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: fue el término que los revolucionarios franceses utilizaban para designar peyorativamente al sistema de
gobierno anterior a la Revolución Francesa de 1789 (la monarquía absoluta de Luis XVI), y que se aplicó también al resto de las
monarquías europeas cuyo régimen era similar a aquél. Puede aplicarse como equivalente a una época que, prácticamente,
coincidiría con lo que se conoce como Edad Moderna, como el conjunto de ¦    ¦
    y  
que caracterizaron a Europa y sus colonias durante los siglos  y . Se caracteriza por una sociedad estamental,
organizada en estamentos (¦  ¦¦
 a los que se accedía fundamentalmente por   un estamento ¦ 

en el que se incluían la nobleza y el clero y otro  ¦ 
: burgueses, artesanos, campesinos y grupos marginales. El
gobierno de los estados del Antiguo Régimen se basaba en la  ¦     , en la que el monarca concentraba todos los
poderes y se justificaron ideológicamente bajo la fórmula de  ¦  
 ¦  En el siglo XVIII, el absolutismo
adoptó nuevas ideas de la Ilustración transformándose en Despotismo Ilustrado, en el que el monarca mantenía sus poderes pero
buscaba el bienestar de sus súbditos.


› : El  ¦  es un sistema filosófico, económico y político, que promueve las libertades civiles y el máximo
límite al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo, suscitando a los principios
republicanos, siendo la corriente en la que se fundamentan la democracia representativa y la división de poderes. Aboga
principalmente por: el desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, el progreso de la sociedad y el establecimiento
de un Estado de Derecho, donde todas las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones. Sus características
principales son: el individualismo, que considera al individuo primordial, como persona única y en ejercicio de su plena libertad,
por encima de todo aspecto colectivo, la libertad como un derecho inviolable que se refiere a diversos aspectos: libertad de
pensamiento, de expresión, de asociación, de prensa, etc., cuyo único límite consiste en la libertad de los demás, el principio de
igualdad entre las personas, entendida en lo que se refiere a diversos campos jurídico y político: para el liberalismo, todos los
ciudadanos son iguales ante la ley y ante el Estado, el derecho a la propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa
individual, el establecimiento de códigos civiles, constituciones, e instituciones basadas en la división de poderes (Ejecutivo,
Legislativo y Judicial) y en la discusión y solución de los problemas por medio de asambleas y parlamentos, y la Tolerancia
Religiosa.

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›: ante la pasividad de las autoridades dejadas en Madrid por
Fernando VII se producen levantamientos en todo el país y a partir de ese momento se empiezan a constituir las Juntas, que
asumieron el gobierno. Las Juntas Provinciales se convirtieron en verdaderos centros autónomos de poder, a las que se sometieron
incluso las antiguas autoridades. Una de las primeras en constituirse fue la Junta Suprema de Sevilla, que sirvió de ejemplo a ot ras
poblaciones andaluzas, y que declaró la guerra a Napoleón secundada por el resto de poblaciones andaluzas. Las Juntas
Provinciales crearon un ejército de voluntarios que, al mando del general Castaños, logró derrotar a las tropas francesas en la
batalla de Bailén. Las Juntas Provinciales se unieron en una Junta Central Suprema, dirigida por el conde de Floridablanca, que
asumió la autoridad sobre las instituciones españolas y preparó el camino que conduciría a la celebración de unas Cortes que
hicieron posible el cambio hacia un nuevo régimen político. Reclamó toda la soberanía y toleró una serie de libertades hasta
entonces desconocidas, como la de imprenta. Una vez hecha la consulta al país, la Junta Central resolvió convocar Cortes el 1 de
enero de 1810. Poco después, refugiada en Cádiz ante la presión de las tropas francesas, la Junta se disolvió dejando tras ella un
Consejo de Regencia.

 



›: es un grupo de personas influyentes en un reino y que se encargan de hacer las funciones del rey
mientras éste está ausente o es menor de edad. En España, en 1808 sustituyó a la Junta Central Suprema. Era de marcado carácter
conservador pero tuvo que aceptar la convocatoria de Cortes, que se reunieron en la isla de León. Estas Cortes serían las que
protagonizaron la revolución liberal española, plasmada en su obra legislativa y en la Constitución de 1812.

