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LA EUROPA DEL SIGLO XVII

1º.- LA SOCIEDAD EUROPEA EN EL SIGLO XVII


1.- El prestigio personal y la posición social aún dependían de la herencia, el linaje y la
familia. En el siglo XVII la sociedad europea todavía era estamental, es decir, la posición
individual dependía exclusivamente del origen familiar, del estamento al que se perteneciera
(nobleza, clero o estado llano).

2.- En el siglo XVII la aristocracia todavía disfrutaba de una situación privilegiada,


que diferenciaba claramente a los nobles del resto de la población, que no gozaba de los
mismos derechos y ventajas.

3.- Sin embargo, la aristocracia ya no tenía el poder político, que estaba en manos del
rey. Los nobles perdieron poco a poco el control político de sus feudos (ejércitos privados,
jurisdicción propia, etc.) y no pudieron evitar que las instituciones en las que estaban
presentes (Cortes en los reinos peninsulares, Estados Generales en Francia...) perdieran su
papel de control del monarca.

4.- En este siglo, la aristocracia tampoco tenía el poder económico, que comenzó a
pasar a manos de la burguesía con el auge de la manufactura y del comercio, actividades muy
rentables, mientras que la aristocracia seguía obteniendo todas sus rentas de la agricultura.

5.- La Iglesia Católica se vio resentida en su dominio de la sociedad continental por la


consolidación de la Reforma protestante, que arrebató al catolicismo el control religioso de
toda la Europa septentrional. Este quebranto de la Iglesia Católica fue la causa de la
implantación de un nuevo estilo artístico: el barroco, destinado a crear la ilusión de un
catolicismo fuerte y pujante, que escondía con una decoración exuberante y gracias a unos
impactantes efectos visuales la debilidad de la Iglesia.

6.- La Iglesia Católica ya no gozaba de un poder absoluto en el plano temporal, que


estará en manos del rey, ni en el religioso, pues los monarcas católicos intentaron
aprovecharse de la debilidad del Papado para hacerse con el dominio pleno de las iglesias
católicas nacionales (regalismo).

7.- La burguesía consiguió acrecentar su poder económico a través del ejercicio de la


artesanía y el comercio, que conocieron un auge espectacular después de la época de los
descubrimientos, y además, poco a poco, fue aumentando su número y su presencia en la
sociedad.

8.- Aunque la burguesía no tuvo acceso al poder político, colaboró de forma creciente
con el rey en el gobierno de las naciones. La acumulación de tareas y responsabilidades en
manos del monarca y la complejidad creciente de la sociedad moderna, forzó a los reyes a
rodearse de colaboradores leales y gestores eficaces, que sólo podían encontrarse entre la
burguesía que era el grupo social que disponía de la preparación intelectual y de los
conocimientos técnicos necesarios.

9.- Sin embargo, la inmensa mayoría de la población estaba formada por las clases
populares, sobre todo campesinos, que sumarán más del 80 por ciento de los habitantes de los
reinos europeos.

10.- A pesar de su número, el pueblo siguió marginado del poder político, de la


potencia económica y de la consideración social.

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LA EUROPA DEL SIGLO XVII

2º.- LA POLÍTICA EUROPEA EN EL SIGLO XVII


EL ABSOLUTISMO DE LUIS XIV
1.- El reinado de Luis XIII (1610-1643), hijo de Enrique IV y Catalina de Medici y
padre de Luis XIV, está dirigido por la figura del Cardenal Richelieu, que comenzó una etapa
de centralización estatal (absolutismo nacional) como respuesta a la debilidad del rey (que
ocupó el trono con sólo nueve años) y de la monarquía (en crisis de legitimidad después de la
Guerra de los tres Enriques).

2.- Luis XIV accedió al trono a la edad de cinco años y sus primeros años de reinado
estuvieron marcados por la regencia del Cardenal Mazarino. Los nobles, que habían perdido
protagonismo bajo el gobierno del Cardenal Richelieu, se aprovecharon de la debilidad de la
corona para realizar distintas sublevaciones nobiliarias con el fin de recuperar los privilegios
perdidos en el reinado anterior: la Fronda (1648-1653).

