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Las cenizas, resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año
anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida
terrenal es temporal: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida
en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentre en el cielo”
Fue años después, en el 384 a.C., cuando, según explica catholic.net, “la
Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos” y, aún más
tarde, ya en el siglo XI, cuando la Iglesia de Roma adoptó la costumbre actual de
imponer las cenizas al iniciar este periodo. Esto se produjo tras un tiempo en el
que estas prácticas cayeron en desuso (entre los siglos VIII y el X).
Las cenizas, aquello que se desvanece, como señal de una vida terrenal
caracterizada por la “inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana,
sujeta a la muerte”, describen en aciprensa.com. Son un recordatorio para que los
católicos adquieran “una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que
estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y
estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro
de nosotros y triunfe su justicia”, añaden en la mencionada página.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la
abstinencia se basa en no comer carne. Según explican en catholic.net, la
abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y, el ayuno, de los 18 a los 59
años. Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden
“perdón a Dios por haberlo ofendido” y le dicen “que queremos cambiar de vida
para agradarlo siempre”, agregan en dicha web.
La fecha del Miércoles de Ceniza coincide además con el día que se celebra el
final de la época de carnavales y varía cada año porque depende de cuándo será
la Semana Santa.