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MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

Magistrado ponente

SL1350-2020
Radicación n.° 78448
Acta 13

Estudiado, discutido y aprobado en sala virtual.

Bogotá, D. C., veintiocho (28) de abril de dos mil veinte


(2020).

Decide la Sala el recurso de casación interpuesto por


LUZ MÓNICA RICAURTE GONZÁLEZ contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá el 28 de febrero de 2017, en el
proceso ordinario laboral que instauró la recurrente contra
la EMPRESA COLOMBIANA DE PETRÓLEOS ECOPETROL
S.A.

I. ANTECEDENTES

La accionante promovió demanda ordinaria laboral


contra Ecopetrol S.A., a fin de obtener, de manera
principal, el reconocimiento y pago de la pensión de

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jubilación contemplada en el artículo 106 de la convención


colectiva de trabajo, debidamente indexada. En subsidio,
solicitó «la pensión de jubilación legal establecida en el
artículo 260 del C.S. del T.», efectiva a partir del momento
en que sea incluida en nómina; lo que resulte probado ultra
o extra petita y las costas del proceso.

Fundamentó sus peticiones, básicamente, en que a


través de un contrato de trabajo a término indefinido
ingresó a laborar para la demandada el día 7 de junio de
1988, vínculo que aún se encuentra vigente; que nació el
12 de agosto de 1965; que está afiliada a la Unión Sindical
Obrera de la Industria del Petróleo USO y, por tanto, es
beneficiaria de la convención colectiva de trabajo; que
cumple con los requisitos para acceder a la pensión de
jubilación extralegal prevista en las cláusulas 106 y 109 del
acuerdo convencional, «al haber cumplido la trabajadora […]
49 años [de edad] en el año 2.014» y prestado sus servicios
a la accionada por más de 26 años; que para el momento
en que entró en vigencia el AL 01 de 2005 tenía más de 750
semanas laboradas; y que para la data en que comenzó a
regir la Ley 100 de 1993 para los trabajadores de Ecopetrol,
lo cual ocurrió el 1º de agosto de 2010, contaba con 45
años de edad.

Expuso que la accionada, mediante comunicación del


27 de mayo de 2010, le informó las condiciones de
afiliación de los trabajadores que no cumplían con los
requisitos para acceder a la pensión de jubilación con
antelación al 31 de julio de esa anualidad; que a través de

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escrito recibido el 8 de junio de igual año, le manifestó a la


empleadora su voluntad de no cambiarse de régimen
pensional y que «no aceptaba afiliaciones» al sistema
pensional, toda vez que ya cumplía con el tiempo mínimo
de servicios para acceder a la «pensión»; que solicitó el
reconocimiento de la pensión de jubilación, ya fuera la de
origen legal o la extralegal; y que mediante comunicación
del 21 de agosto de 2014 la empleadora negó su
otorgamiento.

Al dar contestación al libelo genitor, la convocada a


juicio se opuso a la totalidad de las pretensiones. En
cuanto a los hechos, aceptó como ciertos los relativos a la
edad de la demandante, que éste no solicitó la afiliación al
sistema de seguridad social en materia pensional, la
reclamación elevada por la actora tendiente a obtener el
reconocimiento y pago de la pensión de jubilación, junto
con su negativa; y de los demás supuestos fácticos dijo que
no eran ciertos. Propuso como excepciones las que
denominó: inexistencia de la obligación, cobro de lo no
debido y buena fe.

En su defensa indicó que la accionante no cumplió


con las exigencias convencionales para acceder a la
pensión de jubilación con anterioridad al 1º de agosto de
2010; que en virtud de lo dispuesto en el AL 01 de 2005 en
la actualidad no resulta aplicable la convención colectiva de
trabajo; y que los trabajadores de la demandada ya
ostentan la condición de afiliados obligatorios al sistema
pensional creado por la Ley 100 de 1993.

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II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Quince Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante sentencia del 20 de septiembre de 2016, condenó
a la demandada a reconocer y pagar a favor de la
accionante la pensión de jubilación prevista en el artículo
260 del CST, en cuantía equivalente al 75% de lo
devengado en el último año de servicios, la cual será
exigible al momento del retiro de la empresa; declaró no
probadas las excepciones propuestas; y condenó en costas
a la parte vencida.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

En virtud del recurso de apelación interpuesto por la


demandada, conoció la Sala Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá, quien a través de decisión
de 28 de febrero de 2017 revocó el fallo de primer grado y,
en su lugar, absolvió a la accionada de la totalidad de las
súplicas. Condenó en costas en la primera instancia a la
parte actora, mas no en la alzada.

El Tribunal expresó que su competencia estaba


limitada a los temas respecto de los cuales la parte
demandada mostraba su inconformidad en la apelación,
esto frente a la decisión condenatoria de primer grado, lo
cual gira en torno a la súplica subsidiaria relativa a la
pensión de jubilación de carácter legal, ello en razón a que
los tópicos no reprochados cobraban firmeza al no ser
apelados.

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El ad quem entonces, estableció que el problema


jurídico recaía en definir si a la señora Luz Mónica Ricaurte
González le asiste derecho o no al reconocimiento de la
pensión de jubilación legal establecida en el artículo 260
del CST, la que fue solicitada manera subsidiaria y respecto
de la cual fue condenada Ecopetrol en primera instancia.

Con tal fin indicó que en el plenario estaba acreditado


que la demandante labora para la accionada a través de un
contrato de trabajo a término indefinido desde el 23 de
octubre de 1989, vínculo que se mantiene vigente, así
mismo que desempeña el cargo de profesional 1 VPH en la
unidad organizativa coordinación, planeación y gestión de
aprendizaje.

Aludió al artículo 260 del CST, y sostuvo que en tal


disposición se estableció un régimen pensional a cargo del
empleador, que se mantuvo vigente hasta el momento que
fue sustituido por el del seguro social obligatorio de
carácter contributivo, con todas las consecuencias que
aparejó, entre ellas, la modificación de los requisitos para
causar el derecho pensional.

En dicho sentido, el Tribunal destacó que con la


«aparición del régimen del seguro social obligatorio» se
produjo la subrogación del empleador en la cobertura de
las contingencias derivadas de los riesgos de invalidez,
vejez y muerte para las personas a quienes el nuevo
sistema comenzó a aplicarse, teniendo el entonces Instituto

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Colombiano de Seguros Sociales la facultad de adoptar sus


propios reglamentos, por manera que ello comportó una
sustitución de sistemas, en el cual la pensión jubilación del
artículo 260 del CST fue reemplazada por la de vejez
regulada por los reglamentos del ISS y, a partir del 1º de
abril del 1994 por la Ley 100 del 1993, sin perjuicio de los
derechos adquiridos y las expectativas protegidas por el
régimen de transición pensional, aun cuando «de
conformidad con la artículo 279 de la Ley 100 del 93 esta
ley no se aplica a los servidores de la accionada, ingresando
al sistema general de seguridad social solo hasta la
expedición de la ley 797 de 2003».

Teniendo en cuenta lo anterior, el ad quem indicó que


la demandante para el momento en que fue derogado el
artículo 260 del CST, lo cual ocurrió con la entrada en
vigencia de la Ley 100 de 1993, solo tenía 29 años de edad,
pues nació el 19 de marzo de 1965, y había prestado sus
servicios para la accionada por espacio de 5 años, 9 meses
y 8 días, «por lo que no consolidó su derecho pensional con
base en el artículo 260» del CST antes de la pérdida de su
vigencia, aunado a que para la data de entrada en vigor de
la Ley 797 de 2003, la actora tan sólo contaba con 38 años
de edad y 14 años, 6 meses y 6 días de labores, de modo
que, contrario a lo definido en la primera instancia, no era
posible reconocer la pensión legal de jubilación.

Destacó que la empleadora, en razón a que la


trabajadora no cumplió con los requisitos para obtener una
pensión legal a su cargo, con antelación al 31 de julio de

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2010, la afilió a partir del 1º de agosto de 2010 al sistema


de seguridad social en materia pensional, en particular al
ISS, lo que significa que cuenta con la posibilidad de
acceder a la pensión de vejez de acuerdo con la normativa
general, la cual estaría en cabeza de la administradora de
fondo de pensiones. Conforme a lo expuesto, coligió lo
siguiente:

[…] no puede tener éxito el reconocimiento de la pensión de


jubilación que se reclama en aplicación del artículo 260 del
Código Sustantivo del Trabajo, pues se repite, la actora no
consolidó su derecho pensional con anterioridad la pérdida de la
vigencia del artículo 260 del Código Sustantivo del Trabajo, de
esta manera se agota la competencia en la Sala por el estudio
los argumentos expuestos por el recurrente alzada procediendo
entonces a la revocatoria del fallo recurrido para su lugar
absolver a Ecopetrol de todas y cada una de las pretensiones
incoadas en su contra.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por la demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la parte recurrente que la Corte case


totalmente la sentencia impugnada y, constituida en sede
de instancia, confirme la decisión condenatoria de primer
grado.

