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FILOSOFÍA MEDIEVAL (S.IV-V a s.

XV)

ORIGEN

La filosofía cristiana de la Edad Media se subordinó totalmente a la teología, e inclusive


a la mística. Convendría recordar esto sí que en sus comienzos el cristianismo insurgió
como un desafió revolucionario contra la realidad social y política de los primeros siglas
de nuestra era etapa de máximo poderío del Imperio Romano.

El cristianismo primitivo se desentendió de la investigación filosófica propiamente


dicha. Es más: los nuevos creyentes se apartaron de toda filosofía, lo que resulta
explicable porque todos los sistemas hasta entonces conocidos eran el producto
intelectual de culturas precristianas, paganas por esencia y definición.

Pero para dominar, a base de nuevo ideal de vida, el mundo pagano, los primeros
escritores cristianos trabajaron con los conceptos y fórmulas del pensamiento griego,
elaborando así una construcción doctrinal, es decir, una dogmática. Este proceso se
inicia tan pronto como el cristianismo deja de ser una secta perseguida y comienza a
conquistar a personalidades cultas e influyentes.

El pensamiento de los primeros expositores cristianos -los padres de la Iglesia- se ha


denominado Patrística. En este ciclo, predominó el idealismo platónico. Advino después
la Escolástica, en que predomina el pensamiento sistemático y totalizador de
Aristóteles.1

Esta filosofía inicia en el siglo V y termina en el siglo XV desde la caída del imperio
romano occidental hasta el romanticismo, siendo el cristianismo la principal religión,
además de esto se divide en dos etapas o dos tiempos que es la patrística = pater =
padre. Se basaba en Platón y sus ideas. (El mundo de las ideas). (II- IV) y la escolástica
= shola = escuela. Está basada en Aristóteles. (Empirismo). (V-XV).

1
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/hifi/hifi05.htm
PATRISTICA

Es la filosofía cristiana de los primeros siglos. Consiste en la elaboración doctrinal de


las creencias religiosas del cristianismo y en su defensa contra los paganos y contra las
herejías. La distinción entre religión y filosofía no es tan clara, sino que tienden a
confundirse los argumentos y la construcción de los discursos filosóficos, teológicos y
apologéticos. La religión cristiana es para los padres de la Iglesia, la expresión cumplida
y definitiva de la verdad que la filosofía griega sólo había logrado intuir y construir de
manera imperfecta y parcialmente. La razón (logos) que se hizo carne en Cristo y que se
conoce por la palabra por El revelada plenamente a los hombres, es la misma en la cual
se inspiraron – con las limitaciones humanas – los filósofos paganos y trataron de
traducir en sus especulaciones. Todo lo bueno de la filosofía precedente es un anticipo
de la Verdad revelada plenamente en la Buena Nueva. Y todo lo malo es expresión de la
limitada capacidad de la razón y de los hombres frente a la riqueza e inmensidad de la
verdad.

PRIMERO (siglos I – III): apologético o de defensa del cristianismo contra sus


adversarios judíos (también armados de filosofía), paganos y gnósticos.

SEGUNDO (siglos III – V): formación doctrinaria de las creencias cristianas (dogmas),
con la constitución de los primeros sistemas de filosofía cristiana.

TERCERO (siglo V – VIII): reelaboración y sistematización de las doctrinas ya


formuladas por falta de nuevas formulaciones originales.

La patrística tiene un cuerpo especulativo que no pretende constituirse en filosofía


sistemática, ni está elaborada con un propósito estrictamente filosófico. La misión de los
padres era fundar y establecer la vida religiosa y espiritual de la nueva cristiandad y
defenderse de las acusaciones y de las herejías que – de manera diferente – amenazaban
la continuidad de la naciente iglesia. Cuando el canon oficial determina la nómina del
nuevo testamento se cierra la revelación, descartando numerosos escritos de
procedencia diversa que circulaban por las comunidades. La discusión en torno a los
dogmas puso en funcionamiento la ortodoxia y las diversas acusaciones a los que se
alejaban de la recta doctrina fueron determinando las condenas a las herejías y a los
heterodoxos defensores. El canon de los libros sagrados se convertía en una fuente
segura de referencia y de argumentación a la hora de llevar adelante las especulaciones
y las construcciones argumentativas.

ESCOLASTICA:

En sentido estricto es con propiedad la filosofía cristiana de la Edad media. Se


denominó “scholasticus” en los primeros siglos del medioevo a los maestros de las artes
liberales y más tarde a los docentes de filosofía y de teología que, al principio, dictaban
sus lecciones en las escuelas de los claustros o monasterios y de las catedrales, y
después, en las universidades. Es la filosofía no sólo producida sino enseñada y
transmitida en las escuelas medievales. El problema fundamental de la escolástica es la
de llevar al hombre hacia la comprensión de la verdad revelada. Es el ejercicio de la
actividad racional a través del uso de alguna filosofía determinada (la neoplatónica o la
aristotélica) con la finalidad de llegar a la verdad religiosa, demostrarla o aclararla
dentro los límites de los dogmáticamente posibles, y dotarla de un arsenal
argumentativo y defensivo contra la incredulidad y contra las herejías
El final de la EDAD MEDIA o la disolución del pensamiento escolástico y medieval
sobrevienen a partir de mediados del siglo XIV. Contra lo que puede pensarse y suele
sostenerse no son el avance de los nuevos saberes y la irrupción de la nueva ciencia los
que desplazan los sistemas escolásticos, sino que es el mismo pensamiento medieval el
que evoluciona hacia una TEOLOGIA que pone reparos y barreras a las producciones
racionales, sosteniendo que la revelación y la fe no siempre podían encontrar respaldo y
fundamentación en la filosofía. La filosofía de mediados del siglo XIV es una filosofía
que comienza a verse “liberada” de las ataduras de la teología y que se propone
encontrar y definir su propio programa de acción. Es allí donde la tradición filosófica de
la antigüedad, la recuperación de autores y textos y el cambio de cosmovisión
contribuyen a crear las condiciones de posibilidad para que la filosofía se asocie con las
nuevas ciencias, especialmente aquellas que permitía un conocimiento progresivo de la
realidad y del mundo: la matemática, la física, la astronomía. Sin embargo – y por
mucho tiempo – la filosofía escolástica será la filosofía de las universidades y de las
instituciones asociadas a la Iglesia.2

2
http://historiageneral13.blogspot.com.co/2012/11/patristica-escolastica.html
CARACTERÍSTICAS

1. Surgen algunas tendencias que buscaban unir la razón y la fe.

2. Nace la teología

3. Se dejan atrás los planteamientos filosóficos griegos para abrir paso a un nuevo
cuestiona miento: Fe sobre razón.

4. La influencia de la filosofía Aristotélica es muy grande y por tanto el mundo se rige


por planteamientos racionales.

5. Las ideas de Platón aún se tomaban en cuenta pero basándolo en la Fe, se acepta que
la verdad es eterna e inmutable y por lo tanto no puede ser la experiencia la que nos la
otorgue sino que se debe utilizar el conocimiento sensible.

6. Dios se convierte en el centro de todas las cosas y surgen nuevos problemas


filosóficos relacionados con su existencia y su esencia.

