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Carolina Silva

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En este ejercicio me propongo comparar dos trabajos en base a sus


planteamientos sobre la novela de la Guerra Civil Española, tanto aquellas
escritas y durante el conflicto como las posteriores, las escritas por españoles
como las escritas por extranjeros. Los artículos son Mi guerra, tu guerra:
Claiming the Spanish Civil War in Literature and Film, por Martin
Hurcombe, y The Novel of the Spanish Civil War, capítulo de un libro sobre la
novela española en general, por Sebastiaan Faber. Para empezar, voy a hacer
un repaso breve de cada uno de los artículos.

Mi guerra, tu guerra: Claiming the Spanish Civil War in Literature and Film
fue publicado en 2007 en el Journal of War & Culture Studies. El artículo
comienza estableciendo que la Guerra Civil Española es un conflicto
doblemente olvidado: en España, su memoria fue censurada por el régimen
franquista y en el resto de Europa fue eclipsado por la Segunda Guerra
Mundial, que sucedió poco después. Sin embargo, periódicamente se resucita
el conflicto en obras de literatura y cine, como son por ejemplo la novela
Soldados de Salamina, de Javier Cercas, o la película El laberinto del fauno,
de Guillermo del Toro. Para el autor, la reciente tendencia española de
reconectar con este evento histórico marca una clara diferencia con la
conceptualización que hacen de él los extranjeros. La diferencia existe hasta
en la concepción del origen de la Guerra: para los españoles, la guerra tuvo un
origen vinculado a los pronunciamientos, levantamientos de movimientos
conservadores en respuesta a lo que consideraban ataques del nuevo régimen a
las viejas jerarquías. Internacionalmente, la guerra se entendió principalmente
y en el arte como una mera oposición entre incompatibles, dos bandos
opuestos en una contienda que era fácilmente extrapolable y reducible a
fascistas versus comunistas. Estas interpretaciones internacionales llegaron
rápidamente, y con ellas la participación de extranjeros. Muchos intelectuales
europeos decidieron identificarse o decirse representados con uno u otro
bando, partiendo de la idea grandilocuente de que era su deber como artistas
estar al servicio del conflicto, promoviendo su visión, aunque sesgada. Hay
entonces muchísimo arte producido en esta época por autores europeos que no
es memorable, pero es panfletario y reduccionista del conflicto.

El canon europeo de literatura sobre la Guerra Civil es principalmente


extranjero y prorepublicano. En estas obras es común el tema de la implosión
de la República, tratada de tal forma que parece representar las tensiones entre
los miembros de la izquierda europea, o de forma que es una metáfora del
fracaso de la izquierda en la Europa del siglo veinte. La literatura
internacional de la Guerra Civil se usó entonces para mostrar las limitaciones
del compromiso izquierdista, y la guerra destruyó en gran medida la fe de
artistas y escritores en las ideologías políticas. Mientras tanto, en España
surge una interpretación diferente de la Guerra Civil, debido a la censura, la
propaganda y el control estatal de la producción cultural. Solo una visión
franquista de la guerra y la dictadura predominó durante los ’40 y ’50. El arte
español de los años ’60 sobre la guerra, ya poblado de voces disidentes que
disienten con la censura franquista, presenta una sociedad en negación
silenciosa de su pasado reciente. El silencio se prolongó hasta y durante la
transición: muchos creían que, de retomar el enfrentamiento en el discurso
popular, se reabriría la grieta entre los bandos de la guerra y se desestabilizaría
nuevamente el país. El ingreso de España a la Unión Europea y la
sobrevivencia de la democracia permitió a los autores contemporáneos
reclamar la Guerra Civil como propia nuevamente, y dio lugar a nuevas
formas de arte y nuevas interpretaciones de la guerra en la literatura y el cine.
A su vez, la nueva confianza de los artistas españoles para hablar de este hito
en su historia alimenta las voces internacionales y las representaciones
extranjeras. El autor cierra el artículo planteando que hay ahora una influencia
española en el arte internacional sobre la Guerra Civil, y que se está superando
la interpretación en que la guerra significó el fracaso del idealismo y
compromiso político.