Con tal propósito, por la causal primera de casación


laboral, formula un cargo que fue replicado.

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I. CARGO ÚNICO

Fue formulado de la siguiente manera:

Por la vía DIRECTA acuso la sentencia gravada de ser violatoria


de la ley sustancial, en la modalidad de interpretación errónea
de los preceptos del artículo 48 de la Constitución parágrafo
transitorio número cuarto 4º in fine (Acto Legislativo No. 01 de
2005 parágrafo cuarto transitorio) arts. 2, 123, 25, 53, 55, 58,
93 de la Constitución, los Convenios internacionales de trabajo
núms. 98, 151, 128 y 157 de la OIT y las Recomendaciones del
Consejo de Administración de la OIT que los desarrollan que son
fuente de interpretación de los derechos laborales, conforme al
artículo 19 del C.S del T. e integran el bloque de
constitucionalidad como quiera que Colombia es Estado Parte del
Tratado internacional de la 0IT (ley 19 de 1921); en
concordancia con lo dispuesto en el artículo 279 de la Ley 100
de 1993 y de los artículos 1º a 5º, del Decreto Reglamentario
807 de 1883 y el artículo séptimo 7º inciso segundo de la Ley
1118 de 2006 y los artículo 1, 14, 21, 25, 67, 68, 194, 260 y
467, 470, 471, 477 del C. S. del T; art 19, 20, 60, 61 y 78 del
C.P.L y S.S., 174, 177 y 187 del C.P.C., 28, 29 y 34 de la Ley 23
de 1991; art, 44 del D. 1818/1998; y art. 20 de la Ley
640/2001, Decreto 2527 de 2.000, art. 7º de la ley 71de 1988 y
articulo 109 de la convención colectiva de trabajo suscrita entre
ECOPETROL S.A. y los sindicatos USO, ADECO y SINDISPETROL
para las vigencias de los años 1991-1993, 2009-2014 y 2014-
2018 ameritadas en el Expediente con sus respectivas
constancias de depósito legal, en relación con los artículos 467,
470, 471, 477 del Código Sustantivo del trabajo siendo las
normas de la convención colectiva de trabajo atendibles como
parte de la proposición jurídica en Casación en la acusación por
la vía directa.

En la demostración del cargo, el censor comienza por


aludir a la decisión cuestionada y expone que:

El Tribunal ad quem, al referirse a la derogatoria del art. 260 del


CST y las modificación introducidas por el Acto Legislativo 01 de
2005 en la forma que se aplicó a los trabajadores del régimen
general de pensiones desde el primero de abril de 1994 con la
entrada en vigencia de la ley 100 de 1993 y en esas mismas
condiciones lo aplica en la sentencia gravada el Tribunal ad
quem por interpretación errónea a los trabajadores de Ecopetrol
y a la aquí recurrente señora LUZ MONICA RICAURTE
GONZALEZ que viene de un Régimen Excepcional Pensional,

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olvidando el Tribunal en la sentencia gravada que esas normas


no se aplicaban a los trabajadores de ECOPETROL S.A. por
disposición expresa del artículo 279 de la ley 100 de 1993, y
que esta ley 100/93 solo se vino a aplicar sino a partir del 29 de
enero de 2003 con la entrada en vigencia de la Ley 797 de
Enero 29 de 2003 para los nuevos servidores públicos que
ingresen a ECOPETROL a partir de la vigencia de la Ley 797 art.
3º esto es a partir del 30 de enero de 2003 y no cobijaba en
modo alguno y de ninguna de las maneras a los antiguo
trabajadores, como lo afirma erróneamente el Tribunal en sus
consideraciones de instancia en particular a la trabajadora aquí
demandante recurrente LUZ MONICA RICAURTE GONZALEZ que
estuvo regido por la disposición del artículo 279 de la Ley 100 de
1993.

Yerra el Tribunal por interpretación errónea en la sentencia


impugnada que A los trabajadores de Ecopetrol S.A. que tienen
un Régimen Excepcional Pensional más beneficioso, pasaron a
un Régimen General Pensional a partir del 1º primero de agosto
de 2010, y es en esa fecha, cuando debe iniciar para los
trabajadores de Ecopetrol S.A. el régimen de transición del art
36 de la Ley 100/93; ya que a partir del primero de agosto de
2010 inicia para ellos LA VIGENCIA de la ley 100 de 1993, por
decisión unilateral de la empleadora , particularmente el artículo
36 y la reforma del parágrafo 4 inciso final del acto legislativo
01 de 2005.

Por otra parte, afirma que el requisito de la edad sólo


tiene trascendencia en algunos casos, para exigir la
prestación, pues completado el tiempo de servicios o las
semanas cotizadas ya existe un derecho cierto para el
trabajador que no puede ser desconocido por el legislador,
de allí que quien cotizó o trabajó el tiempo requerido para
adquirir la prestación pensional, tiene derecho a que el
Estado le respete el régimen vigente para ese preciso
momento, siendo exigible cuando cumpla la edad
requerida.

Destaca también que las personas que cumplen con


las condiciones para ser beneficiarias de un régimen de
transición, adquieren un derecho que no puede ser

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modificado por el legislador.


Indica que la Ley 100 de 1993, la cual, según el
artículo 279 ibídem, no se le aplica a determinado grupo de
personas, consagró un régimen de transición para quienes
a la entrada en vigencia se encontraban en unas
situaciones particulares, consistente en tener 35 años de
edad tratándose de mujeres o 40 para los hombres; o
contar con 15 años de servicios; beneficio que les permite
mantener las condiciones de edad, tiempo de servicios o
semanas cotizadas y monto de la pensión que regían con
anterioridad a esa normativa.

Expone que los trabajadores de Ecopetrol no hacían


parte del sistema general de pensiones, pues solo a partir
de la entrada en vigencia de la Ley 797 de 2003, el nuevo
personal ostenta la condición de afiliados obligatorios, de
modo que no le era aplicable el régimen de transición
contenido en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, de allí
que «sólo a partir del 1º de agosto de 2010, los trabajadores
de Ecopetrol S.A. adquirieron el derecho a la aplicación del
Régimen de Transición, al desaparecer el Régimen Pensional
Excepcional, los afiliaron obligatoriamente al ISS, al
subsistema de prima media con prestación definida», de
modo que frente al AL 01 de 2005, se aplican las siguientes
reglas:

1.- El régimen de transición constitucional se extiende hasta


diciembre 31 de 2014.

2.- A primero 1º de agosto de 2010, fecha en que los


trabajadores de Ecopetrol S.A. adquirieron el derecho al régimen
de transición tenían los requisitos de ley.

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3.- Se mantiene el régimen pensional anterior a la vigencia del


A.L. No. 1 de 2005, que es el consagrado en el artículo 279 de la
ley 100 de 1993, que es el convencional.

Transcribe un pasaje de la sentencia CC T-1233 de


2008 y dice que esa alta Corporación ha avalado la
coexistencia de regímenes especiales o exceptuados a la par
del general de pensiones, no obstante, indica el recurrente,
que si con un régimen «especial», se da un trato
desfavorable con respecto a aquel contenido en el régimen
general y éste no es razonable, se estructura una
discriminación que no resulta admisible desde el punto de
vista constitucional.

Menciona el Decreto 807 de 1994 y la sentencia CC


SU-555 de 2014 y afirma que no es posible que a «los
trabajadores de la Empresa Colombiana de Petróleos
Ecopetrol que venían de un régimen pensional excepcional,
se les trate igual que al trabajador que viene de un régimen
general pensional de los reglamentos del Seguro Social ISS».

Reproduce en extenso lo dicho por la Sala Laboral de


la Corte Suprema de Justicia en sentencia CSJ SL4982-
2017, alude a las decisiones CC C-009 de 1994, CC SU-
1185 de 2001 y afirma que de acuerdo a dicha
jurisprudencia «la exigibilidad del derecho pensional, tiene
como requisito la edad plasmada dentro de la Convención,
pero ello no quiere decir que dicho requisito sea necesario
para su causación, puesto que el tiempo de servicios se debe
cumplir antes de la aplicación de la norma en cuestión, pero
la edad, en el entendido de la jurisprudencia de la Corte

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Constitucional, se puede acreditar posteriormente».