››: en los comienzos de la ocupación francesa de España en 1808, se les llamó así a los ³contrarios a la ocupación´.
Estaban compuestos por casi toda la población española: sectores populares rurales y urbanos (campesinos y artesanos), la mayor
parte de las clases medias (burguesía), aristócratas y representantes de la Iglesia. Compartían un mismo deseo, la expulsión del
invasor y el retorno de Fernando VII. Pero sus propuestas políticas eran diferentes: los absolutistas querían la vuelta a la
monarquía absoluta pero los liberales querían instaurar un régimen más democrático y con mayores libertades.

››: eran todos aquellos que deseaban el retorno al sistema político de la monarquía absoluta, que imperaba en el
Antiguo Régimen. Eran mayoritarios entre el campesinado, la Iglesia y la nobleza. En 1808, con la invasión francesa de España
lucharon contra el enemigo para que volviese el rey Fernando VII. Participaron en las Cortes de Cádiz, aunque en minoría, con la
intención de frenar las reformas liberales. Cuando regresó Fernando VII, le presentaron el ³Manifiesto de los Persas´, en el que
defendían la vuelta al absolutismo. Apoyaron a Fernando VII en su represión de los liberales en el Sexenio Absolutista (1814-
1820) y en la Década Ominosa (1823-1833). A la muerte de Fernando, se alinearon con su hermano Carlos en su lucha por la
sucesión frente a Isabel y apoyaron militarmente al pretendiente en las llamadas guerras ³carlistas´.


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: culpaban al absolutismo de los males de la época y propugnaban la existencia de unas cortes que expresaran la
soberanía popular, de un sistema electoral basado en el sufragio universal y de un amplio régimen de libertades y derechos
individuales. Se impusieron entre las clases medias urbanas. Fueron los grandes protagonistas de las Cortes de Cádiz porque,
aunque no eran mayoría, tenían unos objetivos más claros y lograron imponer sus criterios: sustitución de las estructuras del
Antiguo Régimen a nivel económico y político. La Constitución de 1812 fue en gran parte obra suya y en ella se recogen los
grandes principios liberales: soberanía nacional, división de poderes y derechos y libertades individuales, así como la libertad
económica. Fueron perseguidos por Fernando VII en las épocas de dominio absolutista: Sexenio Absolutista (1814-1820) y
Década Ominosa (1823-1833) y tuvieron que o bien exiliarse en el extranjero o crear sociedades secretas en torno a la masonería
para conspirar contra el gobierno absolutista. Triunfaron con el pronunciamiento de Riego en 1820 y formaron gobierno hasta
1823, intentando aplicar sus reformas, pero la intervención de las potencias extranjeras de la Santa Alianza ³Los Cien Mil Hijos
de San Luis´ acabó con el Trienio Liberal. Más adelante, apoyarían los derechos de la hija de Fernando, Isabel, al trono y
acabarían convirtiéndose en los gobernantes del país. Aunque sufrirían una división profunda entre moderados (dispuestos a
pactar con la monarquía) y progresistas (partidario de limitar los poderes del monarca).

›› 
›: era una minoría de españoles, muchos de ellos viejos reformistas ilustrados, que apoyaban el gobierno de
José I Bonaparte. Había algunos creían que la ocupación francesa podría permitir la modernización política y social de España;
otros, sin embargo, apoyaron a José I por miedo o por oportunismo. Con su apoyo, José I reunió unas Cortes que aprobaron una
especie de Constitución ±el Estatuto de Bayona-, a partir del cual se desarrolló una legislación que eliminaba el Antiguo Régimen
en España. Una vez derrotadas las tropas francesas en 1814, fueron perseguidos y muchos de ellos se exiliaron en Francia.