3.- Cuando murió el Cardenal Mazarino, el monarca decidió no nombrar un nuevo


primer ministro y gobernar personalmente. La política del nuevo rey está resumida en la frase
"El estado soy yo": es el absolutismo. Desde entonces, el monarca acaparó todos los poderes y
tomó personalmente todas las decisiones.

4.- Para acallar las protestas aristocráticas, que estaban perdiendo poder ante el
avasallador absolutismo del rey, Luis XIV atrajo a la corte de París a todos los nobles,
concediéndoles títulos y cargos más o menos honoríficos que les retenían junto a él en el
Palacio de Versalles, ocupados en disputas palaciegas y entretenidos en fiestas..

5.- Desaparecieron los Estados Generales y cualquier otra forma de representación o


participación en el poder. Tampoco hubo más figuras como los cardenales Richelieu o
Mazarino que suplantasen o compartiesen el poder del monarca.

6.- Un país unido debe tener una sola fe: forzó la conversión o la expulsión de los
protestantes (hugonotes) en el año 1685 y mostró el deseo de someter a la Iglesia católica
francesa a su autoridad (regalismo).

7.- Quiso controlar el mundo cultural a través de las Academias (de Pintura y
Escultura, de Arquitectura y de Ciencias) y de la Comédie Française, que definían el gusto y
señalaban las modas. Destaca la importancia del rey en la difusión del arte barroco en Francia
(el Palacio de Versalles como modelo a imitar en toda Europa).

8.- Se rodeó de buenos ministros; especialmente Jean Baptiste Colbert que desde 1665
se dedicó al control general de las finanzas del reino, obteniendo excelentes resultados
económicos, que permitieron a Francia una política a la medida de los deseos de Luis XIV.

9.- Esta buena salud financiera permitió al ministro marqués de Louvois organizar un
ejército profesional, permanente y bien uniformado y equipado, especialmente numeroso por
ser Francia la nación europea más poblada, que resultó victorioso en las campañas de Flandes
y del Franco Condado.

10.- Este ejército permitirá a Luis XIV una política de expansión y hegemonía en
Europa, desplazando a España del puesto de primera potencia mundial, aunque no siempre
tuvo éxito en sus aspiraciones territoriales o en sus campañas bélicas (Paz de Nimega y Paz de
Ryswick).

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LA EUROPA DEL SIGLO XVII

EL PARLAMENTARISMO INGLÉS
1.- En el año 1603, agotada la línea hereditaria de la familia Tudor con la muerte de
Isabel I, llegó al trono inglés una nueva dinastía: los Estuardos; el primero de sus monarcas
fue Jacobo I, que ya era rey de Escocia desde 1567.

2.- Tanto Jacobo I como su sucesor, Carlos I, quisieron implantar en Inglaterra el


absolutismo, a imagen y semejanza de lo que estaba pasando en Francia, fieles al concepto de
derecho divino de los monarcas que contradecía la doctrina reformada.

3.- Además, los Estuardos pretendían suprimir la amplia libertad religiosa que
disfrutaba el país, unificando las distintas Iglesias nacidas de la Reforma protestante.

4.- Dentro de la sociedad británica gozaban de mucha influencia las ideas "puritanas"
practicantes de una moral muy estricta y opuestas, entre otras cosas, al lujo y al derroche de la
nueva Corte absolutista que los Estuardos pretendían imponer.

5.- En el año 1625 ocupó el trono su hijo, Carlos I de Inglaterra y Escocia, que
necesitaba más recursos económicos para desarrollar sus planes políticos y militares, por lo
que acudió al Parlamento solicitando nuevos tributos. Aristócratas y burgueses se opusieron a
la solicitud de Carlos I y le negaron lo que pedía; el monarca, indignado, decidió disolver el
Parlamento.

6.- El enfrentamiento entre el rey y el Parlamento desembocó en una guerra civil


(1642). Las tropas parlamentarias, dirigidas por Oliver Cromwell, resultaron victoriosas y
Carlos I fue apresado y ajusticiado (30 de enero de 1649). Se proclamó la República.

7.- A pesar de que Cromwell había llegado al poder con el objetivo de acabar con el
absolutismo de los Estuardos, lo cierto es que terminó convirtiéndose en un sangriento
dictador que impuso un régimen personal y autoritario.

