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LAURA ALVAREZ MONÁ

TRABAJO SOCIAL

ENSAYO: “CUANDO CLARA DESAPARECIÓ”

INTRODUCCIÓN

Este trabajo nace de la lectura del libro escrito por Enrique Patiño: “Cuando Clara
desapareció”, quien cuenta desde la perspectiva de hermano de la protagonista,
como vivió su familia este suceso, cómo fueron los días previos a su desaparición
tanto para ella, como para quienes la rodeaban, y cuáles fueron los posibles hechos
que hicieron que esto sucediera.

El libro fue escrito en base a un suceso ocurrido en los 90’s, época en la que
Colombia atravesaba problemáticas de gran impacto como la violencia y el
narcotráfico, periodos en los que las tasas de homicidio han sido una de las más
altas de la historia del país; época en la que la mafia y el sicariato cada vez se
apoderaban más de las urbes y la comunidad comenzaba a adoptarlo como la
normalidad.

En la década de los 90’s en Colombia también se le dio fin al movimiento guerrillero


llamado M-19, el cual es importante resaltar ya que fue el primer tratado de paz
firmado en Latinoamérica, en el que podemos confirmar que promotores del conflicto,
sí se pueden convertir en agentes que pregonen la paz, incluso pueden hacer parte
del ámbito político como estos lo hicieron, con el partido de centro-izquierda que
formaron, denominado “Alianza Democrática M-19”.

Este trabajo está fundamentado en el libro de Patiño “Cuando Clara desapareció” y


en otras referencias bibliográficas externas, con la temática del perdón, como la otra
cara de la desaparición forzada en nuestro país y en el mundo en general, las cuales
encontraremos especificadas en el final de éste.
Aquí encontraremos el ensayo como el último paso de un proceso que se llevó a
cabo durante todo el semestre, basado en el libro de Patiño, como mencioné
anteriormente, el primer paso fue la lectura del libro, la cual realice de una manera
rápida porque me resultó bastante entretenido para leer, con base a esto realizamos
un informe de lectura con el fin de enfocarnos en un tema que éste tratara y
argumentarlo.

El siguiente paso fue realizar una reseña crítica, para esto fue necesario realizar una
segunda lectura del libro, en esta ocasión lo hice de una manera más pausada y de
la misma manera más a conciencia, en ésta iba resaltando las ideas principales,
también debíamos realizar un cuadro en el que se plasmaran los temas centrales de
cada capítulo del libro, además en la elaboración de la reseña hice un pequeño
resumen crítico de cada uno de los capítulos, enfocándome en el tema que había
rastreado, en este también, di mi punto de vista respecto a la escritura del libro, la
estructura, el público al que se dirigía entre otras aspectos.

El tercer paso en el proceso fue la elaboración de una ficha de lectura en la que


debíamos establecer las citas que íbamos a usar en este ensayo, con su respectiva
referencia bibliográfica, muchas de estas citas son del libro “Cuando Clara
desapareció”, pero también hay externas como el escrito de un reconocido
comediante Antioqueño y un artículo de revista referente ambos al perdón. En esta
también plasmé cuál es mi hipótesis o tesis para este trabajo final, junto con palabras
y expresiones relevantes en el desarrollo del mismo y por último mis observaciones
personales entorno a la elaboración de todo el proceso.

Los pasos anteriormente mencionados propiciaron la interiorización del libro y de los


temas y problemáticas que maneja, obteniendo como resultado final este escrito que
espero sea de su agrado.
ENSAYO

“EL PERDÓN, LA OTRA CARA DE LAS VICTIMAS”

Colombia ha sido un país que en sus 207 años de historia se ha visto desangrada
por diferentes grupos al margen de la ley, cada uno con distintas posturas
ideológicas (algunas políticas, como las FARC), afectando una población diferente,
pero todas con una fuerte repercusión en la dignidad humana, en donde por
revelarse contra grandes esferas como el estado, es el pueblo quien termina
sufriendo los hechos atroces de una guerra que no les corresponde.

Este tipo de asuntos han propiciado que en los ciudadanos se siembre la semilla del
rencor, la cual el dolor por los inocentes compatriotas caídos cultiva, y hace que
siendo víctima o no de este tipo de hechos, se alimente un sentimiento de venganza
contra los precursores de estas injusticias, en este sentido podemos ver, que Clara
es un ejemplo evidente del sin sabor que cargan la mayoría de los ciudadanos
respecto a estos aspectos: “Si algo le asqueaba más de los políticos que de los
narcotraficantes era que los primeros se disfrazaban de inocentes y los segundos
simplemente vivían al margen, conscientes de su condición criminal”. (Patiño, 2017,
p.70)

Sin embargo sentimientos como estos, por la parte particular de quien lo siente, solo
trae consigo un peso emocional que no es justo ni sano cargar, y de manera social,
genera más violencia, lo que termina siendo un círculo vicioso de acciones
malintencionadas con justificación del “ojo por ojo, y diente por diente”, la premisa
que si profesamos, acabamos todos ciegos y muecos.

