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LO QUE DEBEMOS COMER

La temperancia, que es uno de los ocho pilares básicos de la salud, nos dice que
debemos abstenernos por completo de todo lo que perjudica nuestra salud.

EL ALCOHOL nunca ha sido un alimento; es cierto que proporciona calorías, pero son
totalmente “vacías” porque no hay ningún otro factor alimenticio que las acompaña. Lo
peor es que, en el proceso que el organismo debe realizar para asimilar el alcohol,
literalmente se está “cocinando” el hígado a largo plazo y, finalmente, resultará
con una cirrosis que conducirá a la muerte. También daña el músculo cardíaco, y lo
más precioso que tenemos los seres humanos: nuestro cerebro. Por el efecto
vasoconstrictor del alcohol, se van destruyendo las neuronas del sistema nervioso
por falta de oxigenación.

Siendo que estas células son irremplazables, equivale a decir que uno se
embrutece un poco más, cada vez que bebe el alcohol.
El alcohol es una maldición de la sociedad y de nuestro cuerpo.

El TABACO es el enemigo público numero uno del aire puro, que es uno de los ocho
pilares del edificio de la salud. El tabaco destruye el sistema respiratorio: cáncer en
la boca, laringe, esófago y pulmón, y enfisema pulmonar son algunos de los
resultados más comunes.

La afección coronaria del corazón es una de sus consecuencias como


resultado fatal y hay que agregar úlceras estomacales, cáncer de vejiga,
de páncreas y una lista muy larga.
El tabaco mata 3 a 4 veces más gente que el alcohol, y como razón, fumar es un
“suicidio gradual“. Junto con el alcohol, el tabaco es como una droga adictiva.
CAFÉ Y TE son drogas que afectan nuestro sistema nervioso y toda la salud en
general. Son estimulantes en nuestro cuerpo generando estrés, insomnio, ansiedad,
migrañas crónicas, fatiga mental y podíamos seguir enumerando más. Gracias a sus
efectos estimulantes es fácil comprender por que el café es el segundo producto más
intercambiado en el planeta, después del petróleo.

Además estimula la producción de adrenalina, que aumenta el ritmo


cardíaco, mantiene la sangre fluyendo e incluso abre las vías
respiratorias.
Afecta a los niveles de dopamina mediante la prevención de su reabsorción en el
cerebro, hace que te sientas feliz y con falsas energías.

Es exactamente el mismo efecto de la cocaína, solo que en menor grado. Después de


todo es una droga, haciendo que el café sea adictivo. Ahora que sabes todo esto, ¿crees
que debes tomar café y te?

EL AZÚCAR REFINADO es otro enemigo para nuestro cuerpo. Son calorías


“vacías“ con serias consecuencias para el organismo. “Roban“ el calcio a los dientes
y huesos, perturban el funcionamiento del sistema regulador del apetito, dislocan
el mecanismo de regulación del contenido de glucosa en la sangre, como resultado
provoca la diabetes.

Los caramelos, las gaseosas, los pasteles, las chocolatinas y todos los productos
alimenticios que contienen azúcares refinados, son un veneno para nuestros cuerpos.

Consume azúcares naturales (frutas, miel, melaza, etc).

LOS IRRITANTES DEL ESTOMAGO como el vinagre, la pimienta negra y blanca,


la mostaza y el comino, irritan la mucosa del sistema digestivo y son perjudiciales
para la salud. Aún la sal, usada en grandes cantidades, trae serias consecuencias y
enfermedades como la hipertensión arterial.

No consumas los condimentos comerciales, contienen gérmenes y substancias


carcinógenas (que producen cáncer).
LAS GRASAS ANIMALES son la principal fuente de depósitos y órganos de
animales domésticos: grasa de cerdo (manteca), grasa de vacuno (sebo), grasa de
cordero, grasa de oveja, grasa de ganso, etc.

La presencia de colesterol en las grasas de origen animal es muy importante,


oscilando entre valores de 70-100 mg/100 g., a diferencia de las grasas vegetales,
que no lo contienen.

Conviene recalcar que el uso de grasa animal es otra de las amenazas más serias para la
salud.

Estadísticamente se ha comprobado que las personas que menos grasa


animal consumen, presentan menos enfermedades del corazón y del
sistema circulatorio.
Varios compuestos de estas grasas contribuyen al endurecimiento y obstrucción de los
conductos circulatorios.

El consumo de grasas saturadas incrementan los niveles de colesterol LDL,


llamado colesterol malo, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades y problemas
cardiovasculares, como ateroesclerosis, accidentes cerebrovasculares o ataques
cardíacos y la obesidad.

Hay una serie de productos que contienen grasas saturadas que son de origen animal:

 Leche y sus derivados.


 Chocolate.
 Mantequilla.
 Carne de vaca.
 Carne de cerdo.
 Manteca de cerdo.
 Margarina.
 Carne de pollo.
 Carne de pescado.
 Yema de huevo.

Consume grasas vegetales, que sean prensadas en frio, como aceite de olivas,
nueces, almendras, ajonjolí, maní, aceite de coco; nunca las eleves a grandes
temperaturas.
“Que tu alimento sea tu medicina”.

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