8.- A la muerte de Cromwell (1660), y después de la abdicación de su hijo Richard,


que frustró el intento del dictador de instaurar una nueva dinastía familiar, gracias al general
George Monk se restauró la dinastía de los Estuardo con Carlos II (1660-1685), hijo del
monarca decapitado. Su hermano Jacobo II (1685-1688) quiso restablecer el catolicismo, a lo
que se opusieron los británicos.

9.- Por ello los ingleses decidieron llamar a Guillermo de Orange, casado con una hija
de Jacobo II Estuardo, para que aceptase la corona. Guillermo desembarcó en Inglaterra,
destronó a su suegro y accedió al trono en 1688.

10.- Al nuevo rey se le impusieron una serie de condiciones que suponían, en general,
un reconocimiento del papel fundamental del Parlamento británico y un cierto sometimiento
del monarca a la voluntad de sus súbditos.

3º.- LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN EL SIGLO XVII


1.- El acontecimiento más importante de este siglo en la escena europea, y por lo tanto
mundial, fue el cambio de Francia por España como primera potencia continental, pasando a
disfrutar el rey francés de una posición hegemónica.

2.- Este traspaso se produjo como consecuencia de la Guerra de los Treinta Años
(1617-1648), el conflicto bélico más decisivo de este siglo, que comenzó como una disputa
interna del Imperio y acabó convertido en una auténtica guerra europea.

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LA EUROPA DEL SIGLO XVII

3.- El cambio del mapa de Europa, que ponía en evidencia el nuevo predominio
francés, se produce como consecuencia de los acuerdos alcanzados en los Tratados de Paz de
Westfalia (1648) y de los Pirineos (1659).

4.- A partir de ese momento el Sacro Imperio Romano Germánico se convirtió en una
figura decorativa, pues los distintos príncipes y nobles alemanes gozaron de una absoluta
autonomía en sus feudos (no sólo religiosa). El emperador tenía un poder político muy
limitado en el conjunto del Imperio y la familia Habsburgo, que tradicionalmente ocupaba el
trono imperial, se fue dedicando de forma preferente a sus feudos particulares, en algunos
casos situados fuera del ámbito del Imperio.

5.- Inglaterra optó por convertirse en una potencia marítima, inevitable por su
condición insular y por los escasos recursos de su propio territorio, y fue consolidándose
como una nación de clara vocación mercantil (y pirata). El triunfo del parlamentarismo sobre
el absolutismo, y el consiguiente acceso al poder de la burguesía, influyeron decisivamente en
esta elección.

6.- Este predomino naval británico se hizo a costa de los Países Bajos, que si bien
vieron definitivamente reconocida su independencia por la corona española después de la Paz
de Westfalia, a cambio tuvieron que sufrir el acoso del rey francés Luis XIV, que ocupó
algunas plazas y fortalezas, y el dominio inglés de los mares que les dio una hegemonía
comercial, que hasta entonces los holandeses había disfrutado.

7.- Portugal volvió a recobrar su independencia de los reyes españoles, después de la


revuelta de 1640, y pudo recuperar todo su antiguo imperio colonial (el Brasil en América,
distintos enclaves en la costa africana, Asia...).

8.- La península italiana volvió a permanecer dividida en diversos reinos y territorios,


de los que los más importantes era el que dependía del Papa de Roma (los Estados
Pontificios) que ocupaba toda la región central y el Reino de Nápoles, incorporado a la corona
española.

9.- La Guerra de los Treinta Años llevó al primer plano de la política internacional
europea a los reinos del norte de Europa, Suecia y Dinamarca, que hasta entonces habían
estado aislados de los conflictos del continente.

10.- En el extremo oriental de Europa, comenzó el despertar de Rusia, un Imperio que


fue construyéndose lentamente durante las últimas décadas del siglo XVII.

4.- LA CULTURA EUROPEA EN EL SIGLO XVII


1.- Hasta el siglo XVII la ciencia se basaba en un principio de autoridad; los
conocimientos adquiridos ni se cuestionaban ni se transmitían de forma crítica. La única
justificación de la ciencia era la transmisión de esas verdades científicas desde los clásicos
griegos.

