IMPORTANCIA DEL CONOCIMIENTO Y APLICACIÓN DEL CODIGO DE CONDUCTA PARA EL CONTADOR PUBLICO
La profesión contable pública, como su nombre lo indica, se caracteriza principalmente
porque su actuar es de interés público, razón por la cual el código de conducta se debe acatar de manera estricta cumplir con la aplicación de cada una de las partes. Así lo especifica el anexo 4 del decreto 2420 de 2015. El código contiene tres partes, los cuales establecen los principios fundamentales de ética profesional para los profesionales de la contabilidad, proporcionando un marco conceptual con el fin de identificar amenazas en relación con el cumplimientos de los principios, evaluar la importancia de las amenazas y aplicar salvaguardas para eliminar o reducir dichas amenazas comprobando que no se compromete el cumplimiento de los principios. Teniendo en cuenta lo anterior se determinan como principios fundamentales del profesional de contabilidad los siguientes: Integridad: un profesional integro debe ser transparente en sus funciones, sincero y honesto en toda relación profesional y empresarial. Objetividad: evitar los prejuicios y los conflictos de interés, mantenerse objetivo en los juicios profesionales y empresariales. Competencia y diligencia profesional: asegurarse de prestar un servicio diligente, aplicando las normas técnicas y profesionales. Confidencialidad: respetar la información recibida de la relación profesional y empresarial, no revelando sin autorización dicha información a menos que exista un derecho o deber legal. Comportamiento profesional: cumplir de manera estricta con las disposiciones legales y aplicándolas de acuerdo al reglamento.
En cuanto al marco conceptual, el profesional deberá evaluar cualquier amenaza con
relación al cumplimiento de los principios fundamentales, aunque es complejo definir cada situación que genere una amenazas en relación al debido cumplimiento de dichos principios, es importante precisar el establecimiento de un marco conceptual que facilite al profesional el cumplimiento de los requerimientos de ética del código de conducta y de la responsabilidad del actuar en interés público. Por tanto el profesional tendrá en cuenta factores cualitativos y cuantitativos al evaluar la importancia de una amenaza, dado el caso que no se pueda aplicar salvaguardas para la misma, este debe renunciar al encargo o rehusarse a prestar servicio para la entidad para la que trabaje. Es posible también que el profesional incumpla inadvertidamente una disposición del código, según la naturaleza e importancia de la misma, se puede corregir con prontitud y aplicar las salvaguardas que sean necesarias. Ahora bien, las amenazas pueden ser las siguientes: Amenaza de interés propio, indica que un interés financiero influya en el comportamiento del profesional de contabilidad. Amenaza de autorrevicion, cuando no se evalúe adecuadamente un juicio realizado o servicio prestado por el profesional u otra persona de entidad. Amenaza de abogacía, que el profesional promueva, la posición de un cliente o de la entidad para la que trabaja hasta el punto de no ser objetivo. Amenaza de familiaridad, cuando existe conflicto de interés debido algún tipo de relación estrecha con el cliente o la entidad para la cual trabaja a fin de aceptar de manera fácil su trabajo. Amenaza de intimidación, tratándose de presiones reales o percibidas, influenciando de manera indebida al profesional a fin de influir en la objetividad del profesional. En cuanto a las salvaguardas, se dicen “son actuaciones u otras medidas que pueden eliminar las amenazas o reducirlas a un nivel aceptable se pueden dividir en dos categorías: Salvaguardas en el entorno del trabajo y Salvaguardas instituidas por las disposiciones legales o reglamentarias” En conclusión cada uno de los principios del código de conducta obliga al profesional de la contabilidad a ser francos y honestos, en todas las relaciones profesionales y empresariales. La integridad implica justicia en el trato. A no comprometer su juicio profesional aplicando el principio de la objetividad dejando a un lado conflictos e intereses, ser competentes y diligentes manteniendo los conocimientos claros y las aplicaciones de la norma. Mantener la confidencialidad de la información que le ha sido revelada por un cliente o la entidad para la cual trabaja. Por lo tanto “el comportamiento profesional impone la obligación a todos los profesionales de la contabilidad a cumplir las disposiciones legales y reglamentarias aplicables y de evitar cualquier actuación que el profesional de la contabilidad sabe o deberá saber que pueda desacreditar la profesión, esto incluye en las actuaciones de un tercero con juicio y bien informado”. Así lo describe explícitamente la sección 150 en cuanto el comportamiento profesional del contador público según el código de conducto descrito en el decreto 2420 de 2015