7. Se caracteriza por la preocupación de los pensadores judíos, cristianos y musulmanes


por combinar las filosofías griegas y romanas con la ortodoxia religiosa.

8. Es un momento fundamentalmente religioso y en el que los planteamientos


filosóficos de otra índole no encuentran su lugar.

9. Se caracteriza por la ausencia de libertad de pensamiento, así como por un


Control férreo por parte de las instituciones religiosas.

10. Surgen algunas tendencias que buscaban unir la razón y la fe.


11. Nace la teología

12. Se dejan atrás los planteamientos filosóficos griegos para abrir paso a un nuevo
cuestiona miento.3
¿ES POSIBLE UNA "FILOSOFÍA CRISTIANA"?

Parece que no:


Porque, así como no hay "matemáticas cristianas", ni una "física cristiana", ni una
"ciencia cristiana" cualquiera, si la filosofía es una ciencia, tampoco puede haber una
"filosofía cristiana".
Además, dice Juan Pablo II, en Fides et ratio, 49: "la Iglesia no propone una filosofía
propia ni canoniza una filosofía en particular con menoscabo de otras" 4 Por tanto, al
menos desde el punto de vista de la Iglesia católica, no puede haber una "filosofía
cristiana".
Pero de otra manera Juan Pablo II dice, en Fides et ratio, 76: "entre los elementos
objetivos de la filosofía cristiana está también la necesidad de explorar el carácter
racional de algunas verdades expresadas por la Sagrada Escritura, como la posibilidad
de una vocación sobrenatural del hombre e incluso el mismo pecado original".Luego,
existe una filosofía cristiana, con contenidos específicamente cristianos.
 Eje disciplinario / institucional. Es decir, la “Filosofía” entendida como disciplina
académica y profesional. Este eje se puede sintetizar en el sátiro aforismo de que
“Filosofía es lo que hacen los filósofos”, pues se trata del desarrollo reflexivo mediado
por las instancias institucionales que realizan los filósofos como miembros de la
comunidad científica.
Desde este eje, que se refiere a la práctica institucional de la Filosofía, no puede existir
una filosofía cristiana pues las instituciones científicas y educativas no son cristianas en
sí mismas.
PRINCIPALES REPRESENTANTES DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL.

3
http://mundodelafilosofiamedieval.blogspot.com.co/p/origen-y-caracteristicas-de-la.html

4
Cf. www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-24062014000100012
San Agustín de Hipona (354 - 430)

Biografía
Aurelio Agustín nació en Tagaste, en el África romana, el 13 de noviembre de 354. Su
padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su madre
Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su hijo en su religión, aunque,
ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño, según él mismo cuenta en sus Confesiones,
era irascible, soberbio y díscolo, aunque excepcionalmente dotado. Romaniano,
mecenas y notable de la ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a quien
repugnaba el griego, prefería pasar su tiempo jugando con otros mozalbetes. Tardó en
aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin porque su deseo de saber era aún más fuerte
que su amor por las distracciones; terminadas las clases de gramática en su municipio,
estudió las artes liberales en Metauro y después retórica en Cartago.
La obra de San Agustín de Hipona supone la primera gran síntesis entre el cristianismo
y la filosofía platónica. Aunque inspirado por la fe, que se confunde con la razón, el
pensamiento de San Agustín dominará el panorama filosófico cristiano hasta la
aparición de la filosofía tomista, ejerciendo un influjo considerable en la práctica
totalidad de pensadores cristianos durante siglos.

San Anselmo de Canterbury (1033_1109)

Biografía
San Anselmo de Canterbury o de Aosta; Aosta, 1033 - Canterbury, 1109) Teólogo y
doctor de la Iglesia católica. Fue abad en el monasterio benedictino de Santa María de
Bec (Normandía), en el que había ingresado en 1060, y arzobispo de Canterbury desde
1093. Como arzobispo intentó sustraer de la influencia regia las elecciones episcopales
y preservar la independencia de la Iglesia, lo que le valió el destierro en dos ocasiones.
San Anselmo fue uno de los prelados más cultos de su tiempo. La especulación
filosófica, según él, era una consecuencia exigida por la fe. Sostenía la necesidad de
creer para comprender a fin de intentar luego comprender lo que se creía. No anteponer
la fe, según Anselmo, era presunción; sin embargo, no apelar a continuación a la razón
era negligencia.
En la cuestión de los universales, se inclinó hacia la solución platónica. De este realismo
proviene el valor de la llamada prueba ontológica de la existencia de Dios propuesta en
el Proslogium (1078): tenemos la idea de un ser perfecto; sin embargo, la perfección
absoluta implica necesariamente la perfección de la existencia; luego el Ser Perfecto
existe.
El argumento ontológico de San Anselmo se basa en establecer una correlación entre
nuestras ideas y la realidad. Por ello fue aceptado por filósofos racionalistas como René
Descartes y Gottfried Wilhelm Leibniz, pero rechazado por Immanuel Kant, quien
afirmó que el hecho de que concibamos una cosa no prueba en absoluto su existencia
fuera de la mente.
Entre sus obras, cabe destacar Cur Deus homo, donde expone una hermosa doctrina de
la redención. Considerado el fundador de la teología escolástica, su influjo sobrepasó el
Medioevo y alcanza incluso hasta la reciente teología de Karl Barth.
San Anselmo era originario de Aosta, en el Piamonte, en Italia, donde nació en el año
1033. A pesar de ello es más comúnmente conocido como san Anselmo de Canterbury,
al haber sido arzobispo de dicha ciudad durante algunos años, donde murió en 1109. Su
educación corrió a cargo de los benedictinos, luego de una experiencia poco afortunada
con el primero de los profesores a los que fue encomendado, al no haberle sabido
transmitir el aprecio por los estudios.

Santo Tomás de Aquino (1225 - 1274)


Biografía

(Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274)
Teólogo y filósofo italiano. Hijo de una de las familias aristócratas más influyentes de la
Italia meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio benedictino sus padres
quisieron que siguiera la carrera eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles,
donde cursó estudios de artes y teología y entró en contacto con la Orden de los
Hermanos Predicadores.

En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso


firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos
hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en
Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo
Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los
dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le
permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que
obtuvo el título de maestro en teología.
Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con quien entabló una
duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer ambos a la Orden
dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta de crítica, del nuevo saber
grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros
de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los
dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales
empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas
de San Agustín de Hipona.
En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte pontificia
en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba en sus viajes. Durante
estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó
la Suma contra los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y
teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su obra capital,
la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el
compendio último de todo su pensamiento.

Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento cristiano por el


averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico que resaltaba la independencia
del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el problema de la doble verdad,
es decir, la contradicción de las verdades del entendimiento y las de la revelación.
En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París por Siger de Brabante,
afirmó la necesidad de que ambas fueran compatibles, pues, procediendo de Dios, no
podrían entrar en contradicción; ambas verdades debían ser, además, complementarias,
de modo que las de orden sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras
que las de orden natural serían accesibles por el entendimiento; filosofía y teología son,
por tanto, distintas y complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología deduce
racionalmente a partir de las premisas reveladas.
A medio camino entre el espiritualismo agustiniano y el naturalismo emergente del
averroísmo, defendió un realismo moderado, para el cual los universales (los conceptos
abstractos) existen fundamentalmente in re (en las cosas) y sólo formalmente post
rem (en el entendimiento). En último término, Tomás de Aquino encontró una vía para
conciliar la revalorización del mundo material que se vivía en Occidente con los
dogmas del cristianismo, a través de una inteligente y bien trabada interpretación de
Aristóteles.
La obra de Sto. Tomás de Aquino es el resultado de la síntesis de la filosofía aristotélica
con la tradición filosófica y teológica del cristianismo y, en cuanto tal, representa el
momento cumbre de la Escolástica cristiana. Surgida en un entorno polémico, suscitado
por el desarrollo del averroísmo latino, se irá, no obstante, imponiendo paulatinamente,
hasta ser aceptada por las altas jerarquías de la Iglesia.

Guillermo de Ockham (1285-1349)

Biografía

(O de Ockham) Pensador inglés, fundador de la escuela nominalista (Ockham, Surrey,


h. 1285 - Múnich, Baviera, 1349). Este fraile franciscano estudió en la Universidad de
Oxford, en la que empezó a enseñar como bachiller desde 1317; el carácter innovador
de sus enseñanzas hizo que nunca se le diera el grado de doctor (razón por la que se le
conoce como el venerable principiante) y que entrara en conflicto con la Iglesia.

El papa Juan XXII le hizo comparecer en su corte de Aviñón en 1324 y condenó como
heréticas muchas de sus doctrinas, incluida su defensa de la pobreza como exponente
del espiritualismo franciscano; fray Guillermo reaccionó huyendo en compañía del
general de la orden y poniéndose bajo la protección del emperador Luis de Baviera en
Pisa y luego en Múnich, lo que le costó la excomunión (1328). Hasta poco antes de su
muerte mantuvo la polémica con los papas sucesivos (Benedicto XII y Clemente VI).

La filosofía nominalista parte de la crítica al racionalismo y a los conceptos universales:


todo conocimiento está basado en la lógica, operando sobre la percepción sensorial de
objetos individuales concretos; y no deben multiplicarse inútilmente los entes creando
conceptos abstractos que no procedan de la experiencia (esta economía de objetos es la
que luego se conoció como la navaja de Occam).
Se desconoce la fecha exacta del nacimiento de Guillermo de Ockham, (escrito también
Occam), que se situa, según lo que se puede deducir partiendo de los pocos
acontecimientos que conocemos de su vida, entre los años 1280, como pronto, y 1300,
como muy tarde. Según unos nació en el lugar llamado Ockham, en el condado de
Surrey, al sur de Londres, mientras que otros consideran que Ockham era simplemente
su apellido. Se sabe que ingresó muy joven en la orden mendicante de los franciscanos,
y que realizó sus estudios en Oxford, debiendo alcanzar el grado de bachiller en los años
1316-20; según unos, alcanzó también el grado de "magister", llegando a enseñar lógica
y teología en las escuelas franciscanas (en París, precisan algunos) hasta el año 1323, en
que fue convocado a Aviñón por la corte pontificia, acusado de herejía.

Tomás Moro (1478-1535)

Biografía
(Sir Thomas More; Londres, 1478 - id., 1535) Humanista y político inglés. Hijo de un
magistrado, estudió en la Saint Anthony School antes de entrar al servicio del cardenal-
arzobispo de Canterbury. Entre 1492 y 1494 realizó estudios superiores en la
Universidad de Oxford, y luego, tras regresar a Londres, estudió derecho en el Lincoln's
Inn. Alternó una brillante carrera profesional y política con su interés por la literatura, y
su vasta cultura humanística le valió la admiración de Erasmo de Rotterdam, con quien
le uniría una gran amistad.
En 1509 fue nombrado miembro del Parlamento, y ese mismo año contrajo matrimonio
con Jane Colet, a cuya muerte, dos años más tarde, se casaría en segundas nupcias con
Alice Middleton. Entró al servicio de Enrique VIII de Inglaterra en 1518, y ese mismo
año escribió Historia del rey Ricardo III.
Dos años antes había publicado su célebre Utopía, en la que proponía una organización
racional de la sociedad, de base comunal, que situaba en una isla imaginaria del mismo
nombre que el título. Tras establecer las normas que regirían esta sociedad ideal, entre
las que se hallaban la enseñanza universal, la libertad religiosa y la subordinación de
todo interés individual al beneficio común, pasaba a criticar las estructuras todavía
feudalizantes de la Inglaterra de su época. La obra, convertida en un clásico del
humanismo, ejercería una duradera influencia, desde Bacon hasta George Orwell.
Todavía al servicio del rey, Moro defendió públicamente la libertad de culto y de
palabra. En 1521 fue nombrado vicetesorero del reino y recibió el título de caballero. En
1523 escribió Responsio ad Lutherum, obra en la que se enfrentaba al luteranismo, y
tres años después empezó el conflicto con el rey que habría de costarle la vida: Enrique
VIII, casado con Catalina de Aragón, quería el divorcio para poder asegurarse
descendencia masculina. Tomás Moro se opuso tajantemente a este divorcio, y en 1532
renunció a la cancillería del reino, cargo al cual había accedido en 1529.
Tras haberse negado a asistir a la coronación de la nueva reina, Ana Bolena, fue
acusado de corrupción, juzgado y condenado a la pena capital. En 1935 fue canonizado
por la Iglesia Católica.
Tomás Moro nació en Londres en 1478, de familia acomodada y noble, ciudad de la que
sería alguacil, posteriormente. Tras la realización de sus primeros estudios pasa a formar
parte del séquito del cardenal arzobispo de Canterbury Juan Morton, donde continuó su
formación, profundizando en los estudios teóricos. Será, sin embargo, en Oxford en
donde completará su formación intelectual, orientada hacia el estudio de los clásicos,
entablando posterior amistad con otros humanistas de la época, como Erasmo, pese a
que los deseos de su padre le llevaron a ejercer como jurista y magistrado en Londres.

4. TEMAS TRATADOS A LO LARGO DE LA FILOSOFIA MEDIEVAL

La relación entre fe y razón:

La relación entre religión y filosofía, entre razón y fe, fue una de las preocupaciones
básicas y fundamentales en la Edad Media. Esta relación fue atormentada y tortuosa,
llena de altibajos y conflictos. Y ello porque se trata de dos concepciones del mundo
muy distintas:

1. la primera se presenta como dada o revelada por Dios a las hombres, y la segunda
como obtenida por ellos mismos a través de la actividad de su mente racional;
2. la palabra religiosa se presenta como definitiva, pronunciada de una vez y para
siempre, y poseedora de una verdad absoluta; la palabra filosófica, en cambio, se
muestra siempre como una palabra reflexiva, nunca única ni definitiva, dada en el
tiempo, frágil y abierta para ser completada, corregida o sustituida por otra.
Desde el punto de vista de la filosofía, esta confrontación es consecuencia del intento de
la razón de reivindicar su lugar en el saber humano, su autonomía frente a cualquier tipo
de imposiciones. Se trataría de no subordinar la filosofía a la teología, la razón a la fe.
Desde el punto de vista de la fe, la historia de esta relación se centró principalmente en
el tema de la compatibilidad o incompatibilidad entre ambas. En este tema podemos
encontrar varias posturas:
• La de aquellos que, en nombre de la fe consideran que ésta se basta a sí misma, por lo
que la filosofía sería superflua, cuando no dañina. Esta respuesta está ligada al
desprecio, tan característico del cristianismo medieval, de la naturaleza, la vida terrenal
y el saber mundano. Un ejemplo de esta actitud lo tenemos en Tertuliano (siglo II) y en
su famosa frase “credo quia absurdum” (“creo porque es absurdo”).
• Una actitud más moderada se encuentra en San Agustín y San Anselmo, quienes
consideran posible y necesaria una colaboración entre la fe y la razón; de todos modos,
en estos autores la filosofía aún sigue subordinada a la fe y la teología pues considerarán
que la fe debe servir de guía de la razón y utilizarán la razón casi exclusivamente como
un instrumento para aclarar las tesis aceptadas mediante la fe.
• Aún más tolerante se muestra Santo Tomás: defiende el equilibrio y armonía entre fe y
razón y llega a considerar que la razón, sin la ayuda de la revelación, puede dar lugar a
un verdadero conocimiento. La fe y la razón son dos formas de conocimiento distintas,
separadas, pero compatibles.5

La existencia y la unidad de Dios

La denominada filosofía medieval centrara mayormente su interés en dios, dará una


explicación a todo por medio de Dios, uno de los conflictos más notorios en esta época
fue la relación de la fe y la razón, es decir la naturaleza que los rodeaba y la ciencia de
la creencia de Dios, en otras palabras la explicación lógica por medio de la ciencia y la
explicación que le daba la religión por medio de Dios.

Según algunos libros y sus autores, la filosofía del medioevo se inicia en el siglo II con
el intercambio de ideas y pensamientos entre la filosofía helenística y las principales

5
http://religiones.conocimientos.com.ve/2010/01/razon-y-fe-en-la-edad-media.html
religiones monoteístas. A diferencia de la filosofía medieval griega en varios aspectos
el cristianismo no comprende contemplar el "ser" mediante la ciencia, sino que lo haría
por medio de la literatura.6

La filosofía cristiana de la Edad Media se subordinó totalmente a la teología, e inclusive


a la mística. Convendría recordar esto sí que en sus comienzos el cristianismo insurgió
como un desafió revolucionario contra la realidad social y política de los primeros siglas
de nuestra era etapa de máximo poderío del Imperio Romano.

El cristianismo primitivo se desentendió de la investigación filosófica propiamente


dicha. Es más: los nuevos creyentes se apartaron de toda filosofía, lo que resulta
explicable porque todos los sistemas hasta entonces conocidos eran el producto
intelectual de culturas precristianas, paganas por esencia y definición.7

A la vez en este periodo encontramos varios exponentes de este tema entre ellos se
encuentra San Agustín (354-430 a. C) quien presenta sus propias pruebas de las cuales
son tres y además de estas dos presenta otras dos, la prueba teológica y la del
consentimiento universal.

También San Anselmo (1033-1109), en su argumento ontológico presenta cuatro ideas


de la existencia de Dios. Santo Tomas de Aquino (1224-1274) presenta la existencia de
Dios a través de las cinco vías que el denomino: Movimiento, Eficiencia, Contingencia,
Grados de perfección y Finalidad. Juan Escoto (1265-1308) en sus dos obras principales
Monologion y Proslogion.

La cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos

Recibe este título la característica que desde nuestro punto de vista es más típica o
esencial de Dios. Hay que decir “desde nuestro punto de vista” puesto que en Dios, a
diferencia de las cosas finitas, todas las propiedades son esenciales y ninguna
accidental, aunque alguna se nos presente como más característica o definitoria de su
6
http://josepatio-jose.blogspot.com.co/2011/04/la-existencia-de-dios-en-la-filosofia.html
7
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/hifi/hifi05.htm
realidad. El constitutivo formal es el “esse subsistens”, es el ser subsistente, la
característica de existir a partir de sí mismo; esta es la nota típica de Dios porque
ninguna entidad finita, ni siquiera los ángeles, está dotada de autonomía radical o
absoluta, por lo que necesita de otra cosa para existir, y en último término de Dios
mismo.8
A la vez se presenta sobre los atributos divinos las siguientes ideas que son las más
importantes entre ellas está:
La eternidad divina: eterno se aplica a Dios en la forma más tajante del primer sentido,
como un Ser que siempre ha existido y que siempre existirá.
Inmutabilidad: decir que Dios es inmutable es afirmar que Dios no puede cambiar. Dios
es acto puro, que actualiza simultáneamente todas sus potencialidades.
Infinitud: la infinitud de Dios tampoco consiste en una en una extensión infinita de
cualidades humanas, lo cual estaría en contradicción con la adscripción al Ser divino de
una personalidad estable y bien definida.
Omnipotente: que Dios sea omnipotente significa que rige el mundo y todo lo que
contiene.

El problema del mal

¿Qué es el mal?, ¿De dónde proviene? son algunas de las interrogantes que los
pensadores a lo largo de la historia de la humanidad han intentado dilucidar, siendo un
principal tema en la Edad Media y en especial San Agustín de Hipona, quien de manera
clara define este interrogante.
Uno de los grandes desafíos de San Agustín que se impuso en la vida fue encontrar una
respuesta a la pregunta del mal. Los primeros, apoyándose en su condición dualística
del mundo, indicaban que el problema del mal era la existencia de un principio del bien
en lucha constante con uno opuesto, con el mal , es decir, están dando paso a la
existencia de un segundo Dios, representante del mal, generando una duda de carácter
ontológico: con respecto a la materia , puede ésta ser mala: ocupando como fuente,
claramente en un criterio argumentativo por autoridad, la Biblia creía que la creación de

8
http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-
filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/ConstitutivoFormal.htm
Dios tenía un rasgo positivo, bueno. Esta situación lo llevó a concluir que el mal no es
un problema metafísico.9
El mal no existe como hecho objetivo, sino como concepción subjetiva y, además, es
triple: metafísico, moral y físico. Las cosas no son malas en sí mismas, sino por causa
de su relación con otras cosas o personas. Todas las realidades son en sí mismas,
buenas. Si producen resultados malos, es solo condicionalmente; en consecuencia, la
última causa de mal es fundamentalmente buena. La existencia del mal tiene, por tanto,
como condición de posibilidad la existencia de bienes mucho mayores y, además, el mal
actúa como contrapeso del desorden que causa el pecado y la mala voluntad de los seres
creados. El mal, sin ser creación de Dios, ayuda, pues, a la perfección de su obra. Por
ejemplo, si no hubiera ningún acto o suceso malo, no habría ningún espacio para la
paciencia y la justicia; si no fuésemos capaces de realizar malas acciones, no podríamos
hablar de libertad. El mal forma parte, por tanto, del plan del universo que Dios, en su
divina providencia, tiene pensado para el mundo y los hombres y que es conocido
parcialmente por nosotros.
Tomás de Aquino sistematizó los principios de Agustín de Hipona y los complementó
ampliamente. Dios creó un mundo perfecto en su totalidad, por tanto el mal en el mundo
no proviene de Él. El mal para Tomás de Aquino es también una privación, o ausencia
de algo bueno. Por eso, el mal no es algo absoluto: siempre se sitúa dentro del contexto
del bien. No hay ningún summum malum, o fuente positiva de mal, correspondiente al
summum bonum que es Dios.10