Señala que, si bien el AL 01 de 2005 tiene como


finalidad general la estabilidad financiera del sistema de
seguridad social, resulta cuestionable que éste se vea
afectado cuando el empleador público o privado, concede
beneficios a favor de los trabadores, pues en últimas los
dineros que implican tales beneficios no salen del sistema
sino del patrimonio de dichos empleadores; máxime que no
se puede desconocer un derecho fundamental como lo es la
negociación colectiva en materia de pensiones. Bajo el
anterior escenario, expone el recurrente que:

[…] pese a que al momento en que el demandante causó su


derecho pensional ya se encontraba vigente el Acto Legislativo
01 de 2005, por medio del cual se adicionó el artículo 48 de la
Constitución Política, el cual en su parágrafo transitorio 3º aduce
que no podrán estipularse condiciones pensionales más
favorables que las que se encuentren actualmente vigentes, y en
todo caso ellas perderán vigencia el 31 de julio de 2010; no se
puede olvidar que el demandante tenía la totalidad 750
semanas laboradas por más de 20 años requeridas antes de
entrar en vigencia Acto Legislativo 01 de 2005 en lo concerniente
al parágrafo cuarto infine de dicho acto constitucional.

En atención a la interpretación podemos ultimar, con respecto a


que la edad prevista en la norma, enmarcada dentro de la
Convención, es un requisito para la exigibilidad del derecho a la
pensión, más no, para su causación, arribó a la conclusión de
que dicho texto convencional tampoco hacía distinción en cuanto
a la vigencia o no del contrato de trabajo para tener derecho a la
pensión convencional.

Cita la sentencia CC SU-555 de 2014, y asevera que


allí se aceptó que las convenciones o pactos colectivos que
se celebraron con anterioridad al citado AL 01 de 2005, que
establecieron fechas posteriores a «31 de julio para acceder
a la pensión, tendrán vigencia hasta la fecha estipulada», de

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modo que «si la convención establece una escala de años de


servicios y edad a cumplirse con posterioridad al 31 de julio
de 2010, las condiciones pensionales deben respetarse».

Sostiene que en la sentencia CC SU-241 de 2015, se le


dio a la convención colectiva el carácter de norma y no de
una simple prueba, aplicando a su vez el principio de
favorabilidad en la interpretación de sus cláusulas, y
reitera que «la exigibilidad del derecho pensional, tiene como
requisito la edad plasmada dentro de la Convención, pero
ello no quiere decir que dicho requisito sea necesario para su
causación, puesto que el tiempo de servicios se debe cumplir
antes de la aplicación de la norma en cuestión, pero la edad,
en el entendido de la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, se puede acreditar posteriormente».

Al amparo de lo anterior, considera que como la


demandante «generó la totalidad del tiempo de 20 años de
servicios» antes del 31 de julio de 2010, su derecho no se
puede ver afectado por el referido Acto Legislativo, de modo
que el Tribunal interpretó erróneamente tal reforma
constitucional, pues debió llegar «necesariamente a la
conclusión jurídica de que a la actora LUZ MÓNICA
RICAURTE GONZÁLEZ aquí recurrente se le garantizaban y
mantenían como derecho adquirido las condiciones del
régimen pensional legal vigentes en ECOPETROL S.A., hasta
el 31 de Diciembre del año 2014», lo cual se acompasa con
lo expuesto por la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Consejo de Estado.

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En ese orden de ideas, reitera el impugnante que la


accionante tiene «derecho adquirido a que su régimen de
transición en materia pensional vigente en ECOPETROL S.A.
se le mantuviera hasta el 31 de diciembre de 2014, tal como
lo estableció el inciso final del parágrafo cuarto transitorio
del A.L. 01 de 2005, que el Tribunal ad quem interpretó
erróneamente en el fallo gravado»; y acota que «Con la
presente decisión no se está desconociendo el precedente
establecido en la sentencia SU 555/14 emanada de la Corte
Constitucional, sino por el contrario se sigue el mismo, bajo
el mal denominado margen de apreciación racional» y
también se están siguiendo «las pautas interpretativas de la
sentencia SU-241 de 2015», pero si se aparta de los
«precedentes de la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema, que solo le da viabilidad a la aplicación de la
convención hasta la primera prorroga o el término inicial de
la convención, el cual puede llegar hasta antes del 31 de
julio de 2010 o antes».

Transcribe lo dicho por la Comisión de Expertos para


la aplicación de convenios y recomendaciones, observación
n.o 85 de 2014, informe III y dice que debe concordarse con
la sentencia CC SU-241 de 2015, en la que la Corte
Constitucional le da a la convención colectiva de trabajo el
carácter de norma y aplica el principio de favorabilidad en
la interpretación de las cláusulas convencionales.

Acota que debe dársele aplicación al principio pro


homine, pues en virtud de la favorabilidad se puede
concluir «que las pensiones convencionales, se causan con el

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solo cumplimiento del tiempo de servicio», entendimiento que


no es ajeno a lo dicho por la Sala de Casación Laboral de la
Corte Suprema de Justicia, quien también en algunas de
sus decisiones ha considerado que la edad es un requisito
de exigibilidad de la pensión, mas no de causación de la
misma.

Aduce que si bien los jueces tienen un amplio margen


de interpretación en las normas laborales no les es dable
hacerlo en contra del trabajador, de modo que, si se
presentan dos alternativas posibles de interpretación, debe
adoptar la más benéfica al trabajador, en aplicación del
principio de favorabilidad, consagrado en el artículo 53 CN
y del derecho fundamental al debido proceso.

Por otra parte, en un acápite que denomina «El


amparo de las expectativas legítimas o derechos eventuales
en el ordenamiento jurídico. El principio de la condición más
beneficiosa», el recurrente transcribe un pasaje de la
sentencia CC T-832A-2013; y agrega lo siguiente:

Traigo igualmente a colación como sustento a la pretensión de


reconocimiento de la Pensión de Jubilación de origen legal (art.
260 CST) convencional y garantizado por el Decreto 807 de 1994
la Jurisprudencia de la Corte Constitucional sentada en el caso
del ex servidor Jaime Beltrán Zucardi, en la Sentencia de Tutela
T-1233 de 2008:

"6. Pensión de "jubilación" y pensión de "vejez" en el


ordenamiento jurídico colombiano.

En vista de que en los antecedentes de la presente acción de


tutela, tanto el demandante como las entidades demandadas
han hecho referencia a los conceptos de pensión de "vejez" y
pensión de "jubilación", esta Sala adelantará el estudio de los
mismos, por considerarlo relevante para la solución del caso
concreto.

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Con anterioridad a la entrada en vigencia del Sistema General


de Pensiones, previsto en la Ley 100 de 1993, la legislación
colombiana utilizó las expresiones "jubilación" y "vejez" para
referirse a las pensiones que los trabajadores adquirían una vez
cumplían con los requisitos previstos en las normas para el
efecto.

De manera general, los distintos ordenamientos legales


utilizaban el término "jubilación" para señalar las pensiones de
los empleados oficiales, reconocidas y pagadas por parte de la
Caja Nacional de Previsión - Cajanal o de otras cajas especiales
de previsión, y las de los trabajadores privados, cuyos derechos
fueran reconocidos directamente por las empresas empleadoras
o por cajas especiales.

La Sala en sentencia CSJ SL 29907, 3 abr. 2008, reiterada en


CSJ SL34044, 20 oct. 2009, y CSJ SL13267-2016, dijo:

Una vez más, la Corte precisa que los derechos adquiridos al


abrigo de acuerdos jurídicos vigentes cuando entró a regir el
Acto Legislativo 01 de 2005, permanecen indemnes y, por tanto,
no pueden ser negados o transgredido.

Entonces, la pérdida de vigencia de las reglas de carácter


pensional contenidas en convenciones colectivas de trabajo, en
pactos colectivos de trabajo, en laudos arbitrales y en acuerdos
válidamente celebrados, no comporta la pérdida de tos derechos
válidamente adquiridos mientras esas reglas estuvieron en
vigor.

Dicho de otra manera: los derechos adquiridos legítimamente


continúan en cabeza de sus titulares, siguen formando parte de
su patrimonio, así tos actos Jurídicos, a cuyo abrigo nacieron,
hubiesen desaparecido del mundo Jurídico.

II. LA RÉPLICA

La demandada se opone a la prosperidad del ataque y,


en dicho sentido, aduce que a la demandante no le asiste
derecho a la pensión de jubilación prevista en el artículo
260 del CST, la cual se adquiría cuando el trabajador
cumplía el tiempo de servicios y la edad allí establecida,
pues para el 1º de agosto de 2010, calenda en la cual
dejaron de regir los regímenes especiales en Ecopetrol, la

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accionada solo tenía 45 años de edad. Agrega que la


accionante tampoco es beneficiaria del artículo 36 de la Ley
100 de 1993.

III. CONSIDERACIONES

En el presente asunto el casacionista soporta su


acusación en que a la demandante le asiste derecho al
reconocimiento y pago de la pensión de jubilación
reclamada, ya sea de naturaleza extralegal establecida en la
cláusula 109 de la convención colectiva de trabajo, ora la de
origen legal consagrada en el artículo 260 del CST.