 
 : Se conoce como Cortes de Cádiz a la Asamblea constituyente inaugurada en San Fernando el 24 de
Septiembre de 1810 y posteriormente trasladada a Cádiz (Andalucía) hasta 1814 durante la Guerra de la Independencia de España.
Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) las revueltas populares desembocan en la creación de Juntas Locales y
Regionales de Defensa. Estas Juntas tienen como objetivo defenderse de la invasión francesa y llenar el vacío de poder (ya que no
reconocían la figura de José I). Durante la profunda crisis creada por la guerra, la Junta Central Suprema, que se creó tras la
derrota francesa en la Batalla de Bailén, ordenó mediante decreto del 22 de mayo de 1809 la celebración de Cortes Extraordinarias
y Constituyentes. Se reunieron primero en San Fernando, entonces Isla de León, y después en Cádiz, que entonces estaban sitiadas
por las fuerzas francesas. En San Fernando se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía Nacional, la división de poderes,
la igualdad y la legalidad o la libertad de imprenta. Todo ello sentaría las bases del Estado Democrático y de Derecho, así c omo el
fin del antiguo Régimen. Estos decretos sirvieron como modelo y base de numerosas Constituciones europeas posteriores.
Participaron en las reuniones representantes de las provincias españolas y también de los territorios americanos y de Filipinas.
Existían tres grandes tendencias entre los delegados: los u u, que defendían el regreso de la monarquía y del reinado
absoluto de la Casa de Borbón, los  u
u, ilustrados y defensores de las reformas, pero no del carácter revolucionario de
éstas, y los  u , que defendían la adopción de reformas inspiradas en los principios de la Revolución francesa. La tarea de las
Cortes de Cádiz fue crear un cuerpo legislativo (leyes) de carácter liberal sobre el que crear un nuevo orden social que acabara con
la sociedad estamental que había caracterizado a España hasta ese momento. El producto de esta labor fue la Constitución de
1812, llamada «La Pepa» pues se promulgó en la festividad de San José. Esta constitución fue el primer t exto constitucional con el
que contó España. Las Cortes crearon un nuevo sistema político basado en el principio de la soberanía nacional, con la monarquía
como forma de gobierno, pero con división de poderes. Tanto el Rey como las Cortes poseían la facultad para crear leyes de forma
conjunta. Además, se reconocían derechos como la libertad de imprenta, la igualdad jurídica, la inviolabilidad del domicilio, etc.
Sin embargo, estos adelantos fueron suspendidos por el Decreto de 4 de mayo de 1814 del rey Fernando VII, que declaró nula la
Constitución de 1812 y todas las decisiones de las Cortes de Cádiz.


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: Los señoríos, tanto civiles como eclesiásticos, poseían tres tipos de derechos: los de
propiedad, que generaban a sus propietarios las consiguientes rentas a abonar por quienes los disfrutaban; los de jurisdicción, que
permitían a quienes los detentaban ejercer funciones administrativas y judiciales en los lugares; y los de señorío, que daban al
titular el derecho a percibir prestaciones definidas como rentas señoriales (caza, pesca, molino, etc.). Pues bien, el Decret o de las
Cortes de Cádiz va a liquidar tanto los derechos de jurisdicción como los de señorío, o lo que es lo mismo, el señorío
jurisdiccional. Ello va suponer que va a desaparecer el vasallaje, que se introduzcan en ellos funcionarios públicos y que cesen los
cargos directamente designados por los señores (corregidores, alcaldes mayores, etc.). El derecho de propiedad de esos señoríos
podrá seguir siendo detentados por sus dueños. El señor perderá sus derechos jurisdiccionales, que pasarán a ser exclusivos del
nuevo estado, pero podrá seguir detentando la propiedad de sus tierras y bienes.


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›: Facultad de imprimir cuanto se quiera, sin previa censura, con sujeción a las leyes. Es sinónimo
de libertad de prensa, que es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tengan el derecho de organizarse para la edición
de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados por los poderes del Estado.

  
: La       
, también denominada „  , fue promulgada por las Cortes
Generales de España el 19 de marzo de 1812. La importancia histórica de la misma es grande, al tratarse de la primera
Constitución promulgada en España, además de ser una de las más liberales de su tiempo. Oficialmente estuvo en vigencia dos
años, desde su promulgación hasta el 24 de marzo de 1814, con la vuelta a España de Fernando VII. Posteriormente estuvo
vigente durante el Trienio Liberal (1820-1823), así como durante un breve período en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que
preparaba la Constitución de 1837. La constitución establecía el sufragio, la libertad de imprenta, abolía la inquisición, acordaba el
reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas. Estos son los rasgos principales de la Constitución:  ¦  
  (El poder reside en la nación, idea opuesta a la soberanía monárquica),  

¦  (Poder legislativo: ¦ 
   ¦  , Poder judicial: tribunales y Poder ejecutivo:  , pero con  ¦     ), nuevo
¦ 

¦ ¦    (La nación ejerce su soberanía mediante sus representantes en Cortes), complicado procedimiento electoral por
 ¦   ¦    
¦ ,  




    , reconocimiento de
¦ 

 : a
la educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad, el  es la      
¦   ¦
(la necesidad de contar con la colaboración del clero en la lucha contra los franceses explica este rasgo
intolerante que choca con el espíritu avanzado de la constitución).