Problema de la compatibilidad de la omnisciencia de Dios

Esta cuestión que surgió durante el periodo Medieval, de la cual se quería resolver la
omnisciencia de divina, es decir, Dios conoce todas las cosas de modo perfecto, que se
muestra tanto como en el modo como en el alcance de ese conocimiento. Se trata de un
conocer intuitivo, no discusivo, como es el conocimiento humano ordinario. El
conocimiento divino difiere también del humano en su extensión y amplitud. El
conocimiento discursivo implica limitaciones y supone que nada puede ser conocido
completamente. Es, por lo tanto, falible.
9
http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/hf/soff_em_15.html
10
http://jacgmur.blogspot.com.co/2011/01/el-problema-del-mal-en-tomas-de-aquino.html
La perfección del conocimiento divino se explica, entre otros motivos, porque Dios es el
Creador de todas las cosas, que debe entonces conocer de modo completo e intuitivo. Al
conocerse así mismo, Dios conoce todo lo que existe o puede existir.
Pero en este caso, aparece un problema en relación con la libertad humana. Si el
conocimiento del mundo por Dios es sucesivo, Dios no puede prever actos libres
futuros, dado que Dios puede conocer esos actos solo si son predecibles. Mas si son
predecibles, no serían actos libres. Esta objeción se puede obviar con la consideración
de que Dios puede conocer solamente lo que es cognoscible. Pero conocería de modo
completo e inmediato toda posibilidad de elección y toda consecuencia posible de tal
elección.

El problema de los universales y la casualidad

El segundo gran tema de reflexión durante la Edad Media, junto al de la relación entre
la Fe y la Razón, es el denominado “problema de los universales”. Se origina por la
traducción de Boecio (s.VI) a la Isagogé (introducción al libro de las Categorías de
Aristóteles) de Porfirio (s. III): "No abordaré aquí las cuestiones sobre los géneros y las
especies, si subsisten en ellos mismos o se encuentran en el entendimiento, si son
sustancias corpóreas o incorpóreas, si están separadas de las cosas sensibles o se
encuentran en ellas..." El problema es antiguo y se puede formular así: ¿qué tipo de
realidad corresponde al Universal (concepto, esencia, idea...)? Podemos resumir las
Soluciones en estas tres posiciones:
• Realismo Exagerado: los Universales son reales (solución de los Agustinianos). Las
ideas platónicas son las ideas en la mente de Dios.
Los universales son la auténtica realidad a partir de la cual, por participación, son reales
los seres particulares.
• Realismo Moderado: los Universales existen, pero no separados de los individuos,
sino teniendo su fundamento en estos (solución de Santo Tomás, siguiendo a
Aristóteles).
• Nominaliemo: los Universales son sólo "nombres" sin ninguna realidad extra mental
(Guillermo de Ockham). Considera que otorgarles realidad es complicar nuestra
concepción del mundo: "non sunt multiplicanda entia sine necessitate" (no se tienen que
multiplicar los entes sin necesidad) es el lema conocido como la “navaja de Ockham”, y
será fundamental para la Ciencia Moderna como principio de economía en la
investigación (será preferible la explicación más sencilla y que precise de menos
supuestos). La esencia de los conceptos universales se puede decir con un nombre
común, pero no tiene ninguna correspondencia en la realidad. ¿Qué es lo que hace que
una rosa sea una rosa sino el nombre “rosa”?.11

5 ¿QUIÉN FUE SAN AGUSTÍN DE HIPONA Y CUALES SON SUS PRINCIALES


OBRAS?
Etimológicamente: Agustín = Aquel que es venerado, es de origen latino.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y
de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del
mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de
hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la
causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Breve Biografía
San Agustín es doctor de la Iglesia, y el más grande de los Padres de la Iglesia, escribió
muchos libros de gran valor para la Iglesia y el mundo.
Nació el 13 de noviembre del año 354, en el norte de África. Su madre fue Santa
Mónica. Su padre era un hombre pagano de carácter violento.
Santa Mónica había enseñado a su hijo a orar y lo había instruido en la fe. San Agustín
cayó gravemente enfermo y pidió que le dieran el Bautismo, pero luego se curó y no se
llegó a bautizar. A los estudios se entregó apasionadamente, pero, poco a poco, se dejó
arrastrar por una vida desordenada.
A los 17 años se unió a una mujer y con ella tuvo un hijo, al que llamaron Adeodato.
Estudió retórica y filosofía. Compartió la corriente del Maniqueísmo, la cual sostiene
que el espíritu es el principio de todo bien y la materia, el principio de todo mal.
Diez años después, abandonó este pensamiento. En Milán, obtuvo la Cátedra de
Retórica y fue muy bien recibido por San Ambrosio, el Obispo de la ciudad. Agustín, al
comenzar a escuchar sus sermones, cambió la opinión que tenía acerca de la Iglesia, de

11
http://www.iesseneca.net/iesseneca/IMG/pdf/tema_6_filosofia_medieval.pdf
la fe, y de la imagen de Dios.
Santa Mónica trataba de convertirle a través de la oración. Lo había seguido a Milán y
quería que se casara con la madre de Adeodato, pero ella decidió regresar a África y
dejar al niño con su padre.
Agustín estaba convencido de que la verdad estaba en la Iglesia, pero se resistía a
convertirse.
Comprendía el valor de la castidad, pero se le hacía difícil practicarla, lo cual le
dificultaba la total conversión al cristianismo. Él decía: “Lo haré pronto, poco a poco;
dame más tiempo”. Pero ese “pronto” no llegaba nunca.

Un amigo de Agustín fue a visitarlo y le contó la vida de San Antonio, la cual le