Con tal fin expone la censura, en esencia, que en


relación con la de índole convencional peticionada, que el
Tribunal interpretó de forma equivocada el AL 01 de 2005,
en tanto, a su juicio, esta normativa no excluye o impide el
nacimiento de derechos de naturaleza pensional soportados
en pactos o convenciones colectivas con posterioridad al 31
de julio de 2010, toda vez que la negociación colectiva es un
derecho de naturaleza fundamental que debe ser protegido;
a lo que se suma que para la adquisición de este tipo de
prestaciones pensionales, basta con el cumplimiento del
tiempo de servicios pactado por las partes, por cuanto la
edad simplemente es un requisito de exigibilidad, mas no
para su nacimiento, entendimiento que debe ser el
impartido para este tipo de acuerdos, pues así se da plena
aplicación a los principios de favorabilidad y pro homine,
dado el carácter normativo de las convenciones colectivas
de trabajo; y que, en todo caso, el periodo de labores

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Radicación n.° 78448

mínimo exigido la actora ya lo había cumplido para el 31 de


julio de 2010.

Por otra parte, en lo ateniente a la pensión de


jubilación legal establecida en el artículo 260 del CST, la
recurrente aduce que el ad quem se equivocó al negar tal
derecho, en tanto, por ser la demandante una trabajadora
de Ecopetrol, el régimen de transición previsto en el artículo
36 de la Ley 100 de 1993, en correspondencia con el
artículo 279 ibídem, el Decreto 807 de 1994 y el AL 01 de
2005, solo comenzó a regir en su caso en particular a partir
del 1º de agosto de 2010, data en la cual inició para los
trabajadores de esta entidad la «VIGENCIA de la Ley 100 de
1993», régimen que en lo correspondiente a su permanencia
o existencia comporta un derecho adquirido y se mantiene
hasta el 31 de diciembre de 2014; y que cumplió con los 20
años exigidos en la ley para adquirir el derecho pensional
previsto en el artículo 260 del CST, en tanto la edad solo es
un requisito de exigibilidad.

Así las cosas, de cara a lo anterior, le corresponde a la


Corte dilucidar si el Tribunal cometió el yerro jurídico
endilgado, es decir, si se equivocó en la inteligencia
impartida a las normas denunciadas en la proposición
jurídica al negar el derecho pensional implorado, en la
medida que en decir de la censura la trabajadora
demandante cuenta con el tiempo mínimo de servicios
exigidos, tanto por la convención colectiva de trabajo y lo
previsto en el artículo 260 del CST, disposiciones que
regulan su situación pensional, para acceder a la pensión

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Radicación n.° 78448

deprecada.

Acorde a la vía directa escogida, quedan incólumes los


siguientes hechos que tuvo por acreditados el juez de
segundo grado: i) que entre las partes existe un contrato de
trabajo a término indefinido el cual se encuentra vigente; ii)
que el vínculo laboral inició el 23 de octubre de 1989; iii) el
cargo que desempeña la accionante era el de profesional 1
VPH, en la unidad organizativa, coordinación, planeación y
gestión de aprendizaje y; iv) que la demandante nació el 19
de marzo de 1965.

Realizada la anterior precisión, la Sala abordará el


estudio propuesto por la censura, así: en primer lugar, lo
atinente a la pensión de jubilación de origen extralegal
estipulada en la cláusula 109 de la convención colectiva de
trabajo y, en segundo término, la procedencia de la pensión
de jubilación de naturaleza legal soportada en el artículo
260 del CST.

Pensión de jubilación convencional

Al respecto, es oportuno rememorar por parte de la


Sala que fueron dos temáticas o súplicas bajo las cuales se
dio inicio al presente litigio: i) de manera principal
establecer si a la actora le asistía el derecho al
reconocimiento y pago de la pensión de jubilación extralegal
establecida en la cláusula 109 de la convención colectiva de
trabajo, pedimento que estaba sustentado en que en su
sentir cumplía con las exigencias allí previstas, para poder

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Radicación n.° 78448

acceder a ese beneficio convencional y; ii) dilucidar, en


forma subsidiaria, en el evento en que se desestimara la
petición que antecede, sí le asistía derecho al pago de la
pensión legal de jubilación estipulada en el artículo 260 del
CST.

Lo precedente es importante recordarlo, en razón a


que cuando el Juzgado Quince Laboral del Circuito de
Bogotá profirió la sentencia que puso fin a la primera
instancia, estudió, en primer lugar, la súplica principal con
la que se dio inicio al litigio, esto es, la procedencia de la
pensión de jubilación de carácter extralegal,
desestimándola. Luego, a fin de resolver la totalidad de los
pedimentos implorados en el libelo genitor, pasó a decidir el
pedimento solicitado en forma subsidiaria, consistente en la
pensión legal de jubilación establecida en el artículo 260 del
CST, frente a la cual impuso condena.

La anterior determinación solo fue objeto de recurso de


apelación por parte de la sociedad convocada a juicio, quien
reclamó la revocatoria de la decisión que le impuso el pago
de la súplica subsidiaria, esto es, la pensión de jubilación
de origen legal; lo que implica que la parte actora se
conformó con la absolución impartida por el a quo respecto
a la pretensión principal, vale decir, la pensión de jubilación
de origen extralegal.

Fue por lo dicho que el Tribunal, de conformidad con


el artículo 57 de la Ley 2ª de 1984, 10º y 35 de la Ley 712
de 2001, que modificaron los artículos 15 y 66A del CPTSS

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78448

respectivamente, expresó que la competencia de alzada


estaba limitada a los temas respecto de los cuales la parte
demandada mostraba su inconformidad en la apelación, en
relación a la decisión condenatoria de primer grado, ello en
razón a que los tópicos no reprochados cobraban firmeza al
no ser apelados, o lo que es igual, tales puntos hacen
tránsito a cosa juzgada.

En ese orden, precisó el ad quem que el problema


jurídico a resolver, estaba centrado en determinar si la
«señora Luz Mónica Ricaurte González es acreedora o no de
la pensión de jubilación legal establecida en el artículo 260
del Código del Trabajo la cual fue pedida manera
subsidiaria», lo cual, lógicamente, corresponde a la
pretensión secundaria o subsidiaria a la principal que era la
referida a la pensión de jubilación de naturaleza
convencional.

Bajo ese marco de competencia, el Tribunal concluyó,


conforme lo dejó ilustrado en su decisión, que no le asistía
razón a la actora en sus pedimentos, pues el artículo 260
del CST, soporte de la pretensión subsidiaria, había sido
derogado acorde a lo dispuesto en la Ley 100 de 1993, sin
que hubiera la trabajadora cumplido con los requisitos allí
exigidos con antelación al 1º de abril de 1994, como
tampoco a «la fecha de entrada en vigencia de la Ley 797 de
2003, 29 de enero 2003».

Al punto que una vez analizado y definido ese tema, el


Tribunal expresamente indicó que como la peticionaria no

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Radicación n.° 78448

consolidó su derecho pensional con anterioridad a la


pérdida de la vigencia del artículo 260 del CST, «se agota la
competencia en la Sala por el estudio los argumentos
expuestos por el recurrente en la alzada, procediendo
entonces a la revocatoria del fallo recurrido».

Todo lo anterior, per se, deja sin vigor lo sostenido en


el cargo objeto de estudio en cuanto al derecho extralegal,
en la medida que, como quedó visto, el tema concerniente a
la procedencia de la pensión de jubilación convencional, fue
un tópico no apelado por la actora y menos fue materia de
pronunciamiento por el sentenciador de alzada, quedando
conforme la demandante con la absolución de este puntual
aspecto al guardar silencio, por tanto, se descarta la
comisión de un dislate jurídico sobre un tópico que no fue
materia de estudio por parte del ad quem, lo cual se debió,
se itera, a que el mismo no fue objeto del recurso vertical.

Aquí cabe recordar una vez más, que el recurso


extraordinario de casación no le otorga competencia a la
Sala para juzgar la controversia planteada en el proceso a
fin de resolver a cuál de los litigantes le asiste razón, y
menos revivir asuntos que cobraron firmeza con la decisión
de primera instancia al no ser apelados; habida cuenta que
su labor, siempre que el recurrente plantee bien la
acusación, se limita a enjuiciar la sentencia acusada para
establecer si el Tribunal atendió las normas jurídicas que
estaba obligado a aplicar para solucionar correctamente la
controversia sometida a su consideración y a mantener el
imperio de la ley. Por lo anterior, se ha dicho que en el

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78448

recurso de casación se enfrentan la ley y la sentencia, no


quienes actuaron como partes en las instancias (Sentencia
CSJ SL14055-2016, reiterada, entre otras, en decisiones
SL1375-2017 y SL5232-2018).

