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CAPSULAS FINANCIERAS

Noviembre 2019

¿CUÁL ES MI PRIORIDAD?
Hageo 1:4-8
Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está
desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis
mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os
calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi
voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová".

Este pasaje nos muestra una de las formas en que se debe ver reflejado en nuestra vida el hecho
de que Dios verdaderamente ocupa el trono de nuestro corazó n. Muchas veces no entendemos
porqué nuestro trabajo arduo y esfuerzo resultan estériles, pero no nos damos cuenta que muy
posiblemente se deba a que hemos descuidado nuestra má xima prioridad en la vida: Dios.
Y cuando esto ocurre sin duda también afecta nuestra á rea financiera y material; por lo tanto,
Dios nos invita a que revaluemos nuestras prioridades y le demos a É l el lugar que le corresponde
en nuestra vida y así seremos testigos de sus grandes respuestas.

VIVIENDO EL CONTENTAMIENTO

Filipenses 4:11-13 "11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que
sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

Así como nos lo enseñ a el apó stol Pablo, debemos aprender a vivir felizmente
independientemente de cuá l sea nuestra realidad econó mica o material. Tampoco se trata de que
seamos conformistas, pero sí de aprender a encontrar en Dios la fuente de nuestro gozo má s allá
de cualquier circunstancia.
Es poner nuestra mirada en el Dador má s que en las dá divas, ademá s de tener muy claro que un
mal momento en nuestra á rea financiera no debe condicionar nuestra fidelidad a Dios
sacrificando así el cumplimiento de los principios financieros que É l mismo ha establecido para
que lo honremos y así mismo seamos bendecidos.
LA BENDICIÓN DE TRABAJAR
Proverbios 13: 11
Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.

Muchas veces soñ amos con ganarnos una lotería o una herencia de mucho dinero, pero segú n el
rey Salomó n invita a que nuestras riquezas sean obtenidas con manos trabajadoras; esto quiere
decir que debemos quitar los esquemas de que el trabajo es un castigo. Lejos de eso, el trabajo es
una bendició n para el ser humano porque independiente de que canse y genere estrés, esta
actividad trae salud emocional, mental y física. Y segú n este pasaje obtener riquezas por medio
del trabajo hace que estas se multipliquen, las cuales pueden ser disfrutadas con total prudencia,
llevando a la disciplina del ahorro.

RECOMPENSA AL GRAN ESFUERZO


Proverbios 14:4
Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio, pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.

El buey es un animal fuerte. En los tiempos bíblicos era el medio para trabajar la tierra y para
movilizarse de un lado a otro, eran muchos los beneficios que generaba a sus dueñ os. De la
misma manera tener un buey implicaba limpiar el pesebre, algo que era bastante dispendioso ya
que este era un animal muy grande y sucio por todo lo que le tocaba hacer.
Si las familias no quisieran limpiar y librarse de una tarea tan abrumadora y pesada lo que tenían
que hacer era muy simple, deshacerse del buey. tendrían así un pesebre limpio, pero entonces la
gente se privaba de los beneficios de la gran fuerza del buey.
Muchas veces queremos estar desocupados y no realizar ningú n trabajo que implique esfuerzo y
poco de incomodidad, pero sin duda alguna necesitamos de esos “bueyes” que, aunque ensucien
el pesebre nos brindan tranquilidad al generarnos riquezas.
Es necesario, pues, evaluar quienes representan la fuerza del buey en nuestra vida y en la obra
del Señ or.

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