impresionó mucho. Él comprendía que era tiempo de avanzar por el camino correcto. Se
decía “¿Hasta cuándo? ¿Hasta mañana? ¿Por qué no hoy?”. Mientras repetía esto, oyó la
voz de un niño de la casa vecina que cantaba: “toma y lee, toma y lee”. En ese
momento, le vino a la memoria que San Antonio se había convertido al escuchar la
lectura de un pasaje del Evangelio. San Agustín interpretó las palabras del niño como
una señal del Cielo. Dejó de llorar y se dirigió a donde estaba su amigo que tenía en sus
manos el Evangelio. Decidieron convertirse y ambos fueron a contar a Santa Mónica lo
sucedido, quien dio gracias a Dios. San Agustín tenía 33 años.
San Agustín se dedicó al estudio y a la oración. Hizo penitencia y se preparó para su
Bautismo. Lo recibió junto con su amigo Alipio y con su hijo, Adeodato. Decía a Dios:
“Demasiado tarde, demasiado tarde empecé a amarte”. Y, también: “Me llamaste a
gritos y acabaste por vencer mi sordera”. Su hijo tenía quince años cuando recibió el
Bautismo y murió un tiempo después. Él, por su parte, se hizo monje, buscando alcanzar
el ideal de la perfección cristiana.
Deseoso de ser útil a la Iglesia, regresó a África. Ahí vivió casi tres años sirviendo a
Dios con el ayuno, la oración y las buenas obras. Instruía a sus prójimos con sus
discursos y escritos. En el año 391, fue ordenado sacerdote y comenzó a predicar. Cinco
años más tarde, se le consagró Obispo de Hipona. Organizó la casa en la que vivía con
una serie de reglas convirtiéndola en un monasterio en el que sólo se admitía en la
Orden a los que aceptaban vivir bajo la Regla escrita por San Agustín. Esta Regla estaba
basada en la sencillez de vida.
Fundó también una rama femenina.
Fue muy caritativo, ayudó mucho a los pobres. Llegó a fundir los vasos sagrados para
rescatar a los cautivos. Decía que había que vestir a los necesitados de cada parroquia.
Durante los 34 años que fue Obispo defendió con celo y eficacia la fe católica contra las
herejías. Escribió más de 60 obras muy importantes para la Iglesia como “Confesiones”
y “Sobre la Ciudad de Dios”.
Los últimos años de la vida de San Agustín se vieron turbados por la guerra. El norte de
África atravesó momentos difíciles, ya que los vándalos la invadieron destruyéndolo
todo a su paso.

A los tres meses, San Agustín cayó enfermo de fiebre y comprendió que ya era el final
de su vida. En esta época escribió: “Quien ama a Cristo, no puede tener miedo de
encontrarse con Él”.
Murió a los 76 años, 40 de los cuales vivió consagrado al servicio de Dios.
Con él se lega a la posteridad el pensamiento filosófico-teológico más influyente de la
historia.
Murió el año 430.

Obras de san Agustín

Son 93 obras, 232 libros, sermones, y cartas. Todos escritos con un estilo de gran
calidad y sobriedad clásica.

Autobiográficas.

Las Confesiones (397-400): 13 libros.

Es un libro en el que San Agustín escribió acerca de su juventud pecadora y de cómo se


convirtió al cristianismo.

Retractationes (volver atrás) (427)

Las Retractaciones. (escritas hacia el final de su vida, 426-428) son una revisión en
orden cronológico de sus escritos, donde se explican la motivación y la idea dominante
de cada uno de ellos. Constituyen una muy valiosa guía para captar la evolución del
pensamiento de san Agustín; son la historia de su mente. Las Cartas, que ascienden a
270 dentro de la colección Benedictina (53 de ellas corresponden a remitentes de
Agustín), son un tesoro de gran valor para profundizar en el conocimiento de su vida, de
su influencia e, incluso, de su doctrina

Escritos filosóficos

Contra académicos (386);

Contra academicos. (386), una discusión con el escepticismo de la academia nueva. Los
primeros escritos de San Agustín están dedicados a combatir los errores que él mismo
había seguido durante su juventud. Así, combate a los escépticos, maniqueos y
pelagianos en su obra Contra los académicos, Sobre el libre albedrío. Etc.

De vita beata.

De la vida feliz, es un texto de juventud, escrito durante unas vacaciones otoñales en el


año 386 d. de C., en el Casiciaco, una finca de un amigo cercano, cuando Agustín recién
se había convertido al cristianismo. Forma parte de los diálogos en los que inicia una
nueva vida intelectual y moral, es el inicio de su lucha por la fe, frente a las asechanzas
de las pasiones y contra los enemigos de la fe: heréticos y paganos. viejo tema de la
felicidad y la virtud.

De ordine (problema del mal);

La reflexión agustiniana acerca de la belleza brinda elementos fundamentales para una


comprensión de la estética. En el diálogo De ordine, Agustín se ocupa del problema de
la belleza desde una perspectiva fenomenológica —dado que el orden y la belleza se
manifiestan en todas las esferas de la creación— y da paso luego a una consideración
ontoteológica en la que el ser se identifica con el valor en su triple determinación de
bello, bueno y verdadero. Ocuparse de la cuestión de la belleza en Agustín permite
establecer vínculos entre diversos ámbitos de la filosofía y abrir el diálogo entre las
aproximaciones estéticas pre-modernas y las contemporáneas. sobre el orden de las
cosas y sobre el mal.

Soliloquia

versan sobre la existencia de Dios y la inmortalidad del alma

De quantitate animae (388);

De magisterio (389).

Obras apologéticas

De Civitate Dei (413-426);

Su obra más extensa, compuesta entre el 413 y el 426. Se trata de una apología del
cristianismo y de una interpretación global de la historia de la humanidad, posiblemente
la más sólida y completa de las que hasta el momento se han hecho. Es una de las obras
más importantes de la literatura cristiana y universal.

De vera religione (390);

Fue compuesto en Tagaste en el 390, con una finalidad de mostrar que sólo en la
religión católica se encuentra la verdad y el culto que se debe dar a Dios según razón.
Por eso, el paganismo y el maniqueísmo son cultos falsos e irracionales.

De utilitate credendi (391).

Es un análisis de las relaciones entre fe y razón: la fe no es algo irracional, pues está en


perfecta concordancia con las exigencias de la razón humana.

Escritos dogmáticos

De Trinitarte (399-419);
Esta obra es la cumbre de toda la especulación trinitaria del período patrístico, y supuso
un gran avance en la exposición del misterio trinitario. Especial importancia tienen sus
explicaciones de las Personas como relaciones subsistentes, de la analogía entre la
Trinidad y la mente humana, y todo su rico estudio acerca de las propiedades personales
del Espíritu Santo.

De diversis quaestionibus octo gintatribus (388-396)

Es fruto de conversaciones familiares sobre cuestiones dogmáticas, filosóficas y


exegéticas.

De diversis quaestionibus ad Simplicianum (post 397).

Tiene importancia para conocer la doctrina de San Agustín sobre la gracia. En esta obra
expone meridianamente la gratuidad de la gracia, y su necesidad para el inicio de la fe,
para el deseo de convertirse y para llevar a cabo obras meritorias.

Obras polémicas

De moribus Ecclesiae Catholicae et de moribus maniquaeorum (387-88);

 Muestra las diferencias entre las costumbres cristianas y las maniqueas.

Contra Faustum manichaeum (397-400);

Contra Secundinum manichaeum  (399);

Contra epistulam parmeniani (400);

Entre las obras anti donatistas se pueden mencionar Contra epistolam Parmeniani, de su
primera gran obra de esta controversia

De baptismo (400-401);
Prueba que el bautismo administrado por los herejes es válido e interpreta rectamente el
pensamiento de San Cipriano sobre el tema, pues los donatistas intentaban hacerlo pasar
por uno de los suyos.

Post collationem contra donatistas (411);

Escrita después de la reunión del 411, es su mejor obra contra los donatistas. En ella los
exhorta a que vuelvan a la verdadera fe y no se dejen engañar por sus obispos.

De natura et gratia (414-415);

De gratia Christi et de peccato originali (418);

De nuptiis et concupiscentia (419);

Contra Iulianum (421);

De gratia et de libero arbitrio (426-27);

De correptione et gratia  (427);

De praedestinatione sanctorum (428-29);

De dono perseverantiae (428-29);

De haeresibus (428-29).