Un reconocido comediante de la ciudad, en el marco del proceso de paz con las


FARC, nos cuenta en un sentido relato, como su vida ha mejorado al entender que
con odiar y pretender una venganza contra los grupos armados revolucionarios, que
le han hecho daño a él, a su pueblo y a su familia, solo ha logrado cargar con un
resentimiento dañino e innecesario que le afectaba su salud mental, como lo expresa
a continuación:
“Hoy después de muchos años puedo decir que los perdono. Me cansé de odiar. Me
cansé de tener rencor contra unos señores que ni sabrán quien soy. El que odia es el
que sufre. Por eso, he tratado cada día de entender por qué pasan esas cosas y
como cada vez entiendo más la conducta humana; los perdono”. (Dany Hoyos, 2016)

El perdón es el acto individual que nos direcciona a una paz social, para de esta
manera obtener una transformación colectiva, la manera más efectiva de liberarnos
de estos sentimientos de frustración es a través del perdón, esta es la más dura cara
de la desaparición forzada, pero igualmente es la más sanadora y la mejor salida.

El hecho de perdonar es un proceso sin afanes, lento, porque es un suceso que se


interioriza, que se siente y se vive, no es solo un verbo, es una acción consiente, que
lleva consigo difíciles etapas, las cuales son necesarias, para poder curar las grietas
que este acontecimiento dividió en la vida. Cómo lo expresa Patiño: “Era el dolor
vuelto dolor, y sobre ese dolor, más dolor. Era el inicio del odio más justificado. Del
odio que merece ser. De la rabia más pura, de la ira más incendiaria. Y también, por
absurdo que parezca, era la fuerza de la esperanza”. (Patiño, 2017, p.89).

Una de las arduas etapas que trae consigo el proceso de perdonar, es vaciar todo el
sufrimiento que conlleva vivir una desaparición, es relevante enfatizar en que los
sentimientos de dolor son naturales e incluso necesarios, porque ayudan a exorcizar
el resentimiento, evacuar toda la rabia y así dar paso a la sanación.

La desaparición forzada en Colombia tiene un sin número de ejecutores, lo cual


implica que la reparación a las víctimas por parte de estos en la mayoría de grupos
delincuenciales no se concibe, para ello (entre otras cosas) es que se promueven los
tratados de paz, lo que conlleva a que si el grupo armado no repara, esta labor le
corresponde al estado y a la ciudadanía, los cuales son ineficientes en la ejecución
de esto; Lo que implica que la víctima sume a su dolor, el sentir de la decepción que
le genera toparse con esa ineficiencia del contexto de su nación.

En esta dirección, parte del proceso de perdonar, también está en reconocer y


aceptar la realidad del país, para de esta manera perdonar también su país inepto y
sus compatriotas indiferentes, que como nos expresa Enrique Patiño en el capítulo 8:
“Como familia, nosotros también formábamos parte de ese país capaz de barrer una
y otra vez todo intento de memoria que nos permitiera reconstruirnos. Aunque cada
día se nos acumulara el peso de la sinsalida, al siguiente despertábamos decididos a
apostarlo todo por la esperanza.”. (Patiño, 2017, p.77), esto lo tomo con el fin de
evidenciar el dolor de patria que causa estrellarse de frente con la indolencia, que un
territorio acostumbrado a la guerra, naturalizó la violencia y la adoptó como parte de
la cotidianidad.

En el libro “Cuando Clara desapareció” el autor nos dice: “De amar el recuerdo de
una hermana desaparecida para no olvidar, porque la memoria y el sentimiento del
amor nos hacían humanos, pero también de amarnos como sobrevivientes de un
país donde no había otra opción para salvarnos”. (Patiño, 2017, p.195), con base en
esto se puede afirmar que la familia y la sociedad, son otro gran factor importante en
el proceso del perdón, desde ellos se puede construir y promulgar la memoria de las
víctimas, lo cual es un componente trascendental en el camino a la reconciliación.
Además que mientras la historia mantenga vivos los hechos atroces que ha cometido
la humanidad, las nuevas generaciones, podrán conocerla y evitar repetirla.

