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HEIDY M. TERRERO.

2019-3093

TEOLOGIA

ISABEL GUILLERMO REYES

¨PRIMERA SECION¨

La Vega, 12 Junio de 2020, RD.


TEOLOGIA

La teología es la disciplina que estudia la naturaleza de Dios y sus atributos, así como del
conocimiento que tiene el ser humano sobre la divinidad.

La palabra teología es de origen griego theos que significa “dios” y logos que expresa
“estudio” o “razonamiento”. En consecuencia, teología significa el estudio de Dios y de los
hechos relacionados con él.

El término teología nace en el seno de la filosofía, y fue observado y empleado por primera
vez en el libro La República de Platón. En este contexto, Platón se refiere a la teología con el
fin de expresar el proceso del entendimiento de la naturaleza divina por medio de la
razón.

Luego, la expresión teología fue usada por Aristóteles para referirse al pensamiento
mitológico y, más adelante, como una rama fundamental de la filosofía.

La Teología es, ante todo, una palabra sobre Dios.

EL PENSAMIENTO CRISTIANO SOBRE EL SER HURMANO

El cristianismo trae una idea totalmente nueva y queda sentido a la existencia del mundo
y del hombre: La Creación. Criatura quiere decir creado, la Criatura es hecha de la nada
por Dios. El ser humano por ser hecho de la nada. Hace su historia se inventa así mismo,
es una realidad histórica. Bajo esta visión se da la posibilidad histórica de transformar la
realidad.

En el cristianismo hay que dar razón de sí y de las cosas, constante recreación de sí


mismo, es criatura de sí misma. El cristianismo tiene que dar cuenta de todo lo creado, da
sentido, crea el mundo, en lugar de completar lo dado.

Desde el cristianismos lo que amenaza es ser es la nada, el mundo es una nada que
procede ser, para el cristianismo la existencia requiere explicación y justificación.
Con el cristianismo surge una nueva cosmovisión, y por consiguiente una nueva
antropología. El hombre ya no es la forma más excelente de la naturaleza, sino es sacado
de la naturaleza.

El cristianismo, en los albores del imperio romano, entrega a occidente una nueva
conceptualización del ser humano. El pensador cristiano percibe al ser humano no sólo
como naturaleza, sino también como sobrenaturaleza. La realidad humana queda
penetrada por la divinidad. ("imagen y semejanza de Dios"), sobrecargando el aspecto de
sobrenaturaleza. El centro de mi ser no es lo natural (lo real), es lo sobrenatural. La
concepción cristiana es de tensión frente a lo real; es una concepción histórica (inmanente) y
ahistórica (trascendente). Por lo que ahora, para que el ser humano logre su realización o
perfección, será necesario cumplir con estas dos dimensiones: la natural y la sobrenatural.
Los pensadores cristianos asumirán la posición de que el ser humano de ninguna forma
puede cumplir con las exigencias de la dimensión sobrenatural, e incluso, insinúan otros,
tampoco con las exigencias de la dimensión natural. El pecado original dejó al ser humano
tan mal herido que le incapacitó responder por cuenta propia y con éxito a las exigencias
de la naturaleza humana y sobre todo a las exigencias de la sobrenaturaleza.

El ser humano es y quiere ser lo que no puede ser. Pelagio, pensador cristiano del s. IV,
hizo un gran esfuerzo por rescatar el humanismo griego afirmando que el ser humano
tiene la capacidad y el poder autónomo para iniciar y alcanzar la perfección en ambas
dimensiones: la natural y sobrenatural. Sus escritos fueron prohibidos y clasificados como
heréticos.

Los pensadores que mejor representan y sintetizan la antropología cristiana son sin duda
San Agustín (s. IV) y el padre agustino Martín Lutero (s. XV-XVI). Agustín afirmaba que el
individuo está dividido y agitado por dos amores: el amor a Dios, dimensión sobrenatural
("Amor Dei") y el amor a las cosas, dimensión natural ("Amor sui").

LA FE COMO RESPUESTA HUMANA AL MUNDO SOBRE NATURAL

La fe es una virtud sobrenatural que capacita al hombre a asentir firmemente a todo lo que
Dios ha revelado.
- La fe es una virtud sobrenatural, pues trasciende todo orden natural o humano, ya que
Dios –como hemos visto- nos habla a través de la Revelación que es sobrenatural. La fe,
respuesta a esa Revelación, debe ser también sobrenatural.

- Con ayuda de la gracia, pues esta virtud supera las capacidades puramente naturales del
hombre.

- Creemos ser verdadero lo revelado; aceptamos esas verdades que constituyen lo que se
llama objeto de la fe, es decir, el conjunto de todas las enseñanzas divinas.

- No creemos por la intrínseca verdad de las cosas, pues esa verdad no la captamos con
nuestra mente en toda su profundidad, toda vez que rebasan las capacidades del intelecto
creado.

- Creemos por la autoridad de Dios, que merece la más plena confianza, por encima de
cualquier otro testigo cualificado o la suma de todos ellos: Dios siendo infinitamente sabio,
no puede engañarse; y siendo infinitamente santo, no puede engañarnos. La autoridad de
Dios es el motivo de la fe.

Ya que el hombre depende totalmente de Dios como su creador y Señor, y ya que la razón
creada está completamente sujeta a la verdad increada; nos corresponde rendir a Dios que
revela el obsequio del entendimiento y de la voluntad por medio de la fe. La Iglesia
profesa que esta fe, que es «principio de la salvación humana, es una virtud sobrenatural,
por medio de la cual, con la inspiración y ayuda de la gracia de Dios, creemos como
verdadero aquello que Él ha revelado, no porque percibamos su verdad intrínseca por la
luz natural de la razón, sino por la autoridad de Dios mismo que revela y no puede
engañar ni ser engañado. Así pues, la fe, como lo declara el Apóstol, «es garantía de lo que
se espera, la prueba de las realidades que no se ven.

Fuimos creados por Dios, él nos dio el aliento de vida y justo con ella nos dio LA FE a
través del Espíritu Santo para que tuviéramos plena consciencia de la vida en DIOS, es ahí
donde hace que nosotros como sus hijos creamos en Él y podamos encontrar en ÉL todo
apoyo y el sentido de nuestra existencia.

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