Obras morales y pastorales

Las obras de San Agustín que responden a necesidades pastorales son también
abundantes, y de gran interés para conocer la praxis moral del siglo quinto y el modo en
que se formaba el pueblo. Expone con claridad y visión positiva el modo en que hay que
vivir las diversas virtudes cristianas. Algunas de estas obras son, por ejemplo, en De
mendacio, De sancta virginitate, De continentia, De patientia, etc. Especial mención
merece el manual de instrucción catequética para adultos De catechizandis rudibus
(400), escrito a instancias del diácono Deogracias, muy importante por la profunda
visión pedagógica que demuestra tener San Agustín.

De mendacio;

De sancta virginitate;

De continentia;

De patientia;

De catequizandis rudibus (400).

Obras exegéticas

San Agustín no conocía el hebreo; por esto, en su exégesis se valió del texto griego y de
las traducciones latinas; él mismo llegó a revisar la traducción de algunos libros para su
uso privado. En su exégesis busca fundamentalmente el sentido literal, pero no descuida
tampoco el alegórico, sobre todo en el exégesis de los Salmos. De doctrina christiana
reviste una peculiar importancia por ser una obra de carácter general, donde expone la
necesidad de las ciencias profanas en la exégesis, y su doctrina sobre el signo y sobre la
hermenéutica bíblica. La escribió en dos momentos: en los años 396-397 y 426-427.
Entre los escritos sobre el Antiguo Testamento destacan diversos comentarios al
Génesis (De Genesi) y las Enarrationes in Psalmos. Sobre el Nuevo Testamento, aparte
de diversos comentarios a pasajes concretos (De sermone Domini in monte, etc.),
escribió dos importantes tratados: Tractatus in Evangelium Ioannis, que comprende 124
discursos predicados en diversas épocas, y Tractatus in Epistolam Ioannis I, hecho
también a base de sermones predicados al pueblo.

De doctrina christiana;

De Genesi;

Enarrationes in Psalmos;

De sermone Domini in monte;


Tractatus in Evangelium Iohannis;

Tractatus in Epistulam primam Iohannis.

Sermones de San Agustín

Aparte de los arriba mencionados, se han conservado más de 500 sermones de la


ingente predicación de San Agustín (en la biblioteca de Hipona había unos 3.000 o
4.000 sermones). Los temas son muy variados: festividades litúrgicas, santos de
diversos días, etc. El epistolario de San Agustín comprende unas 250 cartas y algunas
que a él dirigieron. Estas cartas, que son una buena muestra de la rica personalidad de
San Agustín, son muy variadas: históricas, familiares, largos tratados, etc12

¿CÓMO DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS?

Cinco vías de Santo Tomas:

La existencia” de Dios no pertenece “necesariamente” a la fe. A esta verdad puede


acceder el hombre mediante su razón. Esto no quita que también esta verdad esté
revelada (la encontramos en la Sagrada Escritura).

Las pruebas más tradicionales para demostrar la existencia de Dios son estas cinco vías
expuestas de modo magistral por Santo Tomás de Aquino (“Suma Teológica”, Prima
pars, cuestión 2, artículo 3). Son éstas pruebas propiamente metafísicas. Estas vías son
cinco argumentos a posteriori (a partir de las cosas más conocidas por el hombre) que
demuestran la existencia de Dios; así, por ejemplo:

Primera Vía
La primera es la vía del movimiento: la realidad del cambio o del movimiento (en
sentido aristotélico) exige necesariamente la existencia de un primer motor inmóvil,
porque no es posible fundarse en una serie infinita de iniciadores del movimiento.

12
Cf. www.bisabuelos.com/pat/agu/agustin_m03.html
Segunda Vía
La segunda es la vía de las causas eficientes: puesto que las causas eficientes forman
una sucesión y nada es causa eficiente de sí mismo, hay que afirmar la existencia de una
primera causa.

Tercera Vía
La tercera es la vía de la contingencia y del ser necesario: como es un hecho que hay
seres que existen y que podrían no existir, esto es, que son contingentes, es forzoso que
exista un ser necesario, ya que, de otra forma, lo posible no sería más que posible.

Cuarta Vía
La cuarta es la vía de los grados de perfección: puesto que todas las cosas existen según
grados (de bondad, verdad, etc.), debe también existir el ser que posee toda perfección
en grado sumo, respecto del cual las demás se comparan y del cual participan.

Quinta Vía
La quinta es la vía teleológica o del orden y la finalidad: existe un diseño o un fin en el
mundo, por lo que ha de existir un ser inteligente que haya pretendido la finalidad que
se observa en todo el universo.

http://es.catholic.net/op/articulos/14619/cinco-vias-de-santo-tomas.html

Argumento de san Anselmo

Sometió todas las verdades agustinianas a un examen racional e intentó demostrar la


existencia de Dios. Para esto, en su obra Monologion (1076) expuso diversos
argumentos a posteriori que pueden clasificarse en tres grandes grupos: por la
participación en el bien supremo, por la participación en el ser soberano y por grados de
perfección. Posteriormente, en el capítulo II de Proslogion (1078) formuló otro
argumento (esta vez a priori y siguiendo el método escolástico), el cual es conocido
como Argumento ontológico y dice aproximadamente lo siguiente:

1. Todo ser humano tiene la idea de un ser superior tal que no existe ningún otro mayor
que él que pueda ser pensado (aliquid quo nihil majus cogitari possit).
2. Un cuadro pintado es superior a un cuadro que un pintor concibió y nunca pintó.
3. "Si ese ente tal que nada mayor puede concebirse está en la sola inteligencia, esto
mismo que nada mayor puede ser concebido es tal que algo mayor que él puede ser
concebido, pero ello es imposible." (textual)
4. Ergo, dicho ser existe.

El supuesto implícito que está funcionando en este argumento es que la existencia es un


atributo de perfección. Es decir, cualquier cosa que exista es más perfecta que aquellas
cosas que sólo existen en el pensamiento, pero no en la realidad. Este supuesto y la
definición de Dios del primer punto han sido el aspecto más criticado por filósofos
posteriores.13

DIOS EN SAN AGUSTÍN

En torno al tema de Dios gira todo el pensamiento agustiniano.


*Primero como Ser supremo, Creador y fuente de todas las realidades.
*Segundo como Verdad suprema y Luz intelectual, fuente de la verdad de todas las
cosas.
*Tercero, como Bondad suprema y fuente de bondad en todas las cosas.
El hombre es incapaz de hacer algo bueno o pensar algo verdadero sin el auxilio divino.
 

1. La existencia de Dios

13
http://www.taringa.net/posts/offtopic/855658/San-Anselmo-de-Canterbury---Existencia-de-Dios.html
La existencia de Dios, en cuanto tal no era ningún problema para Agustín, más bien
tendía a poner en duda la propia existencia antes que la de Dios.
Piensa que los hombres, salvo excepciones -"locura de pocos"- también tienen un
conocimiento de la existencia de Dios como autor del mundo.
Dios se muestra como existencia evidente ante la razón humana; basta una sencilla
reflexión para probarla y afirmarla con toda certeza. Conoce las pruebas de la existencia
de Dios: por los grados de ser, por la contingencia, por la causalidad o finalidad.

