Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1- Solamente en las leyes se pueden fijar las penas y los delitos; esta facultad reside en el legislador como
representante de la sociedad. (Principio de Legalidad)
2- El legislador sólo puede dictar leyes referentes a delitos en general, vale decir, sin distinción de clases ni
de figuras.
3- La atrocidad de las penas es contraria al bien público. Esta tercera consecuencia se funda precisamente
en los dictados de la filosofía de la revolución francesa por los cuales se prohibía denigrar la personalidad
humana.
4- Niega facultad al Juez de interpretar las leyes penales. Su misión es examinar si un individuo ha violado
o no la ley penal y aplicarle la sanción o castigo prefijado en las normas, a fin de que los jueces no puedan
crear y aplicar penas a su capricho.
Postulados del Marqués de Beccaria.
El Delito y Las Penas – Su Legalidad Beccaria sostuvo por primera vez en su obra ya
citada, un principio nuevo respecto a la relación que debe existir entre el delito y la pena,
o mejor dicho, cuál ha de ser la cantidad de pena a imponerse por la comisión de un
delito al delincuente. En el derecho romano el principio dominante era que la pena debe
ser medida por la naturaleza del delito. Según Beccaria este criterio debe abandonarse y
sostiene que la medida de la pena debe ser el “perjuicio que causa al bien público y los
motivos que inducen a cometerlos”. Esta proporcionalidad significa que a un delito que
causa mayor perjuicio, se debe imponer mayor pena. En cuanto a la división de los
delitos, afirma que ella varía según los tiempos y lugares y para buscar la base racional
de la división de los delitos sostiene que es necesario atender el derecho atacado. Así
tenemos: 1- Los delitos que destruyen la sociedad, que son los delitos de “Lesa
Majestad”, son los más graves y merecen penas igualmente graves; 2- Los delitos que
perjudican la seguridad particular de los ciudadanos; y 3- Los delitos contrarios al bien
público. Son aquellos que turban la paz y sociego de la ciudadanía. Entre estos delitos
hace figurar uno muy singular, “los discursos fanáticos”.
Postulados del Marqués de Beccaria.
Igualdad en la aplicación de las penas Beccaria expuso que no debían imponerse penas
inhumanas y que, por el contrario, las penas deben ser proporcionadas al delito y
aplicarse por igual a todos los ciudadanos; que la ley y el juez deben ser previos al juicio,
que debe ser público, y en el cual debe admitirse el principio de inocencia y el derecho
de defensa. Sostiene una concepción “utilitarista” de la pena. Dado que por el contrato
social, los ciudadanos renunciaron a parte de su libertad en aras de la felicidad (utilidad),
la pena inútil atenta contra la justicia y, sobre todo, contra las bases mismas del contrato
social. Una pena inútil, afirma Beccaria, olvida que la autoridad ha de mandar a hombres
felices, no a una tropa de esclavos; y que el castigo no puede fundamentar la convivencia
en una “temerosa crueldad”. La pena se justifica porque es necesaria para prevenir
futuros delitos. La doctrina de la imputabilidad de la pena se halla ausente en la obra de
este autor porque afirma que no hay necesidad de recurrir a la intención del culpable,
sino la verdadera medida de los crímenes está dada por el daño que hacen a la sociedad
y no por la intención del culpable.
Reforma Penitenciaria:
Igualdad en la aplicación de las penas Beccaria expuso que no debían imponerse penas
inhumanas y que, por el contrario, las penas deben ser proporcionadas al delito y
aplicarse por igual a todos los ciudadanos; que la ley y el juez deben ser previos al juicio,
que debe ser público, y en el cual debe admitirse el principio de inocencia y el derecho
de defensa. Sostiene una concepción “utilitarista” de la pena. Dado que por el contrato
social, los ciudadanos renunciaron a parte de su libertad en aras de la felicidad (utilidad),
la pena inútil atenta contra la justicia y, sobre todo, contra las bases mismas del contrato
social. Una pena inútil, afirma Beccaria, olvida que la autoridad ha de mandar a hombres
felices, no a una tropa de esclavos; y que el castigo no puede fundamentar la convivencia
en una “temerosa crueldad”. La pena se justifica porque es necesaria para prevenir
futuros delitos. La doctrina de la imputabilidad de la pena se halla ausente en la obra de
este autor porque afirma que no hay necesidad de recurrir a la intención del culpable,
sino la verdadera medida de los crímenes está dada por el daño que hacen a la sociedad
y no por la intención del culpable.
Reforma Penitenciaria:
2- La enseñanza religiosa
3- Edificios adecuados donde los penados puedan vivir sin sufrimientos. Los penados deben tener
por lo menos un lecho para dormir;
4- Las cárceles debían ser limpias y sanas. La obra humanitaria realizada por Howard se ha visto
cumplida en la práctica tanto en Inglaterra como en los demás países europeos.
Reforma Penitenciaria:
JEREMIAS BENTHAM