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Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Ciencias Humanas


Departamento de Sociología
Taller 1: Documentación e investigación
Sergio David Donoso Méndez
Fecha: 01 de Septiembre del 2020

El trabajo intelectual como un oficio y la imaginación sociológica.

En este apéndice, W. Mills nos plantea la investigación social como la práctica de un oficio,
que más allá de constar de amplias discusiones acerca de teorías y métodos o de oscilar entre
“códigos de procedimiento” contenidos en manuales especializados, se refiere a “ la elección de
un tipo de vida tanto como de una carrera; sépalo o no, el trabajador intelectual forma su propio
yo a medida que trabaja por perfeccionarse en su oficio; para realizar sus propias potencialidades
y aprovechar las oportunidades que se ofrezcan en su camino, forma un carácter que tiene como
núcleo las cualidades del buen trabajador.”(Mills: 1961, p.206) Y precisamente, a partir de esas
experiencias y esos caminos forjados fruto de su quehacer intelectual, el autor nos brindar ciertas
claves, pistas y orientaciones sobre el oficio de la investigación social.
En primer lugar, resalta el lugar que tienen nuestras experiencias y la necesidad de articularla
a nuestro trabajo intelectual a través de un ejercicio de examinación y reinterpretación de
aquellas ideas, conversaciones e inquietudes sueltas, pero de una forma sistemática y organizada.
Para ello, Mills considera clave la escritura de diarios y la organización de nuestros proyectos,
inquietudes y dudas en un sistema de ficheros o carpetas donde clasifiquemos aquellos intereses
académicos e intelectuales por abordar, sumado a aquellos autores, teorías, metodologías y
demás recursos que nos hayan nutrido de alguna forma y puedan ser de utilidad en nuestro oficio
intelectual.
Una de las finalidades de este ejercicio reorganización y revisión constante de nuestro
archivo, es la estimulación de nuestra imaginación sociológica, elemento clave para la
investigación social. Según el autor, “la imaginación sociológica consiste, en una parte
considerable, en la capacidad de pasar de una perspectiva a otra y en el proceso de formar una
opinión adecuada de una sociedad total y de sus componentes. Es esa imaginación, naturalmente,
lo que separa al investigador social del mero técnico” (Mills, 1961, p.222) Es a partir de la
imaginación sociológica que se construirán nuevas conexiones de sentido y significado entre
diferentes temas y problemáticas; se cuestionarán y reconstruirán diferentes tipologías ya
establecidas y se podrán realizar lecturas situadas, teniendo en cuenta características biográficas
de quien investiga, histórica y estructurales. Es tal su importancia para el autor, que nos brinda
diferentes calves para su estimulación como el pensamientos desde polos opuestos; juegos de

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palabras y frases para liberar la imaginación; trabajar en calcificaciones con base al si y no;
lecturas y análisis comparativos entre problemáticas, entre otros.
Por último, Mills llama la atención en uno de sus apartados acerca de los estilos de escritura,
la utilización del lenguaje académico, que voz queremos construir y su pertinencia dependiendo
de a quién y cómo queremos comunicar. Es fundamental realizar estas preguntas en relación con
el registro que queremos manejar y los públicos que queremos abarcar. Sin embargo, si realiza
una crítica que comparto acerca que aquella pose intelectual y académica que muchas veces se
quiere construir y sobre la base de la cual, se construye una autoridad epistémica que puede
volverse muy poco reflexiva, obsoleta y que en definitiva, puede quedarse en un monologo
interminable sin ningún receptor a fin de que pueda escuchar, comprender, interpelar y
retroalimentar.

BIBLIOGRAFÍA

Mills, W. (1961). Sobre la Artesanía Intelectual. In La imaginación sociológica (pp. 206-236).


Fondo de Cultura Económica.

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