The Novel of the Spanish Civil War, Sebastiaan Faber, es un capítulo del libro
Companion to Twentieth-Century Spanish Novel, publicado por Tamesis en
2008. El capítulo trata la utilización de la novela como panfleto
propagandístico durante y después de la Guerra Civil, y muchos de los temas
que Hurcombe trabaja en el artículo previamente descrito. La cantidad de
publicaciones relativas a la guerra es un indicador del interés literario por ella,
pero el tratamiento que se hace de ella varía mucho en distintas obras.
Preocupa a Faber cuál es el criterio que se utiliza para la delimitación de
“libros relativos a la Guerra Civil Española”. ¿Son aquellos escritos durante su
duración, aquellos escritos por españoles, aquellos que la tienen como marco,
aquellos cuya historia transcurre en la guerra? Además, el tratamiento que se
hace de la guerra en las obras que la mencionan puede tomar varias formas.
Muchas de las novelas son de naturaleza autobiográfica, y su compromiso
ideológico varia con uno u otro bando. Poco después de la guerra, los autores
tuvieron un sentido del deber que les llevó a escribir novelas de fuerte matiz
historiográfico, sacrificando a veces el valor estético. No podemos limitarnos
a estudiar las novelas escritas en España en español debido a la fuerte
internacionalización del conflicto. Las formas más comunes de categorizar las
novelas que tratan la Guerra Civil es según criterios políticos, temáticos o
cronológicos. El criterio político marca la diferencia entre novelas franquistas
o republicanas, comunistas, anarquistas o falangistas; cuestión fácilmente
determinable en la mayoría de las novelas autobiográficas o anecdóticas. El
nivel de participación en la guerra del autor también puede tomarse como
criterio: hay novelas militantes y novelas observadoras.

El autor se detiene luego en la cuestión de cómo determinar cuáles novelas de


la Guerra Civil son buenas o memorables, cómo se determina su importancia.
No puede aplicarse el criterio de que la buena novela es la que perdura en el
tiempo, ya que por mucho tiempo no pudo producirse novelas en España
relativas al tema. Se han privilegiado a través de los años las novelas escritas
por españoles en España, así como las novelas de autores que sobrevivieron a
Franco. Faber termina por determinar que el valor literario no es un factor que
pueda tenerse realmente en cuenta cuando se trabaja con la novela de la
Guerra Civil.

El primer texto mencionado tiene como objetivo describir la diferencia entre


españoles y extranjeros tanto en el arte relativo a la Guerra Civil como en su
misma concepción. El segundo texto, a su vez, se centra principalmente en el
problema de la categorización de la novela sobre la guerra, ya sea española o
extranjera.

Ambos textos coinciden en la importancia de la producción internacional de


literatura y cine sobre la Guerra Civil. El primero se detiene en la diferencia
marcada en la interpretación de la guerra y especialmente su origen y
significado entre autores españoles y extranjeros, mientras que el segundo
entiende las obras extranjeras como necesarias para el seguimiento de la
guerra a través de la novela, debido a la censura franquista de la posguerra.
Las novelas que pudieran producirse durante la duración de la guerra son
fuertemente ideológicas, ya que los autores están directamente involucrados
en el conflicto, si están en España, o en la difusión de una y otra versión de los
hechos, si están en el extranjero.

A partir de lo leído en ambos trabajos, concluyo que el canon literario de la


Guerra Civil es amplísimo y variado, con obras, además de españolas y
extranjeras, de participantes directos de la guerra y participantes más pasivos,
realizando obras a modo de difusión desde el extranjero; obras
contemporáneas al conflicto y obras posteriores, con más libertad para
expresar sentimientos prorepublicanos luego del período franquista y su
respectiva censura sobre las artes y los modos de expresión; obras
políticamente alineadas con uno u otro bando, comunistas, anarquistas,
falangistas, republicanas, franquistas, etc.

