrementa gradualmente y a un ritmo que permita la
recuperación muscular tras el esfuerzo. Asimismo, ingerir líquidos y reponer las pérdidas de electrolitos es
indispensable para evitar su aparición.

Lo que repetimos muchas veces acerca de las condiciones de entrenamiento, no sólo puede evitar agujetas o
calambres, sino que puede prevenir una enfermedad mucho más severa y riesgosa como es la Rabdomiólisis.

 La Rabdomiólisis es un síndrome de severidad variable caracterizado por la destrucción de las


células musculares y la consiguiente liberación del contenido intracelular al torrente sanguíneo 1–5. Es
muy importante sospechar este proceso y diagnosticarlo pues si es tratado precozmente tiene un
pronóstico excelente1,2.

 Síndrome caracterizado por la destrucción del músculo esquelético, liberándose mioglobina,


electrolitos y enzimas musculares al torrente circulatorio. Las causas son muy variadas, siendo las
más frecuentes el esfuerzo importante durante el ejercicio físico, los traumatismos y el consumo de
alcohol. La presentación clínica es muy variable y los síntomas clásicos de dolor muscular, debilidad
y orina oscura no siempre están presentes. El diagnóstico se realiza tras detectar una elevación en
suero de la enzima creatincinasa (CPK) mayor o igual a cinco veces el límite superior de la
normalidad. El punto más importante del tratamiento es la hidratación precoz y agresiva del paciente
con suero intravenoso, lo cual evita que el cuadro se complique con una insuficiencia renal aguda. El
pronóstico es excelente siempre que el tratamiento sea precoz.

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