Bajo la línea argumentativa expuesta, es claro


entonces que el Tribunal no pudo incurrir en la violación,
por la vía directa, en la modalidad de interpretación
errónea, de las normas que regulan la convención colectiva
de trabajo y que fueron denunciadas en la proposición
jurídica, pues ni siquiera las llamó a operar, en tanto, se
insiste, como el asunto por definir al resolver la apelación
no se contrajo a determinar si el actor había cumplido o no
con los requisitos para acceder a una pensión de origen
extralegal, sino a definir si era viable mantener la condena
impuesta en primer grado, sustentada en que la
trabajadora cumplía con las exigencias legales para acceder
a la pensión de jubilación establecida en el artículo 260 de
CST, no hizo estudio alguno de las disposiciones que
regulan o versan frente a las convenciones colectivas de
trabajo, como tampoco, vale la pena precisarlo, del AL 01 de
2005, el cual no fue fundamento jurídico de su decisión.

Lo expresado deja también al descubierto, que la


recurrente en la demostración del cargo parte de una
premisa fáctica inexistente, cual es, dar por establecido que
la demandante, al 31 de julio de 2010, había cumplido con
el requisito de tiempo de servicio para acceder a la pensión
convencional, cuando lo cierto es que Tribunal nunca tuvo
por acreditado ese hecho, en tanto, se reitera, no se ocupó

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78448

de analizar aspecto alguno, ya fuera de índole fáctico o


jurídico, que estuviera relacionado con una pensión de
jubilación de origen extralegal.

En suma, no le asiste razón en lo yerros que de orden


jurídico el censor le endilga al Tribunal en este puntual
aspecto.

Pensión de jubilación legal –artículo 260 del CST

Como se recuerda, el Tribunal, al resolver el recurso


de apelación interpuesto por la demandada, se ocupó de
analizar si resultaba procedente mantener la condena de
primer grado que le impuso a la accionada el
reconocimiento y pago de la pensión de jubilación prevista
en el artículo 260 del CST. Al efecto, destacó que dicha
prestación se encontraba a cargo de los empleadores, pero
estos fueron subrogados de forma paulatina por el ISS,
quien, bajo sus propios reglamentos, asumió el riesgo de
vejez.

Añadió el ad quem que la referida pensión de


jubilación fue derogada con la entrada en vigencia de la Ley
100 de 1993, sin perjuicio, de los derechos adquiridos o las
expectativas fundadas protegidas por el régimen de
transición pensional, aun cuando indicó que el sistema
general de pensiones no le era aplicable a los trabajadores
de Ecopetrol, por expresa excusión del artículo 279 de la
citada Ley 100, quienes fueron incorporándose al Sistema
General de Pensiones a partir de la Ley 797 de 2003.

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Radicación n.° 78448

Luego el fallador de alzada analizó la situación de la


demandante frente al cumplimiento de las exigencias
establecidas en el artículo 260 del CST e indicó que «previo
de la pérdida de su vigencia», que lo fue al 1º de abril de
1994, fecha en que entró en vigor la Ley 100 de 1993, la
accionante no había cumplido con los requisitos para
acceder a ese derecho, y en tales condiciones no era posible
mantener la decisión condenatoria de primer grado. Añadió
que tampoco al momento en que entró a regir la Ley 797 de
2003 tenía satisfechos las exigencias de la edad y el tiempo
mínimo de servicios.

Por su parte, la censura aduce que el Tribunal se


equivocó en su decisión, al no advertir, por una parte que la
Ley 100 de 1993 solo le resulta aplicable a los trabajadores
de Ecopetrol a partir del 1º de agosto de 2010, data para la
cual la actora ya tenía el tiempo mínimo de servicios para
obtener a la pensión prevista en el artículo 260 del CST, la
cual se adquiere con el cumplimiento de ese requisito; y
que, en todo caso, era beneficiaria del régimen de
transición, el cual se mantiene en su favor hasta el 31 de
diciembre de 2014.

Así las cosas, procede la Sala a verificar si el Tribunal


se equivocó al concluir que la demandante no tiene derecho
al reconocimiento de la pensión de jubilación contemplada
en el citado artículo 260 del CST.

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78448

A fin de dar solución al problema jurídico planteado,


debe recordarse que el artículo 1º del Decreto 2027 de
1951, dispuso que «Las relaciones de trabajo de la Empresa
Colombiana de Petróleos se regirán por el derecho común
laboral contenido en el Código Sustantivo del Trabajo», lo
cual fue reiterado en el artículo 7º de la Ley 1118 de 2006,
el cual dispuso que «[…]los contratos individuales de trabajo
continuarán aplicándoles las disposiciones contenidas en el
Código Sustantivo del Trabajo, en la Convención Colectiva de
Trabajo y en el Acuerdo 01 de 1977, según sea el caso, con
las modificaciones y adiciones que se presenten […]», tal
situación implica que, en principio, el artículo 260 del CST
resulte aplicable a la demandante.

Al respecto, en decisión CSJ SL, 28 oct. 2008, rad.


29802, se dijo:

Conforme al fundamento fáctico de la decisión del Tribunal ya


visto, que no se discute, el actor cumplió los 20 años de servicio
en entidades estatales, cuando estaba laborando para
ECOPETROL, por lo que su régimen pensional no era el
correspondiente a los trabajadores oficiales, previsto en la Ley
33 de 1985, sino el especial de esta entidad, previsto en el
artículo 1º del Decreto 2027 de 1951, que dispone que “Las
relaciones de trabajo de la Empresa Colombiana de Petróleos se
regirán por el derecho común laboral contenido en el Código
Sustantivo del Trabajo.”

Bajo esta óptica es claro que no existe conflicto o duda sobre el


régimen pensional de los trabajadores de ECOPETROL, que
permita, conforme lo disponen los artículos 53 constitucional y 21
del C. S. T., una aplicación preferente del régimen previsto para
otros servidores estatales, como el establecido por la Ley 33 de
1985, pues la norma no se presta a otra inteligencia distinta a
que es el artículo 260 del Código Sustantivo el aplicable en su
caso, de manera que este tipo de trabajadores quedaron
excluidos expresamente de la órbita de aplicación de las normas
generales cuya aplicación reclama el recurrente.

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 78448

Pues bien, el artículo 260 del CST, reza:

ART. 260. DERECHO A PENSIÓN. 1. Todo trabajador que preste


servicios a una misma empresa de capital de ochocientos mil
pesos ($800.000) o superior, que llegue o haya llegado a los
cincuenta y cinco (55) años de edad, si es varón, o a los
cincuenta (50) años si es mujer, después de veinte (20) años de
servicios continuos o discontinuos, anteriores o posteriores a la
vigencia de este Código, tiene derecho a una pensión mensual
vitalicia de jubilación o de vejez, equivalente al setenta y cinco
por ciento (75%) del promedio de los salarios devengados en el
último año de servicio.

2. El trabajador que se retire o sea retirado del servicio sin haber


cumplido la edad expresada tiene derecho a la pensión al llegar
a dicha edad, siempre que haya cumplido el requisito de los
veinte (20) años de servicio.

Como es sabido, la aludida pensión de jubilación


prevista en el artículo 260 del CST fue concebida de forma
temporal y transitoria, mientras el entonces Instituto de
Seguros Sociales asumía los riesgos de invalidez, vejez y
muerte, para subrogar al empleador, según lo preceptuado
en el artículo 259 ibídem.

En dicho sentido, mediante la Ley 90 de 1946 se


consagró un sistema de transición progresivo y gradual de
normas y responsabilidades frente al riesgo de vejez, tal
como específicamente se consignó en sus artículos 72 y 76,
cuyas reglas se desarrollaron a través del Acuerdo 224 de
1966, aprobado por el Decreto 3041 de igual año; normas
que definieron bajo qué condiciones el ISS subrogaba total o
parcialmente a los empleadores en el pago de las pensiones
de jubilación establecidas en el artículo 260 del CST y, en
ese mismo orden, en que eventos el empleador conservaba
la obligación de reconocer y pagar esa prestación.

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Radicación n.° 78448

Aquí es oportuno recordar lo adoctrinado en sentencia


CSJ SL, 26 jul 2005, rad. 24405, en cuanto a que el
sistema del seguro social obligatorio creado por la Ley 90 de
1946 no entró en vigencia de manera inmediata. En la
exposición de motivos el Gobierno Nacional puso de
presente la necesidad de implementarlo gradualmente. Por
ello, tanto la Ley 6ª de 1945, como la Ley 90 citada y pocos
años después el CST, dispusieron que las «prestaciones
patronales» seguirían a cargo de las empresas obligadas,
mientras los riesgos de invalidez, vejez y muerte fueran
asumidos por el Instituto de Seguros Sociales, de
conformidad con la ley y dentro de los reglamentos que
expidiera esa entidad.