Uno de los acontecimientos que más han marcado la historia Colombiana con
respecto al perdón, es sin duda el caso del movimiento guerrillero denominado ‘M-19’
bajo el liderazgo de Carlos Pizarro, el cual surgió debido al fraude electoral en
1970, que dio como vencedor a Misael Pastrana Borrero sobre el general Gustavo
Rojas Pinilla, y tenía como objetivo instaurar una verdadera democracia en
Colombia, aunque usando métodos poco ortodoxos; En la década de los 90 se
desmoviliza este grupo armado, para dar paso a la formación de un movimiento
político de izquierda llamado ‘Alianza democrática M-19’, esto debido al tratado de
paz que realizaron con el gobierno, tras llegar a un acuerdo.

Es importante resaltar el hecho anterior ya que por un lado fue el primer acuerdo de
paz firmado en Colombia y en Latinoamérica, y por otra parte se vivencia el perdón
desde varias perspectivas, la primera por parte del estado y los ciudadanos a este
movimiento guerrillero, que le hizo bastante daño no solo al pueblo como tal, sino a
personajes públicos y políticos e incluso daños materiales ‘relevantes’ para la
nación, como lo fue el caso de la toma al palacio de justicia que en la actualidad
sigue dividiendo la opinión pública.

Por otra parte cabe resaltar que uno de los líderes de este movimiento Carlos
Pizarro, fue asesinado se presume que producto de la traición por parte del estado,
este tuvo una hija, la cual durante la mayor parte de su vida, como nos lo cuentan en
el video: “María José Pizarro, Hija de la guerra”, pasó escondiéndose y ocultando su
identidad, para preservar su vida, debido a todos los detractores y sujetos que
pretendían tomar venganza de los hechos realizados por su padre, traje este video a
colación, ya que es un claro ejemplo de como el hecho de no perdonar, de no sanar,
atrae más violencia, teniendo plena conciencia que cumplir el cometido de la
venganza, no cambiará la realidad, ni mucho menos saciará el dolor.

También es de admirar la manera de la que habla de su progenitor y del estado,


siendo ambos los culpables de no haber podido tener una vida que trascurra con
normalidad, y siendo este último el culpable de la muerte de Pizarro, lo cual nos deja
la enseñanza de que desde el lado del victimario, también se vive el perdón.

“La muerte, cuando es cierta, se asemeja a un trasatlántico que se hunde: hay gritos,
agua por todos lados, remolinos finales y, por último, el silencio. Cuando no se
cierran historias como la tuya Clara, uno es un náufrago eterno”. (Patiño, 2017,
p.163). Precisamente historias como la de Clara, la de Dany Hoyos o la de María
José Pizarro se logran cerrar a través del perdón, aunque no se conozca al
victimario, aunque no se les pida perdón, no es necesario que otra persona lo
implore, el perdón como acto individual, sana, purifica y fortalece.

CONCLUSIONES
-Cada evento que sucede en nuestra vida, trae cosas buenas y malas, como nos
dice el autor en el libro de Clara: “Antes que los hechos, lo que importa es lo que
haremos con la porción de realidad con la que convivimos y cómo la reconvertimos
en algo útil o la desechamos para siempre”. (Patiño, 2017, p.201). Cada persona
decide cómo vivir su realidad, pero siempre cada capítulo de la vida, traerá consigo
múltiples aprendizajes que se pueden tomar para mejorar, crecer y transformar
nuestro entorno y nuestra realidad.

-Como lo ha dicho Óscar Tulio Lizcano, quien también estuvo secuestrado por las
FARC, el perdón es una virtud política en la medida en que permite a la sociedad
asimilar el pasado y mirar al futuro. El perdón como experiencia personal y colectiva
sienta las bases de la reconciliación. (La increíble fuerza del perdón en el proceso de
paz, 2016).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-Patiño, Enrique. (2017). Cuando Clara desapareció. Bogotá. Penguin Random


House Grupo Editoral, SAS.

-Hoyos, Dany Alejandro. (Septiembre, 2016). Del humor y otros demonios. El blog de
Dany. Recuperado de:
http://www.susoelpaspi.com.co/el-susomundo/el-blog-de-dany/2-del-humor-y-otros-
demonios

-Juan Camilo Maldonado & Mauricio Builes (Productores). (2015). María José
Pizarro, Hija de la guerra. [Video]. Colombia. Vice. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=zSmDdVp96k4

- La increíble fuerza del perdón en el proceso de paz. (2016). Revista semana.


Recuperado de:

http://www.semana.com/nacion/articulo/el-perdon-entre-las-farc-el-estado-y-las-
victimas/494040

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