II. La prueba noológica


Propia de su pensamiento es la llamada prueba noológica de la existencia de Dios. En
ella no se propone partir de premisas puramente filosóficas, sino que quiere conducir la
simple fe al grado superior de la comprensión de la fe, al intellectus fidei: comprender
con la fe aquello en lo que se cree. No se trata pues de indagar si Dios existe, sino
"como se revela la existencia de Dios"
La argumentación parte de lo palpable, del indudable hecho de conciencia de "que tú
eres, que tú vives y que tú comprendes" (esse, vivere, intelligere). En esto se descubre
un orden ascendente: de lo simple a lo más perfecto, de lo exterior a lo interior. La
comprensión  ocupa el lugar más alto  en la jerarquía, no sólo incluye los otros dos
órdenes, sino que tiene además la facultad de juzgarlos.
Después Agustín analiza la facultad de conocimiento humana.
El hombre percibe el mundo exterior con sus órganos de los sentidos. El sentido interno
coordina estas percepciones
Para que exista el conocimiento se requiere la ratio que juzga. La ratio no solo puede
juzgar sobre lo demás sino que puede reflexionar sobre ella misma, se plantea si puede
haber "algo" en el hombre que esté por encima de la razón, al que le correspondan,
siendo la razón humana mutable, los predicados de aeternum  e incommutabile.
El que la razón sea inferior a ese "algo" no basta para llamarlo Dios, debe además estar
demostrado que no puede ser superado por nada.
Es la razón la que debe brindarnos la prueba.
La cuestión es pues, si existe "algo" que sea común a todos los entes dotados de razón,
que cada uno pueda ver con la razón y el entendimiento porque es patente para todos.
Y en efecto se puede demostrar que la razón conoce lo eterno y lo inmutable y que a la
vez es distinta de estos objetos de su conocimiento, puesto que ella misma es sin duda
mutable.
De entre los muchos ejemplos de posibles verdades inmutables que hay en nuestro
entendimiento, Agustín elige el número. Las leyes matemáticas son patentes a todo
pensamiento, no provienen de la percepción sensible y son independientes de ésta: ya
sea que lo capte o se equivoque nuestro espíritu, siete y tres son siempre diez.
Tras analizar estas ideas fundamentales, Agustín llega a la conclusión de que existe una
verdad inmutable, que contiene todo aquello que es inmutablemente verdadero, que es
patente a todos, como una luz a la vez secreta y universal.
Esta verdad es más excelsa que el entendimiento humano, que no juzga sobre ella sino
conforme a sus reglas y, bajo su luz, también reflexiona sobre sí mismo.14

BEATO JUAN DUNS ESCOTO

Escoto señala que, así como el objeto propio de la Teología es Dios en cuanto
Dios, el objeto propio de la Metafísica es el ser en cuanto ser. Por ello la
Metafísica no puede alcanzar a Dios sino en cuanto éste es ser. Pero si bien la
Metafísica estudia al ser en cuanto ser y no a un tipo de ser en particular, se ve
limitada para abordar su objeto al contar sólo con el conocimiento sensible. No
conoce de modo directo a los seres inmateriales (ángeles, Dios). Para salvar
esta desproporción entre el objeto de conocimiento de la Metafísica (el ser en
cuanto ser) y su fuente de conocimiento (lo sensible), Escoto considera que se
debe dar una noción de ser tan completamente abstracta que pueda aplicarse a
todo ser en un mismo sentido (sentido unívoco). Por otro lado, esta noción de
ser es la primera de todas, ya que el ser es lo primero que conoce el
entendimiento. 

Para alcanzar a Dios hemos de buscar la causa del ser (sentido unívoco) y no la
causa del ser sensible, porque por este último camino llegamos a un primer
14
https://docs.google.com/document/d/1broT559gWXMRD_mkWkArog_uBRfSQ8woMahmk9j1i9Y/edi
t#
motor que es él también parte del mundo. Por ello sus demostraciones, si bien
parten de nociones tomadas de la experiencia, prescinden de lo sensible y
operan en el plano de lo posible, universal y necesario; ya que lo que vale para
lo posible vale también para lo real, peno no se da necesariamente lo mismo a
la inversa. 

Escoto distingue distintos modos de ser, de entre los cuales los dos primeros
son lo finito y lo infinito. Esta división es anterior incluso a la de las diez
categorías de Aristóteles, puesto que las categorías, al implicar determinación
(limitación), corresponden al ámbito de lo finito. Para demostrar la existencia
de Dios, el metafísico debe probar la existencia del ser infinito.    

Al abordar la relación entre el ser infinito y los seres finitos, se distancia de


Avicena, quien sostenía que lo posible procedía de la necesario por necesidad.
Escoto sostendrá que lo finito procede de lo infinito por un acto de
libertad. Trata con ello de escapar de la primacía de la necesidad que, como
concepción propia de la filosofía griega, cobraba fuerza en su tiempo a través
de Avicena y Averroes. Y a la libertad divina la entiende como limitada sólo
por el Principio de No Contradicción y no por el bien, que depende de la
voluntad de Dios. Lo que es bueno, es bueno porque Dios lo quiere y lo
manda. Si él lo hubiese querido, otras podrían haber sido las leyes morales. A
excepción de los dos primeros mandamientos del decálogo, que Dios no podría
haber cambiado sin contradicción, todos los demás se fundamentan tan sólo en
la su voluntad. Con esto se hace evidente que en Escoto el voluntarismo a
desplazado al intelectualismo. También con el fin de ubicar a Dios por encima
de toda necesidad, y considerando que todo entendimiento es una naturaleza,
afirma que Dios está por encima de sus ideas.15 

15
http://www.mercaba.org/TEOLOGIA/ESCOTO/juan_duns_escoto.htm
7. LA RAZÒN Y FE SE CONTRAPONEN SI O NO ¿POR QUÉ?

No, porque una fe no razonable sería una no-fe, inadecuada a la estructura del ser
humano, la razón por el hecho de ser un don de dios al hombre, no puede contradecir
jamás a la fe, pues el creador no puede ir en contra de aquello que ha creado. Querer
separar la razón de la fe, seria destruir la esencia misma del hombre.
Para Agustín no existe una distinción precisa entre fe y razón, toda vez que existe una
sola verdad que nos es revelada por la religión cristiana. Estas dos dimensiones, fe y
razón, no deben separarse ni contraponerse, sino que deben estar siempre unidas. La
razón solo es útil para conocer mejor esa verdad y penetrar en ella, pero San Agustín
siempre subraya que sin la creencia en los dogmas de la fe no podríamos adquirir
verdadera sabiduría. De aquí su famosa frase “Cree para comprender”.
El primer paso dado por Santo Tomás para resolver este problema, consiste en
mantener una clara distinción entre razón y fe. Dicha distinción viene establecida por
los límites de la propia razón, para acceder a las verdades propias de la revelación. La
razón, al proceder desde el conocimiento sensible, tiene su objeto limitado a las
entidades sensibles, por ese motivo el conocimiento racional de Dios es analógico e
imperfecto.16

16
http://www.es.catholic.net/op/articulos/40876/cat/1010/una-fe-que-cree-una-razon-que-piensa.html

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