No obstante, las empresas dedicadas a la industria


petrolera no fueron objeto de la asunción de riegos por el
ISS, pues por diferentes razones apenas hasta el año 1993
fue que la afiliación de sus trabajadores a la seguridad
social se hizo obligatoria. Al respecto, en sentencia CSJ SL,
15 jul. 2008, rad. 30898, se dijo:

“Al efecto, basta observar que mediante Decreto 1993 de 24 de


octubre de 1967, que aprobó el Acuerdo 257 de 13 de septiembre
de ese año, expedido por el Consejo Directivo del Instituto de
Seguros Sociales, se ordenó la inscripción a la entidad para el
cubrimiento de los riesgos de Invalidez, Vejez y Muerte, entre
otros, de los ‘patronos’ que ‘tienen que inscribirse e inscribir a
sus trabajadores’ que cumplieran actividades industriales
extractivas del petróleo y sus derivados, la cual se cumpliría ‘en
las fechas que determine, por resolución, la Dirección General del
Instituto Colombiano de los Seguros Sociales’, para decirlo en las
palabras de la citada disposición.

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Radicación n.° 78448

“El aludido decreto, como lo señala la empresa en su réplica,


luego de algunas vicisitudes vino a concretarse en la Resolución
número 4250 de 28 de septiembre de 1993, por medio de la cual
la Presidencia de la entidad de seguridad social resolvió fijar
como fecha de iniciación de inscripción en el Régimen de los
Seguros Sociales Obligatorios, entre ellos los de Invalidez, Vejez
y Muerte, ‘para las personas naturales y jurídicas, de derecho
privado y sus contratistas independientes y para los
trabajadores de los citados empleadores, que se dediquen a la
actividades extractivas de la industria del petróleo y sus
derivados …’, el 1º de octubre de 1993, atendiendo ‘las zonas
geográficas en donde el Instituto haya extendido cobertura y
llamado a inscripción’.
(Subraya la Sala).

Al respecto, cabe precisar, que frente a los


trabajadores de Ecopetrol, la situación aludida adquiere
incluso un matiz diferente, en tanto, si bien la Ley 100 de
1993, que estableció el sistema integral de seguridad social,
previó, de manera general, como una de sus características
esenciales, la afiliación obligatoria en materia pensional
para los trabajadores, tal como se desprende del artículo
15, modificado por el artículo 3 de la Ley 797 de 2003, y se
«propendió por la unificación de los diversos regímenes
existentes en materia de pensiones, tanto en el sector
privado como en el público, y consagró un sistema universal
que brindara la protección de la seguridad social en igualdad
de condiciones y bajo las mismas reglas a toda la población,
salvo las excepciones en ella previstas, y así realizar el
principio de la igualdad en seguridad social» (Sentencia CSJ
SL3945-2018); lo cierto es que las personas vinculadas a
los empleadores a que se refiere el artículo 279 de la Ley
100 de 1993, fueron excluidos de la aplicación del Sistema
Integral de Seguridad Social, entre los que se encuentran
los trabajadores de Ecopetrol.

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n.° 78448

Lo anterior fue reglamentado por el artículo 1º del


Decreto 807 de 1994, el cual dispuso:

Los servidores públicos y pensionados de la Empresa


Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, continuaran rigiéndose por el
sistema de Seguridad Social que se les venía aplicando,
establecido en la ley, en la convención colectiva de trabajo, en el
acuerdo número 01 de 1977 expedido por la junta directiva y en
las demás normas de internas de la empresa y que regían con
anterioridad a la vigencia de la ley 100 de 1993.

Por lo tanto, los requisitos en cuanto a edad, tiempo de servicios,


cuantía y demás condiciones para el reconocimiento de la
pensión legal de jubilación a cargo de la Empresa, serán los que
preveían los artículos 260 y siguientes del Código sustantivo del
Trabajo.

Sobre la exclusión de los trabajadores de Ecopetrol


respecto del sistema general de pensiones, en sentencia
CSJ SL5011–2016, en la que se reiteró lo dicho en
providencia CSJ SL, 28 oct. 2008, rad. 33308, se indicó:

[…] Así las cosas, se impone decir que en verdad el Tribunal


extravió la premisa mayor de su razonamiento al concluir que el
marco normativo que regulaba el caso era el previsto para el
Sistema General de Pensiones del Sistema General de Seguridad
Social Integral diseñado por el legislador a través de la Ley 100
de 1993, cuando quiera que el artículo 279 de dicha
normatividad excluyó expresamente de su aplicación a los
servidores y a los pensionados de la demandada EMPRESA
COLOMBIANA DE PETRÓLEOS […].

Ello es así por cuanto a pesar del carácter universal que


pretendió el legislador dar al naciente Sistema, mediante el cual
pretende extender sus beneficios y derechos a todas las
personas que habitan el territorio nacional, sin ninguna
discriminación y en todas las etapas de la vida (artículo 1º,
literal b., de la Ley 100 de 1993), por diversas razones excluyó
de su ámbito de aplicación a ciertas personas, entre ellas, se
repite, a quienes para su vigencia contaban con la calidad de
servidores o pensionados de la empresa demandada. Dichas
personas siguieron rigiéndose en tales aspectos por las
disposiciones del Código Sustantivo del Trabajo y las que
respectivamente las modificaron, derogaron o subrogaron, según

SCLAJPT-10 V.00
30
Radicación n.° 78448

se infiere de los decretos 2027 de 1951 y 062 de 1970, entre


ellas, la Ley 71 de 1988 y su Decreto Reglamentario 1160 de
1989.

Exclusión que, es del caso recordar, no significó que el


empleador quedaba liberado del reconocimiento y pago de
los derechos pensionales a sus servidores, sino que
propendió por la aplicación de la normativa que los
regulaba, la cual les resultaba igual o más favorable que la
establecida inicialmente por los Acuerdos del ente de
seguridad Social, y posteriormente por la Ley 100 de 1993.
Dicho en otras palabras, los trabajadores de la demandada
no quedaron desprovistos de los derechos, garantías y
beneficios derivados de la seguridad social, sencillamente
fue que «en el entre tanto los empleadores de esta clase de
empresas las asumieron según lo previsto en el Código
Sustantivo del Trabajo, el contrato de trabajo, las
convenciones colectivas de trabajo o las pactos colectivos que
entre éstas, sus sindicatos de trabajadores y sus mismos
trabajadores se hubieren suscrito» (Sentencia CSJ SL7884-
2015).

En suma, si bien la Corte no desconoce que el artículo


260 de CST fue derogado expresamente por el 289 de la Ley
100 de 1993, lo cierto es que para los trabajadores de
Ecopetrol, conforme expresamente lo dispuso el citado
artículo 1º del Decreto 807 de 1994, «los requisitos en
cuanto a edad, tiempo de servicios, cuantía y demás
condiciones para el reconocimiento de la pensión legal de
jubilación a cargo de la Empresa, serán los que preveían los
artículos 260 y siguientes del Código sustantivo del Trabajo».

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 78448

Ahora bien, el carácter de régimen exceptuado


establecido a favor los trabajadores de Ecopetrol, fue
modificado por la Ley 797 de 2003 y el Acto Legislativo 1º
de 2005, tal como pasa a explicarse.

En efecto, el artículo 3º de la Ley 797 de 2003, a través


del cual se modificó el artículo 15 de la Ley 100 de 1993,
dispuso en su aparte pertinente que «También serán
afiliados en forma obligatoria al Sistema General de
Pensiones creado por la Ley 100 de 1993, y se regirán por
todas las disposiciones contenidas en esta ley para todos los
efectos, los servidores públicos que ingresen a Ecopetrol, a
partir de la vigencia de la presente ley».

Aflora entonces que el personal de Ecopetrol que


ingresó a la demandada a partir del 29 de enero de 2003,
quedó incorporado al sistema general de pensiones previsto
en la Ley 100 de 1993, lo cual comporta que las personas
que venían laborando con antelación a esa data,
mantuvieron la exclusión de que trata el citado artículo 279
ibídem, es decir, continuaron rigiéndose por el Acuerdo 01
de 1977, las normas internas de la empresa que regían con
anterioridad a la vigencia de la citada ley 100, como
también por el artículo 260 del CST, pues para este grupo
de trabajadores se mantuvo en vigor lo dispuesto en el
artículo 1º del Decreto 807 de 1994.

Sin embargo, ese régimen pensional exceptuado que


tenían los trabajadores de Ecopetrol que se habían

SCLAJPT-10 V.00
32
Radicación n.° 78448

vinculado a la empleadora con antelación a la entrada en


vigencia de la Ley 797 de 2003, solo se mantuvo hasta el 31
de julio de 2010 por disposición expresa del AL 01 de 2005,
reforma constitucional que, conforme se expuso en decisión
CSJ SL SL12498-2017, buscó, entre otros, la unificación
normativa y prestacional de los regímenes pensionales. Al
respecto, en la aludida providencia se dijo lo siguiente:

[…] pretendió superar la proliferación y dispersión de requisitos y


beneficios reflejada en regímenes pensionales autónomos y
heterónomos que, en criterio del constituyente derivado,
comprometían la sostenibilidad financiera del sistema y creaba
situaciones de inequidad. Para ello se suprimieron los regímenes
especiales y exceptuados, salvo el de la Fuerza Pública, el
Presidente de la República y los demás expresamente abordados
en ese acto reformatorio; se anticipó la finalización del régimen
de transición, y paralelamente se consagró, a partir de su
vigencia, la prohibición de establecer en «pactos, convenciones
colectivas de trabajo, laudos o acto jurídico alguno, condiciones
pensionales diferentes a las establecidas en las leyes del
sistemas general de pensiones».

