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No a la corrupción

“Es sencillo para cualquier persona mostrar su subjetividad, pero las consecuencias que sufre el ser
humano por demostrar lo que piensa, no siempre es benevolente”

JD
Luis Carlos Galán Sarmiento, un nombre que suena con gran peso, pero, ¿Qué hay detrás de este
gran hombre?

Galán nació el 29 de septiembre de 1943 en la ciudad bonita, Bucaramanga; fue el tercer hijo de
Cecilia Sarmiento y Mario Galán Gómez (fueron 12 hijos). Abogado, economista, periodista y
político, fueron las profesiones que ejerció el santandereano. Durante su vida política, pasó por
varios cargos, tales como: Senador de la República (1978-1986), Concejal de Bogotá (1984-1986),
Embajador de Colombia en Italia (1972-1974) y Ministro de Educación Nacional (1970-1972).

Podemos denotar, que no fue un hombre inexperimentado. Cuando Luis Carlos, se presentó como
candidato a la Presidencia de la República de Colombia (1990), apoyado del partido Liberal,
postulo un gran ideal, el nuevo liberalismo, este se definió como:

“La nueva política capaz de diseñar y realizar una nueva sociedad para superar la encrucijada en
que se halla Colombia” El Espectador (08/08/2008 Hernando Roa Suárez)

El 18 de agosto de 1989, Galán es asesinado, por unos sicarios de Pablo Escobar; El 22 de marzo de
1990, en el aeropuerto El Dorado, el candidato presidencial de la UP, Bernardo Jaramillo Ossa fue
asesinado; el 26 de abril del mismo año, durante un vuelo a barranquilla, Carlos Pizarro, también
candidato y ex miembro del M-19, fue asesinado. Una seguidilla de muertes a candidatos
presidenciales, producidos por diversos actores, tales como el cartel de Medellín, paramilitares u
otros beligerantes independientes. La gran ambición de poder, fueron el detonante de estos actos
atroces.

Pero, el magnicidio a Galán, marcó la historia de Colombia. Este bumangués, siempre fue
comparado con Jorge Eliecer Gaitán, por su trasparencia y la forma directa de decir las cosas; la
muerte a Gaitán, fue un hecho tan estrepitoso, que produjo El Bogotazo.

El ideario de Galán no murió con él, es más, la muerte del excandidato presidencial lo hizo más
fuerte; el 27 de mayo de 1990, las elecciones presidenciales dieron como resultado a, Cesar
Gaviria Trujillo (Partido Liberal), como ganador de estas elecciones. Sin embargo, no todo es color
de rosa, durante el gobierno de Gaviria, 14.856 muertes violentas relacionadas con el conflicto
social y político.

Actualmente, el terreno no es muy diferente; según informe de Indepaz, desde enero del 2016
hasta el 20 de mayo del 2019, iban 837 homicidios de líderes sociales y/o defensores de derechos
humanos, cifras preocupantes. La falta de protección por parte del gobierno, a estos defensores
de los Derechos Humanos, y la inhumana cultura colombiana, no han dejado abandonar este
subdesarrollo. Aristóteles decía: “El hombre es una animal político”, el sabio pensador griego,
afirma una muy cierta verdad; la politología es una parte esencial del ser humano, ya que el
hombre desde el principio de los tiempos, siempre ha necesitado un guía; el problema actual, es
que han dejado que ese líder, obtenga más poder que, quienes lo pusieron en él. La demagogia,
estrategia muy utilizada por los políticos, han venido dañando la credibilidad de los políticos, y con
ello los discursos de grandes políticos, como Galán.

Es hora de ponernos bien los pantalones, y honrar de una forma distinta a ese gran
santandereano, que un día, puso todo su empeño por obtener un buen futuro para los jóvenes y
niños de ese tiempo; el cuerpo de Galán murió, su idea nunca morirá. Es hora de decir NO a la
corrupción, ese mal por el cual lucho Luis Carlos hay que acabarlo ya; no dejemos que su muerte
haya sido en vano.

Para terminar, quiero dejarlos con esa iniciativa, NO a la corrupción.

Juan Diego Manzano

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