› › › ›: es un concepto ideológico surgido de la teoría política liberal, que puede remontarse a Locke y
Montesquieu (finales del siglo XVII en Inglaterra, siglo XVIII en Francia). Hace pertenecer la soberanía a la nación, una entidad
abstracta y única, vinculada normalmente a un espacio físico (la patria), a la que pertenecen tanto los ciudadanos presentes tanto
como los pasados y futuros, y se define como superior a los individuos que la componen. El mismo concepto de ^ u u
 (sujeto
de derechos, en igualdad de derechos con los demás miembros de la nación, y no súbdito u objeto pasivo de pertenencia a una
entidad política que se le impone) está asociado al principio de soberanía nacional. En la teoría clásica, la soberanía nacional se
traduce en un régimen representativo, porque la nación no puede gobernarse a sí misma directamente (ni siquiera en los sistemas
de democracia directa, dada la imposibilidad de reunir de hecho a la "nación eterna"). En la concepción restringida de soberanía
nacional, el voto no es un derecho del individuo, sino que esta función será reservada para quienes reúnan la dignidad suficiente,
generalmente unida a la riqueza personal (por entender que estarán más identificados con los intereses de la nación), y por t anto se
justifica el sufragio censitario. Mientras que el principio de la soberanía popular hace residir la soberanía en el pueblo, que estaría
formado por la totalidad del cuerpo social, en especial por los más humildes (el pueblo llano), y que sólo podría expresarse
mediante el sufragio universal.

 


: Montesquieu en su obra "Del Espíritu de las Leyes" describe la división de los    u 
en el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial y se promueve que su titularidad se encargue respectivamente al Parlamento o
Congreso, al Gobierno y los Tribunales de Justicia. Propuso que era necesario que las funciones del Estado se dividieran entre
distintos poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), para que el poder se autocontrole, a fin de evitar la tiranía. Según la doctrina
de la separación de poderes, redactar las leyes es tarea del poder legislativo, interpretarlas es tarea del poder judicial, y hacerlas
cumplir es tarea del poder ejecutivo. En la práctica, sin embargo, esta separación no suele ser absoluta. Según la teoría clásica de
Montesquieu, la división de poderes garantiza la libertad del ciudadano. Bajo esta separación de poderes, nace el llamado estado
de derecho, en el cual todos los poderes públicos están igualmente sometidos al imperio de la ley.



›: Se denomina poder legislativo a una de las tres facultades y funciones primordiales del estado (junto
con el poder ejecutivo y el judicial) consistente en la aprobación de normas con rango de ley. Es una de las tres ramas en que
tradicionalmente se divide el poder de un Estado. En una democracia, el poder legislativo elabora y modifica las leyes existentes
de acuerdo a la opinión de los ciudadanos. Su función específica es la aprobación de las leyes y, generalmente, está a cargo de un
cuerpo deliberativo (congreso, parlamento o asamblea de representantes).




: El º  ^ es una de las tres facultades y funciones primordiales del Estado (
 ^
u
 uu  u  ^u) consiste en dictar y hacer cumplir las leyes que suele aprobar el gobierno o el propio jefe del Estado. El
ejecutivo en la rama de gobierno responsable de la gestión diaria del Estado. En muchos países, se utiliza la palabra gobierno para
referirse al poder ejecutivo. Según la doctrina de la separación de poderes, redactar las leyes es tarea del poder legislativo,
interpretarlas es tarea del poder judicial, y hacerlas cumplir es tarea del poder ejecutivo. En la práctica, sin embargo, esta
separación no suele ser absoluta. El jefe de gobierno es la figura visible y de mayor peso del poder ejecutivo.