En efecto, en lo que interesa al sub lite, el referido AL


01 de 2005, dispuso en su parágrafo 2º lo siguiente:

Sin perjuicio de los derechos adquiridos, el régimen aplicable a


los miembros de la Fuerza Pública y al Presidente de la
República, y lo establecido en los parágrafos del presente
artículo, la vigencia de los regímenes pensionales especiales, los
exceptuados, así como cualquier otro distinto al establecido de
manera permanente en las leyes del Sistema General de
Pensiones expirará el 31 de julio del año 2010".

Acorde a todo lo expuesto, fluye las siguientes


conclusiones:

i) A los trabajadores de Ecopetrol les resultaba


aplicable lo dispuesto en el artículo 260 del CST, normativa
que los continuó rigiendo más allá del momento en que

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Radicación n.° 78448

entró en vigencia el sistema general de pensiones previsto


en la Ley 100 de 1993, en tanto estos fueron exceptuados
de su aplicación, por así haber quedado expresamente
consagrado en su artículo 279.

ii) El personal que se vinculó a Ecopetrol a partir de la


entrada en vigencia de la Ley 797 de 2003, es afiliado
obligatorio al sistema de seguridad social en materia
pensional.

iii) Con la expedición del AL 01 de 2005 se limitó la


vigencia de los regímenes exceptuados, los cuales
conservaron su vigor solo hasta el 31 de julio de 2010,
preservándose lógicamente los derechos que se hubieran
causado con anterioridad a esa calenda. De allí que a partir
del 1º de agosto de ese año la situación pensional de los
trabajadores de Ecopetrol pasó a regularse por la Ley 100
de 1993 y sus modificaciones.

Caso concreto

En el presente asunto, el Tribunal, a efectos de


analizar la procedencia de la pensión de jubilación
contemplada en el artículo 260 del CST, verificó la edad y
tiempo de servicios que la actora tenía en dos momentos en
particular, el primero, al 1º de abril de 1994, data en que,
por regla general, entró a regir la Ley 100 de 1993 en
materia pensional y, en segunda oportunidad, cuando
comenzó la vigencia de la Ley 797 de 2003, encontrando
que no cumplía con las exigencias de que trata el artículo

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260 del CST para adquirir el derecho pensional, por no


satisfacer los requisitos allí señalados.

Tal proceder del Juez Colegiado muestra el yerro


jurídico en que incurrió, por cuanto, como quedó visto, los
trabajadores de Ecopetrol se regían, entre otras
disposiciones, por lo previsto en el CST, en particular su
artículo 260, normativa que mantuvo su vigencia, para el
caso de los trabajadores que como la actora entraron a
prestar sus servicios para la demandada con anterioridad a
cuando comenzó a regir la Ley 797 de 2003, hasta el 31 de
julio de 2010, dado el carácter de régimen exceptuado
conferido desde lo previsto en el artículo 279 de la Ley 100
de 1993.

En ese orden de ideas, la labor que debía efectuar el


Juez Colegiado, acorde a la correcta hermenéutica de las
normas referidas, era si la demandante al 31 de julio de
2010 tenía satisfechos los requisitos para acceder a la
pensión de jubilación de que trata el citado artículo 260 del
CST, lo cual no hizo, y, por tanto, el cargo es fundado;
situación que, sin embargo, no comporta el quiebre de la
sentencia atacada, ya que en sede de instancia, la Corte
prontamente encontraría que la demandante no cumple con
los requisitos de tiempo y edad previstos en el referido
Código Sustantivo del Trabajo, que se exigen para acceder a
dicha pensión de jubilación legal, tal como pasa a
explicarse.

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Radicación n.° 78448

En este punto, es dable destacar, que contrario a lo


sostenido por la parte demandante, para la adquisición de
la pensión de jubilación legal, se requiere tanto del
cumplimiento del tiempo mínimo de servicios -20 años, y la
edad de 50 años en el caso de las mujeres. Así se tiene
definido desde el extinto Tribunal Supremo del Trabajo,
quien dejó sentado que lo que da lugar al nacimiento del
derecho de la pensión plena de jubilación consagrada por el
artículo 260 del CST es la «prestación del servicio durante
un número determinado de años, con la concurrencia del
factor edad» (Casación laboral, abril 28 de 1958, G. J.
LXXXVII, 858). Postura refrendada en la sentencia CSJ SL,
22 nov. 2011, rad. 35713, en la que se dijo:

Se ha dicho, en efecto, que el derecho a la pensión plena de


jubilación reclama la imprescindible comunión de labores
durante un determinado número de años y la edad. Sin la
presencia de estos dos requisitos no nace a la vida jurídica ese
derecho. Ello comporta una consecuencia jurídica trascendental:
mientras no cumpla con ambas exigencias, el trabajador no
puede reclamar el derecho, en tanto que sólo goza de una
expectativa.

Al respecto, corresponde anotar que en este sentido se pronunció


la Corte en sentencia de 10 de agosto de 1988, radicada con el
número 2343, en la que, al memorarse el añejo criterio de la Sala
sobre el particular, se precisó lo que a continuación se transcribe:

“Luego no es atendible la tesis del impugnante de que en el caso


sub lite se consolidó un derecho cierto e indiscutible a favor del
trabajador, cuando a la terminación del contrato de trabajo no
había cumplido el presupuesto de la edad pensional para tener
derecho a esta prestación social. Le hacía falta en este momento
un requisito indispensable para consolidarlo, cuál era el
cumplimiento de la edad de 55 años, de conformidad con el
artículo 260 del Código Sustantivo del Trabajo, por lo cual era en
esta oportunidad un derecho incierto y discutible, susceptible por
lo tanto de ser conciliable entre el trabajador y el patrono, según
lo establecen los artículos 15 del Código Sustantivo del Trabajo,
20 y 78 del Código Procesal del Trabajo, produciendo en
consecuencia los efectos de cosa juzgada material.

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(Subraya fuera de texto).

Luego, a la luz de dicho criterio, resulta equivocada la


tesis jurídica argüida por la parte accionante, según la cual
una vez el trabajador cumple 20 años de servicios, en los
términos del artículo 260 del CST, se adquiere el derecho a
la pensión de jubilación y sólo basta esperar el
cumplimiento de la edad para exigir la prestación.

En ese orden de ideas, si bien la señora Luz Mónica


Ricaurte González, al 31 de julio de 2010, tenía más de 20
años de servicios a favor de la empleadora demandada,
pues comenzó a laborar desde el 23 de octubre de 1989, es
claro que no satisfizo la edad mínima exigida, toda vez que
en razón a que nació el 19 de marzo de 1965, para la
referida data contaba a penas con 45 años de edad, de
modo que no adquirió el derecho a la pensión de jubilación
de origen legal con anterioridad al momento en que, en
virtud del AL 01 de 2005, su situación pasó a regularse por
la Ley 100 de 1993 y sus modificaciones.

Ahora bien, frente a la argumentación esbozada por la


censura, consistente en que el beneficio de pensionarse a la
luz del régimen legal comporta un derecho adquirido, es
oportuno recordar que la Corte ya ha tenido oportunidad de
pronunciarse acerca de la aplicación del AL 01 de 2005 y su
impacto frente a las expectativas legítimas de quienes
estaban próximos a adquirir su estatus pensional. Al
respecto resulta oportuno traer a colación lo dicho en
sentencia CSJ SL, 3 abr. 2008, rad. 29907, en la que si

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Radicación n.° 78448

bien se analizó la procedencia de un derecho pensional de


origen convencional, sus enseñanzas resultan plenamente
aplicables al asunto bajo análisis. En la aludida providencia
se dijo:

[…] Del texto citado se desprende que las que perderán vigor el
31 de julio de 2010 serán las “reglas de carácter pensional que
rigen a la vigencia de este acto legislativo, pero, como es obvio
concluir, no los derechos que se hubieren causado antes de esa
fecha, al amparo de esas reglas pensionales.

No encuentra la Corte que el propósito del constituyente al


reformar el artículo 48 de la Carta Política fuese el de eliminar
los derechos pensionales de naturaleza extralegal adquiridos
antes del 31 de julio de 2010, pues en la exposición de motivos
siempre se hizo referencia a los regímenes pensionales y en el
texto presentado a consideración del Congreso, que se mantuvo
en la norma finalmente aprobada, se habló de las reglas
especiales en materia pensional. Un derecho no puede ser
confundido con un régimen o con una regla. Y ese entendimiento
resulta acorde con el propósito del constituyente de garantizar
los derechos adquiridos, pues una cosa es la vigencia de un acto
jurídico creador de un derecho, para este caso una regla, y otra,
diferente, la vigencia de ese derecho una vez que ha sido
adquirido por cumplir el destinatario de la norma con los
requisitos establecidos en dicho acto.