Un ejemplo que ambos trabajos mencionan es Soldados de Salamina, una


novela escrita en 2001, muchos años después del conflicto, en la que el autor-
narrador sigue la pista de Sánchez Mazas, un miembro fundador de la Falange
que sobrevivió un fusilamiento en el Collell. La novela podría considerarse
falangista, puesto que se presenta merecedor de empatía a este personaje. De
hecho, muchas críticas que recibió se debían precisamente a esto. En la
novela, se reconoce el valor de la poesía de Sánchez Mazas, de Primo de
Rivera y de otras figuras importantes del movimiento anti republicano.
Soldados de Salamina, sin embargo, no es una novela que busque generar
empatía con uno u otro bando sino contar una historia fascinante y real. En los
trabajos de Hurcombe y Faber se la reivindica por varios motivos. Hurcombe
menciona el episodio central de la novela: Sánchez Mazas, luego del
fracasado fusilamiento, es asistido por desertores republicanos, con los que se
refugia por varios días en el bosque. Se detiene en la metáfora que constituye
el bosque tanto en Soldados de Salamina como otras obras literarias y
cinematográficas: un lugar donde se diluyen las alianzas políticas y se
reinterpretan las convicciones de uno u otro bando. Faber, por su parte,
reconoce que las actitudes políticas de Sánchez Mazas son, en la novela, no
justificadas pero sí presentadas con cierta comprensión. Los críticos de la
novela, según Faber, creen que Cercas, el autor, describe la ayuda brindada a
Sánchez Mazas por los republicanos como una amnistía que consideran
injustificable y peligrosa.

Para ambos, el problema que aparece al leer y criticar Soldados de Salamina o


la exitosa película El laberinto del Fauno (donde también aplica, según
Hurcombe, la metáfora del bosque como zona neutral o confusa), es la no
capacidad del lector español, y, en menor medida, el extranjero, de leer obras
de la Guerra Civil como ficción. Esto puede deberse al mencionado fenómeno
por el cual los autores extranjeros, desde un sentimiento de deber, trataron sus
propias obras con una intención historiográfica para combatir la censura
franquista, al igual que los autores españoles poco después del fin de la
dictadura. La novela de la Guerra Civil se toma aún con una seriedad propia
del trabajo científico y no con la libertad de la ficción. Así, es fácil
comprender las críticas realizadas a Soldados de Salamina por permitir la
empatía con un falangista: según la crítica española y los lectores, las obras
deben ocuparse de mostrar la pesadilla de la guerra y los horrores del bando
nacionalista. Dice Faber: “the question that needs to be addressed is what role
fiction can play in the still ongoing process of national reconciliation”, y
considera que Cercas, en Soldados, da un paso importante en esa dirección
con su novela dividida en, por un lado, la búsqueda de la historia de un
falangista y, por otro, la búsqueda de un soldado republicano al que describe
heroico y perseverante. Para Faber, la ficción es una herramienta fundamental
para aprender a ver el mundo desde otros puntos de vista, y esto es
precisamente algo en lo que Soldados logra con maestría.

En conclusión, ambos textos enfatizan la importancia de las representaciones


artísticas para comprender la Guerra Civil Española, tanto las representaciones
extranjeras como las españolas. El arte parece ser para ambos una herramienta
poderosa, capaz de generar empatía y formar opiniones. Sobre esto, comenta
Faber que, muchas veces, los autores, en prólogos o epílogos de sus obras,
escriben cuál es la relación entre su obra y la realidad, se cuestionan el
problema general de la verdad en la literatura o se preguntan quién tuvo
realmente la “culpa” del conflicto en España; en cualquier caso, todas esas
anotaciones tienen como intención, según Faber, “that readers will reach an
understanding of the war that in turn will make sure it never happens again”.

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