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La salud en la agenda global

El tercer proceso que está definiendo la salud global es su creciente importancia dentro de la agenda de los grandes temas de nuestros tiempos. La
salud, de hecho, se está moviendo de los dominios de la llamada "política menor", que se relaciona con los asuntos humanitarios, al reino de la "política
mayor", que está relacionada con la seguridad, el crecimiento económico y el poder. 26

En diversos informes internacionales se ha incluido a ciertas enfermedades infecciosas dentro de una compacta lista de amenazas con las que el mundo
debe lidiar ahora y en las décadas por venir.27,28 Estas amenazas no reconocen fronteras y deben encararse en los planos global, regional y nacional.
Ningún estado, por más poderoso que sea, podría por sí solo volverse invulnerable a ellas.

Además del VIH/SIDA, la tuberculosis, el SARS y la gripe aviar, comentadas anteriormente, la seguridad global puede verse amenazada por el
bioterrorismo. Mucho se ha discutido sobre la posibilidad de que se den este tipo de ataques y sobre su magnitud. Lo que parece claro, sin embargo, a
la luz de los sucesos de Nueva York, Madrid y Londres, y el rápido crecimiento del poder de la biotecnología, es la necesidad de fortalecer nuestros
sistemas de vigilancia a través de la creación de redes internacionales de laboratorios de salud pública y el diseño de mecanismos eficientes de
intercambio de información. Independientemente de que se materialice o no algún ataque, tales medidas en sí mismas pueden mejorar el
funcionamiento cotidiano de nuestros sistemas de salud.

Además de su identificación como componente central de la seguridad global, la percepción sobre el papel de la salud en el desarrollo se ha modificado
en años recientes. Durante décadas se consideró la salud como un asunto básicamente humanitario. Gracias a la investigación económica hoy sabemos
que la salud forma parte del capital humano, favorece el aprendizaje, aumenta la productividad, ayuda a combatir la pobreza y alienta el crecimiento
económico. Todas estas razones han hecho que diversos analistas hablen de lo que han denominado "desarrollo guiado por la salud" o "health-led
development".29

El influyente informe de la Comisión de Macroeconomía y Salud, establecida por la Dra. Gro Harlem Brundtland durante su gestión al frente de la OMS,
logró demostrar que la salud no es sólo una consecuencia del nivel de desarrollo económico, sino también uno de sus principales
determinantes.30 México forma parte de un selecto grupo de países pioneros que siguieron la recomendación de la Comisión global y establecieron
instancias nacionales para examinar dicha relación en sus respectivos contextos. Es motivo de enorme satisfacción que el informe final de la Comisión
Mexicana de Macroeconomía y Salud vaya a presentarse en el marco de este Congreso.

Hay un fenómeno emergente en la relación entre salud y desarrollo económico. Se trata de lo que hemos llamado la "paradoja inaceptable". 31 Sabemos
que la salud es una de las maneras más efectivas de promover el bienestar económico y combatir la pobreza. Sin embargo, la misma atención a la
salud puede convertirse en un factor de empobrecimiento para muchos hogares cuando un país carece de los mecanismos sociales que garantizan un
financiamiento justo de la atención a la salud. Se calcula que al año por lo menos 100 millones de hogares incurren en gastos catastróficos por motivos
de salud en todo el mundo.32 Uno de los principales retos de los países de ingresos bajos y medios es garantizar la protección financiera universal en
materia de salud, como lo está haciendo México mediante el Seguro Popular, el cual ha atraído la atención de muchas otras naciones interesadas en
introducir innovaciones similares.
Por último, la promoción de la democracia y los derechos humanos es un tema más de la agenda global donde la salud está adquiriendo relevancia
creciente. Se sabía que las sociedades democráticas tienden a contar con sistemas de salud que garantizan el acceso universal a servicios de salud. El
mejor ejemplo posiblemente sea el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. Poco, sin embargo, se sabía sobre el efecto específico de ciertos
principios democráticos en las condiciones de salud de las poblaciones.

Amartya Sen ha argumentado que las prácticas democráticas ayudan a prevenir los grandes desastres sociales, como las hambrunas o las
epidemias.33,34 La libertad de prensa permite llamar la atención de la opinión pública hacia las necesidades de la gente, mientras que las elecciones
democráticas obligan a los partidos en el poder a justificar sus políticas o modificarlas para atender mejor las demandas de la población. Lo contrario
sucede en las sociedades autoritarias. El mejor ejemplo reciente es la censura gubernamental de la información sobre la diseminación del SARS en la
provincia china de Guangdong en 2003, que aceleró la propagación de esta enfermedad al resto del país y del mundo.

Un estudio publicado en el British Medical Journal, que utilizó información de 170 países, mostró un efecto positivo de la democracia sobre la salud, que
se mantiene después de ajustar por riqueza, nivel de desigualdad y magnitud del sector público de los países estudiados. 35

El efecto inverso, el de la salud sobre la democracia, también empieza a llamar la atención. En un informe sobre la democracia en América Latina
realizado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), se recomienda extender el derecho a la atención a la salud para ampliar la
efectividad de nuestras democracias.36

Marshall, en su obra seminal sobre Clase, ciudadanía y desarrollo social, ya había afirmado que el desarrollo de la ciudadanía culmina con la
implantación de los derechos sociales, dentro de los que se incluye el derecho a la atención a la salud. 37

Estas ideas han tenido un gran eco en México. El Programa Nacional de Salud 2001-2006, que se subtitula "La democratización de la salud en México",
señaló la necesidad de universalizar el ejercicio real del derecho a la protección de la salud. Esta propuesta se concretó con la aprobación de la reforma
a la Ley General de Salud de 2003 que dio origen al Sistema de Protección Social en Salud y su brazo operativo, el Seguro Popular. No cabe duda que
al democratizar la atención a la salud, los mexicanos elevarán el nivel de bienestar y, al mismo tiempo, se estará contribuyendo a mejorar la salud de
la democracia en el país.

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