 ›: es aquel poder del Estado que, de conformidad al ordenamiento jurídico, es el encargado de administrar
justicia en la sociedad, mediante la aplicación de las normas jurídicas, en la resolución de conflictos. En el caso del Poder Judicial
los juzgados y los tribunales ejercen la potestad jurisdiccional, que suele gozar de imparcialidad y autonomía. El Poder judicial
debe ser independiente para poder someter a los restantes poderes, en especial el ejecutivo, cuando estos contravengan el
ordenamiento jurídico. El papel arbitral entre el poder legislativo y el ejecutivo requiere de un poder judicial fuerte y respetado
como uno de los poderes fundamentales del estado cuya independencia es un valor a preservar porque de ella depende que el
sistema no deje de funcionar y la democracia de paso a la tiranía.

  › 
: es un  


 o toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un
grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el
poder vigentes con anterioridad. El   ¦ o ¦    ¦ se produce cuando la toma del poder es realizada
por miembros de las fuerzas armadas. Suele darse en estados con una influencia excesiva del poder militar en el gobierno civil,
que en muchos de los casos lo llevan a cabo mediante los golpes de Estado o pronunciamientos. En la España del siglo XIX,
fueron frecuentes los pronunciamientos protagonizados tanto por los liberales moderados como los progresistas. Desde los
pronunciamientos liberales contra Fernando VII, incluido el de Riego en 1820, hasta los protagonizados por militares progresistas
en la Sargentada de la Granja (1836), el de O donell en Vicálvaro en 1854, el golpe que derrocó a Isabel II en 1868, el que acabó
con la Primera República en 1874 a cargo del general Pavía y el de Martínez Campos en ese mismo año para restaurar la
monarquía en la persona de Alfonso XII.



› : Se conoce como ¦  ¦  o ¦     a los tres años que transcurrieron entre 1820 y
1823. Se les denomina de esta manera porque, reinando Fernando VII tuvo lugar en la localidad sevillana de Las Cabezas de San
Juan el pronunciamiento militar del teniente coronel Rafael de Riego, que proclamó inmediatamente la restauración de la
Constitución de Cádiz, que Fernando VII acató, y que establecía la monarquía parlamentaria, como forma de gobierno en el país.
Sin embargo, el país se vio envuelto en un largo periodo de inestabilidad política causada por la latente desafección del monarca al
régimen constitucional y por los conflictos políticos segregados por la rivalidad entre liberales doceañistas, más moderados, y
 

, más exaltados y proclives a una apertura mayor de las libertades y reformas sociales. Estas rivalidades fueron
aprovechadas por el monarca, que negociaba en secreto con la Santa Alianza la invasión de España. En 1823 la Santa Alianza
(Prusia, Austria y Rusia) decide en el Congreso de Verona (1822) acudir en ayuda del rey y envía de los «Cien Mil Hijos de San
Luis» y terminó la aventura liberal.


›› 
›: es el apelativo con el que se calificaba a los partidarios de la Constitución de 1812 (llamada
popularmente la Pepa o la Constitución de Cádiz, por lo que también podían ser llamados u u
), fundamentalmente en el
contexto del Trienio liberal, tras el pronunciamiento de Rafael de Riego que obligó a Fernando VII a poner de nuevo en vigor el
texto constitucional que hasta entonces había ignorado como rey absoluto. Las Cortes estaban compuestas de forma abrumadora
por diputados liberales, que se dividieron en dos tendencias: los doceañistas, más moderados, eran partidarios de mantener un
equilibrio de poderes que diera al rey al menos las funciones reservadas en el texto de 1812. Se les oponían los radicales o
exaltados, que por proponer a veces la redacción de una nueva constitución eran llamados veinteañistas. Fueron objeto de
represión política durante la denominada Década Ominosa (1823-1833) y muchos salieron al exilio. Durante los últimos años del
reinado de Fernando VII se aproximaron a los elementos menos absolutistas del poder, partidarios de la sucesión de Isabel II
frente a la de Carlos Luis de Borbón (fuertemente absolutistas y partidarios del Antiguo Régimen), muchos se vieron favorecidos
por la amnistía de 1830 y volvieron a España. Tras la muerte del rey la mayor parte de los antiguos ^ uu apoyaron la
regencia de María Cristina y terminaron por conformar el Partido Moderado que organizó Francisco Martínez de la Rosa en 1834
y que se disputó el poder con el Partido Progresista (heredero de los exaltados) durante el reinado de Isabel II.