2.- Incluso la Iglesia Católica se había visto forzada a “cristianizar” a los autores
grecolatinos, para que no entrasen en contradicción los dogmas religiosos con los
conocimientos científicos elaborados antes del nacimiento de Jesucristo. Hay que destacar la
interpretación de Platón por San Agustín (neoplatonismo) y de Aristóteles por Santo Tomás
de Aquino (tomismo).

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LA EUROPA DEL SIGLO XVII

3.- En el siglo XVII destaca la figura de René Descartes, un filósofo y científico


francés que formuló la duda metódica. Para él, hay que empezar a dudar de si realmente
sabemos lo que creemos saber. Y si dudo de todo lo que sé, incluso de lo que yo siento (pues
el mundo sensible es dudoso), ¿de qué puedo estar seguro?: sé que pienso, y si pienso, existo.
O sea, cogito, ergo sum.

4.- Por lo tanto, el pensamiento, el razonamiento lógico (la Razón, pues el hombre es
sobre todo mente) es, a partir del siglo XVII, la base de la interpretación del mundo y del
conocimiento científico. Es el racionalismo: no hay idea que no pretenda ser una realidad
objetiva. Por eso se puede interpretar y pensar el mundo matemáticamente.

5.- Junto al racionalismo nació, en ese mismo siglo, otra teoría que buscaba interpretar
el mundo en el que vivimos, superando el racionalismo: era el empirismo, formulado por
Francis Bacon. Para los empiristas el hombre nace sin ideas innatas, sin conocimientos
previos; y sólo la experiencia nos permite conocer la verdad e interpretar la naturaleza.

6.- El empirismo introduce en la ciencia la experimentación, la idea de estudiar la


naturaleza y provocar artificialmente los fenómenos naturales para aumentar nuestra
experiencia y asegurar nuestros conocimientos. Sin embargo, para el empirismo no basta la
observación, también es necesaria la reflexión para entender lo que hemos sentido
(experimentado). Aparece así el método deductivo, que procede lógicamente de lo universal a
lo particular para prever los efectos de las diferentes causas, y el método inductivo, que
consiste en extraer, a partir de determinadas observaciones o experiencias particulares, un
principio general que en ellas está implícito.

7.- De la mano del racionalismo y del empirismo, el siglo XVII conoció una auténtica
revolución científica que sentó la interpretación del mundo sobre las bases de la Razón y la
lógica, alejándose de la autoridad sin crítica de los clásicos griegos y latinos. Se supera así el
Renacimiento, la repetición acrítica de las teorías de los antiguos filósofos, aunque no se
reniega de los conocimientos adquiridos durante los últimos siglos. Isaac Newton afirmó: “si
he visto más lejos que los otros hombres es porque me he aupado a hombros de gigantes”, es
decir, de las aportaciones válidas y científicas de sus predecesores.

8.- Esta revolución científica provoca los primeros roces entre la razón y la fe, entre la
ciencia y la religión, que ya habíamos visto desarrollarse en el Renacimiento con Giordano
Bruno y que alcanzan su máxima intensidad con Galileo Galilei. Las leyes de Kepler dan una
respuesta definitiva a la polémica entre heliocentrismo y geocentrismo, respaldando al
perseguido Galileo.

9.- Sin embargo, en el siglo XVII nadie puso en cuestión la existencia de Dios. Todos
los científicos de esta época entendían que había un Dios que era la primera causa del
Universo. Sólo algunos pensadores más avanzados, como el filósofo Baruch Spinozza (un
judío sefardita que residía en los Países Bajos), cuestionaron la visión religiosa tradicional
elaborando un cierto panteísmo.

10.- El principal científico de este siglo es Isaac Newton (1642-1727), que elaboró una
interpretación del mundo y del funcionamiento de la Naturaleza (física newtoniana) que
siguió en plena vigencia hasta el siglo XX, cuando fue en parte superada por la Teoría de la
Relatividad de Albert Einstein. En el campo de las matemáticas desarrolló una labor muy
similar el alemán Gottfried Wilhelm Leibniz, que en 1675 desarrolló los principios
fundamentales del cálculo infinitesimal.

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