Desde luego, la existencia del derecho y su exigibilidad no


dependen del aliento jurídico de la norma que lo creó, pues lo que
interesa es que se haya causado o consolidado, esto es, entrado
al patrimonio del titular, mientras esa norma rigió. Así
secularmente se ha entendido la tradicional doctrina de los
derechos adquiridos y obviamente ello no podía ser cambiado
por el Acto Legislativo No. 1 de 2005.

Aceptar la interpretación efectuada por la censura equivaldría a


admitir que el constituyente señaló una vigencia temporal a
derechos legítimamente adquiridos, lo que, sin duda, supondría
una suerte de expropiación de esos derechos que no se
corresponde con el real propósito de la reforma del artículo 48 de
la Constitución.

Una vez más, la Corte precisa que los derechos adquiridos al


abrigo de acuerdos jurídicos vigentes cuando entró a regir el Acto
Legislativo 01 de 2005, permanecen indemnes y, por tanto, no
pueden ser negados o transgredidos.

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Así las cosas, una cosa es la vigencia de la fuente


formal que consagra el derecho y otra, muy diferente, la
permanencia en el tiempo de esa prerrogativa una vez que
se ha sido adquirido por cumplir el destinatario con los
requisitos establecidos.

Y es que conviene destacar, en lo que hace relación a


la noción de los llamados «derechos adquiridos», que estos
en materia pensional son aquellos que forman parte del
patrimonio de la persona por haber cumplido con los
requisitos exigidos en la normativa que la consagra. Por
consiguiente, el hecho de que el trabajador se encontrara
adscrito o regido por un régimen determinado, no significa
que tenía un derecho adquirido a pensionarse bajo las
exigencias allí establecidas, pues realmente solo gozaba de
una expectativa de acceder a la prestación en los términos
que consagraba esa normativa y, por consiguiente, si no
había cumplido con los supuestos fácticos que la regulación
preveía para el nacimiento del derecho, esta podía ser
modificada por el legislador, tal como aquí ocurrió.

De aceptarse la tesis planteada por el recurrente se


tornaría inalterable y perpetuo el ordenamiento jurídico,
bajo el entendido de que una nueva regulación no podría
hacer más gravosa la que venía rigiendo.

Cuestión diferente es que para el momento en que


feneció o se extinguió por virtud de la reforma
constitucional los beneficios pensionales, el trabajador
tuviera una situación jurídica concreta y consolidada, por

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Radicación n.° 78448

haber cumplido todos los supuestos previstos por la norma


que lo regulaba, con independencia de que se hubiera
procedido con su otorgamiento, pues en este evento gozaría
de un derecho adquirido que no podría ser desconocido,
situación esta última que fue precisamente la que protegió
el AL 01 de 2005, cuando expresamente consagró que «En
materia pensional se respetarán todos los derechos
adquiridos», lo cual guarda plena armonía con el artículo 58
de la CN.

En conclusión, como la actora no acreditó contar con


una situación consolidada con anterioridad al 31 de julio de
2010, no erró el Tribunal al concluir que no tenía derecho a
la pensión de jubilación legal deprecada. Dicho en otras
palabras, por regla general en materia pensional cuando se
conjugan los elementos de edad y tiempo de servicios nace
el derecho a la pensión, surge el estatus de pensionado; a
contrario sensu, en ausencia de cualquiera de tales
requisitos, el derecho no nace.

De otra parte, no es dable considerar que ese régimen


pensional establecido en el CST mantuvo su vigencia más
allá del 31 de julio de 2010, en tanto, como quedó visto, su
fundamento estaba en el carácter exceptuado conferido por
el artículo 279 de la Ley 100 de 1993, pero tal condición se
mantuvo solo hasta el 31 de julio del año 2010 por
disposición expresa de la reforma constitucional establecida
en el AL 01 de 2005, la cual respetó únicamente los
derechos adquiridos, condición que, como se acaba de
exponer, no se materializó en el sub lite.

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A todo lo dicho, cabe agregar, que tampoco es posible


la aplicación ultractiva que reclama la censura, en virtud a
lo dispuesto en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, pues si
bien en esta última disposición se previó un régimen de
transición frente al sistema general de seguridad social en
pensiones, protegiendo para tal efecto a un grupo de
afiliados que, por su edad o densidad de cotizaciones,
tenían la posibilidad cercana de causar una pensión bajo
las reglas de regímenes anteriores, lo cierto es que su
aplicación, por expresa disposición del artículo 1º del
Decreto 813 de 1994, no cobijó a las empresas exceptuadas
de que trata el artículo 279 de la Ley 100 de 1993, por
cuanto el aludido canon en su aparte pertinente dijo que
«Dicho régimen no será aplicable a las pensiones de vejez o
Jubilación de todos los trabajadores de las entidades o
empresas que de conformidad con lo dispuesto en el artículo
279 de la ley 100 de 1999, están exceptuados de la
aplicación del Sistema de Seguridad Social Integral».

Incluso, al margen de lo anterior, lo cierto es que la


trabajadora demandante tampoco cumplió con las
condiciones exigidas para ser destinataria del régimen de
transición, el cual, en todo caso, solo mantuvo su vigor
hasta el 31 de diciembre de 2014 para las personas que
tenían 750 semanas o su equivalente en tiempo de servicios
a la entrada en vigencia del AL 01 de 2005, tal como se
recordó en sentencia CSJ SL827-2020, en la que se dijo:

En ese sentido se tiene, que el parágrafo 4º del artículo 1º Acto

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Legislativo 01 de 2005, dispuso:

(…)

Parágrafo transitorio 4º. El régimen de transición establecido en


la Ley 100 de 1993 y demás normas que desarrollen dicho
régimen, no podrá extenderse más allá del 31 de julio de 2010;
excepto para los trabajadores que estando en dicho régimen,
además, tengan cotizadas al menos 750 semanas o su
equivalente en tiempo de servicios a la entrada en vigencia del
presente Acto Legislativo, a los cuales se les mantendrá dicho
régimen hasta el año 2014.

(…)

Sobre el alcance de la aludida norma, esta Sala de la Corte,


entre otras, en la sentencia SL 1291-2019, que reiteró la CSJ SL
19568-2017; sostuvo:

Del texto reproducido puede observarse que se establecieron dos


condiciones para que las personas beneficiarias del régimen
transitorio pensional del artículo 36 de la Ley 100 de 1993 lo
conservaran, a saber:

La primera, que a 31 de julio de 2010 cumplan los


requisitos de edad y tiempo de servicios o de cotizaciones
conforme al régimen pensional anterior, caso contrario
pierden los beneficios transitorios, y su régimen pensional será el
establecido en la Ley 100 de 1993 y demás disposiciones que la
complementan o reforman.

Al respecto, ha dicho esta Corte que esta previsión es entendible


en la medida que le estableció un límite de vigencia a un régimen
que por su propia definición era de carácter transitorio, es decir,
que debía tener una vigencia temporal. En consecuencia, en
ningún yerro de aplicación incurrió el tribunal, pues esa fue la
regla general constitucional y de ella nada distinto es posible
concluir, pues su tenor literal no deja asomo de duda sobre su
contenido.

La segunda, que al momento de entrada en vigencia el Acto


Legislativo tuviera cotizadas 750 semanas o su
equivalente en tiempo de servicios; en este caso continuarían
siendo beneficiarios del régimen de transición del artículo 36 de
la Ley 100 de 1993, hasta el 31 de diciembre de 2014. Esta
condición se dio a manera de excepción, justamente para
salvaguardar las expectativas de quienes podían pensionarse
conforme con el régimen pensional anterior a la Ley 100 de 1993.
(Negrillas propias del texto).

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En ese orden, resulta evidente que ni siquiera en el


evento en que la promotora del proceso fuera beneficiaria
del régimen de transición, podría acceder a la pensión de
jubilación consagrada en el artículo 260 del CST, por la
potísima razón que los 50 años de edad que exige esta
disposición los cumplió el 19 de marzo de 2015, esto es,
después de que se extinguió la transición en virtud de la
citada reforma constitucional.

Por todo lo expuesto, aunque el cargo es fundado


parcialmente, la acusación finalmente no sale triunfante.

No se causan costas en el recurso extraordinario, dado


que, como se expuso, el cargo resultó en parte fundado,
aunque no prosperó.

IV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia dictada por la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá el 28 de febrero de
2017, en el proceso que LUZ MÓNICA RICAURTE
GONZÁLEZ contra la EMPRESA COLOMBIANA DE
PETRÓLEOS ECOPETROL S.A.

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Costas como se dijo en la parte considerativa.


Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el
expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

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