 
››
›› :      o  
 era la denominación que recibían en España durante el Trienio
Liberal (1820-1823) los liberales de tendencia más radical, por oposición a los ^ uu, también liberales, pero de tendencia
más moderada. Los  
 uu consideraban que la Constitución española de 1812 había quedado obsoleta y precisaba de
ciertas reformas en un sentido más progresista o hacia la ³izquierda´, con lo que debería redactarse una nueva constitución, que
hubiera sido u  u  
 (cosa que no consiguieron). La denominación de uu  hacía referencia a su radicalidad
revolucionaria, así como a cuestiones más temperamentales propias del contexto cultural y vital del romanticismo. La base social
de los veinteañistas eran las clases medias urbanas y gran parte de la oficialidad del ejército, proveniente de la Guerra de
Independencia, que había sido desmovilizado y represaliado durante la primera parte del reinado de Fernando VII. Se
caracterizaban por la propuesta de soluciones radicales que condujeran a la desaparición del Antiguo Régimen. Los veinteañistas
obtuvieron especial importancia en el inicio del trienio liberal, cuando adquirieron protagonismo los más jóvenes y primeros
impulsores de la revolución de 1820, así como en su final, cuando las elecciones de 1822 llevaron al cargo de presidente del
Congreso al propio Rafael del Riego. En materia política los  ¦    
 consideraban la monarquía como un órgano
únicamente destinado a la realización de funciones ejecutivas. Concebían la revolución liberal como un proceso inacabado, que
debería seguir avanzando, y si no podía de momento cambiarse la constitución, mantenían que los aspectos más transformadores
de la   deberían aplicarse en su totalidad, y profundizarse con medidas legislativas: Transformación de la propiedad en un
sentido plenamente capitalista (desamortización, desvinculación, desaparición de señoríos y mayorazgos). En materia religiosa
destacaba su tendencia anticlerical con la disolución de la Inquisición y la Compañía de Jesús. En materia de enseñanza se
propuso la estructuración en tres niveles (primaria, secundaria y universitaria). En lo territorial, se produjo una división estatal en
52 provincias. Tras la vuelta al absolutismo con la denominada Década Ominosa (1823-1833) los veinteañistas sufrieron la
represión política (ejecución de Riego) y el exilio, y protagonizaron intentos de revertir la situación política mediante
conspiraciones (carbonarios) y pronunciamientos militares (Torrijos, Mariana Pineda). Durante la regencia de María Cristina,
organizaron el grupo de liberales progresistas (enfrentados a los moderados).

›››: Los carlistas formaban el ala tradicional de la sociedad española de la época, englobando a
los denominados «apostólicos», tradicionalistas y, sobre todo, a la reacción antiliberal. La lucha entre la hija de Fernando VII y el
Rey Don Carlos María Isidro fue realmente una lucha entre dos concepciones políticas, de una parte los defensores del Antiguo
Régimen y de otra los partidarios de las reformas liberales, surgidas como consecuencia de la Revolución Francesa y de la
Revolución Industrial, que habían empezado a reorganizar la sociedad, tanto moral como materialmente, especialmente en las
clases populares. Así, el carlismo tuvo escasa repercusión en las grandes ciudades, siendo un movimiento predominantemente
rural. Su lema: «Por Dios, por la Patria y el Rey». En el siglo XIX se produjeron varias insurrecciones de los carlistas contra el
gobierno de Isabel II. Tres fueron las guerras carlistas: la primera (1833-1840), la segunda (1849-1860) y la tercera (1872-1876).
En ninguna de ellas los carlistas fueron capaces de imponerse y su objetivo no se alcanzó. En el siglo XX una parte del carlismo
evolucionó hacia el socialismo autogestionario (el Partido Carlista), si bien más tarde se produjo una escisión del sector
tradicionalista conservador, que formaría la Comunión Tradicionalista Carlista. Ambos movimientos tienen actualmente un apoyo
electoral residual.


 ›: fue impulsada por Felipe V a principios del siglo XVIII, por la que las mujeres no podían reinar en España.
Fernando VII ordenó la publicación de la Pragmática Sanción en 1830 para anular la ley Sálica y permitir así que su hija Isabel
pudiera reinar, excluyendo de sus derechos al trono a su hermano Carlos. Esta anulación provocó el enfrentamiento entre los
partidarios de Isabel (isabelinos) y los de Carlos (carlista) en tres guerras a lo largo del siglo XIX.

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